LA LUZ DEL ALMA

Su ciencia y su efecto

Paráfrasis de Los Aforismos de la Yoga de Patanjali

Con comentarios de Alice Ann Bailey

Con gratitud, dedicado a Foster Bailey

 





DECLARACIÓN DE LOS EDITORES DE LA VERSIÓN INGLESA

Lo excepcional de este libro es que los Aforismos de la Yoga han sido vertidos al idioma inglés, de los aforismos originales en sánscrito y dictados telepáticamente por El Tibetano a la Sra. Alice A. Bailey. Los comentarios fueron escritos por ella y posteriormente sometidos a la revisión de El Tibetano para su aprobación.

"Antes de que el alma pueda ver, debe lograrse la armonía interna, y los ojos de la carne deben estar ciegos a toda ilusión.

"Antes de que el alma pueda oír, la imagen (el hombre) debe estar sorda a los rugidos y a los murmullos, a los bramidos de los elefantes y a los argentinos zumbidos de la dorada luciérnaga.

"Antes de que el alma pueda comprender y recordar, debe unirse a aquel que habla en silencio, así como la mente del alfarero se une primero a la forma que le dará a la arcilla.

"Entonces el alma oirá y recordará.

"Y entonces hablará la Voz del Silencio al oído interno".

La Voz del Silencio

CONSIDERACIONES PRELIMINARES


La Ciencia de Raja Yoga o "Ciencia Soberana del Alma", tal como la presenta su exponente principal Patanjali, con el tiempo hallará su más amplia demostración en Occidente, lo cual se debe a que, de acuerdo a la ley cíclica, la quinta raza raíz (en su quinta subraza) debe inevitablemente alcanzar su punto culminante. Tal punto, en la economía de la raza, está ejemplificado en el correcto empleo de la mente y su utilización por el alma, para lograr los objetivos grupales y el desarrollo de la conciencia grupal en el plano físico.

Hasta ahora, la mente ha sido deificada o prostituida para alcanzar fines materiales. Mediante la ciencia de Raja Yoga, la mente será conocida como el instrumento del alma y el medio por el cual el cerebro del aspirante se iluminará y adquirirá el conocimiento de los asuntos concernientes al reino del alma.

De acuerdo a la ley de evolución, la quinta raza raíz debe ocuparse íntimamente de la mente, por ser el quinto principio, y su correspondiente quinta subraza debe hacerlo más estrechamente que ninguna otra. Los estudiantes harían bien en tener presente las siguientes analogías:

1. La quinta raza raíz.......................................aria.

2. La quinta subraza........................................anglosajona.

3. El quinto principio......................................mente o manas.

4. El quinto plano...........................................el mental.

5. El quinto rayo............................................conocimiento concreto.


Las diversas yogas han tenido su lugar en el desenvolvimiento del ser humano. En la primera raza, puramente física, denominada lemuriana, la yoga impuesta en esa época a la infantil humanidad fue Hatha Yoga, la yoga del cuerpo físico, que enseña el empleo y la manipulación consciente de los diversos órganos, músculos y partes de la estructura física. El problema de los adeptos de esa época, fue enseñar a los seres humanos (que eran poco más que animales) el propósito, significado y empleo de sus diversos órganos, para poder controlarlos conscientemente y comprender el significado simbólico de la figura humana. Por lo tanto, en esos primitivos días, los seres humanos llegaban al portal de la iniciación gracias a la práctica de Hatha Yoga. En aquel entonces, la tercera iniciación, cuyo resultado era la transfiguración de la personalidad, era la más elevada que el hombre podía alcanzar.

En la época atlante, el progreso de los hijos de los hombres se lograba mediante la imposición de dos yogas. Primero, la conocida con el nombre de Laya Yoga, la Yoga de los centros, que produjo la estabilización del cuerpo etérico y de los centros en el hombre, y el desarrollo de la naturaleza astral y síquica. Más tarde el Bhakti Yoga, resultado del desarrollo del cuerpo emocional o astral, fue incorporado al Laya Yoga, sentándose las bases de ese misticismo y devoción, que ha sido el incentivo fundamental de nuestra particular raza raíz aria. El objetivo, en esa época, era la cuarta iniciación. El tema de estas grandes iniciaciones está tratado con mayor extensión en el libro Iniciación Humana y Solar.

En la actual raza aria, la subyugación del cuerpo mental y el control de la mente se logran por la práctica de Raja Yoga y la meta para la humanidad en evolución, es la quinta iniciación, la del adepto. Toda yoga ha ocupado su lugar y ha servido un propósito útil, y resultará evidente que cualquier retorno a las prácticas de Hatha Yoga, o esas que se ocupan específicamente del desarrollo de los centros, por medio de los distintos tipos de prácticas de meditación y ejercicios respiratorios, constituyen, desde cierto aspecto, un retroceso. Hallaremos que mediante las prácticas de Raja Yoga y asumiendo una posición que ejerza un control directriz (que descubrirá quien centre su conciencia en el alma), los otros tipos de yoga resultan innecesarios, por cuanto los resultados de la yoga superior incluyen automáticamente a las inferiores, aunque no a sus prácticas.

Cuándo las prácticas de yoga sean estudiadas, se evidenciará que recién ahora ha llegado el día de la oportunidad. Oriente nos ha preservado las reglas desde tiempo inmemorial. Uno que otro oriental (y unos pocos adeptos occidentales) se han valido de estas reglas y se han sometido a la disciplina de esta exigente ciencia. Así se ha conservado, para la raza, la continuidad de la doctrina secreta, la Sabiduría Eterna, y también se ha reunido el personal de la Jerarquía de nuestro planeta. En la época de Buda, gracias al estímulo que Éste produjo, tuvo lugar una gran reunión de Arhats, los cuales alcanzaron la liberación por el esfuerzo autoiniciado. Dicho período marcó, en nuestra época aria, la culminación para Oriente. Desde entonces la oleada de vida espiritual ha afluido constantemente hacia Occidente, y podemos esperar la correspondiente culminación que llegará a su cenit entre los años 1965 y 2025. Para tal fin los adeptos de Oriente y Occidente trabajan conjuntamente, pues acatan siempre la Ley.

Este venidero impulso, como en los tiempos de Buda, es de segundo rayo, el cual no tiene relación con ningún impulso de primer rayo, como el que trajo a H. P. Blavatsky. Los impulsos de primer rayo surgen en el primer cuarto de cada siglo y alcanzan su culminación, en el plano físico, en el último cuarto. El interés demostrado ahora por el Raja Yoga, interés que se irá demostrando cada vez más, y el estudio de esta ciencia y de las reglas que proporciona para el desenvolvimiento del hombre, indican la tendencia general de este creciente impulso de segundo rayo. Así llegará el día de la oportunidad.

Tres libros deberían estar en manos de todo estudiante: El Bhagavad Gita, El Nuevo Testamento y Los Aforismos de Yoga, porque contienen el cuadro completo del alma y su desenvolvimiento.

Los dieciocho capítulos del Gita describen el alma, Krishna, el segundo aspecto, en su verdadera naturaleza como Dios en manifestación, culminando en ese maravilloso capítulo donde Él se revela a Arjuna, el aspirante, como el alma de todas las cosas y el punto de gloria oculto tras el velo de toda forma.

En El Nuevo Testamento, donde se describe la vida de un Hijo de Dios en plena manifestación, cuando libre de todo velo, el alma en su verdadera naturaleza camina sobre la tierra. Al estudiar la vida de Cristo, nos damos cuenta de lo que significa desarrollar los poderes del alma, alcanzar la liberación y llegar a ser un Dios, en toda su gloria, caminando sobre la tierra.

Los Aforismos de Yoga contienen las leyes de ese devenir, y las reglas, métodos y medios que hacen al hombre, cuando se los sigue, "perfecto, como nuestro Padre en los cielos es perfecto". Paulatinamente despliega ante nosotros un sistema graduado de desenvolvimiento, que lleva al hombre, desde la etapa del hombre bueno común, a través de las de aspirante, iniciado y maestro, hasta el excelso punto de evolución en que se halla ahora Cristo. Juan, el discípulo amado, dijo: "seremos igual a Él, pues le veremos tal como es", y cuando el alma se revela al hombre en el plano físico produce siempre una gran transformación. Cristo dijo: "Cosas más grandes que yo hago, haréis", prometiéndonos "el Reino, el poder y la gloria", siempre que nuestra aspiración y persistencia sean suficientes para conducirnos por el espinoso camino de la cruz y nos permita hollar ese sendero que conduce "al camino ascendente", hasta la cima del Monte de la Transfiguración.

¿Cómo se produce este gran cambio? ¿De qué manera el hombre, víctima de sus deseos y naturaleza inferior, se convierte en el hombre victorioso que triunfa sobre el mundo, la carne y el demonio? Esto sucede cuando el cerebro físico del hombre encarnado llega a ser consciente del yo, el alma; pero esta percepción consciente sólo es posible cuando el verdadero yo puede "reflejarse en la sustancia mental". El alma está inherentemente libre de los objetos y permanece siempre en estado de unidad aislada. Sin embargo, el hombre en encarnación, debe alcanzar, en la conciencia del cerebro físico, la comprensión de estos dos estados del ser. Debe liberarse conscientemente de todos los objetos del deseo y mantenerse, como un todo unificado, desapegado y liberado de todo velo y forma en los tres mundos. Cuando el estado consciente del ser, tal como lo conoce el hombre espiritual, sea también una condición de la conciencia del hombre en encarnación física, entonces se habrá alcanzado la meta. El hombre ya no es la víctima del mundo como cuando se ha identificado con el cuerpo físico. Camina libre "con faz resplandeciente" (Co.), y la luz de su rostro se proyecta sobre todo cuanto encuentra. Sus deseos ya no ponen la carne en actividad, por eso el cuerpo astral no lo subyuga ni lo vence.

Por medio del desapasionamiento y equilibrio de los pares de opuestos, se libera del temperamento, sentimientos, anhelos, deseos y reacciones emocionales, característicos de la vida del hombre común y alcanza el punto de paz. El demonio del orgullo, la personificación de la naturaleza mental mal empleada y las deformadas percepciones de la mente, han sido dominadas y queda liberado en los tres mundos. La naturaleza del alma, las cualidades y actividades inherentes a la naturaleza de amor del Hijo de Dios y la Sabiduría que se manifiesta cuando amor y actividad (segundo y tercer aspectos) se unen, caracterizan su vida en la tierra y puede decir como Cristo: "Consumado es".

La fecha del nacimiento de Patanjali es desconocida; existe mucha controversia sobre ello. La mayoría de los autores occidentales la fijan entre los años 820 y 300 a.C., aunque uno o dos la fijan d.C.; los indúes, que se supone saben algo al respecto, fijan una fecha muy anterior, algunos hasta 10.000 años a.C. Patanjali recopiló las enseñanzas que, hasta la época de su advenimiento, habían sido trasmitidas oralmente durante muchos siglos. Fue el primero en transcribir la enseñanza para los estudiantes, por eso se lo considera fundador de la Escuela Raja Yoga. Sin embargo, el sistema se ha aplicado desde los principios de la raza Aria. Los Aforismos de la Yoga son la enseñanza básica de la Escuela Trashimaláyica, a la cual pertenecen la mayoría de los Maestros de Sabiduría. Muchos estudiosos sostienen que los Esenios y otras Escuelas místicas de entrenamiento y pensamiento, íntimamente relacionadas con el fundador del cristianismo v con los cristianos primitivos, están basadas en el mismo sistema y que sus Instructores fueron preparados en la gran Escuela Trashimaláyica.

Los aforismos, tal como los presentamos, han sido dictados y parafraseados por el Tibetano; los comentarios han sido escritos por mí, pero sometidos a su revisión e indicaciones. Se observará que la traducción no es literal ni una definición exacta de cada uno de los términos sánscritos originales. Es un intento de verter al inglés, en forma clara y comprensible, el significado exacto, hasta donde es posible hacerlo en un idioma poco elástico e imaginativo. Al estudiante le será útil, cuando estudie estos aforismos, comparar la versión dada aquí con las distintas traducciones disponibles.


ALICE A. BAILEY
Nueva York, mayo de 1927.

ÍNDICE POR TEMAS

LIBRO I. El problema de la Unión.

a. Definición de las naturalezas superior e inferior.

b. Consideración de los obstáculos y su eliminación.

c. Resumen del sistema de Raja Yoga.

Tema: La versátil naturaleza síquica.

LIBRO II. Los Pasos Hacia La Unión.

a. Los cinco obstáculos y su eliminación.

b. Definición de los ocho métodos.

Tema: Los métodos de realización.

LIBRO III La Realización De La Unión y Sus Resultados.

a. La meditación y sus etapas.

b. Veintitrés resultados de la meditación.

Tema: Los poderes del Alma.

LIBRO IV. La Iluminación.

a. Conciencia y forma.

b. Unión o Unificación.

Tema: Unidad aislada.

BIBLIOGRAFÍA


de las traducciones y comentarios sobre


LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI


consultados en la preparación de la presente obra

Los Aforismos de Yoga de Patanjali .......................... M. J. Dvivedi.

La Yoga-Darsana ....................................................... Ganganatha Jha.

Los Aforismos de Yoga de Patanjali ......................... Charles Johnston.

Los Aforismos de Yoga de Patanjali ......................... W. Q. Judge.

Los Aforismos de Yoga de Patanjali ......................... Rama Prasada.

Filosofía de la Yoga .................................................. Tookaram Tatya.

Compendio de la Filosofía Raja Yoga ...................... Rajaram Tookaram.

Raja Yoga .................................................................. Swami Vivekananda.

El Sistema de Yoga de Patanjali ................................ J. H. Woods.


LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI


LIBRO TERCERO


REALIZACIÓN DE LA UNIDAD Y SUS RESULTADOS


1. La concentración consiste en fijar la sustancia mental (chitta) en un objeto determinado. Esto es dharana 

2. La concentración sostenida (dharana) es meditación (dhyana).

3. Cuando chitta es absorbida por la realidad (o idea incorporada en la forma) y ya no es consciente de la separatividad o del yo personal, esto es contemplación o samadhi.

4. Cuando concentración, meditación y contemplación, constituyen un acto consecutivo, se alcanza sanyama.

5. Como resultado de sanyama, llega el resplandor de la luz.

6. Esta iluminación es gradual; se desarrolla etapa tras etapa.

7. Estos tres últimos métodos de la yoga tienen un efecto subjetivo más íntimo que los anteriores.

8. Sin embargo, estos tres aún no corresponden a la verdadera meditación sin simiente (o samadhi), la cual no está basada en un objeto. Está libre de los efectos que produce la naturaleza discriminadora de la sustancia mental o chitta.

9. La secuencia de los estados mentales es la siguiente: la mente reacciona a lo que ve; luego llega el momento en que la mente es controlada. Sigue otro en que la sustancia mental o chitta responde a ambos factores. Finalmente desaparecen y rige totalmente la conciencia perceptora.

10. Cultivando este hábito mental se alcanzará la estabilidad de la percepción espiritual.

11. El establecimiento de este hábito y la sujeción de la mente para apartarla de la tendencia a crear formas mentales, traen como resultado, en su oportunidad, el poder constante de contemplación.

12. Cuando el control ejercido por la mente y el factor controlador están equilibrados, entonces se produce la concentración unilateral. 

13. Mediante este proceso se conocen los aspectos de cada objeto; entonces sus características (o forma), su naturaleza simbólica y su uso específico en la condición de tiempo (etapa de desarrollo) son conocidos y comprendidos.

14. Las características de cada objeto se adquieren: están en manifestación o latentes.

15. La etapa de desenvolvimiento es responsable de las variadas modificaciones de la versátil naturaleza psíquica y del principio pensante.

16. La meditación concentrada en la triple naturaleza de cada forma, otorga la revelación de lo que ha sido y será.

17. El sonido (o palabra), lo que éste denota (el objeto) y la esencia espiritual corporificada (la idea), son confundidos generalmente por la mente del perceptor. Por la meditación concentrada en estos tres aspectos, se logra la comprensión (intuitiva) del sonido emitido por todas las formas de vida.

18. Cuando se adquiere el poder de ver las imágenes mentales se pueden conocer las encarnaciones anteriores.

19. Por la meditación concentrada se perciben las imágenes mentales en las mentes de otras personas.

20. Debido a que el objeto de tales pensamientos no se manifiesta al perceptor, éste sólo ve el pensamiento y no el objeto. Su meditación excluye lo tangible.

21. La meditación concentrada en la diferencia que existe entre la forma y el cuerpo, permite rechazar o retirar las propiedades del cuerpo que lo hacen visible al ojo humano, y el yogui puede hacerse invisible.

22. Karma o efecto, es de dos tipos: karma inmediato o karma futuro. La meditación perfectamente concentrada en éstos, permite al yogui conocer la duración de su experiencia en los tres mundos. Este conocimiento también lo adquiere por medio de signos.

23. La unión con los demás se obtiene por la meditación centralizada en tres estados del sentimiento compasión, ternura y desapasionamiento.

24. La meditación centralizada en el poder del elefante, despertará esa fuerza o luz. 

25. La meditación perfectamente concentrada en la luz desarrollada, nos hará conscientes de lo sutil, oculto y remoto.

26. La meditación centralizada en el sol, traerá conciencia (o conocimiento) de los siete mundos.

27. La meditación centralizada en la Luna, otorga el conocimiento de todas las formas lunares.

28. La concentración en la Estrella Polar proporcionará el conocimiento de las órbitas de los planetas y de las estrellas.

29. Fijando la atención en el centro denominado plexo solar, se obtiene un conocimiento perfecto acerca de la condición del cuerpo.

30. Fijando la atención en el centro laríngeo, se aplaca el hambre y la sed.

31. Fijando la atención en el conducto o nervio situado debajo del centro laríngeo, se logra el equilibrio.

32. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral.

33. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral.

34. Por la meditación enfocada en el centro cardíaco, se alcanza la comprensión de la conciencia mental.

35.La experiencia (de los pares opuestos) se adquiere por la incapacidad del alma para distinguir entre el yo personal y purusha (espíritu). Las formas objetivas existen para uso (y experiencia) del hombre espiritual. Meditando sobre esto, surge la percepción intuitiva de la naturaleza espiritual.

36. Como resultado de esta experiencia y meditación, se desarrollan los sentidos superiores: oído, tacto, vista, gusto y olfato, que otorgan conocimiento intuitivo.

37. Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos.

38. Al liberarnos de las causas de la esclavitud, mediante su debilitamiento y el conocimiento del método para transferirlas (retiro o entrada), la sustancia mental (o chitta) puede introducirse en otro cuerpo. 

39. Subyugando la vida ascendente (udana), nos liberamos del agua, del sendero espinoso y de la ciénaga, y se obtiene el poder de ascensión.

40. Mediante la subyugación de samana, la chispa se convierte en llama.

41. La meditación concentrada en la relación existente entre el akasha y el sonido, desarrolla un órgano para oír espiritualmente.

42. La meditación concentrada en la relación existente entre el cuerpo y el akasha, otorga la ascensión fuera de la materia (de los tres mundos) y el poder de viajar en el espacio.

43. Cuando aquello que vela la luz desaparece, se alcanza ese estado de ser, llamado desencarnado (o incorpóreo), liberado de las modificaciones del principio pensante. Éste es el estado de iluminación.

44. La meditación concentrada en las cinco formas que adopta cada elemento, otorga el dominio sobre todos los elementos. Estas cinco formas son: la naturaleza grosera, la forma elemental, la cualidad, la penetrabilidad y el propósito básico.

45. Mediante este dominio se obtiene la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos.

46. Simetría de forma, belleza de color, dureza y densidad del diamante, constituyen la perfección corporal.

47. El dominio sobre los sentidos se obtiene por la meditación concentrada en su naturaleza, atributos peculiares, egotismo, penetrabilidad y propósito útil.

48. Como resultado de esta perfección se obtiene rapidez de acción, como la de la mente, la percepción interdependiente de los órganos y el dominio sobre la sustancia raíz.

49. El hombre que puede discriminar entre alma y espíritu, alcanza la supremacía sobre todas las condiciones y llega ser omnisciente.

50. La desapasionada actitud hacia esta realización y todos los poderes del alma, hace que quien está libre de las semillas de la esclavitud, alcance el estado de unidad aislada.

51. Debe haber rechazo absoluto de las tentaciones de todas las formas, incluso la celestial, pues aún es posible la repetición de contactos malignos.

52. El conocimiento intuitivo se desarrolla por el empleo de la facultad discriminadora, cuando hay concentración enfocada en los instantes y su continua sucesión.

53. De este conocimiento intuitivo nace la capacidad de distinguir (entre todos los seres) y de conocer su especie, sus cualidades y el lugar que ocupan en el espacio.

54. Este conocimiento intuitivo, el gran liberador, es omnipresente y omnisciente y abarca el pasado, el presente y el futuro, en el Eterno Ahora.

55. Cuando las formas objetivas y el alma han logrado igual pureza, se alcanza la unificación, que trae como resultado la liberación.

LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI

LIBRO TERCERO


REALIZACIÓN DE LA UNIDAD Y SUS RESULTADOS

a. La meditación y sus etapas.

b. Veintitrés resultados de la meditación.

Tema: Los poderes del alma.

1. La concentración consiste en fijar la sustancia mental (chitta) en un objeto determinado. Esto es dharana.

Hemos llegado a los Aforismos de la Yoga que tratan específicamente del control de la mente y del efecto de ese control. Los quince primeros aforismos están dedicados al control de la mente y cómo lograrlo, y los cuarenta restantes conciernen a los resultados producidos cuando se ha obtenido este control. Se enumeran veintitrés resultados, todos en la línea de expansiones de conciencia y manifestación de facultades síquicas, inferiores y superiores.

El primer paso para este desenvolvimiento es la concentración, o la capacidad de mantener la mente firme y sin desviarse sobre aquello que el aspirante ha elegido. Este primer paso es la etapa más difícil del proceso de la meditación, e implica la capacidad constante e incansable de hacer volver la mente al "objeto" elegido por el aspirante para concentrarse. Las etapas para la concentración están bien definidas y pueden ser enumeradas como sigue:


1. Elección del objeto en el cual se va a concentrar.
2. Retiro de la conciencia mental de la periferia del cuerpo, a fin de aquietar las avenidas de percepción y contacto externo (los cinco sentidos), entonces la conciencia ya no se exterioriza.
3. Centralización de la conciencia, fijándola en la cabeza. En el punto medio entre las cejas
4. Aplicación de la mente, o poner la mayor atención posible al objeto elegido para la concentración.
5. Visualización del objeto, percepción imaginativa y razonamiento lógico del mismo.
6. Extensión de los conceptos mentales formados, de lo específico y particular a lo general y lo universal o cósmico.
7. Proponerse alcanzar lo que se halla detrás de la forma considerada, o llegar hasta la idea responsable de la forma.


Este proceso eleva gradualmente la conciencia y permite al aspirante llegar al aspecto vida de la manifestación, en vez del aspecto forma. Sin embargo, se empieza por la forma u "objeto". 

Los objetos, en los cuales se puede uno concentrar son de cuatro tipos:


1. Objetos externos, como imágenes de la deidad, cuadros o formas de la naturaleza.


2. Objetos internos, como los centros del cuerpo etérico.


3. Cualidades, como las diversas virtudes, a fin de despertar el deseo de poseerlas, y hacer que lleguen a formar parte del contenido de la vida personal.


4. Conceptos mentales, o esas ideas incorporadas en los ideales, subyacentes en todas las formas animadas, y que pueden asumir la forma de símbolos o de palabras.


Uno de los Puranas expresa muy bellamente la idea subyacente en la concentración. Se dice al aspirante, después que ha utilizado los cinco primeros métodos de yoga (expuestos en el Libro Segundo), "que debe ubicar la sustancia mental en algún apoyo auspicioso". Esta ubicación está ilustrada en la descripción de la manera en que debe ser fijada la atención sobre una forma de Dios.

"La forma encarnada del excelso Ser, desvanece todo deseo por cualquier otro apoyo. Debería entenderse que la atención fija es cuando la sustancia mental está concentrada en dicha forma. Y lo que es esta forma encarnada de Hari, sobre la cual debe reflexionarse, tú debes responder ¡oh Regidor de los hombres! La atención fija no es posible sin algo en qué fijarla". (Vishnu Purana, VI, 7:75-85).

Luego sigue la descripción de la forma encarnada del excelso Ser y concluye con estas palabras:

"... que el yogui reflexione sobre Él; y perdido en Él concentre su propia mente hasta que ¡oh Rey!, la atención se fije sobre Él únicamente. Mientras realiza esto o alguna otra actividad voluntariamente, donde su mente no se desvía, entonces debe considerar que esta atención fija es perfecta". (Naradiya Purana, LXVII: 54-62).

La convicción de que son necesarios los "objetos" para concentrarse, originó la demanda de imágenes, esculturas sagradas y cuadros. Todos estos objetos implican el empleo de la mente concreta inferior, etapa preliminar necesaria. El empleo de tales objetos permite el control de la mente, de manera que el aspirante pueda hacer de ella lo que quiera. Los cuatro tipos de objetos ya mencionados llevan gradualmente al aspirante hacia adentro y le permiten transferir su conciencia desde el plano físico al reino etérico, de allí al mundo del deseo o de las emociones, y progresivamente al mundo de las ideas y conceptos mentales. Este proceso se desarrolla en el cerebro, y todo el hombre inferior es llevado a un estado de coherente atención en una sola dirección, donde todos los aspectos de su naturaleza están dirigidos a lograr una atención fija, o una concentración de todas las facultades mentales. Entonces la mente ya no se dispersa ni exterioriza, simplemente se aquieta y "fija plenamente su atención". Vivekananda traduce "dharana" como "mantener la mente fija en un pensamiento durante doce segundos".

Esta percepción clara, unilateral y tranquila de un objeto, sin que otro objeto o pensamiento penetre en la conciencia, es muy difícil de obtener. Cuando puede mantenerse durante doce segundos, entonces se está logrando la verdadera concentración.

2. La concentración sostenida (dharana) es meditación (dhyana).

La meditación es sólo la prolongación de la concentración; proviene de la facilidad con que el aspirante consigue "fijar la mente" a voluntad en un objeto determinado. Está sujeta a las mismas reglas y condiciones de la concentración, la única diferencia es el factor tiempo.

Una vez adquirida la capacidad de enfocar la mente con firmeza en un objeto, el siguiente paso consiste en desarrollar el poder de mantener la sustancia mental o chitta, sin desviarse del objeto o pensamiento, durante un período prolongado. El Purana citado anteriormente continúa:

"La sucesión ininterrumpida de las ideas, presentadas con la única intención de fijarse en Su forma, sin desear nada más, eso ¡oh Rey! es contemplación. Se obtiene por los primeros seis métodos de la yoga”.

La palabra contemplación en este caso es sinónimo de meditación. Tal meditación es aún con simiente o con un objeto.

Dvivedi, al comentar este aforismo dice:

"...Dhyana consiste en fijar la mente en el objeto imaginado hasta hacerlo uno con ella. En efecto, la mente debería en ese momento ser consciente únicamente de sí misma y del objeto".

La actitud del hombre se convierte en atención pura y fija; su cuerpo físico, sus emociones, aquello que lo circunda y los sonidos y lo que ve, se pierden de vista, y el cerebro es consciente sólo del objeto que constituye el tema o simiente de la meditación, y de los pensamientos que la mente va formulando en relación con el objeto.

3. Cuando chitta es absorbida por la realidad (o idea incorporada en la forma) y ya no es consciente de la separatividad o del yo personal, esto es contemplación o samadhi.

La manera más sencilla de comprender este aforismo, es tener en cuenta que toda forma u objeto constituye una vida manifestada de determinado tipo. En las primeras etapas del proceso de meditación, el estudiante se da cuenta de la naturaleza de la forma y de su relación con ella. Los dos estados, en que es consciente de sí mismo y del objeto de su meditación, son condiciones totalmente mentales; existen en su mente.

Esta condición va seguida de otra, donde su comprensión se introduce internamente en el plano subjetivo, y se da cuenta de la naturaleza de su vida, que va expresándose por medio de la forma. La cualidad y las relaciones subjetivas absorben su atención y pierde de vista el aspecto forma, persistiendo aún el sentido de separatividad o dualidad. Todavía es consciente de sí mismo y del no-yo. Sin embargo, posee una similitud de cualidad y de respuesta a vibraciones análogas.

En las etapas de dharana y dhyana, de concentración y meditación, la mente es el factor importante y el productor en el cerebro. Un gran Instructor indú, Kecidhvaja, expresa esta idea en las siguientes palabras:

"El alma posee los medios. Pensar es el medio. Éste es inanimado. Cuando el pensamiento ha completado la tarea de liberarse, ha hecho lo que debía hacer y cesa". (Vishnu Purana, VI, 7:90).

La verdad de lo antedicho hace excesivamente difícil describir y explicar el elevado estado de samadhi o contemplación, pues las palabras o frases sólo son esfuerzos de la mente para trasmitir al cerebro del yo personal aquello que le permitirá captar y valorar el proceso.

En la contemplación el yogui pierde de vista:


1. La conciencia cerebral, o lo que se entiende en el plano físico como tiempo y espacio.
2. Sus reacciones emocionales hacia el tema de su proceso de meditación.
3. Sus actividades mentales, de manera que todas las "modificaciones" del proceso pensante y las reacciones emocionales de su vehículo deseo-mente (kama-manas) quedan subyugadas y el yogui es inconsciente de ello. Sin embargo, está intensamente vivo y alerta, positivo y despierto, porque controla firmemente el cerebro y la mente y los utiliza sin que ellos interfieran de manera alguna.


Esto significa, textualmente, que la vida independiente de estas formas, por medio de las cuales actúa el verdadero yo, está paralizada, aquietada y subyugada, y el hombre real o espiritual, despierto en su propio plano, puede actuar utilizando plenamente el cerebro, las envolturas y la mente del yo inferior, su vehículo o instrumento. Por lo tanto, está centrado en sí mismo o en el aspecto alma. Ha perdido de vista todo sentido de separatividad o del yo personal inferior, y se ha identificado con el alma de esa forma, objeto de su meditación.

Sin obstrucciones de la sustancia mental ni de la naturaleza de deseos, "entra en" ese estado cuyas cuatro características sobresalientes son:


1. Absorción en la conciencia del alma y por lo tanto, la percepción del alma de todas las cosas. Ya no se ve la forma, y es revelada la visión de la realidad, velada por todas las formas.
2. Liberación de los tres mundos de la percepción sensoria, y únicamente así se conoce y establece contacto con lo que se ha liberado de la forma, del deseo y de la sustancia mental concreta inferior.
3. Comprensión de la unicidad de todas las almas subhumanas, humanas y superhumanas. "Conciencia grupal" expresa más o menos la idea, así como "conciencia separada" o comprensión de la propia identidad individual, caracteriza la conciencia en los tres mundos.
4. Iluminación o percepción del aspecto luz de la manifestación. Por la meditación el yogui se conoce como luz, un punto de esencia ígnea. Debido a la facilidad con que medita, puede enfocar la luz sobre el objeto elegido, y ponerse "en armonía" con la luz que el objeto oculta. Entonces se sabe que esa luz es una en esencia con su propio centro de luz y así son posibles la comprensión, comunicación e identificación.


4. Cuando concentración, meditación y contemplación, constituyen un acto consecutivo, se alcanza sanyama.

Ésta es una idea muy difícil de expresar, pues los idiomas occidentales carecen del equivalente de la palabra sánscrita "sanyama". Sintetiza las tres etapas del proceso de meditación y sólo quien ha aprendido y dominado las tres etapas de control mental, puede alcanzarlas. Por este dominio obtiene los siguientes resultados:


1. Se ha liberado de los tres mundos, de la mente, la emoción y la existencia en el plano físico. Ya no le llaman la atención. No se concentra ni está absorbido en ellos.
2. Puede enfocar su atención a voluntad y, si lo desea, mantener su mente firme indefinidamente mientras actúa intensamente en el mundo mental.
3. Puede polarizarse o centrarse en la conciencia del ego, alma u hombre espiritual, y conocerse como algo aparte de la mente y las emociones, de los deseos y sentimientos y de la forma que constituyen el hombre inferior.
4. Ha aprendido a reconocer que el hombre inferior (el conjunto de estados mentales, de emociones y de átomos físicos) es simplemente su instrumento para comunicarse a voluntad con los tres planos inferiores.
5. Ha adquirido la facultad de contemplación, esa actitud de verdadera Identificación con el reino del alma, que puede ser observado análogamente a como el hombre utiliza sus ojos para ver en el plano físico.
6. Puede trasmitir al cerebro lo que ve, por medio de la mente controlada, y así impartir el conocimiento del yo y de su reino, al hombre en el plano físico.


Esto es meditación perfectamente concentrada, y la capacidad de meditar así, se denomina "sanyama" en este aforismo. Desarrollar el poder de meditar es el objetivo del sistema de raja yoga. Por medio de esta realización el yogui aprende a diferenciar entre el objeto y lo que el objeto oculta o vela. Aprende a atravesar todos los velos y a ponerse en contacto con la realidad que existe tras ellos. Alcanza el conocimiento práctico de la dualidad.

Existe una conciencia más elevada que ésta, es el conocimiento aún no alcanzado, descrito por la palabra unidad. Sin embargo esta etapa es muy elevada, produce en el hombre sorprendentes efectos y lo introduce en diversos tipos de fenómenos.

5. Como resultado de sanyama, llega el resplandor de la luz.

Los diversos comentadores y traductores han empleado varios términos en este aforismo, y será interesante considerar algunos, porque del estudio de las distintas interpretaciones obtendremos plena comprensión de las palabras sánscritas.

Abreviando, la idea implica el concepto de que la naturaleza del alma es luz, y que la luz es la gran reveladora. El yogui, gracias a la práctica constante de la meditación, llega al punto en que puede dirigir a voluntad, en cualquier dirección, la luz que irradia su propio ser e iluminar cualquier tema. Nada se le puede ocultar y todo conocimiento está a su disposición, por lo tanto, a este poder se lo describe como:

1. Iluminación de la percepción. La luz del alma fluye y el hombre en el plano físico, en su conciencia cerebral, puede percibir lo que antes estaba oscuro y oculto. Podemos describir técnicamente el proceso en los concisos términos siguientes:


a.Meditación.
b.Polarización en el alma o conciencia egoica.
c.Contemplación, o dirección de la luz del alma hacia lo que debe conocerse e investigarse.
d.El subsiguiente descenso del conocimiento comprobado, como una "corriente de iluminación" al cerebro, por medio del sutratma, el hilo del alma, el cordón plateado o vínculo magnético. Este hilo pasa por la mente y la ilumina. Los pensamientos, engendrados por la respuesta automática de chitta (sustancia mental) al conocimiento trasmitido, se plasman entonces en el cerebro y el hombre en conciencia física llega a conocer lo que el alma conoce. Entonces se convierte en un iluminado.


A medida que este proceso se hace más frecuente y constante, se produce un cambio en el hombre físico. Se sincroniza cada vez más con el alma. El factor tiempo queda relegado a segundo término durante la transmutación, y la iluminación del campo de conocimiento por la luz del alma y la del cerebro físico, es un acontecimiento instantáneo.

La luz de la cabeza se acrecienta en la correspondiente medida, y el tercer ojo se desarrolla y funciona, como también el correspondiente "ojo" en los planos astral y mental; de esta manera el ego o alma puede iluminar los tres planos en los tres mundos, lo mismo que el reino del alma.

2. Lucidez de conciencia. El hombre llega a tener lúcida y clara visión. Es consciente de su creciente poder, que le permitirá explicar y resolver todos los problemas, y no sólo esto, también hablará con lucidez y llegará a ser una de las fuerzas instructoras del mundo. Todo conocimiento, conscientemente adquirido por propia iluminación, debe ser compartido y claramente trasmitido a otros. Es el corolario de la iluminación.

3. Brillante surgimiento de la visión interna. Esto proporciona un nuevo y muy importante ángulo al tema. Es la definición de la capacidad de "ver dentro" de una forma; de llegar a la realidad subjetiva, que ha hecho de la envoltura objetiva lo que es. Esta visión interna es algo más que captación, simpatía y comprensión, las cuales sólo son efectos de aquélla, que es la capacidad de atravesar todas las formas y llegar a lo que éstas velan, porque esa realidad es idéntica a la realidad en uno mismo.

