ANTROPOGÉNESIS
La
Doctrina Secreta (Volumen III)
H.P.
Blavatsky
Extractos
ÍNDICE
TEMÁTICO
VOLUMEN
III
NOTAS
PRELIMINARES sobre las Estancias Arcaicas y los Cuatro Continentes Prehistóricos....................
3
La
Doctrina Secreta postula tres Proposiciones nuevas: a) La Evolución
simultánea de Siete Grupos Humanos en Siete Distintas Partes de
nuestro Globo; b) El Nacimiento del Cuerpo Astral antes del Nacimiento
del Cuerpo Físico; c) El Hombre en esta Ronda precedió a
todos los Mamíferos en el Reino Animal - Razas sin Sexo y Bisexuales
- Los primeros Arquetipos Masculinos en los Dioses del Misterio de los
Fenicios, etc. - Alegorías Exotéricas basadas en Misterios
Esotéricos - Siete Dioses, cada uno de los cuales crea un Grupo
de Hombres - El Significado de las Dos “Creaciones” - Los Cinco Continentes:
1) La Tierra Sagrada e Imperece- dera; 2) La Hiperbórea; 3) Lemuria;
4) Atlántida; 5) Europa - El Hombre existía hace 18.000.000
de años - Períodos Geológicos - Los Trópicos
en el Polo.
Parte
Primera
ANTROPOGÉNESIS
DOCE ESTANCIAS DEL “LIBRO SECRETO DE DZYAN"
COMENTARIOS:
Estancia I - PRINCIPIOS DE LA VIDA SENCIENTE ... 15
El Significado del Término “Lha” - Los Principios de la Astrología
y la Astro- latría - Dioses y Hombres tienen su origen en el mismo
Punto, la UNIDAD Absoluta - El Logos constituye la Base del Aspecto-Sujeto
del Ser Manifestado - Mulaprakriti es el Fundamento del Aspecto-Objeto
de las Cosas - La Fuerza sucede a Mulaprakriti - Adam Kadmon - El Dragón
y la Serpiente - El Misterio Oculto de Mercurio y Venus - Los Siete Dhyânis
Planetarios y los Planetas - Los Gobernadores Celestiales de la Humanidad
- El Globo y la Cruz - Shukra, o Venus, y la Tierra - El Misticismo Oculto
trata del Regente del Planeta - El Uno, los Muchos y las Inteligencias
que animan diversos Centros del Ser - El Dodecaedro del Universo - Las
tres Clases de Luzos Números de la Creación - Una deidad
Intra-Cósmica es una necesidad Filosófica - La Evolución
por medio de Palabras - Todo es engendrado en la Naturaleza Ideal - Adam
Kadmon y Adam-Adami - Todas las Estrellas o Planetas están habitados
- La Primera Guerra en el Cielo - La Primera Raza-Raíz fue Etérea
- La Presente es la Cuarta Ronda.
DOS ASTRÓNOMOS ANTEDILUVIANOS: Nârada y Asuramaya
El Espejo del Futuro - Datos sacados de los Libros Secretos del Ocultismo.
Estancia II - LA NATURALEZA, NO AYUDADA, FRACASA
Los Globos cambian sus Condiciones Geológicas y Atmosféricas
- Los Monstruos del Caos - Los Cuerpos Primarios Etéreos de los
Hombres Espiritual e Inteligente - os Dioses de la Voluntad, los que completan
al Hombre.
LA CREACIÓN DE SERES DIVINOS EN LAS VERSIONES EXOTÉRICAS..........
36
El Alma Universal está en la Raíz de la Conciencia del Sí
- La Creación Primaria y la Evolución Secundaria de la Naturaleza
Manifestada y Visible - Los“Días” y “Noches” de Brahmâ -
Los Ángeles Rebeldes - Relaciones Babilónicas de la “Creación”
- Lo que dicen los Gnósticos. Las “Llamas” son una Jerarquía
deEspíritus - La Luna es mucho más antigua que la Tierra
- El Tiempo de laIncrustación de la Tierra - El Agua, Símbolo
de Elemento Femenino - La Duración de los Períodos Geológicos.
LA CRONOLOGÍA DE LOS BRAHMANES ... 42
La “Isla Blanca” es un Nombre simbólico - Las Cifras Indas de Períodos
de la Evolución Cósmica - Yugas, Kalpas y Ciclos Raciales
- Los Gigantes buenos y los Pigmeos malos - Períodos Geológicos
según la Ciencia - La importancia de la Cro- nología Oriental
- La Cosmogonía es un Plan Iteligente - Estamos en el Fondo de
un Ciclo.
Estancia III - TENTATIVAS PARA CREAR AL HOMBRE .................. 47
Los Señores de la Luna - La Historia de Abram está basada
en la de Brahmâ - Las distintas Clases de Creadores - Los Pitris
Agnishvâtta y Barhishad son Antece- sores Solares y Lunares - El
Fuego Espiritual Viviente - El Ego Humano definido - Renacimientos Cósmicos,
o Movimiento Eterno, Cósmico y Espiral - El Hombre, un Dios con
forma Animal - Las Doctrinas Ocultas relacionan especialmente a Nârada
con los Ciclos y Kalpas Secretos - Fuegos, Chispas y Llamas - Formas Astrales
antes de las Físicas - La Primera Raza desaparece en la Segunda
Raza - La Matriz Humana es un reflejo de la matriz Celeste, la “Ciudad
Santa”.
Estancia IV - CREACIÓN DE LAS PRIMERAS RAZAS ......................
54
La Filosofía Oculta enseña que la Primera Estirpe Humana
fue proyectada de la Propia Esencia de Seres Superiores Divinos - Hay
una Evolución Espiritual Psíquica, una Intelectual y una
Animal - Las Siete Clases de Pitris: 3 Incorpóreos y 4 Corpóreos
- Doce Grandes Dioses ayudan a Brahmâ en la Obra de Creación
-La Derivación de la Palabra “Manu” - Los Agnishvâttas, el
“Corazón” del Cuerpo Dhyân -Chohânico - Por qué
rehusaron los “Dioses” crear y son “Maldecidos” - Lo que sim- bolizaba
Prometeo - “Creadores” y sus “Sombras” - Los “Creadores” en la Mitología
Escandinava - La Svástica, el Símbolo Sagrado y Místico
- El Martillo de Thor y el Mallete Masónico - El Chhâyâ
es la Imagen Astral - Los Progenitores del Hombre Interno Sutil - El Hombre
Primitivo fue un Fracaso - Los “Divinos Rebeldes” son nuestros Salvadores
- El Significado del Dragón, el Principio Masculino - Lo que es
el Hidrógeno realmente - El Misterio de la Creación Kumâra
- La Voz Divina, o Luz Primordial, Shekinah - La Evolución de los
Elementos y los Sentidos - El Orden Esotérico de la Involución.
Estancia V - LA EVOLUCIÓN DE LA SEGUNDA RAZA .................
69
El Fuego Espiritual es el Yo Superior - El TODO-FUERZA es inherente en
la Mónada - El Ego Superior reina sobre el Ego Animal después
de las tres y media primeras Razas-Raíces - Las Siete Habitaciones
o Zonas de nuestro Globo - El Hombre tiene en Sí la Potencia de
trascender las Facultades de los Ángeles - El Espíritu Divino
está simbolizado por el Sol o el Fuego - El Alma Divina por el
Agua y la Luna - El Alma Humana, o Mente, simbolizada por el Viento o
Aire - La Primera Raza tenía los tres Elementos, pero ningún
Fuego Viviente - El Fuego, el Aire y el Sol, son Tres Grados Ocultos del
Fuego - Los pertenecientes a la Primera Raza fueron los Dobles Astrales
de sus Padres - La Ley de la Evolución obliga a los Padres Lunares
a pasar a través de todas las formas de Vida y Ser en este Globo
- La Segunda Raza es A-sexual y nacida del Sudor - Otros modos de Reproducción
- Los “Hijos de Yoga” o la Raza Astral Primitiva - Siete Etapas de Reproducción
en cada Raza - Los Hermafroditas Humanos Primitivos son un Hecho en la
Naturaleza - El “Blastema Pimordial” es la Esencia Dhyân-Chohánica,
o Doble de los Pitris - Los “Hijos del Crepúsculo” - La Primera
Raza fue absorbida en la Segunda - El Hom- bre desarrolla un Cuerpo Físico
- La Alegoría de Leda, Castor y Polux.
EL DIVINO HERMAFRODITA ......... 80
El Enigma de la Esfinge - El Andrógina Divino se separa en Hombre
y Mujer, Caín y Abel - Jah-hovah, el Andrógino - La Biblia
y los Purânas comparados - Jah-hovah es el Nombre genérico
de una Jerarquía de Ángeles Planetarios Creadores - El Caín
Esotérico - Las Teo-Antropografías Aria y Semítica
comparadas - El nombre-Dios Judío.
Estancia VI - LA EVOLUCIÓN DE LOS “NACIDOS DEL SUDOR” ... 85
La Tercera Raza se convierte en Bi-Sexual - La Cuarta Raza prueba el Fruto
del Árbol del Bien y del Mal - Nuestra Quinta Raza se aproxima
rápidamente al Quinto Elemento - La Primera Raza-Raíz no
podía sufrir daño alguno, ni ser destruida por la Muerte
- La Segunda Raza pereció en la Primera y tremenda Agonía
de la Evolu-Consolidación del Globo durante el Período Humano.
UNAS CUANTAS PALABRAS SOBRE LOS DILUVIOS Y LOS NOÉS .. 90 El Pez
o Avatâra-Matsya - El Primer Diluvio Cósmico se refiere a
la Primera Creación Primordial - El Diluvio Atlante - El “Diluvio”
es una Tradición Universal - Los Símbolos Arkitas - El Noé
Judío y el Nuah Caldeo - El Segundo Diluvio afectó a la
Cuarta Raza-Raíz - La “Isla Blanca” - Los Significados de Ilâ.
¿PODÍAN EXISTIR HOMBRES HACE 18.000.000 DE AÑOS?
............. 96
La Diferencia entre las Ciencias Profana y Esotérica depende de
la Demostración de la Existencia de un Cuerpo Astral dentro del
Físico - La Humanidad Física ha existido sobre la Tierra
durante 18.000.000 de años - Adam-Galatea - La Huma- nidad Primitiva
poseyó al Principio una Forma Etérea Enorme - La Evolución
sólo se aplica al Hombre Externo, Físico - La Analogía
es la Ley Directora en la Natura- leza - Un “Organismo sin Órganos”
- El Hombre fue el Primer Mamífero en esta Ronda - La duración
del Desarrollo Sexual, Astral y Físico abarca Períodos de
Tiempo Enormes - Generación Espontánea - Una Deidad Manifestada
sólo puede ser una Parte Fraccionaria del Todo - Las Condiciones
Físicas necesarias a las Primitivas Razas.
Estancia VII - DESDE LAS RAZAS SEMI-DIVINAS HASTA LAS PRIMERAS RAZAS
HUMANAS ....................... 104
La Llamada Caída de los Ángeles es la Clave del Misterio
del Mal - El Hombre hasta la Mitad de la Presente Ronda no es más,
intelectualmente considerado, que un Animal - El Manas sólo será
plenamente desarrollado en la siguiente Ronda - El “Fuego Negro” es la
“Luz” Absoluta, Sabiduría - Lucifer, el Espíritu de la Iluminación
Absoluta y de la Libertad de Pensamiento - Creaciones Varias - El Principio
Divino de dos Caras, que está en el Hombre en Conflicto - La Sucesión
de
Razas desde los existentes por Sí-mismos: 1) Los Nacidos por Sí-mismos;
2) La Segunda, la “Nacida del Sudor”; 3) Los Duplos (Andróginos)
- Modos de Reproducción Primitivos; 1) Fisiparismo; 2) Brotación;
3) Esporos; 4) Hermafroditismo Intermedio; 5) Unión verdaderamente
Sexual - Mónadas y Rondas- La Evolución es un Ciclo Eterno
de Devenir - La Caída de los Ángeles se halla más
relacionada con Causas Fisiológicas que Metafísicas - Los
Dioses son Hombres Deificados - Los Kumâras creados por Kryâshakti
- El Nacimiento Chhâyâ, un Modo Primordial de Procreación
sin Sexos - La Mente es desarrollada después de haber probado del
Fruto del Árbol del Conocimiento - Kâma es Eros - Daksha
es el Padre de los Primeros Progenitores Humanos - El Sentido Esotérico
de Padmapâni Avaloki- teshvara - Padmapâni, el Portador del
Loto es, esotéricamente, el Sostenedor de los Kalpas.
Estancia VIII EVOLUCIÓN DE LOS ANIMALES MAMÍFEROS: LA PRIMERA
CAÍDA
El Espíritu y la Materia se equilibran en el Hombre - Los Hombres
son los Progenitores de los Animales - Los Rishis y sus Progenies - Shiva,
la Evolución y el Progreso personificados - Daksha, es el tipo
de la Tercera Raza Primitiva - Zoología Arcaica - El Pecado de
las Razas Sin Mente.
OBJECIONES QUE PUEDEN HACERSE A LO QUE ANTECEDE . 120
La Mónada cesa de ser Humana, tan sólo cuando se convierte
en Absolutamente Divina - Errores Darwinistas - El Hombre Primordial,
sin Mente y sin Alma, se convierte en el Antecesor de los Monos.
Estancia IX - LA EVOLUCIÓN FINAL DEL HOMBRE ............... 123
Cómo explica el Ocultismo los Detalles que precedieron a la “Caída”
- El Hombre no tiene Sangre Pitecoide en sus Venas - La Raza “sin Huesos”
- Los Reyes e Instructores de la Tercera Raza - La Unidad Específica
de la Humanidad tiene excepciones - La Geología, la Botánica
y la Zoología apoyan las Enseñanzas Esotéricas -
Las Razas y la Ley de Retardación - La Separación de los
Sexos - La Cuarta Raza desarrolló el Lenguaje - Idiomas Monosilábicos,
Aglutinantes y de Inflexión - La Transformación de la Tierra.
EDENES, SERPIENTES Y DRAGONES .............. 130
El Jardín del Edén, un Colegio - La Caída del Hombre
en la Generación ocurrió durante el Primer Período
de los Tiempos Mesozoicos - Camellos Voladores - Naciones Antiguas describen
los Monstruos que ellos han visto - Leyen das de Dragones - La Serpiente
de Bronce de Moisés - ¿Es Satán una Realidad? - Dos
Escuelas de Magia - El Dragón en las Teologías Antiguas
- La Luz Inmutable y la Sombra, o el Bien y el Mal - El Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal crece de las Raíces del Árbol
de la Vida - Dragones Voladores.
LOS “HIJOS DE DIOS” Y LA “ISLA SAGRADA” . 141
Algunas Ciudades están construidas encima de Antiguas Ciudades
Subterráneas y Laberintos - Dos Continentes Perdidos - Algunas
Islas son restos de Países Inmensos de Épocas Lejanas -
Reliquias de Gigantes Primitivos de la Isla de Pascua - “Hijos de Dios”
y Hechiceros Poderosos - Arte y Cultura Hindú y Babilónica.
Estancia X - LA HISTORIA DE LA CUARTA RAZA ................... 145
El Karma de los Hijos de Sabiduría que difirieron su Encarnación
hasta la Cuarta Raza - El Verdadero Significado de la Doctrina de los
“Ángeles Caídos” - Todos los Iniciados conquistan el Reino
de las Tinieblas o Infierno - El Turno de los “Dioses” para encarnar -
El verdadero Punto de Vista Esotérico acerca de “Satán”
- El Conocimiento Egipcio de la Luz Generativa del Logos - El Misterio
del Peso, de la Medida y del Número - El Dios Judío un “Ángel
de la Materia” - Anales Bíblicos y Otros registros de la Historia
Universal de Nuestro Globo - Los Resultados Cósmicos del Egoísmo
y Egotismo - El Proceso de formar el Universo requiere Seres Inteligentes
- Un “Sol Central” y tres Soles Secundarios en cada Sistema Solar - Los
“Rebeldes” no quisieron crear Hombres Irresponsables - Lucifer el “Precursor
de la Luz” - La Maldición pronunciada contra Satán - El
Hombre llegará a ser su propio Creador y un Dios Inmortal - El
Sacrificio de los Ángeles del Fuego cuya Naturaleza era “Sabiduría”
y Amor - El Sentido Metafísico de “Fuego por Fricción” -
El Hombre Interno es la Esencia misma de Inteligencias Elevadas - Descripciones
de los Kumâras - El Color de las Razas-Raíces - Las Condiciones
Materiales del Hombre y de la Naturaleza durante el Período de
la Raza Lemuro-Atlante.
ENSEÑANZAS ARCAICAS DE LOS PURÂNAS Y DEL GÉNESIS.
EVOLUCIÓN FÍSICA
Los Purânas y la Historia Natural - La Ciencia se ocupa del “Cascarón”
del Hombre - La Evolución Cósmica se repite durante la Gestación
- Cuando los Saurios alcanzaron su más Elevado Desarrollo - El
Hombre, lo mismo que otros Animales tiene su Origen en una Célula
y llega al Tipo Humano - La Ley Inherente de Desarrollo Progresivo - El
Mono Pitecoide es una Creación Accidental - La Alegoría
de Lilith.
UNA VISTA PANORÁMICA DE LAS PRIMERAS RAZAS
El Simbolismo de Urano y Cronos - La Primera Mujer - Las Razas en la Mitología
Griega. La Religión de la Tercera y Cuarta Razas - La Edad de Oro
- El Origen Secreto de todas las Subsiguientes Religiones - Los Ángeles
Caídos son la Humanidad misma - El Hombre Divino moraba en el Animal
- La Primera Guerra que se conoció en la Tierra.
¿SON LOS GIGANTES UNA FICCIÓN? .................. 176
Las Ciencias Geológica, Sideral y Bíblica pueden proporcionar
las Pruebas Necesarias - La Evidencia de Escritores Antiguos Paganos -
En la Cuarta Raza los Hombres volvieron al Culto del Cuerpo Humano, Falicismo
- Los Gigantes de la Cuarta Raza - Los Misterios del Cielo y de la Tierra
revelados a la Tercera Raza - Los Cuatro Kumâras Sagrados - Los
Hijos de Dios se casan con las Hijas de los Hombres - Los Rishis, Prajâpatis,
Manus, sus Esposas y Progenie son la Semilla de
la Humanidad - Cruzamiento Humano y Animal - Animales Parlantes - El Hombre
Mudo que anda a gatas.
LAS RAZAS CON “TERCER OJO” .. 183
El Hombre Divino es el Nuevo Tipo al Principio de Cada Ronda - El Arca
significa sencillamente el Hombre - La Duración de un Día
Polar - Los Cíclopes Gigantes y los Mortales de “Tres Ojos” - La
Involución Espiritual y Psíquica procede en Líneas
Paralelas con la Evolución Física - Criaturas Humanas primitivas
con Cuatro Brazos, una Cabeza y aun con Tres Ojos - El Tercer Ojo se retiró
hacia el Interior - Fisiología Oculta - El Significado de la Glándula
Pineal - La Glándula Pi- neal está inutilizada para Uso
Físico en este Período - La Evolución del Ojo - El
Completo Desarrollo de Manas en la Quinta Ronda - El “Tercer Ojo” es ahora
una Glándula - El Tercer Ojo y su conexión con Karma - El
Número de Mónadas es limitado - Karma es una Ley Absoluta
y Eterna en el Mundo de las Manifestaciones.
LOS MANUS PRIMITIVOS DE LA HUMANIDAD .... 195
Los Siete y Catorce Manus - Los Nombres de los Catorce Manus - El Manu
Primordial da el Ser a los demás Manus - Svâyambhuva, la
Mónada Cósmica que se convierte en el Centro de Fuerza de
cuyo interior emerge una Cadena Planetaria - La Alegoría del Gran
Diluvio del Manu Vaivasvata - El Sentido Esotérico de la Palabra
“Pez” - El Principio del Cuarto Continente - El Significado de las “Vestiduras”
en el Zohar.
Estancia XI - LA CIVILIZACIÓN Y LA DESTRUCCIÓN DE LAS RAZAS
CUARTA Y QUINTA .
