EL VIAJE DE PEDRO GUZMAN

 

 

 

 

   

 

 Índice:

 

 

Prologo

 

Primera parte:

La salida (1)

Más al sur (2)

Un personaje perturbador (3)

El comienzo de un proceso esclarecedor (4)

Enseñanzas del camino (5)

Una herida cicatrizada en forma de hielo (6)

Estamos acá, hagámonos todas las preguntas (7)

 

Segunda parte:

Un “darse cuenta” alongado (8)

Cucáo el aviso (9)

Tepehuéico, iniciación cósmica, aventuras del sin nombre (10)

Se va armando el rompecabezas (11)

La nave grande (12)

Luces en Lonquén (13)

 

Tercera parte:

Una década después (14)

Algo más sobre el plano (15)

Un planeta nervioso (16)

Nuestro propio más alto destino (17)

Un viaje profundizante (18)

De paso al futuro (19)

Cosas de la tierra (20)

 

Cuarta parte:

Nuestra situación psico-clímica en el cosmos (21)

Óptica futura (22)

Aprendizaje sensible (23)

Fresca, disponible, accesible, silenciosa y desapegada (24)

 

Quinta parte:

Un estuario entre el pasado y el futuro (25)

El gran sentido común universal (26)

Sexo, humanidad y conciencia (27)

Apuntes del viaje (28)

 

                    

 


Escritos del Viaje

Prólogo

 

Todo empezó a comienzos del año 1991, en un viaje por el sur de Chile. Han pasado ya más de diez años desde que escribí  el manuscrito “Escritos del viaje” pensando algún día tal vez revisarlo, publicarlo, o simplemente guardarlo como “ayuda memorias de eventos memorables”, sin embargo lo dejé dormido por años, conscientemente abandonado esperando el momento oportuno de sentir el impulso y organizarlo, someramente, mas que nada ordenar y clarificar un poco su sintaxis, dejando  intacto su contenido original. Estos escritos son la realidad de lo que pasaba adentro y afuera de nosotros mismos en esos decisivos momentos. Las observaciones laterales vertidas como afirmaciones conceptuales, o reflexiones diversas, son solo el complemento inevitable, inseparable a una serie de vivencias extraordinarias, relacionadas con campos aún llamados sobrenaturales.

La vida es, nunca para, fluye siempre nueva, es altamente intencional, siempre en movimiento y aunque existe una muerte individual para cada ser, la vida misma permanece siempre intacta como una constante en la realidad, esa constante es una energía muy potente, madura, indescriptible, misteriosa para nosotros, muy distinta al foco del ego personalista con que usualmente encaramos esta vida. A ésta corriente o flujo más impersonal siempre existente pocos llegamos siquiera a conocerle, y menos a comprenderle, hasta la palabra impersonal saca rollos, casi como un obstáculo, y cuesta conceptualizarle, luego queda entonces un tanto velado y accesible solo en ráfagas de intuición o momentos de gracia; gran parte de la imaginería masivo religiosa, la poesía, las filosofías, las llamadas metafísicas y muchas otras instancias cognitivas de nuestro desarrollo, tan solo merodean su realidad. En esto hay que ser humildes, aún más si reconocemos que vamos en un viaje de profundización.

Nuestras vidas individuales nos muestran realidades cambiantes, impermanentes, impredecibles, muchas veces insatisfactorias, por eso nos cuesta entender como individuos lo que está tras el telón y permanece satisfactorio. Lo que hay en éstos escritos es solo un atestiguar un tanto pálido de lo que es y fue realmente experimentado en nuestro viaje, un intento de contar cuando ya contar no importa. Aquellos momentos fueron los inicios de una expansión vital continuada difícil de vervalizar. Los hechos vividos, los momentos comulgados, lo que pasó en aquel viaje, todo lo que trajo se sigue enriqueciendo continuamente en el presente.

Existe un gran libreto que contempla la harmonía en lo diverso, un universo que desde el Big Bang ha evolucionado en grados de complejidad crecientes suministrándonos cada vez más “consciencia de una consciencia”, la que potencialmente siempre ha estado. Es fácil diagnosticar la edad aproximada o el estado de consciencia medio de éste mundo, sin embargo es más difícil que desde allí o sea desde nuestro mundo social se vean y valoricen claramente estados que por cierto ciertas almas revisten y que los conecta por afinidad a planos paralelos más sutiles tan reales y normales como éste, tan reales como éste  mismo pliegue de tiempo en el que nos encontramos. Todo lo escrito acá es un testimonio de algo que simplemente nos sucedió, algo que sucede actualmente en este plano, es simple información que no amarra, que no persigue el lucro de imponer filosofías, dogmas tajantes, o fines que no sean relatar hechos e información desinteresada, meditable, no final, relacionada a los sucesos acaecidos. Sé que experiencias como las que van aquí relatadas  existen también para que sean compartidas. Son tal vez la excusa para tocar los temas que considero importantes, la anécdota de mi viaje es irrelevante al lado de la realidad que promueve. De alguna manera cuando se exprese el contacto pleno, quedará una historia sin tanta importancia pero bonita de lo que ha sido es y será la epopeya del acercamiento, por decir; entre la bella y la bestia. 

 

Pedro Guzmán C.

 

 

   

 

 

 


                            Primera parte, escritos del viaje

 

La salida.   Consideraciones iniciales (1)

Era principio de febrero de mil novecientos noventa y uno, partíamos a viajar por el sur de Chile. Nos preparábamos a salir con el mínimo equipaje, era partir con una tremenda sensación de libertad. Todavía en Chile resonaba el eco de la guerra del golfo, y el ambiente de la zona central parecía estar influido por toda esa densidad psico-atmosférica bastante degradatoria, exacerbada en ese momento por la oferta internacional de sangre y guerra. Cualquier acto bélico lo llamen justo o injusto siempre tiende a polucionar el alma colectiva, nos hace más inmunes a la conciencia, al tantra, al dharma, cielo, espíritu o como se le llame a esa la ley superior, ley superior sin dueño religioso ni oficina acá abajo.

Vivíamos en el campo cerca de la costa, como a ochenta kilómetros de Santiago, mucho verde, naturaleza. De pronto nos vimos entrando en el entorno inmediato, que estaba pesado, en el cual se sentía ese fluir neurótico del trafico, “brrrr”, apurado, impositivo, en conflicto, mezcla de anestesia y compulsión, en el que si no estas compungido y corriendo, eres un “outsider”, al modo; “no eres de los nuestros”, no es broma, son momentos de extrema lucha y excitación emocional, saldos de quizá que involuciones del animo, es tan evidente que no es necesario ser ni muy sutil o sensible para darse cuenta del clima mental de flagelo imperante, especialmente de violencia psicológica. Alguien que vivió desde la adolescencia con Allende y Pinochet sabe que de verdad hay días duros, y en cualquier parte, también en las carreteras. Claro que es entonces, cuando uno ve todas estas cosas reales, es que más se necesita amar, canalizar intenciones de amor para que sea contrarrestada la carga ambiental aversiva de negación, cortocircuito que se puede percibir como “auto compasión flotante molestada”, molestada porque el que está en estado grave le molesta ver manifestado lo contrario, tal como aquel que siendo desgraciado cualquier manifestación de libertad o felicidad le fastidia. El día estaba fuerte, eran “días de furia”, esos en que los camiones furibundos se pegan a los parachoques traseros de los otros vehículos apurando frenéticamente a la gente que va más lento o de paseo. De pronto acelerados conductores pasaban soltando basuras a la carretera como si nada, todo estaba más chabacano que nunca, un perfecto y típico cuadro de finales del siglo veinte. 

Pensábamos que a unos cien kilómetros de Santiago al sur se calmaría un poco ese trafalgar, pero el tiempo no pasa en vano, y el “progreso” sí se notaba en las cantidades de vehículos apretujándose por la ruta; también nos llamaban la atención las quemas al borde de la carretera, los inmensos potreros ardían en cantidad, parecía que todo el mundo se hubiese puesto de acuerdo aquel día para quemar, había cantidades de fuegos, era casi como quemar por quemar. Tal vez había que limpiar hasta lo que no está sucio., quemar por costumbre. La carretera se veía cinematográficamente apocalíptica, pasamos por horas de kilómetros humeantes, la salida ya daba que comentar, nosotros sentíamos que un estado de dureza e inconsciencia brotaba por los poros, se nos hacía patente, acentuado en aquel periodo por la guerra, periodo en que la “fiesta” de la guerra del golfo se mostraba todo el día por  televisión, y de forma grotesca además, casi como quien transmite un partido de fútbol americano, una especie de liviano “war show” en vivo. Son cosas que influyen seguramente en el inconsciente colectivo social.

Cuando el hombre está así, agresivo, “sobrecargado”, la naturaleza no le sonríe, no le baila, se pone gris él y hasta el aspecto del día, son días de masacre a la naturaleza, catarsis pura, esos momentos en que no cabe la menor duda de que podemos ser como han dicho; una molesta sustancia tóxica, como un cáncer para la tierra y sus bellezas, desacralizándole, diezmándole, abusándole, “echándole para adelante no más”; ozono, clima, hábitat, perdida de sensibilidad, y la superficialidad de las políticas, “¡nuestras ideas!” ya todas cosas muy sabidas, el viejo; ¡échale pá elante nomá! Un estado de ensañamiento, que al final conduce a un descontento, un desencanto interior, una  falta de donaire evolutivo general, y una ácida indiferencia por lo profundo que nos rodea. Todo esto en el fondo de pura ignorancia, ninguna evasión resulta suficiente, ni suficiente es ningún contento cómodo. Viajábamos y a todos nos llegaba algo de ese instante de la realidad cultural, de ese fractal de vida, sea que lo intelectualicemos o no.

A la altura de Talca todavía eran frecuentes esas caravanas de camiones y  camionetistas de manejos vertiginosos pasándonos como flechas, tan estresados, y sin embargo para ellos tal vez era lo normal (estaban de moda unas camionetas chiquitas pero con mucho motor). En Talca como en otras pequeñas ciudades inmediatamente al sur de Santiago notamos habían al parecer cambiado la sana y cálida curiosidad pueblerina por la apática indiferencia, a veces por un semblante malhumorado y preocupado. Tan pocos años atrás que habíamos pasado y tanto cambio, ¡y que vivan los cambios cuando son buenos!, pero cuando va todo tan rápido, no hay tiempo para evaluar bien los cambios, vamos como lanzados, sin mucha sutileza. ¿Sabemos medir objetivamente la viabilidad de un proyecto desarrollista expansivo, su verdadero costo beneficio? La experiencia con el pasado nos muestra que no. Hablamos de la educación de nuestros hijos, pagamos colegios caros, y para que tanta lucha por tener si al final quizás vamos a terminar de otra forma. Creo que si los ciudadanos del futuro de esta misma tierra nos hablaran, lo que nos podrían decir es que estamos dejando una buena embarrada a nivel climático, además de otras que ellos también a la larga van a sufrir por nuestra ceguera. Nosotros de este siglo, a los del siglo catorce les podríamos así mismo decir algo similar por asesinar legal y estúpidamente a cientos de miles de mujeres acusadas de brujas, toca que estas mujeres eran las más sabias, con energías especiales, inquietas, nadie habla de lo que perdió el mundo gracias a esos santos abuelitos inquisitivos, como influyo en la auto censura del resto de las mujeres. Así es la vida, lo que mal haces hoy lo pagas mañana. La percepción de un futuro próximo algo plástico, esterilizado, despojado de misterio, tal vez domesticado y lo que es peor, sobre controlado, demasiado reglamentado, es algo terrorífico. Da susto un planeta recargado de personas y cosas, de falta de sabiduría para administrarlas, y por eso de complicaciones de todo tipo. La contaminación salvaje no es una simple imaginación majadera de ambientalistas naïf, el impacto se siente hasta muy lejos de las grandes ciudades, y ya daña en el ahora presente. Dramático es que estos no sean los temas, no nos gusta enfrentar el tema, crea angustia de impotencia, porque además cada cual hoy esta mas ocupado y forzado por subsistir en lo personal a como de lugar en un contexto de rapiña, rápido, despiadado, en extremo cambiante y egoístamente individualista. La sensibilidad utilitarista exagerada predomina imponiéndose como una maquinaria generadora de una modalidad gélida y entrópica, la cual no es fácil de revertir, porque; “ojos que no ven corazón que no siente”, es un problema complejo, de percepción, y tiene sus raíces. Igual todo va evolucionando, con un ritmo y una demora que trae sufrimiento a muchos.  

Hoy y siempre los que más “ven” o aquellos más susceptibles  pasan a ser los raros de estas culturas de masas, “los que sienten lo que otros no sienten, son los extraños”, muchos se des adaptan por esto y sufren. Así es aquí, son cosas ya sabidas y como aceptables desde la escuela, aceptables días de cárcel para muchas personas como Galileo que solo querían mostrarnos que la tierra era redonda, que era simplemente un planeta más dando vueltas a un sol. Son tantas las personas sabias como Galileo, que hoy más que nunca son puestas a prueba, en todo caso los resultados y desaciertos de nuestra civilización no se les pueden achacar a ellos que justamente nos advertían, quienes toman las decisiones que nos tienen complejizados han sido casi siempre otros...

Lo que a sido perturbador es que los llamados artistas de éstas épocas actuales, en vez de propiciar cambios evolutivos, a veces se convierten en unas especies de empleados de las empresas, que gravitan demasiado sobre ellos, gravitan precisamente sobre el creativo mas preocupado de trascender su personalidad que de servir de canal desinteresado de tipo más generoso y profundo. En el arte estamos viviendo la perversión de la vanguardia por moda y comercio, cualquier vanguardia que se precie hoy esta tapada, confundida entre la masa de ofertones menores, por lo menos ayer el arte sutil era más obvio e identificable por toda la sociedad, hoy existen una serie de rayados e inmaduros admiradores de cualquier tipo de cosa, los medios incitan a comprar pomada, que bueno por la diversidad que eso también suceda y tenga su lugar, sin embargo; ¿Cuantas personas quedan inermes y frías ante lo sublime, indiferentes, apáticas, incapaces de valorizar lo mas profundo del arte, solo porque no tiene valor en el mercado? Son muchas las implicancias de este fenómeno, que si se quiere profundizar está hace tiempo la variada literatura adecuada para ello, se puede por ejemplo sin entrar en paranoia leer un libro ya más que cincuentón que anticipa la crisis mundial y revela parte de este fenómeno social; “La rebelión de las masas” del ensayista Español José Ortega y Gasset, una tesis pavorosa, algo le apuntó, no será exacto pero anda bastante parecido. No pretendo ahondar entre detalles y ejemplos interminables sobre la “crisis de agotamiento” de toda una era, o descifrar in extenso su etiología. Ver las cosas sin evadirse y al mismo tiempo no implicándose negativamente es el desafío, verlo todo en su sano equilibrio trae paz.

A veces el exceso trae perdida de emoción, lo que antes encandilaba hoy es trivial y mañana un tedio. Las soluciones han sido en parte anteriormente enunciadas por los habitantes más sabios del planeta, hoy y siempre muy desplazados por autoridades de menor criterio y rango evolutivo pero más voraces, de mayor ímpetu y ascendiente sobre el hombre promedio o de rol, hombre corriente de cualquier época, que por supuesto está más cercano a su lenguaje que al del hombre de mas complejidad, de más sabiduría. Esta ha sido una de las grandes tónicas sociales, en parte responsable de la crisis de embotellamiento en ciernes; en lo práctico lo que ha relentado el proceso cultural es; “la sabiduría y su dificultad de contacto con el pueblo”, la dificultad de reconocimiento y asenso a los liderazgos de estas corrientes de ideas y personas más sabias, agravado por todo un contexto de avidez más ignorante y orgulloso rodeando en temerosa defensa de sus intereses y mañas, sean éstas materiales o psicológicas; manipulan la psicología popular, conocen el marketing, la fuerza de la propaganda, ellos temen la sabiduría, la desprestigian para re afirmarse, se sabe que el clima de temor que propician las variables superiores y atinadas estimula cualquier tipo de violencia reaccionaria. Es increíble que las personas más amplias y sabias de hoy y ayer vivan especialmente incomprensibles al resto, mimetizadas, poco caladas por una humanidad en general inepta para aquello, desinteresada para reconocerlos verdaderamente y aprender de ellos, y ya casi no nos podemos dar ese lujo, sobretodo cuando el bote hace agua. En algunas tribus antiguas los hombres habían sabido casi siempre reconocer, identificar cuales eran sus sabios, sus brujos, el chaman dentro del grupo, el guía visionario de la tribu, “el inspirador de conexión, de interioridad, de sanación”, para decirlo de otra manera; el más mágico del lote, el más alimenticio y variado. A éste antes le brindaban un status especial en la tribu, era como un guía especialmente para la juventud y por razones obvias de numero se hacía mucho más fácil entonces su identificación en la comunidad, no pasaban inadvertidos, ni se perdían así como ahora estos sabios demiurgos entre las masas mundiales de personalidades de segundo orden repartidas entre las máximas posiciones haciendo sombra. Se sabe que prácticamente las mismas autoridades, que hoy gritan por las dificultades cada vez  mayores en la sociedad, como delincuencia, pobreza de toda índole, depresión, violencia, terrorismo, corrupción, etc., se sabe que son ellos mismos y sus antepasados castigadores, de un mismo psicotipo dominante, en parte los responsables de la inercia, de la rigidez, la estupidez, de la falta de soluciones de fondo, de proyección, humildad, y sobretodo de visión ecuánime. El problema nunca está en el equivocarse, está en pretender equivocadamente tener la razón y valerse de tabúes y prejuicios hondamente arraigados en la cultura para sacar ventajas e imponer un mal criterio, esa es la locura histórica desde antes hasta ahora, la simple soberbia heredada y re heredada, “muchos hombres que no ven niegan a los hombres que sí ven”, así la humanidad pierde la conducción más asertiva que podría tener, y eso es mucho.

Viajamos todo el día por carreteras, queríamos avanzar lo más al sur posible, alejarnos rápido de la zona central, no había cansancio, no había malestar, las ventanas que abre la sensibilidad para observar el plano desde un punto de vista crudo no eclipsaban nuestro animo viajero. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más al sur     (2)                               

Pasamos nuestra primera noche en Victoria, al día siguiente salimos del hotel bañados de sol matutino, partimos al sur por la carretera tumultuosa con una gran alegría en el  corazón, alegría por sí misma, más allá de nuestras percepciones o reflexiones en apariencia sombreadas. Cada vez más lejana iba quedando nuestra historia personal, solo éramos ese momento en nuestra nave a gasolina, ya más alejados del hormiguero, sin tanto pasado gravitándonos, como en los buenos viajes; abandonados al poder del instante mutante.

Llegamos al medio día a Temuco con pleno sol, allí fuimos a visitar el famoso mercado Temucano, presencia Mapuche y olores a comida picante bien sazonada. Poco antes habíamos estado conversando en la ruta sobre cosas tan abstractas, y aquí estábamos ahora, regateando artesanías con los indios en un juego pintoresco. Compramos dos bombos nativos que tocaríamos mas adelante en los bosques santos. Como olvidar el grandioso eco del monte, la mezcla musical de los sonidos animales allí presente, el recorrido de la brisa entre el follaje, la intensidad de nuestros sentimientos, la guitarra cantarina con el bombo tronador, la flauta jugando acompañada por los pájaros en una comunicación supramental llena de sentido.

Así que nos internamos más al sur por la región de los lagos, cerca de la cordillera de los andes, recorríamos los caminos maravillándonos con el campo y la luz tan pura del Sol, pasamos Villarrica y Pucón donde el ambiente era veraniego, por la tarde nos bañamos en las aguas del lago Calafquen frente a esos islotes vegetales llenos de árboles, que  recordaba haber pisado desnudo cuando chico; entonces corríamos gritando, saltando, jugando junto con otros amigos, leseando, moviéndonos como imitando a unos Neardenthal, simulando con palos en las manos, expresando una libertad infantil, cantando a coro, contentos, pisando fuerte en esa isla vegetal retumbadora de aguas transparentes con fondos de arenas blancas brillantes. Me paseaba por estas imágenes antiguas como en racconto, no podía evitar cierta sensación especial, sobretodo cuando observaba la situación actual de esa zona otrora tan distinta. Muchos turistas recorrían los caminos, con todo derecho por supuesto, provenían de ciudades en las que ya se ha dejado atrás el conocimiento de los pequeños grandes secretos de la naturaleza, venían de ciudades en que el condicionamiento imperante los mantenía corriendo, dudando, y así mismo seguían haciéndolo por los agrestes caminos rurales, a veces con una sensibilidad no muy a tono con el entorno, sobretodo para con sus sencillos moradores, bonitos ellos en su ligereza que no tiene esa altanera forma de ir por el mundo pisoteando fuerte, avasallando sobre seguros en su ignorancia, con la soberbia de quien se lo a comprado todo, contagiando neura a la transparencia de lo bucólico y puro. Ojalá me equivoque, pero todo cambia pensábamos, y todo puede cambiar mucho más dramáticamente, no hay que taparse los ojos, esta civilización se caracteriza por restarle encanto a las cosas que aun no aprecia. Es perfectamente posible que a mediados del siglo veintiuno de seguir así las cosas, al modo “échale pá delante no más” se va a ver una tierra ya muy poco romántica, desencantada, repletada de seres humanos hijos de gobiernos incultos espiritualmente, idiotizados por la severidad, la cantidad de reglas Orwelianas, más la insensibilidad que promueve la complejidad y frialdad del sistema que a esas alturas nos tendrá saturados de artefactos y mucha entretención light, tal vez también queden unos pocos parques nacionales semi-naturales muy reglamentados con muchas áreas de picnic a la americana, en un todo dispuesto para un turismo normal cómodo, y otro más activo, ruidoso, estresado, deportivo o de pseudo aventura. Puede no ser muy fácil en el futuro contar con espacios contemplativos naturales para quienes no pidan más que eso.

A pesar de todas estas alarmantes visiones, nuestro animo se aquietaba al contacto con estas áreas menos pobladas del planeta, y no hay mejor psiquiatra, mejor balanceador interno que esto; en el fondo allí en lo alejado de esos parajes se percibe lo obvio, al hombre no se le pasa por alto así no mas como en la ciudad, aquí más lejos se comienza a jerarquizar mejor, valorando la vibra, respetando, sacralizando algo más las relaciones humanas, tomando en cuenta al espíritu con frescura, naturalmente ayudado por un entorno sin tanta distorsión. Sintomáticamente mientras más austral viajábamos, la gente nativa estaba más bonita, menos inquisitiva, prejuiciosa, intolerante, orgullosa, y de veras se sentía la descompresión. Se podría decir que en estas zonas más naturales la madre tierra absorbe con su ritmo la neurosis del ego como si existiera una ecología de la sanidad relacionada con él número de seres humanos habitantes por kilómetro cuadrado. Una relación número de hombres por kilómetro cuadrado más baja ayuda, cualquiera se da cuenta, menos los de menor sensibilidad, los mismos que hacen las nuevas poblaciones para los pobres en los suburbios, para que millones vivan hacinados en un metro cuadrado, saben muy bien tener su lugar retirado campestre, son muchas las contradicciones. Quizás porque el hombre es el ser más conflictivo con su medio ambiente, conflictivo incluso con sus iguales, sus pares, incluso con sus propios parientes, por eso en aquellos parajes sureños su mayor ausencia se siente relajante. En cambio, el lugareño nativo de esos páramos por su honda valorización de lo esencial cuando la tiene, de su medio ambiente misterioso pleno de magia y belleza; sintoniza mejor la realidad final.

Una de las cosas más sabrosas que puede degustar un espíritu humano es la sensación de libertad producida por el “abandono”, el estado ese de viaje sin lastres físico-mentales, completamente desatado, en conciencia, libres entonces de necesidades cotidianas tóxicas, solo existir atestiguando la tremenda simpatía del gran jardín. Cosas como ciudades marinas flotantes, playas artificiales, hoteles nichos, no solo son el sueño del imaginario japonés, hoy por hoy son muchos los adeptos de este estilo, consciente e inconscientemente, ya sea por inexperiencia juvenil o adormecimiento. Tarde o temprano la verdad se impone y madura el alma, claro que a cualquier costo. La persona de alma más sutilizada que no vibra con la lucha, la guerra, la actualidad maigazinesca, la copucha y tantas otras malas impresiones que son casi sádicas de estos tiempos (los ritmos antinatura, la acción fabril, el exceso de astucia, la hipócrita frialdad, etc.). El “ser” mas elevado y sensible, el yo mayor, no anhela sufrir, ese ser interior y exterior espera que nos calmemos y hagamos lo menos daño posible con nuestra expansión demográfica descontrolada, inmadura, compulsión en la que el precio de la barbarie lo pagarán también los que vengan mañana, y por un buen rato dolerá hasta que se logren establecer los nuevos balances y ajustes necesarios que equilibren madurez técnica con madurez existencial.

De pronto viajando por los caminos sureños aparecen otras personas, caminantes, personas oriundas, de tipo sencillas no competitivas. Las leyes de la oferta y la demanda producen sus estragos sociales en lugares muy poblados, un economista tecnócrata habiloso diría; “Exceso de oferta de persona humana contrae su demanda afectiva”, es así como se deprecia la esencia de la relación., Hemos comenzado a ser muchos para tener sana y simpática curiosidad de unos a otros, ya nos trivializamos, nos molestamos, perdemos intimidad, entonces valores principales como la compasión se sumergen. Como aquí en estos parajes alejados la relación hombre-naturaleza es equilibrada fue muy natural por ese factor “oferta demanda” encontrar gente más encantada con la relación, que cariñosamente nos abría sus puertas sin desgano ni temor a abrirse, y eran capaces de “vernos”, a pesar de que éstas amables personas ya estaban un poco cambiando, obligadas a desconfiar un poco más por efecto de tanta gente afuerina de paso poco delicado. Las gentes del sur profundo son personas muy poco ávidas de querer ver siempre algo bajo el agua, o de sospechar a priori, por eso no me era grato verla defraudada, no queríamos ver morir poco a poco esa tremenda inocencia, es esa ausencia de mente negativa la que les da tanta belleza, y pasa que por las malas experiencias con la gente de ciudad, adquieren sensato cuidado, y con razón se protegen más, claro que a cambio de esta defensa algo más mágico en ellos se va esfumando poco a poco. Es caro el precio del mal progreso, confuso creador de condicionamientos, inercias y automatismos regresivos, en definitiva, mala calidad de vida. Desperfilamos todas las realidades que no queremos asumir, hasta saber de ciertas realidades se hace difícil, no hay tiempo para ver las raíces cuando las ramas nos mantienen tan ocupados. 

Adentro del jeep los cinco viajeros llevábamos un mar de ver, tantas cuestiones, conceptos abstractos, diálogos profundos, un cierto sentimiento ambiente entre nosotros, que al salir a   la calle a caminar, al hablar con las personas lugareñas y simultáneamente ver y escuchar televisores encendidos, radios parlanchinas, noticias de diarios, las cosas típicas, lo mismo de siempre, nos marcaba un particular contraste.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un personaje perturbador    (3)

Suave fue nuestro aterrizaje en Panguipulli, bonito lugar enlace de lagos, nos comunicábamos, hablábamos cálidamente con personas sencillas nunca antes vistas; era el gusto por los encuentros incidentales, joviales, desatrancados... En este pueblo había un quiosco de diarios con dos niñas dentro, y se produjo una empática relación con ellas, tal vez demasiado espontánea para un hombre tipo convencional seguramente Santiaguino que se nos acercaba a paso rápido; era de estilo autoritario, se le notaba que no soportaba nuestra comunicación alegre, fluida, cercana, y menos le gusto tal vez su belleza y humildad. Este señor de pronto nos interrumpió demandando la atención a viva voz de las muchachas en forma autoritaria e imperativa, provocando en todos nosotros alrededor un sentimiento ambiente de oscuridad y retraso, pobre, nos quedamos todos “plop” mirando con desagradable sorpresa, pidió dos periódicos de esos que siempre se nutren con el dolor espectacularizándolo, lucrando con él, comercializando lo feo y sucio del acontecer colectivo día a día en primera plana, adormeciendo más al pueblo con crímenes y estímulos inferiores, creando tensión, pésimo alimento social para el alma envuelta en su rutina diaria desprevenida., “Todo sea por el tiraje”... De ese populoso mundo parece que venia este caballero, fue tan notoriamente avasalladora su actitud que cuando exigió los dos periódicos amarillistas me llego a desplazar del lugar, a correr a un lado físicamente con su vibra, me saco literalmente del lugar en que estaba ocupándolo él, me nació rauda y espontáneamente decir, más bien me brotó, la palabra “basura”, lógicamente con más relación a los diarios que él duramente pedía, lo que volvió a producir algo fuerte en todos, lo que dije fue como una bomba subliminal, esa persona quizás no entendió nada, quedo pensando o se hizo simplemente el sueco, entonces hubo como una sacudida energética, un movimiento físico, y el personaje se apartó hacia atrás, así volví otra vez naturalmente a mi sitio original junto a las chicas que a esa altura estaban cómplicemente sonrientes. Un perfume muy fuerte salía de su chaleco impecable de cachemira rosado inundando el espacio de esta situación milimétrica. Se sacudió algo incomodo, y las chicas del quiosco esbozaron otra sonrisa de esas que parecen decir; que bueno que pase algo en este pueblo soñoliento de vez en cuando. Todo sucedió como que no sucedió, subrepticiamente y como en voces bajas, subliminales. Él me pareció como alguien re conocido, tal vez un pequeño funcionario del régimen anterior, en aquel entonces Aylwin recién comenzaba su mandato, se mantenía muy fresco todo lo del tiempo de Pinochet. De cualquier forma nos sentimos todos con el sabor de una situación cómica pero tensa. El inusitado turismo emergente provoca el avance de un tipo poco sensible a esos contornos, lo podíamos corroborar, seguramente gente que debió haber decidido hace poco cambiar vacaciones en Reñaca por vacaciones en el sur, cosas de la moda. Como escribía con anterioridad, muy joven leí a Ortega y su rebelión de las masas, en él se describe básicamente con más de cincuenta años de anticipación el tipo de sociedad futura a esperar, me parecía más lejana en aquel entonces que lo leí, sin duda un libro fuerte, allí en ese momento algo persistentemente me lo recordaba.