4. Iluminación del intelecto. Salvo que la mente o intelecto pueda captar y trasmitir lo que el alma sabe, los misterios no tienen explicación para el cerebro físico y el conocimiento que el alma posee será únicamente una visión bella e inalcanzable. Pero una vez que el intelecto está iluminado, puede trasmitir y plasmar en el cerebro las cosas ocultas, que sólo conocen los hijos de Dios, en su propio plano. De ahí la necesidad del método de Raja Yoga, o la ciencia de unión por medio del control y el desarrollo de la mente.

6. Esta iluminación es gradual; se desarrolla etapa tras etapa.

Se considera aquí la naturaleza evolutiva de todo crecimiento y desenvolvimiento y se recuerda al aspirante que nada se obtiene de inmediato, sino como resultado de un prolongado y constante esfuerzo.

Una de las cosas que todo aspirante a los misterios debería recordar es que ese crecimiento gradual y relativamente lento, constituye el método de todo proceso natural; este desenvolvimiento del alma sólo es después de todo uno de los grandes procesos de la naturaleza. Lo que el aspirante debe hacer es proporcionar las condiciones correctas. Así el crecimiento se desarrollará normalmente por sí mismo. La perseverancia, la paciente resistencia, la realización de un poco cada día, tiene más valor para el aspirante que la vigorosa precipitación y el esfuerzo entusiasta de la persona temperamental y emocional.

Forzar indebidamente el propio desarrollo, acarrea definidos y específicos peligros. Se evitan cuando el estudiante se da cuenta de que el sendero es largo y que la inteligente comprensión de cada etapa en el sendero tiene más valor para él que los resultados obtenidos por el despertar prematuro de la naturaleza síquica. El enunciado de que se ha de crecer como crece la flor, encierra una gran verdad oculta. Hay otro enunciado en Ec. 7: 16-17: ".No seas excesivamente justo…¿por qué te has de destruir. . . ?”

7. Estos tres últimos métodos de la yoga tienen un efecto subjetivo más íntimo que los anteriores.

Los primeros cinco métodos tienen como finalidad principal preparar al presunto yogui. Guardando los Mandamientos y las Reglas, alcanzando el aplomo y el control rítmico de las energías del cuerpo, y por el poder de retirar la conciencia y centrarla en la cabeza, el aspirante puede aprovechar y cultivar sin peligro los poderes de concentración, meditación y contemplación.


Habiendo hecho contacto con lo subjetivo en sí mismo, y siendo consciente de lo interno, puede comenzar a trabajar con los métodos internos e íntimos.

Los ocho métodos de yoga sólo preparan al hombre para ese estado de conciencia espiritual que trasciende el pensamiento, independientemente de cualquier germen de pensamiento; es amorfo, y sólo puede ser descrito (y aún así inadecuadamente) con términos tales como: unificación, comprensión, identificación, conciencia nirvanica, etcétera.

Es inútil que el neófito intente comprender, hasta no haber desarrollado el instrumento interno de comprensión; no tiene objeto que el hombre mundano dude y pida que se le demuestren las cosas, si al mismo tiempo no está dispuesto (como al estudiar cualquier ciencia) a aprender el abecé y perfeccionarse en la técnica.

Johnston en su comentario dice:


"...Los métodos de crecimiento ya descritos conciernen a la liberación de las ataduras y velos psíquicos del hombre espiritual; en cambio debe aplicar este triple poder y así liberarse y permanecer sobre sus pies, contemplando la vida con los ojos abiertos".

8. Sin embargo, estos tres aún no corresponden a la verdadera meditación sin simiente (o samadhi), la cual no está basada en un objeto. Está libre de los efectos que produce la naturaleza discriminadora de la sustancia mental o chitta.

En todas las etapas previas, el pensador ha sido consciente de sí mismo, el conocedor, y del campo de conocimiento. En las primeras etapas era consciente de la triplicidad, pues el instrumento de conocimiento era también reconocido, para ser más tarde trascendido y olvidado. Ahora viene la etapa final, objetivo de todas las prácticas de yoga, en que se conoce la unidad y en la cual hasta la dualidad es considerada una limitación. Sólo queda la conciencia del yo, el omnisciente y omnipotente conocedor, que es uno con el Todo, cuya naturaleza es percepción y energía. Como muy bien se ha dicho:

"Existen dos tipos de percepción: la percepción de las cosas vivientes y la de la Vida, o la percepción de las obras del alma y la del alma misma".

El expositor de la yoga ansía describir los resultados de la meditación (algunos en relación con el psiquismo superior y otros con el psiquismo inferior). Los siete aforismos siguientes se refieren a la naturaleza de los objetos vistos y al control de la mente, a medida que el verdadero hombre trata de enfocar sobre ellos el rayo iluminador de su mente.

Al estudiar estos resultados de la meditación en la esfera psíquica, debe tenerse en cuenta que los ocho métodos de yoga producen efectos definidos sobre la naturaleza inferior, causando ciertos desenvolvimientos y experiencias, que ponen al aspirante más conscientemente en armonía con los planos internos de los tres mundos. El proceso es seguro y necesario, siempre que sea el resultado del despertar del hombre en su propio plano y el dirigir a esos planos el ojo del alma por intermedio de la mente y del tercer ojo. La presencia del poder psíquico inferior puede significar, sin embargo, que el alma está dormida (desde el punto de vista del plano físico) y es incapaz de emplear su instrumento, y que estas experiencias son, por lo tanto, el resultado de la actividad del plexo solar que produce percepción en el plano astral. Este tipo de psiquismo es un retorno al estado animal y a la etapa infantil de la raza humana, siendo indeseable y peligroso.


9. La secuencia de los estados mentales es la siguiente: la mente reacciona a lo que ve; luego llega el momento en que la mente es controlada. Sigue otro en que la sustancia mental o chitta responde a ambos factores. Finalmente desaparecen y rige totalmente la conciencia perceptora.

Si el estudiante analiza algunas traducciones de estos aforismos, hallará que la traducción de éste varía mucho, la mayoría son excesivamente ambiguas. Podemos ver esto en la traducción de Tatya:

"De dos corrientes de pensamientos autoreproductores las modificaciones que se producen en el órgano interno son las de la forma de "Nirodha", resultantes de Vyutthana y Nirodha respectivamente; la primera está subyugada y la segunda manifestada, y en el momento de la manifestación, el órgano interno (chitta) está involucrado en ambas corrientes.

Las otras son aún más vagas, excepto la traducción de Johnston, la cual arroja mucha luz sobre el pensamiento involucrado:

"De los grados ascendentes surge el desenvolvimiento del control. Primero, hay que vencer la impresión mental de la excitación. Luego se manifiesta la impresión mental del control. Después del momento del control sigue la conciencia perceptora. Esto es el desenvolvimiento del control".

Quizás la manera más sencilla de entender esta idea es darse cuenta que el cerebro físico, cuando trata de meditar, percibe tres factores:

1. Es consciente del objeto de su meditación. Esto excita o impresiona su mente, y pone en actividad las "modificaciones del principio pensante", o estimula la tendencia de la mente a crear formas mentales, haciendo que la sustancia mental adopte las formas correspondientes al objeto visto.


2. Luego se hace consciente de la necesidad de subyugar esta tendencia, entonces pone en acción su voluntad y aquieta y controla la sustancia mental, de modo que cese de modificarse y adquirir formas.

Gracias al esfuerzo firme y perseverante, se neutraliza el orden consecutivo de estos dos estados de conciencia que, con el tiempo, se hacen simultáneos. El reconocimiento de un objeto y el control inmediato de la sustancia mental responsiva, ocurren como un relámpago. Este es el estado llamado técnicamente "nirodha". Debe tenerse presente que, como dice Vivekananda:

"Si hay una modificación que impele a la mente a precipitarse externamente a través de los sentidos y el yogui trata de controlarla, ese mismo control constituye una modificación".

La impresión que la voluntad ejerce sobre la mente, la conducirá a asumir la forma que la controla, la cual llevará una modificación, que dependerá, en gran parte, del grado de evolución alcanzado por el aspirante, de la tendencia de sus pensamientos diarios y de la amplitud de su contacto egoico. Esta no es la verdadera y más elevada forma de contemplación, sino una de las primeras etapas, pero es más elevada que la concentración y la meditación con simiente, según se entiende por la común, porque va seguida inevitablemente de la tercera etapa, la cual es muy importante.

3. Luego el yogui repentinamente se desliza fuera del estado inferior de conciencia, y se da cuenta que está identificado con el perceptor, con el pensador en su propio plano, y debido a que la mente está controlada y el objeto visto no evoca respuesta, la verdadera identidad puede percibir lo que hasta entonces ha estado velado.

Sin embargo, debería aclararse que el perceptor en su propio plano ha sido siempre consciente de lo que ahora reconoce. La diferencia está en que el instrumento, la mente, se halla bajo control, por lo tanto el pensador puede imprimir en el cerebro lo que percibe por la mente controlada. El hombre, en el plano físico, también percibe simultáneamente, y es posible por primera vez la verdadera meditación y contemplación. Al principio será durante breves segundos. Un destello de percepción intuitiva, un instante de visión y de iluminación y todo desaparece. La mente empieza de nuevo a modificarse y a entrar en actividad, pierde de vista la visión, el momento elevado ha pasado y la puerta al reino del alma parece cerrarse repentinamente. Pero se ha obtenido seguridad, registrado una vislumbre de la realidad en el cerebro y obtenido la garantía de una futura realización.


10. Cultivando este hábito mental se alcanzará la estabilidad de la percepción espiritual.

Este punto de equilibrio, entre la excitación de la mente y su control, se obtiene con mayor frecuencia por la constante repetición, hasta que se adquiere el hábito de estabilizarla. Una vez logrado, ocurren dos cosas:


1.El control instantáneo de la mente a voluntad, lo cual produce:


a.Una mente tranquila, libre de formas mentales.
b.Un cerebro pasivo y responsivo.


2.El descenso al cerebro físico de la conciencia del perceptor, el alma.


Este descenso se hace cada vez más claro, más informativo y está menos sujeto a interrupciones, a medida que transcurre el tiempo, hasta que se establece una respuesta rítmica entre el alma y el hombre en el plano físico. La mente y el cerebro están completamente sometidos al alma.

Debe tenerse en cuenta que esta condición de la mente y del cerebro es positiva y no un estado negativo.


     



11. El establecimiento de este hábito y la sujeción de la mente para apartarla de la tendencia a crear formas mentales, traen como resultado, en su oportunidad, el poder constante de contemplación.

Dada la claridad de este aforismo, poco tenemos que decir para explicarlo. Es una especie de resumen de los anteriores.

La idea que imparte es que debe alcanzarse un estado de permanente meditación. Aunque son de enorme valor los períodos en que se lleva a cabo un trabajo definido, durante ciertas horas específicas y determinadas, particularmente en las primeras etapas del desenvolvimiento del alma, no obstante la condición ideal es mantenerse en un estado de realización durante todo el día y cada día. La capacidad de extraer a voluntad los recursos del ego, el reconocimiento constante de ser un hijo de Dios encarnado en el plano físico, y la capacidad de hacer descender cuando es necesario el poder y la fuerza del alma, es algo que con el tiempo logrará todo aspirante. Pero, primeramente, debe establecer el hábito del recogimiento y adquirir la capacidad de reprimir las modificaciones del principio pensante, para lograr este deseable estado del ser.


12. Cuando el control ejercido por la mente y el factor controlador están equilibrados, entonces se produce la concentración unilateral.

El término sánscrito empleado es difícil de explicar con claridad. Tales términos como: concentración unilateral, en un sólo propósito, fija, sintética, perfecta, todos dan una idea de la condición de la mente, que estamos considerando.

El aspirante es ahora deliberadamente inconsciente de todos los estados mentales relacionados con los tres mundos. Su atención está enfocada en un objeto especifico, principalmente en la realidad o vida subjetiva, velada por la forma del objeto. Es además inconsciente de sí mismo, el pensador o conocedor; únicamente aquello contemplado es percibido en el verdadero sentido del término. Éste es el aspecto negativo.

Sin embargo, se ha de recordar que éste es un estado mental muy activo, porque la conciencia perceptora se da cuenta del objeto de una manera más comprensiva. La totalidad de las cualidades aspectos y vibraciones le son reveladas, así como también la energía esencial central que ha traído ese objeto particular a la manifestación. Esto queda revelado al proyectar directamente sobre el objeto la luz iluminadora de la mente. La conciencia perceptora se da cuenta también de su identificación con la realidad detrás de la forma. Esta es la verdadera comprensión ocultista, no tanto la comprensión del objeto sino la identificación del ente con la vida que el objeto vela.

Esto en sí es una condición dual, aunque no en el sentido generalmente aceptado. Sin embargo, hay un estado de conciencia aún más elevado, cuando se comprende la unidad de la vida en todas las formas y no simplemente la unidad de la vida en un objeto específico.

13. Mediante este proceso se conocen los aspectos de cada objeto; entonces sus características (o forma), su naturaleza simbólica y su uso específico en la condición de tiempo (etapa de desarrollo) son conocidos y comprendidos.

Aquí debe tenerse en cuenta que toda forma de manifestación divina tiene tres aspectos, de manera que está hecha realmente a imagen de Dios, con todas sus potencialidades divinas. Esto también concierne al reino humano e igualmente a todas las formas. EL yogui perfectamente concentrado percibe esta triple naturaleza, ve los tres aspectos tal como son, pero sabe, al mismo tiempo, que constituyen un todo. En su comentario, Johnston resume con las siguientes palabras las ideas implicadas:

"... obtenemos una doble perspectiva de este objeto, viendo a la vez todas sus características individuales; su carácter esencial, especie y género, lo vemos en relación consigo mismo y con el Eterno".

En forma curiosa estos tres aspectos abarcan los tres de la ecuación tiempo, o la relación del objeto con su medio ambiente.


1.Características de la forma. Esta frase pone de manifiesto los aspectos tangibles y externos de la forma. Se refiere al aspecto materia de la idea en manifestación; primero considera y luego descarta aquello con que ha hecho contacto por medio de los sentidos. Dicha forma es el resultado del pasado, y se reconocen las limitaciones relativas a su etapa de evolución. Cada forma contiene en sí la evidencia de los ciclos anteriores y ello puede observarse en:


a.su grado de vibración,
b.la naturaleza de su ritmo,
c.la cantidad de luz que permite manifestar,
d.su color esotérico.


1.Naturaleza simbólica. Cada objeto no es más que el símbolo de una realidad. La diferencia en el desarrollo de las formas que simbolizan o corporifican esa realidad, constituye la garantía de que, en fecha futura, todos los símbolos alcanzarán la fructificación de su misión. El símbolo es una idea corporificada, la manifestación de alguna vida en la existencia objetiva. Este es el aspecto conciencia, y dos grandes revelaciones están latentes en todo símbolo y forma:


a.La revelación de la plena conciencia, o el surgimiento de la respuesta al contacto, el cual está en potencia o difiere aún en todas las formas, pero puede producirse y se producirá hasta adquirir su máxima percepción.
b.La revelación de aquello que el aspecto conciencia (el segundo aspecto) oculta. La revelación del alma conduce a la manifestación de la vida una. La manifestación del Hijo de Dios lleva al conocimiento del Padre. El resplandor del yo superior, por medio del yo inferior, revela al yo divino o espiritual. La matriz contiene al diamante, y cuando la matriz revela su joya oculta y se realiza el trabajo de tallado y pulido, puede verse la gloria de la joya. Cuando la planta de loto ha alcanzado la madurez, aparece la flor y se abre y, en medio de sus pétalos, puede verse la "Joya en el Loto" (Om Mani Padme Hum).
c.aspecto simbólico es común a todas las formas; sea el símbolo un átomo de sustancia, un mineral, un árbol, un animal o "la forma del Hijo de Dios", se hallará que oculta la joya del primer aspecto. Hará conocer su presencia por medio de la cualidad de la conciencia en alguno de sus innumerables estados.


2.Empleo específico en la condición de tiempo. Al concentrarse el yogui unilateralmente sobre la forma u objeto, medita sobre su cualidad (el aspecto subjetivo o naturaleza simbólica) y contempla la vida que la forma oculta, aunque atestiguada por el factor conciencia; entonces llega a ser consciente de la actual etapa de desarrollo y así quedan revelados a su intuición, el pasado, el presente y el futuro.


Por lo tanto, será evidente, hasta para el lector ocasional, que si se desarrolla correctamente la meditación en las tres etapas mencionadas, todo conocimiento es posible para el yogui; el Eterno Ahora es para él una realidad efectiva en la naturaleza y puede colaborar inteligentemente en el plan evolutivo. El servicio tiene entonces por base la total comprensión.


14. Las características de cada objeto se adquieren: están en manifestación o latentes.

Este aforismo contiene más o menos la misma idea del anterior. En tiempo y espacio todas las características tienen un valor relativo. La meta es una, el origen uno, pero debido a los diferentes grados de vibración de los siete grandes alientos o corrientes de energía divina, toda vida contenida en ellos difiere y es distinta. El grado de desarrollo de los siete Señores de los Rayos es distinto. El desenvolvimiento de la vida de los diversos Logos planetarios, o de los siete Espíritus ante el Trono de Dios, no es uniforme, y los átomos de Sus cuerpos, o las Mónadas que constituyen Sus vehículos, no tienen por lo tanto desarrollo uniforme.

Este tópico es muy vasto y sólo podemos ocuparnos aquí muy brevemente. Los estudiantes hallarán útil e interesante buscar la información, dada en las distintas presentaciones de la verdad una, acerca de las grandes Vidas en las cuales "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". Podrían estudiarse bajo las siguientes denominaciones:


1.los siete Rayos,
2.los siete Espíritus ante el Trono,
3.los siete Logos planetarios,
4.los siete grandes Señores,
5.los siete Eones,
6.las siete Emanaciones,
7.los siete Prajapatis,


y otras denominaciones menos conocidas, de cuyo estudio se obtendrá mucha luz.

En forma característica (teniendo en cuenta el punto específico de desenvolvimiento o carencia del mismo), al conocedor se le revela:


a.La totalidad de lo adquirido. Lo que el pasado ha dado. Este es el acorde total que el alma de ese objeto es aún capaz de emitir.

b.La serie particular de cualidades, extraídas de la adquisición total, que la vida manifiesta por medio de alguna forma específica. Esta es la nota que corresponde al presente acorde adquirido, que el alma del objeto ha elegido emitir.

c.Lo que está latente y es posible. Este conocimiento será dual, y revelará primero, las posibilidades latentes que deberán desarrollarse por medio de la forma contemplada, y segundo, las posibilidades latentes, susceptibles de ser desarrolladas en el actual ciclo mundial, por medio de diversas formas. Esto abarca los desarrollos futuros, que proporcionan al yogui el acorde completo, una vez finalizado el gran ciclo evolutivo.