Las Dinastías Divinas precedieron a los Reyes Humanos - Primeras
Ciudades de Roca de los Lemures y Construcciones Ciclópeas - Las
Dinastías Divinas principiaron las Primeras Civilizaciones y Cultivaron
las Artes y las Ciencias - La Degeneración de la Humanidad - El
Significado de los Siete Dvîpas, las Cadenas Planetarias y los llamados
Continentes - Nuestra Humanidad principió en la Tierra con Vaivasvata
Manu - Krishna, Nârada y Garuda, son esotéricamente Símbolos
de Ciclos y Claves de Alegorías - Los primeros Pioneros de la Cuarta
Raza fueron los Lemures - La Conformación del Continente de la
Tercera Raza - Antiguos Continentes volverán a aparecer - Los Límites
de la India en Edades Pre-históricas - La Isla de Pascua pertenece
a la Primera Civilización de la Tercera Raza - Cambios de Clima
- Cuatro Disturbios del Eje cambiaron por completo cada uno la Faz del
Globo - Ciclos dentro de Ciclos - Después de la Destrucción
de Lemuria el Hom bre decreció en Estatura Física - La Inundación
Atlante de hace 850.000 Años - Restos de un Continente Atlántico
- Los Anales Secretos conservan la Historia com pleta del Crecimiento
y Desarrollo Racial - Sólo la Logografía Religiosa Oculta
conoce el Significado de los Nombres Antiguos - Testimonios en pie de
los Continentes Sumergidos - Las Estatuas Colosales de Bamian, las Cinco
Estatuas son Anales Esotéricos de la Evolución Gradual de
las Razas.
RUINAS CICLÓPEAS Y PIEDRAS COLOSALES COMO TESTIMONIO DE LOS GIGANTES
Piedras animadas - Restos Druídicos - Piedras Oscilantes en Europa
- Piedras vivas, que hablan y que se mueven - Nuestros “Progenitores”
se convirtieron en Dioses antes de convertirse en Hombres - Cada Continente
es destruido o muere - Los Gigantes perecieron, los pocos fueron Salvados.
Estancia XII - LA QUINTA RAZA Y SUS INSTRUCTORES DIVINOS
El Gran Dragón y las Serpientes de la Sabiduría - Las Pirámides,
un Recordatorio de la Gran Inundación Atlante - Los Polos han sido
Invertidos.
SERPIENTES Y DRAGONES BAJO DIFERENTES SIMBOLISMOS
El Nombre del Dragón en la Caldea y el Décimo Signo del
Zodíaco - La Serpiente simboliza al Iniciador - Los Dioses a quienes
los Hombres llaman Dragones El Dragón de San Juan es Neptuno, el
Símbolo de la Magia Atlante.
LOS SIGNOS SIDERALES Y CÓSMICOS
La Vía Láctea, etc. llamada “Serpientes” por los Adeptos
- Gran antigüedad de las Escrituras Zoroastrianas - Cómo los
Egipcios simbolizan al Kosmos - Los dos Polos Místicos - Cada Gran
Reformador del Mundo es una Emanación Directa del Logos - Dios
y la Naturaleza Antropomorfizados - Los Dos Kabiri personifican los Polos
Opuestos - La verdadera Etimología del Nombre Lares - ¿Quiénes
eran Enoch y los Otros - Los Kabiri eran los Grandes Dioses Cósmicos,
los Siete y los Cuarenta y Nueve Fuegos Sagrados - Los Polos son la Medida
Celeste - La Invención de las Letras, de las Leyes, de la Legislatura,
de la Arquitectura, de los Modos de Magia y del Uso Medicinal de las Plantas
- La Producción del Grano o Trigo - La Serpiente el Símbolo
del Adepto.
NUESTROS INSTRUCTORES DIVINOS
Nuestras Razas provienen de Razas Divinas - Las Cinco Apariencias de Hermes
- Las Tablas Sincrónicas de Egipto - El Zodíaco de Dendera
- Bhârata, la Tierra Elegida de Antiguos Días - Platón
habla de las Dinastías Divinas - Ideas de Platón sobre el
Mal - Frutos y Granos fueron traídos a la Tierra por los Señores
de Sabiduría - Los “Hijos de Dios” han existido y existen - Los
B’ne Aleim se mezclaron con Hombres Mortales - El Misterio de Azazel -
Satán en realidad es el Espíritu Divino más Elevado,
la Sabiduría Oculta en la Tierra - Satán interpretado exotérica
mente es el Demonio.
EL ORIGEN DEL MITO SATÁNICO
En Egipto tenemos que buscar su Origen Occidental - El Origen Terrestre
de la Alegoría de la Guerra en el Cielo debe ser buscada en los
Templos de Iniciación - Los Hierofantes de Egipto se llamaban “Hijos
del Dios-Serpiente” - Los Druidas se llamaban Serpientes - Otros Mitos
de Dragones y Serpientes - Agni, el Dios del Fuego, y Alegorías
de Demonios - Apolo es el Dios-Sol - La Lucha entre los Adeptos Arios
de la Naciente Quinta Raza y los Brujos de la Atlántida - Los demonios
de la Profundidad - Poderes Manifestados, los “Hijos y sus Rebaños”
- Dioses-Soles o Poderes Creadores - Sabiduría, la Divina Sophia
- Jehovah, el“Adversario” de todos los demás Dioses - Jehovah,
transformado en Humanidad -
La Necesidad del Mal - Sectas Gnósticas fundadas por Iniciados.
NOÉ ERA UN KABIR, POR LO CUAL DEBE HABER SIDO UN DEMONIO
Tubal-Caín fue un Kabir - La Identidad de Noé y Melchizedek
- Adán, Caín y Marte como Personificaciones - El Diluvio
de Noé no ha existido nunca.
LAS TRADICIONES PERSAS MÁS ANTIGUAS ACERCA DEL POLO Y DE LOS CONTINENTES
SUMERGIDOS
Las Leyendas del Irán - La fecha en que perecieron los Últimos
Atlantes - La Cronología Esotérica de Platón y otros
Iniciados - Las Tradiciones Persas de Dos Razas - El Fénix Persa
- ¿Qué son las Montañas de Kaf? - Los Continentes
Árticos - El Ocultismo indica que el Asia Septentrional es tan
antigua como la Segunda Raza - Cuando desapareció el Continente
Ártico del Norte.
ESPECULACIONES OCCIDENTALES FUNDADAS EN TRADICIONES GRIEGAS Y
PURÁNICAS
Los Indos, dividían geográficamente el Globo en Siete Zonas
y alegóricamente en Siete Infiernos y Siete Cielos - Las Mansiones
de los Dioses y de los Demonios - Cuatro Continentes han vivido ya su
tiempo - Los Continentes Futuros Simbolizados - La Latitud y la Longitud
de la Isla Perdida - La Atlántida de Platón - El Monte Hermon
y sus Dragones Alados.
LA “MALDICIÓN” DESDE UN PUNTO DE VISTA FILOSÓFICO ......
259
Los Poderes Creadores fueron un Don de la Divina Sabiduría - El
Adán y Eva del Génesis se refieren a la Tercera y Cuarta
Razas - La verdadera Maldición - Los Agnishvâtta y otros
Salvadores Divinos - El Pecado Original y el Abuso de la Inteligencia
Física - El Misterio de Prometeo - Cristo relacionado con Epafos
- Una Raza de Buddhas y Cristos - Cuando se simboliza una Raza, no hay
que esperar exactitud topográfica - El Origen de la Raza Primitiva
de los Etíopes -¿Fue Esquilo un Iniciado? - ¿Quién
fue Dionisio y quién será? - El Don de Prometeo - El Hombre
volverá a ser el Titán Libre.
FRAGMENTOS ADICIONALES DE UN COMENTARIO SOBRE LOS VERSÍCULOS DE
LA ESTANCIA XII
Los “Buddhas de Compasión” - Los Recuerdos Colectivos jamás
abandonan el Alma Divina - Los más antiguos Anales sobre la Atlántida
- De dónde los Arios Primitivos adquirieron su Conocimiento Maravilloso
- La Sentencia de la Atlántida - La Grandeza de la Civilización
Atlante - La Astronomía y el Simbolismo, herencia de los Atlantes
- En qué época fue construida la Gran Pirámide -
Los Tres Zodíacos - Las Divisiones de las Razas-Raíces -
El Árbol Genealógico de Nuestra Raza - El Ciclo de Kali
Yuga - Los Zodíacos Egipcios y Griegos.
CONCLUSIÓN ...... 276
La Historia “Escrita en las Estrellas” - El Senzar, Primitiva Clave Jeroglífica
- Cuando la Escritura era un Arte Desconocido - La Naturaleza procede
por Ciclos - La Nueva Raza Futura - La Quinta Raza se superpondrá
a la Sexta - La Futura Humanidad del Nuevo Mundo - El Curso de la Naturaleza
bajo la Influencia de la Ley Kármica.
H.
P. BLAVATSKY
LA DOCTRINA SECRETA
Síntesis
de la Ciencia, la Religión y la Filosofía
VOLUMEN III
ANTROPOGÉNESIS
(Parte I)
Traducción
de Varios Miembros de la Rama de la S. T. E.
Segunda
Edición Argentina cotejada con la 4ª Edición Inglesa
SATYÂT NÂSTI PARO DHARMAH
“NO HAY RELIGIÓN MÁS ELEVADA QUE LA VERDAD”
Mi doctrina no es mía, sino de Aquel que me ha enviado.
JUAN VII, 16.
La ciencia moderna insiste en la doctrina de la evolución; lo mismo
hacen la razón humana y la Doctrina Secreta, siendo corroborada
esta idea por las antiguas leyendas y mitos, y hasta por la Biblia misma,
cuando se lee entre líneas. Vemos a la flor desarrollarse lentamente
del vástago, y al vástago de su semilla. Pero ¿de
dónde viene esta última, con todo su programa trazado de
transformaciones físicas y sus fuerzas invisibles, y por tanto,
espirituales, que gradualmente desarrollan su forma, color y aroma? La
palabra evolución habla por sí sola. El germen de la raza
humana presente ha debido de preexistir en el padre de esta raza, como
la semilla, en donde yace escondida la flor del próximo verano,
y fue desarrollado en la cápsula de su flor padre; el padre puede
que sólo se diferencie ligeramente, pero sin embargo difiere de
su futura progenie. Los antecesores antediluvianos del elefante y del
lagarto actuales fueron, quizá, el mamut y el plesiosauro; ¿por
qué no habrían de ser los progenitores de nuestra raza humana
los “gigantes” de los Vedas, el Volüspa y el Génesis? Si bien
es verdaderamente absurdo creer que la “transformación de las especies”
ha tenido lugar con arreglo a las opiniones más materialistas de
los evolucionistas, es natural pensar que cada género, principiando
con los moluscos y terminando con el hombre-mono, se ha modificado de
su forma primordial y distintitva.
(ISIS SIN VELO, I.)
NOTAS
PRELIMINARES
SOBRE
LAS ESTANCIAS ARCAICAS Y LOS CUATRO
CONTINENTES PREHISTÓRICOS
Facies totius universi, quamvis infinitis modis variet,
manet tamen semper eadem.
SPINOZA
Las Estancias con sus Comentarios que se dan en este volumen están
sacadas de los mismos Anales Arcaicos que las Estancias sobre Cosmogonía
del volumen I. En cuanto ha sido posible, se ha hecho una traducción
literal; pero algunas de las Estancias son demasiado obscuras para que
puedan comprenderse sin explicación, y se exponen, por tanto, lo
mismo que en el volumen I: primeramente por completo, tal cual son; y
luego, tomando versículo por versículo con sus Comentarios,
tratamos de aclararlas con palabras añadidas en notas al pie, anticipando
la explicación más completa del Comentario.
Respecto a la evolución de la humanidad, La Doctrina Secreta postula
tres proposiciones nuevas que se hallan en contradicción directa
con la ciencia moderna, lo mismo que con los dogmas religiosos corrientes.
Enseña ella: (a) la evolución simultánea de siete
Grupos humanos en siete distintas partes de nuestro globo; (b) el nacimiento
del cuerpo astral, antes que el físico, siendo el primero un modelo
del último; y (c) que el hombre, en esta Ronda, precedió
a todos los mamíferos -incluso los antropoides- en el reino animal
(1).
No es sólo la Doctrina Secreta la que habla del Hombre primitivo
nacido simultáneamente en las siete divisiones de nuestro Globo.
En el Divino Pymander de Hermes Trismegisto, encontramos los mismos siete
Hombres primitivos (2) desarrollándose de la Naturaleza y del Hombre
Celeste, en el sentido colectivo de la palabra, a saber, de los Espíritus
Creadores; y en los fragmentos de las tablas Caldeas, coleccionados por
George Smith, en los que está inscrita la Leyenda Babilónica
de la Creación, en la primera columna de la tabla Cutha, se mencionan
siete Seres humanos “con caras de cuervos”, esto es, de tez negra, a quienes
“crearon los (siete) Grandes Dioses”. O, según está explicado
en las líneas 16, 17 y 18:
En medio de la tierra crecieron y se hicieron grandes.
Y aumentaron en número,
Siete reyes, hermanos de la misma familia (3).
Estos son los siete Reyes de Edom a quienes se hace referencia en la Kabalah;
la Primera Raza, que era imperfecta, esto es, nació antes de que
existiese la “balanza” (sexos), y que, por lo tanto, fue destruida (4).
Aparecieron siete Reyes hermanos y tuvieron hijos; el número de
sus gentes era 6.000. El Dios Nergas (la muerte) los destruyó.
“¿Cómo los destruyó?” Poniendo en equilibrio (balanza)
a los que no existían todavía (5).
Fueron “destruidos”, como raza, por transfusión en su propia progenie
(por exudación); es decir, la Raza sin sexo reencarnó en
la (potencialmente) bisexual; esta última en los andróginos,
y estos, a su vez, en la sexual, o sea período de la más
reciente Tercera Raza. Si las tablas estuviesen menos mutiladas, se vería
que contienen, palabra por palabra, la misma relación que se da
en los Anales Arcaicos y en Hermes, al menos en lo que concierne a los
hechos fundamentales, ya que no en lo que respecta a los detalles minuciosos;
pues Hermes ha sido bastante desfigurado por malas traducciones.
Es segurísimo que lo aparentemente sobrenatural de estas enseñanzas,
aunque alegórico, es tan diametralmente opuesto a la letra muerta
de las declaraciones de la Biblia (6), así como a las últimas
hipótesis de la Ciencia, que despertará refutaciones apasionadas.
Los ocultistas, sin embargo, saben que las tradiciones de la Filosofía
Esotérica deben ser las verdaderas, sencillamente porque son las
más lógicas, y reconcilian todas las dificultades. Por otra
parte, tenemos los Libros de Thoth y el Libro de los Muertos egipcios,
y los Purânas indos con sus siete Manus, así como las narraciones
caldeo-asirias, cuyos ladrillos mencionan siete Hombres primitivos o Adanes,
pudiéndose averiguar, por medio de la Kabalah, el verdadero significado
de este nombre. Los que saben algo de los Misterios de Samotracia recordarán
también que el nombre genérico de los Kabiri era los “Santos
Fuegos”, que crearon en siete localidades de la isla de Electria o Samotracia,
al “Kabir nacido de la Santa Lemnos”, la isla consagrada a Vulcano.
Según Píndaro, este Kabir, cuyo nombre era Adamas (7), fue,
en las tradiciones de Lemnos, el tipo del hombre primitivo nacido del
seno de la Tierra. Era el arquetipo de los primeros machos en el orden
de la generación y uno de los siete autóctonos antecesores
o progenitores de la Humanidad (8). Si unimos a esto el hecho de que Samotracia
fue colonizada por los fenicios, y antes de ellos por los misteriosos
Pelasgos que vinieron de Oriente; si recordamos también la identidad
de los Dioses del “Misterio” de los fenicios, caldeos e israelitas, será
fácil descubrir de dónde vino la confusa relación
del Diluvio de Noé. Últimamente se ha visto que es innegable
que los judíos, que obtuvieron de Moisés (que las tenía
de los egipcios) sus ideas primitivas acerca de la creación, compilaron
su Génesis y sus primeras tradiciones cosmogónicas, cuando
fueron recopiladas por Ezra y otros, tomándolas del relato accadio-caldeo.
Por lo tanto basta examinar las inscripciones cuneiformes babilónicas,
asirias y otras, para encontrar también en ellas, esparcidas aquí
y allá, no sólo el significado original del nombre de Adam,
Admi o Adami, sino también la creación de siete Adanes o
raíces de Hombres, nacidos físicamente de la Madre Tierra,
y espiritual o astralmente del Fuego Divino de los Progenitores. No podía
esperarse de los asiriólogos, ignorantes de las enseñanzas
esotéricas, que prestasen mayor atención al misterioso y
constantemente repetido número siete de los cilindros babilónicos,
que la que le prestan al encontrarlos en el Génesis y en el resto
de la Biblia. Sin embargo, los números de los espíritus
antecesores, y sus siete grupos de progenie humana, se hallan en los cilindros
a pesar del estado deteriorado de los fragmentos, y se les encuentra tan
claramente como en el Pymander y en el Libro del Misterio Oculto e la
Kabalah. En el último Adam Kadmon es el Árbol Sephirothal,
como también es el “Árbol del Conocimiento del Bien y del
Mal”. Y este Árbol, dice el versículo 32, “tiene a su alrededor
siete columnas” o palacios de los siete Ángeles creadores, operando
en las Esferas de los siete Planetas sobre nuestro Globo. Así como
Adam Kadmon es un nombre colectivo, también lo es el nombre de
Adán hombre. George Smith dice en su Chaldean Account of Genesis:
La palabra Adán, aplicada en esas leyendas al primer ser humano,
no es evidentemente un nombre propio, sino que sólo se usa como
un término que significa la Humanidad. Adam aparece como nombre
propio en el Génesis, pero seguramente en algunos pasajes sólo
se emplea en el mismo sentido que la palabra asiria (9).
Por otra parte, ni el Diluvio caldeo ni el bíblico, con sus fábulas
de Nisuthros y de Noé, están basados en el Diluvio universal,
ni aun en los de los Atlantes, registrados en la alegoría inda
del Manu Vaivasvata. Son aquéllos alegorías exotéricas
basadas en los Misterios Esotéricos de Samotracia. Si los caldeos
más antiguos conocían la verdad esotérica, oculta
en las leyendas puránicas, las otras naciones sólo conocían
el Misterio Samotracio, y lo alegorizaban. Lo adaptaron a sus nociones
astronómicas y antropológicas, o más bien fálicas.
Históricamente se sabe que Samotracia ha sido célebre en
la antigüedad por un diluvio que sumergió el país y
alcanzó la célebre en la antigüedad por un diluvio
que sumergió el país y alcanzó la cima de las más
altas montañas; suceso que tuvo lugar antes del tiempo de los argonautas.
Se inundó rápidamente por las aguas del Euxino, que hasta
entonces había sido considerado como un lago (10). Pero, además,
los israelitas tenían otra tradición en que basar su alegoría,
la leyenda del Diluvio, que transformó el actual desierto de Gobi
por última vez en un mar, hace 10.000 ó 12.000 años,
y que echó a las montañas vecinas a muchos Noés y
sus familias. Como los relatos babilónicos sólo ahora han
sido restaurados de cientos de miles de fragmentos mutilados (sólo
en el terraplén de Kouyunjik se han descubierto, desde las excavaciones
de Layard, más de 20.000 fragmentos de inscripciones), las pruebas
que aquí se citan son relativamente escasas; sin embargo, tal como
son, corroboran casi todas nuestras enseñanzas, y por lo menos
tres, con toda seguridad. Éstas son:
1. Que la raza que fue la primera en caer en la generación, era
una raza obscura (zalmat-qaqadi) que llamábanla Adamu o Raza Obscura;
y que la Sarku, o Raza Clara, permaneció pura mucho tiempo después.
2 Que los babilonios reconocían dos Razas principales en el tiempo
de la Caída, habiendo precedido a esas dos la Raza de los Dioses,
los Dobles Etéreos de los Pitris. Tal es la opinión de Sir
H. Rawlinson. Estas Razas son nuestras Segunda y Tercera Razas-Raíces.
3 Que estos siete Dioses, cada uno de los cuales creó un Hombre,
o Grupo de hombres, eran “los Dioses aprisionados o encarnados”. Estos
Dioses eran: el Dios Zi; el Dios Zi-ku (Vida Noble, Director de Pureza);
el Dios Mir-ku (Corona Noble), “Salvador de la muerte de los Dioses (más
adelante) aprisionados”, y Creador de “las razas obscuras que su mano
hizo”; el Dios Libzu, “sabio entre los Dioses”; el Dios Nissi; el Dios
Suhhab; y Hea o Sa, su síntesis, el Dios de la Sabiduría
y del Océano, identificado con Oannes-Dagon, en el tiempo de la
Caída, y llamado, colectivamente, el Demiurgo, o Creador (11).
Hay en los fragmentos babilónicos dos llamadas “Creaciones”, y
como el Génesis se ha adherido a esto, vemos que sus dos primeros
capítulos se diferencian en Creación Elohítica y
Jehovática. Su orden propio, sin embargo, no se conserva en estos
relatos exotéricos ni en otro alguno. Ahora bien; estas “Creaciones”,
según las Enseñanzas Ocultas, se refieren respectivamente
a la formación de los siete Hombres primordiales por los Progenitores,
los Pitris o Elohim, y a la de los Grupos humanos después de la
Caída.
