Tratado sobre los siete Rayos

Tomo IV

La curación esotérica (Breve Introducción) Alice A. Bailey

 


INTRODUCCIÓN


El tema de la curación es tan antiguo como las mismas edades y ha sido siempre materia de investigación y de experimentación. Pero el correcto empleo de las fuerzas de curación y de la facultad de curar está en su infancia. Solo en esta era y generación, es posible, por fin, impartir las leyes de la curación magnética e indicar las causas de la enfermedad –originadas en los tres cuerpos internos- que hoy devastan la estructura humana, causan un sinfín de sufrimiento y dolor, y hacen que el hombre atraviese el portal que conduce al mundo de la existencia incorpórea. Recién ahora el hombre ha llegado a un grado de evolución de su conciencia en que puede comenzar a comprender el poder de los mundos subjetivos y la nueva y vasta ciencia de la psicología es su respuesta a este creciente interés. Los procesos de adaptación, eliminación y curación constituyen la preocupación de las personas que piensan y sufren. Tenemos mucho que hacer, por lo tanto les pido que tengan paciencia.

Cuando entramos en el reino de la curación, penetramos en un mundo de gran conocimiento esotérico y de infinidad de conclusiones, y enfrentamos las formulaciones de innumerables mentes, que en el transcurso de las épocas han tratado de curar y ayudar. El por qué y el motivo de las enfermedades ha sido tema de un sinfín de investigaciones y especulaciones y se han efectuado incontables deducciones categóricas respecto a la cura de tales dolencias. También se han formulado innumerables métodos, técnicas, fórmulas, prescripciones, variedad de manipulaciones y teorías. Todo esto sirve para colmar la mente de ideas –unas correctas, otras erróneas- lo cual dificulta la entrada de nuevas ideas y la asimilación, por parte de los estudiosos, de lo hasta ahora desconocido.

Los aspirantes pierden valiosos conocimientos si rehúsan abandonar lo que la mente inferior estima. Cuando han logrado abrir su mente y estén dispuestos aceptar las nuevas teorías e hipótesis, descubrirán que las antiguas y estimadas verdades, realmente no se pierden, sino que son relegadas a su debido lugar en un esquema mayor.

Los iniciados de la Sabiduría Eterna son necesariamente sanadores, aunque quizás no todos curen el cuerpo físico. La razón de ello es que todas las almas que han logrado cierta medida de verdadera liberación son transmisoras de energía espiritual. Esto, automáticamente, afecta algún aspecto del mecanismo utilizado por las almas con quienes entran en contacto. Cuando empleo la palabra mecanismo en estas instrucciones, me refiero a los diferentes aspectos del instrumento, el cuerpo o naturaleza forma, a través del cual las almas procuran manifestarse, por lo tanto me refiero a:

1. El cuerpo físico denso, suma total de todos los organismos que lo componen; éstos realizan las distintas funciones que permiten al alma expresarse en el plano físico u objetivo, como parte de un organismo mayor, más grande e incluyente. El cuerpo físico es el mecanismo de respuesta del hombre interno espiritual, y sirve para poner esta entidad espiritual en armonía con el mecanismo de respuesta del Logos planetario, esa Vida en la cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

2. El cuerpo etérico, tiene un fundamental objetivo, que consiste en vitalizar y energetizar al cuerpo físico y así integrarlo al cuerpo de energía de la Tierra y del sistema solar. Es una red de corrientes de energía, de líneas de fuerza y de luz. Constituyó parte de la vasta red de energías que subyace en todas las formas, grandes o pequeñas -micro o macrocósmicas. A través de estas líneas de energía fluyen las fuerzas cósmicas, así como la sangre corre a través de las venas y arterias. Esta constante circulación individual (humana, planetaria y solar) de fuerza de vida a través del cuerpo etérico de todas las formas, es la base de toda vida manifestada y la expresión de la esencial no separatividad de cada vida.

3. El cuerpo astral o de deseos (a veces denominado cuerpo emocional) es el efecto producido por la interacción del deseo y de la respuesta sensible sobre el yo que se halla en el centro, y el efecto resultante (en dicho cuerpo) se experimenta como emoción, dolor, placer y todos los pares de opuestos. En ambos cuerpos, el cuerpo etérico y el astral, reside el noventa por ciento de las causas de las enfermedades y dolencias físicas.

4. El cuerpo mental, o esa cantidad de sustancia mental o chitta, que la unidad humana individual puede utilizar e impresionar, constituye el cuarto mecanismo de la serie, a disposición del alma. Recordemos también que los cuatro cuerpos constituyen un solo mecanismo. El cinco por ciento de las enfermedades modernas se originan en este cuerpo u estado de conciencia; quiero aclarar aquí que lo que reiteran constantemente ciertas escuelas de curadores, de que la mente es la causa de todas las enfermedades, aún no es un hecho comprobado. Dentro de un millón de años, cuando la atención humana cambie su enfoque de la naturaleza emocional a la mental, y cuando el hombre sea tan esencialmente mental como hoy es esencialmente emocional, entonces las causas de las enfermedades deberán buscarse en el reino de la mente. Hoy pueden atribuirse, excepto en pocos y raros casos, a la falta de vitalidad o al excesivo estímulo, y a las esferas del sentimiento, de los deseos (frustrados o excesivamente satisfechos) y también al carácter, a la supresión o expresión de anhelos profundamente arraigados, a la irritabilidad, placeres secretos y muchos impulsos ocultos, que emanan de la vida de deseo del sujeto.

Este anhelo de ser y poseer, ha construido y está construyendo el mecanismo físico externo de respuesta, y hoy está forzando a ese mecanismo, que fue construido expresamente para fines físicos, a servir propósitos más subjetivos. Esto produce dificultades, y sólo cuando el hombre comprenda que dentro de la envoltura física externa existen otros cuerpos que responden a propósitos más sutiles, entonces veremos el gradual reajuste y la salud del cuerpo físico. De estas sutiles envolturas nos ocuparemos más adelante.

Naturalmente se preguntarán aquí: Qué plan general seguiré a medida que los instruyo sobre las leyes de curación, esas leyes que guían a los iniciados y gradualmente reemplazarán a los métodos físicos del actual arte de curar. Lógicamente querrán conocer la técnica especial que -como curadores- deben aprender a aplicar tanto ustedes corno los que tratan de curar. Delinearé brevemente la enseñanza que impartiré; señalaré dónde deben poner el énfasis, cuando comiencen a estudiar este tópico.

Primero, me ocuparé de las causas de las enfermedades, porque el estudiante esotérico siempre ha de comenzar en el mundo de los orígenes y no en el mundo de los efectos.

Segundo, elaboraré los siete métodos de curación que rigen el “trabajo de restitución” (denominado así en la terminología esotérica) tal como lo practican los iniciados del mundo. Estos métodos determinan las técnicas que deben ser empleadas. Se observará que tales métodos y técnicas están condicionados por los rayos, (sobre los cuales ya he escrito) * y por lo tanto el curador debe considerar no sólo el rayo a que pertenece, sino también el rayo del paciente. Existen en consecuencia siete técnicas de rayo y éstas requieren una elucidación antes de poder aplicarlas inteligentemente.

Tercero, pondré el énfasis sobre la curación psicológica y la necesidad de tratar al paciente de acuerdo a su vida interna, porque la ley básica que fundamenta toda curación ocultista puede decirse que es la siguiente:


LEY I

Toda enfermedad es el resultado de la inhibición de la vida del alma. Esto es verdad para todas las formas de todos los reinos. El arte del curador consiste en liberar al alma, a fin de que su vida pueda fluir a través del conglomerado de organismos que constituyen una forma determinada.

Es interesante observar que el intento de los científicos de liberar la energía del átomo es en general de la misma naturaleza que el trabajo del esotérico cuando se esfuerza por liberar la energía del alma. En tal liberación se halla oculta la naturaleza del verdadero arte de curar. Aquí hay una insinuación esotérica.

Cuarto, consideraremos el cuerpo físico, sus enfermedades y sus males, pero sólo después de haber estudiado esa parte del hombre que se halla detrás del cuerpo físico denso y lo rodea. De esta manera trabajaremos desde el mundo de las causas internas al mundo de los acontecimientos externos. Veremos que todo lo que concierne a la salud del hombre tiene su origen en:

1. La suma total de fuerzas, sentimientos, deseos y procesos mentales ocasionales que caracterizan los tres cuerpos sutiles y determinan la vida y experiencia del cuerpo físico.

2. El efecto que produce sobre el cuerpo físico la condición en que se halla la humanidad corno un todo. Un ser humano es una parte integral de la humanidad; un organismo dentro de un organismo mayor. Las condiciones existentes en el todo serán reflejadas en la unidad-yo; y muchos de los males que el hombre sufre hoy, son efectos de las condiciones existentes en el cuarto reino de la naturaleza, no siendo el hombre responsable de ellas.

3. El efecto sobre su cuerpo físico, producido por la vida planetaria, expresión de la vida del Logos planetario, una Entidad en evolución. Las implicaciones de esto están más allá de nuestra comprensión, pero los efectos son discernibles.

No tengo mayor interés en entrenar individuos para que lleguen a ser curadores más eficientes. Mi objetivo es que realicen las curaciones en forma grupal, pues me interesa el trabajo realizado en esa forma. Ningún grupo puede trabajar como una unidad, a no ser que se amen y sirvan mutuamente. La energía curadora de la Jerarquía espiritual no puede fluir a través del grupo si hay desarmonía y crítica. El primer trabajo, en consecuencia, de cualquier grupo de curadores, es establecer entre ellos una corriente de amor y trabajar mediante la unidad y comprensión grupales.

Quisiera puntualizar aquí la necesidad de tener paciencia a medida que se va integrando el grupo curador y las auras de sus miembros se fusionan. Llevará tiempo para que las personas aprendan a trabajar juntas con perfecta comprensión e impersonalidad, y a la vez lograr, durante su trabajo, una centralización que produzca el necesario ritmo grupal, un ritmo de tal unidad e intensidad que el trabajo pueda sincronizarse internamente. A medida que los aspirantes y estudiantes trabajen en estas líneas, deben entrenarse a pensar como grupo y dar al grupo, sin mezquindad ni reticencias, lo mejor que hay en ellos y también el fruto de sus meditaciones sobre tales cuestiones.

Podría agregar también que estas instrucciones deben ser en lo posible muy concisas. Me esforzaré para poner en breves palabras muchas verdades e informaciones, a fin de que cada frase trasmita alguna idea real y arroje verdadera luz sobre los problemas que enfrenta el grupo de curación. Lo que diré se dividirá en dos partes: Primero, me ocuparé del trabajo general de curación y enseñanza, y esto implica que he de impartir leyes, técnicas y métodos. Segundo, me ocuparé del curador, y cómo puede perfeccionarse en el arte de curar.

¿No es verdad que el primer requisito para todo curador es establecer una simpática armonía con el paciente, a fin de que el curador tenga una visión interna de la dificultad y gane su confianza?

Magnetismo e Irradiación son dos palabras que encierran los requisitos para todos los verdaderos curadores y deben esforzarse para adquirirlos. Un curador debe ser magnético sobre todas las cosas y atraer hacia sí:

a. El poder de su propia alma; esto involucra alineamiento por medio de la meditación individual.

b. A aquellos que él puede ayudar; esto involucra actitud descentralizada.

c. Esas energías que, cuando surge la necesidad, estimularán al paciente para que inicie la actividad deseada. Esto involucra conocimiento ocultista y una mente entrenada.