15. La etapa de desenvolvimiento es responsable de las variadas modificaciones de la versátil naturaleza psíquica y del principio pensante.

Esta es una paráfrasis general de la idea implicada, y una especie de resumen de las abstrusas ideas del texto. Los siguientes aforismos (en el Libro Tercero) se ocupan de los resultados de la meditación. Los anteriores se han referido a las dificultades y obstáculos a vencer antes de ser posible la verdadera meditación. Este aforismo da la clave de lo que hay que vencer y establece las diferencias entre los aspirantes al Sendero. Una de las actividades más útiles que el aspirante puede emprender consiste en determinar el lugar aproximado que ocupa en la escala de evolución y establecer su debe y haber. El conocimiento del punto alcanzado y del paso inmediato a dar es esencial para progresar realmente.

Johnston traduce este aforismo con las palabras: "La diferencia de grado es la causa de la diferencia del desarrollo". Luego continúa: "La primera etapa es el brote, la oruga, el animal; la segunda etapa es el árbol en desarrollo, la crisálida, el hombre. La tercera, el espléndido pino, la mariposa, el ángel..."


16. La meditación concentrada en la triple naturaleza de cada forma, otorga la revelación de lo que ha sido y será.

Este aforismo resume las ideas precedentes. Es interesante observar cómo este primer gran resultado de la meditación nos retrotrae a los verdaderos hechos referentes a la manifestación divina, y hace resaltar los tres aspectos, por los cuales toda vida (desde el átomo de sustancia hasta un Logos solar) se expresa. Son reconocidos la gran Ley de Causa y Efecto y todo el proceso de desarrollo evolutivo, y lo que es, es visto como resultado de lo que ha sido. Análogamente, lo que más tarde será, se conoce como el desarrollo de causas puestas en movimiento en el presente, y así el ciclo de desenvolvimiento es visto como un proceso en tres etapas.

Estas tres etapas, en los tres mundos del desenvolvimiento humano, corresponden a las tres dimensiones. Los estudiantes hallarán interesante comparar las analogías de las diversas triplicidades, teniendo en cuenta que el tercer aspecto (sustancia inteligente), el aspecto Espíritu Santo o Brahma, corresponde al pasado. (He aquí un indicio respecto a la naturaleza del mal). El segundo aspecto (conciencia), el aspecto Cristo o Vishnu, se relaciona con el presente; mientras que únicamente el futuro revelará la naturaleza del espíritu, el Padre, o aspecto más elevado. Esta línea de pensamiento se esclarecerá por la meditación concentrada, a la vez que irá desarrollando un sentido de proporción y de exactos valores, respecto al actual punto en el tiempo. También se conocerá la relación de todas las vidas entre sí, y la vida del aspirante se adaptará y estabilizará de tal manera que ajustará el karma pasado, y neutralizará el posible karma futuro, avanzando así rápidamente el proceso de liberación.

17. El sonido (o palabra), lo que éste denota (el objeto) y la esencia espiritual corporificada (la idea), son confundidos generalmente por la mente del perceptor. Por la meditación concentrada en estos tres aspectos, se logra la comprensión (intuitiva) del sonido emitido por todas las formas de vida.

Este es uno de los aforismos más importantes del libro; contiene la clave del objetivo de todo el proceso de la meditación. Revela o descubre al perceptor y hombre espiritual, la verdadera naturaleza del ser, el segundo aspecto, y la analogía con el segundo aspecto en todas las formas de vida subhumanas, a la vez que lo pone en armonía con el segundo aspecto de todas las formas superhumanas. Por lo tanto concierne al aspecto subjetivo de toda la manifestación, y trata de esas fuerzas que en cada forma constituyen el aspecto conciencia que atañe al principio crístico o búdico, causa directa de la manifestación objetiva y de la revelación del espíritu por medio de la forma.

Este es el AUM. Primero el aliento, luego la palabra, y todo cuanto es, apareció.

Mientras la gran Existencia, suma total de todas las formas y de todos los estados de conciencia, continúe emitiendo el AUM cósmico, persistirá el sistema solar objetivo y tangible.

A fin de esclarecer la mente, se deben tener en cuenta, en conexión con este aforismo, los sinónimos siguientes:

I. La Esencia Espiritual. II El Sonido o Palabra III. El Objeto

1. Espíritu. 1. Alma. 1. Cuerpo.

2. Neuma. 2. Psiquis. 2. Forma.

3. El Padre, Shiva. 3. El Hijo, Vishnu. 3. El Espíritu Santo, Brahma.

4. La Mónada, el Uno. 4. El Cristo cósmico. 4. El vehículo para la vida y la

encarnación

5. Voluntad o Propósito 5. Amor Sabiduría 5. Actividad e inteligencia

eternos. eternas

6. El Gran Aliento. 6. El AUM. 6. Los mundos.

7. Vida. 7. Aspecto conciencia. 7. Aspecto actividad.

8. Energía sintetizadora 8. Fuerza atractiva. 8. Materia.

9. Primer Aspecto. 9. Segundo Aspecto. 9. Tercer Aspecto.


La mente del hombre por lo general confunde estos tres aspectos y reconoce como realidad lo externo y objetivo. Este es el gran maya o ilusión, que sólo puede disiparse cuando el perceptor puede distinguir los tres grandes aspectos de cada forma, incluso la propia. Cuando se conoce el segundo aspecto, el alma, el principio mediador, también se conoce la naturaleza de la forma y puede inferirse la naturaleza esencial del espíritu. Sin embargo, el campo inmediato del conocimiento que el yogui debe dominar es el segundo aspecto. Debe descubrir el Sonido o Palabra que trajo cada forma a la manifestación, que es el resultado del aliento, esencia o espíritu.

"En el Principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. Todas las cosas por fueron hechas. . . " (Jn. I: 1: 2).

La Biblia cristiana da aquí la sustancia de toda la enseñanza, y en el significado de las tres letras de la Palabra Sagrada, AUM, tenemos la clave de todo el proceso cósmico. El proceso de la meditación, cuando se practica debida y correctamente, revela el segundo aspecto o alma, y puede entonces oírse el Sonido o Verbo (la Voz del Silencio).

Cuando se ha oído y llevado a cabo constantemente el trabajo, es revelado el reino de la conciencia y el yogui se pone en armonía con el segundo aspecto de su propia naturaleza y con el segundo aspecto de cada forma. Esta es la base de toda la ciencia del alma, y lleva al hombre al conocimiento de su propia alma o psiquis, y también la psiquis de cada forma de vida divina. Es el fundamento de toda la ciencia del psiquismo, en sus aspectos superior e inferior.

Si el hombre psíquico inferior es consciente y responde al aspecto alma de las formas materiales, predomina en él el tercer aspecto o Brahma (el cuerpo), porque todo átomo de materia tiene un alma. Esto concierne a lo subhumano.

Cuando el hombre responde a la analogía superior, a la realidad de la cual lo inferior es la sombra, está en contacto con la conciencia crística y con el alma de su ser, que es una con el alma de todos los reinos superhumanos.

En relación con esto deben tenerse en cuenta dos cosas. Si el hombre es un psíquico inferior está en contacto con el segundo aspecto del hombre inferior, el cuerpo astral, el principio medio en el hombre inferior, que vincula el cuerpo mental con el etérico. En consecuencia, está en armonía con todo aquello que puede hacer contacto en ese plano. Si en cambio es un psíquico superior, está en armonía con el segundo aspecto de la manifestación divina, el ego o alma en su propio plano, actuando como intermediaria y vinculadora entre la mónada y la personalidad, entre el espíritu y el cuerpo.

Es interesante observar aquí que en manifestaciones del psiquismo inferior, que tienen lugar en las sesiones mediúmnicas comunes de espiritismo, tenemos la clave de esta verdad. En dichas sesiones se establece contacto con el plano astral, por medio de ese gran centro, el plexo solar, que une los tres centros superiores con los inferiores. Explica también el hecho de que la materialización de las flores sea característico en tales sesiones, pues el reino vegetal es el intermediario de los tres reinos subhumanos, mineral, vegetal y animal. Además explica el predominio de los guías indios, pues son los cascarones y las poderosas formas mentales, dejados por las tres razas estrictamente humanas, lemuriana, atlante y aria. Ya no quedan cascarones o formas mentales de los lemurianos, pero sí cascarones atlantes, conservados debido al empleo de ciertas fórmulas de la magia atlante.

La meditación concentrada sobre la diferencia entre estos aspectos, hará posible con el tiempo oír la Voz del Silencio y ponerse en contacto con el segundo aspecto del hombre. Se conocerá como “el Verbo hecho carne“ y también como el AUM.

Cuando esto tenga lugar, oirá la palabra de otros entes de la familia humana y reconocerá el sonido, tal como emana de todas las formas en todos los reinos de la naturaleza. El reino del alma se abrirá ante él, y cuando esto incluya el reconocimiento del sonido en los cuatro reinos, lo llevará a conocerse a sí mismo como el Maestro. El conocimiento del alma y el poder de trabajar con el alma de todas las cosas en los tres mundos, es la marca característica del Adepto.

18. Cuando se adquiere el poder de ver las imágenes mentales se pueden conocer las encarnaciones anteriores.

El significado de este aforismo es muy grande. Constituye la base estrictamente mental para la recuperación del conocimiento de experiencias pasadas, base estrictamente mental y los que llegan a polarizar y controlar la mente pueden recuperar tal conocimiento si desean. El poder de ver imágenes mentales sólo se obtiene por el control de la mente, y ésta sólo puede ser controlada por el hombre real o espiritual. Por lo tanto, sólo las personas centradas en el ego pueden adquirir realmente tal conocimiento. Quizás aquí se pregunten ¿qué ven esas personas de tipo emocional y no mental, que afirman saber quiénes son y relatan las vidas pasadas de sus amigos? Leen los registros akáshicos, pero debido a que su dominio y dotes mentales no son adecuados, no pueden discernir y precisar con exactitud lo que ven.

Los registros akáshicos son como una enorme película fotográfica, donde se registran los deseos y las experiencias terrenas de nuestro planeta. Los capaces de percibirlos verán reproducidos en ellos:


1.las experiencias de la vida de todo ser humano, desde el principio del tiempo,
2.las reacciones a las experiencias de todo el reino animal,
3.el conjunto de formas mentales de naturaleza kámica (basadas en el deseo) de todo ente humano, en el transcurso del tiempo. He aquí el gran engaño en los registros. Únicamente el ocultista entrenado puede distinguir entre las experiencias reales y los cuadros astrales, creados por la imaginación y el ardiente deseo.
4.El "Morador en el Umbral" planetario, con todo lo que abarca ese término, más el conjunto de formas de su medio ambiente.


El vidente entrenado ha aprendido a separar del aura del planeta (que en realidad es el registro akáshico), lo que pertenece a su propia aura, y puede diferenciar entre esos registros, los:


a.Planetarios.
b.Jerárquicos, o pertenecientes al trabajo de las doce Jerarquías creadoras, cuando concretan el plan del Logos.
c.Las formas imaginarias, resultantes de la actividad deseo - mente de miríadas de hombres animados por el deseo de obtener algún tipo de experiencia.
d.Los registros históricos de las razas, naciones, grupos y familias, en sus dos grandes divisiones: plano físico y plano astral. Debe tenerse en cuenta que todo ser humano pertenece a una familia física, que constituye su vínculo con el reino animal, y también pertenece a una familia astral. Mediante esa afiliación está vinculado con su grupo egoico en el arco ascendente, y con el reino vegetal en el arco descendente.
e.El registro astrológico, o las formas adoptadas en el plano astral, bajo la influencia de las fuerzas planetarias, constituyen dos grandes grupos:


1.Las formas o imágenes en el akasha, producidas por la afluencia de fuerza solar, por intermedio de los planetas.


2.Las formas o imágenes producidas por la afluencia de fuerza cósmica de alguno de los signos del zodíaco, es decir, de sus correspondientes constelaciones.


Se han enumerado estos puntos a fin de demostrar la imposibilidad de que sean verídicas la mayoría de las afirmaciones, respecto a las encarnaciones pasadas. Son resultado de la vívida imaginación y de la presunción de que los destellos de visión astral, que dan una vislumbre de la película akáshica, revelan lo que atañe a quien lo ve. Pero esto no es así, como en el caso de las personas y actividades observadas desde una ventana en una gran ciudad, lo cual no revela al observador que lo visto son sus parientes, amigos y actividades.

El conocimiento a que hace referencia este aforismo, se obtiene de tres maneras:


1. Por la capacidad de ver directamente los registros, si así se desea. Tal forma de adquirir conocimiento rara vez se emplea, únicamente los iniciados y adeptos la utilizan respecto a sus discípulos juramentados.
2. Por el conocimiento directo de las actividades y relaciones grupales del propio ego del hombre; sin embargo, sólo abarca el ciclo de tiempo que comienza cuando el hombre entró en el sendero de probación. Las experiencias anteriores no tienen más importancia vital que la que tendría un segundo en la vida de un anciano que observara retrospectivamente su larga vida. Lo destacable son los sucesos y ocurrencias y no las horas y segundos in dividuales.
3. Por la vida instintiva. Esto se basa en la memoria, en las facultades y capacidades adquiridas y en la posesión de las cualidades que componen el equipo del ego, el cual sabe que el poder de realizar esto o aquello en los tres mundos, es el resultado directo de experiencias pasadas; sabe también que ciertos efectos sólo se alcanzan mediante ciertas causas, que conoce por la meditación concentrada.


Las imágenes mentales de las cuales es consciente son las de:


1. Su aura, en el momento de la meditación.
2. Su medio ambiente inmediato.
3. Su familia, grupo o raza actuales.
4. Su actual ciclo de vida.
5. Su grupo egoico.


De esta manera, mediante el proceso de eliminación, progresa gradualmente a través de un tipo tras otro de imágenes mentales, hasta que llega a ese estrato particular de impresiones mentales, que atañen al ciclo que le concierne. Esto no es, por lo tanto, la simple percepción de ciertos aspectos de los registros, sino un proceso estrictamente científico, conocido únicamente por el ocultista entrenado.

19. Por la meditación concentrada se perciben las imágenes mentales en las mentes de otras personas.

Debe recordarse que el resultado de los ocho métodos de yoga es producir un yogui o conocedor entrenado. Se ocupa por lo tanto de las causas, no de los efectos. Percibe aquello que causa la aparición de lo tangible, o sea, los pensamientos que ponen en movimiento las fuerzas de la sustancia, y que con el tiempo producen la concreción de tal sustancia.

El empleo de este poder para leer en las mentes de los demás sólo se le permite al yogui en esos casos en que necesita comprender las causas detrás de ciertos acontecimientos, y únicamente con el objeto de desarrollar inteligentemente los planes de la Jerarquía y de la evolución. Tal poder es análogo al de la telepatía, pero no idéntico. La telepatía implica sintonizar nuestra mente con la de otro, y requiere que ambas estén en armonía.

Esta facultad del vidente entrenado es más bien un acto de la voluntad y la manipulación de ciertas fuerzas, mediante las cuales puede ver instantáneamente lo que desea, en cualquier aura y en cualquier momento.

El sujeto de su investigación puede estar o no sintonizado con él; por la intensa meditación y el empleo de la voluntad se le revelan las imágenes mentales. Este poder es peligroso y únicamente les está permitido a discípulos entrenados.

20. Debido a que el objeto de tales pensamientos no se manifiesta al perceptor, éste sólo ve el pensamiento y no el objeto. Su meditación excluye lo tangible.

Todo lo que "percibe", en su meditación, es su propia sustancia mental (chitta) y la de otros.

La actividad inherente a la sustancia mental o "chitta", causa la manifestación eventual de formas tangibles y objetivas, en el plano físico.

Todo lo que aparece es el resultado de un acontecimiento subjetivo. Todo lo que es, existe en la mente del pensador, no como se entiende comúnmente, sino en el sentido de que el pensamiento pone en movimientos ciertas corrientes de fuerza. Estas corrientes van perfilando las formas correspondientes a la idea del pensador, formas que persisten mientras su mente se centra en ellas, y cuando "su mente las rechaza", desaparecen.

Durante la meditación concentrada lo que se percibe es la naturaleza de la fuerza o corriente mental. La forma que resultará finalmente no interesa al vidente. Sabe por la causa cuál será el efecto inevitable.


21. La meditación concentrada en la diferencia que existe entre la forma y el cuerpo, permite rechazar o retirar las propiedades del cuerpo que lo hacen visible al ojo humano, y el yogui puede hacerse invisible.

Este es uno de los aforismos más difíciles para el pensador occidental, porque implica ciertos conocimientos extraños para Occidente. Primero, el conocimiento del cuerpo etérico o vital y de sus funciones como fuerza atrayente, que mantiene coherente el vehículo físico denso. Por este sustrato etérico, al cuerpo físico se lo conoce como un todo coherente y se hace visible su objetividad. Este cuerpo vital es la verdadera forma desde el punto de vista del ocultista y no la envoltura tangible densa.

El yogui, por medio de la concentración y la meditación, adquiere el poder de centrar su conciencia en el hombre real o espiritual, y controlar el principio pensante. Es ley oculta que "según el hombre piensa, así es él"; también es verdad esotéricamente que "allí donde el hombre piensa, allí está él". El vidente entrenado puede, a voluntad, retirar su conciencia del plano físico y centrarla en el plano mental; puede "apagar la luz" a voluntad y, cuando esto sucede, se hace invisible y desaparece desde el punto de vista del ojo humano. También es intangible para el tacto e inaudible para el oído. Este hecho demuestra la realidad de la hipótesis, de que no existe más que energía de cualquier tipo, y que tal energía es triple; en Oriente, la naturaleza de la energía se denomina sáttvica, rajásica y tamásica, y se traduce como:

Sattva ................ ritmo .............................. espíritu ................ vida

Rajas ................. movilidad ....................... alma ..................... luz

Tamas ............... inercia ............................ cuerpo ................. sustancia


Todas son diferenciaciones en tiempo y espacio, de la única, eterna y primordial esencia- espíritu. Podría sugerirse que las analogías modernas occidentales son:

Energía .............................. espíritu ........................... vida

Fuerza ............................... alma ................................ luz

Materia .............................. forma .............................. sustancia


La característica sobresaliente del espíritu o energía, es el principio-vida, ese algo misterioso que hace que todas las cosas existan y persistan. La característica dominante del alma o fuerza, es la luz. Trae a la visibilidad lo que existe.