Todo parecía suceder demasiado rápido, intenso, otra vez íbamos sentados viajando hacia el sur, a solas los cinco, otra vez en un camino rodeado de vegetación, estaba oscuro como boca de lobo, tan pacifico, silencioso, un llamado a meditar, nosotros sintiendo y presintiendo el momento actual y algo del futuro cercano para aquellos lugares que algún día sirvieron de remanso para el espíritu. No hacía tantos años de mí ultimo viaje al sur y sin embargo ya estaba comenzando su cambio, era notorio, yo iba con un cierto dolorcito... ¿Y si con todo con el tiempo va a ser lo mismo?, ¿donde quedara algo sin domesticar para ir a conectarse con Dios en su creación más nativa, salvaje, y espontánea? Nos preguntábamos con cierta melancolía mientras viajábamos, es que todo esto nos importaba demasiado, yo no tengo ideología sectaria temporal ni soy de ningún movimiento de ecología profunda ni de nada que ataque verdaderamente nada, es simple sentido común, religiosidad sin religión. Recuerdo que “Osho” con su humor sabio decía que Dios debía de ser un salvaje, porque es mucho más fácil encontrárselo en este tipo de lugares más naturales, sobretodo de naturaleza espontánea. Yo estaba pasando un momento especial en mi vida, no estaba deprimido, pero estaba como al final de un largo ciclo, estaba como el siglo, viejos elementos que antes me movían ahora estaban perdiendo su significación, estaba tal vez muy susceptible con respecto a situaciones medioambientales y de lesa humanidad, no encontraba mi lugar, adonde hacer mi aporte en un mundo que vive permanentemente en crisis, y al mismo tiempo se da el gusto de ser ultra light, sentía venir una época uniforme (unifome) de mediocres consensos generales. Yo no me sentía nada de perfecto tampoco, solo que lo extremo de todo el cuadro era evidente y me implicaba emocionalmente.

 

El comienzo de un proceso esclarecedor  (4)

Manejando en la completa oscuridad de la noche, por esos caminos sureños, se me vino una imagen de fantasía a la mente, lo llamaré un “etéreo grama,” visión en la que veía a un vehículo acercándose en sentido contrario, era como un huevo esférico de vidrio transparente desde el que me saludaban con su expresión facial tres personas de aspecto muy evolucionado, solo fue algo que imagine al pasar, un clip de imaginación inesperada, fueron décimas de segundos, me impacto la simpatía en los rostros de aquellos tres seres que “Vd.”, su familiaridad, el estado interior que emanaba de ellos, era algo contagioso, reconfortable, me quede con un sentimiento, seguramente había algo en mi que le costaba aceptar la verdad del plano en que me encontraba, una rebeldía, una soledad acompañada, una cosa es saberlo y otra resistirla, y creo que hasta aquella época (épica), yo padecía de espaciados pero recurrentes brotes de intolerancia a la frustración, en los que mi ego continuamente se quejaba en silencio y a veces no tan en silencio de que el hombre fuese el lobo del hombre, este asunto me sangraba. Nos detuvimos en la berma y bajamos a respirar hondo en el medio de un silencio total. A ambos lados de nuestros costados había un bosque nativo impenetrable, era noche sin luna, se podía ver la vía láctea impresionante, y sentíamos la necesidad de botar de una vez todas las malas impresiones pasadas, en el fondo el rencor de nuestra propia des adaptación. Reconocimos una cierta descompresión, entonces formamos un circulo entre nosotros, y sacudimos nuestros brazos como salpicando hacia abajo con las manos a la tierra, en un gesto simbólico de botar, arrojar, descargar. Después de esta relajación quedamos mirando las estrellas, habían millones, mientras tanto se paraba toda esa verborrea intro mental.

Lo que viene aquí a continuación de alguna manera inició un proceso de cambio en nuestras vidas, no hay novelación, no hay ficción. Mirábamos las estrellas arrobados y justo encima casi en el cenit del cielo cruzaba el espacio una luz blanca del tamaño de una estrella de mediana dimensión, cuando alguien de nosotros la señaló la pude ver e inmediatamente obtuve la certeza de estar frente a lo desconocido, extraterreno, sabía que no era un satélite, aunque iba recto se desplazaba en un muy leve zigzag aumentando y disminuyendo su propia luminosidad. Primera vez que estaba frente a un fenómeno de esta naturaleza, nunca dude de la existencia de estos mismos, o de la existencia de la vida extraterrestre, pero de allí a estarlo viviendo así personalmente, y al mismo tiempo con otros testigos, eso era otra cosa, esto ya no era un gesto de la imaginación, una visión imaginativa, por muy inspirada que fuese. Sin duda por sus características era un ovni, inmediatamente ni me lo pregunte, me dirigí a ellos en pensamiento y les pedí mental y vocalmente detenerse, para nuestro asombro en ese mismo instante se detuvo totalmente arriba sobre nosotros, fue impactante, todos quedamos helados, petrificados de estupor, emocionados mirábamos el firmamento de estrellas con un sentimiento de encuentro, de reunión, todas las intuiciones de una vida se estaban confirmando en ese instante, solo me falto aullar y gritar ¡eureka!, casi me caía de espaldas impresionado, todos lo estábamos. La “luz” se mantuvo sobre nosotros, el ovni dibujaba pequeños círculos al derredor sobre su eje, muy lentamente, la noche estaba preciosa, con miles de estrellas titilantes por todas partes del cielo. En otros sectores celestes descubrimos observando que alrededor de las estrellas comunes y corrientes se movían otras que no eran precisamente estrellas, distinguiéndose por sus lentos giros, pequeños movimientos en redondo, eran varias, y sorpresivamente estaban como adrede mostrándose, impúdicamente revelándonos que no eran propiamente unas estrellas sino otros cuerpos cósmicos en el firmamento. Que fácil les era mimetizarse y pasar desapercibidos así como pequeñas estrellas. Un estado místico (transpersonal) se acentuaba en nosotros, como que orábamos en silencio maravillados, todo alrededor se transformo en oración, exudábamos frases como; “tal vez siempre han estado allí como estrellas entre las estrellas”, y otros comentarios propios de un darse cuenta de gran asombro, comprendíamos que eran capaces con solo quedarse detenidas de pasar inadvertidas, era claro que dependía de ellos si mostrarse o no, y los sentíamos tan cerca a pesar de estar aparentemente tan lejos, me sentía agradecido de esta comunicación, y por que no decirlo hasta reafirmado de que lo que sentía con respecto al estado de cosas mundial no era solo mi hiper sensibilidad, porque cuando uno se siente un poco solo y extraño a la realidad de éste establishment te bajan muchas dudas, yo sentí que corroboraban nuestro estado. Eran más de diez luces que sobresalían entre las estrellas, moviéndose, ya esperábamos cualquier cosa, existía profunda comunicación, se hizo patente que no era necesario un contacto tan físico de ser a ser, con esto bastaba.

Mientras todo esto se estaba manifestando, de pronto notamos a unos cincuenta metros de nosotros entremedio del bosque una luz muy especial, opaca, verdosa, que resplandecía sin emitir sombras, muy parecido al efecto producido por la luz fría o de gas fluorescente, todo eso ya era mucho. No nos sentíamos aún aptos para un encuentro tan mayor, que en el momento intuíamos como algo inminente, yo quería acercarme a la luz, sin embargo lo impedía un cierto temor a encontrarnos con lo desconocido, sobretodo de forma tan frontal, aunque íntimamente lo deseábamos, solo que nuestra falta de preparación se hacía manifiesta, elocuente, especialmente en Carolina mi pareja, llegando en ella a ser un malestar al estómago, así se fue a sentar al jeep desde donde me rogaba que por favor nos fuéramos. Si antes reflexionábamos o filosofábamos con cierta nostalgia, ahora con los niños allí en ese momento lo hacíamos embriagados de renovadas esperanzas.

Por el camino solitario, mientras que todo este evento nos estaba sucediendo, a nuestras espaldas pasó apurado un gran camión, con un sonido que se fue rápidamente perdiendo en la distancia, abstraídos como estábamos me llamó distante y someramente la atención al pasar, era muy tarde, después decidimos movernos, seguir de viaje.

A través de lo que las antiguas escrituras orientales denominaban como; “conocimiento acertado” allí supe que me faltaba todavía un buen trecho en cuanto a purificación evolutiva personal, no era una novedad pero esa era la sensación más latente y profunda que había quedado de esta experiencia, sumado a una conciencia de ser más objetiva, de más amplitud de campo.

Emprendimos  viaje, de pronto por el camino un hombre de cierta edad nos hacia señas con un pañuelo desde la berma, nos detuvimos, señaló su camión estacionado más adelante, dijo que algo le había pasado al motor, que estaba en pana, nos pidió que lo lleváramos al próximo pueblo; “Los lagos”. Le  dije que sí, dándome cuenta de que se trataba del mismo chofer del camión que antes pasó apurado por el lugar de nuestra primera experiencia con las naves. En el auto nos fuimos conversando animadamente todo el camino, al final del viaje nos invitó a comer y después mas tarde a quedarnos a dormir en su casa, era gente sureña sencilla, acogedora. Alicia su esposa resultó ser muy amorosa, puso la mesa con todo cariño, ella poseía una entusiasta curiosidad, necesidad muy profunda de conversar, sobretodo de cosas espirituales, sobre Dios, el cosmos, la conciencia. Estaba siendo un encuentro significativo para todos, sucedía una suerte de actualización entre nosotros, ¿acaso no necesitamos todos vivir periódicamente renovando, el sentido de lo maravilloso? Algunos necesitan de dogmas o grandes templos en su respetable intento, otros mantienen vivo el interés adentro, reconociendo en lo hondo de su propia esencia el rumor del conocimiento silencioso, que es como la intuición de la existencia de un pozo profundo en uno mismo y los demás, un yo sabio del cual extraer las exquisitas facultades de lo abstracto, en un contacto con el espíritu más impersonal de los fenómenos, ya no tan amarrado al sujeto como personaje, al experimentador separado, descubriendo en sí que el experimentador es lo experimentado.

Era interesante encontrarse en esas circunstancias con una persona como Alicia, tan apasionada en la búsqueda como nosotros, con interrogantes profundas y una natural gran  religiosidad sin religión, más compañera, más cercana de las leyes y verdades de la vida que de las ingenuas mentiras atávicas de los hombres. A medida que avancen los años se recorrerán esos caminos mucho más cercanos de la intuición que de la costumbre, y no serán tan necesarias las grandes instituciones mediadoras de lo trascendente, y no se crea que la gente por apartarse de sus templos se apartará de Dios en absoluto, todo lo contrario, será el re-acomodo de un espíritu adolescente que empieza a encontrarle un sentido mas profundo y ecléctico a su búsqueda, que empieza a oradar la profundidad de su propio amor. Primero fuimos sub humanos, después humanos y ahora viene el tiempo de pasar a ser hombres de conciencia objetiva, al verdadero modo de un autentico tricerebral avanzado, es la fase que comienza a entreverse, un solo gran sentido común colocando todo en su lugar, en su justa dimensión, sin grandes polémicas infantiles, un gran y variado entendimiento tácito. Claro que aquí en éste tiempo, aún en esta era, primero hay que discutirlo todo, polemizar, contemporizar, se discute todo casi por placer, una lucha múltiple de valores e intereses, de egos y creencias variadas en conflicto, mucha polémica, bla bla, bla, todo en un contexto simplón de puro silabario, todo controversia, a veces bastante brutal, al más puro y viejo estilo; “ley de la selva”, con una gran y categórica ley de Moraga,  “cada uno aferrado a sus dioses” como dice la canción.

A medida que los años vallan pasando, y pesen en la conciencia global, el consenso objetivo se va ir imponiendo naturalmente, haciéndose más fuerte decantará su modalidad más fina de tolerancia y comprensión, mientras tanto “la bestia” pega sus últimos coletazos, la prueba está en a pesar de todo lo visto, no perder el humor. Este consenso en la objetividad traerá convergencia armónica que lejos de ser una uniformación masificadora, será todo lo contrario, con su amplia tolerancia y respeto por el “juego”, por la ausencia de temor, que permitirá el desarrollo de bellezas individuales y colectivas insospechadas, lo que antes se consideraba una utopía especialmente por la gente mas retrograda del plano, será entonces algo natural, irán perdiendo importancia aquellos pequeños detalles que hacían que la sociedad perdiera perspectiva y se ahogara en un vaso de agua. Hoy el cambio se presiente, se va notando más claramente cual es el tipo o modo recesivo y cual es el progresivo, lo más difícil para esta nueva era será lidiar con los remanentes recesivos, y divisivos, que zanjan sus disputas por medio de comportamientos y actitudes que el hombre progresivo jamás utilizaría dado a su mayor alcance y su multifacética percepción de las cosas de la vida, sobretodo en un tiempo en que todavía las justificaciones para llevar tanto lastre las dan también todos esos llamados "males necesarios" que acepta la sociedad, leyes torcidas, cuerpos legales coercitivos, instituciones nacionales defensivas, existe una lista enorme de los llamados “males necesarios” cuyo mas notorio ejemplo es la guerra, estos males necesarios afortunadamente se irán haciendo cada vez más innecesarios con el tiempo, son tantas las cosas buenas que se pueden hacer si solo se las deja hacer.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Enseñanzas del camino   (5)

Nuestro viaje continuaba rumbo sur con destino no preconcebido, la naturaleza era bella, transportadora, una inmensa alegría nos estaba inundando, refrescante, sublimadora, nuestros silencios eran brujos, poseían una cualidad musical, existía un animo debelador, sobretodo en la palabra fluida que a veces nos transitaba. Canalizábamos fuentes muy altas de nosotros mismos, amábamos más natural e intensamente que nunca, nos asombrábamos como recién nacidos, sobretodo de cosas que al común de las personas ni les interesan, vivíamos el stress de anticiparnos a la época del “reality”, algunas de nuestras típicas frases drásticas como; “este planeta es muy demasiado bello, no se lo merecen” eran amorosamente reemplazadas después por otras más magnánimas y ecuánimes como; “no hay yo, no hay ellos”,  “el encuentro lo era todo”, de pronto salían algunas mas cómicas; “donde los negocios no son tan importantes todavía se puede ver la vida”. Eran sentimientos mezclados, una extraña sensación de irritabilidad frente a los millones de seres humanos que semejaban marchar como hormigas insensibles, como adormecidos, y ante lo más obvio resistentes, renuentes, renuentes a lo sabio, al Dharma podría decir alguien Budista. Por otro lado no me bastaba con el simple darme cuenta de todas estas cosas o con el corregir en mí ciertos errores generacionales hereditarios, al contrario, se me hacía patente también mí propia parte insoslayable de humanidad pérdida, de humanidad aún a medio hacer en el camino, en formación. No me quería perder nuevamente en un cuadro personalista de aversión infantil, después de todo mi yo mayor sabía perfectamente que todo rechazo, toda aversión, no es mas que ego contrariado, error, fragmentación, separatividad. Sabía intelectualmente que la purificación consiste en amarlo todo, prácticamente amar hasta ser puro amor, algo demasiado grandioso para alguien que aun le cuesta no detestar a los numerosos repinches tiranos de todo tipo que pueblan nuestras idiosincrasias.

Todo ese olvido del alma que existe alrededor de los “centros urbanos civilizados” hiere al vidente poco ecuánime que esta hiper sensibilizado en un determinado momento del camino y rodeado de centros poco reforzadores del sentir sutil, entonces se siente aún mas solo, fuera de timing, a veces sin las condiciones típicas para nadar bien en ese barro, quizás no muy apto para vivir en un mundo en que el mayor ideal es ser un perfecto izquierdo, todo práctico, acorazado, alejado de su desprestigiado hemisferio mas abstracto.

Afortunadamente nos refrescaba una brisa de amor y compasión muy vigorosa, se decían al aire aforismos que en un esfuerzo alguien de nosotros intentaba capturar a veces en un papel, brotaban espontáneos como las risas, viajábamos en ese momento a pleno día por caminos rurales mucho más agrestes que la ruta principal. Intempestivamente algo rapidísimo llamó la atención a nuestros ojos; el cielo estaba cubierto de nubes y desde las nubes vimos unos relámpagos como de flash fotográficos que sucedían a intervalos cortos todo el tiempo, al principio uno quedaba descolocado pensando en lo visto, y también por la rápida secuencia del flash; era muy impresionante y fino el fenómeno, difícil de explicar, y se repitió todo el trayecto por horas y horas. Lo curioso fue que sucedían estos flash justo y exactamente en el lugar donde íbamos a posar la vista, incluso adelantándose claramente a nuestra próxima movida visual, de repente venían de arriba, otras del lado, y así adonde uno fijaba la vista allí estaban sucediéndose a intervalos, eran de una luz blanca, un flash rápido, el que brotaba de la misma masa de nubes grises y compactas en el cielo, sucedía en distintas frecuencias de tiempo, a veces seguido, otras mas distanciado, siempre en forma aleatoria. Todo era ya mucho para tan pocos días, podría ser también un caso atmosférico, solo que yo ni nadie había visto nunca algo semejante, en la forma ni en la inteligencia que demostraba que era algo apabullante, sobretodo al anticiparse tan claramente a nuestros movimientos oculares y por ende cognitivos, la sensación más clara que dejaba era; que lo que fuera esa inteligencia poseía el don de vernos desde adentro, de anticipar la dirección incluso de nuestro próximo enfoque o movida visual. Es casi intransmisible esta experiencia la que nos mantuvo por sendas horas en un aprendizaje sutil difícil de describir, y en una atmósfera de comunicación y recogimiento, de reverencia ante un poder de magnitud mostrándosenos abiertamente, enseñándonos a pesar de nuestras limitaciones obvias y humanas, y promoviendo un discernimiento mayor de ideas y sentimientos en todos. Cada flash nunca llego a una intensidad luminosa de cegarnos o siquiera molestarnos la vista, al contrario eran de una cualidad agradable, nos sacaban una exclamación silenciosa de sorpresa y fascinación, a veces bastaba que uno moviera los ojos un grado hacia arriba, abajo, o al lado, y venía este relámpago en esa precisa dirección, como adelantándose a nuestra propia movida voluntaria visual, si mi vista enfocaba rápidamente otro ángulo, ahí mismo estaba otra vez, llego a ser como un masaje víbrico intraocular, algo que interactuaba más allá del lenguaje. La sensación era que todo estaba en todo, y nosotros íntimamente visualizados por una fuerza desde adentro, había allí como una cierta falta de privacidad de la mente, no había un yo, había un “ello”, esa era la cuestión primordial atestiguada. Se podría decir que; “por fin la herramienta (la mente-ego) no se realzaba por sobre la mano que la empuñaba” (la conciencia), ecualizados estábamos con lo “noúmenal”, el campo de lo fenoménico también se nos amplificaba, se amplificaba como regalo del “ser en sí”... Llegamos de tarde a Puerto Varas, a orillas del lago Llanquihue, y hasta allí nos seguía esta fiesta de señales, seguida de corazonadas, canalizaciones, y una vivificante exaltación, se vivía a gran intensidad algo sin palabras. Estábamos maravillados mirando esa noche nublada a las orillas del lago, cuando caminando empezamos a notar en el cielo nocturno otro fenómeno, unos puntos anaranjados como pequeños filamentos incandescentes que se movían por el cielo a gran velocidad saliendo y entrando por la nube haciendo algo parecido a un tejido, varios a la vez mezclándose raudos, uniéndose a toda velocidad, describiendo círculos, formas curvadas, parábolas en la altura, había que mirar bien porque eran muy pequeños. Al principio dudé, no podía creer lo que estaba viendo, ya era demasiado, demasiado en tan poco tiempo, íbamos de una experiencia a otra, fueron horas de atestiguar esa energía y su constante juego aéreo, de alguna forma nos sentíamos acompañados, felices depositarios como de un secreto, de algo grande que se habría desencadenado entre nosotros y lo desconocido. Tarde por la noche antes de acostarnos todavía era visible esta verdadera fiesta enigmática, había una comprensión especial que emanaba de esta experiencia, difícil era que otras personas así no mas por la calle observaran todo esto pasando así porque sí, creo dado a que este fenómeno exigía cierta concentración inicial para inicialmente enfocar el evento, visualmente eran luminosidades muy pequeñas, y allí estaban, con veloces movimientos y giros, eran movimientos espirales nacidos de varios puntos como filamentos encendidos que al desplazarse a velocidad dejaban trazos lineales, líneas curvas como rayando el cielo de la noche, dibujando vueltas a toda velocidad, cruzándose entre sí, penetrando y desapareciendo en las nubosidades para después salir otra vez a gran velocidad. Era como ver finísimas líneas anaranjadas en movimiento, tan pequeñas que solo al enfocar bien la vista eran perceptibles.

A estas alturas todo el proceso en que estábamos se había transformado en algo apasionante, intentábamos provocar una mayor comunicación con ésta energía, ingenuamente a veces iluminando el cielo con un foco de linterna, otras hablándoles en voz alta con devoción a quienes para nosotros eran y son nuestros hermanos mayores, una forma de conciencia manifestándose, encantándonos la vida con asombros.

En los pueblos y ciudades que pasábamos convivíamos con todo el mundo en forma natural, no era necesaria una extroversión indiscriminada, la experiencia eso sí adentro del grupo era impregnante, nosotros que de por sí éramos casi marginales del sistema, de pronto conviviendo con todo esto más encima, ahora sí que éramos los locos Adams.    

 

 

 

 

 

 

 

Una herida cicatrizada en forma de hielo   (6)

El domingo diez de febrero de mil novecientos noventa y uno viajamos desde Puerto Varas hasta Angelmo en Puerto Montt. Apenas llegamos tuve un encuentro fortuito con un amigo, un conocido de la niñez. Él y su familia habían sido duramente golpeados durante el régimen militar de Pinochet, su padre había sido nada menos que degollado junto a otras dos personas en lo que fue un triste y famosísimo caso nacional. Me llamó la atención su cambio de carácter, su trato, ahora notoriamente mas frío y retraído, como resentido a pesar de los puentes de afecto lanzados, por supuesto su mutación era absolutamente comprensible. Me quedé pensando, se me vino a la cabeza la figura de una herida cicatrizada en forma de hielo, medite en cuantos otros existía el mismo síndrome, quizá un shock de desilusión del hombre por el hombre, ¿quién repara en todo ello? Cuantas heridas y heridos por todas partes, vivir es un viaje costoso, viaje por un plano psíquico súper cargado, van pasando cosas, y después nos salen costras. Fue un encuentro corto, puede parecer sin tanta relevancia, sin embargo en cada situación de encuentro uno se desborda de alguna manera en la vida del otro promoviendo nuevas reflexiones en su torno, es algo mutuo. Me llegó también el recuerdo de haber sido castigado más de alguna vez por seres humanos degenerados por algún tipo de odio o convicción; Sentí el castigo a los Judíos por los Nazi, a los negros por los blancos, a la izquierda por la derecha, a la derecha por la izquierda, y así hasta la eternidad, etc., Hemos vivido castigándonos y castigando al otro, no conocemos otra manera en esta pequeña y orgullosa historia humana.

Nos movilizábamos hacia Pargua lugar de embarque para llegar a la isla de Chiloé, se sacaban lecciones en el camino, como hemos visto, algunas reflexiones sobre realidades incluyendo la ecológica. Todas éstas curiosamente no nos sometían a su tristeza, paradójicamente mas allá de fijarnos en ese drama del ver, esto mismo que estábamos pasando nos permitía equilibrar nuestra visión más pragmática por sobre la angustia alejándonos de cualquier percepción y emoción mas interesada o de sensibilidad poco ecuánime.

Rodeando el mar entre los renovales de antiguos bosques nativos, por camino Panitao en un medio día luminoso y despejado, a orillas del camino nos detuvimos a conversar con María Lavinia mujer de la tierra, Mapuche y mariscadora, vieja niña alegre y benevolente, tan bonita en su apertura, quedamos todos encantados con su gracia, estaba siempre como parando el mundo, tan descolgada, la frescura de toda la conversación chisporroteaba, tal vez debimos aceptar su invitación a conocer su rancha a orillas del mar y a su hija mariscadora, como ella. Lavinia no tenía ambiciones de grandeza o de superaciones materiales que le implantasen ese sesgo “autocompasivo-resentido”. La malicia no calzaba con su corazón de cholguera, menos la ceguera del que no reconoce lo bueno bueno. Nos habríamos ido con ella a su fogón, pero algo nos hizo continuar la ruta a Pargua, muy suave, bien despacio, a no más de treinta y cinco kilómetros por hora, cero apuro, conectándonos con el entorno. Un gran cariño y respeto nos nacía para con las personas y naturaleza del lugar, era también algo reciproco, los nativos de la zona distinguían nuestras vibraciones tal vez menos avasalladoras o arrogantes, eran comunes los encuentros de miradas y los saludos armoniosos entre todos, como en confianza, situaciones sencillas pero muy grandes. Cuando uno se encuentra lejos de la civilización, pasa que la figura cambia de fondo, nos damos cuenta de mil contrastes diferentes, se acaba la xenofobia en las miradas de la gente, lo raro no molesta, al contrario seduce la imaginación irrigando la curiosidad de la persona aún interesada con algo tan puro en sí como es el ser mismo, tal vez carente de un valor en el mercado, como lo es la “esencialidad”, eso compartible que perdemos a veces en las ciudades o lugares que ecológicamente no son realmente tan viables para la parte de la especie que pretenda sanidad antes que nada. No son solo las grandes y pequeñas ciudades o polos de desarrollo económico los exclusivos portadores de este virus, de este virus de insensibilidad. Mas allá de tamaños físicos, ésta es una consideración de valor abstracto que se debe internalizar, se puede decir que aún el hombre más sencillo  tiene su conciencia, es perfecto, en cambio hombres de mayor complejidad pero confundidos, creyendo siempre tener razón, sí que están más desequilibrados, enrollados, propensos, duros; esto es evidente, menos para ellos, es lamentable. Algo nos pasa en occidente cuando miramos a veces perplejos como los denominados nativos de lugares distantes, que a pesar de su total pobreza y carencias materiales sonríen felices y les da el animo hasta para bailar alegres, esto sucede hasta que invade el turismo opulento. Esto sucede porque están sanos, la figura y su fondo están en concordancia, la guestalt completa, en equilibrio, la figura obtiene un perfecto fondo, llámese fondo social y natural que los hace feliz y perfectos para esa figura del ser o existir. Es lo que tenemos que observar; ¿tenemos nosotros armonía entre figura y fondo en nuestras ciudades? Cada figura o sujeto va cambiando, evolucionando, o involucionando, moviéndose acto tras acto confiado hasta que se modifica su fondo, y cambia su entorno. Cuando el cambio personal como respuesta a un cambio en el fondo ambiental es poco afortunado o poco acertado, se enferma, se deforma la conciencia y hasta no se sabe salir de este decisivo aprieto, y lo que es peor a veces ya ni se quiere ni se sabe salir..

La conciencia no nos castiga con la vida, para eso están los ejemplos vivos de armonía entre figura y fondo alcanzables, sobre todo cuando se hila un poquito más finito, cuando se evita lo evitable, claro que los seres humanos llevamos el handicap de cientos de años de deformaciones heredadas, tonta comodidad, malas interpretaciones variadas, y por ultimo aclimataciones sociales odiosas, adaptaciones que consideramos convenientes por error y flojera. La Biblia también tiene su sabiduría, sobretodo cuando dice que son muchos los llamados y pocos los escogidos, son nuestras propias elecciones, la oportunidad está. Hemos creado tantas instituciones equivocadas, la gente tiene que escoger entre un a la carta de actividades lesas que ni se imagina que están allí por error, que están mal conceptuadas; efímeras pasajeras creadas por el hombre mundano más ingenuo que aún se entretiene sufriendo y jugando un  juego estacional, donde sus ojos están tan puestos y fijos en la tierra que rara vez los levanta hacia donde están los grandes significados y lo trascendente de pasar por esta vida. 

 

Estamos acá, hagámonos todas las preguntas    (7)

Si alguien lanza un virus cibernético a la red, lo encarcelan. Sin embargo un niño con su software en blanco, desprevenido, se ve obligado a tragarse “el virus” de la información “tipo” de su época, con todos esos maquillajes y falsas premisas, todas esas cosas que se dan por sentado, a veces todas con muy buena intención, medias verdades aceptadas, y luego hasta venden el error, después la propaganda se encarga de guiar. , o simplemente la misma coacción de la época, el ideal de la época implantado con todas sus variantes... Si el niño es fuerte, después de mover algunos bultos pesados, saldrá, cambiara de hábitat por ejemplo, que es un factor externo importante, igual quedará expuesto a la presión más subliminal, que en sociedad se hará más fuerte, recurrente, será llevado a la normalidad, confundiéndose atrozmente lo que está “normal” con lo que está “norbien”. De alguna manera el alma humana intuye lo doloroso del proceso de des condicionarse, lo que no significa des adaptarse, y a veces prefiere sumergirse en el sueño colectivo, así y ya...

La vida social mundana corriente nos produce un leve calorcillo, un efecto parecido al de la verdadera integración, es como la mala fotocopia de un consenso maduro emergente, de algo potente más evolucionado, un esbozo de algo futuro. Una de las formas de llegar a este consenso emergente es reconociendo verdades, asumiéndolas en forma activa, después de todo, “el consenso objetivo es un fruto que viene de la verdadera integración a ocurrir entre hombres auto responsables, no destructivos, todo a partir del reconocimiento honesto de sus flaquezas y del tremendo desafío que se les planteó”.

Es difícil que nos planteemos razonamientos profundos en vías a develar verdades, aunque sean verdades de Perogrullo, y es aún más difícil actuar en pro de ellas mismas, diferentes factores convergen para que la verdad no siempre sea aplicada, mostrada a luces, no hay objetividad sin verdad, no hay verdad sin objetividad, estas dos frases forman un perfecto matrimonio que nos lleva a percibir lo fácil que es coincidir en los planos en que la verdad es la reina madre, y la verdad no es algo rígido, un compartimiento estanco, mejor es entender la verdad como una predisposición.