El curador ha de saber también en qué forma debe irradiar, porque la irradiación del alma estimulará la actividad del alma del que debe ser curado, iniciándose el proceso de curación; la irradiación de su mente iluminará la otra mente y polarizará la voluntad del paciente; la irradiación de su cuerpo astral o emocional controlada y desinteresada, impondrá un ritmo a la agitación del cuerpo astral del paciente, que le permitirá a éste actuar correctamente; mientras que la irradiación del cuerpo vital, actuando a través del centro esplénico, ayudará a organizar el cuerpo-fuerza del paciente, facilitando así la tarea de curación. Por lo tanto el curador tiene el deber de ser eficaz y, de acuerdo con lo que él es, así será el efecto que producirá sobre el paciente. Cuando un curador trabaja magnéticamente e irradia la fuerza de su alma sobre el paciente, éste podrá lograr más fácilmente el fin deseado lo cual puede ser la total curación o bien el establecimiento de un estado mental que le permitirá seguir viviendo con su dolencia, sin verse obstaculizado por las limitaciones kármicas del cuerpo, o quizás pueda liberarse debidamente (con alegría y facilidad) del cuerpo y obtener la completa salud a través del portal de la muerte.

 

 

 

PRIMERA PARTE

Las Causas Fundamentales de las Enfermedades

CAPÍTULO I. Las Causas Sicológicas de las Enfermedades

Partiremos de la premisa de que existen las enfermedades y que son efectos de causas internas; que el hombre ha hecho grandes progresos para comprender el efecto de estas causas cuando producen cambios en la vestidura externa del hombre..............

...la deuda que tiene el género humano con la profesión médica es grande.....

...Igualmente es verdad que constituye un gran grupo altruísta y autosacrificado dentro de la familia humana.

Me ocuparé del aspecto subjetivo del hombre y las causas secundarias que tienen sus raíces en los cuerpos internos del hombre y en el aspecto subjetivo de la naturaleza misma

1) Causas Originadas en la Naturaleza Emocional-Deseo

El cuerpo astral es para la mayoría de la humanidad el principal factor determinante a considerar. Es causa preponderante de la mala salud.

A) Emoción Incontrolada y Mal Regulada

La excitación de este cuerpo en cualquier actividad violenta bajo la tensión temperamental, la intensa preocupación o la prolongada irritabilidad, derramará una corriente de energía astral en el centro plexo solar y a través de éste energetizándolo y produciéndole un estado de intensa perturbación que afecta al estómago, al páncreas, al conducto biliar y a la vesícula.....

La tendencia a la crítica, las violentas antipatías y los odios basados en la crítica o un complejo de superioridad, producen en gran parte la acidez que sufre la mayoría de las personas.

B) Deseo, Reprimido o Prevaleciente.

El cáncer primordialmente es una enfermedad producida por la inhibición así como las enfermedades sifilíticas son causadas por la superexpresión y el excesivo abuso de un aspecto del mecanismo del hombre

C) Enfermedades Producidas por la Preocupación y la Irritabilidad

La irritabilidad es una dolencia básica sicológica y tiene sus raiíces en la intensificación del cuerpo astral que definidamente produce efectos anormales en el sistema nervioso. Es una enfermedad causada por el propio interés, autosuficiencia o propia satisfacción.......

2) Causas que Surgen del Cuerpo Etérico

El cuerpo etérico es un trasmisor de todas las energías al cuerpo físico, y todo tipo de fuerza pasa a través de él y va a distintas partes de la forma física, produciendo resultados buenos y malos, negativo o positivos según el caso.

A) Congestión.

El cuerpo etérico es un mecanismo de entrada y salida. Hay en consecuencia una relación curiosa e íntima entre éste y ciertos órganos como los pulmones, el estómago y los riñones.

Mente-Pulmones

Deseo-estómago

Etérico-riñones

B) Falta de Coordinación e Integración

C) La Sobrestimulación de los Centros

  El cuerpo etérico es un potente receptor de las impresiones impartidas a la conciencia humana por intermedio de los centros ya despiertos.

3) Causas que se inician en el Cuerpo Mental

A) Actitudes Mentales Erróneas

Quisiera ocuparte ante todo, de la premisa básica de que la enfermedad y los impedimentos físicos no son el resultado de pensar erróneamente; probablemente son el resultado de no pensar, o el fracaso en acatar esas leyes fundamentales que rigen la mente de Dios. Un interesante ejemplo de ello es que el hombre no sigue la básica Ley del Ritmo, que rige todos los procesos de la naturaleza, formando él parte de la naturaleza. Gran parte de las dolencias inherentes al uso y abuso del impulso sexual, podemos adjudicarlas al fracaso de actuar con la Ley de Periodicidad.

B) Fanatismo Mental. El Dominio de las Formas Mentales

Amarguras, disgustos, odios y un sentido de frustración puede producir, y lo hacen, muchas de las prevalecientes condiciones tóxicas y un estado de intoxicación general y mala salud que mucha gente habitualmente sufre.

C) Idealismo Frustrado

Cuando el pensamiento puede ser llevado hasta el cerebro físico y se convierte allí en agente directriz de la fuerza de la vida, tendremos generalmente buena salud, y esto se ha comprobado, aunque el individuo haya tenido buenos o malos pensamientos, correctamente motivados o erróneamente orientados.

 

El Sagrado Arte de Curar

 

En este tratado no intento considerar la patología de la enfermedad, sus sistemas ni sus malignos indicios. Esto lo abarca plenamente cualquier tratado y texto moderno comunes sobre medicina, y no soy clínico entrenado ni autoridad médica, ni tampoco tengo tiempo para ocuparme de tecnicismos. Lo que me interesa es dar al mundo una idea de las causas verdaderas y ocultas de la enfermedad y de sus orígenes, y también, el trabajo de curación, tal como lo lleva a cabo y sanciona la Gran Logia Blanca.

El trabajo, en realidad, es el empleo razonable de la energía aplicada con amor y ciencia. Todo lo que explico es resultado de la experimentación. Tales tipos de curación caen en dos categorías:

1. En la curación magnética el curador o el grupo de curación hace dos cosas:

a. Atrae al centro de curación ese tipo de energía que contrarrestará la enfermedad. Esto lógicamente es un tema muy vasto y de profunda importancia científica. Algunos tipos de fuerza de rayo pueden ser utilizados en determinados tipos de enfermedad, necesitando el empleo de ciertos centros específicos para su distribución. Esto lo consideraremos y esbozaremos al llegar a la sección titulada Los Siete Métodos de Curación.

b. Atrae hacia sí y absorbe esas fuerzas que producen la enfermedad, extrayéndola del paciente.

Este último proceso exige que el curador adopte precauciones para evitar el contagio de la enfermedad y para que las fuerzas no se introduzcan en su cuerpo. También debe suministrársele al paciente nueva energía que reemplace la energía extraída. Este proceso inicia una interacción definida entre el curador y el paciente. En consecuencia, existe un verdadero peligro en este trabajo de curación esotérica y por esta razón el sanador en entrenamiento debe tener presente que trabajará como grupo y no como individuo. La libre circulación de la fuerza produce la buena salud en el individuo o el grupo. La libre circulación de la fuerza entre el curador o el grupo de curación y la persona que debe ser curada, puede curar la enfermedad, siempre que el destino del hombre permita ser curado en determinado momento y él colabore en lo posible, aunque en realidad esto no es esencial. En muchos casos pueden obtenerse resultados más rápidos. En otros, la ansiedad del paciente puede contrarrestar los efectos deseados.

2. En la curación por radiación el proceso es más simple y seguro, porque el curador sencillamente acopia poder en sí mismo y luego lo irradia al paciente como una constante corriente de energía radiante que afluye externamente, la cual deberá ser dirigida al centro más cercano a la parte enferma.

Este trabajo no implica ningún riesgo para el curador, pero si se introduce el elemento voluntad en su pensamiento, o la corriente de energía proyectada es demasiado fuerte, entonces pueda haber peligro para el paciente. El impacto de la fuerza que se está irradiando sobre él, quizás no sólo produzca tensión nerviosa, sino un acrecentamiento del poder de la enfermedad y su intensificación por la estimulación de los átomos y las células involucradas en la actividad de la tuerza responsable de la perturbación. Por esta razón el aprendiz debe evitar concentrarse sobre la enfermedad o la zona implicada, en el cuerpo físico, y mantener cuidadosamente pasivo todo pensamiento, una vez que se ha realizado el trabajo preliminar, porque la energía sigue al pensamiento y se dirige allí donde el pensamiento está enfocado.

Los curadores tienen que determinar la efectividad de lo que están tratando de realizar, la potencia del trabajo grupal unido y la fuerza que pueden manejar. También tienen que desarrollar la capacidad de mantener su voluntad en segundo plano y enviar la radiación curadora sobre una corriente de energía de amor, y además recordar que el amor es energía y una sustancia tan real corno la materia densa. Esa sustancia puede ser utilizada para expulsar el tejido enfermo y proporcionar un sustituto sano en lugar de la materia enferma eliminada.

Por lo tanto, en el primer ciclo de trabajo ensayarán el método de radiación, que es el más simple y más fácil de dominar. Más tarde podrán experimentar el método de la curación magnética.

Por lo antedicho comprenderán el propósito de las reglas acerca de los métodos de curación que impartí anteriormente en esta serie de instrucciones y por qué, en este trabajo de radiación, el proceso de vinculación involucra al alma, al cerebro y a toda el aura o el campo magnético del individuo o de la actividad grupal. No se menciona ni implica la mente, y el cerebro actúa sólo como punto de enfoque del amor y la fuerza curadora que debe ser proyectada en la corriente de energía que surge del centro ajna.

El curador deberá mantener todas las fuerzas enfocadas en la cabeza y también su atención concentrada allí. El corazón estará implicado automáticamente, pues al principio empleará totalmente la energía del amor.

Clasificaré ahora las reglas por las cuales se regirán los grupos curadores. Quisiera intercalar aquí que no siempre es necesario ni posible reunirse y trabajar juntos en formación grupal. Este trabajo puede ser llevado adelante eficiente y potentemente si los miembros trabajan como grupo subjetivo; cada uno debería seguir las instrucciones diariamente, como si estuviera trabajando en su grupo en forma tangible. Esta real vinculación se logra imaginándose que está en presencia de sus hermanos. Si se reunieran como grupo en el plano físico, sería muy difícil evitar la disipación de fuerzas, por las discusiones, los saludos efusivos y la interacción física entre las personalidades. Inevitablemente se produciría demasiada conversación y el trabajo no sería adecuadamente eficaz. Desde el punto de vista físico trabajan solos, desde el verdadero punto de vista interno trabajan en la más estrecha colaboración.

Las primeras reglas que quisiera que dominara el estudiante son:

Reglas Preliminares para la Curación por Radiación

1. Por un acto de voluntad, después de haber hecho un rápido y consciente alineamiento, debe vincularse como alma con las almas de sus hermanos de grupo, luego con sus mentes y luego con sus naturalezas emocionales. Debe emplear la imaginación, comprender que la energía sigue al pensamiento y que si lo realiza correctamente es inevitable el proceso vinculador. Entonces ya puede actuar como grupo. Luego tiene que olvidar la relación grupal y concentrarse en el trabajo a realizar.