La característica predominante de la materia viviente es que "subyace", o se halla detrás del cuerpo objetivo proporcionando la verdadera forma. Debe recordarse que la base de toda enseñanza oculta y de todos los fenómenos reside en las palabras:

"La materia es el vehículo de manifestación del alma, en este plano de existencia, y el alma, en una vuelta más alta de la espiral, es el vehículo de manifestación del espíritu".

Cuando el alma se retira del aspecto materia-la forma objetiva tangible-, esa forma ya no se ve, desaparece y, temporariamente, se disipa. En la actualidad, esto puede lograrlo adecuadamente el vidente, centrando su conciencia en el ego, el hombre espiritual o alma, y (valiéndose del principio pensante y por un acto de voluntad) retirando el cuerpo etérico del físico denso. Esto lo abarca la palabra “abstracción", e implica:
1. Reunir la vida o fuerzas vitales del cuerpo en los centros nerviosos del plano físico, a lo largo de la columna vertebral.
2. Dirigir esas fuerzas por la columna vertebral a la cabeza.
3. Concentrarlas allí y abstraerlas por el hilo o sutratma, mediante la glándula pineal y el brahmarandra.
4. El vidente entonces aparece en su verdadera forma, el cuerpo etérico, el cual es invisible para el ojo humano. Cuando la raza desarrolle la visión etérica, será necesaria una posterior abstracción; entonces el vidente retirará también los principios vitales y luminosos (las cualidades de sattva y de rajas) del cuerpo etérico, quedando en su cuerpo kámico o astral, haciéndose así invisible etéricamente. Sin embargo, esto está aún muy distante.


W. Q. Judge, en su comentario, hace interesantes observaciones:

Aquí se señala otra gran diferencia entre esta filosofía y la ciencia moderna. Las escuelas en la actualidad postulan que si un ojo sano está en línea con los rayos de luz reflejados por un objeto-tal como el cuerpo humano-, éste será visto y ninguna acción mental de la persona observada podrá inhibir las funciones del nervio óptico y la retina del observador. Pero los antiguos hindúes sostenían que las cosas son vistas debido a la diferenciación de sattva -una de las tres grandes cualidades inherentes a todas las cosas-, que se manifiesta como luminosidad, actuando en conjunción con el ojo, también manifestación de sattva en otro aspecto. Ambos deben unirse; la ausencia de luminosidad, o la desconexión de la misma del ojo del vidente, causa la desaparición. Debido a que la cualidad de luminosidad está totalmente controlada por el asceta, éste puede, por el proceso establecido, detenerla y así sustraer del ojo del otro, un elemento esencial para ver cualquier objeto".

Este proceso es únicamente posible como resultado de la meditación concentrada y unilateral, por eso resulta imposible para el hombre que no se ha sometido a una prolongada disciplina y entrenamiento, lo cual involucra la tarea de obtener el control del principio pensante y establecer el alineamiento directo que le permitirá actuar una vez que el pensador, en su propio plano, allinee y coordine la mente y el cerebro, por el sutratma, hilo o cordón plateado magnético.

22. Karma o efecto, es de dos tipos: karma inmediato o karma futuro. La meditación perfectamente concentrada en éstos, permite al yogui conocer la duración de su experiencia en los tres mundos. Este conocimiento también lo adquiere por medio de signos.

Este aforismo puede esclarecerse si se lo estudia en relación con el aforismo 18 del Libro Tercero. El karma, a que se refiere, corresponde a la actual vida del aspirante o vidente. Sabe que todo acontecimiento en su vida es efecto de una causa previa, iniciada por él mismo en una encarnación anterior, y también que cada acto en esta vida debe producir un efecto (que se desarrollará en otra vida), salvo que lo ejecute de tal manera que:


1.El efecto sea inmediato y culmine en el curso de la actual vida.
2.El efecto no origine karma, por haber ejecutado el acto desinteresadamente y con total desapego. Entonces se obtiene el efecto deseado, de acuerdo a la ley, pero sin consecuencias para el individuo.


Cuando el vidente reencarna en una vida, en la cual le quedan pocos efectos que agotar y todo cuanto inicia no produce karma, entonces puede fijar un término a la experiencia de su vida, y sabe que el día de la liberación está cerca. Por la meditación y la capacidad de actuar como alma, puede llegar al mundo de las causas, y con ello saber qué actos debe realizar para liberarse de los pocos efectos restantes. Poniendo estricta atención a los móviles que impulsan cada acto de la vida actual, evitará que los efectos lo aten a la rueda de renacimientos. De este modo, consciente e inteligentemente se acercará a su meta, y cada hecho, acto y pensamiento estarán regidos por el conocimiento directo que de ninguna manera lo encadenarán.

Los signos o portentos a los cuales se refiere, se relacionan principalmente con el mundo mental, donde mora el verdadero hombre. Por la comprensión de tres cosas,

a. los números,
b. los colores,
c. las vibraciones,

el vidente se da cuenta de que su aura está libre de los efectos que "producen la muerte". Sabe que, simbólicamente, nada más hay escrito en los registros, que puedan traerlo nuevamente a los tres mundos; por lo tanto, "mediante los signos ve que su sendero está despejado".

Esto ha sido expresado en los antiguos escritos, que se encuentran en los archivos de los Maestros:

"Cuando la estrella de cinco puntas brilla con claridad y no se ven formas en sus puntas, el camino está despejado.
Cuando el triángulo no encierra más que luz, la senda está libre al paso del peregrino.
Cuando en el aura del peregrino las muchas formas se desvanecen y se ven tres colores, el camino queda libre de obstrucciones.
Cuando los pensamientos no atraen formas ni se reflejan sombras, el hilo proporciona un camino directo desde el círculo al centro".

Desde ese punto de reposo, no es posible el retorno. El período de experiencia necesaria en los tres mundos ha llegado a su fin. Ningún karma puede atraer a la tierra al espíritu liberado, para recibir nuevas lecciones o pagar causas anteriores. Sin embargo, puede continuar o reasumir su obra de servicio en los tres mundos, sin abandonar realmente su verdadero hogar en los reinos sutiles y en las esferas elevadas de conciencia.

23. La unión con los demás se obtiene por la meditación centralizada en tres estados del sentimiento compasión, ternura y desapasionamiento.

El estudiante obtendrá algún conocimiento de este aforismo si lo compara con el Af. 33 del Libro Primero. La unión a que aquí se refiere, marca otro paso adelante. En la anterior, la naturaleza del aspirante fue entrenada para la armoniosa y pacifica asociación con quienes lo rodean. En éste, se le enseña a identificarse con los demás yoes, concentrándose en lo que se llama, a voces, "los tres estados del sentimiento", que son:


a. Compasión, antítesis de la pasión egoísta y acaparadora.

b. Ternura, antítesis de la autocentralización, que hace al hombre duro y autoabsorbente.

c. Desapasionamiento, antítesis de la codicia y del deseo.


Estos tres estados del sentimiento, cuando se comprenden y penetran, ponen al hombre en armonía con el alma de todos los hombres.

Por la compasión, ya no se ocupa de sus propios intereses egoístas, sino que penetra en su hermano y sufre con él; puede adaptar su vibración para responder a la necesidad del hermano, y está capacitado para compartir todo cuanto ocurre en el corazón del hermano. Esto lo hace mediante la sintonización de su propia vibración, a fin de responder a la naturaleza amorosa de su propia alma, y, por medio de ese principio unificador, todos los corazones están abiertos para él.

Mediante la ternura se manifiesta en forma práctica esa comprensión compasiva. Sus actividades ya no son internas y autocentradas, se exteriorizan y están inspiradas por el deseo sincero y desinteresado de servir y ayudar. Este estado de sentimiento se llama a veces "misericordia", y caracteriza a todos los servidores de la raza. Implica ayuda activa, intención altruista, sabido juicio y actividad amorosa. Está libre de todo deseo de recompensa o reconocimiento, lo cual se halla bellamente expresado en La Voz del Silencio de H. P. Blavatsky, en las siguientes palabras:

"Que tu alma escuche todo grito de dolor, así como el loto abre su corazón para beber el sol de la mañana".

"No permitas que el sol ardiente seque una sola lágrima de dolor, antes que tú la hayas enjugado del ojo de quien sufre".

"Deja que cada ardiente lágrima humana caiga en tu corazón y allí permanezca; nunca la enjugues hasta que desaparezca el dolor que la ha causado".

"Estas lágrimas ¡oh tú de corazón misericordioso!, son las corrientes que riegan los campos de la caridad inmortal".

Por el desapasionamiento, el aspirante y servidor permanece libre de los resultados kármicos de su actividad en bien de otros. Como sabemos, nuestro propio deseo nos ata a los tres mundos y a otras personas. "Atarse a" es distinto de "unirse con". Uno, está colmado de deseos y crea obligaciones y efectos; el otro, está libre de deseos y produce "identificación con", y no tiene efectos que atan a los tres mundos. El desapasionamiento posee una cualidad más mental que los otros dos. Se observará que el desapasionamiento trae cualidad de mente inferior; la ternura es el resultado emocional de la compasión desapasionada e involucra el principio kámico o astral; mientras que la compasión concierne también al plano físico, porque es la manifestación física de los otros dos estados. Es la capacidad práctica de identificarse con otro, en las condiciones imperantes en los tres mundos.

Esta unión es el resultado de la unicidad egoica que ha descendido a la plena actividad en los tres mundos, mediante la meditación.

24. La meditación centralizada en el poder del elefante, despertará esa fuerza o luz.

Este aforismo ha provocado mucha discusión, y su común interpretación ha dado la idea de que meditar sobre el elefante proporcionará la fuerza del elefante. Muchos comentaristas infieren de estas palabras que la meditación sobre otros animales otorgará sus características.

Debe recordarse que éste es un libro de texto de carácter científico, cuyo objetivo es el siguiente:


1. Entrenar al aspirante para que pueda penetrar en los reinos sutiles.
2. Otorgarle poder sobre la mente, para convertirla en su instrumento, que empleará a voluntad, como órgano de visión en los mundos superiores, y como transmisora e intermediaria entre el alma y el cerebro.
3. Despertar la luz de la cabeza, para convertir al aspirante en un radiante centro de luz que ilumine todos los problemas y, en virtud de esa luz verá la luz en todas partes.
4. Despertar los fuegos del cuerpo, para que los centros estén activos, luminosos, relacionados y coordinados.
5. Establecer la coordinación entre:


a. el ego o alma, en su propio plano,
b. el cerebro, por medio de la mente, y
c. los centros. Por un acto de voluntad todos pueden ser puestos en actividad uniforme.


6. Efectuado esto, el fuego en la base de la columna vertebral, hasta ahora adormecido, despertará y ascenderá sin peligro, mezclándose finalmente con el fuego o luz en la cabeza, y desaparecerá después de haber "quemado toda la escoria y despejado los canales" para uso del alma.

7.  Desarrollar de este modo los poderes del alma, los "siddhis" superiores e inferiores, a fin de llegar a ser un eficaz servidor de la raza.

Teniendo en cuenta estos siete puntos, resulta interesante notar que el símbolo del centro, llamado centro muladhara, situado en la base de la columna vertebral, es el elefante. Es el símbolo de la fuerza, del poder concentrado, de la gran fuerza motriz, que una vez despertada arrasa con todo lo que está por delante. Para nuestra quinta raza raíz, es el símbolo del animal más potente y de mayor fuerza, y también la representación de la transmutación o sublimación de la naturaleza animal, porque en la base de la columna vertebral está el elefante, y en la cabeza se halla el múltiple loto que oculta a Vishnu, sentado en el centro. Así se eleva la naturaleza animal al cielo.

Meditando sobre la fuerza del elefante, el poder del tercer aspecto, la energía de la materia misma y, por lo tanto, de Dios, el Espíritu Santo o Brahma, se despierta y se une a la del segundo aspecto a conciencia, la energía del alma, la de Vishnu, el segundo aspecto, la fuerza crística. Esto trae la unificación o unión perfecta entre alma y cuerpo, verdadero objetivo del Raja Yoga.

Los estudiantes de esta ciencia deberían recordar que estas fórmulas de meditación unilaterales, sólo son permitidas cuando se han aplicado los ocho métodos de yoga, tratados en el Libro Segundo.

25. La meditación perfectamente concentrada en la luz desarrollada, nos hará conscientes de lo sutil, oculto y remoto

En todas las enseñanzas de índole esotérica o mística, se menciona, con frecuencia, lo que se denomina luz. La Biblia contiene muchos pasajes sobre ella, y también todas las Escrituras del mundo. Se le aplican muchos nombres, pero por falta de espacio sólo consideraremos los que se encuentran en las diversas traducciones de los "Aforismos de la Yoga de Patanjali", y son:


a.  La Luz interna desarrollada (Johnston)
b.  La Luz en la cabeza. (Johnston)
c.  La Luz del conocimiento inmediato, conocimiento intuitivo. (Ttatya)
d.  Esa Luz efulgente. (Vivekananda)
e.  La Luz en la cima de la cabeza. (Vivekananda)
f.  La Luz coronaria. (Ganganatha Jha)
g.  La Luz de la disposición luminosa. (Ganganatha Jha)
h.  La Luz interna. (Dvivedi)
i.  La mente plena de Luz. (Dvivedi)
j. La radiación en la cabeza. (Woods)
k. La luminosidad del órgano central. (Rama Prasad)
l. La Luz de la actividad sensoria superior (Rama Prasad)


Por el estudio de estas expresiones se verá que en el vehículo físico existe un punto de luminosidad que (una vez hecho contacto con él) verterá la luz del espíritu sobre el sendero del discípulo, iluminándole así el camino, revelándole la solución de todos los problemas y permitiéndole actuar como portador de luz para otros.

Esta luz es una especie de radiación interna, ubicada en la cabeza, cerca de la glándula pineal, y se produce por la actividad del alma.

La expresión "órgano central", asociada con esta luz, ha dado lugar a muchas discusiones. Unos comentaristas la relacionan con el corazón y otros con la cabeza. Técnicamente ninguno de los dos conceptos es exacto, porque para el adepto entrenado el "órgano central" es el cuerpo causal, el karana sarira, el cuerpo del ego, la envoltura del alma, el cual está entre los "tres vehículos periódicos", que el divino Hijo de Dios descubre y utiliza en el transcurso de su largo peregrinaje. Estos tienen su analogía con los tres templos de que habla La Biblia cristiana:


1.El transitorio y efímero tabernáculo en el desierto, típico del alma en encarnación física, que dura una vida.


2. El más permanente y bello templo de Salomón, típico del vehículo del alma ó cuerpo causal, de mayor duración y que persiste durante eones, cuya belleza se revela cada vez más en el sendero hasta la tercera iniciación.


3.El todavía no revelado e inconcebiblemente bello templo de Ezequiel, símbolo de la envoltura del espíritu, el hogar del Padre, una de las "muchas mansiones", el huevo áurico del ocultista.


En la ciencia de la yoga, que debe ser aplicada y dominada en el cuerpo físico, la expresión "órgano central" se refiere a la cabeza o al corazón, y la diferencia reside principalmente en el tiempo. En las primeras etapas del desarrollo en el sendero, el corazón es el órgano central; más adelante la verdadera luz tiene su morada en el órgano de la cabeza.

En este proceso, el desarrollo del corazón precede al de la cabeza. La naturaleza emocional y los sentidos se desarrollan antes que la mente, como podemos observar si estudiamos a la humanidad como totalidad. El centro cardíaco se abre antes que el coronario. El amor debe desarrollarse antes de emplear sin peligro el poder. Por lo tanto, la luz del amor debe actuar antes de utilizar conscientemente la luz de la vida. Cuando el loto del centro cardíaco se abre y revela el amor de Dios, tiene lugar, por la meditación, un desarrollo sincrónico en la cabeza. Se despierta el loto de doce pétalos en la cabeza (analogía superior del centro cardíaco, intermediario entre el loto egoico de doce pétalos, en su propio plano; y el centro coronario). La glándula pineal pasa gradualmente de un estado de atrofia a uno de plena actividad, y el centro de la conciencia es transferido de la naturaleza emocional a la conciencia de la mente iluminada. Esto señala la transición efectuada en el místico para entrar en el sendero del ocultista, conservando, como ocurre siempre, su conocimiento y percepción mística, pero agregando a ello el conocimiento intelectual y el poder consciente del ocultista y del yogui entrenado.

Desde el punto de poder, situado en la cabeza, el yogui dirige todos sus asuntos y esfuerzos, proyectando sobre los acontecimientos, circunstancias y problemas, la "despierta luz interna", siendo guiado por el amor, la percepción interna y la sabiduría que posee, debido a que ha trasmutado su naturaleza amorosa, despertado su centro cardíaco y transferido al corazón los fuegos del plexo solar.

Aquí cabe una pregunta oportuna: ¿cómo se logra la unificación del corazón y la cabeza, que produce la luminosidad del "órgano central" y emanación de la radiación interna? Expuesto en forma breve, se produce por:

1. La subyugación de la naturaleza inferior, que transfiere a tres centros, el coronario, el cardíaco y el laringeo, situados arriba del diafragma, la actividad llevada a cabo durante la vida, abajo del plexo solar e incluso en éste. Esto se realiza mediante la vida, el amor y el servicio, no por medio de ejercicios respiratorios ni desarrollando la mediumnidad.

2. La práctica del amor, enfocando la atención en la vida y servicio del corazón, comprendiendo que el centro cardíaco es el reflejo del alma en el hombre, la cual deberá guiar las cuestiones del corazón, desde el trono o sitial entre las cejas.