Todo esto se examinará más adelante a la luz de la Ciencia
y de comparaciones sacadas de las escrituras de todas las naciones antiguas,
incluso la Biblia. Mientras tanto, y antes de volver a la Antropogénesis
de las razas prehistóricas, convendría ponerse de acuerdo
respecto de los nombres de los Continentes en donde las cuatro grandes
Razas, que precedieron a nuestra Raza Adámica, nacieron, vivieron
y murieron. Sus nombres arcaicos y esotéricos eran muchos, y variaban
con el lenguaje de la nación que los mencionaba en sus anales y
escrituras. Por ejemplo, lo que en el Vendidâd se llama Airyana
(Vaêjô (12), donde nació el Zoroastro original (13),
es llamado en la literatura puránica Shveta Dvipa, Monte Meru,
la Mansión de Vishnu, etc.; y en la Doctrina Secreta se llama simplemente
la “Tierra de los Dioses”, bajo sus jefes, los “Espíritus de este
Planeta”.
Por lo tanto, en vista de la confusión posible y hasta muy probable
que puede haber, consideramos más conveniente adoptar, para cada
uno de los Cuatro Continentes que constantemente se mencionan, un nombre
más familiar para el ilustrado lector. Proponemos, pues, llamar
al primer Continente, o más bien a la primera terra firma, donde
fue evolucionada la Primera Raza por los Progenitores divinos:
I. La Isla Sagrada e Imperecedera.
La razón de este nombre es que, según se afirma, esta “Isla
Sagrada e Imperecedera”, nunca ha participado de la suerte de los otros
Continentes, por ser la única cuyo destino es durar desde el principio
hasta el fin del Manvántara pasando por cada Ronda. Es la cuna
del primer hombre y la morada del último mortal divino, escogido
como un Shishta para la semilla futura de la Humanidad. Muy poco puede
decirse de esta tierra misteriosa y sagrada, excepto, quizás, según
una poética expresión de uno de los Comentarios, que la
“Estrella Polar fija en ella su vigilante mirada, desde la aurora hasta
la terminación del crepúsculo de un Día del Gran
Aliento” (14).
II. La Hiperbórea.
Éste será el nombre escogido para el segundo Continente,
la tierra que extendía sus promontorios al Sur y al Este desde
el Polo Norte, para recibir la Segunda Raza, y comprendía todo
lo que se conoce como Asia del Norte. Tal fue el nombre dado por los griegos
más antiguos a la lejana y misteriosa región adonde su tradición
hacía viajar cada año a Apolo, el Hiperbóreo. Astronómicamente,
el Apolo es, por supuesto, el Sol, el cual, abandonando sus santuarios
helénicos, gustaba visitar su lejano país, donde se decía
que el Sol nunca se ponía durante la mitad del año.
“.........”
dice
un verso de la Odisea (15).
Pero históricamente, o mejor dicho quizás, etnológica
y geológicamente, el significado difiere. La tierra de los Hiperbóreos,
el país que se extendía más allá de Bóreas,
el Dios de corazón helado de nieves y huracanes, que gustaba de
dormitar pesadamente en la cordillera de los Montes Rifeos, no era un
país ideal como suponen los mitólogos, ni una tierra vecina
de la Escitia y del Danubio (16). Era un Continente real, una tierra bona
fide que no conocía el invierno en aquellos días primitivos,
y cuyos tristes restos no tienen aún ahora más que un día
y una noche durante el año. Las sombras nocturnas nunca se extienden
en ella, dicen los griegos; pues es la “Tierra de los Dioses”, la mansión
favorita de Apolo, el Dios de la luz, y sus habitantes son sus sacerdotes
y servidores queridos. Esto puede considerarse ahora como una ficción
poética; pero entonces era una verdad poetizada.
III. Lemuria.
Proponemos llamar Lemuria al tercer Continente. Este nombre es una invención
o una idea de Mr. P. L. Sclater, quien, entre 1850 y 1860, confirmó
con fundamentos zoológicos la existencia real, en tiempos prehistóricos,
de un Continente que demostró se extendía desde Madagascar
a Ceilán y Sumatra. Incluía algunas partes de lo que ahora
se llama África; pero, por lo demás, este gigantesco Continente,
que se extendía desde el Océano Índico hasta la Australia,
ha desaparecido ahora por completo bajo las aguas del Pacífico,
dejando aquí y allá solamente algunas de las cumbres de
sus montes más elevados, que en la actualidad son islas. Según
escribe Mr. Charles Gould, Mr. A. R. Wallace, el naturalista:
Extiende la Australia de los períodos terciarios a Nueva Guinea
y a las Islas de Salomón, y quizás a Fiji, y de sus tipos
marsupiales infiere una conexión con el Continente del Norte durante
el período Secundario (17).
Este asunto se trata muy extenso en otra parte (18).
IV. Atlántida.
Así llamamos al cuarto Continente. Sería la primera tierra
histórica si se prestase más atención de lo que se
ha hecho hasta ahora a las tradiciones de los antiguos. La famosa isla
llamada así por Platón era sólo un fragmento de aquel
gran Continente (19).
V. Europa.
El quinto Continente era América; pero, como está situado
en sus antípodas, los ocultistas indo-arios mencionan generalmente
a Europa y al Asia Menor, casi contemporáneos de aquél,
como el quinto. Si su enseñanza siguiese la aparición de
los Continentes en su orden geológico y geográfico, entonces
esta clasificación tendría que alterarse. Pero como el orden
sucesivo de los Continentes se hace que siga al orden de la evolución
de las Razas, desde la Primera a la Quinta, nuestra Raza-Raíz Aria,
Europa tiene que llamarse el quinto gran Continente. La Doctrina Secreta
no toma en cuenta islas y penínsulas, ni sigue tampoco la distribución
geográfica moderna de la tierra y el mar. Desde el tiempo de sus
primitivas enseñanzas y de la destrucción de la gran Atlántida,
la faz de la Tierra ha cambiado más de una vez. Hubo un tiempo
en que el delta de Egipto y el África del Norte pertenecían
a Europa, antes de la formación del Estrecho de Gibraltar, y de
que un ulterior levantamiento del Continente cambiase por completo la
faz del mapa de Europa. El último cambio notable se verificó
hace unos 12.000 años (20), y fue seguido por la sumersión
de la pequeña isla Atlante de Platón, quee él llamó
Atlántida como su continente padre. La Geografía era, en
la antigüedad, una parte de los Misterios. El Zohar dice:
Estos secretos (de la tierra y del mar) fueron comunicados a los hombres
de la ciencia secreta, pero no a los geógrafos (21).
La afirmación de que el hombre físico era originariamente
un gigante colosal pre-terciario, y de que existió hace 18.000.000
de años, tiene, por supuesto, que parecer absurda a los admiradores
y creyentes de la ciencia moderna. Todo el posse comitatus de los biólogos
se apartará de la idea de este Titán de la Tercera Raza
de la Edad Secundaria, un ser apto para luchar con éxito con los
entonces gigantescos monstruos del aire, del mar y de la tierra; así
como sus antepasados, los prototipos etéreos del Atlante, poco
temor podían tener a lo que no podía hacerles daño.
El antropólgo moderno puede reírse cuanto quiera de nuestros
Titanes como se ríe del Adán bíblico, y como el teólogo
se ríe del antecesor pitecoide de aquél. Los ocultistas
y sus severos críticos pueden estar seguros de que en esta fecha
ya no se quedan nada a deber unos a otros. Las Ciencias Ocultas pretenden
menos y dan más en todo caso que la Antropología Darwiniana
o la Teología Bíblica.
Tampoco debe la Cronología Esotérica asustar a nadie, pues,
respecto a cifras, las mayores autoridades del día son tan volubles
e inciertas como las olas del Mediterráneo. Sólo respecto
de la duración de los períodos geológicos, los sabios
de la Sociedad Real divagan sin esperanza, y salían desde un millón
a quinientos millones de años con la mayor facilidad, como se verá
más de una vez en el curso de este cotejo.
Tomemos un ejemplo para nuestro presente objeto, los cálculos del
Dr. James Croll, F. R. S. Ya sea que, según esta autoridad, 2.500.000
años representan el tiempo desde el principio de la Edad Terciaria
o período Eoceno, como le hace decir un geólogo americano
(22), o bien que el Dr. Croll “conceda quince millones desde el principio
del período Eoceno”, como lo cita un geólogo inglés
(23), ambas cantidades se hallan dentro de las afirmaciones de la Doctrina
Secreta (24). Pues asignando, como hace esta última, de cuatro
a cinco millones de años entre la evolución incipiente y
la final de la Cuarta Raza-Raíz en los Continentes Lemuro-Atlánticos
-1.000.000 de años para la Quinta o Raza Aria hasta la fecha, y
unos 850.000 desde la sumersión de la última extensa península
de la gran Atlántida-, todo esto puede haber tenido lugar fácilmente
dentro de los 15.000.000 de años concedidos por el Dr. Croll a
la Edad Terciaria. Pero, cronológicamente hablando, la duración
del período es de importancia secundaria, puesto que después
de todo tenemos ciertos hombres de ciencia americanos en que apoyarnos.
Estos señores, sin sentirse en lo más mínimo afectados
porque llamen a sus asertos no sólo dudosos, sino absurdos, siguen
sosteniendo que el hombre ha existido desde una edad tan remota como la
Secundaria. Han encontrado huellas humanas en rocas de aquella formación;
y, además, M. de Quatrefages no ve ninguna razón científica
válida de por qué el hombre no haya podido existir durante
la Edad Secundaria.
Las Edades y períodos en la Geología son en estricta verdad
términos puramente convencionales, puesto que están aún
apenas delineados, y además no hay dos geólogos o naturalistas
que estén de acuerdo acerca de las cifras. Así, pues, la
sabia fraternidad presenta a los ocultistas ancho margen en que escorger.
¿Tomaremos como uno de nuestros sostenes a Mr. T. Mekllard Read?
Este señor, en un escrito sobre “La piedra caliza como Indicador
del Tiempo Geológico”, que leyó en 1878 ante la Sociedad
Real, pretende que el mínimum requerido para la formación
de las capas sedimentarias y la eliminación de la materia calcárea
es, en números redondos, 600 millones de años (25). ¿O
deberemos pedir ayuda para nuestra cronología a las obras de Mr.
Darwin, en donde, según su teoría, asigna a las transformaciones
orgánicas de 300 a 500 millones de años? Sir Charles Lyell
y el profesor Houghton se contentaban con colocar el principio de la Edad
Cambriana a 200 y 240 millones de años, respectivamente, de nuestra
época. Los geólogos y zoólogos sostienen el máximum
del tiempo, al par que Mr. Huxley colocó una vez el principio de
la incrustación de la Tierra hace 1.000.000.000 de años,
sin querer descontar ni un solo millar.
Pero el punto principal para nosotros no está en el acuerdo o desacuerdo
de los naturalistas acerca de la duración de los períodos
geológicos, sino más bien en su acuerdo perfecto, por milagro,
en un punto muy importante. Convienen todos en que durante la Edad Miocena
-ya haga uno o diez millones de años- la Groenlandia y hasta el
Spitzbergen, restos de nuestro segundo Continente, el Hiperbóreo,
“tenían casi un clima tropical”. Ahora bien; los griegos prehoméricos
habían conservado una tradición vívida de esta “Tierra
del Sol Eterno”, adonde su Apolo viajaba todos los años. La Ciencia
nos dice que:
...durante la Edad Miocena, Groenlandia (a 70º lat. N.) desarrolló
gran abundancia de árboles tales como el tejo, el árbol
rojo, un sequoia aliado a las especies de California, hayas, plátanos,
sauces, encinas, álamos y nogales, así como también
una clase de magnolias y de zamias (26).
En una palabra: Groenlandia tenía plantas del Sur desconocidas
en la regiones del Norte.
Y ahora se presenta naturalmente esta pregunta: Si los griegos, en los
días de Homero, conocían una tierra Hiperbórea, esto
es, una tierra bendita más allá del alcance de Bóreas,
el Dios del invierno y del huracán, una región ideal que
los últimos griegos y sus escritores han tratado en vano de colocar
más allá de la Escitia, un país donde las noches
eran cortas y los días largos, y más allá de éste
una tierra donde el Sol nunca se ponía y donde la palma crecía
libremente; si conocían todo esto, ¿quién les habló
de ello? En su tiempo, y durante edades anteriores, Groenlandia debió
ciertamente haber estado ya cubierta de nieves y hielos perpetuos, lo
mismo que ahora. Todo tiende a demostrar que la tierra de las noches cortas
y de los días largos era Noruega o Escandinavia, más allá
de la cual se hallaba la tierra bendita de la luz y del verano eternos.
Para que los griegos conocieran esto, la tradición debió
haberles llegado de un pueblo más antiguo que ellos, que conocía
aquellos detalles de un clima acerca del cual los griegos mismos nada
podían saber. Aun en nuestros días, la Ciencia sospecha
que más allá de los mares polares, en el círculo
mismo del Polo Ártico, existe un mar que nunca se hiela y un continente
siempre verde. Las Enseñanzas Arcaicas y también los Purânas
-para quien entiende sus alegorías- contienen las mismas afirmaciones.
Para nosotros nos basta la gran probabilidad de que durante el período
mioceno de la Ciencia Moderna, en un tiempo en que la Groenlandia era
casi una tierra tropical, existió allí un pueblo desconocido
ahora de la Historia.
PARTE
I
ANTROPOGÉNESIS
DOCE
ESTANCIAS, COMPRENDIENDO CUARENTA Y NUEVE SLOKAS,
TRADUCIDAS DEL LIBRO SECRETO DE DZYAN
Con
Comentarios
En tiempos primitivos, una doncella,
hermosa Hija del Éter,
Pasó durante edades su existencia
En la gran extensión de los Cielos...........
Vagó durante setecientos años;
...........
Setecientos años de trabajo pasó
Antes de dar a luz a su primer nacido............
Antes que un hermoso ánade descendiendo
Se apresurase hacia la madre-agua...................
Apóyase ligeramente en las rodillas:
Encuentra un sitio a propósito para el nido
Donde, fuera de peligro, poner sus huevos..................
Pone en él sus huevos libremente,
Seis, los huevos de oro pone alli;
Luego un séptimo, un huevo de hierro.
Kalevala (Crawford).
ANTROPOGÉNESIS
DE
LAS
ESTANCIAS DE DZYAN (1)
ESTANCIA I
1. El Lha que dirige al Cuarto, es Servidor de los Lha (s) de los Siete,
los que giran, conduciendo sus Carros alrededor de su señor, el
Ojo Único (de nuestro Mundo). Su Aliento dio Vida a los Siete.
Dio Vida al Primero.
2. Dijo la Tierra: “Señor de la Faz Resplandeciente, mi casa está
vacía... Envía tus Hijos a poblar esta Rueda. Has enviado
tus Siete Hijos al Señor de la Sabiduría. Siete veces te
ve él más próximo a sí, siete veces más
él te siente. Has prohibido a tus Servidores, los Anillos pequeños,
recoger tu Luz y tu Color, interceptar a su paso tu gran Munificencia.
Envía ahora la misma a tu Servidor”.
3. Dijo el Señor de la Faz Resplandeciente: “Yo te enviaré
un Fuego cuando haya comenzado tu obra. Eleva tu voz a otros Lokas; acude
a tu Padre el Señor del Loto, en demanda de sus Hijos... Tu Gente
estará bajo el mando de los Padres. Tus Hombres serán mortales.
Los Hombres del Señor de la Sabiduría, no los Hijos de Soma,
son inmortales. Cesa en tus quejas. Tus Siete Pieles están aún
sobre ti... Tú no estás preparada. Tus Hombres no están
preparados”.
4. Después de grandes sufrimientos desechó ella sus Tres
Pieles viejas, se puso las Siete Pieles nuevas, y afirmóse en la
primera.
ESTANCIA II
5. La Rueda volteó por treinta crores más. Construyó
Rûpas; Piedras blandas que se endurecieron; Plantas duras que se
ablandaron. Lo visible de lo invisible, Insectos y pequeñas Vidas.
Ella las sacudía de su dorso cuando invadían a la Madre...
Después de treinta crores, se volvió por completo. Reposaba
sobre su dorso; sobre un costado... No quería llamar a Hijos del
Cielo, no quería buscar a hijos de la Sabiduría. Ella creó
de su propio Seno. Produjo Hombres Acuáticos, terribles y perversos.
6. Los Hombres Acuáticos, terribles y perversos, los creó
ella misma de los restos de otros. De los desperdicios y el fango de su
Primera, Segunda y Tercera los formó. Los Dhyânis vinieron
y miraron... los Dhyânis procedentes del resplandeciente Padre-Madre,
vinieron de las Blancas Regiones, de las Mansiones de los Mortales Inmortales.
7. Ellos se disgustaron. “Nuestra Carne no está ahí. No
hay Rûpas aptos para nuestros Hermanos de la Quinta. No hay Moradas
para las Vidas. Aguas puras, no turbias, deben ellos beber. Sequémoslas”.
8. Las Llamas vinieron. Los Fuegos con las Chispas; los Fuegos de la Noche
y los Fuegos del Día. Ellos secaron las Aguas turbias y obscuras.
Con su calor las agotaron. Los Lhas de la Altura y los Lhamayin de Abajo,
vinieron. Hicieron morir a las Formas de dos y de cuatro caras. Lucharon
con los Hombres-Cabríos, con los Hombres de Cabeza de Perro y con
los Hombres con cuerpos de pez.
9. El agua Madre, el Gran Mar, lloró. Ella se levantó, desapareció
en la Luna, que la había elevado, que la había hecho nacer.
10. Cuando fueron destruidos, la Tierra Madre quedóse vacía.
Pidió que la secaran.
ESTANCIA
III
11. El Señor de los Señores vino. Del Cuerpo de ella él
separó las Aguas, y aquello fue Cielo arriba; el Primer Cielo.
12. Los grandes Chohans llamaron a los Señores de la Luna, de los
Cuerpos Aéreos: “Producid Hombres, Hombres de vuestra naturaleza.
Dadles las Formas internas. ella construirá vestiduras externas.
Machos-Hembras serán. señores de la Llama también...”
13. Ellos fueron cada uno a su Tierra destinada; Siete de ellos, cada
uno a su Lote. Los señores de la Llama se quedaron detrás.
No querían ir; no querían crear.
ESTANCIA IV
14. Las Siete Huestes, los “Señores Nacidos por la Voluntad”, impulsados
por el Espíritu Dador de Vida, separaron a los Hombres de ellos
mismos, cada uno en su propia Zona.
15. Siete veces siete Sombras de Hombres Futuros nacieron. Cada una de
su propio Color y Especie. Cada una inferior a su Padre. Los Padres, los
Sin-huesos, no podían dar la Vida a Seres con Huesos. La progenie
de Ellos fue Bhûta, sin Forma ni Mente. Por esa razón son
ellos llamados la raza Chhâyâ.
16. ¿Cómo nacieron los Mânushya? ¿Cómo
se formaron los Manus con mentes? Los Padres llamaron en su ayuda a su
propio Fuego, que es el Fuego que arde en la Tierra. El Espíritu
de la Tierra llamó en su ayuda al Fuego Solar. Estos Tres, con
sus esfuerzos reunidos, produjeron un buen Rûpa. Podía estar
de pie, andar, correr, reclinarse o volar. Sin embargo, no era aún
más que un Chhâyâ, una Sombra sin Entendimiento...
17. El Aliento necesitaba una Forma; los Padres se la dieron. El Aliento
necesitaba un Cuerpo denso; la Tierra lo modeló. El Aliento necesitaba
el Espíritu de Vida; los Lhas Solares lo exhalaron en su Forma.
El Aliento necesitaba un Espejo de su Cuerpo; “¡Nosotros le dimos
el nuestro!” -dijeron los Dhyânis. El Aliento necesitaba un Vehículo
de Deseos; “¡Lo tiene!” -dijo el Agotador de las Aguas. Pero el
Aliento necesitaba una Mente para abarcar el Universo; “¡No podemos
dar eso!” -dijeron los Padres. “¡Jamás la tuve!” -dijo el
Espíritu de la Tierra. “¡La Forma sería consumida
si yo le diera la mía!” -dijo el gran Fuego... El Hombre permaneció
un Bhûta vacío e insensato... Así dieron la Vida los
Sin-huesos a los que se convirtieron en Hombres con Huesos en la Tercera.
ESTANCIA V
18. Los Primeros fueron los Hijos de Yoga. Sus hijos, los hijos del Padre
Amarillo y de la Madre Blanca.
19. La Segunda Raza fue el producto por brote y expansión, la Asexual
procedente de la Sin-sexo (2). Así fue, ¡oh Lanú!
producida la segunda Raza.
20. Sus Padres fueron los Nacidos por sí mismos... Los Nacidos
por sí mismos, los Chhâyâs procedentes de los brillantes
Cuerpos de los Señores, los Padres, los Hijos del Crepúsculo.