2. Internamente deberá vincular alma y cerebro, reunir las fuerzas del amor que están en su aura, enfocándose en la cabeza, conjuntamente con todo lo que tiene para ofrecer, imaginándose como un centro radiante de energía o un punto de vívida luz. Esta luz debe ser proyectada sobre el paciente a través del centro ajna, situado entre los ojos.

3. Luego debe pronunciar el siguiente mántram grupal:

“Con pureza de móvil, inspirado por un corazón amoroso, nos ofrecemos para este trabajo de curación. Este ofrecimiento lo hacemos, como grupo, a aquel que tratamos de curar”.

Al hacer esto, debe visualizarse el proceso vinculador, viéndolo como líneas de viviente sustancia de luz en movimiento, y vinculándose usted por un lado con los miembros del grupo, y por otro, con el paciente. Vea estas líneas yendo desde usted al centro cardíaco del grupo y hacia el paciente. Siempre debe actuar desde el centro ajna, el centro entre las cejas, hasta no recibir instrucciones de hacer otra cosa. Así el centro ajna y el centro cardiaco de las personas involucradas estarán estrechamente interrelacionados. Aquí puede observarse el valor de la visualización. En realidad, es la exteriorización etérica de la imaginación creadora. Reflexionen sobre esta última frase.

4. Debe emplear el pensamiento, el pensamiento dirigido, durante un breve instante y pensar en aquel que está tratando de curar, vincularse con él y enfocar su atención sobre él, a fin de que llegue a ser una realidad en su conciencia y también en su fuero interno. Cuando llega a percibir cuál es la dificultad física, recuérdela simplemente y luego olvídela. Lo mismo debe hacer con los detalles del trabajo, tales como el grupo, usted mismo y la dificultad del paciente, y concentrarse sobre el tipo de fuerza que va a manipular, que en este caso y momentáneamente es fuerza de segundo rayo, la fuerza del amor. Lo que aquí describo es la adaptación del método de curación de segundo rayo, preparado para principiantes.

5. Debe sentir que en usted penetra un profundo amor. Considérelo como luz sustancial que usted puede y podrá manipular. Entonces debe enviarse como una corriente de luz radiante desde el centro ama, dirigiéndola por intermedio de sus manos al paciente. Al hacerlo colocará las manos delante de los ojos, con las palmas hacia afuera y los dorsos cerca de los ojos, más o menos dieciocho centímetros delante de la cara. De esta manera la corriente que surge desde el centro ajna se divide en dos, afluyendo a través de ambas manos. Así se la dirige al paciente. Después visualizarla como yendo al paciente y sentir que éste la recibe. Cuando realiza esto, diga en voz baja pero en forma audible:

“Que el amor del Alma una, enfocada en este grupo, irradie sobre ti, hermano mío, y penetre en cada parte de tu cuerpo -sanando, aliviando, fortaleciendo y disipando todo lo que obstaculiza el servicio y la buena salud”.

Decir esto lenta y deliberadamente, confiando en los resultados. Evitar que ningún poder mental o volitivo entre en la corriente de energía curadora, sino sólo un concentrado amor irradiante. El empleo de la facultad de visualizar y el de la imaginación creadora, más un sentido de profundo y constante amor, mantendrán la mente y la voluntad pasivas.

Haré hincapié sobre la urgente necesidad de un completo silencio y parquedad, respecto a todo trabajo de curación. Que nadie sepa que trabajan de esta manera ni mencionen los nombres de quienes tratan de ayudar. Tampoco hablen entre ustedes del paciente bajo tratamiento. Si no se cumple esta regla básica sobre el silencio, indicará que no están preparados aún para este trabajo, debiendo interrumpirlo. Este mandato es mucho más importante de lo que se imaginan, hablar y discutir no sólo tiende a desviar y disipar la fuerza, sino a violar una regla fundamental para la cual todo curador ha sido entrenado para cumplirla y hasta la profesión médica en el plano físico sigue este mismo procedimiento general.


Tres Leyes Mayores para la Salud

Existen tres Leyes mayores y siete menores para la salud. Rigen en los tres mundos y es todo lo que les concierne en la actualidad. En las enseñanzas que se impartirán en el futuro inmediato, el principal énfasis será puesto eventualmente sobre la técnica del cuerpo etérico, pues tal es el siguiente paso adelante. Las leyes mayores son:

1. La ley que controla voluntad de vivir, manifestación del primer aspecto del Logos, voluntad o poder.

2. La ley que controla la igualdad de ritmo, manifestación del segundo aspecto del Logos, amor o sabiduría.

3. La ley que controla la cristalización, manifestación del tercer aspecto del Logos, la actividad o aspecto fundamental.

Los tres factores regentes o leyes se manifiestan a través de las tres principales divisiones del ente humano

1. El aspecto voluntad, se manifiesta a través de los órganos de la respiración, otra de sus expresiones es la facultad de dormir. En ambos tenemos la repetición o analogía en el microcosmos de la manifestación y pralaya logoicos.

2. El aspecto amor, se manifiesta a través del corazón, el sistema circulatorio y el sistema nervioso. Por muchas causas es muy importante que se comprenda esto, pues controla predominantemente el cuerpo etérico y su asimilación de prana o vitalidad. Este prana actúa por medio de la sangre y los nervios, pues la fuerza de la vida utiliza la corriente sanguínea, y la fuerza síquica actúa a través del sistema nervioso. Ambos sectores del organismo humano causan la mayor parte de las dolencias en la actualidad y las causarán en mayor medida en el futuro. La raza aprende por medio del sufrimiento, y sólo la extrema necesidad impulsa al hombre a buscar una solución y alivio. Desde el actual ángulo de las curaciones, el hombre forma también una trinidad menor que es importante:

a. El cuerpo físico denso, acerca del cual conocen mucho la ciencia y la medicina.
b.
c. El cuerpo etérico, el siguiente campo de esfuerzos, experimentos y descubrimientos.

d. El cuerpo astral que, simultáneamente con el etérico, es el siguiente objetivo para el control científico. Aquí actuará la ciencia de la sicología.

3. El aspecto actividad, se manifiesta principalmente a través de los órganos de asimilación y eliminación. Trato aquí de acentuar un punto. Así como nuestro sistema solar está desarrollando el aspecto amor, el segundo aspecto, y así como el ser humano está polarizado en el cuerpo astral, reflejo de ese segundo aspecto, de la misma manera es de suprema importancia el segundo de los tres sectores mencionados del organismo humano, el etérico. Hasta ahora ha trasmitido principalmente energía astral al cuerpo físico, y actualmente está en proceso de cambio.

La tendencia de la ciencia médica debería haber despertado a los hechos concretos del cuerpo físico denso y dedicarse al estudio de la vitalización y la circulación, pues ambas están estrechamente relacionadas. El sistema nervioso está hoy controlado esencialmente desde el cuerpo astral, vía el etérico, y la base de todo trastorno nervioso se halla oculta en el cuerpo emocional, donde la humanidad se halla polarizada en la actualidad. El sistema circulatorio del cuerpo físico está controlado principalmente desde el cuerpo etérico. Cuando se posee un cuerpo etérico que no funciona correctamente ni trasmite suficiente prana y un cuerpo astral o emocional, que no está controlado adecuada y debidamente, tenemos en ambos el origen de la mayoría de las enfermedades y las condiciones nerviosas y mentales que aumentan anualmente. La acción refleja de la circulación inadecuada sobre el cerebro físico (también debido al cuerpo etérico), conduce a la tensión mental y eventualmente al colapso. Por lo antedicho puede verse la importancia del vehículo etérico.

El primer aspecto, tiene para su expresión y campo de control los órganos de la respiración y la facultad de dormir; cuando no funcionan debidamente, traen muerte, insania y algunas de las enfermedades del cerebro.

El tercer aspecto, cuando no funciona adecuadamente, causa dificultades estomacales, trastornos intestinales y diversas enfermedades localizadas abajo y debajo del plexo solar, en el abdomen.

Por lo tanto observarán que la ciencia médica deberá finalmente buscar la solución en la simplificación de los métodos, salir de la complejidad de las drogas y operaciones y retornar a la comprensión del correcto empleo de la energía que afluye del hombre interno, por intermedio del cuerpo etérico, al físico.

Las siguientes sugerencias pueden ser de utilidad:

1. Por el desarrollo de la buena voluntad, la voluntad de las buenas intenciones y móviles, se logrará la curación de las enfermedades de la tráquea, los pulmones y la garganta, la estabilización de las células cerebrales, la cura de la demencia y las obsesiones y se obtendrá equilibrio y ritmo, lográndose la longevidad, pues la muerte debería ser el reconocimiento, por parte del alma, del trabajo realizado y el merecido pralaya, que sólo tendrá lugar posteriormente en prolongados y separados períodos y será determinado por la voluntad del hombre, quien cesará de respirar cuando haya terminado su trabajo, enviando entonces los átomos de su cuerpo al pralaya. Entonces el físico duerme, termina la manifestación, y el significado oculto de esto aún no ha sido comprendido.

2. Por la comprensión de las leyes de la vitalidad -esta frase encierra las leyes que rigen al prana, a la radiación y al magnetismo- se obtendrá la curación de las enfermedades de la sangre, de las arterias y las venas, ciertas dolencias nerviosas, la falta de vitalidad, decadencia senil, mala circulación y enfermedades similares. Esto también tendrá como resultado la prolongación de la vida. Las leyes de la energía eléctrica también serán mejor comprendidas.

3. Por la comprensión de los métodos correctos de la asimilación y eliminación vendrá la curación de las enfermedades relacionadas con los tejidos corporales, el estómago y el intestino y los órganos genitales masculino y femenino. Algún día se comprenderá que estos últimos constituyen simplemente otro sistema de asimilación y eliminación, centrados esta vez en el aspecto femenino o mujer, pues debe recordarse que éste es el segundo sistema o de amor. El orden es el siguiente:

a. El primer sistema fue masculino.
b. El segundo sistema, el actual, es femenino.
c. El tercer sistema será hermafrodita.

Por lo tanto, aunque la evolucionante jerarquía humana es masculina o positiva, no constituye una garantía de que todo lo que existe en el actual sistema sea también masculino. La realidad es que la facultad negativa o aspecto femenino predomina, aunque no lo reconozcan ustedes. Permítanme demostrar y dar algunas indicaciones de esta hipótesis, mediante guarismos:

1. En el primer sistema solar existía una sola evolución predominante y consistió en cien mil millones de mónadas.

2. En el actual sistema, el segundo, hay dos evoluciones predominantes, la humana y la dévica; existen -como ya dije- sesenta mil millones de mónadas humanas. Agreguen a esto la evolución dévica femenina que consiste en ciento cuarenta mil millones y tendremos los necesarios doscientos mil millones de mónadas. Esto corrobora mi afirmación de que éste es un sistema femenino.

3. En el tercer sistema solar el número de mónadas en evolución será de trescientos mil millones, necesarios para lograr la perfección del triple Logos.