3. El conocimiento de la meditación. Por medio de la meditación, ejemplificada en el aforismo básico de la yoga de que "la energía sigue al pensamiento", se producen todos los desenvolvimientos y desarrollos que el aspirante desea. Por medio de la meditación, el centro cardíaco (que en el hombre no evolucionado se representa como un loto cerrado vuelto hacia abajo) se invierte, se vuelve hacia arriba y se abre. En su centro está la luz del amor. La radiación de esta luz, al proyectarse hacia arriba, ilumina el sendero hacia Dios, pero no es el sendero, excepto en el sentido de que a medida que hollamos lo que el corazón desea (en sentido inferior), esa senda conduce al Sendero mismo.

Quizás resulte más claro si nos damos cuenta que parte de ese sendero reside en nosotros mismos, y esto nos lo revela el corazón, que conduce a la cabeza, donde descubrimos. el primer Portal del Sendero, por el cual entramos en la senda de la vida, que nos aleja de la vida corporal, y conduce a la más completa liberación de las experiencias de la carne y de los tres mundos. Todo es un solo sendero, pero el sendero de la iniciación lo debe hollar conscientemente el pensador, actuando por medio del órgano central de la cabeza, recorriendo inteligentemente el sendero que a través de los tres mundos conduce a la región o reino del alma. Podría decirse que el despertar del centro cardíaco lleva al hombre a darse cuenta de que el centro cardíaco se origina en la cabeza. Esto a su vez lleva al hombre al loto de doce pétalos, el centro egoico en los niveles superiores del plano mental. El sendero que va desde el centro cardíaco al coronario, constituye en el cuerpo, el reflejo de la construcción del antakarana en el plano mental, "como es arriba así es abajo".
4. La meditación perfectamente concentrada en la cabeza. Acrecienta automáticamente el estímulo y el despertar de los centros a lo largo de la columna vertebral, cinco en total; despierta el sexto centro, situado entre las cejas, y con el tiempo revela al aspirante la salida por la cúspide de la cabeza, que se la puede ver como un círculo radiante de luz pura y blanca. Se inicia como un pequeño punto, y gradualmente va acrecentando su gloriosa y radiante luz hasta revelar el portal. Nada más puede decirse sobre esto.

La luz de la cabeza es el gran revelador, el gran purificador y el medio por el cual el discípulo cumple el mandato de Cristo: "Deja que brille tu luz". Es "la senda del justo que brilla cada vez más hasta el perfecto día". Es lo que produce el halo o círculo luminoso, visto alrededor de la cabeza de todos los hijos de Dios que han tomado o tomarán posesión de su herencia.

Por medio de esta luz, como indica Patanjali en este aforismo, nos hacemos conscientes de lo sutil, o de las cosas que sólo se pueden conocer mediante el empleo consciente de nuestros cuerpos sutiles, de los cuales nos valemos para actuar en los planos internos, el emocional o astral, y el mental. La mayoría actúa hoy inconscientemente en dichos planos. También por medio de esta luz, somos conscientes de lo que está oculto o aún no ha sido revelado. Los Misterios le son revelados al hombre cuya luz resplandece, convirtiéndose así en un conocedor. Ante él se despliega también lo lejano o futuro.

26. La meditación centralizada en el sol, traerá conciencia (o conocimiento) de los siete mundos.

Este aforismo ha sido comentado extensamente por numerosos escritores durante muchos siglos. En bien de la claridad modernizaremos la afirmación y reduciremos sus términos a los del ocultismo moderno:

"Mediante la constante y firme meditación en la causa emanante de nuestro sistema solar, llegamos a comprender los siete estados del ser".

La diversidad de términos empleados frecuentemente confunden al estudiante, por lo tanto, será conveniente emplear únicamente dos series de términos: una imparte la terminología oriental ortodoxa, contenida en los mejores comentarios, la otra es más fácilmente reconocible para el investigador occidental. Empleando la traducción de Woods, tenemos lo siguiente:


Resulta interesante esta diferenciación del mundo en siete grandes divisiones, porque demuestra la exactitud de la quinta división que sostienen algunos comentadores.

Estos siete mundos corresponden a la división oculta moderna de nuestro sistema solar, en siete planos que personifican los siete estados de conciencia y abarcan siete grandes tipos de seres vivientes. La analogía es la siguiente:

1. Plano físico ........... Bhu .......................... Mundo Terrestre.

Conciencia física.

2. Plano astral .......... Antariksa .................. Mundo de las emociones.

Conciencia kámica o de deseos.

3. Plano mental .......... Mahendra ................. Mundo de la mente y del alma.

Conciencia mental.

4. Plano búdico .......... Mahar Prajapatya ..... Mundo crístico.

Conciencia intuitiva o crística.

Conciencia grupal.

5. Plano átmico .......... Jana .......................... Mundo espiritual.

Conciencia planetaria.

Mundo del tercer aspecto.

6. Plano monádico ..... Tapas ....................... Mundo divino.

Conciencia de Dios.

Mundo del segundo aspecto.

7. Plano logoico ......... Tatya ....................... Mundo de la causa emanante.

Absoluta conciencia.

Mundo del primer aspecto.


Son interesantes ciertos comentarios de Vyasa sobre esta diferenciación, pues coinciden con el pensamiento teosófico moderno. Describe el plano terrenal como "sostenido respectivamente por materia sólida, agua, fuego, viento, aire y oscuridad... donde nacen las criaturas vivientes después de habérseles asignado un largo y penoso período de vida, sufriendo los padecimientos incurridos como resultado de su propio karma". Los comentarios huelgan.

Respecto al segundo plano, el astral, se dice que las estrellas (las vidas) son "impulsadas por el viento en dicho plano, así como el labrador arrea los caballos en un círculo alrededor del campo de la trilla", y están "reguladas por el constante impulso del viento". Tenemos aquí un maravilloso panorama de cómo las vidas son impulsadas a la rueda del renacimiento por la fuerza de sus deseos.

Vyasa observa que el mundo de la mente está poblado por seis grupos de Dioses (los seis grupos de egos y sus seis rayos, los seis subrayos del rayo sintético, el cual se infiere). Estos son los hijos de la mente, los Agnishvattas (tan mencionados en La Doctrina Secreta y en Tratado sobre Fuego Cósmico), descritos como:


1.Cumpliendo sus deseos, por lo tanto, impulsado a encarnar por el deseo.
2.Dotados del poder de la atomización y otros poderes, por consiguiente, pueden crear sus vehículos de manifestación.
3.Viviendo en un periodo mundano, por lo tanto, están encarnados durante un período mundial.
4.De hermosa apariencia, porque los hijos de Dios son luminosos, radiantes y de extraordinaria belleza.
5.Plenos de amor, porque amor es la característica del alma, y todos los hijos de Dios o hijos de la mente, revelan el amor del Padre.
6.Poseyendo cuerpos propios, "que no son el producto de los padres"; ese "cuerpo no hecho con las manos", "eterno en los cielos", mencionado por San Pablo.


En conexión con el cuarto mundo, Vyasa dice que es el mundo de la maestría, por lo tanto el hogar de los Maestros y de todas las almas liberadas, cuyo "alimento es contemplación" y cuyas vidas duran "mil períodos mundanos", siendo en consecuencia inmortales.

Luego describe los tres planos más elevados y las grandes existencias, que constituyen las vidas de esos planos, en quienes "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". Corresponden a los tres planos de la trinidad. Los comentarios de Vyasa sobre estas existencias y sus diversos grupos, son iluminadores, dice:


1."Sus vidas son castas: es decir, libres de impureza o de la limitación de las formas inferiores".
2."Hacia arriba no hay ningún impedimento para su pensamiento; en las regiones inferiores ningún objeto está oculto para su pensamiento". Conocen todas las cosas, dentro del sistema solar.
3."No sientan los cimientos para morada alguna", por lo tanto no poseen cuerpos densos.
4."Están cimentados en sí mismos... y viven mientras haya creaciones". Son las grandes vidas, tras de toda existencia sensible.
5.Se deleitan practicando diversos tipos de contemplación. Nuestros mundos son sólo el reflejo del pensamiento de Dios y también la suma total de la mente de Dios.


El antiguo comentador lo compendia en dos afirmaciones básicas, que debería considerar el estudiante:

"Esta bien fundada configuración se extiende hasta el mismo centro del (Mundo) Huevo, siendo éste un ínfimo fragmento de la causa primaria, como una luciérnaga en el firmamento.

Esto significa que nuestro sistema solar no es más que un átomo cósmico y en sí sólo una parte de un todo esferoidal aún mayor. Luego declara:

"Ejerciendo restricción sobre la puerta del sol, el yogui debería percibir todo esto directamente". Restricción es un término que se emplea frecuentemente al traducir frases que significan "refrenar o restringir las modificaciones del principio pensante", en otras palabras, perfecta meditación en una sola dirección. Meditando sobre la puerta del sol, se puede alcanzar pleno conocimiento. Resumiendo, significa que mediante el conocimiento del propio corazón del sol y en virtud de la luz que emana de él, habiendo descubierto el portal del sendero, se entra en relación con el Sol, que se halla en el corazón de nuestro sistema solar y, eventualmente, se descubre ese portal que permite al hombre entrar en el séptuple sendero cósmico. No es necesario decir más acerca de esto, pues el objetivo de Raja Yoga es permitir al hombre descubrir la luz en sí mismo, y en esa luz ver la luz y también hallar la puerta que va hacia la vida y, en consecuencia, hollar el sendero.

Sólo nos queda un punto que tratar. Esotéricamente al sol se lo considera triple:

1. El sol físico .......................................... cuerpo ........ forma inteligente.

2. El corazón del sol ................................ alma ........... amor.

3. El sol espiritual central ........................ espíritu ....... vida o poder.


En el hombre, el microcosmos, las analogías son:

1. El hombre personal físico ........................ cuerpo ...... forma inteligente.

2. El ego o Cristo ......................................... alma .......... amor.

3. La mónada ............................................... espíritu ...... vida o poder.


27. La meditación centralizada en la Luna, otorga el conocimiento de todas las formas lunares.

Hay dos traducciones apropiadas de este aforismo, la anterior y la que sigue:

"El conocimiento del mundo astral lo obtiene quien puede meditar sobre la Luna". Ambas traducciones son correctas, pero probablemente la comprensión exacta del texto sánscrito se obtendrá únicamente combinándolas. Quizás sea suficiente dar en una simple paráfrasis la esencia del significado de este aforismo.

"La concentración sobre la madre de las formas (la Luna) revela al aspirante la naturaleza y propósito de la forma".

Si el estudiante tiene en cuenta que la Luna es el símbolo de la materia, y que el Sol, en su aspecto luz, es el símbolo del alma, no tendrá dificultad en determinar el significado de los Af. 26 y 27. Uno se relaciona con el alma y los diversos estados de conciencia; el otro se ocupa del cuerpo, vehículo de la conciencia. Uno concierne al cuerpo incorruptible, no hecho con las manos, eterno en los cielos; el otro a las "mansiones lunares" (como lo denomina el traductor) y al hogar del alma en los tres mundos del esfuerzo humano.

Sin embargo, debe recordarse que el aspecto Luna rige en todos los reinos por debajo del humano, pero el aspecto Sol debería predominar en el humano.

El conocimiento de las mansiones lunares o de las formas, proporcionaría la comprensión del cuerpo físico, del vehículo astral o de deseos, y de la envoltura mental.

28. La concentración en la Estrella Polar proporcionará el conocimiento de las órbitas de los planetas y de las estrellas.

Este aforismo poco significa para el estudiante común, pero es de profunda utilidad para el iniciado y el discípulo juramentado. Basta decir que constituye el trasfondo de toda investigación astrológica, pues por la valoración de su significado se obtendrá la comprensión de:


1.La relación de nuestro sistema solar con las otras seis constelaciones que (con la nuestra) constituyen los siete centros de fuerza, de los cuales las siete grandes influencias espirituales de nuestro sistema son los reflejos y agentes.
2.El sendero de nuestro Sol en los Cielos, y los doce signos del zodíaco, por los cuales transita aparentemente nuestro Sol. Por lo tanto se evidencia que este aforismo constituye la clave del propósito del siete y del doce, sobre los cuales se basan nuestros procesos creadores.
3.El significado de los doce trabajos de Hércules, en relación con el hombre, el microcosmos.
4.El propósito de nuestro planeta, que el adepto aprende mediante la comprensión de la triplicidad formada por


a.la Estrella Polar,
b.nuestro planeta Tierra,
c.la Osa Mayor.


Quienes poseen la clave descubrirán otros significados, pero los indicados bastan para poner de manifiesto el significado profundo, aunque esotérico, atribuido a estas breves palabras.

29. Fijando la atención en el centro denominado plexo solar, se obtiene un conocimiento perfecto acerca de la condición del cuerpo.

En el comentario del Af. 36, en el Libro Primero, se enumeraron los diversos centros y se dieron sus cualidades. Ahora se mencionan cinco de dichos centros, pues conciernen más directamente al aspirante y son los que más predominan en la quinta raza o aria; en la cuarta raza estaban despiertos, pero no desarrollados.

Estos centros son:

Base de la columna vertebral .......................................................... 4 pétalos.

Plexo solar ....................................................................................... 10 pétalos.

Centro cardíaco ............................................................................... 12 pétalos.

Centro laringeo ................................................................................ 16 pétalos.

Centro coronario ............................................................................. 1000 pétalos.

Estos cinco centros conciernen principalmente al aspirante. El centro llamado bazo, fue controlado en los días de Lemuria, y ahora está relegado a la categoría de los centros que funcionan plenamente y por lo tanto en forma automática, y han quedado bajo el umbral de la conciencia. El centro entre las cejas sirve de medio para proyectar la luz de la cabeza sobre las cosas "sutiles, oscuras, ocultas y remotas"; es el resultado del desarrollo del coronario y el cardíaco.

Los tres centros principales son tan potentes en la persona excesivamente subdesarrollada que, aunque sus pétalos no se hayan abierto, han producido analogías físicas o glándulas. Su vibración es tal, que ya emiten sonidos en los hombres y, por medio del sonido, atraen y producen una forma. En el discípulo o iniciado, estos tres centros no sólo emiten sonidos, sino que forman palabras; por lo tanto rigen la construcción de las fuerzas vitales y controlan al entero hombre.


Las glándulas que corresponden a los tres centros son:

1. La glándula pineal y el cuerpo pituitario ............................................. centro coronario.

2. La glándula tiroides .............................................................................. centro laringeo.

3. El bazo .................................................................................................. centro cardíaco.

“Del corazón brotan las fuentes de la vida" y circula la corriente sanguínea de la vida; debido a su desarrollo en la raza atlante y a la consiguiente coordinación y crecimiento del cuerpo astral o emocional, el centro cardíaco ha llegado a ser el más importante del cuerpo. Su actividad y desarrollo han ido paralelos a los del bazo, órgano de la vitalidad, del prana o fuerza física solar, en el cuerpo.

Hay otras glándulas que tienen una íntima relación con los diversos centros, pero el tema es tan vasto que sólo puede ser insinuado. Sin embargo no existe la misma estrecha relación entre las glándulas asociadas a los centros situados abajo del diafragma, que las conectadas con los centros principales situados arriba del diafragma.

El aforismo en consideración se refiere a uno de los cinco centros más importantes, por las siguientes razones:

1. Está situado en el centro del tronco, siendo por lo tanto la analogía del principio medio. En la época atlante los tres centros principales para esa raza eran:

a. El coronario ...................................................... Padre o aspecto espiritual.

b. El plexo solar ................................................... Hijo o aspecto alma.

c. Base de la columna vertebral ........................... Espíritu Santo o aspecto materia.

El alma no estaba entonces tan individualizada como ahora. Controlaba el alma animal; en consecuencia, lograr el pleno contacto con el "anima mundi" era el factor predominante. Con el transcurso del tiempo, el alma fue individualizándose más en cada ser humano y haciéndose más separatista, a medida que predominaba el aspecto mente (el gran factor divisor). Cuando finalice la presente raza, los tres centros principales serán: el coronario, el cardíaco y el de la base de la columna vertebral. En la sexta raza tendremos, el coronario, el cardíaco y el laringeo.

En la última raza, la de los hijos de Dios iluminados, la séptima, tendremos como centros de acción:

a. El coronario de mil pétalos .............................. Vida o aspecto espiritual.

b. El situado entre las cejas .................................. Hijo o aspecto conciencia.

c. El laríngeo ........................................................ Espíritu Santo o aspecto creador.

A través del primero, la vida espiritual fluirá desde la mónada; a través del segundo, el principio crístico, la luz del mundo, el alma, actuará derramando luz y vida sobre todas las cosas, y lo utilizará como órgano de percepción. A través del último, se llevará a cabo el trabajo de creación y se emitirá la palabra creadora.

Esta perspectiva general presenta al estudiante la visión de lo que hay por delante. Sin embargo, no tiene ningún valor inmediato; la mayoría de los aspirantes se ocupan del plexo solar, de allí la necesidad de considerarlo aquí.

2. El plexo solar es el órgano de la naturaleza astral, de las emociones, el temperamento, los deseos y sentimientos, y por eso es el más activo de todos. Por su intermedio se despiertan las funciones inferiores del cuerpo-el deseo de beber, de comer, de procrear, y a través de éste se hace contacto con los centros inferiores y se trabaja con ellos. En el discípulo, el centro cardíaco reemplaza al centro plexo solar, y en el Maestro es reemplazado por el coronario. No obstante, todos son expresión de la vida y del amor de Dios y, en su totalidad y perfección, expresan la vida crística.

3. El centro plexo solar desarrolla la gran obra de trasmutar todos los deseos animales inferiores en superiores. A través de él pasan literalmente las fuerzas de la naturaleza inferior. Acumula las fuerzas del cuerpo debajo del diafragma y las dirige hacia arriba.

4. En el plexo solar el alma animal se fusiona con el alma del hombre, y se ve en germen la conciencia crística. Estableciendo la analogía entre el estado prenatal y la germinación del Cristo en cada ser humano, los estudiantes, cuya intuición esté desarrollada, percibirán la analogía entre la actividad del plexo solar y su función, y los primeros tres meses y medio del período prenatal. Luego viene "la activación"` y la vida se hace sentir. Tiene lugar un resurgimiento, entonces se puede percibir la analogía entre el proceso fisiológico natural y el nacimiento del Cristo en la caverna del corazón. En esto reside el profundo misterio de la iniciación, revelado únicamente a quienes recorren el sendero del discipulado hasta el fin.