21. Cuando la Raza se hizo vieja, las Aguas antiguas se mezclaron con
las Aguas más recientes. Cuando sus Gotas se enturbiaron, se desvanecieron
y desaparecieron en la nueva Corriente, en la cálida Corriente
de la Vida. Lo Externo de la Primera se convirtió en lo Interno
de la Segunda. El Ala vieja vino a ser la Sombra nueva, y la Sombra del
Ala.
ESTANCIA VI
22. Después la Segunda desarrolló la Nacida del Huevo, la
Tercera. El Sudor creció, sus Gotas crecieron, y las Gotas se hicieron
duras y redondas. El Sol la calentó; la Luna la enfrió y
la formó; el Soplo la alimentó hasta su madurez. Desde la
Estrellada Bóveda el Cisne Blanco cobijaba a la gran Gota. El Huevo
de la Raza futura, el Hombre-Cisne de la Tercera ulterior. Primeramente
macho-hembra, luego Hombre y Muejr.
23. Los Nacidos-por-sí-mismos fueron los Chhâyâs, las
Sombras de los Cuerpos de los Hijos del Crepúsculo. Ni el agua
ni el fuego podían destruirlos. (Sus hijos lo fueron).
ESTANCIA VII
24. Los Hijos de la Sabiduría, los Hijos de Noche, prontos para
renacer descendieron. Vieron ellos las formas viles de la Primera Tercera.
“Podemos elegir”, dijeron los Señores; “poseemos la sabiduría”.
Algunos entraron en los Chhâyâs proyectaron una Chispa. Otros
lo difirieron hasta la Cuarta. De su propio Rûpa llenaron el Kâma.
Los que empezaron se convirtieron en Arhats. Los que sólo recibieron
una Chispa, permanecieron destituidos de conocimiento; la Chispa ardía
débilmente. Un Tercio permanecía sin mente. Sus Jivas no
estaban dispuestos. Estos fueron puestos aparte entre las Siete. Se volvieron
ellos de cabeza estrecha. En un Tercio estuvieron preparados. “En estos
moraremos”, dijeron los Señores de la Llama (y de la Sabiduría
Secreta).
25. ¿Cómo obraron los Mânasa, los Hijos de la Sabiduría?
Rechazaron a los Nacidos-por-sí-mismos. No están dispuestos.
Desdeñaron a los Nacidos del Sudor. No están completamente
preparados. No quisieron empezar en el primer Nacido del Huevo.
26. Cuando el Exudado produjo al Nacido del Huevo, al doble, al potente,
al poderoso con huesos, los Señores de la Sabiduría dijeron:
“Ahora crearemos”.
27. La Tercera Raza se convirtió en el Vâhan de los Señores
de la Sabiduría. Creó “Hijos de la Voluntad y del Yoga”,
por Kriyâshakti los creó, los Santos Padres. Antecesores
de los Arhats.
ESTANCIA VIII
28. De las gotas de sudor, del residuo de la substancia, material procedente
de los cuerpos muertos de hombres y animales de la Rueda anterior, y del
polvo desechado, fueron producidos los primeros animales.
29. Animales con huesos, dragones del océano y Sarpas voladoras
fueron añadidos a los seres que serpentean. Los que se arrastran
por el suelo adquirieron alas. Los de largo cuello en el agua se convirtieron
en los progenitores de las aves del aire.
30. Durante la Tercera, los animales sin huesos crecieron y se transformaron;
se convirtieron ellos en animales con huesos, sus Chhâyâs
se solidificaron.
31. Los animales se separaron los primeros. Principiaron a engendrar.
El hombre duplo se separó también. Él dijo “Hagamos
lo que ellos: unámonos y hagamos criaturas”. Así lo hicieron...
32. Y aquellos que carecían de Chispa, tomaron para sí enormes
animales hembras. Engendraron con ellas razas mudas. Mudos eran ellos
mismos. Pero sus lenguas se desataron. Las lenguas de su progenie permanecieron
calladas. Engendraron monstruos: Una raza de monstruos encorvados, cubiertos
de pelo rojo, andando a gatas. Una raza muda para guardar callada la vergüenza.
ESTANCIA
IX
33. Viendo lo cual, los Lhas que no habían construido hombres,
lloraron, diciendo:
34. “Los Amânasa han profanado nuestras mansiones futuras. Esto
es Karma. Habitemos en las otras. Enseñémosles mejor para
evitar males mayores”. Así lo hicieron...
35. Entonces todos los hombres fueron dotados de Manas. Vieron ellos el
pecado de los sin mente.
36. La Cuarta Raza desarrolló el lenguaje.
37. El Uno se convirtió en Dos; así también todos
los seres vivos y serpeantes que eran todavía uno, peces gigantescos,
pájaros y serpientes con cabezas de conchas.
ESTANCIA X
38. Así, de dos a dos, en las Siete Zonas, la Tercera Raza dio
nacimiento a la Cuarta; los Sura se convirtieron en A-sura.
39. La Primera, en todas las Zonas, fue del color de la luna; la Segunda
amarilla como el oro; la Tercera roja; la Cuarta de color oscuro, que
se tornó negro por el pecado, Los siete primeros vástagos
humanos fueron todos de un color. Los siete siguientes principiaron a
mezclarse.
40. Entonces la Tercera y Cuarta crecieron en orgullo. “Somos los reyes;
somos los dioses”.
41. Tomaron esposas de hermosa apariencia. Esposas procedentes de los
sin mente, los de cabeza estrecha. Engendraron monstruos, demonios perversos,
macho y hembra, también Khado (dâkinî), con mentes
limitadas.
42. Construyeron ellos templos para el cuerpo humano. Rendían culto
a varón y hembra. Entonces el Tercer Ojo cesó de funcionar.
ESTANCIA XI
43. Ellos construyeron enormes ciudades. Con tierras y metales raros ellos
construían. De los fuegos vomitados, de la piedra blanca de las
montañas y de la piedra negra, tallaban sus propias imágenes
a su tamaño y semejanza, y las adoraban.
44. Construyeron grandes imágenes de nueve yatis de alto: el tamaño
de sus cuerpos. Fuegos internos habían destruido la tierra de sus
Padres. El agua amenazaba a la Cuarta.
45. Las primeras Grandes Aguas vinieron. Ellas sumergieron las Siete Grandes
Islas.
46. Los Justos todos salvados, los Impíos destruidos. Con ellos
perecieron la mayor parte de los enormes animales producidos del sudor
de la tierra.
ESTANCIA XII
47. Pocos quedaron. algunos amarillos, algunos del color oscuro y negro,
y algunos rojos quedaron. Los del color de la Luna habían desaparecido
para siempre.
48. La Quinta producida del tronco Santo quedó; ella fue gobernada
por los primeros Reyes Divinos.
49. ...(Las Serpientes) que volvieron a descender, que hicieron la paz
con la Quinta, que la enseñaron e instruyeron...
COMENTARIOS
de las Doce Estancias y sus expresiones, siguiendo el orden
de numeración de aquéllas y de las slokas
LA
“MALDICIÓN” DESDE UN PUNTO DE VISTA
FILOSÓFICO
Las anteriores enseñanzas de la Doctrina Secreta, completadas por
tradiciones universales, han debido demostrar ya que los Brâhmanas
y Purânas, el Vendîdâd y otras escrituras mazdeístas;
las egipcias, griegas y romanas, y finalmente, hasta los anales sagrados
judíos, todas tienen el mismo origen. Ninguna de ellas es un cuento
sin sentido y sin fundamento, inventado para atrapar al profano incauto;
todas son alegorías que encierran, bajo un velo más o menos
fantástico, las grandes verdades reunidas en el mismo campo de
la tradición prehistórica. La falta de espacio nos impide
entrar, en estos volúmenes, en más minuciosos detalles acerca
de las cuatro Razas que han precedido a la nuestra. Pero antes de presentar
al lector la historia de la evolución psíquica y espiritual
de los padres directos antediluvianos de nuestra Quinta Humanidad (la
Aria), y antes de demostrar su influencia sobre todas las ramas laterales
desarrolladas del mismo tronco, tenemos que dilucidar algunos hechos más.
Se ha mostrado con el testimonio de todo el mundo literario antiguo, y
las especulaciones intuitivas de más de un filósofo y hombre
científico de las últimas edades, que las enseñanzas
de nuestra Doctrina Esotérica se hallan corroboradas, en casi todos
los casos, tanto por pruebas deducidas como por las directas, y que ni
los Gigantes “legendarios” ni los perdidos Continentes, así como
tampoco la evolución de las Razas precedentes, son cuentos sin
ningún fundamento. En la Adenda del siguiente volumen, la Ciencia
se verá más de una vez imposibilitada de replicar; y esperamos
que esa Adenda resolverá todas las observaciones escépticas
que se presenten respecto al número sagrado en la naturaleza, y
a nuestras cifras en general.
Mientras tanto, fáltanos por concluir una tarea: la refutación
del más pernicioso de todos los dogmas teológicos, la MALDICIÓN
bajo la cual se dice ha sufrido la humanidad desde la supuesta desobediencia
de Adán y Eva en el jardín del Edén.
Los poderes creadores del hombre fueron un don de la Sabiduría
Divina, no consecuencia del pecado. Esto se ve claramente en la conducta
paradójica de Jehovah, que maldice primero a Adán y Eva
(o la Humanidad) por el supuesto crimen cometido, y luego bendice a su
“pueblo escogido” diciendo: “Creced multiplicaos, y llenad la tierra”
(183). La Maldición no fue atraída sobre la humanidad por
la Cuarta Raza, pues la Tercera, relativamente sin pecado, los antediluvianos
aun más gigantescos, habían perecido del mismo modo; por
tanto, el Diluvio no fue un castigo, sino simplemente resultado de una
ley periódica y geológica. Tampoco cayó sobre ellos
la maldición del KARMA por buscar la unión natural, como
hacen todos los animales sin mente en las épocas debidas; sino
por abusar del poder creador, por degradar el don divino y malgastar la
esencia de la vida sin más objeto que la satisfacción personal
bestial. Cuando se comprende, se ve que el tercer capítulo del
Génesis se refiere al Adán y Eva de la Tercera Raza que
terminaba, y de la Cuarta que empezaba. En el principio, la concepción
era tan fácil para la mujer como para toda la creación animal.
Nunca estuvo en el plan de la Naturaleza que la mujer diese a luz a sus
hijos en el “dolor”. Desde aquella época, sin embargo, durante
la evolución de la Cuarta Raza, declaróse la enemistad entre
su simiente y la simiente “de la Serpiente”, la simiente o producto del
Karma y de la Sabiduría Divina. Pues la semilla de la mujer, la
lujuria, aplastó la cabeza de la semilla del fruto de la sabiduría
y del conocimiento, convirtiendo todo el misterio de la procreación
en satisfacción animal; de aquí que la ley del Karma “magullase
el talón” de la Raza Atlante, cambiando de un modo gradual, fisiológica,
moral, física y mentalmente la naturaleza toda de la Cuarta Raza
humana (184), hasta que, en lugar de ser el rey saludable de la creación
animal de la Tercera Raza, el hombre se convirtió en la Quinta,
nuestra Raza, en un ser escrupuloso e impotente, y vino a ser el heredero
más rico del Globo de enfermedades de constitución y hereditarias,
el más consciente e inteligentemente bestial de todos los animales
(185).
Ésta
es la verdadera Maldición desde el punto de vista fisiológico,
casi la única que se indica en el Esoterismo kabalístico.
Considerada bajo este aspecto, la Maldición es innegable, porque
es evidente. La evolución intelectual, marchando en su progreso
mano a mano con la física, ha sido, ciertamente, una maldición
más bien que una bendición; un don apresurado por los “Señores
de Sabiduría” que derramaron sobre el Manas humano el fresco rocío
de su propio Espíritu y Esencia. El Divino Titán ha sufrido,
pues, en vano; y casi se siente uno inclinado a lamentar su beneficio
a la humanidad, y a suspirar por aquellos días tan gráficamente
descritos por Esquilo en su “Prometeo Encadenado”, cuando al final de
la primera Edad Titánica (la Edad que siguió a la del Hombre
Etéreo, del piadoso Kandu y Pramlochâ) el hombre físico
naciente, todavía sin intelecto y (fisiológicamente) sin
sentidos, se describe como:
Viendo, veían en vano;
Oyendo, no oían; sino que semejantes a las sombras en sueños,
Durante largo tiempo, todo lo confundían al acaso.
Nuestros Salvadores, los Agnishvâtta y otros “Hijos divinos de la
Llama de la Sabiduría”, personificados por los griegos en Prometeo
(186), bien pueden quedar desconocidos y sin que se les dé las
gracias, en la injusticia del corazón humano. En nuestra ignorancia
de la verdad, pueden ser indirectamente maldecidos por el don de Pandora;
pero verse proclamados y declardos DEMONIOS por boca del clero es un Karma
demasiado pesado para “Aquel” que, cuando Zeus, “deseó ardientemente”
extinguir toda la raza humana, “se atrevió él solo” a salvar
a la “raza mortal” de la perdición, o, como se hace decir al Titán
que sufre:
Para que no se hundieran, arrebatados al tenebroso Hades,
Por esto, terribles torturas me oprimen,
Cruel sacrificio, que a lástima mueve,
Yo que a los mortales compadecí...
El coro observa muy pertinentemente:
¡Gran
beneficio fue el que a los mortales otorgaste!
Prometeo contesta:
Sí, y además les di el fuego,
CORO: ¿Conque el fuego llameante esos seres efímeros poseen?
PROM.: Sí, y por él muchas artes con perfección aprenderán...
Pero con las artes, el “fuego” recibido se ha convertido en la mayor de
las maldiciones; el elemento animal y la conciencia de su posesión
han cambiado el instinto periódico en animalismo y sensualidad
crónica (187). Esto es lo que amenaza a la humanidad como pesado
manto funerario. así surge la responsabilidad del libre albedrío;
las pasiones Titánicas que representan a la humanidad en su aspecto
más sombrío:
La insaciabilidad constante de las pasiones y deseos inferiores que, con
cínica insolencia, desafían las trabas de la ley (188).
Habiendo Prometeo dotado al hombre, según el Protágoras
de Platón, con aquella “sabiduría que suministra el bienestar
físico”, y no habiendo cambiado el aspecto inferior del Manas del
animal (Kâma), en lugar de “una mente inmaculada, primer don del
cielo”, creóse el eterno buitre del deseo jamás satisfecho,
del pesar y de la desesperación, acoplado a la “debilidad soñolienta
que encadena a la raza ciega de los mortales” (556), hasta el día
en que Prometeo sea puesto en libertad por su libertador, destinado por
el cielo, Heracles.
Ahora bien; los cristianos, especialmente los católicos romanos,
han tratado de relacionar proféticamente este drama con el advenimiento
de Cristo. No se podía cometer error mayor. El verdadero teósofo,
el que busca la Sabiduría Divina y rinde culto a la Perfección
absoluta -la Deidad Desconocida, que no es Zeus ni Jehovah-, rechazará
tal idea. Señalando a la antigüedad, probará que jamás
ha habido un pecado original, sino sólo un abuso de la inteligencia
física siendo guiado lo psíquico por lo Animal, y extinguiendo
entre ambos la luz de lo Espiritual. Dirá él, pues: ¡Todos
los que podáis leer entre líneas, estudiad la Antigua Sabiduría
en los viejos dramas, indos y griegos; leed con atención el “Prometeo
Encadenado”, representado en los teatros de Atenas hace 2.400 años!
El mito no pertenece a Hesiodo ni a Esquilo; sino que, como Bunsen dice,
“es más antiguo que los mismos helenos”, pues verdaderamente pertenece
a la aurora de la conciencia humana. El Titán crucificado es el
símbolo personificado del Logos colectivo, la “Hueste” de los “Señores
de la Sabiduría” o el HOMBRE CELESTE, que encarnó en la
Humanidad. Además, según demuestra su nombre (Pro-me-theus,
“el que va ante él” o el futuro) (189), en lo que él ideó
y enseñó a la humanidad, la penetración psicológica
no era lo de menos. Pues según sus quejas a las hijas del Océano:
De modos diversos determiné las profecías (492)
Y entre los sueños distinguí primeramente
La visión verdadera... y a los mortales guié
A un arte misterioso...
Todas las artes, de Prometeo los mortales recibieron.
Dejando, por unas páginas, el asunto principal, detengámonos
a ver lo que puede ser el significado oculto de esta tradicional alegoría,
una de las más antiguas así como de las más sugestivas.
Como se relaciona directamente con las primeras Razas, no será
esto una verdadera digresión.
El asunto de la trilogía de Esquilo, de la cual se han perdido
dos piezas, es conocido de todo lector culto. El semidiós roba
a los Dioses (los Elohim) su secreto, el misterio del Fuego Creador. Por
este atentado sacrílego, Cronos (190) lo derriba y le entrega a
Zeus, el Padre y Creador de una humanidad que él hubiera deseado
ciega intelectualmente y semejante al animal; una Deidad Personal que
no quería ver al HOMBRE “como uno de nosotros”. Por tanto, Prometeo,
el “Dador del Fuego y de la Luz”, es encadenado al Monte Cáucaso
y condenado a la tortura. Pero el Destino triforme (Karma) cuyos decretos,
como dice el Titán, hasta Zeus -
Ni aun él al destino escapar puede...
- ordena que estos sufrimientos sólo durarán hasta el día
en que nazca un hijo de Zeus -
Sí, un hijo más fuerte que su padre . (787)
..
Uno de tu propia estirpe (de Io) será. (791)
Este
“Hijo” librará a Prometeo (la humanidad que sufre) de su propio
don fatal. Su nombre es “Aquel que tiene que venir”.
Bajo la autoridad, pues, de estas pocas líneas, las cuales, como
toda otra sentencia alegórica, puede ser amoldada a cualquier sentido
(bajo la autoridad de las palabras pronunciadas por Prometeo y dirigidas
a Io, la hija de Inaco, perseguida por Zeus), toda una profecía
ha sido construida por algunos escritores católicos. Dice el Titán
crucificado:
Y , portento increíble, las encinas parlantes
Las cuales claramente, sin enigmática frase,
Te proclamaron como la ilustre esposa de Zeus
....................... (853)
............. halagándote
Con sólo el suave contacto de su diestra;
Luego al oscuro Epafo parirás, cuyo nombre
Registra su concepción sagrada ... (870)
Esto fue interpretado por varios fanáticos (Des Mousseaux y De
Mirville, entre otros) como una clara profecía. Io “es la madre
de Dios”, se nos dice, y el “oscuro Epafos”, Cristo. Pero este último
no ha destronado a su Padre, excepto metafóricamente, si nos referimos
a Jehovah como el Padre; ni el Salvador cristiano ha precipitado a su
Padre en el Hades. Prometeo dice (en el verso 930) que Zeus será
también humillado:
....tal matrimonio prepara
Que desde el trono de su poderío a la nada
Lo precipitará; cumpliráse así en todo
La maldición de su padre Cronos...... Dejadle, pues, estar
Confiado en su alto y mugiente trueno,
Y blandiendo con ambas manos el rayo fiero;
Pues estos no le librarán, y tendrá que caer,
Caída ignominiosa, intolerable ... (980)
El “oscuro Epafos” era el Dionisio-Sabasius, hijo de Zeus y de Deméter
en los Misterios Sabasios, durante los cuales el “Padre de los Dioses”,
tomando la forma de Serpiente, engendró con Deméter a Dionisio,
o el Baco Solar. Io es la Luna y, al mismo tiempo, la Eva de una nueva
raza, y lo mismo es Deméter, en el caso presente. El mito de Prometeo
es verdaderamente una profecía; pero no se refiere a ninguno de
los Salvadores cíclicos que han aparecido periódicamente
en varios países y en diversas naciones, en sus estados transitorios
de evolución. Se refiere al último de los misterios de las
transformaciones cíclicas, en cuya serie la humanidad, habiendo
pasado del estado etéreo al físico sólido, desde
la procreación espiritual a la fisiológica, marcha ahora
adelante en el arco opuesto del ciclo, hacia esa segunda fase de su estado
primitivo en que la mujer no conocía hombre y la progenie humana
era creada, no engendrada.
Ese estado volverá al mundo en general cuando éste descubra
y aprecie realmente las verdades que yacen en el fondo de este gran problema
del sexo. Será él como la “luz que nunca ha brillado ni
en la tierra ni en el mar”; y tiene que llegar a los hombres por medio
de la Sociedad Teosófica. Esa luz conducirá a la verdadera
intuición espiritual. Entonces, según se dijo una vez en
una carta a un teósofo:
El mundo tendrá una raza de Buddhas y Cristos, porque el mundo
habrá descubierto que está en su poder el procrear niños
semejantes a Buddha, o Demonios... Cuando este conocimiento venga, todas
las religiones dogmáticas, y con éstas los Demonios, se
extinguirán.
