Mis Experiencias Espirituales Vicente Beltrán Anglada
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Edición
electrónica Nº1
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con el nº 35.865 de la Sección 1ª del Registro
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Mis Experiencias Espirituales
A Anna Llucià i Montaner
Ven
aquí, más arriba de las cumbres
que coronan las nieves sempiternas
más arriba de cuanto alcanza el ave,
más arriba del sol y las estrellas…
INDICE
Dedicatoria
Prefacio
Las Experiencias psíquicas
Experiencias dévicas de orden corriente
Experiencias dévicas de tipo superior
Experiencias espirituales de carácter trascendente
Introducción
Parte Primera
Experiencias psíquicas en distintos niveles
El despertar de los centros
Mi primer viaje astral
Un viaje al futuro
Experiencias psíquicas en Italia
Un caso de psicometría
Un Ángel en la Basílica de San Pedro
La muñeca encantada
Un caso de materialización etérica
La fuerza mística de la compasión
Una experiencia grupal de compasión
Tres experiencias psíquicas en Norteamérica
Un extraño guía
Un reconocimiento ashrámic
Mi amigo hindú
El espíritu de la naveta
Una experiencia consciente de contacto astral
Una experiencia post-mortem
Mi amigo Luís
La vida en el plano astral
La facultad de premonición
Mis Experiencias Espirituales
El don de la profecía
María Carmen
Consideraciones acerca de la conciencia astral
Parte Segunda
Experiencias Dévicas de orden corriente
Experiencias Dévicas de tipo superior
Las experiencias dévicas
El duendecillo de mi hogar
Las ondinas de las aguas
Las fuerzas elementales de la naturaleza
La invocación de las fuerzas elementales
El ángel Jesazel 59
Experiencias dévicas compartidas
Las conversaciones dévicas
Consideraciones esotéricas sobre los ángeles
La edad de los ángeles
Una experiencia dévica en Suiza
Algunas ideas sobre el ángel guardián
Dos íntimos relatos de guerra
Parte Tercera. Experiencias Espirituales de carácter Trascendente
Experiencias espirituales de carácter trascendente
La ley del discipulado
El discípulo en probación
El discípulo aceptado
El discípulo en el Corazón del Maestro
El discípulo iniciado
La conciencia pura de identidad espiritual
Las energías cósmicas de precipitación
La conciencia del Ashrama y el antakarana
La visión objetiva del antakarana
Experiencias espirituales en el plano mental
La conciencia del corazón
El reconocimiento de mis hermanos de grupo
Las condiciones del trabajo ashrámico
La verdadera conciencia espiritual
El proceso de interpretación interna
La conciencia telepática
En el Corazón del Maestro
El entrenamiento iniciático
El proceso iniciático
Un sueño revelador
Las enfermedades de tipo vibratorio
La experiencia mística del Ángel Solar
Epílogo 108
PREFACIO
Con
este libro, que con el titulo de "NARRACIONES ESOTERICAS" someto
a la consideración de Uds., no pretendo otra cosa que introducir al lector,
sea cual sea su grado de integración espiritual, en el estudio de la
vida que se expresa en otras dimensiones del espacio y que habitualmente no
registran nuestros sentidos físicos o mecanismos de percepción
externa. Se trata del relato de una serie de hechos y acontecimientos de carácter
psíquico y espiritual dentro de los cuales me vi envuelto en el devenir
de mi existencia kármica y que por sus especiales características
y por la forma en que se produjeron, pueden ser de utilidad para muchos aspirantes
espirituales deseosos de introducirse en la vida oculta de su propio ser. Avizorando
esta posibilidad, mis relatos no van a ser una mera
descripción de hechos o de sucesos históricos, sino que intentarán
hallar una lógica explicación de cada uno de ellos y examinar
lo más sencilla y profundamente que sea posible la increíble cantidad
de factores de carácter psicológico y psíquico que intervienen
en la realización de ciertos acontecimientos o
experiencias en nuestra vida, originando profundos cambios y positivas transformaciones.
Para una mejor aclaración del sentido de tales narraciones voy clasificarlas de acuerdo con las siguientes motivaciones:
a. Experiencias psíquicas en distintos niveles
b. Experiencias dévicas, o angélicas, de orden corriente
c. Experiencias dévicas de tipo superior
d. Experiencias espirituales de carácter trascendente
a. Las experiencias psíquicas afectan mayormente nuestro campo
emocional y hacen referencia a todos aquellos acontecimientos y circunstancias
perceptibles y contactables en el plano astral, el cual -como Uds. seguramente
sabrán- está constituido por materia agrupada por orden de densidad
en siete substratos o niveles. El más elevado contiene substancia emocional
de tal extrema sutilidad que escapa por completo a la percepción normal
y corriente de los seres humanos. Se trata de aquella elevada zona de integridad
emocional que produce si puedo expresarlo así- los más puros y
sublimes sentimientos de armonía y de belleza al alcance de la humanidad
evolucionada o de las personas de alta sensibilidad espiritual.