A mayor sensibilidad y conciencia entre todas las partes, más fácil se da estar en consenso total, así se trasciende la torre de babel, lo obvio se entiende. Entre más altura mejor consenso objetivo, ósea el consenso se da espontáneo, se da solo, claro que tiene que estar presente la inteligencia real no solo la pseudo. Al revés de los aparentes y múltiples consensos interesados que se dan en el bajo nivel acostumbrado; como esos advenimientos dados entre partes con el fin de atacar o impugnar al bloque contrario, tan comunes hoy en día, y otros variados consensos egoístas, emocionales. Estos pseudo consensos disfrazados siempre terminan en conflicto, los consensos en los bajos niveles siempre se prestan para el abuso, para agruparse y atacar al más débil, esto pasa ya tempranamente desde la escuela. El oscurantismo de estos consensos menores fragmentarios existe, es algo reflejo del pasado que está aquí enraizado en nuestro presente, es el anticipo, la tendencia inmadura de un presentimiento; el del futuro consenso objetivo. Cuando se observa objetivamente el cuadro del pasado, sin reacción visceral, la tradición y todo eso que ha existido antes, todo eso en eterno conflicto con el cambio, y se lo asume como “lo antiguo versus lo “nuevo”, versus lo perturbador, lo removedor, lo reemplazador, lo iluminador, y si se comprende la génesis de todo el asunto, uno allí tiene la opción de no identificarse más ni con el morbos que pulsa desde arcaico, ni con la lucha en contra del morbos, nada de cruzadas bien intencionadas, ese no es el modo, el modo es amando todo el proceso, viéndole sin sobre reacciones inmaduras, sin rechazo por lo pasado, mejor es complementarle, integrarle, que significa reconocerle su derecho su lugar a lo antiguo y al mismo tiempo pedir en retribución que por favor lo antiguo reconozca y deje tranquilo a lo nuevo; como esto no siempre va a ser posible de conciliar, la verdad de lo nuevo se hace a un ladito otro tiempo, ¡y que se le va a hacer!, solo esperar su turno con paz-ciencia, sin fanatismos, para eso ya ha esperado largamente; “Se hace humilde y pequeñita la verdad celebrando el chiste viejo un tiempo más.,” pero ojo, por supuesto no eternamente, lo cortes no quita lo valiente.

Al llegar a Pargua nos encontramos otra vez entre los turistas típicos en sus automóviles esperando turno de embarque a la isla de Chiloé, volvimos a escuchar ese español golpeado característico de más al norte, era un castellano golpeado, duro, excitado, como apuradito, “cantadito de un viaje”, rudo y de sopetón, acento tan familiar con el mundo de las arduas ciudades, mientras tanto dos enormes nubes como de algodón difuminaban rayos de luz solar sobre el estrecho de Chacáo, cruzábamos a la isla grande, un gran amor me embargaba, perdonaba y me perdonaba.

Como sensibiliza la música, es un lenguaje tan arcano. Tocábamos en cualquier lugar posible nuestras flautas, bombos, y guitarras, ya habíamos entrado a Chiloé, paraíso de la bio-música nuestra pasión de entonces, lográbamos de los pájaros una audiencia, regalándonos ellos una energía vibrante, sinérgica como la vida, los gorjeos, toda esa comunión chorreando amor sin apellido a cántaros. La motivación crece con ímpetus misteriosos entre los árboles de estos bosques centenarios, todo está exacto como fue creado, y no es poca cosa, que aliciente para el espíritu poder canalizar musicalidades insospechadas, sorpresivas que nos llevan a plantearnos tácitamente el origen de tanta fluidez, jamás habíamos tocado con tanta unción como aquí en estos bosques Chilotes reverberantes. Había un Chucáo a tres metros nuestro cantando, nos juntaba una complicidad sagrada. Los pájaros son capaces de gozar las bendiciones musicales del sentimiento, auténticamente, sin prejuicio mental, todos estábamos sorprendidos de la música que nacía casi como ajena a nosotros mismos, simplemente canalizábamos lo que llegaba de regalo para abrazarnos en amor con la naturaleza hermana.

Sentíamos otra vez renovarse el sentido de lo maravilloso en cada instante de este viaje de meditación, no hacía falta nada, por los caminos rurales interiores íbamos despacito, habíamos bajado a quince o veinte kilómetros por hora en nuestro vehículo vivenciando lo inexpresable; de pronto un pajarito cruza de ventana a ventana por dentro del jeep, voló pasando rápidamente entre las dos ventanas delanteras, en ese momento no hubo nada que decir, solo esa hermandad con el todo rebalsándonos.     

                 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

         

                       

                            

    

 


Segunda parte, escritos del viaje

 

Un “darse cuenta” elongado   (8)

La euforia se mantenía en intensidad constante, no podíamos creer lo que estabamos viviendo, no solo por lo antes nunca visto, también por lo antes nunca sentido. Palabras como en río que corre venían a mí desde soplos celestiales, certezas del alma que tratábamos de capturar en el papel afanosamente hasta que constatábamos la inutilidad de tal empresa, nos movíamos en un reino de profundo sentimiento, tan distante a la palabrería, en un punto de encaje o punto de ser tan alejado de “lo habitual”, sobretodo para éste aveces así llamado “santo planeta purgatorio”. Era bello acceder, por decirlo de alguna forma; al como ultimo sentido de tantas cosas, a la quintaesencia de un sentimiento al cual no se le puede hacer propaganda, una concentración cualitativa del caudal vital. De pronto de nuevo nos venían frases como en juego, y las anotábamos, aforismos tales como; “Hay que hacer gestos al espíritu”. “El encuentro era todo”, también otras como; “No hay yo, no hay ellos”. “Mi salvación es su salvación, tu salvación es su salvación, su salvación es mí salvación”. Todas frases hondamente terapéuticas que llegaban como regalo en el momento justo, frases sencillas pero infinitas. A veces las frases eran un poco fuertes, como caricaturas proféticas de un humor negro, por ejemplo: “El ángel malo se va a chamuscar en estas épocas, el ángel malo no existe como persona o entidad, existe como tendencia”. “Hay unos que sienten rabia y no miran al cielo, no miran al sol la luz omnipotente, están tan fragmentados en personajes”... “El cínico individualista tiene que urgente dar paso a la fuerza unificadora”. “Se hace difícil congeniar, la energía en los rostros ya no esta para congeniar mucho por los ojos con nadie. ¡Qué vengan los ojos nuevos!”. Cada aforismo nos traía, risa, sorpresa, reflexión, entusiasmo, inquietud.

No olvidemos situarnos también en la escena real del momento mundial en que pasaban estas cosas, pensando que en Kuwait se desarrollaba un conflicto de sangre, bélico, que impregnaba con esa sórdida vibración a todo el resto del órgano planetario, recuerdo que se reportaba desde el foco mismo, con reportajes “Hit”  desde el frente, podíamos ver con precisión los miles de kilos en bombas lanzados, los relatores de la guerra semejaban por su pasión a relatores de boxeo, los periodistas asumían un halo heroico, discutían por TV como expertos en mesa redonda, y entre ellos se notaba una sabrosa conversación., anticipaban pasos y estrategias de  guerra. Tampoco falto el chileno que partió a luchar por la causa. Estabamos todos mejor informados que nunca, gracias a una de las cadenas de información Norteamericana de TV la que se adjudicó sendos golpes noticiosos que le reportaron gran éxito para su consolidación. Ardían los pozos de petróleo en momentos que las estadísticas abrumaban con lo serio de todo el problema ecológico mundial, verdaderamente un drama, miles de especies de flora y fauna deteriorándose, la emergencia de la capa ozono, el clima cambiando, una debacle que pocos recepcionaban en su total magnitud, como si nadie quisiera sacrificar ni un juguete por la madre naturaleza, poca consideración, que decir por las generaciones futuras. Aun estando lejos al sur del mundo no olvidábamos a donde realmente estabamos, cual era el plano, siempre algo lo recordaba. Estas visiones de la realidad tampoco nos quitaban el sueño, simplemente reconocerlas equilibra el peso del alma para ubicarse; es tan fome vivir evadiendo, engañándose, más bien pasaba que valorizábamos mejor la naturaleza que va quedando intocada por la ambición, su luz inexplicable, su aroma virginal, y la benéfica ausencia del generador del conflicto.

La naturaleza salvaje intocada, espontanea, es arrebatadora, tan dulce, exenta de distorsiones, de facetas neuróticas, y peligra; porque solo los más sensibles la aprecian más allá del clisé, y también reconocen en su propio espíritu la “necesidad” de su salvajura. Lamentablemente es típico de algunas personas menos evolucionadas negar la trascendencia de los problemas de sensibilidad ambientales con excusas pseudo científicas de ingenieros, más interesadas en el bienestar de la empresa que del ser humano mismo, incapaces de respetar sensibilidades que no han experimentado o vivido ellos mismos, tal vez ni en sus sueños han imaginado otras coordenadas., Suceden abismos entre comprensiones.

Era Domingo en la noche, y cenamos un maravilloso curanto con chapalele y puré de manzana, estabamos en Castro una ciudad todavía hecha a escala humana, al menos en ese momento. Recorrimos sus calles, su plaza, su bella iglesia, adonde visitamos una exposición de variada pintura local, hermosas pinturas motivadas por toda la exuberancia de la mitología Chilota. Frente a nuestro hotel a orillas del mercado en una plaza nos detuvimos a tocar música, estuvimos sentados en el pasto de esa plaza con personas del lugar, otros viajantes como nosotros, y pronto se sumaron algunos músicos ocasionales a improvisar, en un momento todos estabamos integrados y conversando, fue un bonito y fugaz encuentro. Al otro día amanecimos con vista a la pintoresca caleta, bajamos del cuarto por las alambicadas escaleras del viejo hotel al barullo de la feria que está justo al frente, fue más que entretenido conocer otra gente y comprar algo de lana mientras los niños tomaban helados por el lugar, todo en una soleada mañana de lunes. Conocimos por allí a un Argentino que tenía la grata virtud de no tomarse tan en serio, era suelto de lengua y bueno para reírse de sí mismo ironizando con partes diletantes de su pasado el que abría sin complejos simpáticamente, era industrial pero con un cierto sentido “Acuariano”, y como buen intelectual Argentino bien adepto al psicoanálisis Freudiano. Con él hablábamos de  forma muy consensual, su pareja era psicóloga, también una buscadora, inquieta, muy cálida, no daban ganas de irse de aquel lugar, se acercaron también otras personas espontáneamente a conversar, por el puro gusto de compartir y empatizar, toda gente muy colorida fácil de querer.

 

 

 

Cucáo el aviso   (9)

Partimos con destino a Cucáo, que significa lugar de brujos, Cucáo era la selva misma, vegetal, húmeda, hermosa zona caminada por algunos mochileros y otras personas suavizadas por el ambiente bucólico. Manejando por el bello paraje alcanzo a distinguir de reojo en otro auto que pasaba en sentido contrario a un amigo de Santiago que se detiene unos metros adelante, nos saludamos con gusto, también el andaba en grupo, me cuenta donde esta acampando y nos invita a pasar más tarde en la noche a participar de una fogata. Allí conversando en el camino le resumo antes algo de nuestras vivencias, algo de esa fuerza que nos mantenía magnetizados, las observaciones en el cielo y otros comentarios relacionados. La emoción me hizo apresurar tal vez demasiado la lengua, a contar demasiado, pero es que queríamos compartirlo todo, no lo podíamos evitar, estabamos peor que niño chico, era completamente nuevo estar viviendo algo así de cósmico día tras día, y aún más lo que quedaba por venir. Quedamos de vernos esa noche en la fogata que harían cerca de la laguna Cucáo. Cuando llegamos a la fogata, que estaba en realidad casi a la orilla de la laguna, lloviznaba, presentía que algo sucedería, la experiencia que estabamos viviendo era grande, la sentíamos como una energía siempre presente como en el aire, algo muy indescriptible, además que estabamos siempre en constante estado de alerta por los fenómenos que estabamos atestiguando. Al despedirme, me aventuré a decirle que esa noche podríamos tal vez ser testigos de algo especial en el cielo, cosas que uno dice sin pensar, de corazonada, estaba lloviendo finito desde hacía rato, el cielo estaba cubierto y abovedado. De pronto más tarde cuando ya todos estábamos compartiendo alrededor de la fogata, disminuye la intensidad de la lluvia y se abren cuatro círculos en las nubes dejando ver cada uno un lucero refulgente en el medio, eran cuatro círculos como verdaderos agujeros, hoyos perforando la nubosidad, dejando ver a su través un cielo nocturno estrellado, había un lucero en medio de cada circulo, lucero en movimiento tenue y refulgente. Mientras tanto en el horizonte casi a ras del suelo brillaba otra energía, era un lucero de colores ambarinos intensos parecido a una estrella grande en leve movimiento, su luz se reflejaba en el agua en la orilla de la laguna justo a nuestro frente. Estábamos nosotros y mi amigo anfitrión que iba y venía nervioso puesto que había como rollos entre sus amigos, los que estaban recogidos en las carpas, estaban como apáticos, con poca energía y metidos en sus carpas, discutían, no querían ver a nadie, mi amigo miraba desde alguna distancia, mudo. Tres de nosotros nos sentamos en la orilla observando la luz y su reflejo en el agua, era alargado, rectangular, reflejado a la distancia por el lucero. Meditamos pronunciando el mantram “Om”, sentados en la orilla, todos  en la postura del loto, el reflejo en el agua se movía lentamente sobre su eje apuntando a cada uno de los tres por turnos esporádicos, proyectado por el lucero grande que no dejaba de brillar colores esmeraldas, también tonalidades rojizas y amarillas. Carola, Peyu mi hijo mayor y yo, coordinábamos el “OMM” a viva voz con todo el calor del alma, orando por el planeta, su gente, sus aves, su flora preciosa, en el fondo maravillándonos. La presencia estelar nos tranquilizaba, el solo hecho de manifestarse lo interpretábamos como de buenos augurios, alguien definitivamente nos acechaba desde lo alto y lo bajo, ya nada podía ser tan grave.

Notamos que nuestro amigo anfitrión estaba muy hiperquinético como para compartir con nosotros esta vivencia, aveces se detenía a observar en silencio y entre sus movimientos emitía algún juicio de admiración ante algo tan evidente frente a sus ojos, pero a continuación hacía una  racionalización más escéptica, la que callaba luego cuando el lucero hacía algún movimiento mas ostensible.

Regresamos a Castro sin una gota de sueño con la presencia de una consciencia omnisciente en todas partes, una compañía indefinible, y le tomábamos en cuenta en todos nuestros diálogos. Los dos niños más chicos, Cata y Nicolás, dormitaban atrás en el jeep rendidos de cansancio, atrás también quedaban nuestros apáticos amigos desencantados, después supe que dos de las tres parejas que estaban esa vez en la fogata se habían separado peleando con posterioridad, algo especial pasaba con ellos, había conflicto, eran un grupo peculiar, que existe en todas partes, socialmente pertenecían a algo así como a la “taquilla cósmica”, sobrenombre risueño que le daban a ciertas personas mas nuevas que frecuentaban maestros bastante “in”, mucha fiesta con incienso, mucha búsqueda de status místico, superficialidad, y todas esas cosas que desvirtúan, que tienen más que ver con la periferia espiritual, con la compra de pomada, y sobretodo con el orgullo espiritual; un jet- set  de lo holistico., seguramente en su juventud del alma mucho mas amantes de la “organización de la sensación” que de una búsqueda profunda y humilde. Cuesta dejar el ego a un lado y ser bonito, puro, crecer sin malicia mal humorada, todo eso que nos hace grises y sufrir también.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tepehuéico, iniciación cósmica, aventuras del sin nombre   (10)

El martes doce de febrero del noventa y uno después de desayunar lenta y relajadamente, salimos de Castro a medio día rumbo al lago Tepehuéico un poco más al sur en el mismo Chiloé. Ya era el quinto día de andar “acompañados”. , Un día de días, hermoso, el más despejado de todos. Nos introducimos en un camino angosto y solitario rodeado de verdor a orillas de ese lago de aguas rojas, aguas impresionantemente rojizas. El fenómeno de sus aguas rojas se explicaba por el efecto de los pigmentos de las maderas nativas que existen al rededor, por influjo de las cortezas rojizas de los numerosos troncos de arboles que lo orillaban, inclusive algunos salen desde el agua en la orilla. Otra cosa especial con respecto a este lago eran sus orillas plagadas de piedras, no de cualquier piedra, playas de piedras fósiles con formas y texturas de cortezas, piedras fosilizadas restos de antiguos arboles, cortezas petrificadas, algo muy bello, rodeado de naturaleza indómita, un paraíso todavía en ese tiempo. Nos bajamos del jeep y caminábamos por la orilla hacia el oeste siempre acompañados por un mar de tábanos, bichitos que nos acechaban todo el tiempo, eso no nos importaba nada al lado de aquel cielo azul como esmaltado, apoteósico, no recuerdo haber visto antes nunca otro cielo azul tan profundo como el de aquel día, y contrastaba aún más con el color del agua rojiza y el iluminado verdor de la selva, la que nos rodeaba tupida hasta el mismo borde de lago. Nos adentramos por el bosque un momento a tocar nuestra flauta y guitarra, practicábamos con Peyu entre la humedad de los helechos, entre zanjones bajo el bosque y los aromas a frescor, sobrevenían melodías como angélicas de gran intensidad, músicas realmente nuevas, sorpresivas para nosotros, llegaba a ser algo extático, eran como alcances elongádos de la existencia, altas octavas de polifonía, los animales de allí lo presentían, era evidente por sus comportamientos confiados y sin temores, sus acercamientos progresivos; En los pájaros, sus fuertísimos cantos dramatizaban el entorno, todo el bosque sabía que pasaba algo, algo misterioso y santo, algo incalculable, todo anunciaba; ¡aquí esta pasando algo!, mientras la música cantaba, el recogimiento se palpaba en el aire. Yo sentía mucha energía sentimental pujando, un estado de agradecimiento total por estar, simplemente de ser, de estar aquí no solo como cuerpo, si no como parte interdependiente de la inteligencia.

La percepción de la unión con algo tan poderoso, tan superior a nuestras fuerzas y definiciones cotidianas es algo escalofriante, pavoroso en el mejor sentido, es un saber consciente como alma perceptora del amor universal y del bien cósmico existente, un estado de gracia, de unicidad, en presencia de una gran fuerza penetrándonos profundo con un bello sentido de estar comunicados absolutamente con la totalidad, “ello” transmitía calma, era algo así como estar participando en los inicios de otro departamento evolutivo, en el cual veíamos que éramos visiblemente bienvenidos, rodeados con un amor precioso, indescriptible. En la alegría y plenitud nuestra se volcaban verdades que aún faltaban por calzar, por interiorizar, todo sucedía vertiginosamente en gran fluidez, despejando, auto barriendo malformaciones psicológicas, limando asperezas y torceduras, explicando sin palabras, jugando sin gravedad, en total aceptación y con una tremenda ternura por el plano, emocionados simplemente por la belleza del fenómeno de la vida, la preciosa vida orgánica, la ternura de su inocente viaje evolutivo desde el pedrusco al gusanillo, pasando luego por faces de insectos hasta llegar a ser felices parejas de aves cantoras inmensamente libres, después posteriormente delfines y otros animales superiores hasta llegar al hombre, ese al que más nos cuesta amar y perdonar, ese que aveces tiene que perder la inocencia para volverla a recuperar.

En un instante, después de estar buen rato en el bosque salí al claro y me acerque a la orilla del lago, observe al sol traspasando la atmósfera cristalina bifurcándose en pequeños y brillantes rayitos de luz que iluminaban las hojas dándole matices al follaje, Carola estaba también en la orilla, el día estaba totalmente despejado, en ese momento se vieron dos luceros en el profundo azul del cielo, era algo insólito para ser más o menos las cuatro y media de la tarde, me quede observándoles entre los rayos de la luz del sol, se movían en forma tenue, algo paso en mí propia cognición en ese momento que logré un cabal conocimiento del porque estaban allí y qué pretendían comunicarme, comprendí entonces que me indicaban mirar hacia el sol, se quedaron detenidos entre nosotros y el sol, entonces me acerque hacia el lago y sumergí entera las piernas mientras mis ojos no dejaban de mirar directamente al sol, se escuchaba que había un gran alboroto de pájaros desde el interior del bosque, algo que crispaba todo el ambiente, yo miraba al sol medio sumergido en el agua, de pronto como que calló un telón interior y vi al sol como lo que realmente era, alrededor habían muchos tábanos acosándome en ese momento, los que extrañamente salían como repelidos, disparados al agua que me rodeaba, arrojados de espalda cuando se me acercaban a picar, había un clima especial, todo estaba rodeado intensamente de amor, amor en volúmenes desconocidos, empecé a “ver” al sol, y sentí al sol literalmente enamorándome los ojos, no se definir ese concepto, como un padre llamando a su hijo a reconocerlo, como diciendo; “mírame sin temor que para eso son tus ojos creados por mí, tu llevas mi energía, eres polvo cósmico que siente, vuestros ojos son los ojos que me deleitan con sus visiones, con su consciencia, no temas mirarme, acá soy el padre, esa luz que todos buscan, ¡tú soy yo mirándome!”. Me embargaba un amor de hijo, de hermano con el sol, ese ser radiante semi incognosible, al que yo no le dejaba de amar y mirar con ojos nuevos, profundizados, alcanzados por una revelación, revelación tan majestuosa, era como calzar un punto de encaje, de engranaje, en que el sol se mostraba del todo protagonista., era como un estallido de comprensión. Me llegaba la claridad de consciencia para percibir tantos misterios, en una micronésima de segundo entendía, aunque no sé si entender es la palabra, la relación de amor profundo entre el sol como espíritu y la madre tierra fecundadora, había allí una pasión cósmica sintiente, magnifica en este santo señor sol de los rayos increíbles que ni mas ni menos hacen crecer vida. Me quede observando directamente al sol con los ojos, recibiéndole por horas y sin malestar ocular alguno, estuve re descubriéndolo como lo que era, un espíritu, sí, un espíritu, una entidad, alguien vivo y muy grande, consciente, ciento por ciento vivo. Mi mente estaba muy despierta, lúcida, muy consciente de todas las situaciones a mis alrededores, noté que la sombra de un arbusto cercano en relación a unas toallas puestas en el suelo no avanzaba ni se movía a pesar de haber transcurrido ya bastante tiempo, sentí cierta voluntad potente del sol actuar, detener y eternizar a destajo esta situación, ese momentum, esa conexión de origen espacio temporal misterioso que tal vez nunca se sabría bien explicar, algo que abarcaba tanto lo mío interno como así también lo externo. Yo no dejaba de mirar al sol, podía mirarle sin molestia alguna, al contrario mis ojos estaban siendo atraídos en su luz de forma completamente natural, como si fuera ese su fin, su función biológica más ultima, entendía que mirar la luz solar era parte integral de su función de existir. Sentía que todo era como si el sol se mirara a si mismo por mis propios ojos, que paradójicamente a la vez eran los suyos, percibí un poder tremendamente activo en el sol, viví su intención y muchas comprensiones mayores, sentía una relación de amor de tú a tú con él, una comunión solidaria, me caían lagrimas emocionadas, devocionales, había allí un dialogo inefable y emocionado frente a tamañas realidades de la vida a descubrir. Todo esto era mucho más impactante que haber visto naves o cualquier otro suceso anterior, no se puede comparar, no se puede explicar pero esto era algo sublime entre lo sublime, la cúspide de un proceso grande.

Carola estaba a la orilla, y yo sumergido en el lago a poca distancia, con el agua sobre mis rodillas. Mientras pasaba todo esto notamos algo raro a lo lejos en el lago; un movimiento en el agua avanzando de forma ovalada sobre su superficie, sería de unos cincuenta metros de diámetro, avanzaba como en travesía acercándose lentamente a la orilla, era una ebullición sobre el agua, algo invisible crispaba la superficie del lago y la hacía levantarse como miles de gotas hacia arriba, como miles de pequeñas estalactitas de agua, y avanzaba hacia nosotros con un sonido semejante al que producen los grandes transformadores eléctricos, se acercaba cada vez mas hacia mí que estaba completamente en el agua, en ese momento pense que me iba, aposté a que esto era el epílogo de un viaje y tal vez el comienzo de otro, ya eran muchas circunstancias extraordinarias seguidas, entonces volví mis ojos al sol con lagrimas de agradecimiento, era un sentimiento de plenitud unificado y realista, una sensación de ser parte del sol y al mismo tiempo un bebe que nace a otras extensiones de la consciencia. En un instante contemple mi posible partida a medida que se me acercaba la aureola de agua ebullente, la que ya se aproximaba más y más a mi cuerpo, pues en la dirección de su desplazamiento estaba yo ubicado directamente. Era tan fuerte y tan grande la experiencia de vivir y ser testigo de un acontecimiento cósmico de este tipo, y más aun sumado a todo lo de días anteriores, así que sentía incertidumbre, me preguntaba adonde iba a llegar este tremendo proceso. Carola desde la orilla me pidió con urgencia que saliera del agua preocupada de las consecuencias que me traería hacer contacto físico con este fenómeno en movimiento directo hacia mí. En ese momento dudé ante el asomo de algún temor depositado en lo hondo de mi ser, que comprendía cabalmente que fuerzas mayores me estaban calando a los niveles más profundos de mi energía, y me di al poder que a mi destino rige, me entregue con el fervor de un niño entregado a las fuerzas extraordinarias que lo superan en inteligencia y fuerza, fuerza que aún no se comprende en su total alcance, aunque siempre permanecí sintiendo que estaba todo bien y perfecto, nada estaba oscuro ni denso, a pesar que presentía me podría ir con la aureola de agua crispada a algún otro fondo del universo., Al menos cabía esa posibilidad, y yo amaba a mi joven familia, tampoco quería dejarles. Entonces me empezó a cruzar por el cuerpo la forma de aureola en el agua, pasaba vibrando entre mis piernas, veía como se levantaban como pequeñas estalactitas de agua del lago, eran muchas, todas al interior de una zona móvil ovalada bien demarcada en el lago desplazándose, el sonido se hizo más intenso, como una vibración, comencé a sentirme visto, observado, escuchado, auscultado interiormente, me sentía desnudo de alma, trasparente, observado hasta en mis rincones más lejanos, sentía como me tocaba, también veía como se levantaban entre mis piernas las gotitas de agua unos cinco centímetros y volvían a caer por gravedad a esa altura, y el sonido como de transformador eléctrico se incrementaba al cruzar por mí, musicalmente removía todo haciéndolo vibrar, para expresarlo de alguna forma; era como vivir un acto supra sexual con la totalidad, una fuerza hermosa me rodeaba, fuerza que yo sentía poderosa unificadora que a la vez me observaba, nos atestiguábamos. El sol actuaba como una tercera energía presente, había un amor tricéntrico, la tierra, el sol, y nosotros como parte de lo orgánico se deleitaban en la suspensión del tiempo., sentía una omnipotencia alrededor manifestada por una jerarquía superior, y nos vivenciabamos amándonos, circulaba una profunda sensación de cariño, cariño por sí sola, por sí misma, sensación poco dirigida, cariño general. De pronto a alrededor de mi cabeza llegaron unos pequeños insectos voladores, que con el sol resplandecían dorados, me rodeaban la cabeza como una escafandra, eran muchos y pequeñitos, producían un sonido muy semejante al de la aureola que marchaba efervescente en el agua del lago. Al mismo tiempo que todo esto sucedía, afuera del lago a sus costados en la selva Chilota se escuchaban fuertes cantos de aves, llegaban a ser gritos sordos, graznidos y otras voces semejantes a aullidos excitados, como que los animales del entorno participaban del hecho, se sabían cómplices de aquel acto, ellos los animales del lugar sensibilizaban el fenómeno, de alguna forma percibían que lo que estaba allí sucediendo era de una magnitud muy especial, supra humana. El hecho de escuchar así “gritando” a las aves me confirmaba aún mas que aquí estaba pasando algo realmente portentoso, algo bien objetivo, perceptible por cualquiera del plano. Se ubicaron esos pequeños mosquitos voladores en todo el contorno alrededor de mi cabeza, entre yo el sol y esa aureola vibrátil pasándome bajo los pies, tal vez todo fue en pocos minutos, los bichitos voladores sobre mi cabeza eran mis hermanos, y los bese con el gesto, ese era el estado que existía, supe interiormente que parte de su misión podía ser proponer a mi mente un sonido ambiental ad hoc al sonido del aureola del lago, un bzzzz, que explicara racionalmente el murmullo vibratorio sobrenatural que estabamos escuchando de esa otra fuente desconocida, comprendí que los bichitos voladores y su sonido eran una especie de camuflaje consciente para perturbar la percepción acústica que nosotros con Carola escuchábamos claramente provenir de la energía que se desplazaba alrededor invisible crispando el agua, tal vez los bichitos eran también una forma de poner a prueba a la consciencia más superficial que tenemos, disfrazando una acción para no hacerla tan obvia, y de pasada darle una coartada paralela a la mente por si es que estaba poco preparada para experimentar esa cumbre. Sonreí interiormente de la delicadeza sutil de esos métodos, que demostraban conocer tan bien esta frágil naturaleza humana, sentí que culminaba un proceso iniciado cinco días atrás en Panguipulli; un viaje conjunto de amor y simpatía, acompañados de espíritus ya avezados, los ovnis nos habían guiado hasta el sol profundo, jerarquía cósmica de este plano, ese astro que no tiene ni el asomo del ego que lucimos nosotros los pajaritos nuevos de la consciencia, nosotros los seres humanos que aveces personalmente queremos brillar más que el sol.

Se había renovado constantemente el sentido de lo maravilloso en nosotros, aunque desde ese primer encuentro de aquella noche en el camino cerca de Panguipulli, me quedo claro que faltaba un largo camino hacia delante de depuración personal, eso no era sin embargo ningún impedimento para celebrar, todo era inesperado, nada se daba por hecho, al contrario, se operaba desde un punto de vista hiper realista con la sensibilidad en que se ve la gracia de Dios omnipotente en su magnitud más misteriosa, recojiendose nuestro espíritu ante ese poder tan armónico. Algo me hacia estar alegre, especialmente emocionado, era el sentimiento de enlace con todo aquello que estaba sucediendo, emoción que se duplicaba al saber claramente lo pequeño que soy, al enfrentar las inmensas posibilidades de dicha y concordancia absoluta posibles, entonces pensé lo dura que es nuestra vida en este plano de consciencia más adolescente, . Lo dura de nuestras misiones, y la infinita compasión de la “fuente” y por supuesto la de nuestros hermanos mayores del universo. Era vivir en continuada consciencia acrecentada, y sin psicotrópicos o agentes catalizadores, era un estado de lucidez alejado de cualquier estado marginal y poco objetivo de la consciencia. La consciencia acrecentada era éxtasis trascendental, ligereza de espíritu y absoluta confianza en las leyes del cosmos.