Esta exposición ha sido necesariamente concisa, pues todo lo que trato de hacer es indicar las líneas que oportunamente ha de seguir el arte de la curación y dar ciertas sugerencias que señalarán el camino hacia la causa de las enfermedades prevalecientes y así permitir a los inteligentes contrarrestar sus efectos. Esta brevedad y el método de impartir conocimiento, por medio de insinuaciones, es esencialmente ocultista, y será el único modo de encarar este tema relativamente peligroso, hasta el momento en que un entrenamiento técnico y sólido de la medicina, cirugía y neurología, se combine con una comprensión sicológica igualmente sólida, más cierta medida de visión espiritual. Clínico y cirujano ideal sería aquel que también fuera metafísico; a la carencia de esta combinación se le puede atribuir gran parte de las actuales dificultades y confusiones. El curador metafísico de hoy se halla tan absorbido por aquello que no es el cuerpo, que es de menos utilidad que el clínico para la persona enferma o accidentada. El metafísico común, no importa qué título se adjudique, tiene una mente cerrada, acentúa excesivamente las posibilidades divinas, excluyendo las probabilidades materiales o físicas.

La curación totalmente espiritual será divinamente posible con el tiempo, pero no es materialmente posible en determinados momentos, en tiempo y espacio, y con personas que se hallan en etapas muy diferentes en la escala de la evolución. El momento oportuno y un sólido conocimiento de la actuación de la Ley del Karma, más una amplia medida de percepción intuitiva, son esenciales para el elevado arte de la curación espiritual. A ello debe agregarse el conocimiento de que la naturaleza forma y el cuerpo físico no constituyen esencialmente la preocupación principal ni tienen la vasta importancia que algunos creen.

Algunos sectarios y curadores generalmente adoptan la posición de que es muy importante liberar al vehículo físico de enfermedades y arrebatarlo de las manos de la muerte. Sin embargo, quizás sea preferible (y frecuentemente lo es) dejar que la enfermedad realice su trabajo y la muerte libere al alma del aprisionamiento. Llega inevitablemente el momento, para todos los seres encarnados, en que el alma demanda liberarse del cuerpo y de la vida de la forma, y la naturaleza tiene sus propios y sabios métodos para hacerlo. Enfermedad y muerte deben ser reconocidas como factores liberadores, cuando se producen como resultado del exacto momento elegido por el alma. Los estudiantes deberán comprender que la forma física es un conglomerado de átomos erigidos en organismos y finalmente en un cuerpo coherente, el cual se mantiene unido por la voluntad del alma. Si lleváramos esa voluntad a su propio plano o (como se dice esotéricamente) “si dejáramos que el ojo del alma mire hacia otra dirección” inevitablemente sobrevendría la enfermedad y la muerte en el actual ciclo. Esto no constituye un error mental o el fracaso en reconocer la divinidad o que se haya sucumbido al mal, en realidad es la resolución de la naturaleza forma, en sus partes componentes y esencia básica. La enfermedad es esencialmente un aspecto de la muerte. Es el proceso por el cual la naturaleza material y forma sustancial se preparan para separarse del alma.

Sin embargo, se debe tener presente que donde hay enfermedades, malestares o dolencias que no están relacionadas con la disolución final, las causas pueden hallarse en muchos factores: en el medio circundante, pues muchas enfermedades son ambientales y epidémicas; en la sintonización del individuo con corrientes tóxicas que emanan del odio mundial o de los complejos sicológicos que ya hemos tratado, y en las enfermedades (si así puedo denominarlas) indígenas en la materia que la humanidad ha elegido para construir su vehículo físico, aislándolo y separándolo de la sustancia general de la manifestación, creando así un tipo de materia consagrada a la tarea de formar la expresión externa de la realidad interna. Esto constituye por lo tanto un aspecto excepcional y peculiar de la sustancia universal, perfeccionada hasta cierto punto en el último sistema solar, y lógicamente de un orden superior a aquel de la sustancia que vibra creadoramente al llamado de los tres reinos subhumanos de la naturaleza.


Resumen de las Causas de las Enfermedades

Al considerar esotéricamente las enfermedades debe aceptarse como proposición básica que toda enfermedad es el resultado del mal uso de las fuerzas, en una vida anterior o en la presente. Ello es fundamental. En relación con esto repetiré algunas de mis afirmaciones sobre este tema.

1. El noventa por ciento de las causas de las enfermedades se hallan en los cuerpos etérico y astral. El empleo erróneo de la energía mental y el deseo mal aplicado, son los factores más importantes; sin embargo, como la mayoría de la humanidad todavía se halla en la etapa de conciencia atlante, sólo el cinco por ciento de las enfermedades prevalecientes se debe a causas mentales. El porcentaje varía con el desarrollo de la raza y su evolución. Por lo tanto la enfermedad es la manifestación de las condiciones subjetivas indeseables, vitales, emocionales y mentales.

2. Todo lo concerniente a la salud del hombre puede ser encarado desde tres ángulos:

a. De la vida de la personalidad -sobre ésta estamos aprendiendo mucho.
b. De la humanidad en conjunto -lo cual se está empezando a apreciar.
c. De la vida planetaria -de ésta poco podemos saber.

3. Toda enfermedad es causada por la falta de armonía entre la forma la vida, entre el alma y la personalidad; esta carencia de armonía existe en todos los reinos de la naturaleza.

4. La mayor parte de las enfermedades tienen su origen:
a. grupal,
b. como resultado de una infección,
c. desnutrición, entendida física, subjetiva y esotéricamente.

5. Las enfermedades de las masas, del ciudadano común, de los intelectuales y de los discípulos, difieren ampliamente y tienen distintos campos de expresión.
a. Los tres grupos principales de enfermedades de los dos primeros tipos mencionados son:
La tuberculosis.
Las enfermedades sociales.
El cáncer
b. Las dos enfermedades principales de los intelectuales y discípulos Son:
Las dolencias cardiacas.
Las enfermedades nerviosas.

6. La enfermedad es un hecho en la naturaleza. Cuando esto sea aceptado, los hombre comenzarán a trabajar con la Ley de Liberación, con el recto pensar, que conduce a actitudes y orientación correctas, y con el principio de no resistencia. La gran ansiedad de morir, característica frecuente en la etapa final que precede inmediatamente a la muerte, es la manifestación más inferior de esta no resistencia, la cual sicológicamente rige al estado de coma.

7. La Ley de Causa y Efecto o de karma, rige todas las enfermedades. Abarca el karma individual, grupal, nacional y el humano en su totalidad.

Si nos detuviéramos en este punto y analizáramos lo que he repetido, y si releyeran y reflexionaran sobre las cuatro Leyes y las cuatro Reglas, tendrían la necesaria y fundamental base sobre la cual se podría continuar con los futuros estudios, empezando con las enfermedades incidentales a la vida del discipulado. Algo de esto ya lo he tratado en Tratado sobre los Siete Rayos, T. II. páginas 392-469. Allí el acercamiento se ha encarado mayormente desde el ángulo del místico, mientras que aquí voy a ocuparme de los problemas del discípulo aceptado.

 

 

 

4) Enfermedades Originadas en la Vida del Discipulado

A) Enfermedades de los Místicos.

B) Enfermedades de los Discípulos.

...Los Centros y el Sistema Glandular...

Es evidente que la enfermedad (cuando no es de origen grupal o resultado del karma planetario o debido a un accidente) surge de la actividad o inactividad de los centros. Ésta es una verdad básica, dada en forma sencilla. Los centros, como ya saben, rigen el sistema endocrino, que a su vez controla las siete zonas principales del cuerpo físico y es responsable del correcto funcionamiento de todo el organismo, produciendo efectos fisiológicos y sicológicos.

La importancia de este sistema glandular no se debe subestimar. Es una réplica en miniatura de la constitución septenaria del universo y el medio de expresión e instrumento de contacto para las fuerzas de los siete rayos, los Siete Espíritus ante el Trono de Dios.

Acerca de esta verdad actualmente no reconocida, se construirán los métodos de la medicina y de la curación, en la civilización futura.

Las glándulas constituyen un gran sistema vinculador en el cuerpo; ponen todas las partes del cuerpo físico en mutua relación y también vinculan al hombre con el cuerpo etérico -tanto individual como planetario- y análogamente con la corriente sanguínea, el portador del principio vida a todas las partes del cuerpo.

Por consiguiente, existen cuatro agentes principales de distribución en el cuerpo físico; son unidades completas en sí mismas, contribuyen a la vida funcional y orgánica del cuerpo, están estrechamente interrelacionadas y producen resultados fisiológicos y sicológicos de acuerdo a su potencia, a la respuesta de los centros a la afluencia superior, a la etapa de evolución alcanzada y a la libre expresión o inexpresión de las energías entrantes.

Los cuatro agentes de distribución de energía son:

1. El vehículo etérico, con sus miríadas de líneas de fuerza y de energía entrante y saliente y su respuesta a los impactos de la energía proveniente del medio ambiente, como también del hombre espiritual interno y sus cuerpos sutiles, compenetra todo el cuerpo físico. En él se hallan los siete centros como puntos focales de recepción y distribución; son los receptores de siete tipos de energía, y las distribuyen por todo el pequeño sistema humano.

2. El sistema nervioso y sus diversas y entrelazadas directivas. Es una red relativamente tangible de energías y fuerzas, expresión externa de la red interna, vital y dinámica del cuerpo etérico y con los millones de nadis o el prototipo de los nervios que subyacen en el cuerpo sustancial. Esos nervios o plexos y sus innumerables ramificaciones son los aspectos negativos de las energías positivas que condicionan o tratan de condicionar al hombre.

3.-El sistema endocrino es la tangible y exotérica expresión de la actividad del cuerpo vital y sus siete centros. Los siete centros de fuerza se encuentran en la misma zona en que están localizadas las siete glándulas principales, y cada centro de fuerza provee, de acuerdo a la enseñanaza esotérica. el poder y la vida de la correspondiente glándula que, en realidad, es su exteriorización.

CENTROS ....................................GLÁNDULAS

Centro coronario.........................Glándula pineal

Centro ajna..................................Cuerpo pituitario

Centro laríngeo.......................... Glándula tiroides

Centro cardíaco..........................Glándula timo

Centro plexo solar.......................Páncreas

Centro sacro................................Gónadas

Centro en la base de la columna vertebral.....Glándulas adrenales

Estos tres sistemas están muy estrechamente relacionados y consituyen directivas de energías y fuerzas entrelazadas, esencialmente vitales, energéticas, dinámicas y creadoras, siendo básicamente interdependientes, y de ellas depende toda la salud interna del organismo físico. Responden primero a cualquiera de los dos cuerpos (emocional o mental), luego a la personalidad integrada y a su rayo, y finalmente al rayo del alma, cuando comienza a asumir el control.

Son en realidad responsables de la construcción del cuerpo físico y -después del nacimiento- condicionan su cualidad sicológica, y esto a su vez produce el desarrollo del hombre físico.

También son los agentes de los tres aspectos divinos de toda manifestación: vida-cualidad-apariencia.

4. La corriente sanguínea. Portadora del princio vida y de las energías y fuerzas combinadas de los tres sistemas mencionados. Esta idea será algo novedosa para el ortodoxo. La relación del sistema circulatorio de la sangre con el sistema nervioso, no ha sido aún adecuadamente investigada por la medicina moderna. Sin embargo, mucho se ha realizado para relacionar el sistema glandular con la sangre.

Únicamente cuando estos cuatro sistemas interrelacionados sean considerados como un todo integrado y como cuatro aspectos de un sistema vital circulatorio, emergerá la verdad.

Sólo cuando sean reconocidos como los cuatro agentes principales distribuidores de los rayos cominados del hombre individual se captará la verdadera naturaleza del fenómeno material.......................................