Dentro del orden psíquico tenemos también zonas de muy baja vibración astral en las que la sensibilidad está muy escasamente desarrollada y en donde pueden ser apreciadas formas psíquicas de muy densa objetividad y de muy repulsiva presencia. Ahora bien, examinado el plano astral en orden al concepto clásico de las formas capaces de ser percibidas por el observador clarividente, lo vemos constituido por siete mundos distintos, cada cual con sus propios habitantes: devas, elementales y seres humanos desencarnados, sus propios e inconfundibles paisajes, sombríos unos y profusamente iluminados otros, pero que en su integridad constituyen regiones características, típicamente representativas, que el observador entrenado suele clasificar de la misma manera que lo hacemos geográficamente al examinar las distintas regiones de la Tierra. Aunque al observador superficial pueda aparecer como una ingeniosa utopía, deberé referirme también -de acuerdo con el principio hermético de analogía- a ciertas condiciones expresivas de estos niveles, tales como las edificaciones, muy parecidas a las de nuestras ciudades y pueblos, con sus árboles y jardines y con sus núcleos urbanos en donde se reúnen por afinidad vibratoria los seres humanos desencarnados y todas aquellas huestes dévicas o angélicas misteriosamente enlazadas con el trabajo de construcción de las edificaciones, paisajes, bosques y jardines calcados de la conciencia de los seres humanos que transitoriamente viven en aquellas dimensiones astrales. Extremando todavía más esta analogía, deberé hacer referencia también a cierto tipo de alimentos pránicos ingeridos por los seres que habitan en aquellos niveles, así como al género de aire o de atmósfera que allí se respira, los juegos y diversiones de los niños y las preocupaciones de las personas adultas que viven, se mueven y tienen su razón de ser dentro del karma que regula cada una de aquellas zonas de actividad astral.1 Dichas zonas, con todo su contenido, vienen a ser en cierta manera una proyección de lo que puede ser percibido mediante la clarividencia etérica en los siete subplanos o niveles que corresponden al plano físico. Muchos de nuestros sueños aparentemente enigmáticos proceden y son registrados de uno u otro de los siete subplanos astrales y la calidad de los mismos dará seguramente razón del nivel en que tuvieron lugar, conteniendo a veces enseñanzas que seguramente jamás fueron debidamente aprovechadas. El encuentro con personas fallecidas, nuestras conversaciones con ellas, el contacto con otros seres -probablemente no humanos- y el registro en nuestra memoria de lugares y edificaciones que más adelante, durante el proceso normal y natural de la conciencia vigílica, solemos percibir, son un indicio de nuestra relación personal y vivencial con estas zonas astrales del espacio cósmico y la prueba de que en tales niveles existen verdaderas proyecciones de todo cuanto existe y de cuanto sucede en el plano físico, siendo absolutamente válida aquí la conocida afirmación hermética, base de la analogía, “igual es arriba que abajo,
b.
Experiencias dévicas de orden corriente. Podemos incluir bajo la
designación de experiencias dévicas todas aquéllas que
hacen referencia a contactos más o menos conscientes con ángeles
o devas en ciertos definidos
niveles: etéricos, físicos, astrales y mentales, constituyendo
tales contactos unos intentos jerárquicos de unificar las dos corrientes
de vida, humana y dévica, que constituyen el nervio de la evolución
planetaria. Frecuentemente, y sin que la mayoría de las veces sea consciente
de ello, el ser humano establece contacto con los devas más afines con
su naturaleza psicológica y con su grado de desarrollo espiritual. Las
entidades dévicas más cercanas a la vida evolutiva de la humanidad
son las siguientes:
a. Devas elementales constituyendo el aspecto etérico de todas las formas e indisolublemente vinculados con los elementos naturales en la vida de la Naturaleza, es decir, la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter y esotéricamente definidos como gnomos, ondinas, salamandras, sílfides, etc.
b. Devas constructores de los ambientes sociales de la humanidad y que suelen ser los eternos comunicadores de las cualidades astrológicas de los astros que rigen el comportamiento psicológico de los seres humanos.
c. Devas familiares de diversos grados de evolución, llamados esotéricamente “Ángeles Guardianes. Cada uno de tales Ángeles está misteriosamente vinculado con la vida de un ser humano, estando muy unido y compenetrado con el aura etérica de éste de acuerdo con su grado de evolución y la naturaleza particular de su karma. Algunas de estas experiencias son tan sencillas y naturales que habitualmente no hacemos conciencia de ellas. La actividad de los devas se extiende desde los llamados fenómenos naturales, tales como la formación de las nubes, del viento, de la lluvia, de los relámpagos, del rayo y del trueno, así como del florecimiento de los árboles, de la dádiva de los frutos, etc., hasta las más elevadas expresiones del pensamiento y de los sentimientos humanos. El día que la humanidad pueda registrar conscientemente la actividad angélica en la vida de la Naturaleza, abrirá su mente y su corazón a las grandes corrientes de Vida universal que deben llevarle a la
liberación.