Si reflexionamos sobre el desarrollo sucesivo de la alegoría, y
del carácter de los héroes, el misterio puede descifrarse.
Cronos es, por supuesto, el “Tiempo”, en su curso cíclico. Devora
él a sus hijos, incluso a los Dioses personales de los dogmas exotéricos.
En lugar de Zeus, ha devorado él a su ídolo de piedra; pero
el símbolo ha crecido, y sólo se ha desarrollado en la fantasía
humana, a medida que la humanidad ha descendido en el ciclo hacia su perfección
intelectual y física solamente, no hacia la espiritual. Cuando
haya progresado igualmente en su evolución espiritual, Cronos no
seguirá engañándose. En lugar de la imagen de piedra,
se tragará a la misma ficción antropomórfica. Porque
la Serpiente de la Sabiduría, representada en los Misterios Sabasios
por el Logos antropomorfizado, la unidad de los Poderes espirituales y
físicos, creará con el Tiempo (Cronos) una progenie: Dionisio-Baco
o el “oscuro Epafos”, el “poderoso”, la Raza que le derribará.
¿En dónde nacerá? Prometeo muestra su origen y lugar
de su nacimiento en su profecía a Io. Io es la Diosa Lunar de la
generación, pues ella es Isis y es Eva, la Gran Madre (191). Él
muestra el sendero de la marcha (de las razas), tan claramente como pueden
expresarlo las palabras. Ella tiene que dejar Europa e ir al continente
asiático, llegando allí a la más elevada de las montañas
del Cáucaso (véase 737); pues el Titán le dice:
Cuando el río atravieses que separa
Entrambos continentes, hacia el Oriente abrasador ... (810)
tiene
que viajar en dirección al Este, después de pasar el “Bósforo
Kimmeriano” y cruzar lo que evidentemente es el Volga y ahora Astrakhan
sobre el mar Caspio. Después de esto encontrará “furiosos
vientos del Norte”, y de allí pasará al país de la
“hueste de Arimaspian” (al Este de la Escitia de Herodoto) hacia
Las ondas cargadas de oro de Plutón ... (825)
Lo cual ha conjeturado acertadamente el profesor Newman que significa
el Ural, siendo los Arimaspi de Herodoto “los habitantes conocidos de
esta región aurífera”.
Y ahora se presenta (entre los versículos 825 y 835) un enigma
para todos los intérpretes europeos. Dice el Titán:
No te acerques a estos (a los Arimaspi y Grifos); a una tierra mucho más
lejana
Llegarás después, donde mora una raza negra
Cerca de las fuentes del Sol, de donde viene el Etíope río;
Seguirás por sus orillas hasta que llegues
A los poderosos rápidos, de do las Biblinas alturas
Envían al Neilos aguas sacras y puras.
Allí se ordenó a Io que fundase una colonia para ella y
sus hijos. Ahora veremos cómo ha sido interpretado el pasaje. A
Io se le dice que tiene que viajar hacia Oriente hasta llegar al río
Ethiops, el cual tendrá que seguir hasta su caída en el
Nilo, de donde la perplejidad. “Según las teorías geográficas
de los primeros griegos”, nos dice el autor de la versión de “Prometeo
Encadenado”:
Esta condición la llenaba el río Indus. Arrian (VI, 1) refiere
que Alejandro el Grande, al estarse preparando para navegar por el Indus
(habiendo visto cocodrilos en este río y en ningún otro,
excepto en el Nilo...), le pareció que había descubierto
las fuentes del Nilo; como si éste, saliendo de algún lugar
de la India, y corriendo a través de mucha tierra desierta, perdiese
por esto su nombre de Indus, corriese... luego por tierras inhabitadas,
y fuese entonces llamado Nilo por los etíopes de aquellos lugares,
y después por los egipcios. Virgilio, en la Geórgica IV,
se hace eco de este antiguo error (192).
Tanto Alejandro como Virgilio pueden haberse equivocado considerablemente
en sus nociones geográficas; pero la profecía de Prometeo
no ha pecado del mismo modo, ni mucho menos; en todo caso, no en su espíritu
esotérico. Cuando se simboliza cierta Raza, y se dan los sucesos
de su historia alegóricamente, no hay que esperar una exactitud
topográfica en el itinerario trazado para su personificación.
Sin embargo, sucede efectivamente que el río Ethiops es el Indus,
y es también el Nil o Nilâ. Es el río que nace en
la montaña, la Celeste Kailâsa, la Mansión de los
Dioses, a 22.000 pies sobre el nivel del mar. Era el Río Ethiops,
y así fue llamado por los griegos mucho tiempo antes de los días
de Alejando, porque sus orillas, desde Attock hasta Sind, estaban pobladas
por tribus a quienes generalmente se llamaba etíopes orientales.
La India y Egipto eran dos naciones hermanas, y los etíopes orientales
-los poderosos constructores- vinieron de la India, como está bastante
bien probado, según creemos, en Isis sin Velo (193).
En este caso ¿por qué no ha de haber podido Alejandro, y
hasta el erudito Virgilio, usar de la palabra Nilo o Neilos al hablar
del Indus, puesto que es uno de sus nombres? Hasta hoy día el Indus
es llamado en las regiones alrededor de Kalabagh, Nil, “azul”, y Nilâ,
el “río azul”. Las aguas son allí de tal color azul oscuro,
que este nombre le fue dado desde tiempo inmemorial; y una pequeña
ciudad situada en sus orillas, y que existe hasta hoy, lleva el mismo
nombre. Es evidente que Arrian, que escribió mucho tiempo después
de los días de Alejandro, y que ignoraba el antiguo nombre del
Indus, ha calumniado inconscientemente al conquistador griego. Nuestros
modernos historiadores no han sido tampoco más cautos al juzgar
como lo han hecho, pues a menudo hacen las declaraciones más concluyentes
por meras apariencias, lo mismo que sus antiguos colegas de antaño,
cuando no había Enciclopedia alguna a su disposición.
La raza de Io, la “doncella con cuernos de vaca”, es, pues, sencillamente
la raza avanzada primitiva de los etíopes, traída por ella
del Indus al Nilo, el cual recibió su nombre en memoria del río
madre de los colonos de la India (194). Por tanto, Prometeo dice a Io
(195) que el Neilos sagrado -el Dios, no el río- la guiará
“a la tierra de tres ángulos”, a saber, el Delta, en donde se ordenó
previamente a sus hijos que fundasen “aquella remota colonia” (833 y sig.).
Allí es donde una nueva raza principia (los egipcios), y una “raza
femenina” (873), la cual, la “quinta en descendencia” del oscuro Epafos:
En número de cincuenta volverá a Argos.
Luego una de las cincuenta vírgenes caerá por el amor y
... Tendrá con Argos una raza de reyes
..........
Pero de esta estirpe saldrán héroes indomables,
Arqueros famosos, que me libertarán de estos males.
Cuándo surgirán estos héroes es lo que el Titán
no dice; pues, según observa:
Para expresar esto extensamente, necesítase largo discurso.
Pero “Argos” es Arghyavarsha, la Tierra de las Libaciones y de los antiguos
Hierofantes, de donde saldrá el Libertador de la Humanidad, nombre
que se convirtió edades después en el de su vecina la India:
la Aryâvarta de antaño.
Varios escritores antiguos, entre ellos Cicerón (196) y Clemente
de Alejandría (197), han dicho que el asunto formaba parte de los
Misterios Sabasian. Estos últimos escritores son los únicos
que atribuyen a su verdadera causa el hecho de haber sido Esquilo acusado
por los atenienses de sacrilegio y condenado a morir apedreado. Dicen
ellos que Esquilo, no estando iniciado, había profanado los Misterios
exponiéndolos en sus Trilogías en un escenario público
(198). Pero hubiera incurrido en la misma pena si hubiese sido iniciado;
lo cual es lo que debe haber sucedido, porque de otro modo hubiera tenido,
como Sócrates, un Demonio que le revelase el Drama alegórico,
sagrado y secreto, de la Iniciación. En todo caso, el “padre de
la tragedia griega” no fue quien inventó la profecía de
Prometeo; pues lo que él hizo fue sólo repetir en forma
dramática lo que era revelado por los sacerdotes durante los Misterios
de Sabasia (199). Estos últimos eran una de las festividades sagradas
más antiguas, cuyo origen es hasta hoy día desconocido de
la historia. Los mitólogos lo relacionan, por medio de Mithra,
el Sol, llamado Sabasio en algunos antiguos monumentos, con Júpiter
y Baco. Sin embargo, no fue nunca propiedad de los griegos, sino que data
de tiempo inmemorial.
La traductora del drama se maravilla de que Esquilo se hiciese culpable
de semejante
discrepancia entre el carácter de Zeus, tal como se le presenta
en el “Prometeo Encadenado”, y el que se describe en los demás
dramas (200).
Esto es por lo que Esquilo, lo mismo que Shakespeare, fue y seguirá
siendo siempre la “Esfinge” intelectual de las edades. Entre Zeus, la
Deidad Abstracta del pensamiento griego, y el Zeus Olímpico, había
un abismo. Este último no representaba en los Misterios más
principio que el aspecto inferior de la inteligencia física humana
(Manas enlazado con Kâma); mientras que Prometeo, el aspecto divino
de Manas sumergido en Buddhi, al cual aspira, era el Alma divina. Siempre
que a Zeus se le representa como cediendo a sus pasiones inferiores, es
nada más que el Alma Humana, el Dios celoso, vengativo y cruel,
en su Egoísmo o Yo exclusivista. De aquí que a Zeus se le
represente como una Serpiente, el tentador intelectual del hombre, que,
sin embargo, engendra en el curso de la evolución cíclica
al “Salvador-Hombre”, al Baco Solar o Dionisio - más que hombre.
Dionisio es uno con Osiris, con Krishna y con Buddha, el Sabio celeste,
y con el Avatâra (décimo) futuro, el Christos Espiritual
glorificado, que libertará al Christos en sufrimiento (la humanidad,
o Prometeo), en su prueba. Esto, según dicen las leyendas brahmánicas
y buddhistas, que repiten como eco las enseñanzas de Zoroastro
y ahora las cristianas (estas últimas sólo ocasionalmente),
sucederá al final del Kali Yuga. Sólo después de
la aparición del Kalki Avatâra, o Sosiosh, nacerá
el hombre de la mujer sin pecado. Entonces Brahmâ, la deidad hindú;
Ahura Mazda (Ormuzd), la de Zoroastro; Zeus, el Don Juan olímpico
griego; Jehovah, el Dios de tribu, celoso, vacilante y cruel de los israelitas,
y todos sus semejantes del Panteón universal de la fantasía
humana, se desvanecerán y desaparecerán en el aire sutil.
Y juntamente con ellos se desvanecerán sus sombras, los aspectos
sombríos de todas estas Deidades, representadas siempre como sus
“hermanos gemelos” y criaturas, en la leyenda Exotérica: su propia
reflexión sobre la Tierra, en la Filosofía Esotérica.
Los Ahrimanes y Tifones, los Samaels y Satanes, serán todos destronados
en ese día, cuando todas las pasiones malas sean subyugadas.
Hay una Ley Eterna en la Naturaleza que tiende siempre a ajustar los opuestos
y a producir una armonía final. Debido a esta Ley de desarrollo
espiritual que se sobrepondrá al físico y puramente intelectual,
la humanidad se verá libre de sus falsos Dioses, y se verá,
finalmente, redimida por sí misma.
En su revelación final, el antiguo mito de Prometeo (cuyos prototipos
y antitipos se encuentran en todas las antiguas teogonías) radica
en cada una de éstas, en el origen mismo del mal físico,
porque está en el umbral de la vida física humana. Cronos
es el “Tiempo”, cuya primera ley es que el orden de las fases sucesivas
y armónicas en el proceso de la evolución durante el desarrollo
cíclico, se conserve estrictamente, bajo la pena severa del desenvolvimiento
anormal, con todos sus consiguientes resultados. No estaba en el programa
del desarrollo natural, que el hombre, por más que sea un animal
superior, se convirtiera desde luego, intelectual, espiritual y psíquicamente,
en el Semidiós, que es en la Tierra, mientras que su constitución
física permanece más débil, más impotente
y efímera que la de casi todos los mamíferos de gran tamaño.
El contraste es demasiado grotesco y violento; el tabernáculo demasiado
indigno del Dios que en él mora. Así el don de Prometeo
se convirtió en una maldición, aun cuando sabida de antemano
y prevista por la Hueste personificada en ese personaje, como su nombre
bien lo indica (201). En esto se hallan fundados su pecado y su redención
a la vez. Pues la Hueste que encarnó en una parte de la humanidad,
aunque inducida a ello por Karma o Némesis, prefirió el
libre albedrío a la esclavitud pasiva; el dolor, y hasta la tortura
intelectual consciente, “durante el transcurso de miríadas de tiempos”,
a la beatitud instintiva, imbécil y vacía. Sabiendo que
semejante encarnación era prematura y no estaba en el programa
de la Naturaleza, la Hueste Celestial, “Prometeo”, se sacrificó,
sin embargo, para beneficiar con ello a una parte, al menos, de la humanidad
(202). Pero al paso que salvaba al hombre de la oscuridad mental, le infligió
las torturas de la propia conciencia de su responsabilidad (resultado
de su libre albedrío), además de todos los males de que
es heredero el hombre y la carne mortal. Esta tortura aceptóla
Prometeo para sí, puesto que la Hueste se mezcló desde entonces
con el tabernáculo preparado para ella, el cual era aún
imperfecto en aquel período de formación.
Siendo incapaz la evolución espiritual de marchar a la par que
la física, una vez rota su homogeneidad por la mezcla, el don se
convirtió por ello en la causa principal, si no en el único
origen, del Mal (203). Altamente filosófica es la alegoría
que muestra a Cronos maldiciendo a Zeus por destronarle, en la Edad de
Oro primitiva de Saturno, cuando todos los hombres eran Semidioses, y
por crear una raza física de hombres relativamente débiles
e impotentes; y después, entregando a su venganza (la de Zeus)
al culpable que despojó a los Dioses de su prerrogativa de crear,
elevando con ello al hombre a su nivel, intelectual y espiritualmente.
En el caso de Prometeo, Zeus representa a la Hueste de los Progenitores
Primarios, los PITRIS, los “Padres” que crearon al hombre sin entendimiento
y sin mente; al paso que el Divino Titán representa a los Creadores
Espirituales, los Devas que “cayeron” en la generación. Los primeros
son inferiores espiritualmente, pero más fuertes físicamente
que los “Prometeos”; y, por tanto, estos últimos aparecen vencidos.
“La Hueste inferior, cuya obra destruyó el Titán, echando
así por tierra los planes de Zeus”, estaba en esta Tierra en su
propia esfera y plano de acción; mientras que la Hueste superior
estaba desterrada del cielo, y se encontró cogido en las redes
de la Materia. Los de la Hueste inferior eran dueños de todas las
Fuerzas Titánicas inferiores y Cósmicas; los Titanes superiores
sólo poseían el Fuego intelectual y espiritual. Este drama
de la lucha de Prometeo con el Zeus sensual, déspota y tirano del
Olimpo, lo vemos representado diariamente en nuestra presente humanidad;
las pasiones inferiores encadenan las aspiraciones superiores a la roca
de la Materia, para generar muchas veces el buitre del dolor, del pesar
y del arrepentimiento. En todos estos casos se vuelve a ver de nuevo
Un dios ... encadenado, presa de la angustia;
El enemigo de Zeus, odiado por todos,
un
Dios, que ni aun tiene aquel supremo consuelo de Prometeo, que sufría
por propio sacrificio
Porque a los hombres amaba demasiado;
pues
el Titán divino es impulsado por el altruismo, y el hombre mortal
por el propio interés y el egoísmo en todas las ocasiones.
El moderno Prometeo se ha convertido ahora en Epi-meteo “el que ve sólo
después del suceso”; porque la filantropía universal del
primero ha degenerado hace mucho tiempo en interés y adoración
propios. El hombre volverá a ser el Titán libre de antaño;
pero no antes de que la evolución cíclica haya vuelto a
establecer la interrumpida armonía entre las dos naturalezas, la
terrestre y la divina; después de lo cual se hará impenetrable
a las Fuerzas Titánicas inferiores, invulnerable en su Personalidad
e inmortal en su Individualidad. Pero esto no sucederá sino cuando
haya eliminado de su naturaleza todo elemento animal. Cuando el hombre
comprenda que “Deus non fecit mortem” (204), sino que el hombre mismo
la ha creado, volverá a ser el Prometeo de antes de su caída.
Para el simbolismo completo de Prometeo y el origen de este mito en Grecia,
se envía al lector al tomo IV, Parte II, Sección 6: “Prometeo,
el Titán”, etc. En dicha Parte, especie de suplemento del presente
trozo, se exponen todos los informes adicionales sobre aquellas doctrinas
que serán controvertidas y disputadas. Esta obra es tan heterodoxa,
cuando se la confronta con los modelos aceptados de la Teología
y de la Ciencia Modernas, que no se omitirá prueba alguna que tienda
a mostrar que tales modelos usurpan muchas veces una autoridad ilegal.
FRAGMENTOS ADICIONALES DE UN COMENTARIO SOBRE
LOS VERSÍCULOS DE LA ESTANCIA XII
El manuscrito de que se han tomado estas explicaciones adicionales pertenece
al grupo llamado Tongshaktchi Sangye Songa, o los “Anales de los Treinta
y cinco Buddhas de Compasión”, como se les llama exotéricamente.
Estos personajes, sin embargo, aunque llamados Buddhas en la religión
Buddhista del Norte, pueden llamarse igualmente Rishis, Avatâras,
etcétera, pues son “Buddhas que han precedido a Shâkyamuni”
sólo para los partidarios septentrionales de la ética predicada
por Gautama. Estos grandes Mahâtmâs, o Buddhas, son propiedad
universal y común; son Sabios históricos (por lo menos para
todos los Ocultistas que creen en tal Jerarquía de Sabios, y a
quienes su existencia les ha sido probada por los que saben de la Fraternidad).
Se han escogido de entre unos noventa y siete Buddhas de un grupo, y cincuenta
y tres de otro (205), en su mayor parte personajes imaginarios, que son
realmente la personificación de los poderes de los primeramente
mencionados (206). Estos “Cestos” de escritos de los más antiguos,
sobre “hojas de palma”, son guardados muy secretos. Cada manuscrito tiene
como apéndice una corta sinopsis de la historia de la subraza a
que perteneció el Buddha-Lha particular. El manuscrito especial
del que han sido extractados los fragmentos que siguen, y puestos luego
en lenguaje más comprensible, se dice que ha sido copiado de tablas
de piedra que pertenecieron a un Buddha de los primeros días de
la Quinta Raza, que había presenciado el Diluvio y la sumersión
de los principales continentes de la Raza Atlante. No está muy
lejano el día en que mucho si no todo de lo que aquí exponemos
de los Anales Arcaicos se encontrará ser exacto. Entonces los simbologistas
modernos adquirirán la certidumbre de que el mismo Odin, o el Dios
Woden, el Dios más elevado de la mitología alemana y escandinava,
es uno de estos treinta y cinco Buddhas; uno de los primeros, verdaderamente,
porque el continente al que él y su Raza pertenecían, es
también uno de los primeros; tan primitivo, en verdad, que en aquellos
días la naturaleza tropical se encontraba en donde ahora se hallan
los hielos perpetuos, y se podía cruzar casi por tierra seca desde
Noruega, por Irlanda y Groenlandia, a las tierras que al presente circundan
la Bahía de Hudson. (207). De una manera semejante en los días
del apogeo de los Gigantes Atlantes, los hijos de los “Gigantes del Oriente”,
un peregrino podía hacer un viaje desde lo que hoy se llama el
desierto de Sahara, a las tierras que reposan ahora en sueños sin
ensueños, en el fondo de las aguas del Golfo de México y
el Mar de los Caribes. Sucesos que jamás han sido escritos fuera
de la memoria humana, pero que eran religiosamente transmitidos de una
generación a otra, y de raza a raza, pueden haberse conservado
por la constante transmisión “dentro del libro del cerebro”, y
a través de evos sin cuento, con más verdad y exactitud
que en cualquier documento o anales escritos. “Lo que forma parte de nuestras
almas es eterno”, dice Thackeray; y ¿qué puede haber más
próximo a nuestras Almas que lo que sucede en el albor de nuestras
vidas? Esas vidas son innumerables; pero el Alma o Espíritu que
nos anima a través de estas miríadas de existencias es la
misma; y aunque el “libro” del cerebro físico puede olvidar sucesos
dentro de una vida terrestre, la masa de los recuerdos colectivos jamás
abandonará el Alma Divina que en nosotros mora. Sus murmullos podrán
ser demasiado tenues; el sonido de sus palabras demasiado alejado del
plano que perciben nuestros sentidos físicos; sin embargo, la sombra
de los sucesos que fueron, tanto como la sombra de los sucesos por acontecer,
se halla dentro de sus facultades perceptivas, y siempre presente ante
su ojo mental.