 

Los Siete Centros Principales

.........De acuerdo a la interpretación común de los esoteristas ignorantes en los diversos grupos ocultistas, el fuego kundalini es algo que debe ser "elevado", y cuando se logra, entonces todos los centros entran en actividad funcionante y los canales hacia arriba y hacia abajo de la columna vertebral, quedarán libres de toda obstrucción. Ésta es una peligrosa generalización y lo contrario de la realidad. El fuego kundalini podrá ser elevado y ascendido hacia el cielo cuando todos los centros hayan despertado y los canales de la columna vertebral no estén obstruidos.

 

 

El Cuerpo, la Apariencia Fenoménica

Los Siete Centros Mayores ( continuación)

El Cuerpo Etérico, los Sistemas Nervioso y Endocrino

Efectos Producidos en Zonas Específicas

Efectos de la Subestimulación y Superestimulación de los Centros.

......En consecuencia podríamos establecer la premisa ( que posteriormente aceptará la profesión médica) de que las enfermedades son autoengendradas (si puedo usar esta curiosa e inadecuada palabra) y no el resultado del contagio, de la infección o de accidentes; son causadas por el fracaso la limitación, la deficiencia o excesiva eficiencia, y por el super o subdesarrollo del sistema endocrino. El sistema glandular de secreción interna, por intermedio de las hormonas, afecta todas las partes del organismo físico a través de la corriente sanguínea, y podría decirse con toda propiedad, que cuando las glándulas de secreción interna están perfectamente equilibradas y funcionan correctamente, no habrá zonas enfermas en el cuerpo. Entonces la corriente sanguínea, se mantendrá en perfectas condiciones.

Entre los centros y las correspondientes glándulas endocrinas, se halla el sistema nervioso actuando como agente distribuidor de energía.

 

 

CAPÍTULO II. Causas que Emanan de la Vida Grupal.

1) Enfermedades de la Humanidad, Heredadas del Pasado.

A) Enfermedades Venéreas y Sifilíticas

Paralelamente a la actividad de la Gran Logia Blanca (tal como sucedió entonces y sucede hoy) había una actividad de las fuerzas oscuras. Debían producir sus efectos por intermedio del centro sacro, estableciéndose una situación extremadamente viciosa, que debilitó el vigor del cuerpo humano, acrecentó grandemente las exigencias de la naturaleza sexual por el estímulo del centro sacro , producido artificialmente por la Logia Negra, lo cual trajo como consecuencia numerosas alianzas impías y una amplia difusión de relaciones malignas.

Entonces el Logos planetario impuso una grande y nueva ley de la naturaleza, expresada (muy inadecuadamente) por las palabras "el alma que peca, morirá". Esta ley podría ser mejor expresada con las palabras, " Quien abusa de lo que ha construido, lo verá derrumbarse por las fuerzas internas que contiene".

A medida que transcurrieron los siglos y la raza lemuria se sometió a los malvados impulsos de la naturaleza animal, aparecieron gradualmente los primeros tipos de enfermedades venéreas; oportunamente toda la raza fue contaminada y produjo su desaparición; la naturaleza cobró sus tributos y exigió inexorablemente su precio.

Cabe aquí interrogarse ¿ cómo estos primitivos habitantes de nuestro planeta pudieron ser responsables, puesto que no existía pecado donde no había sentido de la responsabilidad ni conciencia de obrar mal? La Jerarquía en esos días tenía sus propios métodos de enseñanza para estos pueblos infantiles, así como se puede enseñar al niño en los primeros años a no adquirir ciertos hábitos físicos. En aquel entonces la humanidad sabía muy bien lo que era el mal, porque se puso en evidencia físicamente y era fácil percibirlo.

El castigo fue obvio y los resultados inmediatos; los Instructores de la raza procuraron que la causa y el efecto fueran observados rápidamente. En esa época también aparecieron las primeras tendencias al matrimonio, algo distinto de la promiscuidad; la creación de unidades de familia se convirtió en objeto de atención y constituyó la meta para los más evolucionados ...................

Así como los principales pecados de la época lemuria ( si se los puede llamar pecados en su verdadero sentido, teniendo en cuenta la poca inteligencia de la raza) se cometía por el abuso del sexo, análogamente el mayor pecado de los atlantes fue el latrocinio, muy difundido y general. Los gérmenes de la agresión y la adquisición personal comenzaron a manifestarse, culminando en la gran guerra (relatada en La Doctrina Secreta) entre los Señores de la Faz Luminosa y los Señores de la Faz Oscura.

Para apoderarse de lo que codiciaban y creían necesario, los más evolucionados de esa raza comenzaron a practicar magia. .............El colmo del lujo fue alcanzado en la Atlantida, de la cual nuestra jactanciosa civilización nada sabe ni nunca ha igualado...........

Se produjo un resurgimiento de la maldad y agravios puramente atlantes en los días de la decadencia del Imperio Romano . La vida fue mancillada por el miasma del egoísmo más abyecto, y las fuentes mismas de la vida fueron contaminadas. El hombre vivía y respiraba únicamente para poseer el máximo lujo y la mayor cantidad de cosas y bienes materiales. Fueron sofocados por el deseo y acicateados por la idea de no morir nunca, vivir eternamente y adquirir todas las cosas que deseaban.

B) Tuberculosis

En la situación anteriormente mencionada hallamos el origen de la tuberculosis. Se originó en los órganos que el hombre posee para respirar y vivir y fue impuesta como castigo por la Gran Logia Blanca; los Maestros promulgaron una nueva ley para el pueblo atlante cuando los vicios de lemuria y la codicia atlante llegaron al grado más despiadado.

Esta ley puede ser traducida en los siguientes términos; " Quien vive sólo para los bienes materiales, quien sacrifica toda virtud con el fin de adquirir lo imperdurable, morirá en vida, encontrará que le falta el aliento y , sin embargo rehusará pensar en la muerte hasta que le llegue el llamado".

Resulta difícil en estos días apreciar o comprender el estado de conciencia de los atlantes. No existían procesos mentales, excepto entre los conductores de la raza; únicamente prevalecían los despiadados e insaciables deseos.

......Estos dos grupos de enfermedades son tan antiguos en su origen que las he denominado inherentes a la vida planetaria misma y herencia de toda la humanidad, pues en cada uno de nosotros el quebrantamientos de ciertas leyes producirá esas enfermdades..............

........ no serán necesarios y desaparecerán inevitablemente por tres razones:

1) La humanidad se está orientando frecuentemente hacia la luz ........

2) Los centros ubicados abajo del diafragma estarán sometidos a un proceso de purificación y elevación; será controlada la vida del centro sacro y la energía usualmente enfocada allí será utilizada en forma creadora por medio del centro laríngeo; el centro plexo solar elevará su energía al corazón, entonces desaparecerá la tendencia humana al egoísmo.

3) La curación total alcanzada por la ciencia, pondrá fin gradualmente a todo contagio.

Otra razón que pondrá fin a los deseos y las prácticas y métodos de vida causantes de estas enfermedades es aún poco conocido; Cristo se refirió a ella cuando habló de la época en que ningún secreto permanecería oculto, y cuando todos los secretos se proclamarían desde los tejados......

C) Cáncer

Ahora entraremos a considerar el crecimiento rápido de esa típica enfermedad atlante que denominamos cáncer.

El cáncer, en el actual siglo ario, es definidamente el resultado de la activid de la mente concreta sobre el cuerpo etérico.

........El cáncer es una enfermedad muy definidamente relacionada con los centros, y hallaremos que el centro en la zona donde existe el cáncer está excesivamente activo, con el consiguiente acrecentamiento de la afluencia de energía a través de la sustancia corpórea relacionada. La energía y el sobrestímulo de un centro no solo puede ser el resultado de la actividad del centro y su consiguiente radiación, sino de la supresión impuesta por la mente sobre cualquier actividad de determinado centro. Esto produce una acumulación de energía, y por lo tanto tenemos nuevamente la acumulación excesiva de energía, concentrada en una zona particular.

Una de las principales fuentes del cáncer, relacionada con el centro sacro y por ende con los órganos sexuales, ha sido la bienintencionada inhibición de la vida sexual, y de todo pensamiento conectado con la vida sexual, por los aspirantes mal orientados; éstos son quienes hallan en la enseñanza de la Edad Media - la vida monástica y el celibato- la línea de menor resistencia. En esa época la buena gente creía que el sexo era algo maligno y pecaminoso, que no debía mencionarse y que constituía una poderosa fuente de perturbación.

Las reacciones normales en lugar de ser controladas y trasmutadas en actividad creadora eran violentamente suprimidas y todos los pensamientos acerca de la vida sexual reprimidos. Sin embargo, la energía sigue la dirección del pensamiento, con el resultado de que este particular tipo magnético de energía atrajo a un creciente número de células y átomos y de allí el origen de los tumores, quistes y tipos de cáncer, tan prevalecientes hoy.

Lo mismo se puede decir acerca de la violenta inhibición, por parte del aspirante , de todas las reacciones emocionales y de los sentimientos.

En su esfuerzo por controlar el cuerpo astral recurre a un proceso de directa inhibición y supresión. Esta supresión convierte al centro plexo solar en un gran depósito de energía drásticamente retenida.

Cuando no se trasmutan las emociones en aspiración y amor y cuando no hay un control dirigido, la existencia de esta reserva de vibrante poder produce el cáncer de estómago e hígado y a veces de toda la zona del abdomen.

Simplemente menciono estas causas (excesiva actividad de un centro y retención de energía inexpresada e inhibida) como fructíferas fuentes del cáncer.

2) Enfermedades que Surgen de las Confusas Condiciones Planetarias

3) Enfermedades Raciales y Nacionales.

1. El suelo del planeta es la causa principal de las enfermedades y contaminaciones. Durante incontables eones, los cuerpos de los hombres y de los animales han sido enterrados; el suelo en consecuencia, está impregnado de los gérmenes y los resultados de las enfermedades, en una forma mucho más sutil de lo que se cree. En los distintos estratos del suelo y del subsuelo existen los gérmenes de las enfermedades antiguas, conocidas y desconocidas, que pueden todavía producir dificultades virulentas si se presentan las condiciones adecuadas. Quiero dejar establecido que la Naturaleza nunca ha dispuesto que los cuerpos deben ser enterrados. Los animales mueren y sus cuerpos retornan al polvo, pero lo hacen purificados por los rayos del sol y las brisas que soplan y dispersan.

2) La condición sicológica de una raza o nación, produce como hemos visto, una tendencia a la enfermedad y una disminución de la resistencia a las causas de la enfermedad;

3) Las condiciones de vida en muchos países también fomentan la enfermedad y la mala salud. Viviendas oscuras y hacinadas, casas subterráneas, desnutrición, alimentos inadecuados, malos hábitos de vida y diversas enfermedades profesionales, todas contribuyen con su cuota a la mala salud general de la humanidad........................

 


CAPÍTULO III. Nuestras Deudas Kármicas.

1. Las Deudas Kármicas del Indivíduo

2. Karma Causado por los Siete Rayos

CAPÍTULO IV. Respuestas a Algunas Preguntas.

 

 

SEGUNDA PARTE

 

CAPÍTULO V. El Proceso de Restitución.

Definición de la Muerte.

La muerte por sí misma es parte de la Gran Ilusión, y sólo existe por los velos con que nos hemos envuelto.
Tratado sobre los Siete Rayos, T. V.