Pienso que los seres extraterrestres de las evoluciones siguientes un poco más adelantadas a la nuestra conocen la importancia de actuar en pro del bien cósmico, y qué es lo que eso significa, que es lo que eso significa en sus significados y acepciones más sutiles y menos sectarias, vi en parte hasta donde lo profundizan. La “supra dimensión” es una dimensión de profundidad, un equilibrio santo de condiciones en la que el amor es central.

La aureola en el lago siguió desplazándose y con ella los mosquitos abandonaron el perímetro de mi cabeza, salí del agua y ya nunca volví a ser el mismo.

 

Se va armando el rompecabezas   (11)

Son tantos los encuentros y contactos con las energías extraterrestres, especialmente con diferentes tipos de naves, todo desde aquella vez sagrada. Eso nos motivó a tanto trabajo intenso de auto conocimiento, de purificación, del cual aún estamos continuadamente aprendiendo, aprendiendo algo hasta cierto punto aterrizado, de la vida diaria, sin gravedad o pose, nada de eso, todo lo contrario, en lo simple, abrazando todas las cosas e instancias de la vida y encontrándoles su color. Amar es la regla de oro que hay que profundizar en esta tierra maravillosa, todos tenemos esta capacidad, solo que el “entusiasmo-energía” es distinto de unos a otros. A algunos les falta interés profundizador, simplemente por la mecanicidad más primaria, atávica, hereditaria. La voluntad ayuda a frenar la acción inadecuada (el mal karma) transformando la rutina en asertiva diversidad, comprendiendo bien nuestro rol frente a nuestras opciones. Cuando la imaginación logra captar el susurro del espíritu, algo cambia al derredor, surge una esperanza, vislumbramos, nos damos cuenta del trabajo interior necesario para bendecir los días. Hay formas increíbles de bendecir los días, unos estados de dicha, plenitud y agradecimiento muy grandes, esto existe, se agradece la experiencia expansiva con recogimiento, sensibilidad, otorgándole un hondo valor al cambio constante y sin temor. Con un apuro calmado, se va discreto, muy apasionado y al mismo tiempo refrenado, refrenado, no auto censurado, y en un amor grande por los que son de este sueño anaranjado de la vida, ya no te resistes más al juego, sacas lo mejor de cada experiencia, no importa tanto la adversidad, también sacas algo de ella, tu frescura no se marchita con lo externo, externo e interno es igual, el brillo de los espíritus nacidos sabes que te acompaña, incluso y más todavía en tus caídas recurrentes. Lo contrario a este espíritu de amor nos afea, nos ensucia la mirada, tal vez  nos enferme, la mayoría de las personas en algún momento llegan al punto “G”, en el que se ven en el gran espejo tal como son, y de allí dependiendo de nuestras propias opciones surge lo maravilloso, “la edad de la razón”, la posibilidad de madurar espiritualmente, lo que no es un asunto cronológico. Muy pocas personas en este mundo han sido capases de verse más allá de la mente, sin auto indulgencia, sin evasión, y sin pesar culposo auto compasivo. Pasar esa barrera no es fácil, pero tampoco es difícil.

A vuelta del viaje vinieron también otras dinámicas, otros viajes, una intensidad desenfadada y creativa, la que se tradujo en música, pinturas, escritura, reuniones sociales,  recitales con mi grupo “Nimbus”, y en general mucha acción y energía en movimiento. Empezamos a ser testigos de naves con formas físicas bien determinadas, algo impresionante por lo continuado y maravilloso de los avistamientos, ya podíamos distinguir cuales eran naves extraterrestres y cuales eran simples aviones, ¿cómo? ; por sus auras psicológicas tal vez, por la forma de sus desplazamientos super pausados y respetuosos, por el brillo de sus luces, incluso a gran distancia las notábamos y meditábamos en amor, los veíamos en los momentos más oportunos de nuestras personales vivencias, estábamos a su disposición, sentíamos un respeto especial por estos eventos, así que nunca nos interesó proclamarlo ni menos contarlo a esos expertos algo ansiosos agrupados en sociedades de investigadores del fenómeno UFO, solo lo divulgábamos a la persona indicada, en el momento propicio, la mayoría amigos, y en forma alejada de cualquier espectacularidad. No tengo una mala impresión de los investigadores de OVNI, solo que la forma en que se da la relación es distinta, yo nunca pretendería querer comunicarme con ellos, con los de las naves, para hacerles preguntas o tomarles fotos, interrogarlos o investigarlos, ni en nombre de la ciencia, ni siquiera aún para el supuesto beneficio de la humanidad. No poseo simple curiosidad, o mejor dicho mi curiosidad es menor que mi respeto, respeto a las leyes que rigen estas relaciones. Al revés, siento esta experiencia como la continuidad natural de un proceso al cual se llega por afinidad, por “su” decisión expresa, por exclusiva gracia de la fuerza mayor, en este caso ellos los de las naves. Esto no es como ver algo que te fanatice, transformarse en un UFO fanático, para mí siempre “ellos” han estado, existido, los intuía primero sin verles, son parte de nuestro proceso espiritual en algún punto, parte de nuestro proceso de espiritualización, siempre fueron un hecho para mí, cuando leí el antiguo Bhagavad-Gita años atrás, también ese libro me lo sugirió en sus páginas, y ahora que las naves forman parte activa de mí experiencia, me parecen algo tan natural, propio del plano en que se habita, solo ellos saben cuando, porqué, y con quién se relacionan. He pensado, al estar frente a algún avistamiento, en el que me dejen subir a la nave con ellos, eso hasta el momento no ha sucedido y lo comprendo perfectamente, acepto agradecido hasta el nivel en que ellos se quieran relacionar, y observo cuales son los frutos de sus aproximaciones, esto es algo sutilmente significativo para mi evolución, cuando estoy en su presencia, como que expando mis capacidades cognitivas y de gozo a un nivel en que todas mis preguntas e interrogantes se contestan solas, se deshacen en una emoción que no deja espacio a palabras, a deseo, y mucho menos a preguntas. Frente a “ellos” me siento una individualidad impersonal, en ese momento todo lo personal, lo del personaje, me parece menor, sobretodo contrastado con esa energía sobria impersonal que se contiene a si misma. Uno sigue existiendo como personaje individual, pero diferente, abierto a funcionar como al servicio de un todo, sin que eso signifique mover grandes palancas, o acciones forzadas y artificiales, es algo indefiniblemente descansado, después queda la consciencia de misión, a qué viniste esencialmente, socialmente, cuales son las áreas que te quedan por trabajar y aportar tu granito de arena sin stress.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La nave grande    (12)

Una vez memorable sobre la ciudad de Maipú había una gran nave, una lenteja gigante, calculo del porte de un gran estadio de fútbol, esto lo puedo establecer ya que se encontraba solo a unos ochenta metros de altura frente a mí, sí, algo difícil de relatar, un gran disco plomo del mismo color de la noche, en plena ciudad, estaba muy mimetizado con el color de esa noche gris, el gran disco no tenía ventanas, al menos no las vi bajo su parte inferior, tenía un gran foco de luz frontal potente como de tren y abajo equidistantes entre si cuatro pequeñas luces; blanca, verde, amarilla y roja repartidas en cruz alrededor de su amplia circunferencia, estaba completamente detenida y lo había estado por un par de horas o más, lo sabíamos ya que desde mucho antes, muy de lejos desde otro barrio la teníamos detectada por su tipo de luz. Recuerdo que estando en el parque de Pedro Valdivia norte junto a unos amigos del norte, cuando ya nos estabamos despidiendo, en los faldeos del cerro San Cristóbal, juntos pronunciábamos ese masaje simbólico que es el ohm para el espíritu, y desde allí la observábamos en el horizonte. Cuando les dije que esa luz lejana era una nave, ni yo mismo me lo creí, me dio la impresión que ellos no quisieron llevarme la contra, callaron, eran personas de cierta delicadeza y religiosidad, pensarían quizás que aseverar eso desde tan lejos era parte de mí fervoroso misticismo, hasta yo mismo en ese entonces dudaba frente a las naves, aveces estaba seguro, otras dudaba hasta que me eran visibles a corta distancia, hasta que me eran claras y cercanas. No fue poca mí sorpresa, esa luz estaba allí detenida, pequeña, lejana. Tomé la avenida costanera y me dirigí rumbo al aeropuerto Pudahuel a buscar a  Carola que allí trabajaba, en todo ese trayecto no deje nunca de ver y seguir esa luz, y en mí corazón sabía lo que era. Cuando Carola subió al auto le conté resumidamente todo lo que estaba pasando, tomamos Americo Vespucio hacia el sur, Maipú estaba en nuestra ruta a casa cerca de Melipilla. Seguía estando allí esa luz cuando nos acercábamos a Maipú por calle Pajaritos, en un momento estando ya muy cerca pense que la luz era el foco de una torre, de cerca era un foco fuerte, potentisimo, que impedía ver todo lo que había detrás suyo, cuando estuvimos cerca frente a frente del foco pense que era un avión, sobretodo al notar un leve movimiento, pero cual fue la sorpresa, sorpresa que aunque uno sepa o tenga la corazonada igual existe llegado el momento, porque al pasar bajo la línea del foco (parecido a un gran foco de tren) observamos una tremenda nave circular prácticamente encima nuestro, estaba allí mismo a pocos metros, eran las nueve y media de la noche, puse los intermitentes y nos detuvimos por completo, me baje a mirarla, la calle iba repleta de autos, nadie se preocupaba más que de tocarnos la bocina y proferir más de algún insulto por nuestra extraña y atrevida detención, parecía como si las personas estuvieran programadas para no mirar hacia arriba y apenas hacia el lado, todos como concentrados en sus propias circunstancias, los autos nos pasaban acelerados e iban tan determinados que aunque de seguro mirasen rapidito por un instante, no captarían algo tan fuera de la lógica de su imaginación, además la nave se mimetizaba muy demasiado bien con el color del cielo marengo de esa noche, yo trataba de observar detalles, la gran nave entonces se empezó a mover, delicadamente, desapareciendo de nuestra vista perdiéndose entre los techos y lomas de ese barrio, en algún momento estuvimos a menos de cien metros de esa gran nave lo que para nosotros fue muy grande, demasiado maravilloso. 

Seguimos viaje a casa por la ruta a San Antonio, lo increíble es que veíamos al disco navegar paralelamente a no tanta distancia nuestra y en el mismo sentido, un poco más hacia al norte. Ibamos por la autopista, por la ruta setenta y ocho, doblé y me dirigí a la parcela de unos amigos en el Páico, entré por el camino interior de su propiedad. Lo increíble es que la enorme nave, el disco gigante, iba justo en ese momento navegando en dirección nuestra a unos quinientos metros de altura, justo encima arriba nuestro cruzando por sobre el potrero. La vimos pasar sobre nosotros siempre girando sobre su eje al avanzar, inmensa, algo impresionante, bajé rápidamente del auto a contarle a mi amigo dueño de casa, el cual se encontraba en ese momento atareado viendo un importante partido de fútbol de Colo Colo, era el año en que ese equipo salió campeón de una copa internacional, en fin, cuando pude lograr llevar a mi amigo al jardín ya era tarde para ver algo, solo me quedó contarle, ya no con muchas ganas, lo que habíamos pasado. 

Personas podrán preguntarse el porque de tantas vivencias espectaculares y extraordinarias, con toda justificación podrán preguntarse la verdadera razón de todo esto; Solo puedo decir que yo mismo me lo pregunto, más allá de mis hipótesis personales; “si todo esto ha sucedido como ha sucedido y sigue sucediendo, es por una energía libre en el universo, la joya del espíritu”. Tal vez es la vivencia momentánea de un estado más antónimo a la bestia la que nos acerca, por empatía nos emparienta”, o quizá me acerqué a una zona psicológica afín a ellos, por esa época me volví alguien casi como un extraño que es del mundo sin ser del mundo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La vida humana es breve, dejar un registro escrito, registro que es un privilegio hacerlo, es lo mínimo por vivir algo quizás no muy común en el pasar de una vida, aventuras maravillosas en este tiempo o estado de la humanidad.

 

Luces en Lonquén    (13)

Una vez presencie con Carolina una noche mágica en el campo, un baile de esferas luminosas en movimiento, a poca altura sobre un potrero al costado de un camino rural cercano a Santiago, en Lonquén, camino alternativo para llegar a nuestra casa. Es un lugar donde frecuentemente hemos visto “naves”, una noche nos detuvimos a un costado del camino, algo vimos, eran como veintitantas esferas de luces flotando, desplazándose como en un baile, algo hermoso y sutil, eran pequeñas, circulaban a la altura de las copas de los arboles, unas bolas de luz no brillante del tamaño que vemos a la luna, se entremezclaban y se desplazaban por todo un potrero lateral hasta llegar al camino donde nos encontrábamos detenidos. Atónitos estuvimos más de una hora observándoles en una situación indescriptible, estética, era un ballet de luces, cuando nos fuimos, ellas seguían dando vueltas, haciendo giros y bellos desplazamientos en torno a un potrero.

Otra vez, allí en ese mismo lugar, fue una nave delta, negra, de forma triangular, detenida sobre nosotros la que nos saco el habla, hacia maniobras de giros sobre su eje, rotando lentamente, llegando incluso en forma pausada a bajar toda su proa suspendida enfocando en nuestra dirección verticalmente como quien se va a tirar un piquero, o a disparar podría haberlo creído alguien menos familiarizado con esta experiencia. Las vistas de naves eran algo normal a esa altura, lo anormal era no ver naves o no quedar plop a cada semana con algún acontecimiento de esta naturaleza. Siempre las vimos camino a casa pasando la periferia de Santiago hacia la costa, habían un numero indeterminado de naves extraterrestres, nos bajábamos en el camino a observarles, aveces pensábamos que eran aviones pero cuando se acercaban por lo general veíamos que eran naves tipo triángulos deltas desplazándose lentamente, aveces con detenciones, yo me preguntaba como tantas naves no eran detectadas por los aeropuertos que estaban no muy distantes. Al principio no lo podíamos creer cuando las veíamos en todas partes, y desde mi casa especialmente, al comienzo nos pusimos por un tiempo algo eufóricos, poco a poco lo empezamos a tomar de forma más natural.

No es de mí interés relatar absolutamente todos los episodios vividos y catalogarlos, escenificarlos, hay muchos que no considero necesario relatar. Han sido años marcados por sucesos, muchos sucesos especiales, todo ha sido una conexión de sentimiento con seres del cosmos, tal vez semejantes a nosotros, pero con distinta madurez, era tanta la conexión que siempre sucedían encuentros. Una vez por la panamericana norte, viajando con unos amigos, casi al llegar a Coquimbo, vi algo en el mar y le dije a quién manejaba que parara por favor, nos fuimos hacia el acantilado a mirar y en el mar en la estela que deja la luna al brillar había una cúpula ovalada flotando oscura que sobresalía del agua a unos doscientos metros de la orilla, se movía lentamente, claramente no era una ballena. Tan importante como lo que estabamos viendo, era el sentimiento que nos embargaba, sucesos como este y otros se daban en forma permanente. Aveces les tocaba a otros de mi familia vivir experiencias que difícilmente serán olvidadas, como ver y oír la vibración de naves pasando muy cerca sobre ellos, como cuando Carola, y mis pequeñas hijas Catalina y Paz tuvieron la experiencia de tener sobre si una inmensa nave de forma romboide que tenía la peculiaridad de emitir una vibración sonora audible, esta nave prendía por momentos gran cantidad de luces todas del mismo color, alternándolas; todas rojas, todas verdes, después azules y así., La nave paso lentamente sobre ellas dejando a mis hijas que estaban chicas y juguetonas hablando cosas inspiradas por la vivencia. Recuerdo llegaron muy impresionadas esa vez a la casa, la nave contaban paso muy bajito sobre y cerca del auto, ellas que eran chicas se pararon en el asiento a mirar por la ventana del techo cosas que nunca  van a olvidar.

El acontecimiento de Chiloé brotó hasta convertirse en la vivencia de una franca conexión con las naves celestiales, nunca con ellos cuerpo a cuerpo, al menos no en consciencia vigilica, pero era claro y notorio el que estabamos como siendo monitoreados por estas inteligencias, las que aparecían justo en momentos claves, especiales, cambiando nuestro estado de animo, no era necesario estar en su área física inmediata, porque el efecto de estar compartiendo comunicación no verbal con objetos voladores era magno, empezábamos a sentir y vivir un desarrollo de áreas refinadas de nuestra presencia esencial. Querían mostrarse deliberadamente e interactuar con nosotros, estabamos participando de una suerte de epopeya, algo grande nos estaba pasando, y en el momento uno no sabe adonde llegará su desarrollo. No nos daban ganas de divulgarlo. Cuando son así de reales y verídicas, son fuertes, no motivan a reacciones externas, para qué si igual hay tanta otra gente dedicada al asunto, a mostrar fotos, sacar conclusiones, quizás escribir artículos muchos mas espectaculares o dictar charlas sobre ovnis, a mi eso me parecía de un nivel más primario, sobretodo al lado de la vivencia cierta continuada y personal de relación viva y revelacional, me atrevería a decir de condición sacramental con estas almas del universo.

 Parte de lo que vivía como persona, al estar frente a las naves, era relacionado a mis propias cosas; mis sombras internas se remarcaban, sucedía que ante su presencia, yo podía conocerme mejor, me refiero a “conocerme con más objetividad”, se me hacían patente los pensamientos erróneos, sin embargo en un estado exento de autoculpabilidad. Por otro lado, cuando el contacto finalizaba la energía se mantenía un rato presente, un remanente, lo curioso es que ésta sensación, ésta claridad quedaba iluminando por sobre los propios y personales asuntos, en alguna medida algo más continuaba al irse la nave. Ésta energía se transformaba en unas tremendas ganas de escribir sobre otros temas relacionados con lo acontecido, escribí mucha poesía, también parte de esto mismo escrito.

         

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

       

                        


                  Tercera parte, escritos del viaje

 

 

UNA DÉCADA DESPUES (14)

Es el año dos mil uno, han pasado casi diez años desde el comienzo del viaje. Del noventa y uno hasta el noventa y seis no dejaron de pasar una cantidad de hechos increíbles, porque veíamos naves constantemente, casi todos los días, además era una incógnita adonde iba a desembocar todo esto, por otra parte no había una comunicación de persona a persona con ellos, jamas los vimos físicamente. La mayoría eran experiencias con naves, triángulos delta y otras de formas lenticulares, que aparecían apenas mirábamos el cielo con intención, había toda una comunicación con visos de comunión. Cuando sucedía era como juntarnos en oración, nos envolvía una presencia, un aura de felicidad y recogimiento, un estado sin palabras. Se detenían arriba al frente nuestro y luego de hacernos sentir que estábamos juntos seguían, suavemente se perdían en el horizonte y aveces llegaba otra, se prestaban a un intercambio de energía muy abstracto con el grupo, en ocasiones comunicaban con luces señales de afirmación, creaban un ambiente extático que abarcaba a toda la naturaleza con una presencia de mucho amor y unión. Poco a poco, desde el año noventa y seis gradualmente bajaron la cantidad de avistamientos, y ahora mismo ya no es tan común que veamos naves, hemos seguido viendo pero de manera poco frecuente. Aveces en algún momento de meditación nocturna se hacen sentir y ver, la mayor parte de las veces como un rápido flash de luz que sorpresivamente ilumina desde la oscuridad del cielo estrellado y nos recuerda el contacto, algo justo atinente a ese instante, momento especial preciso de amplio sentimiento, que nos pulsa a algo que uno solo sabe aquilatar.

El mundo ha cambiado a prisa en una década, creo que han habido evoluciones y retrocesos, aveces los retrocesos tienen que ver con asuntos mecánicos, como el exceso, el sobre y mal poblamiento planetario, cuestiones del estilo imperante, de las ideas, de los pensamientos erróneos, pensamientos erróneos sobre mantenidos en el tiempo y sus nocivos efectos acumulativos en el plano, en el fondo son los efectos retroactivos de un orden anterior. Percibo que la gente de hoy está más aburrida, da la impresión de que estamos viviendo como una especie de segunda ola de la época “onda disco”, con algo de su glamour original, pero todo más velado, y con aún menos gracia, con más indiferencia y desencanto. Las vanguardias se sumergen, los artistas más superficiales obtienen los apoyos y recursos, todo está bastante amorfo, hay indiferencia, como que “todo ya se ha visto como que no se ha visto”, en lo masivo se desvirtúan los significados, se ponen burdos, como que a nadie se le ocurre que para evolucionar hay que querer evolucionar, y para eso se necesitan los más sabios, verlos, valorizar sus opiniones, su ejemplo, sobretodo mostrarlos más, dignificarlos realmente, por ultimo verlos en la tele y en el diario a modo de contraste. Al contrario la peor corrupción es que se les  espanta de los medios, a alguien no le convienen, complican, dejan en evidencia la mediocridad general, lo simplón de todo. Por esto es que se aprecia también una falta de mística general, sensibilidad y entusiasmo de corazón, existe una extraña y fría apatía ego individualista, con efectos en el nivel de la violencia, el temor y desparpajo. También hay vacío, desesperanza y reclamo, demasiado importante el factor económico en todo.

En general han cambiado un tanto las cosas en diez años, nunca tanto, los países han crecido en sus diferencias, hay más bocas que alimentar, ahora países pobres con dictaduras tienen acceso a armas nucleares, biológicas, cualquiera entre las masas puede perturbar económicamente al sistema social con actos terroristas inesperados., Estados unidos asume como la policía del planeta. Por otro lado, sí existe un poco más de consciencia general, pero ésta no alcanza para equilibrar el timón. Existe una larga lista de maestros espirituales olvidados casi anónimos, que de modos y énfasis distintos, mas o menos dicen y sienten lo mismo, la mayoría lo ha pasado pésimo, y la humanidad lo ha pasado pésimo por no realzarles jerárquicamente en el día a día como es debido, por no re descubrirles, la gente corriente conoce mil veces más a cualquier chato con marketing y por ende lo sigue, así es como hemos ido de tumbo en tumbo, dándonos el nefasto lujo de ignorar a la crème de la humanidad.

Para mí individualmente también a pasado mucha agua bajo el puente, han nacido otros proyectos, han venido otras músicas a resonar que son la continuidad de todas las vivencias que he estado relatando.

En la próxima etapa de estos escritos, no haré tantos relatos de eventos extraordinarios, para mí épicos, sino que transcribiré parte de lo que podría denominar impulsos de observaciones. Es lo que sentía en el momento escribir con respecto a lo que nos tocaba vivir en este plano, y como explicaba con anterioridad el hecho de las naves no da para contar un cuento de marcianitos y abducciones, mucho mas trascendente para mí en esta experiencia ha sido la interioridad del proceso que los meros contactos físicos y oculares.

 

 

 

 

Algo más sobre el plano (15)

El trabajo espiritual tiene de todo, la profundización del amor es tan fundamental, que si se es amoroso la vida nos sonríe, los pájaros nos cantan. La frialdad del hombre aleja el calor de la vida, no importa lo creativo que seamos, sin amor la genialidad es locura, así de grande es el amor la energía enaltecedora, amor sin apellidos, solo amor; la energía sublime profunda, estado joya de la vida inmortal.

Vivimos un mundo que ha sido muy represivo con las personas diferentes en general, una especie de ignorancia masiva egemónica, en que se ve a lo más burdo entronizado en el planeta y andando todavía con tarjeta “VIP”. Curiosamente los datos para el crecimiento armónico del hombre ya se están estableciendo, muy a pesar del agrio desencanto de evoluciones más duras, recesivas, dogmáticas, evoluciones con tendencia a sentarse, a establecerse y no cambiar, ni siquiera mirar, y como no ven, no examinan, no sensibilizan-visualizan la utilidad de ponerse a prueba y bajo presión para crecer, estancados y polucionados con convenciones y creencias aprehendidas no visualizan la urgencia ni el valor de aprovechar realmente esta vida mágica, sobretodo en sus más últimos sentidos.

Algunas evoluciones se endurecen demasiado como para aceptar lo que son y cambiar, o tal vez intentarlo, en cambio se focalizan más hacia lo práctico y lo que no captan es que al extremarse en esa posición práctica se hacen menos prácticos., Son paradojas reales.

Es interesante comprender y distinguir estas realidades en paz, sin identificarse con posturas extremas, impulsivas, o destempladas, después de todo somos una humanidad joven, reciente, lo que es decidor. Por esto no hay que volverse loco pregonando catástrofes y fines de mundo, teorías catastrofistas que solo están en la mente de corto alcance, se necesita un ver objetivo, esto no significa que no existan problemas planetarios reales, urgentes, problemas de todos, y no solo de quienes toman las decisiones, una cosa es la objetividad y otra muy distinta la pasividad, después de todo avanzamos enrrostrandonos nuestros errores, primero en un clima bastante histérico, y luego avanzamos hacia un plano más realista con las neurosis en retirada, ya colocando más todo en su justo lugar.

Uno de los problemas más notorios de aquí es la soberbia, soberbia animalesca que también poseen justamente los más poderosos, esa emoción negativa que no les permite más que ver y escuchar a ese dios personal o de grupo, dios de su creencia tradicional o acomodaticia, construido de acuerdo a los intereses personales, los que por supuesto se disfrazan bajo todo tipo de coartadas, incluso altruistas. Ni con mucho pretendo la ociosidad de escribir la escatología completa de los errores (horrores) humanos, sus pormenores y detalles están más que a la vista, sobretodo al ojo más sensible. Son tantos los pensamientos tristes, equívocos bajando la calidad de vida, la calidad vibratoria del planeta. No les cuesta nada desprestigiar a la sabiduría, después de todo la sabiduría es más una cuestión de oído, algo musical, algo fino que no se ha podido aún enseñar en las aulas de este mundo, son demasiados los sabios con cartón, demasiadas las malas ideas pasadas y presentes castigándonos, demasiados los inteligentontos que quieren imponer su razón, y el bosque no deja ver los arboles, el punto de vista miope esta muy vendido como algo bueno y normal, e incluso adjudicado a los demás como gran idea, peor aún, como gran servicio que nos prestan los paternalistas, los mismos que nos retrasan el paso, nuestro andar; y peor todavía hay que agradecérselos, porque claro, todo lo hacen con muy buena intención., Lo curioso es que estas personas algo descriteriadas de opiniones egóticas, que someten a sus arbitrios y gustos propios al resto, y que han sido importantes para la historia, digo que es curioso hayan seguido funcionado tanto tiempo casi como una secta retrograda actuando como tapón barrera, impidiendo el ascenso de la noble sabiduría mayor. Antes la impedían con crímenes y castigos (¿aún?), ahora la tarea se les ha facilitado tomando en cuenta la indefension en que han caído las sabidurias golpeadas duramente por la multiplicación de las masas simplonas, con ese desconocimiento indiferente característico en las sociedades de masas que están más preocupadas de sobrevivir que de vivir la vida como en el fondo puede ser vivida. Estas sectas de poder (de cualquier poder y nivel) ahora pueden estar un poco más tranquilas e impunes, casi inidentificables por la mediocridad soporífera ambiental. Lo sabio, el arte de más profundidad ha quedado relegado a unos cuantos buenos caladores capaces de valorarlo, casi como una delicatesen para unos pocos más sagaces.       

Las naves extraplanetarias que he visto y otras experiencias me dan la fe necesaria para este instante sensible en que el hombre y su futuro parecen inciertos, en momentos en que el riesgo de la derrota cósmica momentanea de valores que tarde o temprano se han de instalar definitivamente se apersona como fantasma al acecho, especialmente si la humanidad insiste en imponer a sus miembros el orden y la diciplina de un hormiguero. Entonces por súbita inversión, el mentado ideal de falso progreso se convierte en regresión y la evolución social se retarda en su esfuerzo hacia un acrecentamiento de consciencia. Ya ahora, ahorita (como dicen los Mexicanos), se pueden medir grados alarmantes de envilecimiento, sobretodo en las ciudades, especialmente en las megápolis donde tristes seres acostumbrados a lo aberrado se duermen como engranajes de la gran maquina sin sospechar los matices del costo personal involucrado. Por eso es que son peligrosas las regionalizaciones extremas, apuradas, que exportan desorden mental y tecnológico a lugares remotos sanos e inmaculados, autenticas reservas eco-energéticas para los hombres temperados del presente, pero sobretodo del futuro.

Allí donde la naturaleza es pura y sanadora llegan hombres con ambiciones utilitaristas sin poesía, precisamente antagónicos a la palabra paz que tanto se busca en aquellos lugares, instalan empresas que si bien ayudan económicamente a las zonas, chacrean otras posibilidades más adelantadas del alma que aún no se perciben. Por otro lado, uno ve que los jerarcas políticos están tan preocupados de la violencia general acrecentada en todas partes. Ellos la ven como la falta de policías, falta de educación, educación clásica, entonces inventan más horas de clases “tipo” para los niños y jóvenes, medida nacida de la quintaesencia de la confusión que produce peores trastornos, como el hecho de que las familias cuenten con hijos que casi no ven, con hijos que salen oscuro por la mañana en el invierno y vuelven al anochecer, al igual que sus padres, peor aún esos colegios no cuentan en su mayoría con condiciones educacionales apropiadas para aspirar a ser algo más elevado que un cierto tipo de regimiento. Se confunde en este caso como siempre cantidad con calidad, vamos saturando a los jóvenes, en vez del gobierno de turno invertir en educación real no violenta, por ejemplo libros accesibles para todo el que quiera leer, difusión del arte, más juego, más humor, más disciplinas profundas, mas distensión y otros aspectos que hagan desarraigar la idea  subconsciente y el temor abisal subyacente en los niños de que van a ser un perno más de esta gran fábrica que llaman eufemisticamente sociedad. Por otro lado nunca ha habido mas policías en el mundo, y los crímenes siguen aumentando.