Quizás es la voz del Alma la que dice, a los que creen en la tradición
más que en la historia escrita, que lo que vamos a manifestar es
en un todo verdad, y se relaciona con hechos prehistóricos.
He aquí lo que dice uno de los pasajes:
LOS REYES DE LA LUZ HAN PARTIDO INDIGNADOS. LOS PECADOS DE LOS HOMBRES
SE HAN HECHO TAN NEGROS QUE LA TIERRA SE ESTREMECE EN SU AGONÍA...
LAS AZULADAS SEDES PERMANECEN VACÍAS. ¿QUIÉNES ENTRE
LAS (RAZAS) MORENAS, QUIÉNES ENTRE LAS ROJAS NI AUN ENTRE LAS NEGRAS,
PUEDE OCUPAR LAS SEDES DE LOS BENDITOS, LAS SEDES DE LA SABIDURÍA
Y DE LA PIEDAD? ¿QUIÉN PUEDE ASUMIR LA FLOR DEL PODER, LA
PLANTA DEL DORADO TALLO Y DE LA FLOR AZUL?
Los “Reyes de la Luz” es el nombre que se da en todos los antiguos anales
a los Soberanos de las Dinastías Divinas. Las “Azuladas Sedes”
está traducido como “Tronos Celestiales” en algunos documentos.
La “Flor del Poder” es ahora el Loto; lo que puede haber sido en aquel
tiempo, ¿quién lo sabe?
El escritor prosigue, como el difunto Jeremías, lamentando el destino
de su pueblo. Habían perdido sus Reyes “Azules” (Celestiales) “los
del color deva”, de complexión lunar; y “los de faz refulgente
(dorada)” partieron “a la Tierra de la Dicha, la Tierra del Fuego y del
Metal”, o de acuerdo con las reglas del simbolismo, a las tierras situadas
al Norte y Este, de donde “las Grandes Aguas han sido barridas, absorbidas
por la Tierra y disipadas en el Aire”. Las razas sabias habían
percibido “los Dragones negros de la tempestad, llamados por los Dragones
de la Sabiduría”, y “huyeron conducidas por los resplandecientes
Protectores del País más Excelente”, los grandes Adeptos
antiguos, probablemente los que los indos mencionan como sus Rishis y
Manus. Uno de ellos era el Manu Vaivasvata.
Los “de color amarillo” son los antepasados de los que hoy clasifica la
Etnología como turanios, mogoles, chinos y otras naciones antiguas;
y la tierra a que huyeron no fue otra que el Asia Central. Allí
nacieron razas completamente nuevas; allí vivieron y murieron hasta
la separación de las naciones. Pero esta “separación” no
se verificó ni en las localidades que la Ciencia Moderna señala,
ni del modo que se dice que los arios se dividieron y separaron, según
el profesor Max Müller y otros arianistas. Cerca de dos terceras
partes de un millón de años han transcurrido desde aquella
época. Los gigantes de rostro amarillo de los días postatlantes
tuvieron tiempo sobrado de dividirse en los tipos más heterogéneos
y diversos, en su confinamiento obligado en una parte del mundo, con la
misma sangre de raza y sin ninguna infusión o mezcla extraña,
durante un período de cerca de 700.000 años. Lo mismo se
ve en África; en ninguna parte existe tal variedad extraordinaria
de tipos, desde el negro hasta el casi blanco, desde los hombres gigantescos
hasta las razas enanas; y esto sólo a causa de su forzado aislamiento.
Los africanos no han abandonado su continente durante cientos de miles
de años. Si mañana desapareciese Europa apareciendo otras
tierras en su lugar, y si las tribus africanas se separasen y esparciesen
sobre la superficie de la Tierra, dentro de cien mil años formarían
ellas la masa de las naciones civilizadas. Los descendientes de nuestras
naciones más cultas, que pudieran haber sobrevivido en alguna isla
sin medios de cruzar los nuevos mares, serían los que caerían
en un estado de relativo salvajismo. Así que la razón que
se da para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores cae
por tierra y se convierte en una ilusión.
Tales son los hechos que presentan los Anales Arcaicos. Comparándolos
con algunas teorías modernas de la evolución, minus la Selección
Natural (208), estas declaraciones aparecen muy razonables y lógicas.
Así, mientras los arios son los descendientes del Adán amarillo,
de la raza gigantesca ario-atlante, altamente civilizada; los semitas,
y con ellos los judíos, son los del Adán rojo; de modo que,
tanto De Quatrefages como los escritores del Génesis mosaico tienen
razón. Porque si el capítulo V del libro primero de Moisés
pudiera compararse con las genealogías que se encuentran en nuestra
Biblia Arcaica, se observaría en ellas el período desde
Adán a Noé, aunque, por supuesto, bajo nombres distintos,
estando los años de los respectivos Patriarcas convertidos en períodos,
y siendo el todo simbólico y alegórico. En el manuscrito
de que nos estamos ocupando, son muchas y frecuentes las referencias al
gran conocimiento y civilización de las naciones Atlantes que muestran
el régimen de algunas de ellas y la naturaleza de sus artes y ciencias.
Si de la Tercera Raza-Raíz, los Lemuro atlantes, se ha dicho ya
que pereció “con sus elevadas civilizaciones y Dioses” (209), ¡cuánto
más puede decirse esto de los Atlantes!
De la Cuarta Raza es de donde los arios primitivos adquirieron su conocimiento
del “conjunto de cosas maravillosas” (de) el Sabhâ y Mayasabhê
(210) mencionados en el Mahâbârata, el don de Mayasura (211)
a los Pândavas. De ellos aprendieron la aeronáutica, la Vimâna
Vidyâ, el “conocimiento de volar en vehículos aéreos”,
y por tanto, sus grandes conocimientos de meteorografía y meteorología.
De ellos también heredaron los arios su más valiosa ciencia
de las virtudes ocultas de las piedras preciosas y otras de la Química,
o más bien, la Alquimia, la Mineralogía, Geología,
Física y astronomía.
Varias veces se ha hecho la escritora la siguiente pregunta: ¿Es
original la historia del Éxodo, por lo menos en sus detalles, según
se refiere en el Antiguo Testamento? ¿O es, como la historia de
Moisés y muchas otras, sencillamente otra versión de las
leyendas que se contaban de los Atlantes? Porque, ¿quién
puede dejar de ver la gran semejanza de los rasgos fundamentales, al oír
referir la historia de estos últimos? Recuérdese la cólera
de “Dios” ante la obstinación de Faraón, su orden a los
“elegidos” de despojar a los egipcios, antes de partir, de sus “joyas
de plata y joyas de oro” (212), y finalmente, los egipcios y su Faraón
ahogados en el Mar Rojo. Léase luego el fragmento siguiente de
la historia primitiva en el Comentario:
Y el “Gran Rey de la Faz resplandeciente”, el jefe de todos los de faz
amarilla se entristeció al ver los pecados de los de faz negra.
Envió él sus vehículos aéreos (Vimânas)
a todos los jefes hermanos (jefes de otras naciones y tribus) con hombres
piadosos dentro, diciendo:
“Preparaos. Alzaos vosotros, hombres de la Buena Ley, y cruzad la tierra
mientras esté (aún) seca”.
“Los Señores de la tempestad se aproximan. Sus carros se aproximan
a la Tierra. Solamente una noche y dos días más vivirán
los Señores de la Obscura Faz (los hechiceros) en esta tierra paciente.
Está ella condenada y tienen que hundirse con ella. Los Señores
inferiores de los Fuegos (los Gnomos y los Elementales del Fuego) están
preparando sus Agnyastras mágicas (armas de fuego construidas por
medio de la Magia). Pero los Señores de mirada Tenebrosa (“Mal
Ojo”) son más fuertes que ellos (los Elementales), y estos son
los esclavos de los poderosos. Están ellos versados en el Astra
(Vidyâ, el conocimiento mágico más elevado) (213).
Venid y usad los vuestros (esto es, vuestro poderes mágicos, para
contrarrestar los de los Hechiceros). Que los Señores de la Faz
resplandeciente (los Adeptos de la Magia Blanca) hagan que los Vimânas
de los Señores de la Obscura Faz pasen a sus manos (o posesión),
a fin de que ninguno (de los Hechiceros) pueda escapar por su medio de
las aguas, evitar la Vara de las Cuatro (Deidades Kármicas) y salvar
a sus perversos (secuaces o pueblos)”.
“Que los de Faz Amarilla envíen sueño de sí mismos
(¿mesmericen?) a los de Faces Negras. Que aun a ellos (los Hechiceros)
se les evite el dolor y el sufrimiento. Que todos los hombres fieles a
los Dioses Solares aten (paralicen) a los hombres que dependen de los
Dioses Lunares, para que no sufran ni escapen a su destino”.
“Y que los de Rostro Amarillo ofrezcan su agua de vida (sangre) a los
animales parlantes de los de Faz Negra, para que no despierten a sus amos”
(214).
“La hora ha sonado, la negra noche pronta está”.
..................
“Que su destino se cumpla. Somos los servidores de los Grandes Cuatro
(215). Que vuelvan los Reyes de la Luz”.
El gran Rey dejó caer su Faz Resplandeciente y lloró...
Cuando los Reyes se reunieron, las aguas se habían movido ya...
(Pero) las naciones habían cruzado ya las tierras enjutas. Estaban
más allá del nivel del agua. Sus Reyes las alcanzaron en
sus Vimânas y las condujeron a las tierras del Fuego y del Metal
(Este y Norte).
Además en otro pasaje se dice:
Llovieron estrellas (meteoros) sobre las tierras de las Faces Negras;
pero ellos dormían.
Lo animales parlantes (los vigilantes mágicos) se estuvieron quedos.
Los Señores inferiores esperaban órdenes, pero éstas
no llegaron, porque sus amos dormían.
Las aguas se elevaron, y cubrieron los valles desde un extremo a otro
de la Tierra. Las tierras altas quedaron, el fondo de la Tierra (las tierras
de las antípodas) permaneció seco. Allí moraban los
que escaparon; los hombres de las Faces Amarillas y de mirada recta (la
gente sincera y franca).
Cuando los Señores de la Faz Obscura se despertaron y pensaron
en sus Vimânas a fin de huir de las aguas, no las encontraron.
Luego otro pasaje presenta a algunos de los Magos más poderosos
de las “Caras Obscuras” que se despertaron más pronto que los demás,
persiguiendo a los que “les habían despojado”, y que estaban en
la retaguardia; pues “las naciones que conducían eran más
espesas que las estrellas en la vía láctea”, dice un Comentario
más moderno, escrito sólo en sánscrito
De mismo modo que una serpiente dragón desenvuelve lentamente sus
anillos, así los Hijos de los Hombres, conducidos por los Hijos
de la Sabiduría, desdoblaban sus pliegues, y esparciéndose
se extendieron como una corriente veloz de dulces aguas... muchos de entre
ellos de corazón débil perecieron en el camino. Pero la
mayor parte se salvaron.
Sin embargo, los perseguidores, “cuyas cabezas y pechos sobresalían
por encima de las aguas”, les dieron caza “durante tres términos
lunares”, hasta que finalmente, alcanzados por las aguas cada vez más
altas, perecieron hasta el último hombre, hundiéndose el
suelo bajo sus pies y tragando la tierra a los que la habían profanado.
Esto tiene todas las apariencias de ser la materia original sobre la cual
se construyó en el Éxodo la historia parecida, muchos cientos
de miles de años después. La biografía de Moisés,
la historia de su nacimiento, de su infancia y de su salvación
del Nilo por la hija de Faraón está ahora demostrado que
ha sido tomada de la narración Caldea sobre Sargón. Y si
es así, si los ladrillos asirios que se hallan en el Museo Británico
son una buena prueba de ello, ¿por qué no ha de ser lo mismo
que los judíos robaran sus joyas a los egipcios, la muerte de Faraón
y de su ejército, y así sucesivamente? Los Magos gigantescos
de Ruta y Daitya, los “Señores de la Faz Oscura”, pueden haberse
convertido, en el último relato, en los Magos egipcios; y las naciones
de cara amarilla de la Quinta Raza, en los virtuosos hijos de Jacob, en
el “pueblo escogido”. Otra declaración nos queda que hacer. Ha
habido varias Dinastías Divinas; una serie para cada Raza-Raíz,
principiando con la Tercera, concordando y estando adaptada cada serie
a su Humanidad. Las últimas siete Dinastías mencionadas
en los anales egipcios y caldeos pertenecían a la Quinta Raza,
la cual, aunque llamada generalmente Aria, no lo era del todo, toda vez
que ella estuvo siempre muy mezclada con razas a las cuales la Etnología
da diferentes nombres. Imposible sería, visto el limitado espacio
de que disponemos, entrar en más detalles de la descripción
de los Atlantes, en los cuales cree todo el Oriente tanto como creemos
nosoros en los antiguos egipcios, pero cuya existencia niegan la mayor
parte de los hombres científicos occidentales; como han negado,
antes de esto, muchas verdades, desde la existencia de Homero hasta la
de las palomas mensajeras. La civilización de los Atlantes fue
aún mayor que la de los egipcios. Sus descendientes degenerados,
la nación de la Atlántida de Platón, fueron los que
construyeron las primeras Pirámides en el país, y eso seguramente
antes del advenimiento de los “etíopes orientales”, como llama
Herodoto a los egipcios. Esto puede deducirse muy bien de la declaración
de Ammanio Marcelino, el cual dice de las Pirámides que:
Hay también pasajes subterráneos y retiros tortuosos, los
cuales, se dice, fueron construidos en diferentes lugares por hombres
hábiles en los antiguos misterios, por medio de los cuales adivinaban
la venida de un diluvio, a fin de que la memoria de todas sus ceremonias
sagradas no se perdiese.
Estos hombres, que “adivinaban la venida de los diluvios” no eran egipcios,
los cuales no tuvieron jamás ninguno, exceptuando las crecidas
periódicas del Nilo. ¿Quiénes eran? Los últimos
restos de los Atlantes, afirmamos nosotros; esas razas que la Ciencia
sospecha confusamente, y pensando en las cuales, dice Mr. Charles Gould,
el bien conocido geólogo:
¿Podemos
suponer que hemos agotado en lo más mínimo el gran museo
de la naturaleza? ¿Hemos penetrado, efectivamente, más allá
de sus antecámaras? ¿Abraza la historia escrita del hombre,
que comprende unos cuantos miles de años, todo el curso de su existencia
inteligente? ¿O tenemos en las largas eras míticas, que
se extienden sobre cientos de miles de años, registradas en las
cronologías de Caldea y de China, recuerdos oscurecidos del hombre
prehistórico, transmitidos por la tradición y transportados
quizás por unos pocos supervivientes a países que hoy existen,
desde otras tierras, que, como la fabulosa (?) Atlántida de Platón,
hayan sido sumergidas, o escenario de alguna gran catástrofe que
las destruyera con toda su civilización? (216).
Después de esto podemos volvernos con más confianza hacia
las palabras de un Maestro, que escribió lo que sigue, algunos
años antes de que Mr. Gould escribiese el párrafo anterior:
La Cuarta Raza tuvo sus períodos de la más elevada civilización.
Las civilizaciones griegas y romanas y hasta la egipcia no son nada comparadas
con la civilización que principió con la Tercera Raza (después
de su separación) (217).
Pero si se niega esta civilización y el dominio de las artes y
ciencias a la Tercera y Cuarta Razas, nadie negará que entre las
grandes civilizaciones de la antigüedad, tales como las de Egipto
y la India, se extienden las oscuras edades de crasa ignorancia y barbarie,
desde el principio de la Era cristiana hasta nuestra civilización
moderna, durante cuyo período se perdió toda memoria de
estas tradiciones. Como se dice en Isis sin Velo:
¿Por
qué hemos de olvidar que, edades antes de que las proas de las
naves del aventurero genovés hendiesen las aguas occidentales,
habían ya los barcos fenicios dado la vuelta al globo y extendido
la civilización en regiones ahora silenciosas y desiertas? ¿Qué
arqueólogo se atrevería a asegurar que la misma mano que
planeó las Pirámides de Egipto, Karnak, y las mil ruinas
que ahora se desmenuzan en el olvido de las arenosas orillas del Nilo,
no erigiese el Angkor-Vat monumental de Cambodia; o trazase los jeroglíficos
sobre los obeliscos y puertas de la desierta aldea india últimamente
descubierta en la Colombia Británica por Lord Dufferin; o los de
las ruinas de Palenque y Uxmal, de la América Central? ¿No
hablan muy alto en favor de las antiguas civilizaciones las reliquias
que atesoramos en nuestros museos, últimos recuerdos de las “artes
perdidas”? Y ¿no prueban ellas, una y otra vez, que las naciones
y continentes que han pasado, han sepultado consigo artes y ciencias;
que ni el primer crisol que se calentó en los conventos de la Edad
Media ni el último que hayan roto nuestros modernos químicos
han resucitado, ni resucitarán, a lo menos en el presente siglo?
(218).
Y hoy puede hacerse la misma pregunta que se hizo entonces; puede preguntarse
nuevamente:
¿Cómo
es el punto de vista más avanzado a que se ha llegado en nuestros
tiempos sólo nos permite distinguir en la nebulosa distancia, a
lo largo del sendero alpino del conocimiento, las pruebas monumentales
que exploradores anteriores han dejado para señalar las altas mesetas
que habían alcanzado y ocupado?
Si nuestros maestros modernos están tan avanzados sobre los antiguos,
¿por qué no nos devuelven las artes perdidas de nuestros
antepasados postdiluvianos? ¿Por qué no nos dan los inalterables
colores de Luxor; la púrpura de Tiro, el brillante bermellón
y el azul deslumbrante que decoran las paredes de este palacio, y que
permanecen tan brillantes como el primer día que se aplicaron;
el cemento indestructible de las pirámides y de los antiguos acueductos;
la espada de Damasco, que pueda retorcerse como un tirabuzón en
su vaina, sin que se rompa; los tintes vistosos sin igual de las vidrieras
de las antiguas catedrales; y el secreto del cristal maleable verdadero?
Y si la química no llega ni aun a rivalizar en algunas artes siquiera
sean las de los primeros tiempos de la Edad Media, ¿por qué
enorgullecernos de conquistas que, según toda probabilidad, eran
perfectamente conocidas hace miles de años? Mientras más
avanzan la arqueología y filología, más humillantes
son para nuestro orgullo los descubrimientos que se hacen diariamente;
más glorioso es el testimonio que presentan en favor de aquellos
que, quizá a causa de la distancia de su remota antigüedad,
han sido hasta ahora considerados como ignorantes que se debatían
en el lodo más profundo de la superstición (219).
Entre otras artes y ciencias, los Antiguos tenían -sí, y
como herencia de los Atlantes- la Astronomía y el Simbolismo, que
incluyen el conocimiento del Zodíaco.
Como ya se ha explicado, toda la Antigüedad creía, con buenos
fundamentos, que la humanidad y sus razas están íntimamente
relacionadas con los Planetas y con los Signos del Zodíaco. Toda
la historia del mundo se halla registrada en los últimos. En los
templos antiguos de Egipto hay un ejemplo de esto en el Zodíaco
de Dendera; pero excepto en una obra árabe, propiedad de un Sûfi,
la escritora no ha visto nunca una copia exacta de estos anales maravillosos
de la historia pasada -y también de la futura- de nuestro Globo.
Sin embargo, los anales originales existen, innegablemente.
Como los europeos no conocen los verdaderos Zodíacos de la India,
y los que los conocen no los entienden, como sucede con Bentley, se aconseja
al lector, para que compruebe lo que decimos, que se dirija a la obra
de Denon (220), en la cual pueden verse y examinarse los dos famosos Zodíacos
egipcios. Habiéndolos visto personalmente, la escritora no necesita
fiarse de lo que otras personas que los han estudiado y examinado cuidadosamente,
digan de ellos. El aserto de los sacerdotes egipcios a Herodoto, de que
el Polo terrestre y el Polo de la Eclíptica habían antes
coincidido, ha sido corroborado por Mackey, que declara que los Polos
están representados en los Zodíacos en ambas posiciones.
Y en lo que muestra a los Polos (ejes polares) en ángulo recto,
hay señales que indican que no era la última vez que se
hallaban en esta posición; sino la primera (después que
los Zodíacos fueron trazados). Capricornio está allí
representado en el Polo Norte; y Cáncer está dividido, cerca
de su mitad, en el Polo Sur; lo cual es una confirmación de que
tenían originalmente su invierno cuando el Sol estaba en Cáncer.
Pero la característica principal de que es un monumento que conmemora
la primera vez que el Polo había estado en aquella posición,
son el León y la Virgen (221).