En este aforismo se dice que el conocimiento referente al cuerpo físico, se logra meditando sobre este centro. La razón es esta: cuando el hombre llega a comprender su cuerpo emocional y el centro de fuerza a través del cual funciona en el plano físico, descubre que todo cuanto él es (física y etéricamente) se debe al deseo o kama, y que sus deseos lo atan a la rueda de renacimientos. Por esta razón el yogui hace hincapié sobre esa básica discriminación, por la cual el hombre desarrolla la capacidad de elegir entre lo real y lo irreal, cultivando en él un exacto sentido de los valores. Luego viene el desapasionamiento, que una vez adquirido, produce desagrado hacia la vida de percepción sensoria.

Cuando el aspirante se da cuenta del papel que el deseo desempeña en su vida, que el cuerpo emocional o astral es causante de la mayor parte de las dificultades de su naturaleza inferior, y cuando capta el aspecto técnico del proceso que sigue la energía deseo, comprende la función del plexo solar, pudiendo iniciar la gran tarea dual de trasferencia y transmutación. Debe transferir la energía de los centros situados debajo del diafragma a los de arriba, y en ese proceso transmutar y cambiar la energía. Los centros están situados a lo largo de la columna vertebral, pero ayudará considerablemente al estudiante si tiene una idea de los lugares aproximados del cuerpo, que estos centros afectan y energetizan. Dichos centros poseen órganos en el plano físico, que son el resultado de la respuesta de la sustancia densa a su vibración.

Los Tres Centros Mayores

1. Coronario ............................... cerebro, glándula pineal, cuerpo pituitario

2. Laríngeo ................................. laringe, cuerdas vocales y paladar, glándula tiroides.

3. Cardíaco ................................. pericardio, ventrículos, aurículas, afectando al bazo.

Los Cuatro Centros Menores

4. Plexo solar ................................. estómago.

5. Bazo ........................................... bazo.

6. Sacro ........................................... órganos genitales.

7. Base de la columna vertebral ...... órganos de eliminación, riñones, vejiga

Estos órganos físicos son sus resultados o efectos; los centros son su causa física y se producen por la actividad de los centros etéricos.

Estos detalles ya se han dado y la información antedicha fue recopilada, debido a la importancia que tiene el plexo solar en esta cuarta ronda de la cuarta Jerarquía creadora (la Jerarquía de las mónadas humanas o espíritus), el cuarto centro en el hombre, ya sea contando desde arriba o desde abajo. Otro detalle técnico puede darse aquí. En el proceso de transmutación el estudiante debería recordar que:


a.La energía de la base de la columna vertebral debe ascender a la cabeza.


b.La energía del centro sacro debe pasar al laríngeo.


c.La energía del plexo solar debe ir al corazón. La energía del bazo concierne exclusivamente al cuerpo físico. Va a todos los centros.

30 Fijando la atención en el centro laríngeo, se aplaca el hambre y la sed.

31. Fijando la atención en el conducto o nervio situado debajo del centro laríngeo, se logra el equilibrio.

Debe recordarse que todos los aforismos que se refieren a los poderes psíquicos son susceptibles de interpretación inferior o superior. En ningún aforismo es tan aparente como en éste. Mediante el conocimiento de la naturaleza del centro laríngeo, y meditando constantemente sobre él, el yogui puede evitar los espasmos del hambre y de la sed y mantenerse indefinidamente sin alimento, mientras que dirigiendo la energía a esa parte del gran nervio de la laringe, situado exactamente abajo del centro laríngeo (en la cavidad de la garganta), puede lograr la inmovilidad y rigidez absolutas de la forma humana. Similarmente, concentrándose en el plexo solar, puede darse cuenta con plena conciencia, de cada una de las partes de su cuerpo físico. Pero esto concierne a los poderes o "siddhis" inferiores, los cuales no interesan al estudiante de Raja Yoga, que los considera como efectos secundarios del desenvolvimiento del alma. Sabe que son el resultado de aplicar correctamente los ocho métodos de yoga, por lo cual son automáticos e inevitables. Sabe también a qué peligro se expone el organismo físico cuando predomina el aspecto inferior o físico.

El verdadero significado de los aforismos 30 y 31, estudiados en conjunto, surge de la comprensión del proceso transmutador y de la trasferencia efectuada en el plexo solar.

La energía del centro sacro, que alimenta los órganos genitales, con el tiempo es transferida al centro laríngeo. Este proceso creador se lleva a cabo mediante el pensamiento, el sonido y la Palabra hablada. Hambre y sed son los dos aspectos del deseo; el hambre es positivo, masculino y codicioso; la sed es negativa, femenina y receptiva. Ambas palabras son simplemente símbolos de los dos grandes impulsos que subyacen en el impulso sexual. Cuando ellos son dominados y controlados, entonces la energía del centro situado detrás de los órganos involucrados puede ser elevada a la laringe, deteniendo en sentido esotérico el hambre y la sed. Debe tenerse presente que estas dos palabras son las analogías, en el plano físico, de los grandes pares de opuestos, que el yogui trata de equilibrar, y lo hace cuando el plexo solar desempeña su función más elevada.

En el plano astral o de deseos, este proceso equilibrador debe ser llevado a cabo en el cuerpo astral del aspirante. Este es el gran campo de batalla tan bellamente simbolizado en el cuerpo humano, con sus tres centros superiores, con sus puntos focales de energía inferior y el gran centro medio, el plexo solar, que representa el plano astral y su actividad. Esto evidencia por qué se han unido los dos aforismos, pues abarcan toda una actividad.

Después de alcanzar en cierta medida el equilibrio, el aspirante aprende a perfeccionar el proceso equilibrador y adquiere el poder de mantenerse firme e inconmovible, guardando un equilibrio inalterable entre los pares de opuestos. El nervio llamado "kurma-nadi" o el "tubo de tortuga", es la analogía física de la etapa que el aspirante ha alcanzado. Se mantiene erecto e inconmovible delante de la entrada al sendero, encontrándose en ese punto de evolución, donde puede "evadirse hacia arriba" y actuar en la cabeza.

Desde épocas primitivas la tortuga ha sido el símbolo del lento proceso creador y del largo camino evolutivo, recorrido por el espíritu. De allí lo apropiado del término, tal como se aplica a lo que se considera el inferior de los tres centros mayores, y aquel que representa el aspecto creador o Brahma de la divinidad de Dios, el Espíritu Santo, en Su función de energetizador de la materia o cuerpo.


32. Enfocando la luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por la meditación unilateral.

Ésta es una paráfrasis de carácter general, pero da el sentido exacto de los términos empleados. En el aforismo vigésimo quinto, hemos estudiado la naturaleza de la luz en la cabeza. Aquí se dará una breve explicación: cuando el estudiante es consciente de la luz en la cabeza y puede utilizarla a voluntad, dirigiendo su radiación hacia lo que trata de conocer, llega el momento en que no sólo puede dirigirla hacia afuera, al campo del conocimiento donde actúa en los tres mundos, sino también hacia adentro y arriba, a esos reinos donde deambulan los santos de Dios, la gran "Nube de Testigos". Por lo tanto, por su intermedio puede llegar a ser consciente del mundo de los Maestros, Adeptos e Iniciados, v así ponerse en contacto con Ellos, en plena conciencia vigílica, registrando tales contactos en su cerebro físico.

De allí la necesidad de llegar a ser consciente de la propia luz, de limpiar la propia lámpara y de utilizar plenamente la luz que se posee. El poder de la luz espiritual se desarrolla y acrecienta por el uso y el cuidado, desempeñando una doble función.

El aspirante se convierte así en luz o lámpara, en un lugar oscuro, alumbrando el camino a otros. técnicamente de esta manera puede ser aventada en llama la luz interna. Este proceso de alumbrar a otros y convertirse en lámpara, precede siempre a la maravillosa experiencia del místico cuando dirige su lámpara y luz a otros reinos, descubriendo "el camino de evasión" hacia esos mundos donde los Maestros deambulan y trabajan.

Es necesario recalcar este punto, porque entre los estudiantes existe la fuerte tendencia a buscar a los Maestros, algún Guru o Instructor, que "les proporcione la luz. Sólo quienes hayan encendido su propia luz, limpiado su propia lámpara y estén provistos de los medios para penetrar en su mundo, podrán descubrirlos. La parte más técnica de esta cuestión está muy bien explicada por W. Q. Judge:

"Tenemos aquí dos inferencias, que en nada se igualan al pensamiento moderno. Una, que existe una luz en la cabeza; la otra, que existen seres divinos que pueden ser vistos por quienes se concentran en la luz de la cabeza. Se afirma que cierto nervio o corriente síquica, denominado Brahmarandhra-nadi, sale por el cerebro, cerca de la cima de la cabeza. En este punto se acumula el principio luminoso de la naturaleza, en mayor cantidad que en cualquier otra parte del cuerpo, y se lo denomina jyotis, la luz en la cabeza. Debido a que todo resultado debe obtenerse por el empleo de los métodos adecuados, los seres divinos podrán ser vistos si nos concentramos en esa parte del cuerpo que tiene una relación más estrecha con ellos. En este punto, el extremo del Brahmarandhra-nadi, se establece la conexión entre el hombre y las fuerzas solares".

Esta luz hace que el "rostro resplandezca"; produce el halo que rodea la cabeza de los Santos y Maestros y es visto por el clarividente en los aspirantes y discípulos evolucionados.

Dvivedi da la misma enseñanza, en las siguientes palabras:

"La luz en la cabeza se la describe como la afluencia acumulada de luz sáttvica" que se ve en el Brahmarandhra y se supone que está cerca de la arteria coronaria, de la glándula pineal, o sobre la médula oblongada. Así como la luz de una lámpara, ardiendo dentro de las cuatro paredes de una casa, presenta una apariencia luminosa desde el ojo de la llave, así se muestra la luz sáttvica en la cima de la cabeza. Esta luz es muy familiar para quienes apenas conocen las prácticas de yoga y puede ser vista concentrándose en un punto entre las cejas. Por la práctica de samyama (meditación) sobre esta luz, pueden ser vistos de inmediato, a pesar de los obstáculos espacio-tiempo, los seres llamados "siddhas" -conocidos generalmente en los círculos teosóficos como Mahatmas o elevados Adeptos-que pueden caminar a través del espacio en forma invisible.

33. Todas las cosas pueden ser conocidas a la vívida luz de la intuición.

Tres aspectos del conocimiento están asociados con la luz en la cabeza. En primer lugar, tenemos el conocimiento que puede poseer el hombre común, cuya descripción más exacta es quizá la palabra teórico. Hace que el hombre se dé cuenta de ciertas hipótesis, posibilidades y explicaciones. Proporciona el conocimiento de las modalidades, modos y métodos y permite dar los primeros pasos hacia la comprobación y realización correctas. Esto es verdad acerca del conocimiento a que se refiere Patanjali. Basados sobre este conocimiento y de acuerdo a los requisitos de la investigación o desenvolvimiento propuestos, el aspirante llega a percibir la luz en la cabeza.

En segundo lugar, el aspirante utiliza el conocimiento discriminador. Habiendo hecho contacto con la luz, la utiliza, y el resultado es que los pares de opuestos se hacen evidentes, se conoce la dualidad y surge la cuestión de la elección. La luz de Dios se proyecta sobre ambos lados del estrecho sendero del filo de la navaja que el aspirante trata de hollar; al principio este noble sendero medio no es tan visible como lo que yace a cada lado del mismo. Añadiendo el desapasionamiento o desapego al conocimiento discriminativo, los obstáculos disminuyen, el velo que cubre la luz se hace más trasparente, hasta establecer contacto con la tercera o más elevada luz.

En tercer lugar, tenemos el conocimiento iluminador que podemos describir como "la luz de la intuición"; es el resultado de haber hollado el sendero y de la subyugación de los pares de opuestos y el precursor de la total iluminación y de la plena luz del día. Ganganatha Jha en su breve comentario se ocupa de estos tres aspectos.

"La inteligencia es la emancipadora, la antecesora del conocimiento discriminador, como la aurora lo es de la salida del Sol. Al obtener la percepción intuitiva, el yogui llega a conocer todas las cosas".

Estos destellos de intuición son, al principio, simplemente vívidos chispazos de iluminación, que surgen de la conciencia de la mente y desaparecen casi instantáneamente. Se producen con mayor frecuencia a medida que se cultiva el hábito de la meditación, y persisten durante prolongados períodos, hasta alcanzar la estabilidad mental. Gradualmente la luz brilla con constante resplandor, y el aspirante camina "a plena luz del día". Cuando la intuición comienza a actuar, el aspirante debe aprender a utilizarla, dirigiendo la luz que está en él a todos los asuntos "oscuros, sutiles y remotos", ensanchando así su horizonte, solucionando sus problemas y aumentando su eficiencia. Todo cuanto ve y con lo cual hace contacto, gracias al empleo de su luz espiritual, debe ser registrado, comprendido y adaptado, para ser utilizado por el hombre en el plano físico por medio del cerebro. Es aquí donde la mente racional desempeña su parte, interpretando, formulando y trasmitiendo al cerebro lo que el verdadero hombre espiritual conoce, ve y comprende en su propio plano. De esta manera, dicho conocimiento está disponible para el hijo de Dios encarnado, el hombre en el plano físico en plena conciencia vigílica.

Otro aspecto del mismo conocimiento, igualmente exacto y necesario, lo expresa Charles Johnston en su comentario, y dice:

"Este poder profético de la intuición está por encima y detrás de la así denominada mente racional, la cual formula una pregunta y la presenta a la intuición; ésta da una respuesta real, frecuentemente inmediata, distorsionada por la mente racional, conteniendo no obstante, un germen de verdad. Gracias a este proceso por el cual la mente racional plantea interrogantes a la intuición para su solución, se descubren las verdades de la ciencia y llegan los destellos del genio y los descubrimientos. Pero no es necesario que este poder superior actúe subordinado a la así llamada mente racional, la cual puede actuar directamente, como plena iluminación, 'la visión y la facultad divina"'.

34. Por la meditación enfocada en el centro cardíaco, se alcanza la comprensión de la conciencia mental.

Los hijos de los hombres se diferencian del reino animal en que poseen inteligencia, la mente razonadora. Por eso la Sabiduría Eterna, la Doctrina Secreta del mundo, denomina con frecuencia a los seres humanos "hijos de la mente". Esto es lo que les da sentido de individualidad o entidad separada, convirtiéndolos en egos.

Se dice que en el centro del cerebro, ubicado en la glándula pineal, tenemos el hogar del alma; la vanguardia de la vida de Dios, una chispa del fuego espiritual puro. Éste es el punto inferior con el que la vida espiritual pura hace contacto directamente desde la Mónada, nuestro Padre en el Cielo. Es el extremo del sutratma o hilo que vincula y conecta las diversas envolturas y pasa desde la mónada en su propio y elevado plano, a través del cuerpo egoico en los niveles superiores del plano mental, al vehículo físico. Esta vida de Dios es triple y combina la energía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, siendo en consecuencia responsable del pleno funcionamiento de todos los aspectos de la naturaleza del hombre, en todos los planos, y también de los estados de conciencia. El primer hilo de este triple cordón o sendero, es el que da vida, espíritu y energía. El segundo es responsable de la conciencia o aspecto inteligencia, de modo que el poder del espíritu responda al contacto y evoque respuesta. El tercero concierne a la vida de la materia o aspecto cuerpo.

El primer aspecto, por medio de la mónada, llega hasta la glándula pineal, lugar donde reside el espíritu en el hombre. El segundo aspecto o conciencia, por medio del ego, es el lugar de contacto con el centro cardíaco, mientras que el tercer aspecto o tercer hilo del sutratma, se vincula con el centro en la base de la columna vertebral, fuente principal de la actividad corporal o de la personalidad.

Por consiguiente, mediante la concentración en la luz de la cabeza, se obtiene el conocimiento de los mundos espirituales y de los espíritus puros que en ellos deambulan y actúan, porque atma o espíritu resplandece allí. Similarmente, por medio de la meditación concentrada en el corazón, se obtiene el conocimiento del segundo aspecto, el principio consciente e inteligente, que hace del hombre un hijo de Dios.

Por el desarrollo y el empleo del centro coronario, se pone en actividad funcionante la voluntad, que es la característica del espíritu y expresa propósito y control. Por el desarrollo y empleo del centro cardíaco, el aspecto amor-sabiduría es similarmente utilizado y el amor de Dios se ve actuando en la vida y en el trabajo del hombre. Debido a que la mente de Dios es amor y el amor de Dios inteligencia, estos dos aspectos de una gran cualidad se ponen en actividad a fin de cumplir Su voluntad y propósito. En Occidente Cristo fue el ejemplo más prominente, como Krishna en la India, aspecto que debe reflejarse y manifestarse también en cada hombre.

35. La experiencia (de los pares opuestos) se adquiere por la incapacidad del alma para distinguir entre el yo personal y purusha (espíritu). Las formas objetivas existen para uso (y experiencia) del hombre espiritual. Meditando sobre esto, surge la percepción intuitiva de la naturaleza espiritual.

Nuevamente nos encontramos con una traducción libre del texto original, siendo sin embargo, una correcta interpretación.

Hemos visto en los aforismos precedentes, que el estrecho sendero a seguir entre los pares de opuestos (por la práctica de la discriminación y del desapasionamiento) es el del equilibrio y la equidad, el noble sendero medio. Este aforismo hace un comentario sobre esta etapa de experiencia del alma, y puntualiza las siguientes lecciones:

Primero, la razón por la cual enfrentamos los pares de opuestos y con tanta frecuencia elegimos la línea de actividad, o actitud mental, que nos produce placer o dolor, se debe a que no sabemos distinguir entre la naturaleza inferior y la superior, entre el yo personal (actuando como unidad física, emocional y mental) y el espíritu divino, que mora en cada uno de nosotros. Nos identificamos con el aspecto forma, no con el espíritu. Durante eones nos hemos considerado como el no-yo y olvidamos nuestra afiliación, nuestra unidad con el Padre y la realidad de que somos el yo inmanente.

Segundo, el propósito de la forma es sencillamente permitirle al yo hacer contacto con mundos que de otra manera estarían vedados para él, y desarrollar plena percepción en cualquier lugar del reino del Padre, y así manifestarse como hijo de Dios plenamente consciente. Por medio de esta forma de adquirir experiencia, se despierta la conciencia y se desarrollan las facultades y los poderes.