¿Por qué ganan las ideas malas o siempre estas obtienen mucho más cuorum? La respuesta esta implícita en la misma pregunta, de lo mediocre nace lo mediocre, de la sociedad malamente jerarquizada no solo han provenido los peores errores que estamos dolorosamente pagando todos, justos por pecadores. En estos centros de poder social lo sabio es sutil y bárbaramente aniquilado donde aparece, y con desdén todavía. Si esto sucede en esferas políticas, ¿qué queda para los canales de TV, los medios escritos, escuelas, universidades, fábricas y empresas?

Es obvio que todo esto que antecede no es una gran novedad para las personas que han logrado ciertos grados de sensibilidad y cordura, grados de abrirse, de “darse cuenta”, personas que hasta un punto tienen que pagar un costo por abrirse del calorcito confortable de la colmena, no basta con decir simplemente que éste es un mundo difícil, en crisis. Uno mismo puede hacer mucho para mitigar toda esta confusión, al menos en sigo mismo. No basta con decir que somos una manga de medievales jugando con inmensos camiones y computadores, no basta con decir; ¡Cómo no van a robar los más pobres si también lo hacen los de arriba!., (¿Los de arriba en que?) “Hay que ver que formas más sofisticadas de robar se han inventado”, sobretodo los mas ricos. No basta con darse cuenta solamente, también la lucidez nos exige vernos bien nosotros mismos antes primero, y examinar lo más objetivamente como interactuamos en este orden limitado (anticuado) de concepciones, como actuamos para no caer nosotros mismos en la rabia, en la neurosis de adaptación o desadaptación a este relativo caos psico-social imperante.

Carlos Castaneda nos presentó hace años unos manuales de supervivencia y estrategia para los de la inmensa minoría, a los que llamó guerreros, o brujos (brujos blancos por supuesto). En realidad todo lo tantísimo escrito sirve en la medida que no nos fragmente, no nos separe y nos aleje del amor que siempre debemos sentir por todo, hasta por el más maldito representante de la torpeza perceptiva. Uno puede sentir cierta lejanía molesta con una cantidad de seres que tras algún tipo de ignorancia taponan el autentico mejoramiento, lo taponan también en ellos mismos, a algunos les duele tener que actuar de cínicos, porque a pesar de que intuyen reniegan, otros apuntamos y hacemos otro tanto, nadie es perfecto.

La compasión - amor es un estado del que es consciente de los otros en sí mismo, y no se esconde, no reniega del autentico calor posible, tampoco de la sabiduría. Hablando de la nutrida lista de maestros espirituales, Heráclito nos decía ya cinco siglos antes de Cristo en Grecia sus aforismos,  he aquí un par:

“Para los que han despertado hay un solo y mismo mundo, mientras que cada uno de los que aún duermen está vuelto hacia su propio mundo”.

“Si uno no espera lo inesperado, no lo encontrará, menos lo que es difícil e inaccesible”.

“Es de perros ladrar a quien no se conoce”.

Y por ultimo una más conocida:

“No es posible bañarse dos veces en el mismo río”.

¡Claro! Si todo fluye, el agua nunca es la misma. Heráclito solo es uno de esos ilustres relativos desconocidos, debo tener un listado con doscientos o más nombres de maestros espirituales cumbres de la humanidad e ignorados por el grueso de la humanidad, “que autogol”. 

 

                                     

         

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un planeta nervioso   (16)

Este es un planeta nervioso, los centros nerviosos son una bonita analogía para tantear el procedimiento del cosmos, ahora estamos más nerviosos, mañana a lo mejor no, no siempre lo estaremos, “sattva” la armonía está en el horizonte, se está produciendo un acelere en la consciencia que hace ser a algunos hombres demasiado imaginativamente lejanos al mundo cotidiano popular de cualquier clase social. Esto actúa positivamente favoreciendo en núcleos intransigentes la iluminación, sobretodo de zonas ignoradas de sí mismos (ignoradas aveces a propósito). El progreso espiritual es hoy más aceptado oficialmente, aunque no se profundicen gran parte de sus acepciones, con todo es así, algo insondable, con la música es igual, conocemos las profundidades que conocemos sin conocer mucho las otras de los planos infra-sensuales (la sensualidad es inherente a la vida, existe en todos los planos y en distintos estados transitorios), en general se tienen opiniones pre-fabricadas sobre las cosas basadas más en las propagandas y el condicionamiento del pasado ya lejano,  que de impresiones espaciales distendidas de expansión y cognición más amplia. Se pide a gritos la evasión.

Es poco afortunado para estos tiempos que se sobrevalore, se propicie  la inquietud mental privilegiándola en todas partes de manera sutil y gruesa, cuando lo que más necesitamos ahora es precisamente lo contrario, es decir, bajar el ritmo, la velocidad, el estrés. Entiendo que en la caza furtiva era necesaria la adrenalina, la competencia, o al menos lo fue. Ahora lo que hace la publicidad, esa publicidad de “cordialidad interesada”, de alguna forma va sometiendo a pueblos enteros a un proceso bastante hipnótico de manipulación sugestiva, manipulación que al hombre contemporáneo en su insensibilidad parece no molestarle. Lo peor de la publicidad son las manos que la empuñan, siempre impulsadas por neto interés económico, si sus gestores fueran artistas desinteresados, otro gallo cantaría, alimento serían para el pueblo, otro sería el estímulo y las impresiones que estos millones de seres recibirían, los comerciales no serian de chatismo sibilino y portadores sociales de tension-motivaciónal. La gente cree que tiene la opción de no pescar si quiere, desconectarse o cambiar simplemente de canal, y yo me pregunto si se le consultó a los artistas, los poetas, a la gente sencilla, a los otros ciudadanos que les parece todo ese monopolio de multi-bombardéo visual al que son sometidos, y hasta desde los cerros más naturales del campo en plena naturaleza, todos hemos andado por las carreteras y sabemos que nadie sensato, no digo siquiera culto o sensible, puede obtener placer estético ni ser indiferente a la burda y fea propaganda en carteles enormes contaminando, tapando la visual del campo a lo largo de todo el país, ¿esto será solo un detalle? Otra vez se da la paradoja contradictoria que sean los más necesitados los más indefensos, los más humildes justamente los que no tienen TV cable para arrancar si es que se puede un poco con el zapping. Penoso que sean entre otros los más humildes que se tengan precisamente que tragar sin chistar las extensas tandas comerciales habituales de la televisión abierta, que se supone es nacional y con programación masiva, para el pueblo. Para colmo los contenidos de muchos de estos programas alimentan el trauma, el morbos natural, llenándoles de programas mediocres,  complementando a los comerciales con más tele series y pelotudeces. Yo no entiendo, dicen que se necesita educación, claro que esa tremenda herramienta que podría ser la TV esta vedada a la cultura, el arte. Es para entretener dicen, “las personas necesitan evasión”, claro que sí, evasión para el infierno que se ha ido tejiendo, infierno desde el que llegan a sus casas millones como autómatas todos los días de Dios. Peor aún es cuando estos medios de comunicación deciden poner arte y franjas culturales en programas que no son mas que el cliché trasnochado y trillado de lo que es realmente el verdadero arte profundo y actualizado. Uno puede entender que tiene que haber de todo y para todos los niveles de ser, solo que se entre ve en esto un sórdido y desproporcionado desequilibrio y una evidente manipulación masiva de índole lucrativa, esto se sabe y se acepta en desmedro de artistas que les cuesta mas imponer su profundidad, y la profundidad yace en todos los estilos no solo en algunos. Uno ve que aparecen medios contestatarios casi siempre creados por apasionados periodistas que pretenden denunciar la mediocridad y caen en la misma por su rabia y enfoque primario.   

El hombre actual es un curioso medio-animal contradictorio donde pugnan tendencias y pasiones instintivas primarias con otras de más clarividencia, demasiado pronto se hipoteca a sí mismo en una pasión desviada que le arrastra a una vida a espaldas de la consciencia, entonces hace de sus justificaciones la armadura para un viaje en el que mejor sería ir liviano, más ligero, aprovechando mejor su energía. Después de todo, usemos la paz- ciencia, es por algo que nos tocó nacer aquí entre un estado de guerras y conflictos, también de holocaustos, abusos de poder, presenciando fenómenos de infantilismo social, estados bipolares, estados divididos de fragmentación, aversión, mentira, egoísmos totales, y todo como si  fueran casi cosas inevitables, normales. Creo que por algo les toca pasar por aquí sufriendo a los más despiertos, a los primeros de fuego de todas las épocas, haciendo causa común, atestiguando el fenómeno del progreso personal en el tiempo y el espacio colectivo, facilitando con su granito de arena el avance de la energía creativa en resonancia con las importantes leyes cósmicas, en pro de un mayor balance y bienestar general. Son los Socrates, los Atisha, los Lao Tse, los Buda, y muchos otros seres que son bastante anónimos, anónimos muy desconocidos aquí y bien conocidos en el espíritu. Lamentablemente no basta que existan estos varios iluminados ya que aquí los tergiversan y manipulan los que vienen después, los que vienen a institutalizarlos, transformándolos en personajes a su medida, personajes de iglesia, de secta, grupo, individuo, por eso al final los Cristos, los Mahomas, etc., terminan siendo refugio para la pseudo religiosidad y para la vanidosa pseudo intelectualidad de cualquier tipo, sea esotérica, cientificista, etc. En vez de que dispongamos de todos aquellos sabios activamente en lo bueno que de sí aportan.

A pesar de todo uno puede ser optimista sin perder el realismo, esto no es algo fácil a juzgar por los acontecimientos sociales y los indicadores externos de esta crisis, sin ser majadero está  la contaminación de todo tipo, la sobre población y aumento de las delincuencias, el horroroso daño en la capa de ozono, la robotización humana, la disminución de la sensibilidad general, aumento de la competividad, materialismo, lujuria, desatino, sospecha, frialdad, desencanto, desidia, egocentrismo, superficialidad, corrupción, injusticia, y violencia hasta en las formas mas refinadas. Todo por ceguera, soberbia animal, neurosis sistémica, conformismo omisivo, separación fragmentativa, desconfianza refleja, indiferencia, prejuicio, aversión, resentimiento, sadismo, paranoia y tantos otros parámetros desalentadores, la lista es larga, como larga también la lista de virtudes. Son todos fenómenos muy propios de la época actual donde simplificando, unas personas son más sensibles, y otras no tanto. No siempre es agradable revisar este tema, sí beneficioso y útil para el caudal.,

La vida en sí es, y tiene fe en sus transformaciones, en sus flores. Cuando comienza uno a extrañar las conductas sociales habituales y a sentir malestar por la cultura, lo mejor es no actuar reaccionariamente, compulsivamente, esa es la mejor acción de amor posible del “testigo” que nace, el “yo mayor” que se insinúa, y que justo surge de la muerte de la “furia fría”, del fin de la ira contra tantos inevitables entre comillas, sucesos que no son de nuestro agrado y que justamente nos enseñan, no solo a actuar en la adversidad, también nos enseñan de nuestras propias emociones y actitudes frente al hecho, el hecho duro de vivir en el medio de un cúmulo de situaciones de las cuales no participamos plenamente ni menos avalamos. Nunca es algo completamente injusto, por algo que nos toca, esta puede ser la gran oportunidad de poner la lupa y profundizar nuestro amor-compasión sin pataletas de niño chico, puede ser nuestra oportunidad de aprender a dar y amar como lo hacen los adultos, y el amor no es poca cosa, “el amor es como la sangre del cuerpo de Dios”.

 

 

 

 

 

Nuestro propio más alto destino    (17)

“Algún día después del éter, los vientos, las mareas, la gravitación, captaremos para dios las energías del amor, y entonces por segunda vez en la historia del mundo el hombre habrá encontrado el fuego”, escribe Teilhard De Chardin, quien curiosamente era un sacerdote católico de genio independiente, él indagó en lo profundo del amor y por supuesto sus ideas han suscitado muchos debates, sus obras además fueron póstumas por que no recibieron el “imprimátur” de la iglesia católica. Pero la realidad de la vida es la realidad de la vida, no se escapa a ella por mucho tiempo, siempre la evolución se abre paso a como de lugar barriendo barreras que nos parecen inmensas, abismales. La sabiduría es relativamente natural, normal en el buen sentido, la sabiduría hace tiempo que esta aquí nutriendo a los aventureros de espíritu, a los altos indagadores de la vida en su viaje de profundización y desapego (desapego que no es sinónimo de indiferencia). La paz de la consciencia facilita el fruto del amor, y a ésta paz se accede en humildad, cuando se vive la vida correcta para la evolución de cada cual. Es algo que los antiguos de la India llamaron “Sudharma” “nuestro propio más alto destino”, nuestro fin primordial, el propio camino. Aveces cada uno lo sabe, lo intuye íntimamente, solamente que se evade de tantas maneras, así lo que nos sirve de evasión nos va acarreando “Karma”, el fruto por nuestras propias acciones ignorantes. Para vivir nuestro sudharma no se puede ser porro, negligentes al momento de nuestras propias decisiones. Una manera de entender o diferenciar si algo es por decirlo de alguna forma sudharmatico o karmático es por medio de analizar si nuestra decisión armoniza con el todo, con el dharma, con el Tao primordial o camino de la vida. El universo inteligente (Logos, Tao, Nagual, Najt, etc.) posee sus propias reglas superiores in egoístas, por eso nuestro camino tiene que armonizar con “ello”, esa es la figura y fondo de la existencia, es la guestalt completándose. Sea el Tao primordial (sobre el tao muy poco se puede decir, pero existe un intento de narrar sus cualidades en el libro del Tao, escrito veinticinco siglos atrás), sea el Tao o como le llamemos a “eso” como un fondo materno para nosotros que intuimos una lógica planetaria, Gurdjieff le denominaba; “la alta razón eseral objetiva”, la alta razón esencial, cada uno puede darle cualquier nombre, si te enferma la palabra razón, busca otra, no hay que olvidar que son solo palabras, medios. No se puede llegar a niveles superiores de objetividad esencial mientras permanecemos absortos e identificados mayormente en nuestras propias personitas y sus relacionados, no es posible ni siquiera imaginar la existencia de una objetividad real y no subjetiva mientras se vive en niveles más bajos del ser, en la torre de Babel, en la confusión de las lenguas. Los antagonismos de las ideas son todos síntomas propios de culturas altamente personalistas regidas aún por leyes primitivas más adecuadas para el reino animal que para seres un poco más avanzados.

Desde un punto de vista más impersonal (que significa vivir la unión total en consideración reciproca con la necesidad de todos los seres), se puede ser objetivo en los tratos con los aspectos de la realidad imposibles de entender aún, ni menos de alcanzar por mentes que viven en la importancia personal y la creencia individualista mas chata. Por eso a los ciudadanos de hoy les cuesta tanto intimar y tener confianza, ya que se identifican con posturas que tratan de defender como propias, y antagonizan unos con otros como niños chicos que creen tener más verdad, son como partes de un equipo de fútbol, mi equipo es mejor, mi religión es mejor, mi cultura, mi partido político, mi estilo de vida, y se buscan entre sí aquellos que se parecen para así protegerse, autoconformandose entre sí. Se necesita apoyo común para que esa realidad bajita se auto afirme en los muchos que viven esa manera de error, de separación, en el fondo esquivando las verdades de más amplitud, más luminosas y con ecos de realidad cósmica, a las que en su falta de imaginación ven como difusas, aún lejanas, casi imposibles, poco atractivas, prefieren increíblemente ser cabeza de ratón antes que cola de león, y como son numeralmente mayoría no les cuesta tanto refugiarse en sus propios núcleos de ilusión, esa es la mediocridad. No cuesta en este plano desacreditar al más noble, al que intuye una razón de mayor alcance, a pesar de ser más objetiva y verdadera su observación, incluso mucho más armónicamente resonante con todos los planetas existentes del gran megalocosmos. A grandes verdades se le impide la fluidez para avanzar y regar este plano, con dolor el Cristo tiene que confesar que el único ser que no tiene donde recostar su cabeza es él, el hijo del hombre, esta cita de la Biblia es altamente simbólica, allí Cristo no se limita a referir únicamente su situación personal, al decir hijo del hombre quiere decir lo que viene después del hombre, su hijo, su próxima evolución, se refiere a todos los que dando un salto evolutivo han pasado a la calidad de hijos del hombre, hombres que ya no son meramente hombres, son hijos del hombre, es lo que pasa cuando se evoluciona desde un bruto a otra cosa, al comienzo no se tiene asidero donde recostar la cabeza, todo se hace difícil. Aquellos que se atreven a evolucionar  tienen que pagar un alto precio por la verdad la independencia y la videncia que han alcanzado, y esta es la real proeza de los valientes hijos de los hombres. “El hijo del hombre es el único que no tiene donde recostar su cabeza”, aunque esta frase está en los evangelios es imposible que sea descifrada por los padres de los hijos del hombre, se necesita mucho mayor radio de imaginación inteligente para hacerlo, y la propia naturaleza de hijo del hombre la da. Algunas iglesias pretenden que Cristo en esta frase habría tenido algún arranque de autocompasión individualista referida solo a sí mismo y a su propia experiencia del momento, que en todo caso no le era muy grata. Cristo puede haber tenido muchas conductas humanas, pero comprendía que su situación era compartida solo por los más cercanos a su especie de ser. Sin que se ofendan los príncipes de la iglesia, la iglesia ha sido como el demonio de la sabiduría, es cosa de ver la historia, ver el reguero de sangre e incomprensión que la misma iglesia ha ido dejando, dando feroz cuenta de tantas almas valiosas, cercanas y similares a Cristo, gente que se había ido alejando del ser del hombre de estilo imperante y sobretodo dominante de toda época, para acercarse a ser ya hijos del hombre y hablar un lenguaje prometedor para el que sabe, pero peligroso para el más primitivo envidioso e intolerante.

Con todo creo que finaliza la locura, el absceso tiene que supurar bien primero, y luego vendrá la convergencia en forma fácil, fluida, un estado iluminado de consideración reciproca y amorosa. La evolución de cada cual tiene diseñado un camino interior un campo ideal del cual si uno se sale o reniega, todo te lo va a recordar en sus efectos karmicos. Aveces las personas se sienten más cómodas por su situación social y por sus bienes personales, viviendo vidas pseudo satisfechas, pasando por alto aspectos de la vía interior, ignorantes y desidiosos ante las leyes universales mas elementales. Ante esto debemos ser respetuosos de la decisión intima de cada ser, que tiene libre albedrío en su paso por esta experiencia vital, a este respecto es típico de ver a personas nuevas en el camino espiritual, no respetando esta ley y refregando la rica torta en la cara de quien no puede aún recepcionar bien ese regalo, en realidad esta actitud es más producto de ego sofista que de auténtica empatía dadora, comunicadora. Todo tiene su lugar su momentum natural, su puente, no hay que apurar el río, mejor sentir con paz uno mismo primero, entonces lo indicado para cualquier situación nos llegara sólo y sin esfuerzo desde la no-mente, entonces se puede hacer una contribución.

Las cosas que nos pasan interiormente a los individuos más inquietos o con vivencias espirituales, gran parte de las veces no son transmisibles ya que la gente regular vive sumida en vidas rutinarias. La persona rutinaria hace corriente la profesión más especial, puede llegar feliz a ser un publicista snob, o un músico de músicas que se venden por kilo, un actor egotoxico, etc. Poco importa lo que se sea en la vida si se es alguien conformándose con el acontecer light heredado y con la alimentación psíquica media de la época en que se vive. Es mucho mejor saber en humor que es uno el extraño que no acepta ser un engranaje más de estas sociedades nuevas, a medio hacer, tan sobre alimentadas con alimento de un mismo tipo, e incluso transformándose en tragedia para estas sociedades cualquier suceso que rompa ese pseudo cosmos de normalidad; Sucede algo parecido a lo que pasa en un gran colegio de esos orgullosos que te hacen sentir que el mundo no existe afuera del colegio, y en los cuales se siente algo parecido al acabo de mundo si de allí se es marginado. Todos luchan por un buen lugar en el mundo, adaptándose a como de lugar a una vida llena de exigencias comerciales y sociales, en la que el fracaso puede significar la depresión y hasta el suicidio, es un mundo en la botella, en la burbuja, dura realidad, aunque ojo, solo para el perceptor en su fase más emergente, porque es allí donde se da cuenta de la contradicción social y de los diferentes lenguajes con sus hábitos inercicos, entonces de pronto se siente pequeño ante lo establecido, y si no es dócil se exagera, aveces sin pensar con equilibrio, se revela porque al mismo tiempo se considera agredido y  también agresor, no tiene perdón porque además como no es total en su dominio tempranero, los demás aún le señalan y apuntan sus imperfecciones; faltas de amor y exceso de ego en variadas formas. Es el peligro de caer en estados entropicos sobretodo cuando se es muy nuevo y sensible a los diversos factores de la distorsión más que a lo medular. Es claro que a veces los espíritus muy evolucionados de estos tiempos son unos bellos desadaptados, sí, desadaptados, claro que no de esos que hacen realmente daño a los demás ni mucho menos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un viaje profundizante    (18)

El espíritu debe ser templado en lo eterno primero, ya que la autocompasión acecha siempre. Dado que es una forma de importancia personal, la autocompasión suele calar en forma sumamente sutil los diferentes momentos, todo tiene más ángulos de los que vemos, no olvidemos que este es un viaje profundizante, por eso se dice que la importancia personal es como un monstruo de mil cabezas, cortas una y te sale la otra, cuando se comienzan a interiorizar estos conceptos parece que empequeñecemos ante su magnitud, su inteligencia, y su belleza; Nos devuelve a una naturaleza más humilde, situándonos en una más correcta perspectiva vital. Todo es perfectible, por lo tanto el espíritu colectivo también, las angustias del pasado en un futuro cercano serán solo anécdota. Situémonos todos desde ya en ese plano, hagamos un stop, seamos elásticos, flexibles, y advenira un estado alegre y cantarino, situémonos todos desde ya en ese plano, el espíritu colectivo corrige sus faltas lentamente, es por eso que nuestra crueldad será decreciente y nuestra visión mucho más certera. Ahora nosotros tenemos el resorte como individuos de poder crecer con y por sobre lo colectivo, siendo lo colectivo parte integral también de nuestro trabajo en la vida; Con amor se puede trascender tanta incomprensión y surgir, dejar la periferia y adentrarnos en lo central, ese territorio claro no perturbado por los remolinos y velos propios de la periferia hogar de lo masivo, y hoy estamos más masivos que nunca, y en distintos grados, muchos no se dan cuenta de esto porque se creen algo en cualquier sentido, sin embargo son igualmente seres periféricos, y allí se vive en el centro formatorio de la conciencia, lo que por supuesto no es por esencia el mejor hogar para la paz, definitivamente es un boche ético y de todo tipo. Psicológicamente el espíritu masivo se reconforta, se resigna a sus rollos, no atiende sus especificidades superiores, las evade, la flojera la provoca el estándar, la comodidad de un mundo con claves propias del estado periférico, en el que se transa para sobrevivir, en el cual se es fácil dormir y ser llevado. Los jóvenes que tienen la energía del “ver” más pura se confunden luego por las señales masistoides de todo tipo (de mercado, moda, grupo, ideológicas, sociales, de deseo, etc.). Se gastan la lucha en sigo mismos en vez de ser parte de un esfuerzo mayor que el del propio lucro. Ese esfuerzo mayor es la ley de la vida que clama por ser sentida, identificada, Dios mismo en un nosotros de mayor alcance interior-exterior. Esto se logra en el corazón mismo del alma evolucionante, no como la pomada paternalista que se vende desde el mundo periférico de los marqueteros, desde las iglesias, desde los políticos, instituciones y tantos otros tuertos que reinan en ese reino de ceguera. El auténtico servicio común inteligente no busca manipular ni siquiera con la mejor intención a la opinión publica, tampoco busca ocultar la profundidad cuando no conviene., Es claro que en ese mundo masivo son cara dura.

Siempre se navega mejor y a mayor altura en un afán de cambios y crecimiento consciente que beneficie sin estridencias de persona a persona, como un bien general no exclusivo que puede ser otorgado por cualquier ser hermano en cualquier esquina a otro ser humano. Con solo fabricar las estructuras adecuadas se puede vivir cualitativamente mejor sin interponer al hombre por sobre el hombre mediatizando comercialmente la angustia humana, tan típico de este plano. El proceso rectificador de la existencia traerá la luz necesaria para que los cambios hoy de apariencia compleja, mañana se nos hagan fáciles y sencillos, por último obvios. Mientras tanto atestiguamos la grandeza de ser nuestro propio gobierno, testigo en unidad, con el poder de ser positivos, amplios, consecuentes, sensibles, en el tiempo que nos toque vivir, y poder dejar atrás nuestro pura buena onda para así pasar algún día por una muerte dulce y no vinagre.

Desde un punto de vista periférico no se alcanza a apreciar bien lo central, se está demasiado “involucrado” para poder apreciar “esas finezas”, por eso es importante recordar y apreciar a la periferia  abierto, amplio, intentando objetividad, y con corazón. Es bueno ver todo lo que sucede en nuestro propio plano y alrededor para agotar un cierto “conocimiento de escena” poco antes de vivir ya plenamente lo central, mas que mal estamos en una parte del universo en que se vive esta etapa formativa de la sutil consciencia, la que contempla aspectos insospechados de perfección en el sentido de llegar a ser totales y con nobleza. Cuidemos el asombro, del asombro nace la aspiración. Es fácil tomar una moda y cuidar el cuerpo, leer libros que hoy se encuentran afortunadamente más o menos al alcance de todos, y de creer que por que ahora prendemos incienso y vamos a yoga, estamos más evolucionados, esto no es así, nunca lo fue y el resultado es agotar el tema y nuestro propio asombro, y como veletas tal vez después cambiando hacia otra cosa, creyendo haber pasado ya por lo mágico como quien pasa por una simple experiencia que se deja un poco atrás, casi como se deja una etapa que ya no esta “in”. El primer asombro pasa, y si no se trabaja conscientemente la honestidad de corazón, entonces se deja de progresar, termina el entusiasmo (palabra que significa “en Dios”) y terminamos auto cerrándonos la puerta.

Si uno piensa hay temas en la vida diaria de la gente que bien pueden terminar en pugilatos; Se calienta la cabeza viene el exabrupto, la descalificación, la negación del otro y el big bang emotivo se produce y miles de años de evolución caen al suelo. Reconozcamos que no somos muy exquisitos todavía, toda una historia de chopazos, después los chopazos cambian un poco de forma, por ejemplo es normal para esta época la telenovela enredosa, narcótica, la lucha de poderes, esto ya lo sabemos de sobra, ¿todavía nos asombra? Se vive ese tiempo bastante cínico, morboso, síntoma propio de este estado periférico en el que se vive, y bueno, aquí estamos por algo, de verdad por algo se esta aquí, un poquito de tierrita no tiene nada de malo si podemos sacudirla, ¿porque nos carga reconocerlo? Es por la tierrita de la soberbia y los intereses creados, por algo estamos en un lugar en que se pasa ensuciando al amor de tantas formas. Si se ha  matado animalitos por deporte, sentido de modo poco piadoso y generoso frente al resto, o dañado la naturaleza consciente o inconscientemente, o para que hablar de las injusticias las mentiras y los crímenes entre nosotros mismos, son tantas las cosas locas e impiadosas sucediendo, que da para hacer una inmensa lista, hay que ver todo esto, recordarlo y verse uno también sin temor, recapitular, lo que es el comienzo para cualquier crecimiento. Luego lo que veas ámalo como parte de la obra de Dios, acepta ese ver como un regalo de la consciencia, “¿para que culparse si es un regalo observar nuestros errores?”; es la posibilidad misma de descubrir lo que nos faltaba, es nuestra percepción la que comenzamos a valorar con los actos verdaderos de reconocimiento, es nuestra posibilidad de mas que ser perfectos, ser totales, y uno opta, cuando optamos por abrir esa puerta de enorme auto honestidad, entonces pasamos a otro orden kármico, y como tal se nos pide responder a ese nuevo estado del “ver” en consecuencia. La naturaleza no le pide a nadie más de lo que se pide para vivir creciendo, su justicia es perfecta.

 

De paso al futuro   (19)

Vamos tomando las cosas de forma diferente a medida que atestiguamos el paso de nuestro propio tiempo y ciertas cosas se nos hacen más evidentes, la consciencia tiende a ser rectificadora, como una energía que se puede sutilizar benignamente hasta a los más increíbles y amorosos estados elevados y angélicos, todo el universo esta vivo, está todo vivo y en diferentes estados de consciencia. Si se olvida lo total, lo eterno, la dimensión mágica de la vida, entonces recuérdese el porqué estar fijados en concepciones mundanas propias de las eras de fases arcaicas de la consciencia limita, y limita justo lo más esencial, precisamente eso que hace que el hombre se calme, se aquiete y encuentre. En una era de ansias locas pongamos lo justo, o sea poco, ya que la obra de dios en sí es perfecta, seamos mínimos y habrá grandeza, menos agitación, y sobretodo reconocimiento para con la sabiduría de los espíritus viejos que saben amar más allá de los instintos y conceptos de kinder.

 La disminución de la impronta animal en el ser humano lo dotará de bailes y juegos amorosos que antes nunca conoció, un colchón general de amor entre todos y en todas partes, una fiesta mundial constante, y mucho mejor que las ahora conocidas o imaginables., Ojo que no por ser mas grave se es más serio, mejor o dúctil. El dios de la consciencia que todos tenemos no es un tirano profiláctico de lo instintivo. Lo altamente humano, tampoco es enemigo del instinto, al revés dejaremos ser al instinto sin cebarnos con él, será un instinto maduro refinado en la razón y la intuición, que no produce daño a nadie. Reemplazaremos la antigua competividad del ego particular por una serena comunión de almas que además sabremos es planetaria y universal, así mismo nuestros modos cambiaran tanto que los rostros tendrán otra expresión, serán más bellos en su nuevo resplandor inteligente y fraterno de humor templado.