Calculando con amplitud, los egiptólogos creen que la Gran Pirámide
fue construida 3.350 años antes de Cristo (222), y que Menes y
su Dinastía existieron 750 años antes de la aparición
de la Cuarta Dinastía, durante la cual se supone fueron construidas
las Pirámides. Así, pues, la edad asignada a Menes es 4.100
años antes de Cristo. Ahora bien; la declaración de Sir
J. Gardner Wilkinson, de que todos los hechos llevan a la conclusión
de que los egipcios habían ya
Hecho grandes progresos en las artes civilizadas antes de la edad de Menes,
y quizás antes de que emigrasen al valle del Nilo (223),
es
muy sugestivo, por destruir esta hipótesis de la relativamente
moderna civilización de Egipto. Señala ella una gran civilización
en tiempos prehistóricos, y una antigüedad aún mayor.
Los Schesoo-Hor, los “siervos de Horus”, fueron el pueblo que se estableció
en Egipto; y según afirma M. Maspero, a esta “raza prehistórica”
Pertenece el honor de haber constituido el Egipto, tal como ahora lo conocemos
desde el principio del período histórico.
Y Staniland Wake, añade:
Fundaron ellos las principales ciudades de Egipto y establecieron los
santuarios más importantes (224).
Esto era antes de la época de la Gran Pirámide y cuando
el Egipto acababa casi de levantarse sobre las aguas. Sin embargo:
Poseían la forma de escribir en jeroglíficos, especial de
los egipcios, y debían estar ya considerablemente adelantados en
civilización.
Según dice Lenormant:
Fue el país de los grandes santuarios prehistóricos, sede
del dominio sacerdotal, el que representó un papel tan importante
en el origen de la civilización.
¿Cuál
es la fecha asignada a este pueblo? Se nos participa que 4.000 o a lo
más 5.000 años antes de Cristo (Maspero). Ahora bien; se
nos dice que por medio del ciclo de 25.868 años (el Año
Sideral) es como puede comprobarse aproximadamente el año de la
construcción de la Gran Pirámide.
Suponiendo que el estrecho pasaje pendiente que conduce desde la entrada
estuviera dirigido hacia la estrella polar de los constructores de la
Pirámide, los astrónomos han demostrado que en el año
2170 antes de Cristo el pasaje señalaba al Alfa del Dragón,
la estrella polar de entonces... Mr. Richard A Proctor, el astrónomo,
después de declarar que la estrella polar estaba en la posición
requerida hace cosa de 3.350 años antes de Cristo, así como
también en 2170 antes de Cristo, dice: “Cualquiera de estos correspondería
con la posición del pasaje descendente de la Gran Pirámide;
pero los egiptólogos nos dicen, en absoluto, que no cabe duda que
la última época es demasiado tardía” (225).
Pero también se nos manifiesta que:
Esta posición relativa del Alfa del Dragón y de Alcione,
siendo extraordinaria... no podría volver a ocurrir en todo un
Año Sideral (226).
Esto demuestra que, puesto que el Zodíaco de Dendera indica el
paso de tres años Siderales, la Gran Pirámide debe de haber
sido construida hace 78.000 años; o que, en todo caso, esta posibilidad
merece ser aceptada por lo menos con tanta confianza como la última
fecha de 3.350 antes de Cristo.
Ahora bien; en el Zodíaco de cierto templo en la lejana India Septentrional
se ven las mismas características de los signos del Zodíaco
de Dendera. Los que conocen bien los símbolos y constelaciones
indas podrán ver en la descripción del egipcio si las indicaciones
del tiempo son o no exactas. en el Zodíaco de Dendera, según
lo conservan los Adeptos Griegos y Coptos egipcios modernos, y lo explica
Mackey un poco diferentente, el León está sobre la Hidra,
y su cola está casi recta señalando hacia abajo en un ángulo
de cuarenta o cincuenta grados, concordando esta posición con la
conformación original de estas constelaciones. Pero Mackey añade:
En muchos sitios vemos al León (Sinha) con la cola vuelta hacia
arriba sobre la espalda, y terminando con una cabeza de Serpiente; mostrando
así que el León había estado invertido; lo cual,
verdaderamente, debió de haber ocurrido con todo el Zodíaco,
y todas las demás constelaciones, cuando el Polo estuvo invertido.
Hablando del Zodíaco circular, que también presenta Denon,
dice:
Allí... el León está sobre la Serpiente, con la cola
formando una curva hacia abajo, de lo cual deducimos que, aun cuando han
tenido que pasar seiscientos o setecientos mil años entre las dos
posiciones, sin embargo no habían ellos producido sino poca o ninguna
diferencia en las Constelaciones de Leo y de la Hidra; mientras que Virgo
está representado de un modo muy diferente en las dos - en el Zodíaco
circular, la Virgen amamanta a su hijo; pero parece que no habían
tenido esta idea cuando el Polo estaba primeramente dentro del plano de
la Eclíptica; pues en este Zodíaco, según lo presenta
Denon, vemos tres Vírgenes entre el León y la Balanza, la
última de las cuales tiene en la mano una espiga de trigo. Es mucho
de sentir que en este Zodíaco haya una rotura de las figuras en
la parte última de Leo y el principio de Virgo, la cual ha hecho
desaparecer un Decan de cada signo (227).
Sin embargo, el significado es claro, dado que los tres Zodíacos
pertenecen a tres épocas diferentes, a saber: a las tres últimas
razas de familia de la cuarta subraza de la Quinta Raza-Raíz, cada
una de las cuales ha debido de vivir aproximadamente de 25.000 a 30.000
años. La primera de ellas, los “Asiáticos Arios”, presenciaron
la suerte de la última población de los Gigantes Atlantes
(228) (los Continentes-Islas, Ruta y Daitya), que pereció hace
unos 850.000 años hacia el fin del Período Mioceno (229).
La cuarta subraza presenció la destrucción del último
resto de los Atlantes; los Arios-Atlantes de la última isla de
la Atlántida, esto es, hace unos 11.000 años. Para comprender
esto se aconseja al lector que mire el diagrama del Árbol Genealógico
de la Quinta Raza-Raíz -llamada en general, aunque poco correctamente,
la Raza Aria- y las explicaciones del mismo.
Que el lector tenga bien presente lo que se dice de las divisiones de
las Razas-Raíces y de la evolución de la Humanidad en esta
obra, expresado clara y concisamente en el Buddhismo Esotérico
de Mr. Sinnett.
1º Hay siete Rondas en cada Manvántara; esta Ronda es la Cuarta,
y actualmente nos hallamos en la Quinta Raza-Raíz.
2º Cada Raza-Raíz tiene siete subrazas.
3º Cada subraza tiene a su vez siete ramificaciones, que pueden llamarse
“ramas” o razas de “familia”.
4º Las pequeñas tribus, retoños y brotes de estos últimos,
son innumerables, y dependen de la acción Kármica.
Examínese el Árbol Genealógico que aquí se
incluye, y se comprenderá. La ilustración es puramente un
diagrama, y sólo tiene por objeto ayudar al lector a formarse una
idea del asunto, en medio de la confusión que existe entre los
términos que se han empleado diferentes veces para las divisiones
de la Humanidad. También se ha intentado expresar aquí en
números (aunque sólo dentro de límites aproximados
y para la comparación), la duración del tiempo durante el
cual es posible distinguir definidamente una división de otra.
El intentar dar fechas exactas a algunas de ellas sólo conduciría
a una confusión irremediable; pues las Razas, subrazas, etc., hasta
sus más pequeñas ramificaciones, pasan por encima y se mezclan
unas con otras, hasta el punto de ser imposible separarlas.
La Raza humana ha sido comparada a un árbol, y esto sirve admirablemente
como ilustración.
El tallo principal de un árbol puede compararse a la Raza-Raíz
(A).
Sus brazos más largos a las divesas subrazas en número de
siete (B1, B2, etc.).
AQUÍ VA LA ILUSTRACIÓN DEL ÁRBOL
En cada uno de estos brazos hay siete “ramas” o razas de “familia” (C).
Según esto la planta cactus es la representación mejor,
pues sus “hojas” carnosas están cubiertas de espinas agudas, cada
una de las cuales puede compararse a una nación o tribu de seres
humanos.
Ahora bien; nuestra Quinta Raza-Raíz tiene ya de existencia, como
Raza sui géneris, y completamente aparte de su tallo padre, cosa
de 1.000.000 de años; por tanto, hay que suponer que cada una de
las cuatro subrazas anteriores ha vivido aproximadamente 210.000 años;
por lo cual cada raza de familia tiene una existencia término medio
de 30.000 años; y así, la “raza de familia” europea tiene
todavía bastantes miles de años ante sí, aun cuando
las naciones, o sea las espinas innumerables en ella, varíen con
cada “estación” sucesiva de tres a cuatro mil años. es algo
curioso observar la relativa semejanza de duración entre una “raza
de familia” y un Año Sideral.
El conocimiento de lo precedente y la exactitud absoluta de las divisiones
del tiempo formaban parte integrante de los Misterios, en donde estas
ciencias se enseñaban a los Discípulos, y en donde eran
transmitidas de un Hierofante a otro. Todo el mundo sabe que los astrónomos
europeos asignan -bastante arbitrariamente- la fecha de la invención
del Zodíaco egipcio, a los años 2.000 ó 2.400 antes
de Cristo (Proctor); e insisten en que la fecha de esta invención
coincide con la de la construcción de la Gran Pirámide.
Esto, para un Ocultista y astrónomo oriental tiene que parecer
como un completo absurdo. El Ciclo de Kali Yuga se dice que principió
entre el 17 y 18 de febrero del año 3.102 antes de Cristo. ahora
bien; los indos pretenden que en el año 20.400 antes del Kali Yuga,
el origen de su Zodíaco coincidió con el Equinoccio Primaveral
-habiendo en aquel entonces una conjunción del Sol y la Luna-;
y Bailly probó por medio de un cómputo largo y minucioso
de aquella fecha, que aunque fuera ficticia, la época de la cual
habían partido para establecer el principio de su Kali Yuga era
muy real. Esa “época es el año 3.102 antes de nuestra Era”
-dice (230). Habiéndose presentado el eclipse lunar precisamente
quince días antes del principio de la Edad Negra, se realizó
en un punto situado entre la Espiga de Trigo de Virgo y la estrella 0
de la misma constelación. Uno de sus Ciclos más esotéricos
está basado sobre ciertas conjunciones y posiciones respectivas
de Virgo y de las Pléyades (Krittikâ). De aquí que,
como los egipcios trajeron su Zodíaco de la India Meridional y
de Lankâ (231), el sentido esotérico era evidentemente idéntico.
Las “tres Vírgenes”, o Virgo en tres posiciones diferentes, significaba
en ambos los anales de las tres primeras “Dinastías Divinas o Astronómicas”,
que enseñaron a la Tercera Raza-Raíz; y que después
de abandonar a los Atlantes a su destino, volvieron a descender, durante
la tercera subraza de la Quinta, a fin de revelar a la humanidad salvada,
los misterios del lugar de su nacimiento: los Cielos Siderales. Los mismos
anales simbólicos de las Razas humanas y de las tres Dinastías
(Dioses, Manes -Astrales semidivinos de la Tercera y Cuarta Razas- y los
Héroes de la Quinta) que precedieron a los reyes puramente humanos,
se encontraron en la distribución de las hiladas y pasajes del
Laberinto Egipcio. Como las tres inversiones de los Polos cambiaron naturalmente
la faz del Zodíaco, hubo que construir uno nuevo cada vez. En el
Sphinxiad (232) de Mackey, las especulaciones del atrevido autor han debido
de horrorizar a la parte ortodoxa de la población de Noruega, pues
dice, bastante fantásticamente:
Pero, después de todo, el mayor espacio de tiempo registrado por
esos monumentos (el Laberinto, las Pirámides y los Zodíacos)
no excede de cinco millones de años (233); lo cual es bastante
menos que los anales que nos dan tanto los chinos (esotéricos)
como los indos, cuya última nación ha registrado conocimientos
del tiempo por siete u ocho millones de años (234), cosa que he
visto en un talismán de porcelana (235).
Los sacerdotes egipcios tenían los Zodíacos del Asura Maya
Atlante, como los tienen aún los indos modernos. Según se
declara en el Buddhismo Esotérico, los egipcios, así como
los griegos y los “romanos” de hace algunos miles de años, eran
“restos de los Ario-atlantes”; los primeros, de los Atlantes más
antiguos o Atlantes Ruta; los últimos mencionados, descendientes
de la última raza de la isla cuya repentina desaparición
fue referida a Solón por los Iniciados egipcios. La Dinastía
humana de los egipcios más antiguos, que principió con Menes,
poseía todo el conocimiento de los Atlantes, aun cuando ya no había
en sus venas sangre Atlante. Pero aquéllos habían preservado
todos los Anales Arcaicos. Todo esto se ha dicho hace tiempo (236). Y
precisamente porque el Zodíaco egipcio tiene de 75 a 80,000 años,
es por lo que el de los griegos es muy posterior. Volney le ha asignado
con exactitud sólo 16.984 años, o sea 17.082 hasta la fecha
presente (237).
CONCLUSIÓN
La falta de espacio nos impide decir algo más, y esta parte de
la Doctrina Secreta tiene que cerrarse. Las cuarenta y nueve Estancias
y los pocos fragmentos de los Comentarios que se han dado es todo lo que
puede publicarse en estos volúmenes. Estos, con algunos Anales
aún más antiguos (que sólo están al alcance
de los más elevados Iniciados), y toda una biblioteca de comentarios,
glosas y explicaciones, forman la sinopsis del Génesis del hombre.
De estos Comentarios es de donde hasta ahora hemos citado y tratado de
explicar el sentido oculto de algunas de las alegorías, señalando
así los verdaderos conceptos de la Antigüedad Esotérica
sobre la Geología, la Antropología y hasta la Etnología.
En la tercera parte del tomo que sigue trataremos de establecer una relación
metafísica más estrecha entre las primeras Razas y sus Creadores,
los Hombres Divinos de otros Mundos; acompañando las declaraciones
que se hagan con las demostraciones más importantes de las mismas
en Astronomía y Simbolismo Esotéricos.
La duración de los “períodos” que separan en espacio y tiempo
a la Raza Cuarta de la Quinta -en los principios históricos (238),
y hasta en los legendarios de la última- es demasiado enorme para
que ofrezcamos, ni aun a un teósofo, datos más detallados
de ellos. Durante el curso de las Edades Postdiluvianas, marcadas en ciertas
épocas periódicas por los más terribles cataclismos,
nacieron y perecieron demasiadas razas y naciones, casi sin dejar rastro,
para que se pueda ofrecer una descripción de las mismas que presente
el menor interés. Si los Maestros de Sabiduría tienen una
historia completa y consecutiva de nuestra Especie, desde su estado incipiente
hasta nuestros días; y si poseen los anales no interrumpidos del
hombre, desde que se desarrolló su ser físico completo,
convirtiéndose así en el rey de los animales y dueño
de esta Tierra, no puede decirlo la escritora. Lo más probable
es que sea así, y tal es nuestra convicción personal. Pero
si es así, este conocimiento es sólo para los más
altos Iniciados, los cuales no confían estas cosas a sus discípulos.
La escritora, por tanto, no puede exponer sino lo que le han enseñado,
y no más, y aun esto parecerá al lector profano un sueño
extraño y fantástico, más bien que una verdad posible.
Esto es muy natural que suceda, pues durante años ésta fue
la impresión de la misma humilde escritora de estas páginas.
Nacida y educada en países europeos, que presumen de civilizados
y de positivos, se asimilaba lo que se ha expuesto con gran dificultad.
Pero hay pruebas de cierto carácter, que son irrefutables e innegables
a la larga, para cualquier mente deseosa de saber y libre de prejuicios.
Durante una serie de años tales pruebas le fueron presentadas,
y ahora tiene la completa convicción de que nuestro presente Globo
y sus Razas humanas han debido nacer, crecer y desarrollarse de este modo,
y no de ningún otro.
Pero ésta es la opinión personal de la escritora, y su ortodoxia
no puede esperarse que tenga más peso que cualquier otra “doxia”
a los ojos de aquellos para quienes toda teoría nueva es heterodoxa
hasta que se llegue a probar lo contrario. Por tanto, nosotros los Ocultistas
estamos prevenidos a preguntas como las siguientes: ¿Cómo
podemos saber que la escritora no ha inventado todo el esquema? Y suponiendo
que ella no sea la inventora, ¿cómo puede asegurarse que
todo lo que se ha expuesto - según se ha presentado en las Estancias-
no sea el producto de la imaginación de los antiguos? ¿Cómo
han podido conservar los anales de una antigüedad, tan inmensa e
increíble?
La contestación de que la historia de este mundo, desde su formación
hasta su fin, está “escrita en las estrellas”, esto es, está
registrada en el Zodíaco y en el Simbolismo Universal, cuyas claves
están en poder de los Iniciados, no satisfará a los escépticos.
La antigüedad del Zodíaco en Egipto se pone muy en duda, y
se niega rotundamente respecto de la India. “Vuestras conclusiones son
con frecuencia excelentes pero vuestras premisas son siempre dudosas”
-le dijo una vez a la escritoa un amigo profano. A esto se dio la contestación
de que por lo menos era un punto ganado sobre los silogismos científicos;
puesto que, a excepción de unos cuantos problemas del dominio de
la Ciencia Física pura, tanto las premisas como las conclusiones
de los hombres de ciencia son tan hipotéticas como invariablemente
erróneas. Y si no parecen así a los profanos, la razón
es sencillamente que estos ignoran, al creer por la fe los datos científicos
de aquéllos, que tanto las premisas como las conclusiones son generalmente
producto de los mismos cerebros, los cuales, por sabios que sean, no son
infalibles; verdad indubitable, demostrada diariamente por el arreglo
y la transformación de las teorías y especulaciones científicas.
Sea ello comoquiera, los anales de los templos, zodiacales y tradicionales,
así como los anales ideográficos del Oriente, tal como los
leen los Adeptos de la Ciencia Sagrada o Vidyâ, no son un ápice
más dudosos que la llamada historia antigua de las naciones europeas,
al presente editada, corregida y ampliada por medio siglo de descubrimientos
arqueológicos, y las lecturas muy problemáticas de los ladrillos
asirios, fragmentos cuneiformes y jeroglíficos egipcios. Nuestros
datos están también fundados sobre las mismas “lecturas”,
con la adición de un número casi incontable de obras secretas
completamente ignoradas de Europa, más el conocimiento perfecto
por los Iniciados del simbolismo de todas las palabras de ese modo registradas.
Algunos de estos anales son de una antigüedad inmensa. Todos los
arqueólogos y paleontólogos conocen las producciones ideográficas
de ciertas tribus semi-salvajes, las cuales, desde tiempo inmemorial,
han tratado de simbolizar sus pensamientos. Éste es el modo más
primitivo de registrar sucesos e ideas. Y cuán antiguo es este
conocimiento en la raza humana puede inferirse de algunos signos evidentemente
ideográficos, encontrados en hachas del período paleolítico.
Las tribus indias rojas de América, hace sólo unos cuantos
años, relativamente hablando, hicieron una petición al Presidente
de los Estados Unidos para que les cediera la posesión de cuatro
lagos pequeños, cuya solicitud estaba escrita en la reducida superficie
de un trozo de tela cubierto por una docena escasa de representaciones
de animales y aves. Los salvajes de América tienen cierto número
de semejantes modos diversos de escribir, pero ninguno de nuestros hombres
de ciencia está familiarizado todavía, y ni siquiera sabe
que exista la cifra primitiva jeroglífica, conservada aún
en algunas Fraternidades y llamada en Ocultismo el Senzar. Además,
todos los que han decidido considerar tales modos de escritura, como los
ideógrafos de los indios rojos y hasta los caracteres chinos, como
“ensayos de las razas primitivas de la Humanidad, para expresar sus pensamientos
rudimentarios”, protestarán decididamente de nuestra afirmación
de que la escritura fue inventada por los Atlantes, y de ningún
modo por los fenicios. A la verdad, el pretender que la escritura fue
conocida de la humanidad desde hace muchos cientos de miles de años,
a la faz de los filólogos que han decretado que la escritura era
desconocida en los días de Pânini, en la India, así
como hasta de los griegos en tiempo de Homero, encontrará una desaprobación
general, si no un silencioso desdén. A pesar de todas las negaciones
y de todo ridículo, los Ocultistas sostendrán la afirmación,
y sencillamente por la razón siguiente: desde Bacon, hasta nuestras
modernas Academias, tenemos un período demasiado largo lleno de
los errores más ridículos cometidos por la Ciencia, para
que podamos creer más en las suposiciones científicas que
en las afirmaciones de nuestros Instructores. La escritura, dicen nuestros
hombres de ciencia, era desconocida de Pânini; y sin embargo, este
Sabio compuso una Gramática que contiene 3.996 reglas, y que es
la Gramática más perfecta que jamás se ha hecho.