Las personas olvidan generalmente que todas las noches, durante las horas de sueño, morimos en lo que respecta al plano físico y vivimos y actuamos en otro lugar. Olvidan también que ya han adquirido la facilidad de dejar el cuerpo físico; a causa de que no pueden conservar en la conciencia del cerebro físico los recuerdos de esta muerte y el consiguiente intervalo de vida activa, no establecen una relación entre la muerte y el sueño. La muerte, después de todo, es sólo un intervalo más prolongado de la cesación de la vida activa en el plano físico; es decir, “nos vamos” durante un período más extenso. Pero el proceso del sueño diario y el de la muerte son idénticos, con la única diferencia que en el sueño el hilo magnético, o corriente de energía, a través del cual corren las fuerzas vitales, se mantiene intacto, constituyendo el camino de retorno al cuerpo. La muerte se produce al romperse o cortarse este hilo de vida. Cuando ha sucedido esto, la entidad consciente no puede retornar al cuerpo físico denso, entonces ese cuerpo, por carecer del principio de coherencia, se desintegra.
Tratado sobre Magia Blanca, págs. 359.

Los procesos de abstracción se hallan (como pueden ver) vinculados al aspecto vida y son puestos en actividad por un acto de la voluntad espiritual, constituyendo el “principio de resurrección, oculto en el trabajo del Destructor”, tal como lo expresa un antiguo adagio esotérico. La manifestación inferior de este principio puede ser vista en el proceso que llamamos muerte, que en realidad es el método de abstraer el principio vida, animado por la conciencia, de la forma de los cuerpos en los tres mundos.

Así aparece la gran síntesis y la destrucción, la muerte y la disolución, que son en realidad meros procesos de la vida. La abstracción indica el proceso, el progreso y el desarrollo. De este aspecto de la Ley de la Vida (o la Ley de Síntesis, tal como se la denomina con un significado más amplio) se ocupa específicamente el iniciado.
Tratado sobre los Siete Rayos, T. V.

La vida es enfrentada desde el ángulo del Observador y no de quien participa en el experimento y experiencia efectivos en los tres mundos (físico-emocional-mental)..., si son discípulos iniciados, llegan a ser cada vez más inconscientes de las actividades y reacciones de sus personalidades, pues ciertos aspectos de la naturaleza inferior están ya controlados y purificados en tal medida, que quedaron bajo el umbral de la conciencia y penetraron en el mundo del instinto; por lo tanto, ya no hay conciencia de ello así como el hombre dormido es inconsciente del rítmico funcionamiento de su vehículo físico dormido. Esta profunda verdad por lo general no es comprendida. Está relacionada con todo el proceso de la muerte y podría ser considerada como una de las definiciones de la muerte; contiene la clave de las misteriosas palabras “el depósito de vida”. La muerte, en realidad, es inconsciencia de aquello que puede estar actuando en una forma, pero en una forma de la cual la entidad espiritual es totalmente inconsciente. El depósito de la vida es el lugar de la muerte, y ésta es la primera lección que aprende el discípulo...
Ídem, T. V.


Propósitos de la Muerte.

A través de la muerte se lleva a cabo un gran proceso unificador. En la “caída de una hoja” y en su consiguiente identificación con el suelo, en el cual cae, tenemos un pequeño ejemplo de este grandioso y eterno proceso de unificación, mediante el proceso de llegar a ser y morir como resultado de llegar a ser.
Tratado sobre los Siete Rayos, T. II, pág. 142.

Hablo de la muerte como aquel que conoce el tema, basándome en la experiencia en el mundo externo y en la expresión de la vida interna: No existe la muerte. Como saben, tenemos la entrada en una vida más plena, la liberación de los obstáculos del vehículo carnal. No existe el tan temido proceso de desgarramiento, excepto en el caso de muerte violenta o repentina, y entonces lo único desagradable es el instantáneo y abrumador sentido del inminente peligro y destrucción, y algo que se parece a un shock eléctrico y nada más. Para los no evolucionados, la muerte es literalmente un sueño y un olvido, porque la mente no está suficientemente despierta para reaccionar y el receptáculo de la memoria está aún prácticamente vacío. Para el ciudadano bueno común la muerte es una continuación, en su conciencia, del proveniente, y la prosecución de los intereses y tendencias de la Su conciencia y sentido de percepción son invariablemente lo mismos. No percibe gran diferencia, está bien cuidado y frecuentemente no se da cuenta que ha pasado a través del episodio de la muerte. Para el perverso y cruel egoísta, el criminal y quienes viven solamente para el aspecto material, se produce esa situación denominada “ligados a la tierra”. Los vínculos forjados en la tierra y la atracción hacia todos sus deseos, los obliga a permanecer cerca de la tierra y de su último medio ambiente terreno. Tratan desesperadamente, por todos los medios posibles, de volver a hacer contacto y de entrar nuevamente. En contados casos, un gran amor personal hacia aquello que han dejado, o el incumplimiento de un deber reconocido y urgente, mantiene a los buenos y a los hermosos en una situación semejante. Para el aspirante, la muerte es la entrada inmediata en una esfera de servicio y expresión, a la cual está muy acostumbrado, dándose cuenta en seguida que no es nueva. En sus horas de sueño ha desarrollado un campo de servicio y aprendizaje activo. Ahora funciona en él simplemente, durante las veinticuatro horas (hablando en términos de tiempo del plano físico), en vez de las breves horas de sueño terreno.
Tratado sobre Magia Blanca, pág. 219.

La verdadera muerte, de acuerdo a la Ley, se produce por haber alcanzado el objetivo y cesado la aspiración... Cuando se desintegra el doble etérico de un hombre, de un Logos planetario y de un Logos solar, ya no está polarizado, en lo que respecta a su morador interno, y por lo tanto puede evadirse. Ya no es (para expresarlo en otras palabras) fuente de atracción ni punto focal magnético. Se convierte en no magnético, dejando de regirlo la gran Ley de Atracción; por eso la desintegración es la condición inmediata de la forma.
Tratado sobre Fuego Cósmico, págs. 129-130.

“La Ley demanda la entrada de aquello que puede efectuar un cambio”.

Teniendo presente lo que he dado en otra parte, se evidencia que lo que deberá entrar en esa concentrada voluntad vital que, cuando se pone en movimiento en un individuo, grupo, nación, reino de la naturaleza (un centro planetario) y en el planeta como un todo, por ejemplo, traerá, simultáneamente, en todos los centros planetarios, agitación, cambio de ritmo, nuevo movimiento e impulso, un surgimiento y la consiguiente abstracción. Los cambios producidos en los centros, cuando tiene lugar la muerte del cuerpo físico, nunca han sido observados ni registrados; sin embargo están definidamente presentes para el ojo del iniciado y prueban ser muy interesantes e informativos. El hecho de percibir las condiciones de los centros, permite al iniciado saber si -en el proceso de curación- está permitida o no la curación física del cuerpo y ver si el principio voluntad de abstracción, al cual me he referido, está o no presente activamente. El mismo proceso puede verse en organizaciones y civilizaciones donde el aspecto forma es destruido para que la vida pueda ser abstraída, y así reconstruir para sí una forma más adecuada. Lo mismo sucede en los grandes procesos de iniciación, los cuales no son sólo procesos de expansión de conciencia sino que están arraigados en la muerte, o proceso de abstracción, conducentes a la resurrección y ascensión.

Lo que efectúa un cambio constituye una descarga (empleando una frase totalmente inadecuada) de energía-voluntad dirigida y enfocada. Ésta tiene una cualidad muy magnética que atrae hacia sí la vida de los centros, produciendo la disolución de la forma, pero liberando la vida. La muerte le llega al individuo, empleando el sentido común del término, cuando la voluntad de vivir desaparece del cuerpo físico y es reemplazada por la voluntad de abstracción. A esto denominamos muerte. En un caso de muerte durante la guerra, por ejemplo, no es que el individuo tenga la voluntad de partir, sino una obligada participación en una gran abstracción grupal. Desde su propio lugar el alma del individuo reconoce el fin de un ciclo de encarnación y retira su vida. Esto lo hace descargando la energía-voluntad que es suficientemente fuerte para producir el cambio... Cristo se refirió a este trabajo de abstracción en lo que respecta al tercer y gran centro planetario, la Humanidad, cuando dijo (y Él hablaba como Representante de la Jerarquía, el segundo centro planetario, en el cual todos los seres humanos que reciben la iniciación son “retirados” esotéricamente): “Si yo fuera ascendido atraeré a todos los hombres hacia Mí”. Al fin de la era será pronunciada una palabra diferente a la Suya cuando el Señor del Mundo hable desde Shamballa (el primer centro planetario), lo cual abstraerá el principio vida de la Jerarquía; entonces toda la vida y conciencia se enfocará en el centro coronario planetario -la gran Cámara del Concilio en Shamballa.

“La Ley exige que los cambios así efectuados retiren la forma, lleven cualidad de luz y pongan el énfasis sobre la vida”.

Aquí los tres grandes aspectos -forma, cualidad, vida- son puestos en relación y la meta del objetivo evolutivo es vista en su verdadera LUZ-VIDA. Observen esta fraseología. Forma o apariencia, habiendo servido sus propósitos, desaparece. Tiene lugar la muerte de la forma. La cualidad, el principal atributo divino desarrollándose en este planeta, llega a predominar y a ser “consciente de sí misma” -según lo expresan las antiguas escrituras. Ésta se identifica y es individual, pero no posee una forma complementaria, excepto la del todo mayor en el que tiene su lugar. Ni la forma ni la cualidad (ni el cuerpo ni la conciencia) predominan en el nuevo estado de existencia; sólo el aspecto vida, el espíritu en su propio plano, se convierte en el factor dominante. Podrá obtenerse una tenue e imperceptible luz, respecto a su significado, si recuerdan que nuestros siete planos son únicamente siete subplanos del plano físico cósmico. El proceso del desarrollo de la sensibilidad en esta séptuple evolución se ha llevado a cabo para permitir al iniciado actuar en el plano astral cósmico, cuando fue retirado o abstraído después de las iniciaciones superiores. Es abstraído totalmente de nuestra vida planetaria. El único factor que podría evitarlo, sería su promesa de servir temporariamente dentro del círculo infranqueable planetario. Se dice que los miembros de la Jerarquía que se comprometen a realizar este trabajo poseen conciencia búdica, y la línea de Su linaje (esotéricamente comprendido) desciende del Eterno Peregrino, el Señor del Mundo, luego del Buda y después, del Cristo. Se identifican, por propia decisión, con la “cualidad que se ve dentro de la luz” y, durante el período de servicio que prestan libremente, trabajan con el aspecto conciencia para poner mas adelante el énfasis sobre el aspecto vida...
Tratado sobre los Siete Rayos, T. V.

Los dieciocho fuegos deben apagarse; las vidas menores (personificando el principio forma, deseo y pensamiento, la suma total de la creatividad, basado en el amor magnético) deben retornar al depósito de la vida sin dejar nada, excepto aquello que fue la causa de su existencia, la voluntad central conocida por los efectos que produce su radiación o aliento.

Tal dispersión, muerte o disolución, es en realidad el gran efecto producido por la causa central; en consecuencia el mandato es: “Esto deben realizarlo mediante la evocación de la Voluntad”... El discípulo halla su grupo en el Ashrama del Maestro, y conscientemente y con plena comprensión, domina la muerte, el tan largamente temido enemigo de la existencia. Descubre que la muerte es simplemente un efecto producido por la vida y por su voluntad consciente, y un modo por el cual dirige la sustancia y controla la materia. Esto llega a ser conscientemente posible porque, habiendo desarrollado la conciencia de dos aspectos divinos (la actividad y el amor creadores), está ahora enfocado en el aspecto más elevado y se conoce a sí mismo como la VOLUNTAD, la Vida, el Padre, la Mónada, el Uno.
Ídem, T. V.