Sabemos que todos los que ahora estamos vivos seremos relevados, el hombre actual será reemplazado por otro de inteligencia y conocimiento acertivo, ya no solo poseedor de verdades a medias sino de realidades de mucho mayor alcance y percepción, y una autenticidad reveladora se dejará sentir en un mundo que ya no correrá riesgos latentes de bestialidad, todos nacerán como hijos del hombre. Amadores de la justicia benevolente serán los que por fin demostrarán con hechos la felicidad que proviene de la calidad de integración en la relación, la gran relación con todo, un amor profundo igualará a los seres los que en sí serán más entregados, existirán manifestaciones espontaneas de afecto sin necesidad de tanto conocimiento previo, “el nivel de la confianza entre todos será precioso”, esto es así ahora mismo en otras muchas partes del megalocosmos. Una química amorosa hará más franco el acceso de las afinidades, y la permeabilidad a un enamoramiento desapegado entre todos y con el todo. Vivir todo esto como una realidad traerá enorme comprensión y compasión por los diferentes estados que atraviesa el hombre en su camino de alumbramiento. La personalidad es caprichosa la esencia es armoniosa, se verá a personas más esenciales, cálidas, balanceadas y sin versiones chatas repetitivas o identificaciones momificadas con hechos que se desmienten solos con el tiempo.

 

 

 

 

 

 

Cosas de la tierra     (20)

Al ir evolucionando en un plano como este, algunos de nosotros, como vimos anteriormente, entramos de cierta forma a ser raros (raras avis), sobretodo para la mentalidad más común y corriente que es abundante en todas las clases sociales. El por decir, “más evolucionado” tiene ciertas dificultades, cierta huerfandad aparente. Al “rara avis” le cuestan más las cosas de esta sociedad, cosas a las que no se les puede negar su relativa importancia, cosas de la vida diaria; se duplica la problemática a la hora de encontrar pareja por ejemplo, y que difícil es encontrarse cuando se está en minoría, cuantas mujeres desconfían del hombre aspirante de sabiduría y lo mismo al revés, en cambio al hombre o a la mujer normal proporcionalmente le abundan las posibilidades sociales y de pareja, incluso para el sabio es contraproducente dejarse llevar por relaciones sin grados de amor, sutileza y afinidad adecuados, esto lo vive a diario el profundo artista u hombre adelantado, hasta que por un golpe de sincronía sus ojos alcanzan ese entusiasmo certero al calzar con alguien apropiado, quizás alguien de mayor grado de consciencia amor, y no se crea que con éste encuentro mágico siempre se resuelven definitivamente las cosas, depende, porque la incipiente complejidad evolutiva trae aparejada otras dificultades de relación que a más de un estudiante le han hecho plantearse seriamente si no hubiese sido mejor nacer más normal y bueno para la plata, o al menos cuestionarse la real ventaja de ese mayor “ver” y sus complejidades iniciales. Esto ha sido siempre así y antes era aún peor, no quiero hacer listas de ejemplos, solo acordémonos del luminoso Sócrates, lo duro que le fue su relación de pareja, cruel ejemplo de la incomprensión entre los planos.

En este plano es poco común ver auténticas parejas cósmicas balanceadas, a lo más se encuentran parejas unidas por alguna antigua pasión o afiatadas por intereses técnicos más que de propensión a la indagación espiritual, “Osho” le echaba la culpa al machismo milenario de haber eliminado en épocas bastante recientes a miles de mujeres protoactivas de avanzada motejándoles cruelmente de brujas por el solo hecho de ser indagadoras, decía que esto había sido un escarmiento tan brutal que funciono atemorizando y alejando a las mujeres de la búsqueda espiritual independiente, entre otras cosas, y volviéndoles a su lugar sumiso, subordinado. ¿Mujeres indagadoras?, ¿qué es lo que se puede indagar?... Es sobretodo una perspectiva de mutua y auto iluminación para reemplazar lo mecánico del plano semi animal compulsivo por la consciencia segura, despejada y plena del hombre o mujer de trabajo interno consciente, básicamente abrigando y permitiéndose una manera de ser que facilite esto en la vida diaria, primero recapitulando, reconociendo sin culparse esas sombras o puntos ciegos de la consciencia de todos los días, fase aparentemente tediosa de autovigilancia objetiva. Luego después más allá de todo lo puntual, el goce sutil de la aventura espiritual nos permite que se aplaquen los vientos de inmortalidad del ego, y de una caricatura aparece la realidad.

Esto es solo una pequeña muestra de lo perturbador que puede ser para alguien en el proceso de atravesar desde un campo condicionado periférico a otro central o de mayor alcance consciente. Ahora mismo tenemos que entender que éstas son básicamente  sociedades técnicas, militares, así van a ser de seguro recordadas por el futuro, y ahora todo lo que tiene que recordar el “rara avis” es que no está solo, existe apoyo si se es fuerte y no se sucumbe a esta aparente aislación, luego todo se facilita cuando se superan ciertos niveles de ego que nos hacen intolerantes a la frustración, frustración en el fondo producida al no poder aportar y aportarnos nosotros mismos como quisiéramos conscientemente en este plano, impedidos por la falta de imaginación social y personal.     

El aporte de los seres más sutiles de la tierra es siempre benéfico para los demás aunque no se vea a simple vista, incluso aunque ellos mismos no se den cuenta de su aporte, con cada sentimiento-pensamiento creativo que piensen influyen en el campo unificado de la consciencia, son un factor invisible multiplicador, como transferencia morfológica se a catalogado este hecho ya comprobado por la ciencia (Rupert Sheldrake, teoría de los campos morfogenéticos). Por lo tanto nada se pierde, seguro es que más de alguien calificado de don “nadie” tal vez pueda estar haciendo mucho más por la humanidad que otros que parecen más dinámicos, activos y notables.

No es muy difícil dar una mirada al futuro cuando se tiene una visión independiente en el presente, sabemos que hay planos de fluidez absoluta consistentes en estados elevados donde lo errático se hace evidente y lo mágico algo objetivo, cercano. Mi experiencia personal de testigo en contacto visual y sensible con manifestaciones extra terrenas, me infunde algunas certezas con respecto a cosas que antes de ser vividas solo pueden ser sentidas por la fe, son realidades que me han asombrado, y que me asombran, no por lo espectacular, sino por las implicancias en migo mismo, en mi propio andar interior y por cierto en mi entorno inmediato. Certezas sobre la magna evolución y otra serie de implicancias cósmicas que siempre en mayor y menor medida han sido intuidas por el que se podría llamar “embrión del gran sentido común universal”. Son asuntos que naturalmente no me siento muy proclive a escribir ni a contar, pero lo hago con un afán  algo impersonal asumiéndolo como gesto al espíritu y propósito vital. Siento un arraigado sentido de responsabilidad con todo lo que estoy comunicando, no soy el único afortunado de haber vivido algo con relación a las naves o a hechos espirituales, pero puedo hablar solo de mis experiencias no juzgo las otras, tampoco me creo nada especial, menos después de haber experimentado ese estado de inpersonalidad integrada o de no yo al que se refería A Huxley y tantos otros. Aparte de un gran interés por las materias fundamentales, amo despegarme de lo mecánico, aspiro a lo sutil para no repetirme vidas pasadas con lo mismo. El pasado nos ha legado más competencia en vez de colaboración, el fin de los conflictos incluidos los bélicos será solo el principio del principio, la lucha será detenida cuando queramos ser menos para ser más, y me refiero al apaciguamiento de todas las prisas. Doy gracias a Dios, al Nagual, Consciencia o como quiera llamemos a esa energía, por su confianza, sé que hay tanto amor en el universo, tanta armonía, música, y el vuelo de la libertad esperándonos, y esta aquí presente ahora, “el amor es un estado superior”. También sé que no basta solo con quererlo, existen requisitos, aspectos interiores que iluminar para dar base a una templanza propiciatoria. Me atrae dar una fe a los hijos de los hijos que están en proceso de búsqueda, ¡sí, hay más! No pierdan interés por lo nuomenal, el viaje del espíritu se fragua con el uso, con el intento, somos mecánicos, veámoslo con humildad, somos cómodos no queremos perder nuestras aparentes ventajas comparativas en este plano, moverse nos significa cambio y cuesta más cuando no se tiene plena consciencia del valor exacto de las metas abstractas. Necesitamos crecer, avanzar por la inteligencia eterna, todo está en movimiento, nadie muy inteligente se puede quedar simplemente gozando del plano físico, de su comodidad frente al sistema, dejando olvidada la tarea del ser una entidad que evoluciona en humanidad y no ser solo una güiña que siempre anda en busca de una carnada.

Habitualmente la prédica del amor, y el espiritualismo en general se hacen para sustentar posiciones de autoridad, son parcialidades, preferible es ser profunda y absolutamente ecléctico, abierto, integrador, no autoritario, dúctil. Toda información espiritual es útil, porque sé que los estados elevados de conciencia se ordenan solos cuando está la información necesaria, sea esta u otra, es como una cadena virtuosa, los maestros son piezas únicas de un gran puzzle, notas musicales complementarias, que han sensibilizado los estados avanzados de amor y paz, los estados indecibles que poseen una energía de objetividad que fácilmente va colocando todo en perspectiva, sin esfuerzo en gran criterio jerarquizan todas las impresiones, se desfragmenta la realidad y se vive en gran consenso, livianito.

 

 

 

 

 

 


 

                        Cuarta parte, escritos del viaje

 

 

 

Nuestra situación psicoclímica en el cosmos   (21)

Al observar nuestra situación psíquico clímica en el cosmos podemos ver y sentir el verdadero lugar geográfico interior en el que nos encontramos. Existen bastos tratados y libros que nos muestran detalladamente nuestro mapa del ser, podemos intuirlo también si vemos la enorme diferencia tecnológica que nos separa con quienes nos visitan., No solo en cuanto a sus naves y su profundo conocimiento de la energía – materia. Todos estos dominios involucran años de evolución consciente. Deduzco que a pesar del drama planetario existente, igual vamos en la dirección correcta hacia ser humanos., Sin embargo aún nos queda un largo trecho a andar, tendremos que ver una tierra libre de todo tipo de crímenes primero, de desordenes mentales o egóticos y otras especies aceptables de violencia. Entonces sí que seremos confiables a gran escala para un esquema de convivencia intergaláctico, entonces podremos juntarnos con otras civilizaciones del cosmos, claro que para ese entonces tiene que estar muy macerada la fiera. Y la poesía terrestre es un estado de poeta en cuerpo de fiera, en muchos de nosotros aún está “la añoranza de la fiera”.

Si un hombre angélico te mira a los ojos te puede conmover, hacer llorar, sobretodo si tienes cierta base de evolución sensible y si ha habido lugar para la aspiración. Hay un valor aparentemente oculto en la intención del alma, que nos abre territorios insospechados, solo que aun nos falta mucho amor, amor sin sectarismos, sabemos la sensibilidad humana esta a medio desarrollar, alcanzamos casi siempre grados de amor sectarios, incompletos ya que el amor es una dimensión amplia, siempre profundizable.

Actualmente los países cuentan con gran poder autodestructivo, no solo bélico, existe también un desidioso daño ecológico constante que se le hace a la biosfera, hay que reconocerlo y no olvidarlo, los gases y efluvios, la tala de bosques pluviales, los ruidos de maquinas molestas, las variedades de estrés existentes, somos miles de personas que no han tenido el cariño suficiente, que no hemos dado el cariño suficiente, hay además una cierta ceguera en las políticas y decisiones que se toman a todo nivel, ya sabemos nuestras limitaciones. En realidad actualmente estamos pasando por una especie de zona roja en que podemos destruir o dañar severamente la calidad de vida de toda la biosfera, solo hace cincuenta años que el hombre tubo la capacidad técnica real para destruir la tierra completa, y nuestro hábitat no es solo físico también es psicológico. Todo éste ignorante y soberbio daño proyectado a unas cuantas pocas décadas hacia el futuro nos debería alertar aún mucho más, porque para neutralizarla se requiere un cambio de verdad. Como que en los años pasados se hizo mucho énfasis en los daños ecológicos y ahora ya no es tema recurrente, como que paso de moda, o tal vez provoca cierta impotencia pensar en ello, nadie tampoco tiene tiempo para estar pensando en otras cosas que no sean las suyas propias, especialmente con lo difícil que se hace el sustento diario. Por eso, hemos creado desde el pasado una amenaza que ya ha dañado nuestra biosfera, y si sumamos a esto la inseguridad que causa una gama de la población mundial que no está centrada, que provoca violencia e incertidumbre no solo en las calles, los estadios, suburbios, incluso la clase gobernante de muchos países tampoco es muy de fiar en este sentido, en todas partes se cuecen habas. Ésta forma de ser predominante, porque si no fuera predominante no estaríamos comentando estas realidades, y si somos amenaza, ésta pesada amenaza no debiera ser nunca jamas exportable al cosmos, no está en el programa bio estelar que civilizaciones más primitivas comprometan la paz de las estrellas., bomberos locos interplanetarios no existen, no se dan, nunca llegan a dañar más allá que a sus propios planetas. Las fases más primitivas de desarrollo tipo humano donde aun hay mucha gente agresiva o visceral, donde existe la ira, ignorancia y tantos otros tipos de no ver, jamás llegan a desarrollar superlativas tecnologías móviles que les permitan ir muy lejos en el espacio, por eso con nuestra actual tecnología, apenas  un viaje a Marte nos toma más de un año, y salir de los confines solares aún muchos más todavía, en los próximos años vamos a poder seguramente fotografiar Marte in situ y quizás enviar hasta una tripulación, más que eso no se puede. “Esto de que sea tan difícil en nuestro actual estado de desarrollo salir a viajar por el espacio del  cosmos, es en si mismo un seguro de vida, de armonía para otros pueblos existentes decididamente más humanizados de esta y otras galaxias”, permite la tranquilidad de saber que los pueblos nuevos violentos y de índole técnico primario, centrados en un desarrollo como éste, no llegan nunca a tener mucho alcance en el espacio, y su área de influencia es casi nula. Todo es tan perfecto y sincrónico en las leyes superiores del universo, que cuando nosotros los terrícolas logremos desarrollar esas altas tecnologías ya existentes hace mucho en otras partes del universo, entonces ya vamos a ser mansos como palomas, a esas alturas no vamos a representar ningún riesgo.

Como seres individuales y grupales podemos avanzar mucho, aun mucho más en consciencia, la especie humana es naturalmente bella y buena, solo que los impulsos inmeditados y las pasiones enfermas existen, y en distintos grados abundan, es algo típico de la pubertad. Estamos en un tremendo proceso desanimalizante. La chance de que seamos víctimas de estas compulsiones animalescas es total, no existen muchas formas de evitarlo que no sean la ardua auto observación imparcial de los hechos, sobretodo en la relación, y frente a todo contexto, sin exageraciones, sin holgazanería, constatar y auto corregir, más allá de la auto compasión, mas allá de la duda, del interés propio o del convencimiento fanático, también preguntándonos valientemente esas preguntas que nunca nos preguntamos, que no nos gusta formularnos., Tal vez observando nuestra compasión por ejemplo, o meditando en lo profundo, otras veces bailando, hay tantas maneras de no quedarse pegado. Existen variadas formas complementarias de enfrentarse con la realidad de este proceso de trabajo evolutivo, o de enfrentarse a la practica del más fino discernimiento, trabajo que de diferentes maneras y formas ayuda al hombre a crecer, a tener un propósito de verdad mucho más existencial. Igual, la chance de que nosotros seamos víctimas de estas compulsiones tontificantes en esta vida es casi total (rabia, apatía, envidia, aversión, violencia, vanidad, desconsideración, egoísmo, ceguera, temor, etc.), en el fondo porque somos hijos de la bestia, herederos de todas las aberraciones y falsas creencias semi animales posibles de imaginar (y ojo que las bestias también poseen su belleza y dignidad), somos sí bestias peculiares. Veamos todo esto con amor y humildad en un tiempo en que muchos de nuestros padres y antepasados han merodeado la guerra y la brutalidad, aquí como hemos visto todavía se pelea a combo limpio, y muchas veces incluso entre padres e hijos y hermanos.

No basta con dar recetas para un cambio, no es algo tan sencillo como “peace an love”, o valla y súbase al himalaya tómese un tecito con los lamas., Al contrario lo más probable será que así después de un tiempo usted termine odiando el trabajo interior, no, no es así como funciona, es un camino con muchos maestros en todas partes y sobretodo con un gran maestro interior que hay que aprender a oír, a escuchar, algo sutil en que cada uno tiene que optar íntimamente, verídicamente, con cierto compromiso, serio pero no grave, un trabajo de intento inflexible en sigo mismo, con los otros y lo demás, sin ansiedades caprichosas, identificando al ego cuando aparece, con corazón. Es intento profundo en varios frentes teniendo como centro al amor, amor intentado como estado del ser. Cuando la lucha feroz se termine, el amor en su vigencia plena hará a la tierra debutar en sociedad, participar de otro orden comunitario más amplio; el espacial, entonces será posible un acercamiento desinteresado entre todos, algo veraz y bien entendido, pero para eso hay que crear el estado propiciatorio, y para ello no basta un inocente voluntarismo.

Al tipo humano del futuro lo podemos visualizar en las civilizaciones mas viejas que recorren el amplio cosmos, el hombre de nave es una especie de poeta libre, amador y relajado, ellos son  metafóricamente el hijo del hombre, nuestro potencial futuro., El trabajo duro y constructor nos toca a nosotros sus ancestros, ellos son nuestra próxima evolución en acción, nuestro futuro vivo y también presente, ellos son el ultimo producto de nosotros “los productores”, son nuestra continuidad, actualmente producir es nuestra característica más acendrada, más notoria, el afán productivo nos identifica, somos su pasado, los grandes productores técnicos de su pasado, quiero decir que ellos también tuvieron tiempos mas técnicos hacia atrás, también su pasado ancestral es técnico activo. De alguna forma vamos siendo productores de toda la milenaria producción anterior de artefactos creados y por crear, enorme producción técnica que todavía aquí no termina de inventarse, y que empezó rudimentariamente ya antes de las pirámides. Una gama de productores de todo lo posible por crear ver e imaginar es nuestro rango distintivo. En el rango que viene, los viajeros intergalácticos solo mantienen lo esencial tecnológicamente hablando, lo esencial para no obstruir ni desaprovechar su espacio tiempo, ya pasaron un período en que se abandonaron muchísimos artefactos no considerados ya importantes, pensemos que disponen de todas las técnicas por miles de años inventadas, productos tecnológicos de calidad en gran parte por ellos heredados de civilizaciones como la nuestra y aún más adelantadas, creados y perfeccionados en cientos de miles de años por generaciones del tipo nuestra, terrícola e incluso aún mucho más avanzadas por venir, generaciones como las nuestras, inquietas, mucho más científicas que poéticas, asiduas constructoras. Hay que entender que nosotros somos pertenecientes a las generaciones más deseosas y técnicas de los universos, hemos estado abocados como orfebres a crear aparatos e inventar cuanta cosa se nos ocurra, si no estamos proyectando nos sentimos vacíos como inútiles, no estamos preparados para gozar simplemente la existencia, no poseemos el estado que lo permite. Estamos impelidos a crear desde la materia, a nivel general nuestra belleza psicológica es mas la de lo inquieto, de lo insatisfecho, de lo rígido que de lo flexible. Estamos como niños chicos tan concentrados en el juguete nuevo mental que olvidamos lo más esencial, lo más básico e indefinible. El terrícola actual  necesita demasiado de auto estima, ya que subconscientemente se sabe aún con graves deficiencias, y lleva siempre un peso, una cierta tristeza, posee inseguridades que lo llevan a valorizar en demasía cosas sin demasiada importancia, sus valores son aún muy toscos, por eso se valora tanto la cuna y el apellido, las tradiciones y sus costumbres, vivimos en culturas chauvinistas, incluso algunos con su ego pretenderían como una panacea hasta exportar la receta del colapso si pudiesen., e incluso con marketing al resto del cosmos, es lo que se hace aquí en la tierra actualmente en los lugares que aun quedan bucólicos y menos perturbados. Nos sentimos buenos aun cuando estamos haciendo una lesera; religiosamente prohibiendo los condones, creando industrias donde no se deben crear, etc. Estamos llenos de insatisfacciones, de inseguridades y vanidades, por eso somos orgullosos, necesitamos darnos ánimos constantemente, (¡aaanimo!), necesitamos mucha auto estima. Igual y en justicia todos somos re necesarios en toda la diversa cadena vital, como no, si somos la semilla, los antepasados técnicos de las generaciones futuras viajantes del espacio, eso si futuras para nuestra óptica, para ellos, nuestros visitantes de naves, somos como parte de su pasado familiar, como ellos a su vez son parte de nuestro futuro, pero en el fondo ambos coexistimos en paralelo, ellos son nuestro potencial actualizado, generaciones mucho más amplias del megalocosmos. Es hasta poético que les demos todo nuestro tiempo, siglos de invención y tecnología aplicada para que ellos tengan aún más tiempo después, más facilidades, facilidades y paz para gozar con el simple y solo hecho de ser y existir en plenitud de consciencia.

Tal como somos ahora, somos necesarios, solo que tenemos que ir creciendo. Existe la posibilidad de un salto no solo como especie y en forma masiva. También se puede “pasar de curso” en forma individual, dar un salto trascendente en la opción personal. Por eso no hay que tenerle miedo a ver la realidad, tenerla clara sin obsesionarse es lo que importa, nada de más, solo el intento, el honesto propósito de verse y verlo todo con desapego al ego que gusta de evadirse. No hay infiernos, castigos ni leyendas, cada uno cosecha lo que siembra y nada más, es lo mismo que uno que es laborioso y astuto comercialmente lo probable es que si persevera logre satisfacciones materiales. Si alguno decide seguir el rumbo expansivo  del universo inteligente pasa lo mismo, sobretodo si uno se compromete a estar a disposición de toda la amplitud de percepción afín al mayor criterio, y jamás negando lo que no hay que negar, tampoco aceptando lo inaceptable, en una aspiración veraz y entregada. Entonces sin perseguirlos ambiciosamente se producen resultados de esta siembra. Yo recomiendo algo súper sencillo pero difícil de hacer; cada uno que esté alerta a reconocer lo justo y verdadero cuando aparezca y de adonde provenga, simple pero no tan fácil. Nos dejamos hipnotizar por lo más espectacular, “lo que tiene un nombre”, y nos vamos alejando de aquello que brilla sin encandilar, no es necesario tejer una pomada para acceder, ni siquiera el yoga que es tan benigno, basta un pequeño movimiento en el punto de encaje y todo lo que es será.

 

 

Óptica futura   (22)

Al hombre común actual, al ver cuerpo a cuerpo a estos pro hombres de nave, aquí llamados alienígenas, le parecerían algo ineptos y aparentemente más lentos, son sin embargo paradojalmente muy rápidos con sus ojos buenos sin esa astucia, juicio o duda normal de aquí, al contrario verían en ellos una calidez inocente de enorme capacidad de gozo y observación. Parte de su trabajo consiste en venir y asistir a planetas en transición como este, manifestando energía en momentos claves y dejándose ver por hombres de variada consciencia. El dejarse ver es una cooperación para estos planos en estados de enorme competencia, una cooperación afectuosa que emocionada convive con las demás partes de un mismo todo, de un mismo reino. Como sus ciencias sociales avanzaron tantísimo no necesitan leyes sociales para gobernarse, son exquisitamente solventes en situaciones que son inverosímiles para el hombre peri cristiano de hoy, tan enrollado con su mente difícil, propia de esta caracteología que sale hace poco del salvajismo y aún le cuesta. Para ellos somos una instancia vastamente conocida en el cosmos, repetida en el mismo desde siempre, somos ancestros de su propio pasado más arcaico, que en diferentes envoltorios materiales y energéticos, da a luz la misma vida divina, desde el átomo hasta lo más complejo, repitiéndose por doquier estos nacimientos cósmicos o fases transicionales conscientes de múltiples tipos.

Las autoridades de este planeta tierra hasta hace poco tiempo pensaban egocéntricamente que era nuestro propio sol el que giraba alrededor de la tierra, hasta hace poco grandes porciones sociales negaban la evolución Darwineana, es así como hemos ido e iremos descubriendo y re descubriendo más y más hasta encontrarnos cara a cara con la magia enorme increíble de este universo vivo evolucionante, estamos inmersos en una trama vibrante de la cual somos parte. Una de las diferencias radicales entre nosotros y ellos yace en el por decir “pelo” o valor que le asignamos a la energía tras el cuerpo, al verdadero ser, rey de reyes, al alma sintiente testigo del acto. El valor que un hombre de esos angélicos otorga al yo profundo de otro hombre es total, como así el respeto por la autentica y variada belleza interior, que es ley de amor belleza y armonía natural. Cuando no se esta afectado por un yo todopoderoso ocupado en sí mismo principalmente, ocupado en ver reflejada su propia pantalla, algo se mueve y el ángulo existencial se ensancha, el fondo de la realidad se hace evidente, la conciencia  se ilumina a sí misma y encuentra consenso natural con lo que le rodea, todo queda conceptuado a gran profundidad, es una cuestión de estados de ser.   

En estos últimos años han proliferado numerosas y excelentes terapias alternativas, enseñanzas  orientales, técnicas diversas de meditación, hipnoterapia, yoga, escuelas iniciaticas, clubes de ufologos, gurues, diversos maestros, distintas ayudas, es algo formidable, claro que en poquísimas de estas disciplinas se puede ver gratuidad (no me refiero con “gratuidad” exclusivamente al campo de lo económico), la mayoría son como tratar de vender felicidad y salud, igual creo son empresas necesarias para estos momentos pero la persona al final no necesita en su búsqueda de paz e información tan solo distintas y variadas recetas por muy buena intención que se tenga, así no suceden las cosas realmente, lo que la gente necesita es información evolutiva accesible que esté allí  siempre cuando la busque o la requiera, eficiente, diáfana, sea médica o del tipo mas abstracta, y esta debe ser de todos como tantas otras cosas por derecho humano. Estos son solo los inicios de un movimiento que involucra variada experimentación, no placebos solamente. Debemos llegar a ser capaz de ayudarnos entre nosotros sin tanto cuento seductor, sin el factor hipnótico que involucre alguna distorsión egótica del terapeuta o de la causa que se representa, sea que esté demasiado apegado a su dogma o creencia, o demasiado posesionado en su personaje de manera que se pierda objetividad, ecuanimidad, y el dar pierda fuerza. Son muchas las verdades involucradas en religiones, sectas, terapias, escuelas, etc. Solo  el amor como estado, de forma sencilla con afecto puede ir ecualizando todos estos nuevos aportes disciplinarios que hoy día proliferan, hasta que la gente pueda escuchar ya en su propio terapeuta interior la guía liberadora, el estado que hace que lo difícil parezca fácil. La evolución está accesible en esta era, y en todas las otras, el requisito es aceptarle. No tardará el día en que los próximos jóvenes optaran por el buen sentido de todo acto y limpiaran su aura humana de cortapisas inhumanas entre los propios hombres, tejidas a lo largo de las épocas pasadas, y convertirán este plano en algo cristalino, maravilloso, sin stress, será una vida humana pos crisis, el agua será gratis.. Los juegos bobos serán recuerdos del tiempo en que para llenarse necesitábamos tanto estímulo y acción, serenamente se acabaran los monstruosos edificios y se vivirá más integrado a la tierra, con las facilidades elementales y tecnológicas que aconseja la cordura. Antes de hacerse presente ese tiempo habrá una gran revaluación de los roles y valores sociales e individuales, evaluación de los intereses creados de aquellos que han lucrado con el estancamiento humano sea consciente e inconscientemente, sean estas religiones, instituciones, multinacionales económicas, etc. Se producirá solo cuando no exista afán de venganza social. En fin, cuando el niño se aburre del juguete no hay caso, es semejante al día en que cambiamos los cómics por la literatura, personalmente en un momento algo me cambio adentro en el devorador de historietas que yo era a los cinco años. Una madurez distinta siempre reemplaza naturalmente lo viejo, lo anterior, no es que uno de pronto desprecie las historietas porque descubrió los libros, solo que naturalmente pierden interés.

A pesar que a muchos no les interese, la fuerza de los buenos cambios es tan inmensa que aveces se atrasa pero siempre llega, se impone. Hasta el momento en la tierra siempre se han visto revoluciones ambiciosas, interesadas y violentas, cuando se imponga un sentido común de altura, un consenso objetivo, veremos una revolución madura guiada por la evolución terrícola más consciente, liderada por hombres más considerados, más armónicos, amorosos, dispuestos a compartir, y ya en un ambiente social sin la amenaza bélica constante de  personas o grupos cuadrados y de formas sociales anacrónicas, en el fondo claramente disociativas, amenazantes, castigadoras, poco facilitadoras, no reforsadoras, siempre más dispuestas a ir en ayuda del egoísmo más cínico por sobre el idealismo más puro aunque aveces impulsivo e inexperto de los más nobles. Los jóvenes luego dirán; queremos arboles y parques, buen aire, tiempo libre, y el arte por sobre el mercado, un sí grande a la compasión, no a lo mercantilista e interesado, no a lo hipócrita y chabacano, no al aceleramiento, no a la mendicidad en la salud, no a los objetivos mezquinos etc., Será la patria nueva, esta vez mundial, se llorará de alegría por el encuentro de ese hombre tan buscado por Diogenes y su lamparita desde tantos siglos atrás, será un proceso. Entonces, ¡eureka!, lo imposible se vera como posible, surgirán nuevas fórmulas de intercambio más eficaces y justas, los médicos reasumirán su rol más de servicio, con auténtica compasión, por eso serán médicos solo las auténticas vocaciones y los músicos serán todos aquellos verdaderos enamorados de la música, los designados por las musas y por la música misma, sin otras pretensiones caprichosas sean de ego o económicas. Al fin estaremos aptos para separar el grano de la paja, así iremos quedándonos con lo auténtico de cada ámbito, por fin los arboles nos dejarán ver claramente el bosque, cada ser será lo que es asumiéndose con amor. Sin impostores en las artes o mediadores que las desvirtúen  elevando y sacralizando socialmente fórmulas simplonas inferiores de arte, las que se propagan hipnóticamente solo para cosechar grandes cantidades de billetes desde la maza. Los jóvenes buscarán en el arte algo más que un desahogarse, será un nutrirse en despierto, y vendrán los verdaderos espectáculos mágicos que elevan las vibraciones sin la glamour y exuberancia artificial de las grandes producciones de ahora, que manejan una capacidad de asombro infantil en los espectadores, que okay! está bien, pero no es lo único. Será el fin para tanto héroe con pies de barro., Surgirán los auténticos y profundos artistas canalizadores de lo sublime, dejándose atrás la sobre saturación de espectáculos de un mismo nivel repitiendose hasta el cansancio, y desencantando precisamente del arte a las personas más buscadoras y sensibles, personas que buscan más y no saben aburridas dónde encontrar, en un plano donde la profundidad a quedado como fuera de tono, uno la encuentra si busca, pero o la encuentra pobre falta de medios, o al contrario glamour izada.