Pânini se dice por los más liberales que vivió escasamente
unos pocos siglos antes de Cristo; y las rocas del Irán y el Asia
Central -donde los filólogos e historiadores nos muestran a los
antecesores del mismo Pânini, los brahmanes que vinieron a la India-
están cubiertas de escrituras de dos a tres mil años de
fecha por lo menos, y de doce mil según algunos paleontólogos
atrevidos.
La escritura era un ars incognita en los días de Hesiodo y Homero,
según Grote, y fue desconocida de los griegos hasta 770 años
antes de Cristo; y los fenicios que la habían inventado y conocían
la escritura en una época tan remota como 1.500 años antes
de Cristo todo lo más (239), ¡vivían entre los griegos
y se codeaban con ellos todo ese tiempo! Todas estas conclusiones científicas
y contradictorias se desvanecieron, sin embargo, como aire sutil, cuando
Schliemann descubrió: a) el lugar que ocupó la antiguaTroya,
cuya existencia real había sido considerada como una fábula
durante tanto tiempo; y b) cuando extrajo de aquellos lugares vasijas
de barro con inscripciones en caracteres desconocidos de los paleontólogos
y de los sanscritistas que todo lo negaban. ¿Quién negará
ahora Troya, y estas inscripciones arcaicas? Según atestigua el
profesor Virchow:
Yo mismo presencié dos de tales descubrimientos, y ayudé
a reunir los objetos. Los calumniadores hace tiempo que han sido reducidos
ya al silencio, los que no se avergonzaban de acusar el descubrimiento
de impostura (240).
Tampoco escaparon las mujeres verídicas a los ataques, así
como no escaparon los hombres verídicos. Du Chaillu, Gordon Cumming,
Madame Merian (241), Bruce y muchos otros fueron tachados de mentirosos.
El autor de Mythical Monsters, que expone estos datos en la Introducción
de dicha obra, dice (242):
Madame Merian fue acusada de falsedad deliberada respecto a la descripción
de un pájaro comedor de arañas, hace cerca de doscientos
años. Pero actualmente... observadores verídicos lo han
confirmado en la América del Sur, la India y otras partes.
Audubon fue acusado igualmente por los botánicos de haber inventado
el lirio amaillo de agua, que hacía figurar en su Birds of the
South bajo el nombre de Nymphaea lutea; y después de estar durante
años bajo tal acusación, fue, por fin, confirmado por el
descubrimiento de la por tanto tiempo perdida flor en la Florida... en
... 1876. (243).
Y así como Audubon fue llamado embustero por esto, y por su Heliaetus
Washintonii (244), así también Víctor Hugo fue ridiculizado
por su maravillosa pintura del pez-diablo, y su descripción de
un hombre víctima impotente del mismo.
Se burlaron de ello como de una imposibilidad monstruosa; sin embargo,
a los pocos años se descubrieron en las costas de Terranova jibias
cuyos brazos alcanzaban treinta pies de largo, y capaces de arrastrar
a un bote de buen tamaño bajo la superficie; y su acción
ha sido reproducida durante pasados siglos... por artistas japoneses (245).
Y si Troya fue negada y considerada como un mito; la existencia de Herculano
y Pompeya declaradas ficción; si se han reído de los viajes
de Marco Polo y los han llamado fábulas, tan absurdas como los
cuentos del Barón Münchausen, ¿por qué había
de ser mejor tratada la escritora de Isis sin Velo y de La Doctrina Secreta?
Mr. Charles Gould, el autor del volumen anteriormente mencionado, cita
en su excelente obra unas cuantas líneas de Macmillan (1860) que
encierran tanta verdad como vida, y que vienen demasiado a cuento para
dejar de reproducirlas:
Cuando un naturalista, ya sea visitando sitios de la tierra fuera todavía
de toda ruta, o por su buena suerte, encuentra una planta o animal muy
raro, inmediatamente se le acusa de inventar su caza... Tan pronto como
se ve que la cosa peca contra los juicios preconcebidos, el gran espíritu
guiador (¿descarriador?) llamado a priori que comunica a los filósofos
su omnisciencia pro re nata, murmura que semejante cosa es imposible,
y seguidamente viene la acusación de ser una broma. El cielo mismo
ha sido acusado de bromear. Cuando Leverrier y Adams predijeron un planeta
por el cálculo, se aseguró gravemente en ciertos sitios
que el planeta calculado no era el planeta, sino otro que de un modo clandestino,
e impropio se había colocado en la proximidad del cuerpo verdadero.
La disposición para sospechar el engaño es más fuerte
que la disposición a engañar. ¿Quién fue el
primero que anunció que los escritos clásicos de Grecia
y Roma eran una sofisticación colosal perpetrada por los monjes
respecto de lo que el anunciante se halla tan poco o menos inclinado que
el Dr. Maitland, a llamar las oscuras edades? (246).
Sea, pues, así. Ningún incrédulo que considere como
una sofisticación La Doctrina Secreta está obligado, ni
se le pide, que dé crédito a nuestras afirmaciones, las
cuales han sido ya proclamadas como tal por cierto periodista americano
muy hábil, aun antes de que la obra entrase en prensa (247).
Tampoco, después de todo, es necesario que nadie crea en las Ciencias
Ocultas y en las Enseñanzas Antiguas, antes de que sepa algo de
su propia Alma o crea siquiera en ella. Ninguna gran verdad ha sido jamás
aceptada a priori, y generalmente ha transcurrido un siglo o dos antes
de que haya empezado a vislumbrarse en la conciencia humana como una verdad
posible, excepto en los casos en que se ha hecho el descubrimiento positivo
de la cosa que se pretendía ser un hecho. Las verdades de hoy son
las falsedades y errores de ayer, y viceversa. Sólo en el siglo
XX será cuando algunas partes, si no el todo de la obra presente,
serán vindicadas.
Por tanto, no destruye nuestros argumentos Sir John Evans, aunque afirme
que la escritura era desconocida en la Edad de Piedra. Porque podía
haber sido desconocida en aquella época en la Quinta Raza Aria,
y sin embargo, ser perfectamente conocida de los Atlantes de la Cuarta,
en el apogeo de su más alta civilización. Los ciclos, de
la elevación y caída de las naciones y razas, están
ahí para explicar el hecho.
Si se nos dice que ha habido casos antes de ahora de seudógrafos
falsificados con que han sido engañados los crédulos, y
que nuestra obra puede clasificarse con La Biblia en la India, de Jacoliot
-aun cuando, dicho sea de paso, hay más verdades mezcladas con
sus errores que las que se encuentran en las obras de orientalistas reconocidos
y ortodoxos-, la acusación y comparación nos abatirán
muy poco. Esperamos nuestro tiempo. Hasta el famoso Ezour Veda del último
siglo, considerado por Voltaire el “presente más preciado del Oriente
al Occidente”, y por Max Müller, el “libro más tonto que puede
leerse”, no está del todo desprovisto de hechos y verdades. Los
casos en que las negaciones a priori de los especialistas han resultado
justificadas por corroboraciones posteriores forman un tanto por ciento
insignificante de aquellos que han sido completamente vindicados por descubrimientos
posteriores, y confirmados con gran asombro de los sabios objetantes.
El Ezour Veda fue un pequeño hueso poco disputado, en comparación
con el triunfo de Sir William Jones, Anquetil du Perron y otros, en lo
que se refiere al sánscrito y su literatura. Semejantes hechos
han sido registrados por el profesor Max Müller mismo, quien hablando
de la derrota de Dugald Stewart y Cía., en relación con
esto, declara que:
Si los hechos acerca del sánscrito eran verdad, Dugald Stewart
era demasiado prudente para no ver que las conclusiones que de ellos se
derivaban eran inevitables. Él negó, por tanto, la realidad
de la lengua sánscrita, y escribió su famoso ensayo para
probar que el sánscrito había sido compuesto con arreglo
al modelo del Griego y del Latín, por aquellos archifalsificadores
y embusteros, los brahmanes, y que toda la literatura sánscrita
era una impostura (248).
La escritora está pronta a hacer compañía, enorgulleciéndose
con ello, a esos brahmanes y otros “embusteros” históricos, en
la opinión de nuestros modernos Dugald Stewarts. Ella ha vivido
demasiado, y su experiencia ha sido demasiado variada y personal para
no conocer, por lo menos algo, la naturaleza humana. “Cuando dudéis,
absteneos”, dijo el sabio Zoroastro, cuyo prudente aforismo se encuentra
corroborado, en todos los casos, por la vida y la experiencia diarias.
Sin embargo, como San Juan Bautista, este sabio de las edades pasadas
predica en el desierto en compañía de un filósofo
más moderno, o sea Bacon, quien ofrece el mismo inapreciable ejemplo
de sabiduría práctica, cuando dice:
En el estudio de una cosa (en cualquier asunto de conocimiento, añadimos
nosotros) si el hombre principia con certidumbres, terminará en
la duda; pero si se contenta con principiar con dudas, terminará
en la certeza.
Con este consejo del padre de la Filosofía Inglesa a los representantes
del Escepticismo británico, deberíamos terminar el debate;
pero nuestros lectores teósofos tienen derecho a unos últimos
informes Ocultos.
Ya se ha dicho bastante para mostrar que la evolución en general,
los sucesos, la humanidad, y todo lo demás en la naturaleza, proceden
por ciclos. Hemos hablado de siete Razas, cinco de las cuales casi han
completado su carrera terrestre, y hemos declarado que cada Raza-Raíz,
con sus subrazas y divisiones innumerables de familia y tribus, era completamente
distinta de la Raza precedente y de la subsiguiente. Esto será
negado, bajo la autoridad de la experiencia uniforme, en lo que respecta
a la Antropología y Etnología. El hombre (exceptuando el
color y tipo, y quizás particularidades faciales y capacidad craneal)
ha sido siempre el mismo en todos los climas y en todas las partes del
mundo, dicen los naturalistas; más aún, hasta en estatura;
mientras que, por otra parte, sostienen que el hombre desciende del mismo
antecesor desconocido que el mono; aserto que es lógicamente imposible
sin una diversidad infinita de estatura y forma, desde su primera evolución
en bípedo. Las mismas lógicas personas que sostienen ambas
proposiciones no nos molestan con sus opiniones paradójicas. Nuevamente
manifestamos que nos dirigimos solamente a aquellos que, dudando de que
los mitos se deriven de “la contemplación de las obras visibles
de la naturaleza externa”, creen.
menos difícil suponer que estos relatos maravillosos de dioses
y semidioses, de gigantes y de enanos, de dragones y monstruos de todas
formas, sean transformaciones, que creer que sean invenciones.
La Doctrina Secreta sólo enseña precisamente tales “transformaciones”,
tanto en la naturaleza física como en la memoria y conceptos de
nuestra humanidad presente. Confronta ella las hipótesis puramente
especulativas de la Ciencia Moderna, basadas en la experiencia y las observaciones
exactas de hace apenas unos cuantos siglos, con la tradición y
anales no interrumpidos de sus Santuarios; y desechando ese tejido de
teorías a modo de telarañas, fabricadas en la obscuridad
que encubre un período de unos cuantos miles de años, que
los europeos llaman su “historia”, la Antigua Ciencia nos dice: Escuchad
ahora mi versión sobre los recuerdos de la Humanidad.
Las Razas Humanas nacen unas de otras, crecen, se desarrollan, se tornan
decrépitas y mueren. Sus subrazas y naciones siguen la misma regla.
Si vuestra Ciencia Moderna, que todo lo niega, y la llamada Filosofía,
no rebaten que la familia humana está compuesta de una variedad
de tipos y razas bien definidos, es sólo porque el hecho es innegable;
nadie osaría decir que no hay diferencia externa entre un inglés,
un negro africano y un japonés o chino. Por otra parte, la mayoría
de los naturalistas niegan formalmente que las razas humanas mezcladas,
esto es, los gérmenes de otras razas completamente nuevas, se sigan
formando en nuestros días, aunque esto último lo han sostenido
con buenas razones De Quatrefages y algunos otros.
Sin embargo, nuestra proposición general no será aceptada.
Se dirá que cualesquiera que sean las formas por las cuales haya
pasado el hombre en el largo pasado prehistórico, ya no sufrirá
más cambios en el futuro, exceptuando ciertas variaciones, como
en el presente. De aquí que nuestras Sexta y Séptima Razas-Raíces
sean una ficción.
A esto se contesta tambien: ¿Qué sabéis vosotros?
Vuestra experiencia se limita a unos cuantos miles de años, a menos
de un día en toda la edad del género humano, y a los tipos
presentes de los continentes e islas actuales de nuestra Quinta Raza.
¿Cómo podéis decir lo que será o no será?
Ínterin tal es la profecía de nuestros Libros Secretos y
de sus declaraciones nada inciertas.
Desde el principio de la Raza Atlante han pasado muchos millones de años,
y sin embargo, vemos a los últimos Atlantes todavía mezclados
con el elemento ario, hace 11.000 años. Esto muestra la enorme
superposición de una Raza sobre la Raza que le sigue, dado que
en caracteres y tipo externo la más vieja pierde sus cualidades
características, y asume los nuevos rasgos de la Raza más
joven. Esto está probado en todas las formaciones de razas humanas
mezcladas. Ahora bien; la Filosofía Oculta enseña que aun
actualmente, ante nuestra misma vista, la nueva Raza y razas preparan
su formación, siendo en América donde la transformación
se verificará, y ya ha empezado silenciosamente.
De Anglosajones puros hace apenas trescientos años, los Americanos
de los Estados Unidos se han convertido ya en una nación aparte;
y, debido a la mezcla acentuada y al mutuo cruce de diferentes nacionalidades,
se han transformado en una raza sui generis, no sólo mental, sino
también físicamente. Citando a De Quatrefages:
Toda raza mezclada, cuando es uniforme y fija, ha podido representar el
papel de raza primaria en los cruzamientos nuevos. La humanidad, en su
estado actual, se ha formado así ciertamente, en su mayor parte,
por cruzamientos sucesivos de un número de razas hoy indeterminadas
(249).
Así, pues, los americanos se han convertido, en sólo tres
siglos, en una “raza primaria”, temporalmente, antes de convertirse en
una raza aparte, y acentuadamente separada de todas las demás razas
que hoy existen. Son ellos, en una palabra, los gérmenes de la
sexta subraza, y en unos cuantos cientos de años más se
convertirán decididamente en las avanzadas de la raza que deberá
suceder a la presente quinta subraza europea, en todas sus nuevas características.
después de esto, dentro de unos 25.000 años, entrarán
ellos en la preparación de la séptima subraza; hasta que,
a consecuencia de cataclismos -la primaria serie de aquellos que deberán
un día destruir Europa y aún más tarde toda la Raza
Aria (afectando así a las dos Américas), así como
a la mayor parte de las tierras directamente relacionadas con los confines
de nuestro continente e islas- la Sexta Raza-Raíz aparecerá
en el escenario de nuestra Ronda. ¿Cuándo será esto?
¡Quién lo sabe! Sólo quizás los grandes Maestros
de la Sabiduría; y estos permanecen tan silenciosos respecto al
asunto, como los nevados picos que contemplan. Todo lo que sabemos es
que vendrá ella silenciosamente a la existencia; tan en silencio,
a la verdad, que durante milenios sus avanzadas, los niños especiales
que se desarrollarán como hombres y mujeres peculiares, serán
considerados como lusus naturae anómalos, rarezas anormales físicas
y mentales. Luego, a medida que aumenten y su número se haga cada
vez mayor con cada edad, se encontrarán un día en mayoría.
Entonces los hombres presentes empezarán a ser considerados como
bastardos excepcionales, hasta que, por último, desaparecerán
de los países civilizados, sobreviviendo tan sólo en pequeños
grupos en islas (las mesetas de las montañas de hoy), en donde
vegetarán, degenerarán, y por último se extinguirán
quizás dentro de millones de años, como se han extinguido
los Aztecas, y como se están extinguiendo los Nyam-Nyam y los enanos
Mûla Kûrumba de Nilghiri Hills. Todos estos son los restos
de las que fueron una vez razas poderosas, el recuerdo de cuya existencia
se ha extinguido por completo de la memoria de las presentes generaciones,
lo mismo que nosotros desapareceremos de la de la Sexta Raza de la Humanidad.
La Quinta Raza se superpondrá a la Sexta durante muchos cientos
de miles de años, transformándose con ella, más lentamente
que su sucesora, cambiando todavía en estatura, en el físico
en general, y en mentalidad, del mismo modo que la Cuarta se superpuso
a la Raza Aria y la Tercera se superpuso a los Atlantes.
Este proceso de preparación para la Sexta gran Raza debe durar
todo el tiempo de la sexta y séptima subrazas (250). Pero lo últimos
restos del Quinto Continente no desaparecerán sino algún
tiempo después del nacimiento de la nueva Raza; después
que otra nueva morada, el Sexto Continente, haya aparecido sobre las nuevas
aguas en la faz del Globo, para recibir al nuevo huésped. A él
también emigrarán, y allí se establecerán
todos aquellos que tengan la fortuna de escapar al desastre general. ¿Cuándo
sucederá esto? La escritora, como se ha dicho antes, no puede saberlo.
Sólo que, como la naturaleza no procede por impulsos ni saltos
repentinos, así como el hombre no cambia repentinamente de niño
a hombre maduro, el cataclismo final será precedido de muchos hundimientos
y destrucciones más pequeños, tanto por las olas como por
fuegos volcánicos. La vida exuberante latirá fuertemente
entonces en el corazón de la raza que ahora se halla en la zona
americana, pero no habrá ya americanos cuando la Sexta Raza comience;
como no habrá europeos; pues entonces se habrán ellos convertido
en una nueva Raza, y en muchas naciones nuevas. Sin embargo, la Quinta
no morirá, sino que sobrevivirá por cierto tiempo, sobreponiéndose
a la nueva Raza durante muchos cientos de miles de años, y como
ya hemos dicho, se transformará con ella más lentamente
que su sucesora, aunque cambiando por completo en mentalidad, en lo físico
en general y en la estatura. La humanidad no volverá a desarrollar
cuerpos gigantescos como los de los Lemures y Atlantes; porque, al paso
que la evolución de la Cuarta Raza condujo a esta última
hasta el fondo mismo de lo material en su desarrollo físico, la
presente Raza se halla en su arco ascendente; y la Sexta se irá
libertando rápidamente de los lazos de la materia, y hasta de la
carne.
Así, pues, la humanidad del Nuevo Mundo, más viejo con mucho
que el Antiguo -hecho que los hombres habían también olvidado-
de Pâtâla (los Antípodas, o el Mundo Inferior, como
la América es llamada en la India), es la que tiene la misión,
y el Karma de sembrar las simientes de una Raza futura, más grande
y mucho más gloriosa que todas las que hasta ahora hemos conocido.
Los Ciclos de Materia serán reemplazados por Ciclos de Espiritualidad,
y por una mente por completo desarrollada. Con arreglo a la ley de la
historia y de las razas paralelas, la mayor parte de la humanidad futura
estará compuesta de Adeptos gloriosos. La Humanidad es hija del
Destino Cíclico, y ni siquiera una de sus Unidades puede escapar
a su misión inconsciente, ni librarse de la carga de su trabajo
cooperativo con la Naturaleza. De este modo la Humanidad, raza tras raza,
llevará a cabo su Peregrinación Cíclica marcada.
Los climas cambiarán, y ya han principiado, con cada Año
Tropical después de cada subraza extinguida, pero sólo para
engendrar otra raza superior en el ciclo ascendente; al paso que, una
serie de grupos menos favorecidos, los fracasos de la Naturaleza, se desvanecerán,
como ciertos hombres individuales, de la humana familia, sin siquiera
dejar un rastro tras sí.
Tal es el curso de la Naturaleza, bajo la influencia de la Ley Kármica;
de la Naturaleza Siempre presente y Siempre transformándose. Pues,
según las palabras de un Sabio, conocido tan sólo de algunos
Ocultistas:
EL PRESENTE ES HIJO DEL PASADO; EL FUTURO, ENGENDRADO POR EL PRESENTE
Y SIN EMBARGO, ¡OH MOMENTO PRESENTE! ¿NO SABES TÚ
QUE NO TIENES PADRE, NI PUEDES TENER UN HIJO; QUE TÚ SÓLO
ESTÁS SIEMPRE ENGENDRÁNDOTE A TI MISMO? ANTES QUE NI SIQUIERA
HAYAS PRINCIPIADO A DECIR: “YO SOY LA PROGENIE DEL MOMENTO QUE FUE, EL
HIJO DEL PASADO”, TÚ TE HAS CONVERTIDO EN ESE PASADO MISMO. ANTES
DE QUE PRONUNCIES LA ÚLTIMA SÍLABA, ¡MIRA! YA NO ERES
EL PRESENTE, SINO EN VERDAD ESE FUTURO. ASÍ SON EL PASADO, EL PRESENTE
Y EL FUTURO, LA TRINIDAD EN UNO POR SIEMPRE VIVA - EL MAHÂMÂYA
DEL “ES” ABSOLUTO
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