Grandes trastornos, en todos los reinos de la naturaleza, caracterizan este día y generación; una enorme destrucción de todas las formas de la vida divina, en cada reino, ha sido la nota sobresaliente de este cataclismo. Nuestra civilización moderna ha recibido un golpe mortal, del que nunca se recuperará, pero será reconocido algún día como el “golpe de liberación” y como la señal para que aparezca lo mejor, lo nuevo y lo más apropiado para el espíritu evolucionante. Las grandes y penetrantes energías y sus fuerzas evocadas han entrado en conflicto y, hablando en forma figurada, han elevado el reino mineral a los cielos, lo cual ha hecho descender el fuego desde el cielo. Hablo en forma real y no simbólicamente. Los cuerpos de los hombres, mujeres y niños y también de los animales, han sido destruidos; las formas del reino vegetal y las potencias del reino mineral fueron desintegradas, desparramadas y devastadas. La vida coherente de todas las formas planetarias ha quedado temporariarnente incoherente. De acuerdo a una antigua profecía: “ningún verdadero Sonido unificado se propala externamente de una forma a otra, de una vida a otra. Sólo un grito de dolor, una demanda de restitución y una invocación para liberarse de la agonía, desesperación e infructuosos esfuerzos, va de acá para allá”.

Todo este trastorno del “suelo” del mundo -espiritual, sicológico y físico-, toda esta desintegración de las formas y de los contornos familiares de nuestra vida planetaria, tuvieron que ocurrir antes de que la Jerarquía pudiera surgir en la conciencia pública; todo esto tuvo que actuar en las almas de los hombres antes de llegar la nueva era, trayendo consigo la Restauración de los Misterios y la rehabilitación de los pueblos de la Tierra. Ambas van juntas. Éste es uno de los puntos principales que trato de explicar. La disolución y desintegración y las condiciones totalmente caóticas que han existido durante los últimos quinientos años, en todos los reinos de la naturaleza, finalmente se han abierto camino hacia condiciones físicas paralelas. Ello es bueno y deseable; marca el preludio para la construcción de un mundo mejor y formas más adecuadas de vida y actitudes humanas más correctas, más una sensata orientación hacia la realidad. Lo mejor está aún por venir.

Todo va surgiendo rápidamente a la superficie, lo bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable, el pasado y el futuro (pues ambos son uno); el arado de Dios casi ha completado su trabajo; la espada del espíritu ha separado el pasado maligno del futuro radiante, y ambos son considerados ante los Ojos de Dios como contribuyentes; se observará que nuestra civilización materialista cede su lugar rápidamente a una cultura más espiritual; nuestras organizaciones eclesiásticas, con sus limitadoras y confusas teologías, pronto cederán su lugar a la Jerarquía, con su emergente enseñanza -clara, efectiva, intuitiva y no dogmática.
Ídem, T. V.

El intenso deseo por la existencia sensoria o apego, lo cual es inherente a cada forma, se perpetúa a sí mismo y lo conoce hasta el más inteligente.

Cuando la vida o espíritu se retira, esotéricamente la forma muere. Cuando el pensamiento del Ego o Yo superior, se ocupa de su propio plano, ninguna energía va hacia la materia de los tres mundos, de manera que no es posible construir formas ni apegarse a ellas, lo cual está de acuerdo con la verdad oculta de que “la energía sigue al pensamiento”, y también con la enseñanza de que el cuerpo del principio crístico (el vehículo búdico) sólo comienza a coordinarse a medida que desaparecen los impulsos inferiores... El apego a la forma, o la atracción que ejerce la forma sobre el espíritu, es el gran impulso involutivo. El rechazo de la forma y su consiguiente desintegración es el gran impulso evolutivo.
La Luz del Alma, Libro II, Af. 9.

Cuando la causa -el deseo- ha producido su efecto -la personalidad o aspecto forma del hombre- mientras exista la voluntad de vivir, persistirá la forma. Se mantiene en manifestación por la vitalidad mental. Esto ha sido demostrado repetidas veces en los anales de la medicina, porque se ha comprobado que mientras persiste la determinación de vivir así será la probable duración de la vida en el plano físico; pero desde el instante en que falta esa voluntad o cuando el morador del cuerpo ya no centra su interés en la manifestación de la personalidad, se produce la muerte y la desintegración de esa imagen mental, el cuerpo.
Ídem, Libro IV, Af. 11.

Hay dos líneas principales de evolución, la que concierne a la materia y la forma y la que corresponde al alma, el aspecto conciencia, el pensador en manifestación. En cada uno de ellas difiere el sendero de progreso y cada una prosigue su curso. Como ya fue observado durante un largo período de tiempo, el alma se identifica con el aspecto forma e intenta seguir el “Sendero de la Muerte”, pues en realidad eso es lo que constituye el sendero oscuro para el pensador. Más tarde, mediante un arduo esfuerzo, cesa esta identificación; el alma llega a ser consciente de sí misma, de su propio sendero o dharma, y luego sigue el camino de la luz y de la vida. Debe recordarse siempre que, para ambos aspectos, su propio sendero es el de la derecha, y que los impulsos ocultos en el vehículo físico o en el cuerpo astral no son malos en sí. Se convierten en malos desde cierto ángulo cuando ha sido pervertido su correcto empleo; esta comprensión condujo al discípulo, en el Libro de Job, a exclamar: “He pervertido lo correcto.” Las dos líneas de desarrollo son independientes y distintas, y esto debe aprenderlo todo aspirante.
Ídem, Libro IV, Al. 15.


El Arte de Morir.

El alma, situada en el corazón, es el principio vida, el principio de autodeterminación, el núcleo central de energía positiva, mediante el cual los átomos del cuerpo son mantenidos en su propio lugar y están subordinados a la “voluntad de ser” del alma. Este principio vida utiliza la corriente sanguínea como su modo de expresión y agente controlador, y mediante la íntima relación del sistema endocrino con la corriente sanguínea, tenemos los dos aspectos de la actividad del alma, unidos, para hacer del hombre una viviente, consciente y actuante entidad, regida por el alma y expresando el propósito del alma en todas las actividades del diario vivir.

La muerte es literalmente el retiro de esas dos corrientes de energía del corazón o de la cabeza, produciendo en consecuencia la pérdida total de la conciencia y la desintegración del cuerpo. La muerte difiere del sueño en que ambas corrientes de energía son retiradas, pues durante el sueño sólo es extraído el hilo de energía “anclado” en el cerebro; cuando esto ocurre, el hombre queda inconsciente. Significa que su conciencia o sentido de percepción está enfocado en otra parte. Su atención no está ya dirigida hacia las cosas tangibles y físicas, sino que se traslada hacia otro mundo del ser y se centraliza en otro mecanismo. Durante la muerte, ambos hilos son retirados o unificados con el hilo de la vida. La vitalidad ya no penetra a través de la corriente sanguínea, el corazón deja de funcionar y el cerebro de registrar, entonces desciende el silencio. La morada queda desierta. La actividad cesa, excepto esa asombrosa e inmediata actividad que es prerrogativa de la materia misma y se expresa en el proceso de descomposición. Desde ciertos aspectos, ese proceso indica la unidad del hombre con todo lo material, demuestra que forma parte de la naturaleza misma, queriendo significar con la palabra naturaleza el cuerpo de la Vida Una en Quien “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”. Las palabras -vida, movimiento y ser- encierran toda la historia. Ser es percepción, autoconciencia y autoexpresión, y los símbolos exotéricos son la cabeza y el cerebro del hombre. Vida es energía, deseo en la forma, coherencia y adhesión a una idea, siendo los símbolos exotéricos el corazón y la sangre. Movimiento indica integración y respuesta de la entidad existente, consciente y viviente dentro de la actividad universal, siendo el estómago, el páncreas y el hígado, sus símbolos.

Debe observarse también que la muerte se produce bajo la dirección del ego, no importa si el ser humano es inconsciente de tal dirección. En la mayoría, el proceso ocurre automáticamente, pues (cuando el alma aparta su atención) la reacción inevitable en el piano físico es la muerte, ya sea por la abstracción de los dos hilos, de la vida y de la energía razonadora, o por la abstracción del hilo de energía cualificado por la mentalidad, dejando que la corriente de vida funcione todavía a través del corazón, pero sin un conocimiento inteligente. El alma se halla en otro lugar, ocupada en su propio plano con sus propios asuntos.
Tratado sobre Magia Blanca, págs. 360-361.

Antes de abordar con mayor detalle este tema quisiera referirme a la “trama del cerebro”, que se halla intacta en la mayoría, pero inexistente en el vidente iluminado.

En el cuerpo humano, como sabemos, tenemos un cuerpo vital subyacente, interpenetrante, contraparte del físico, más grande que éste, denominado cuerpo doble o etérico. Es un cuerpo de energía y está compuesto de centros de fuerzas y nadis, o hilos de fuerza, los cuales subyacen en el sistema nervioso -los nervios y los ganglios nerviosos- o son la contraparte. En dos lugares del cuerpo humano hay orificios de salida, si puedo emplear una frase poco eufónica. Uno está ubicado en el plexo solar y el otro en el cerebro, en la cima de la cabeza. Ambos están protegidos por una tupida trama de sustancia etérica, compuesta de hebras entrelazadas de energía vital.

En el proceso de la muerte la presión de la energía vital, golpeando contra la trama, produce eventualmente una puntura o abertura. Por ella sale la fuerza vital, a medida que aumenta la potente influencia abstrayente del alma. En el caso de animales, niños, hombres y mujeres, totalmente polarizados en los cuerpos físico y astral, la puerta de salida es el plexo solar, rasgándose la trama y permitiendo la salida de la fuerza vital. En el caso de tipos mentales, de unidades humanas altamente evolucionadas, se rasga la trama de la cima de la cabeza en la zona de la fontanela, permitiendo así la salida del ser racional pensante.

En el proceso de la muerte, por lo tanto, dos son las salidas principales: el plexo solar para los seres humanos astralmente polarizados y físicamente predispuestos, por lo general la gran mayoría, y el centro coronario para los seres humanos mentalmente polarizados y espiritualmente orientados. Éste es el primer y más importante factor que debe recordarse, y fácilmente se verá que la tendencia de la vida y su enfoque de atención determinan la forma de salida al morir. También se podrá ver que el esfuerzo para controlar la vida astral y la naturaleza emocional y para orientarse hacia el mundo mental y las cosas espirituales, tiene un efecto muy importante sobre los aspectos fenoménicos del proceso de la muerte.

Si el estudiante piensa con claridad, le será evidente que una salida concierne al hombre espiritual y altamente evolucionado, mientras que la otra, al ser humano de grado inferior, que apenas ha salido de la etapa animal. ¿Qué sucede entonces con el hombre común? Existe una tercer salida, empleada ahora temporariamente; exactamente debajo del ápice del corazón hay otra trama etérica que cubre un orificio de salida. Por lo tanto la situación es la siguiente:

1. La salida por la cabeza, es utilizada por los intelectuales, los discípulos y los iniciados del mundo.

2. La salida por el corazón, es utilizada por la mujer o el hombre bondadoso, bien intencionados, buen ciudadano, amigo inteligente y trabajador filantrópico.