Esto es solo el comienzo del principio, todavía  queda entender que necesitamos una presencia muy despierta ante la evasión y tanto anestésico. Al haber entonces valoración por el arte, por el auténtico acto mágico, y al ser este relativamente escaso, será mucho más trascendente el efecto para los espíritus que asistan a las funciones o eventos, lo que dejará a todos actualizados, impregnados de noticias o mejor dicho nuevas abstractas útiles para el mutuo desarrollo interior, que es a lo que de verdad venimos al mundo, la escuela. No necesitaremos entonces escapar de nuestra interioridad. También como existirá poca energía coercitiva entre pares, retrocederán los niveles de temor y desamparo social iniciándose una espontaneidad nunca antes conocida, bajará la idolatría porque se vivenciara el verdadero “yo soy” que conecta directamente con la mayor fuente de energía, energía directa de primera mano, lo que no se vende, evidenciándose en nosotros el origen divino de todos con una fuerza luz tan grande que disolverá toda dependencia enferma y mala costumbre adquirida. Todo peso del alma manifiesto o disimulado desaparecerá con la vivencia de otra más alta realidad, la que enfocada por nosotros barrerá los fantasmas e ideas falsas acumuladas, ideas mutuo dependientes adheridas a la sociedad como un circulo vicioso achatante, falsas premisas a modo de categorias y apreciaciones de corto vuelo, muy defendidas y de poca altura, que un día fijamos a priori, que alguna una vez introyectamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aprendizaje sensible   (23)

Para comprender a la hombría de hoy, habría que empezar por su sensibilidad, sensibilidad que en el fondo es amor, un amor experimentado como fuerza o energía no auto compasiva, la sensibilidad es la delicadeza misma del espíritu, una flor que vemos es amor real, “fineza de consideraciones para con la vida”, un vivenciar comprendiendo que somos mucho más que un niño viejo y caprichoso en busca de logros personales familiares o de grupo. La trascendencia es el sumun de la sensibilidad, donde surge por sí sola la más alta justicia, coherente y consensual. La sensibilidad es como la medida del amor que llevamos y que precisamente siempre ha sido combatida, paradojalmente por sectas y religiones que dicen cimentarse en el amor. Lo simple de todo en la vida ha sido complicado por gente complicada que interpreta con un prisma estrecho las cosas creando reglas y afirmaciones que resultan a la larga una camisa de fuerza, profecías auto cumplidas además extremadamente falsas, incompletas y dolorosas. No es extraño en nuestra historia reciente toda esta clase de contradicción, la burocracia de las iglesias no llega a reconocer las verdaderas jerarquías humanas desde el punto de vista de la evolución de la conciencia – amor, ni siquiera adentro y menos afuera de sus propias cerradas comunidades. La humildad de la sensibilidad es conmovedora, más no es tímida, posee realismo veraz, y la inherente autenticidad de la naturaleza. La soberbia siempre ha negado y niega la luz que no puede o no quiere vivenciar, la soberbia la combate porque la deja fuera de tono, evidencia claramente lo que es falso y está creado por un afán de simple búsqueda de seguridad.

Cuando se es muy sensible, tan sensible a cuestiones que a los demás les parecen indiferentes, y además ésta sensibilidad va acompañada de intención profundamente indagadora y honesta, entonces comienzan a pasarnos cosas del ámbito que llamamos mágico. Recuerdo épocas atrás mucho antes de ver naves o percibir otros regalos y fenómenos relacionados, en un par de ocasiones en distintas casas donde vivimos en el pasado, se produjeron sendas explosiones al interior de nuestra casa que nos dejaron casi con un zumbido en los oídos, esto fue justo en momentos bien precisos, momentos claves, creo que fue como un llamado de atención por estarnos cargando de vibraciones mentales en un sentido demasiado equivocado, quizás contagiados por la atmósfera paranoica de esos difíciles años militares en que las protestas y los antagonismos muchas veces derivaban en muertes humanas, también habían raptos y otras tensiones muy propias de esos tiempos de los tempranos ochenta en Chile. Los dos inofensivos bombazos en casa nos interrumpían nuestro hacer cotidiano despabilándonos de lo contingente, acercándonos a planos cognitivos mucho más misteriosos, nos hacían verificar que las cosas paranormales suceden. Influían varias cosas en esto, pensé tal vez la lectura del momento, o tal vez  influyo el haber visto por aquella época una exposición en el museo bellas artes de cuadros y dibujos hechos por artistas alemanes de la época del Weimar (1930), que paradojalmente se trajo al país en el principio de los años ochenta. La percepción pavorosa de esos pintores alemanes activos cronológicamente entre las dos guerras mundiales y que intuían tan claramente lo que vendría unos pocos años después con Hitler, eso estaba sentimentalmente impreso y plasmado en la angustia de su arte, que más de algún Santiaguino de esa época recordara como algo tremendamente conmovedor.

Fueron estos bombazos inexplicables al interior de nuestro hogar y en momentos muy especiales uno de los primeros presagios de todo lo que nos vendría después. Siempre hasta ese momento yo había sido y aún soy bastante prudente al respecto de lo que no me consta, siempre aplicando la duda sana frente a lo que no había personalmente experimentado, ni menos en forma grupal, jamás adicto a la fe ciega ni mucho menos de inventarme rollos que sean después incómodos de contar. Desde aquel tiempo en adelante se fue ampliando el campo de lo extraordinario en mi experiencia.

Hoy pasado el acto simbólico de la ruptura del muro de Berlín vivimos con un cierto aire de que ya pasó lo más grave, o ese punto más álgido en la descompostura humana. Existe una sensación que hacia adelante será cuestión de tiempo y vendrán los buenos cambios, seguramente habrán coletazos y recoletazos hasta que la nueva cultura se asiente, a decir verdad hasta que los viejos tapones evolutivos de siempre vayan desapareciendo, dejando el paso a seres mayores más equilibrados para los cuales su prójimo por distinto que piense no sea nunca para ellos solo un humanoide, como dramáticamente los nombraba un alto  jerarca de Chile pasado. En un futuro, personalidades esquizoides e incrédulos de la belleza posible ya no habrá, porque en verdad son como genes recesivos, se extinguen, y sus mismos hijos ya vienen más blandos, más comprensivos. Entonces en ese tiempo será fácil auto gobernarse y frenarse, alimentando una acción menos avasalladora, utilitarista y egocéntrica entre nosotros mismos, y también en relación al medioambiente, en fin, toda una clase de nobleza e inteligencia sutil nos espera como género afortunadamente, para salvarnos de vivir mal, como ahora, algo errados, y llega a ser absurdo, hacinados, auto limitados por nuestros propios espejos y creaciones, nuestros juguetes dilatorios, aún ignorantes y des imaginativamente desencantados de las relaciones más ricas y posibles de lograr. Finalmente reemplazaremos nuestros sueños tele- novelescos infantiles, por; calidad de relación, esto si que es muchísimo más entretenido que un film.

En un futuro próximo para el bien vivir tendremos que saber y establecer cuantos y como tenemos que ser para no ser nocivos, medios tóxicos y anti ecológicos para el buen fluir armonioso del planeta. Incluso a veces sin intención dañina se daña en cualquier sentido, somos abrutados, queremos invitar a todo el mundo para lucir nuestra buena intención por televisión al desierto y entonces se muestran los rally de los numerosos vehículos con tracción haciendo tira las dunas, llaman a todo el mundo a sumarse, aparecen entrevistas en que los participantes nos cuentan su maravilla de estar entre puros tuercas rajando el desierto entre el místico rugido de los motores.. Mas adelante seremos en sentido figurado, más chiquitos, menos inflados, frugales, dominando la bestia de los sentidos compulsos, apasiguandola, dejando lo justo que no nos estorbe ni limite nuestra libertad y eficacia. Habrá comunidades pequeñas con gran intercambio social entre ellas, sin ese triste afán competitivo, el tener hijos y familia será un acto consciente no de afirmación personal o de utilidad u apoyo comercial. Creciendo nosotros y nuestro centro más sutil se vive la verdadera paz más allá de los impulsos y se obtiene la verdadera sobriedad. Allí en esas comunidades futuras que hablamos, se conoce el valor de la relación y se le venera santificándole como a Dios mismo. La vida puede ser maravillosa para todos aquí en la tierra, sin excluir tampoco al sufrimiento, aceptándolo y ofreciéndolo como “el ardor que nos sobrepasa”, integrándolo como una realidad ineludible a nuestro actual estado, eso si; entregándonos al misterio de la vida nunca mas sufriremos en un sentido tradicional. 

Recuerdo una vez que recién colonizando el campo en el cual hemos vivido con mi familia todos estos años, desperté de noche con una angustia, me sentía presionado por distintas circunstancias, estabamos a mediados de los ochenta, todavía no explotaba en Chile la divulgación actual de conocimientos orientales, chamánicos, etc. Uno como buscador sentía una brecha mucho mayor con el mundo establecido de ese entonces. Recuerdo esa vez no podía dormir y camine por el pasillo a altas horas de la noche y tras la cortina vi que en el potrero frente a la ventana había una luz blanca que crecía y se achicaba hasta desaparecer, y nuevamente volvía a aparecer, al principio era pequeña de color ámbar profundo y luego crecía mucho más blanca, luego otra vez bajaba de intensidad anaranjeándose hasta desaparecer. En ese momento nuestra sensación era la de estar realmente frente a algo extraordinario, esa luz venía acompañada de un sentido de comunicación inefable, todos nuestros niños estaban durmiendo, estuvimos por horas observándole, quizá fue la primera vez que sentimos mas allá la verificación explícita y visual de la conexión, comprendí que no estabamos solos, en el fondo siempre lo supimos, claro que ahora estabamos frente al hecho concreto mismo, y que de hecho no se puede siquiera transcribir en palabras la sencilla complejidad de lo que sucedió, son campos sensibles inmensamente superiores a cualquier palabra o definición, solo puedo decir lo que nos dejó, nos dejó una paz de saber que nuestra forma de ser intuitiva, tal vez mística, tenía un asidero, tenía una correspondencia, era algo explícito que nos confirmaba nuestro camino, camino que hasta entonces para nosotros era un tanto extraño, un poco obsesivo en cuanto a nuestra propensión a hablar profundidades de la vida e indagar en forma casi permanente centros abstractos que casi nadie tiene el afán ni el tiempo de integrar, nosotros lo habíamos tenido y en cantidades, tiempo de estudio y de contemplación activa. Comprendí muchas cosas esa noche, comprendí porqué somos nosotros tan aire, tan pajaritos frente al mundo, frente a este mundo salvaje que no da puntada sin hilo. Comprendí porqué a nosotros siempre nos llegaba materialmente lo necesario y no más en forma bastante natural, y aunque con lo justo, podíamos tener algo de paz para criar cinco hijos en el campo, y también dedicarnos profusamente a estudiar e indagar sintiéndonos relativamente protegidos. 

Al relatar estos hechos lo hago con el fin de atestiguarlos, para que o bien te parezcan familiares, ya sea que hayas vivido sucesos semejantes, o para que de lo contrario te informes de que son hechos experimentados por personas tal como tú, y que suceden, existen. En realidad como decía son hechos bastante simples al lado de otros relatos que circulan, sirven para constatar un presentimiento que al estudiante le será de gran utilidad, a todos nos pasan cosas, incluso que no percibimos, aveces no tienen que ser tan extraordinarias, cosas sencillas de gran significado como por ejemplo esos contactos con aves o animales que alguna vez nos han asombrado. Recuerdo una ocasión estando en nuestra casa en el campo, el cielo comenzó a ser literalmente oscurecido por miles de aves marinas en migración, fueron casi dos horas en que no dejaban de pasar y pasar volando en gruesa columna de movimientos ondulantes, gráciles, sincronizados y muy bajito, a ras de techo, para luego elevarse perdiéndose a la vista en ambos sentidos del cielo, como sería de larga la formación que uno a simple vista en un horizonte despejado no podía ver ni el comienzo ni el final de la enorme procesión de aves, estas aves migratorias adoptan un vuelo en formación en que todas van girando sincronizadamente como en un ballet, fueron dos o más horas de asombro. Todo esto sucedía en un momento bien especial en que compartíamos con muchos amigos, el asombro fue general ya que esto estaba absolutamente conectado al tenor de nuestras conversaciones y actividades del momento, solo fue un corolario. Que a las aves les deleita la música no es ningún misterio, lo puedo confirmar con experiencias personales, experiencias comunicativas impresionantes que tienen que ver con el estado interior en que me encontraba. Aveces he estado inspirado tocando algún instrumento y bajan enormes bandadas de tordos a los arboles del jardín, y me encantan, son tan expresivos y cotorrientos, he podido observar los cambios conductuales en ellos, en la medida que la música sube por lo sublime he visto que las aves acusan recibo y lo expresan. Contagia tanta emoción compartida alrededor de algo tan puro como lo es la música, música que nace de un alma bien agradecida y del sentimiento de profundo afecto. En otras ocasiones son encuentros con colibríes, sobretodo cuando salgo a caminar por el campo con la flauta, son tan rápidas y vitales estas aves, como me gusta verles pasar en juegos, aveces detenerse en el aire, entonces nos miramos bien de cerca, aveces se aproximan a los ojos y se siente el viento de sus alas en el rostro, da emoción sentirlos tan cerca de la cara, transmiten una felicidad contagiosa, son pajaritos muy especiales ya que no matan para comer, como lo van hacer si se alimentan nada menos que únicamente del néctar de las flores, son felices y se les nota, sienten amor, viven en profundo ágape con el medio ambiente. Aquí en mi casa se refugian muchas aves, se sienten protegidas tal vez de cazadores, cada árbol que he plantado ha sido pensando en ellas. Otras veces cuando camino por la noche mirando las estrellas, pasa algún búho en vuelo silencioso ululando haciendo presente esa unión, ese estado compartido de armonía y comunicación.

Las aves se diferencian físico cerebralmente de nosotros especialmente por una fase faltante en ellas de evolución en el cerebro que llaman neo cortex, o cerebro cortical. Anteriormente millones de años atrás, mucho antes del ser humano, se desarrollo un primer cerebro o cerebro posterior, llamado también cerebro reptiliano o complejo r, después la naturaleza  paso o mejor dicho “pasamos” por otra fase de desarrollo cerebral que han llamado “sistema límbico,” que los fisiólogos y estudiosos han reconocido como la zona física en que se gestan (canalizan) las emociones, el afecto, conocida también como la sede del efecto de muchas drogas psicotrópicas, también se dice que éste sector controla la hilaridad, el sobrecogimiento y una gran variedad de sutiles emociones que solemos considerar privativas del hombre. Las aves y otros animales tienen evolucionado solo hasta este centro cerebral, nosotros también lo tenemos presente, compartimos ese “receptor” con ellos, la capacidad de sentimiento, es bello, además los humanos sumamos un tercer y ultimo desarrollo o crecimiento cerebral conocido bajo los huesos parietales y lóbulos frontales; el famoso néo cortex, quizás agregándonos ese afán de resolver dilemas, uno de los sellos de nuestra especie. Esto solo para explicar un asiento mecánico para algo que es mayor, si bien comprendemos al cerebro como la parte estructural donde suceden fenómenos de enorme riqueza espiritual, es el asiento físico para el advenimiento de energías mucho más complejas e inmateriales,  el cerebro es un receptor y transmisor, un condensador de frecuencias, algo más que un simple aparato encerrado entre cuatro paredes como lo quieren ver algunos desde una óptica reduccionista, conductista, positivista.

Lo que más me interesa de todo este contexto es valorar y destacar la fase sensible que yace en los pájaros y otros animales, la comunión maravillosa que podemos tener con ellos. Sí, la alta sensibilidad que éste estado de amor promueve de ternura entre todos los reinos, entonces con algunos pájaros que se acercan sin temor a nosotros compartimos se podría decir, una “unión límbica”, allí se comparten secretos de humildad, unión, y compasión inexpresables. Podemos unirnos con ellos sobre la base de nuestro cerebro en común, nos unen nuestros respectivos sistemas límbicos, cuna de la música, del amor, y del sentimiento, Dios es sentimiento, y nosotros lo percibimos con el sentimiento. El sentimiento es de lo más importante y lo mantenemos relegado, relegado atrás de muchas cosas. Esto es explicable como vimos ya que nos encontramos en una fase transitoria bastante nueva, una fase cortical, estamos posesionados ensayando y celebrando nuestro nuevo adelanto, este nuevo órgano, que después de millones de años hemos desarrollado, un tercer cerebro, el famoso neo cortex que nos da tanto trabajo gobernar, someterlo a verdadera ecualización y corazón. ¿Podrá llegar el momento en que la energía consciente, que en el fondo es sentimiento, sea más independiente de su contenedor orgánico? La impermanencia o muerte física no anula el fenómeno percibido, la fuente, el mar del que vienen las gotas. Al contrario terminamos tarde o temprano desapegándonos de tanto color personal para entrar a estados de cognición mucho mas enteros y comprensivos, estados unificados difíciles de anticipar desde estados anteriores en evolución, un animal no puede especular en como se sentirá tener una mente como nosotros. Existen miles de seres desarrollándose desde la cucaracha hasta los estados por nosotros conocidos como angélicos, nos cuesta imaginar y menos comprender lo que sucede en las alturas de la evolución, nos cuesta acá a nosotros entender a un Buda, un Cristo., Mucho más difícil entender planos en que la intuición y el sentir se ha transformado en lo inexpresable, en el “nirgúna”. Para nosotros los humanos el amor viene a ser lo más alto, lo último, para otras civilizaciones cósmicas en cambio es solo el principio, el comienzo de todo, la base sintiente.      

Cuando el corazón se abre se allanan las dificultades, nos damos cuenta cabal de donde estamos y como somos, entonces dejamos la severidad a un lado, el  “tajantismo”, esa dureza con el error ajeno, la condena y el castigo inmediato, vamos captando en vez mucho mejor nuestros propios y personales rasgos de fealdad, frialdad, resentimiento, omisión, dureza e imperfección humana primaria, vemos que hay tanto dolor, tanto error, falta de inteligencia y oído, al mismo tiempo nos damos cuenta de que todo es transitorio, todos estamos muriendo, enfermando, envejeciendo, y que falta sentimiento, sentimiento que no se puede entender si no se experimenta, un estado de existir distinto que interpreta la vida comprensivamente más allá de nuestro propio yo individual o de grupo. Es un estado de “comprension-amor” que trae la disolución de los conflictos personales y una alegría “por que sí”, es algo que la normalidad rasa no puede distinguir, y la normalidad es mayoría, odia consciente e inconscientemente cualquier cosa que la supere, y considera anormal no solo a los pobres enfermos mentales, también junto a estos anormales considerados limítrofes que están bajo la norma, también coloca así mismo en aprieto a los que la superan y destacan por su nutrida esencia. A través de toda la historia estos seres un poco más evolucionados han sido evidentemente perseguidos por estar más allá de la norma superándola, muchisimas veces son a los que erróneamente llaman mucho después genios o iluminados, casi siempre en la historia estos han sido descalificados y hasta atacados físicamente (la lista es larga), en los países, en los colegios, las universidades, por las instituciones, etc., Y han sido siempre descalificados por autoridades que salen de una masa super normal más pilla y avilosa, pillos sobretodo para poder realmente adaptarse tan bien a la medianía de cualquier época. Sabios extraordinarios han sido despreciados e ignorados simplemente por la mente corriente influyente de cualquier clase social.

 

 

 

Fresca, disponible, accesible, silenciosa y desapegada   (24)

Cuándo el corazón se abre se allanan las dificultades. Técnicas para abrirlo existen por montones, sin embargo el corazón vive abriéndose y cerrándose, cuando se cierra viene la ceguera, la frustración, el desencanto (nadie canta), luego aparecen los sutiles y no tan sutiles sadismos y masoquismos habituales, un auto opacamiento progresivo y una cantidad de enfermedades mentales y físicas resultantes, amamos a unos y mal miramos a otros, en fin; ¿Porqué no se lo abre al corazón entonces, si  conviene a todas luces hacerlo, incluso si a pesar de que el hombre es un experto en buscar todo tipo de conveniencias?., Raro es que en este sentido tan mayor es poco o nada lo que se hace. Pero si fuera tan fácil hacerlo este no seria el famoso santo planeta purgatorio, tal vez seria otra época, a lo mejor la genuina y auténtica nueva era. Lo que pasa es que aquí todavía todo está en discusión, en construcción, y abundan los “puntos ciegos” zonas ciegas en las personas incapaces de introspecciones ecuánimes, incapaces de auto verse la sombra, o en el mejor de los casos si no somos tan cínicos entonces estamos como indefensos ante nuestras propias tendencias equívocas.. ¿Que pasa? Aquí en el mundo existe todo un organizado ejercicio de potencialidades prácticas, mnemotécnicas y de especializaciones, somos como robots en amplios aspectos de la vida, donde un corazón abierto vale mucho menos que un frío interés comercial, a decir verdad nos falta mucho que apreciar de la vida, sobretodo mientras las personas no abran más sus otras potencialidades, las que tienen que ver con el amor, amor ausente de sentido superficial mercantilista e interesado. A más alejados de lo pequeño y lo mezquino, mejor podremos abrir un corazón puro y no sectario.

Siempre habrá espacio para lo nuevo si dejamos partir lo viejo, si miramos atrás una y otra vez correremos el riesgo de quedar hechos estatuas de sal, eso sí es muy distinto recapitular conscientemente que ir hacia atrás en forma compulsiva. Parece ser que al librarnos de tanto acumulado dejamos un espacio metafísico disponible para que penetren nuevas visiones, ideas, y sorpresas, situaciones que estimulan el goce y disfrute pleno de la existencia, porque el alma sensible necesita entusiasmo y el entusiasmo proviene de una mente fresca, disponible, accesible, silenciosa y desapegada, en realidad la etimología de la palabra entusiasmo lo dice todo.

Existen múltiples formas para liberar el apego y otras tendencias perniciosas, el hombre que al entrar a su oficina por la mañana comienza ordenando su escritorio, votando papeles y re ubicando sus cosas, repite sin saberlo el mismo modelo técnico ocupado mucho después por el estudiante introspectivo en lo que respecta a su psiquis interna. Establecer un patrón de ordenamiento psicológico no es algo fácil cuando se cuenta con seres individuados, diferentes en carácter. Más las esencias elevadas ofrecen un campo de unicidad y afecto amoroso muy lejano al de un primer e incipiente comienzo, comienzo fragmentado, siempre diferenciando en base a capricho mecánico, atracción versus aversión (el hombre comienza obedeciendo a leyes de la naturaleza muy por debajo de sus auténticas posibilidades). Cuando la competitiva ley ancestral de evolución animal se torna enojo, aparece toda una gama de conductas hoscas y hostiles a lo que sea, desde lo grueso a lo fino, distanciándose la energía consciente de sus órganos, los átomos que componen ese cuerpo ofuscado entonces no bailan, no celebran, se enferman, no fluyen en armonía, el cuerpo siente o interpreta todo esto como un rechazo, algo que no está en completo acuerdo con la vida, con lo total, lo elevado., La evolución es un dejar nacer tanto o más que un hacer.

En ámbitos de la evolución avanzada no hay controversia ni oposición posible, esto es algo inapelable, y va a llegar por más que se demore, visiones humanas pasantes se sobreponen unas a otras constantemente dejando cualquier consideración de época demodé. No hay oposición posible ni social ni religiosa que tenga éxito duradero por sobre la evolución, las sociedades pasan, evolucionamos, nos optimizamos para un progreso cualitativo de la energía, el proceso rectificador se ve alentado por las diversas vicisitudes dolorosas maestras de la vida, que van dotando de temple a los espíritus menos quebradizos a través de nuestras vidas, vidas de seguro destinadas a vivenciar tanto decrepitudes mentales y físicas propias  así como ajenas; Atestiguamos accidentes, enfermedades, defraudaciones, y como postre de fondo nuestro propio proceso entropico de muerte física inevitable. ¡Increíble destino para ese niño inocente y juguetón que todos fuimos un día! Nuestras vidas son misiones, aquí nos calibramos de vida en vida, la forma humana actual recorre su primera juventud, un río de esperanza, una chance para entender y encender la llama.

En esta gran época de extensión de los conocimientos antes ocultos por la ignorancia, época actual donde casi todo se ha puesto sobre la mesa para el que quiera tomarlo, existen riesgos velados, un tanto oscuros aún para la mente humana, por eso ahora más que nunca se necesita atestiguar vigilante, o si no tantas variedades y ofertas de vitaminol para el alma nos harán perder parámetro y la sobriedad para evaluar y valorar un auténtico acto mágico cuando realmente este sucede, y no hay que esperar siempre actos mágicos recubiertos de espectacularidad, por ejemplo; Hay tanta música sonando en radios, discos, programas, música puesta en los locales comerciales, sonando todo el día en la calle, etc. Que ya casi ni llama la atención la más sublime música en vivo de cualquier estilo, hay tanto maestrito que cada maestro destacado de la época en todos los lugares pasa inadvertido, irreconocido en su profundidad, tanto silabario compitiendo entre sí que los textos más profundos yacen dormidos en el olvido o en la falta de reconocimiento, aveces es cierto que todo este silabario sirve de estimulante o aperitivo para los más sagaces en su búsqueda, otras en cambio adormece en la gente el feelling o la pasión trascendental. En muchos después que pasa el primer entusiasmo por la búsqueda trascendental, la persona se endurece hasta sin darse cuenta y sé vivencia la frustración de estar frío, aburrido e indiferente, aunque no se lo acepte abiertamente. Hay que tener ojo con disfrutar sin entender bien la búsqueda de conocimiento como en un morbos buscando la sensación por la sensación, como quien elige productos en un supermercado, cambiando de yoga tal al curso cual, todo eso trae aburrimiento, y la persona aburrida después cree que todo fue solamente una etapa, una etapa superada. Creo que importa más como se haga que incluso lo que se haga, todo es más simple de lo que nos cuentan los mediadores o presuntos maestros, no es necesario tanto caminar por el fuego o tanto recitar mantrams como papagayo, ni tampoco pertenecer a escuelas iniciaticas, etc. Cuando uno despierta se da cuenta que todo lo otro eran sueños, hasta que uno no despierta se vive comprando pomada, actuando aleatoriamente. Lo esencial es que brillen los ojos, poder sentir el misterio, el sentimiento de la energía, ojalá en lo cotidiano, nunca podemos dar nada por hecho, el universo a cada paso es algo tan sutil y misterioso.                                        

Existe una gran reserva de emoción-corazon en el género humano, la importancia de esto,  nunca me canso de repetirlo, es crucial para el avance evolutivo, la dificultad estriba en canalizar esta reserva, dificultad por razones básicamente de índole mecánico, casi fisiológicas, no por culpa genérica del ser humano, que muchas veces ni siquiera está consciente del propósito primo de estar aquí en la tierra. La mayoría se gasta la vida y su potencial en cosas que creen más importantes, urgentes, e interesantes, pero como el progreso sutil es inherente a la evolución, la vida misma ablanda al final hasta al más duro en su intento por sensibilizarlo. Los dolores fuertes y sus quiebres nos otorgan más indulgencia, dulzura y corazón para juzgar al prójimo. Si a la tierra (ni Dios quiera) le sucediera algo fuerte con respecto a lo ambiental, daños al ozono y al clima, algo incluso más evidente que lo actual, por el dolor inmenso entonces harían inmediata aparición los mea culpas ecológicos y se abriría una sensibilidad más profunda respecto a tantos cuestionamientos ahora soslayados. Para crecer en amor llegamos acá, el verdadero disfrute viene cuando uno pasó la prueba y entre comillas puede portarse bien casi siempre y no a ratos (este portarse bien tiene que ver con el corazón), “esto no significa llenarnos de hombres buenitos que no son buenos”; acordémonos de que muchas cosas que están bien para las sociedades no están bien para el cosmos más consciente y viceversa. Ni siquiera el millonario más evasivo puede librarse del sufrimiento, especialmente el de; “no estar bien conscientes del efecto de sus causas”, o peor aún si existe apatía y desinterés por el “ver” más profundo. Si yo pudiera definir el cosmos en una sola frase esta sería; “un gran corazón palpitando”, la gente que va muy indiferente esta obligada a sufrir para comprender con la vivencia terrenos que nunca exploró. Así trabaja la mecánica de la consciencia, siempre depurando, aunque paradójicamente cada ser o persona es actualmente un perfecto “sea lo que sea”, sin culpas, así es la paradoja, como que somos totales y no lo somos, depende el ángulo de la mirada, esto no le resta dinámica al proceso evolucionante que mediante cambios y transformaciones nos pule.

El amor es el bien al que no todos se atreven a encarar, y es la resistencia a él la que origina trastornos en nosotros, nos impide expandirnos más, nosotros nos impedimos la expansion-amor, esta resistencia nos bloquea, estas resistencias habria que verlas claramente y después amarse porque uno no es solamente ese elemento de bloqueo en sí, esa emoción negativa, solo se esta identificado pasajeramente con algo que se aprendió, o mal aprendió, además uno igual es un “perfecto sea lo que sea” en proceso de aprendizaje. El amor es todo permisivo, solícito, positivo, sensual, la vida en si es sentidos, así que amar es seguro, y evidente su bienaventuranza. El amor es también una dimensión modificable, acrecentable, profundizable, una energía viva que trasciende cualquier ego, cualquier imaginación, cualquier modelo; el más verdadero trabajo es elongar el amor. La insatisfacción y el deseo desatado se producen porque no hemos llegado a un estado pleno en el cual ya con solo ser es casi suficiente, y es suficiente. Y si por el contrario nos creemos ser o estar plenos antes de tiempo igual tarde o temprano veremos nuestro engaño, no es blanco o negro, somos y no somos totales, una paradoja.