Las actividades dévicas de orden corriente en la vida de la humanidad y en la de los Reinos subhumanos, mineral, vegetal y animal, se realizan en los niveles etéricos. Los demás niveles, astral y mental, son más sutiles que los comúnmente registrados por la humanidad y constituyen zonas de conciencia veladas todavía por el misterio. Sin embargo, son cada vez más numerosos los seres humanos que pueden establecer contacto con devas de gran evolución espiritual habitantes
c. Experiencias dévicas de tipo superior. Se realizan normalmente en los subplanos superiores de los planos astral y mental. Sin embargo, para la humanidad muy evolucionada y espiritualmente integrada, existen niveles superiores de expresión angélica en ciertos subplanos del llamado ocultamente plano búdico. Un sencillo ejemplo: el estado natural de Samadhi lo experimenta el verdadero Yogui, o perfecto Iniciado, en el cuarto subplano del plano búdico. He aquí las jerarquías dévicas de tipo espiritual que suelen contactar los seres humanos muy evolucionados, discípulos espirituales e Iniciados:
a. Los Ángeles Solares, llamados esotéricamente Agnisvattas, constituyendo una jerarquía superior en la vida oculta de nuestro planeta.
b. Los Ángeles de la Revelación
c. Los Ángeles del Contacto Místico
d. Los Ángeles del Destino, relacionados con la obra planetaria de los Señores del Karma
Durante el curso de estas “Narraciones Esotéricas” tendremos
ocasión de considerar algunas de las singularidades expresivas -más
afines con la evolución espiritual del hombre- que adornan la vida de
estos esplendentes Devas superiores.
d.
Experiencias espirituales de carácter trascendente. Tienen que ver muy
concreta y definidamente con la vida espiritual del ser humano, desde que ingresa
en un Ashrama de la Jerarquía hasta el establecimiento del contacto consciente
y permanente con el Yo superior o Ángel solar de su vida y la prolongación
de este contacto hasta llegar a la etapa definida como de “discípulo
en el Corazón del
Maestro”, condición precisa para poder alcanzar la Iniciación.
Tales son las etapas necesarias, esotéricamente registradas:
a. La del discípulo en probación, con la que se abre un ciclo de precipitación kármica.
b. La del discípulo aceptado, del que se debate en las crisis subsiguientes al proceso de precipitación.
c. La del discípulo en el Corazón del Maestro. Corresponde a la etapa de quien se prepara para la Iniciación y que está venciendo progresivamente todas las crisis de su vida.
d. La del discípulo Iniciado, en las distintas iniciaciones, que ha de convertirse en la Luz del Propósito insigne de la Divinidad planetaria.
Todas estas experiencias de orden espiritual trascendente tienen una repercusión
inmediata en la evolución de los chacras etéricos y en las glándulas
endocrinas de quien las realiza. Arrancan del proceso general de la evolución
del Universo y tienen por objetivo convertir al ser humano en un alma iluminada,
en aquella maravillosa eclosión humana que ocultamente definimos como
‘‘un Testigo de la Luz’’ y ‘‘un Servidor
del Plan”.
Espero
que podrán hallar Uds. durante el curso de estas Narraciones -que son
experiencias propias y están avaladas por tanto por mi íntima
responsabilidad espiritual- ciertas líneas de semejanza con algunas experiencias
realizadas por Uds. mismos en uno u otro de los niveles reseñados y que
no tuvieron oportunidad quizás de darles su adecuada explicación
técnica en el momento que se produjeron. Si es así me sentiré
satisfecho de haber podido ayudarles en el sentido de una correcta interpretación.
El mundo espiritual -en donde indistintamente nos movemos todos- es de participación
activa dentro de un destino común. La ayuda mutua es la ley que regula
el equilibrio de ese mundo y todos, sea cual sea el desarrollo moral e intelectual
de nuestras vidas, participamos íntimamente de sus beneficios. Yo soy
el primero en reconocer humildemente lo mucho que he sido espiritualmente ayudado
durante el curso de mi existencia. Debo repetir por tanto lo que he dicho ya
en el Prefacio de mis otros libros y es que jamás he pensado que mi trabajo
esotérico fuese únicamente la obra de un solo individuo, sino
que lo he reconocido siempre como una labor de
grupo en la que intervinieron una multiplicidad de personas, de hechos y de
circunstancias que hicieron posible su exteriorización.
Mi sentida plegaria va hacia todos mis amigos -en todos los niveles- que a través de sus propias vidas y experiencias me ayudaron a descubrir la Verdad que arde en la existencia de toda criatura viviente y en el devenir del más aparentemente insignificante acontecimiento temporal, para poder escuchar así el supremo Canto de la Vida dentro del Corazón.
En BEGAS, Barcelona, bajo el Signo de LEO de 1981
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ENLACES A OTRAS PÁGINAS
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EL CAMINO DEL MAGO (Salvador Navarro-Quintín)
Ensayo
Antología
de textos del Maestro Tibetano (Djwhal Khul) (Xavier
y Quintín)
Novela
En formato de guión
JUVENILES
y BIOGRÁFICAS
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