3. La salida por la zona del plexo solar, es utilizada por las personas que poseen una fuerte naturaleza animal.

Este primer punto de la nueva información, lentamente se convertirá en conocimiento común en Occidente durante el próximo siglo. Gran parte es conocido por los pensadores de Oriente, siendo el primer paso hacia la comprensión racional del proceso de la muerte.
Ídem, págs. 363-365.

En relación con la técnica de morir, sólo me es posible ahora hacer una o dos sugerencias. No me ocupo aquí de la actitud de quienes vigilan sino de esos puntos que facilitarán el paso del alma transeúnte.

Ante todo, debe haber silencio en la habitación. Esto sucede con frecuencia. Debe recordarse que, por lo general, la persona moribunda está inconsciente. Tal inconsciencia no es real sino aparente. De novecientos casos sobre mil conservan la percepción cerebral con plena conciencia de los acontecimientos, pero existe una paralización de la voluntad para expresarse e incapacidad para generar la energía que indica vivencia. Cuando el silencio y la comprensión reinan en la habitación del moribundo, el alma que parte puede mantener con lucidez la posesión de su instrumento hasta el último instante, y prepararse debidamente.

En el futuro, cuando se sepa más acerca de los colores, sólo se permitirá la luz anaranjada en la habitación de un moribundo, que será instalada con una ceremonia apropiada y cuando no haya posibilidad de restablecimiento. El color anaranjado ayuda a enfocarse en la cabeza, así como el color rojo estimula el plexo solar y el verde tiene un definido efecto sobre el corazón y las corrientes de vida.

Ciertos tipos de música podrán ser empleados cuando se conozca algo más respecto al sonido, pero no tenemos aún una música que facilite al alma el trabajo de retirarse del cuerpo, aunque se hallará que ciertas notas del órgano son eficaces. Si se emite la misma nota de la persona en el momento exacto de la muerte, se coordinarán las dos corrientes de energía que eventualmente cortarán el hilo de vida, pero este conocimiento es demasiado peligroso para ser transmitido y sólo podrá revelarse más adelante. Quisiera indicar las líneas que seguirán los futuros estudios esotéricos.

Se hallará también que la presión sobre ciertos centros nerviosos y ciertas arterias facilitará el trabajo, y que esta ciencia de la muerte se mantiene en custodia en el Tíbet, como bien saben muchos estudiantes. Será muy útil y eficaz ejercer presión sobre la vena yugular y ciertos grandes nervios de la zona de la cabeza y en un punto especial de la médula oblongada. Más adelante será elaborada inevitablemente una ciencia definida de morir, pero sólo cuando sea reconocida la existencia del alma y haya sido científicamente demostrada su relación con el cuerpo.

También serán empleadas frases mántricas definidamente plasmadas en la conciencia de la persona moribunda, por quienes están a su alrededor, o empleadas deliberada y mentalmente por ella misma. El Cristo lo demostró cuando exclamó: “Padre, en Tus manos encomiendo Mi espíritu”. Tenemos otro ejemplo en las palabras: “Señor, ahora dejarás a tu siervo irse en paz”. El constante empleo de la Palabra Sagrada entonada en voz baja o en una nota especial (a la cual podrá responder el moribundo) más adelante constituirá también una parte del ritual de transición, acompañado por la unción de aceite según se practica en la Iglesia Católica. La Extrema Unción tiene una base oculta y científica. La cima de la cabeza del moribundo debería estar apuntando simbólicamente hacia el este, y las manos y los pies cruzados. Únicamente deberá quemarse madera de sándalo en la habitación y no se permitirá ninguna otra clase de incienso, porque el sándalo es el incienso del Primer Rayo o Destructor y el alma está en el proceso de destruir su morada.
Ídem, págs. 367-368.

El aspirante reconoce como factor importante la necesidad de liberarse de la Gran Ilusión. Arjuna lo sabía y sin embargo sucumbió a la desesperación, pero en la hora de necesidad, Krishna no le falló. En el Bhagavad Gita se plasmaron las sencillas reglas mediante las cuales se vencen la depresión y la duda, las cuales pueden resumirse brevemente:

a. Conócete a ti mismo como el Uno inmortal.
b. Controla tu mente, porque a través de ella puede ser conocido el Uno imperecedero.
c. Aprende que la forma sólo es el velo que oculta el esplendor de la divinidad.
d. Comprende que la Vida Una compenetra todas las formas, de manera que no existe la muerte, el sufrimiento ni la separación.
e. Deslígate por lo tanto de la forma y ven a Mí, y así morarás donde se encuentran la Luz y la Vida. Así desaparece la ilusión.
Ídem, págs. 224-225.

Un Maestro aprende el significado de cada forma limitadora, asume el control y aplica la ley en el plano que corresponde a la forma. Habiendo trascendido la forma, la desecha por otras formas superiores. Así progresa constantemente a través del sacrificio y de la muerte de la forma. Reconoce que ella siempre aprisiona, que hay que sacrificarla y morir para que la vida interna progrese rápidamente hacia adelante y arriba. El camino de resurrección presupone la crucifixión y la muerte; luego conduce al Monte donde tendrá lugar la Ascensión.
Cartas sobre Meditación Ocultista, pág. 193.

2. El Acto de Restitución

Factores que Enfrenta el Alma que se Retira

Dos Importantes Razones para la Cremación.

Secuencia de los Acontecimientos durante la Muerte

3.Dos Preguntas Importantes

 

CAPÍTULO VI. El Arte de la Eliminación.

Actividades Iniciadas Inmediatamente después de la Muerte.

La Experiencia en el Devachan

Décima Ley de Curación.

CAPÍTULO VII. Los Procesos de la Integración

Significado de la Integración

El Estado Mental del Alma

La Eliminación de la Forma Mental de la Personalidad

 

 

TERCERA PARTE

 

 

LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA CURACIÓN

Cualidades que debe Poseer el Curador

En las leyes y reglas que he dado se mencionan ciertas características necesarias del curador y también se indican los requisitos indispensables. Estos los expondremos primero, pues no sólo presentan cualidades y actitudes esenciales para la práctica exitosa del arte de curar, sino que indican también por qué- hasta la época actual- prácticamente no se ha logrado una exitosa y sistematizada curación de un paciente en ninguna de las actuales escuela de curación.

Se ha producido lo que podría denominarse "curación accidental", porque el paciente se hubiera curado de todos modos, no habiéndole llegado la hora de pasar al más allá. La deliberada curación consciente, con pleno conocimiento, sólo ocurre cuando el curador es un iniciado de alto grado, imitando la vida y naturaleza de Cristo.

 

Veremos ahora las cualidades y actitudes indicadas. Las enumeraré y comentaré brevemente: 

 

1. El poder de hacer contacto y trabajar como alma." El arte del curador consiste en liberar al alma. " Piensen por un momento lo que involucra este poder. El curador no sólo se halla en contacto inmediato y consciente con su propia alma, sino que por medio de ese contacto puede fácilmente contacto con el alma de su paciente.

2. El poder de ordenar, de la voluntad espiritual. La ley particular involucrada en el acto de la curación debe ser "puesta en actividad por la voluntad espiritual". Esto requiere la capacidad de establecer contacto con la Tríada espiritual. Por lo tanto, el antakarana debe estar más o menos en proceso de construcción.

3. El poder de establecer relación telepática.El curador debe "conocer la etapa interna de los pensamientos y deseos" de su paciente

4. La posesión de un conocimiento exacto

 Hemos visto que debe "conocer el punto exacto a través del cual debe llegar el alivio". Éste es un punto muy importante, el cual es pasado totalmente por alto por los así llamados curadores, en ciertos movimientos como Christian Science, Unity y otros.

Las curaciones no se logran mediante una intensa afirmación de la divinidad o por derramar simplemente amor y expresar un indefinido misticismo. Se logra por el dominio de la ciencia exacta de contacto, de impresión, de invocación, más una comprensión del mecanismo sutil del vehículo etérico.

 

5. El poder de invertir, reorientar y "exaltar" la conciencia del paciente.

  • El curador debe "elevar hasta el alma los ojos enfocados hacia abajo". Esto se refiere a los ojos del paciente. Esta declaración implica limitación, porque si el paciente no está en la etapa de evolución donde esto es posible, ni en el punto de evolución donde puede hacer contacto con su propia alma, el trabajo del curador será inevitablemente inútil.

    Por lo tanto, la esfera de acción del curador espiritual, está estrictamente limitada a quienes tienen fe. La fe, no obstante, es la "evidencia de las cosas no vistas"; la mayoría carece de esa evidencia. La fe no es el pensamiento ansioso ni una esperanza ingeniosa . Es la evidencia de una convicción bien fundamentada………………..

     

     6. El poder de dirigir la energía del alma hacia la zona necesaria

    7. El poder de expresar la pureza magnética y la necesidad de radiación.

    8. El poder de controlar la actividad del mecanismo de la cabeza.

    9. El poder sobre sus propios centros.

    10. El poder de utilizar tanto los métodos exotéricos como los esotéricos de curación.

    El curador empleará los "métodos de curación ocultista, aunque también se utilicen los métodos comunes de medicina y cirugía". Constantemente he acentuado que la naturaleza de la medicina experimental es un don de Dios, frase que califica a la medicina actual y aún más a la curación metafísica. No es necesario llamar a un curador espiritual para soldar los huesos rotos o para esas dificultades que la medicina ortodoxa ya ha dominado………………………………………….

    11. El poder para trabajar magnéticamente.

    12. El poder para trabajar con la irradiación.

    13. El poder para practicar durante todo el tiempo una total inofensividad.

    " El método que emplea el Uno Perfecto….. es la inofensividad". Se dice que involucra una expresión positiva de equilibrio, un punto de vista incluyente y una divina comprensión. ¿Cuántos curadores combinan estas tres cualidades y trabajan por medio del amor?……………………………………….

    14. El poder para controlar la voluntad y trabajar por medio del amor…….

    15. El poder eventual para aplicar la Ley de la Vida……………………………

    ……..El estudio de estos requisitos no debe producir desaliento. Dicho estudio servirá para establecer una meta necesaria para todos los curadores de la nueva era.

    También explicará por qué los distintos sistemas de curación practicados hoy en todo el mundo (especialmente en los países angloamericanos) han fracasado notablemente hasta ahora a pesar de sus pretensiones.

    Ninguno de ellos - si han llevado registros debidamente comprobados y científicamente exactos (prácticamente nadie lo ha hecho)- acusaría más de un ínfimo porcentaje de curas basadas en la curación puramente espiritual.

    El porcentaje curado alcanza a menos de una por millón.

    En todo caso, dichas curaciones se habrían efectuado a su debido tiempo si se hubiera permitido la acción de la naturaleza o la actuación de la ciencia médica o quirúrgica común.

    Pero hoy es tan grande la estimulación espiritual en el mundo, y el número de los que responden es tan enorme, que inevitablemente un gran grupo podrá salir de las filas de la humanidad común ……………….. A causa de este progreso surgirán- durante los próximos quinientos años- muchos curadores que llenarán en cierta medida los requisitos enumerados…….

  •  

     

    CAPÍTULO VIII. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas

    CAPÍTULO IX. Los Siete Métodos de Curación

    Las Energías de los Siete Rayos

    Los Rayos del Curador y del Paciente

    Las Siete Técnicas de Curación

    Las Siete Afirmaciones

    Número de páginas: 521

     

     

     

     

     

         

     

     

     

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