 

 

 

         



                    Quinta parte escritos del viaje

 

Un estuario entre el pasado y el futuro   (25)

En el antiquísimo Bhagavad Gita, su personaje central, Krisna, nos muestra por medio de estas viejas escrituras védicas milenarias la suprema forma de ser de las energías individuales o “Jivas”, situadas enfrente a un universo tan inconmensurable, en evolución, como es este. La información hoy esta un poco más disponible que en el pasado, sobretodo en variedad de libros, Internet, ahora se puede indagar y rastrear mejor las sabidurias, solo hay que disponer de antenas, aunque aún faltan muchos más libros relevantes en plaza, y los que existen son muy caros todavía para el pueblo. No deja de ser curioso un libro como el Gita, cientos de años anterior a Cristo y a la Biblia que nos cuenta sobre la existencia de otros planetas habitados paralelos al nuestro viviendo en distintas eras o “yugas” de existencia. Dice por ejemplo que habitamos en un planeta de la era de Kali y que ésta era de Kaliyuga dura por cuatrocientos treinta y dos mil años en los cuales hay abundancia de contienda, ignorancia, y apatía trascendente, donde la verdadera virtud es minoría, una era en que se persigue compulsamente lo fruitivo, todo tiene que producir frutos incluso hasta la amistad. También nos habla de una super alma, nos cuenta literalmente de que el sol es un ojo de Dios. El libro ordena, es una verdadera anatomía geográfica del alma puesta al servicio del devoto busquilla que no se latea con estos temas, es un libro hecho para ser entendido e interiorizado en un cierto estado de calma y purificación mental. Llaman la atención las laminas y dibujos antiguos de Krisna su protagonista, el siempre se ha dibujado como alguien de grandes ojos sabios y de piel completamente azul, con collares de guirnaldas en el cuello y acompañado de una flauta, siempre rodeado de animales y personas, hombres y mujeres en estado devocional. Da la impresión de ser un hombre de otro plano, regido por una fuerza vital muy evolucionada, como un poeta suave, místico, alejado de todas las actividades fruitivas del ego, se nos muestra un personaje no aprisionado (apretado) por el sistema social en el que apareció, se le aprecia libre, obediente a leyes cósmicas ulteriores.

Sin duda vivimos con la información sobre la mesa, disponible para quien esté maduro y pueda sacar de ella lo que necesite de acuerdo a su propio estado de vivencia, es milagroso como a medida que se avanza en el camino comienzan a caer solos los elementos nutritivos adecuados para que nuestros espíritus se enriquezcan y desarrollen. Sin embargo a medida que más se tiene sobre la mesa más difícil puede resultar esta oportunidad para algunos a los que los arboles no dejan ver el bosque o que simplemente la abundancia de información los hace perder perspectiva especialmente con  los prejuicios, y la duda escéptica (lo contrario de la duda razonable), duda escéptica que no sabe separar el grano de la paja y se pierde apresuradamente lo mejor, muchas veces porque hecha todo al mismo saco, otras porque no sabe hilar fino, extraer la sabia de las cosas, de ciertos libros especiales, y a la primera frase o sentencia leída que nos parece dudosa cerramos sus páginas perdiéndonos el resto del oro diseminado en ellas, a los que creen saberlo todo les sucede a menudo, juzgar demasiado rápido es fatal para nuestro crecimiento. También debemos cuidarnos de cierto desgano de amor que nos invade en oleadas, sobretodo en estas épocas tan positivistas plagada de pragmatismos miopes, la tendencia que se da es a ignorar lo majestuoso, lo primo, por un buen atado de logros prácticos y bienes materiales, hipotecando en parte nuestro breve paso por este plano, plano especialmente propicio para que se dé ese gran salto cualitativo de la consciencia.

Para leer la abundante literatura que han dejado los sabios de todas las épocas es necesario un ánimo desprovisto de prejuicios o identificaciones, un abrirse a lo que se siente importante y verdadero sin descalificaciones a priori. El hombre menor siempre cree que sabe más de lo que sabe, odia menos de lo que odia, enfrenta más de lo que enfrenta, ama más de lo que ama, etc. Para las letras y palabras de sabiduría se necesita cierta paciencia, no fe ciega, un estado de “epoge” como decían los griegos, “una breve suspención del juicio”, especialmente ese juicio sibilino, interesado teñido por escrúpulos heredados de quizá que crianza. Nadie es perfecto, toma las cosas que te sirvan y deja las otras sin necesariamente calificarlas, toma todo lo que te sirva, no hay que rechazar nada por extraño, la verdad esta repartida, tampoco es un juego en el que se puede organizar esta verdad, la verdad tiene algo de inmanejable, impredecible, esta en todas partes y no se puede organizar, a lo más podemos sacar el grano de la paja, y con mucho cuidado. Si leemos por ejemplo el libro del Tao (Lao Tse) veremos en él un punto de encaje asertivo para vivenciar aspectos de esta vida, al leerle sentirás en tu pecho un descanso para tanto anhelo hueco y desgastado, tanta forma de ser dura y voraz... Que no te lleguen ciertas lecturas significa que no son para ti momentáneamente, esto tampoco es algo final, no hay que cerrarse caminos, seamos seres transculturales, transpersonales, no limitemos nuestro centro con los ropajes tan exclusivos de determinada cultura momentánea, pasajera y fugaz. Existen otras descripciones vitales, culturales, y muchas, las que queramos, no te malgastes en un exceso de acomodo e identificación, vislumbra otras paralelas, el futuro es de poetas ¿o te creías que íbamos a seguir inventando fetiches hasta la eternidad? Si quieren patentar una vida gris ya sin sorpresa, predecible y materialista, no es tu problema, averigüemos más, leamos y veamos cosas simples y profundas que nos aparten de ese punto de encaje sólido, frío, soñoliento. ¡Ha! ¿Té activas con la “Maya” (ilusión) necesitas llenar rompecabezas, quizás leer alambicadas literaturas menores tan abundantes? Bueno, empieza gradualmente de menos a más a priorizar tu energía sutil por sobre la materia sin nervios, anda descubriendo lo bueno que hay más allá de nuestras exclusivas personalidades., Desmasificate retroalimentandote con lo menos común para la era, con el oro de lo consciente, acuérdate que en muchas cosas es una era cabezas para abajo, bastante al revés, donde lo “bueno bueno” no es siempre comercial, no es siempre lo más apreciado. Esto que escribo no significa crear una nueva identificación con algo excéntrico o propiciar un andar a contrapelo social y más encima con un nuevo estandarte. Al contrario, siempre hay que asumir una distancia con cualquier solapado nuevo fanatismo, pero busca, impúlsate, no te cases con nada, aprovecha tu tiempo sin aflojar, con intento inflexible limpiando el vínculo con lo eterno, haciendo gestos al espíritu, afinando el oído con paz-ciencia.

No quisiera dar por ahora un listado de nutrientes, ya sean libros, datos, técnicas, recomendaciones muy tajantes o cualquier otro medio de elevación, creo más en que el propio espíritu guía cuando existe verdadero propósito, además no quisiera influir en este punto tan amplio y misterioso, intimo, todos somos tan iguales y tan específicos al mismo tiempo. Creo profundamente en el gurú interior de cada persona, ese testigo en desarrollo constante en cada cual, en cada ser, es el perfecto guía para saber donde y como buscar, no todos tenemos una relación muy elaborada con éste testigo y aveces éste parece engañarnos con mensajes equívocos que más vienen del ego que del atestiguador imparcial interior. Afinemos el oído, la sabiduría es una cuestión de oído, algo musical, el testigo es algo impersonal no quiere ser maestro o que le tiren flores, es uno solo y todo junto, es objetivo y en su esencia está más ser un mensajero que un poseedor. Descubrirlo es un hallazgo gigante, enorme, liberador, después se crea una confianza en él, no hay que desorientarse porque estas cosas grandes no salen en las portadas bellas y tentadoras de la ignorancia, la propaganda interesada, o la recomendación del billboard, tampoco en los ranking, todo eso es siempre ahí no más, ciertos vinos se descubren solo con el paladar de los más exigentes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gran sentido común universal    (26)

Vivimos sucesivos estados de expansión y contracción, al parecer se puede mejorar el nivel de estos constantes vaivenes de expansión y contracción, más no se pueden eliminar por ser ésta una ley cósmica, la del péndulo, todo late en el universo, el propio universo se expande y se contrae. Mientras más baja la naturaleza del ser, las contracciones son más graves y groseras, al desarrollar una más alta consciencia objetiva nos atestiguamos mejor desde nuestro propio centro y aprendemos a conocer el alma de nuestra alma y a no urgirnos demasiado con lo que es una ley natural, después de una expansión siempre habrán nuevas etapas de contracción, solo que al ir evolucionando fluctuamos en un nivel más alto de contracciones y expansiones sucesivas, en el cual estas contracciones y expansiones siguen sucediendo pero a más altura y de forma más sutil. A medida que vamos expandiéndonos dejamos a ese ser impermeable, estrecho y contraído, por uno yoga o sea uno más unificado, esto es una experiencia solo vivenciable, un real estado de “samadhi”, de absorción en la consciencia total, espíritu, alma cósmica, dios, o como le queramos llamar, un estado vigílico por excelencia, nos ponemos tan lúcidos y despiertos que entonces todo puede pasar., estamos permeables, porosos, allí apreciamos los verdaderos significados.

Muchos de nosotros hemos vivido estados extraordinarios de consciencia, sea cuando estamos junto con un ser muy expandido, o tal vez meditando, también por cambios vibratorios producidos por sustancias enteogénicas, los seres humanos han recurrido desde siempre en toda su historia a estas sustancias como ventanas para ver otros ángulos de la realidad, le han dado al hombre mayores perspectivas. También se puede acceder a estos estados acrecentados de consciencia por algún fuerte drama de la realidad personal, o algún contraste inesperado. Cuando surge esta iluminación momentánea aumenta el voltaje, la potencia del amplificador, y nos conectamos al próximo nivel evolutivo del nuestro, oscilamos más cercanos al todo, a lo que no hemos estructurado. Esto pasa, y dependiendo de cada individuo estará la facilidad para el olvido, otra vez la fuerza centrípeta nos baja a piso, al lugar en que estabamos con nuestros códigos habituales. Existe tanta parafernalia inventada para sujetarse y darse seguridad, paradójicamente en un mundo de seguridades inestables por completo.

Mientras más pequeño nuestro centro magnético, más olvido, ¿cómo es que podemos acrecentar nuestro centro atestiguador imparcial? Simplificándolo, diría que todos tenemos implícita una corriente, la que en esta ocasión llamaré “mí”, la productora de imágenes, sueños, ideas, sensaciones emotivas, fantasías, potencialidades creativas, destructivas, características y tendencias personales, etc. Luego tenemos otro fenómeno visible que llamaré “yo mismo” o “el examinador” e aquí al centro profundo principio del testigo y del místico y famoso “yo soy”. Sucede que las personas muchas veces confunden las cosas y piensan de sí mismas como si fueran una suma de conocimientos agrupados en su mente, craso error, llegan a identificarse tanto con sus contenidos, con su “mí”, hasta que viene y surge el examinador, lo que es un verdadero segundo nacimiento, este testigo es el generador del magnetismo y de otras proezas bastante increíbles aún para todos. Al ir creciendo la fuerza de este examinador no significa la muerte o el fin del “mí”, al contrario, sucede un “fenómeno de entonación”, entonación de todas las imágenes e ideas-sensaciones con el “yo profundo” o yo mayor, convirtiéndose la mente o el “mí” en algo sumamente filtrado, todo sin esfuerzo, una canalización sin interferencias rápida y precisa, un “conocimiento acertado” sumamente confiable para el “yo mayor”, que a su vez entonces requiere de mucho menos energía examinadora para actuar. Es el fin del ego falso que no es otra cosa que la anarquía de la energía del mí que produce imágenes, juicios y películas sin ser procesadas eficientemente, o digeridas, procesadas por una fuente mayor, por el gran sentido común universal unido al “súper yo”, así el testigo interior se va pudiendo transformar en un amo de sus circunstancias interiores, amo mucho más despreocupado de las jugarretas provocadas por una mente primitiva, inmadura, repleta de información aleatoria e incoherencias, aún exenta de los detalles y finezas que marcan la diferencia cognitiva entre un punto y el otro.

El sentido yoga o unificado se produce al sintonizarse el yo con el gran sentido común universal, el yo trabaja entonces descansado, confiado en las fuentes novedosas emanadas constantemente del universo y con la sinergía que todo esto significa, actuando de consuno con la conciencia objetiva, como un todo, sin necesidad de disección o análisis pequeño fragmentario, aveces lo que se llama intuición es esto, un atajo, un simple atajo que la mente “mí” no puede tomar, no sabe tomar, no le sirven las herramientas con que dispone. Algo parecido a querer llegar con cohetes a gasolina a lugares distantes del universo, a los cuales solo se pueden acceder con otras tecnologías y conocimientos mayores del hiper espacio, tal como lo hacen las naves superiores de la galaxia.

Un ser humano que nace que crece tarde o temprano descubre al ir adquiriendo mas consciencia que deberá construir sus pilares para sustentar los pisos en que vivirá mas arriba, darse a construir sus pilares es un logro, el hecho de forjarlos, solo de saber que existen, es grandioso, se olvidan luego cuando ya edificamos en los pisos un poco mas altos y se vive definitivamente en lo que se sustenta con esos pilares. Los pilares permiten el primer desarrollo armónico del hombre, encontrarlos es una parte de su tarea, la otra por supuesto es construirlos día a día reconociendo leyes y verdades que nos aproximan por así decirlo al modo del universo, y en un acto de voluntad aplicarlo todo conscientemente en la vida diaria como un gesto constante al espíritu, un acto constante de re aprecio. Los pilares son solo una metáfora, no hay nada coercitivo en ellos, no significan por ejemplo dejar de lado el sexo, o forzar la mirada hacia algún lado por temores anidados en lo mas profundo de la psique, temores socializados, introyecciones o culpas castrantes actuando todavía en materias controvertibles. Al respecto, el sexo conforma un verdadero departamento de aduana interno que aveces amedrenta al devoto buscador desde lo oculto de sus mecanismos, le hace dudar desde sus traumas aproblemandole de más. Por eso hay que tener cuidado con las palabras, desarrollar cierto olfato, para que nadie construyéndose sus pilares finalice edificando con ellos su cárcel.

Existe tanta información de baja calidad entronizada como lo socialmente top, ésta vende y le va bien en estas épocas de relativa oscuridad. Nunca se ha de olvidar donde estamos para así no sobre valorar lo mediocre por muy oficial y popular que sea. Al revés, lo cierto, lo más refinado en el buen sentido, lo superior, siempre ha sobrevivido con dificultades, mas bien ocultándose para sobrevivir. 

Sexo, humanidad y consciencia   (27)

Ya se sabe es un error ir en contra de la libertad sexual y su plena expansión, en esto sucede que debemos dejar a la naturaleza su tiempo de cada cosa. Lo natural es dar expresión al total de uno mismo y la gracia es que se haga sin dañar y equilibrándose en un amor bien entendido es suficiente. Aquellas millones de personas que se masturban (me da risa) deben seguirlo haciendo hasta que sientan el impulso, hay toda una sabiduría del cuerpo en ello y si por torpezas y falsas creencias nos reprimimos le quitamos al hombre su salida más urgente y le condenamos incluso a su envejecimiento prematuro. Nunca la sabiduría del cuerpo va contra la del alma, porque son esencialmente lo mismo, no olvidemos la alegría de un sexo bien expresado y sin frustraciones, dios no crea y luego desprecia lo que el mismo hace, al contrario deja que el propio hombre elija y se dé cuenta en libre albedrío cuando ya algo es suficiente, lo importante es ver que si nos excedemos en cualquier forma la naturaleza misma nos lo hará saber, nos rectificará sin la necesidad de otro mediador o juez temporal, juez humano paternalista de fondo castigador. En el universo yace una cualidad comunicante, una cadena interdependiente a niveles musicales, la sexualidad expresa eso, comunicación, entrega, y recepción, cada sexualidad es distinta, unas más refinadas y austeras, otras desbordantes y generosas, todo esta bien, tiene su lugar y derecho sagrado a co existir. Veamos lo bueno que tiene este derecho, y si tu te vas transformando en ángel y va cambiando tu sexualidad conforme a eso, permíteles a los demás sus propias formas de sexualidad aunque te parezcan más ordinarias y groseras, estoy seguro de que cuando estés angélico o más realizado serás todo benevolente, no buscaras siempre tantos culpables y serás tolerante. El sexo se va transformando a medida que evolucionamos, dejémosle esto a la vida y no nos metamos donde no se debe hacer, demás esta decir que no se debe tejer una leyenda sucia con respecto al sexo y otras cosas simples de la vida, al contrario, hay que positivizarlo y cada oveja con su pareja, estoy seguro que mientras existen mujeres que necesitan amor-sexo de hombres más elementales, otras requieren el fragor de un alma más pulida y sutil, más cercana a lo angélico y delicado. Otros no sienten una sexualidad imperiosa y tampoco están realmente mal, somos todos necesarios, Dios esta en todas sus expresiones y no a regañadientes, la luz esta en la consciencia que comprende todas estas cosas y no rechaza ni se rechaza por emblemas culturales en transito.

Nadie queda sucio por un orgasmo sexual, podemos sentirnos felices y libres sexualmente siempre que se mantenga una actitud santa con la vida, actitud protectora, benevolente, simpática y amorosa. Cuando el sexo no contraviene las leyes del amor y el respeto común y se lo disfruta en paz de consciencia, se hace elevado y el éxtasis es completo, incluso no solo tan localizado en las partes genitales, más bien expandido a la primera causa, entonces la total comunión es otorgada. Hacer el amor en la naturaleza, en el cerro, simboliza esto de perderse con el cerro mismo en absorción con el todo, ese todo que incluye al pasto la mariposa al rocío al susurro de las hojas y al sol que calienta nuestra espalda mientras hacemos el amor, eso es absorción en lo supremo, esto también puede ser un éxtasis religioso, a su nivel tan valido como el del mejor sentimiento místico. Siempre ha existido una defensa o ataque velado o manifiesto en contra del sexo que lo sitúa como un exhalador de bajas pasiones entre los hombres, al respecto pienso que un hombre de bajas pasiones hará un sexo de bajas pasiones y uno de altas pasiones hará  sexo de alta sexualidad, de alta pasión, es tan obvio. Todos los pre conceptos y prejuicios en contra de ciertas cosas poco conocidas se ven facilitadas por una mentalidad específica muy actual que practica la numerosa escuela del echar todo en un mismo saco. Personas respetables socialmente, son aveces incapaces de ver matices en las cosas, temerosos de dar los saltos cognoscitivos que en la vida se requieren a cada rato, actúan como repinches retardatarios, reaccionarios del proceso social evolutivo, esto es un tipo de crimen ampliamente aceptado.

El camino humano es sorprendente, el arte esta escondido solo para las mentes que no le aprecian, al arte le utilizan de muchas maneras, todos sabemos, pero en las artes hay artes que no podemos utilizarles. Lo primario de todos los iconos, y el egoísmo antropológico del hombre, lo sumergen aún en territorios prehistóricos y a pesar que nos pensemos viviendo la historia, la verdadera historia humana comienza el día “d” que sintamos haber dejado definitivamente la guerra la discordia la injusticia y la brutalidad refinada y bruta. ¿Puede el hombre comenzar a vivirlo todo con otra sensibilidad? No me cabe ninguna duda que esto será  y se vivirá una avant premier del planeta tierra en cuanto a lo cósmico, seguro que a su tiempo haremos contacto con otras civilizaciones del megalocósmos y seremos integrados al sistema total, sucederá cuando madure la madrecita tierra, cuando se junte la necesaria energía para desencadenar ese proceso, será también para cada persona en su momento y ahora. Se requieren brazos psicológicos que aporten la vieja nueva a otros, sutilmente, con acciones iluminadoras, actos de fe que vayan ejemplificando el camino sin creerse tampoco un papel, más bien en un acto fino, desprendido, incluso de la consciencia del bien que otorga. No se puede en esto empujar al río, la actitud humilde serena y piadosa en cada esquina es un acto de amor valioso, lo mismo la mirada compasiva y alegre de regalo para el prójimo. Todo eso vale más que todo tipo de campañas publicas pseudo filantrópicas que sirven para recaudar fondos ensalzando y acicateando la auto compasión en las siempre señaladas como “pobres víctimas”, campañas sociales vanidosas que justifican una expiación perniciosa de mea culpas y lavadas de manos para después seguir al otro día todos en la misma y hasta peor de insensibles, el ambiente en estas campañas públicas generales siempre parece el de una fiesta en la que aparecen a marquetearse desde las empresas hasta los personajes más insólitos y conspicuos, aparecen a vitrinearse las colonias extranjeras, los artistas parapetados y cuanto inversionista en su ego que viene a vanagloriarse de su limosna. El acto reedita comercialmente a los filántropos de ocasión, el acto en sí es efectivo, pero puntual, no hay solución de raíz, juntan algún dinero y se ayuda efectivamente a ciertos necesitados, pero claro no debiera ser sin embargo un cínico show de verdades aparentes, sino un acto de sobriedad que se dé siempre como por sistema de vida, no como gran gracia ocasional solamente. Por algo se empieza, es cierto, pero no nos ocultemos las verdades tampoco; ¿que importa si en la vida real la persona filántropa es un despiadado depredador comercial del medio ambiente, o una empresa vil automatizadora de hombres más ignorantes y desvalidos? todos van ahí lavan sus manos y de pasada aumentan sus ventas por televisión.

Casi todo está muy al lote con el hombre y sus sistemas, todavía el brazo ancho del dinero pesa más que la cabeza y se necesitan ejércitos para defender al capital, mientras tanto los adalides del pseudo progreso avivan la expansión industrial territorial y la desbocada natalidad, lo hacen ingenuamente para que sean mayores los mercados para el capital, y así convertirlo todo en un gran supermercado, “dar trabajo” es la premisa que sirve de coartada justificatoria. Toda cifra contundente de las estadísticas sobre los datos de la destrucción ambiental galopante que demuestre enfáticamente el resultado actual del proceso ambicioso en ciernes que no respeta ecosistemas ni menos al hombre sutil, es rechazado de plano por hombres jerárquicamente menores en evolución, pero bien posesionados y de gran poder e influencia social heredada, heredada del peso del pasado equivoco en nuestra sociedad. El problema medio ambiental, los irresponsables se lo dejan al futuro, una mochila muy pesada para los que vienen y vendrán, sobretodo de vuelta de esta ventolera. En estas condiciones no les es fácil a las personas más espiritualizadas edificarse sus pilares para profundizar la razón de ser de este viaje vital, he aquí el desafío mismo, la prueba de fuego para aquellas individualidades de la era “kali”; despertarse a pesar de todas las realidades en contra es el logro supremo, una misión algo crística y estoica. Siempre quedara el gozo de saber sintonizarse a las verdaderas fuentes primordiales de sensatez, es el goce que nos queda a los que descubrimos poesía hasta de lo podrido.

La soberbia de las jerarquías sociales que mandan en cada época es tanta, que escasamente han sabido apreciar, escuchar a los sabios y nutrirse de ellos, al revés los han estigmatizado disociándolos de la órbita mediocrita de las mayorías y sus creencias, para eso han estado y están los expertos ignorantes de intereses creados que dan sustentación al orden banal de cada época, por supuesto que estos al verse amenazados por el advenimiento de una por decirlo de alguna manera; profunda aristocracia espiritual en ciernes, cierran las puertas adonde pueden al prototipo de hombre más sensible e iluminado, al hombre de certeza no de creencia, pues nadie entiende cabalmente lo que no ha vivido, un hombre que jamás ha tenido un  estado de “satori”, una iluminación, o que la ha tenido no apreciado y olvidado, verá con desconfianza a quienes lo hallan experimentado todo mejor desde un ángulo más elevado, incluso les verán con cierta envidia no reconocida, no pueden creer ni tolerar que se pueda ser mayor siendo minoría, y como ser mayor en el gran sentido lo ven difícil y lejano, sobretodo en ellos mismos, lo decretan imposible también para los demás. Son las dificultades propias de la evolución de la consciencia, gajes de la ignorancia, no vale la pena pelear contra ellas si no trascenderles en una paz-ciencia activa, amatoria y hasta comprensiva para con la estructura de la prehistoria, eso sí las campanas no deben dejar de sonar en ningún momento. Para cuando se supere el número clave de seres vibrando la nueva era de objetividad, sobretodo era del amor sin hipocresía y temores, entonces se dará vuelta la tortilla y comenzaremos otra historia.

Nunca se debe olvidar que mientras más tajante es una persona, mientras más crea tener puntos de vista definitivos sobre las cosas, mientras más pelee por ellos y se exalte, o se cierre, más medievalmente vulgar es.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apuntes finales del viaje   (28)

Cuando pienso en los acontecimientos que dan origen a este relato no puedo olvidar ese pequeño cuaderno de notas tomadas en el sitio mismo de los sucesos, con gran exaltación de animo por las vivencias anonadantes de ese momento que para mí fue francamente iniciante, cuesta bastante abrirse a escribir sobre hechos y factores poco comunes a la generalidad de las personas y más todavía relatarlos sin la auto censura, sobretodo por la especie de energía pasada que involucran, de hecho no me siento en lo personal nada extraordinario, solo un canal. Como todos poseo un yo más abierto al cosmos y otro más cerrado, cuando escribo espero al más abierto, al escritor más ecuánime, siento que estoy escribiendo algo que no me pertenece solo a mí, así lo entiendo y me reconozco super imperfecto en el camino y con tropiezos. Que se me hallan cruzado eventos que marcan, que tienen que ver con la comunicación interestelar no son garantía de nada en mí evolución futura, al contrario, no han dejado de ser una vara muy alta para uno que empieza desde el ego más tosco a avanzar en la vida más amplia, son grandes descubrimientos de todo tipo quizá acompañados de ciertos residuos tóxicos de las viejas tendencias en retiro, ego que no deja de coletear, que siempre esta allí acechante.

 Por ultimo voy a transcribir esos apuntes textuales de notas tomadas en el momento mismo en que me pasaban cosas nuevas y mágicas sin cesar, en el tiempo y momento social ambiental de la guerra del golfo. Las palabras allí escritas tienen cierta pasión encendida, son palabras que me nacía decir y lo hacía sin temor a juicios propios, ajenos, o algo que se le parezca. Ahora esos escritos me parecen más distantes, pero eso si no menos efectivos, simples, directos, videntes, todavía son vigentes, este es un extracto de ellos, obviamente de los que considero más representativos.

Determinados puntos:

-    Lentificar el bit humano del planeta, proceso de ritmos co secuenciales con el planeta.                                                                             

-    Donde los negocios no son tan importantes todavía se puede ver la vida.

-    El encuentro era todo.

-    Hay que ameritar, hacer gestos al espíritu.

-          Mí salvación es tu salvación, tu salvación es su salvación, su salvación es mí salvación.

-          Hay unos que sienten rabia y no miran al cielo, no miran al sol, la luz omnipotente.

-          Están viniendo señales del cielo, esta llegando karma instantáneo, el cínico individualista masificado tiene que urgentemente dejar el paso libre hacia la fuerza unificadora.

-          Los rostros que ya no están para congeniar por los ojos con nadie, pasarán.

 

Viene una fuerza, una visión de luz y paz a inundar nuestros corazones de reconocimiento a la grandeza, entre comillas tenemos que apurarnos, ya es tarde para convencer a nadie de nada, se ha gatillado en el planeta un fenómeno destructivo gradual de la naturaleza y sus condiciones armonizantes. Solo se detiene con la antigua comprensión, con la cual cortamos contacto cuando no entendimos que el ser humano tiene una velocidad vital ideal y que alterándola, acelerándola, se acaban poco a poco hasta las ganas de vivir,  porque implica vivir fragmentados de lo creado más sutil, de un universo esencialmente comunicativo, pausado. Creyéndose hacedor el hombre se la jugó muchas veces mal en el camino, aveces torciéndole o cambiándole los comandos al creador y eso es impracticable, tarde o temprano el tino del universo se impone. Personas no sienten en sus corazones sensibilidad de ver como la civilización y las carreteras tocan santuarios nunca antes trivializados, centros de abalorios se trasladan a ex santuarios naturales multiplicando al virus insensible que consume a la humanidad, sobretodo en las ciudades, mientras tanto en la naturaleza se contagian lugares que aún quedan pacíficos, agregándoles ese bit de inquietud e insatisfacción permanente traído por los más neuróticos. Piensan las masas que por ser más o ser la mayoría, todo está bien justificado, pero si el ritmo no fuera tan violento no estaría todo tan pervertido. Es increíble ver tanta destrucción en un planeta tan hermoso, tanto anhelo, tantas fábricas de anhelo.

El hombre vive pruebas duras, cada vez más duras para sensibilizarlo, y como está acostumbrado a sentirlas ni siquiera ya las nota, el hombre duro esta sufriendo lo que los vedas llamaron “vasana” o impresión residual, constantemente asediados por sus propios demonios. Se acaba el reinado del astuto por sobre su superior evolutivo; el sabio. Los tiempos no están para que los pseudos obtengan premio, lo obvio no estará tan parapetado, tan escondido del sentido común tras un cúmulo de mentiras inventadas para satisfacer el anhelo vicioso de la perpetuación del ego y los intereses subalternos. El ego falso caerá, devendrá en amor, la individualidad reconocerá su fuente, volverá a sentir devoción, aspiración y recogimiento espontáneo. Lo atinado traerá la paz en este continuo descubrir. A mayor percepción otras descripciones del mundo se irán abriendo, ensanchando, así el hombre no solo se irá mecánicamente en una. Las verdades de la vida las han escrito y contado muchos, pocos sin embargo las han juntado., eso llegará, esta llegando, es hora que hable la vida clara, los hermanos de las naves están acá por eso.

Febrero de mil novecientos noventa y uno.

 

 

Colaboración de Maria Eliana Aguilera Ormazábal

 

 

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