Tercero, a medida que se capta intelectualmente este hecho, y se medita sobre él internamente, uno llega a darse cuenta de su identificación con la naturaleza espiritual, y se establece la diferencia con la forma. Sabemos que no somos la forma, sino el morador de la forma, no el yo material sino el espiritual, no los aspectos diferenciados sino el Uno; así se lleva a cabo el gran proceso de liberación. Uno se convierte en lo que es, y lo logra meditando sobre el alma inteligente, el aspecto medio, el principio crístico, que vincula al Padre (espíritu) con la Madre (materia).

Tenemos nuevamente la gran triplicidad puesta de manifiesto:


1.El Padre o espíritu, aquel que se manifiesta, crea y mora internamente.


2.El Hijo, el que revela, medita y vincula el aspecto superior con el inferior.


3.El Espíritu Santo, que influye a la Madre, sustancia material inteligente que proporciona las formas, por medio de las cuales se adquiere experiencia y desarrollo. Quien adquiere experiencia, encarna y logra la divina expresión, por medio de la forma, es el alma, el yo, el hombre espiritual consciente, el Cristo interno. Cuando por esta experiencia ha alcanzado la madurez, revela al Padre o espíritu; así cumple con la palabra de Cristo cuando dijo (en respuesta a la pregunta de Felipe: Señor, muéstranos al Padre), "quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre". (Jn., 14).


36. Como resultado de esta experiencia y meditación, se desarrollan los sentidos superiores: oído, tacto, vista, gusto y olfato, que otorgan conocimiento intuitivo.

Por la meditación, el aspirante llega a darse cuenta de la contraparte de los cinco sentidos, en los reinos más sutiles, y despertándolos y empleándolos conscientemente puede actuar en los planos internos tan libremente como en el físico. Entonces llega a servir inteligentemente en tales reinos y colaborar en el gran esquema involutivo.

Podemos definir los cinco sentidos como esos órganos por los cuales el hombre se da cuenta de lo que lo circunda. El animal, que carece de la facultad pensante correlacionadora, posee también estos cinco sentidos. En el animal se manifiestan como facultad grupal, análoga al instinto racial en el reino humano.

Cada uno de los cinco sentidos tiene conexión definida con uno de los siete planos de la manifestación, y tiene también una analogía en todos los planos.

Plano Sentido

1. Físico ......................................................................... Oído.

2. Emocional o astral ..................................................... Tacto o sensación táctil.

3. Mental ....................................................................... Vista.

4. Búdico ....................................................................... Gusto.

5. Átmico ...................................................................... Olfato.


La siguiente clasificación extraída del Tratado sobre Fuego Cósmico, servirá para aclarar los cinco diferentes aspectos de los cinco sentidos en los cinco planos; mayor información se tendrá en las páginas 173 a 185 de ese tratado.

En la clasificación que sigue, los números de uno a cinco, en columna a la izquierda, se refieren a los planos de manifestación, enumerados en la clasificación anterior.

37. Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos.

En este texto sobre el desenvolvimiento espiritual, surge constantemente el hecho de que los poderes síquicos superiores o inferiores, son obstáculos para un estado espiritual más elevado, y el hombre que puede actuar libremente en los tres mundos debe prescindir de ellos. Es muy difícil que el aspirante comprenda esta lección, pues cree que el desarrollo de la clarividencia y clariaudiencia indica progreso, y que la práctica de la meditación comienza a dar resultado. Quizás indique lo contrario e inevitablemente lo será si el aspirante se siente atraído o apegado a alguna de esas facultades síquicas. Un antiguo escritor indú dice respecto a tales poderes:

"Una mente, cuya sustancia mental comienza a activarse, estima mucho estas facultades, así como el hombre que nace en la miseria, considera que un pequeño lujo es una gran riqueza. Pero el yogui, cuya sustancia mental está concentrada, debe evitar tales facultades, aunque las posea. Quien anhela alcanzar la meta final de la vida, la absoluta mitigación de la triple angustia ¿cómo puede tener afecto a estas perfecciones, contrarias a la realización de esa meta?"

Dvivedi dice:

"Los poderes ocultos, hasta ahora descritos y los que se describirán más adelante..., son obstáculos, porque causan la distracción de la mente, por los diversos sentimientos que despiertan, pero no son totalmente inútiles, pues constituyen grandes poderes benéficos en los momentos que el samadhi ha sido suspendido".

Sería útil para el aspirante saber qué son estos poderes, cómo controlarlos, sin ser controlados por ellos, cómo emplearlos para servir al hermano y a la Jerarquía, pero debe considerarlos como instrumentos y relegarlos al aspecto forma. Debe comprenderse que son cualidades o capacidades de las envolturas o aspecto forma; de lo contrario asumirán importancia indebida, demandarán excesiva atención y se convertirán en obstáculos para el desenvolvimiento progresivo del alma.

38. Al liberarnos de las causas de la esclavitud, mediante su debilitamiento y el conocimiento del método para transferirlas (retiro o entrada), la sustancia mental (o chitta) puede introducirse en otro cuerpo.

Toda la ciencia de Raja Yoga está basada en la comprensión de la naturaleza, el propósito y la función de la mente. La ley básica de esta ciencia puede ser compendiada en las palabras: "La energía sigue al pensamiento", y el orden consecutivo de la actividad debe establecerse de la manera siguiente:

El pensador, en su propio plano, formula un pensamiento que incorpora algún propósito o deseo. La mente vibra en respuesta esta idea, y simultáneamente produce la correspondiente reacción en el cuerpo kámico, emocional o de deseos. El cuerpo de energía, la envoltura etérica, vibra sincrónicamente, y de esta manera el cerebro responde y energetiza al sistema nervioso del cuerpo físico denso, en tal forma que el impulso del pensador se convierte en actividad en el plano físico.

Existe una íntima relación entre la mente y el sistema nervioso, por lo tanto tenemos una interesante triplicidad:

1. la mente,
2. el cerebro,
3. el sistema nervioso,

triplicidad que debe tenerla muy en cuenta el estudiante de Raja Yoga en la etapa inicial de su trabajo. Posteriormente una segunda triplicidad ocupará su atención,


1. el pensador,
2. la mente,
3. el cerebro,

pero esto será durante la demostración de su trabajo.

Conociendo el método de vitalización de los nervios, el pensador puede energetizar su instrumento para entrar en actividad durante la encarnación y análogamente producir trance, samadhi o muerte. El mismo conocimiento básico permite al adepto resucitar el cuerpo muerto, como Cristo lo hizo en Palestina, u ocupar el de un discípulo para fines de servicio, así como Cristo ocupó el cuerpo del discípulo Jesús. Se dice que este conocimiento y aplicación está sujeto a la gran Ley del Karma, de Causa y Efecto, y ni Cristo mismo puede apartarse de a ley en ningún caso, a no ser que haya producido el adecuado debilitamiento de la causa esclavizante.


39. Subyugando la vida ascendente (udana), nos liberamos del agua, del sendero espinoso y de la ciénaga, y se obtiene el poder de ascensión.

La suma total de fuerza nerviosa, denominada por los indúes prana, compenetra todo el cuerpo, y es controlada por la mente, a través del cerebro; constituye la vitalidad que pone en actividad los órganos sensorios y produce la vida externa del hombre; su medio de distribución es el sistema nervioso, valiéndose de grandes centros distribuidores, llamados plexos o lotos. Los ganglios nerviosos, conocidos por la medicina ortodoxa, son reflejos o sombras de plexos más vitales. El estudiante no se equivocará si considera que todo el prana en el cuerpo humano constituye el cuerpo vital o etérico, el cual está totalmente formado de corrientes de energía, y es el sustrato de la sustancia viviente, subyacente en la forma física densa.

Uno de los términos aplicados a esta energía es "aires vitales". Prana es quíntuple en manifestación, correspondiendo así a los cinco estados mentales, al quinto principio y a las cinco modificaciones del principio pensante. Prana, en el sistema solar, se manifiesta como los cinco grandes estados de energía que denominamos planos, el medio para la conciencia, éstos son:

1. El plano átmico o espiritual.
2. El plano búdico o intuicional.
3. El plano mental.
4. E plano emocional, astral o kámico.
5. El plano físico.

Las cinco diferenciaciones de prana en el cuerpo humano son:

1. Prana se extiende desde la nariz al corazón, teniendo relación especial con la boca y la palabra, el corazón y los pulmones.


2. Samana abarca desde el corazón al plexo solar; concierne al alimento y nutrición del cuerpo, por medio del alimento y la bebida, y tiene relación especial con el estómago.


3. Apana controla desde el plexo solar hasta las plantas de los pies; concierne a los órganos de eliminación, de evacuación y de nacimiento, teniendo una relación especial con los órganos genitales y evacuantes.


4. Udana se encuentra entre la nariz y la cima de la cabeza; tiene relación especial con el cerebro, la nariz y los ojos; cuando está adecuadamente controlada produce la coordinación de los aires vitales y su correcto manejo.


5. Vyana es el término aplicado a la suma total de la energía pránica, al distribuirse equilibradamente por todo el cuerpo. Sus instrumentos son los miles de nadis o nervios del cuerpo, y tiene conexión peculiar y definida con los canales sanguíneos, las venas y las arterias.

Este aforismo dice que el dominio sobre el cuarto de estos aires vitales, permite alcanzar ciertos resultados definidos, y sería interesante conocerlos. Este dominio sólo es posible cuando se comprende y domina el sistema de Raja Yoga, pues implica la capacidad de actuar en la cabeza y controlar toda la naturaleza desde ese punto en el cerebro. Cuando el hombre se ha polarizado allí, las fuerzas nerviosas o energías en la cima de la cabeza entran en actividad, y mediante su correcto control y dominio, es posible dirigir correctamente los pranas del cuerpo, alcanzando el hombre la liberación. Por medio de esto se rompe el contacto con los tres mundos. El lenguaje empleado es necesariamente simbólico y no debe perderse su significado, materializando su verdadera significación. La levitación, el poder de caminar sobre la aguas, la capacidad de contrarrestar la atracción de la gravedad de la tierra, es el significado inferior y menos importante.

1. La liberación del agua es la manera simbólica de expresar que la naturaleza astral está subyugada y que las grandes aguas de la ilusión ya no pueden retener al alma emancipada. Ya no dominan las energías del plexo solar.

2. La liberación del sendero espinoso se refiere al sendero de la vida física, y nada lo expresa mejor que la parábola de Cristo sobre los sembradores, según la cual algunas de las semillas cayeron entre las espinas. Se explica que las espinas son la preocupaciones y dificultades de la existencia mundana, las cuales sofocan la vida espiritual y ocultan al verdadero hombre por mucho tiempo. El sendero espinoso debe conducir al sendero del norte, y éste a su vez al sendero de iniciación. En un antiguo libro de los Archivos de la Logia, hallamos estas palabras:

"Que el buscador de la verdad evite ahogarse y ascienda por la margen del río. Que se dirija hacia la estrella del norte y permanezca terreno firme, con su rostro orientado hacia la luz. Entonces que la estrella lo guíe”.

3. La liberación de la ciénaga se refiere a esa naturaleza mixta de kama-manas, deseo y mente inferior, origen del excepcional problema de la humanidad. Es una manera simbólica de referirse a la gran ilusión, que atrapa al peregrino durante tanto tiempo. Cuando el aspirante puede caminar en la luz, después de descubrir la luz (el Shekinah) en sí mismo, en el "Sanctum Sanctorum”, la ilusión se disipa. Es conveniente que el estudiante busque la analogía entre las tres partes del templo de Salomón y el “templo del Espíritu Santo”, la estructura humana.

El atrio externo concierne a las energías y sus correspondientes órganos situados debajo del diafragma. El Lugar Sagrado es el de los centros y órganos, situados en la parte superior del cuerpo, desde la garganta al diafragma. El Sanctum Sanctorum es la cabeza, donde está el trono de Dios, el asiento de la misericordia y de la gloria influyente.

Una vez alcanzados estos tres aspectos de la liberación, y cuando el hombre ya no está dominado por el agua, la ciénaga o la vida del plano físico, obtiene el "poder de ascensión" y puede ascender a voluntad a los cielos. El Cristo u hombre espiritual, puede permanecer en el monte de la Ascensión, después de haber experimentado las cuatro crisis o puntos de control, desde el nacimiento a la crucifixión. De esta manera "udana" o vida ascendente, se convierte en el factor controlador, y la vida descendente deja de regir.

40. Mediante la subyugación de samana, la chispa se convierte en llama.

Este aforismo es uno de los más bellos del libro, y la traducción de Charles Johnston debe ser considerada aquí: "Dominando la vida que ata, se obtiene la radiación". Otra interpretación sería: "Mediante el control de samana, el AUM (la Palabra de Gloria) se manifiesta". Del corazón brotan las fuentes de vida, y la energía vital llamada "samana" controla al corazón y al aliento de vida por medio de los pulmones. Cuando el cuerpo está purificado y sus energías debidamente dirigidas y se ha obtenido el ritmo se percibe la vida radiante.

Esto se producirá literal y no metafóricamente, porque cuando las corrientes de vida son dirigidas por el alma desde su trono, a través de los nervios y canales sanguíneos, sólo entonces los átomos más puros entran en el cuerpo y el resultado será el resplandor de la luz, en todo el hombre. No sólo de la cabeza irradiará la luz, de modo que el clarividente verá un halo o círculo de brillantes colores, sino que de todo el cuerpo irradiará a través de los centros vibrantes de fuerza eléctrica, distribuida en él.

41. La meditación concentrada en la relación existente entre el akasha y el sonido, desarrolla un órgano para oír espiritualmente.

Para entender este aforismo es esencial que se comprendan ciertas relaciones entre la materia, los sentidos y el que adquiere experiencia.

El cristiano cree que "todas las cosas fueron hechas por la palabra de Dios". El creyente oriental sostiene que el sonido fue el factor originante del proceso de la creación y ambos enseñan que esta palabra o sonido, describe a la segunda Persona de la Trinidad divina.

Este sonido o palabra, puso en actividad peculiar a la materia del sistema solar, y fue precedido por el aliento del Padre, que inició el movimiento o vibración original.

Por lo tanto, el Aliento (neuma o espíritu), al hacer impacto en la sustancia primordial, estableció una pulsación, una vibración, un ritmo. Luego, la palabra o sonido hizo que la sustancia vibrante adquiriera forma o figura, dando lugar así a la encarnación de la segunda Persona de la Trinidad cósmica, el Hijo de Dios, el Macrocosmos.

Este proceso dio por resultado los siete planos de manifestación, las esferas donde son posibles siete estados de conciencia Todos caracterizan ciertas cualidades, se diferencian entre sí por determinadas facultades vibratorias especificas, y cada uno tiene su propia denominación.

La siguiente clasificación será de utilidad si el estudiante tiene en cuenta que los primeros tres planos son los de la manifestación divina, y los tres inferiores constituyen el reflejo del proceso divino, siendo los tres planos de nuestra experiencia normal. Ambas triplicidades, la de Dios y la del hombre, están vinculadas por el plano medio de unificación o unión, en el que Dios y el hombre se hacen uno. En la fraseología cristiana se lo denomina plano crístico y en la terminología oriental plano búdico.

PLANOS DIVINOS

1er. plano. Logoico o divino ....... Mar de Fuego .. .. Dios, el Padre ..... Voluntad.

2do. plano. Monádico ................. Akaska ................ Dios, el Hijo ........ Amor-Sabiduría.

3er. plano. Espiritual o átmico .... Éter ...... Dios, el Espíritu Santo .... Inteligencia-Activa

PLANO DE UNIÓN O UNIFICACIÓN

4to. plano. Crístico o búdico .......... Aire .......................... Unión. Armonía. Unificación.

PLANOS DEL ESFUERZO HUMANO

5to. plano. Mental ....... Fuego ....... Reflejo del Mar de Fuego.......... Voluntad humana.

6to. plano. Emocional o astral ....... Luz astral ..... Reflejo del Akasha .... Amor y deseos humanos

7mo. plano. Físico ...........Éter ............ Reflejo del Éter ..................... Actividad humana.

En todos estos planos se manifiesta la conciencia, y los sentidos exotéricos y esotéricos producen contactos.

1er. plano Fuego ..................... Aliento.

2do. plano Akasha ................... Sonido ............................. Oído ............... Oído.

3er. plano Éter ........................ Respuesta vibratoria ....... Tacto .............. Piel.

4to. plano Aire ........................ Visión ............................. Vista ............... Ojo.

5to. plano Fuego ..................... Discriminación ............... Gusto ............. Lengua.

6to. plano Luz astral ............... Deseo ............................. Olfato ............. Nariz.

7mo. plano Las contrapartes físicas de todos.

Otro método para describirlos es el siguiente:

7mo plano Físico ................................ Olfato .............. Éter.

6to. plano Astral ................................. Gusto .............. Luz astral.

5to. plano Mental ................................ Vista ................ Fuego.

4to. plano Búdico ................................ Tacto ............... Aire.

3er. plano Átmico ............................... Oído ................ Éter.

2do. plano Monádico ........................... Mente .............. Akasha.

1er. plano Logoico .............................. Síntesis.

Sin embargo, es evidente que uno da el punto de vista microcósmico y el otro el macrocósmico. Y debido a que el aspirante es quien busca actuar "libremente en el macrocosmos" y trascender las limitaciones microcósmicas, entonces nos ocuparemos de la primera serie.

Al considerar este aforismo y su clasificación, por la comprensión de la naturaleza de los planos, sus símbolos y sustancias, será evidente que el hombre que conozca la naturaleza de la palabra y del segundo aspecto, llegará a la comprensión del oído.

Esto también puede captarlo místicamente el aspirante, cuando se da cuenta que las voces del deseo (voces astrales o respuesta vibratoria al segundo aspecto del reflejo, los tres planos inferiores) son reemplazadas por la Voz del Silencio o del Cristo interno, entonces conoce la palabra o sonido, y establece contacto con el segundo aspecto de la divinidad.

1. Akasha. .......... El Verbo ............ El Sonido .......Segundo aspecto de la manifestación.

2. Luz astral ....... La voz del deseo ....Reflejo del segundo aspecto.


En todos los planos hay muchos sonidos audibles, pero en el plano físico tenemos una mayor diversidad. El aspirante debe desarrollar la facultad de distinguir entre:

1. Las voces de la tierra .............................................................. físico.

2. Las voces del deseo ................................................................ astral.

3. La palabra o pensamientos formulados por la mente ............. mental.

4. La sutil y tenue voz del Cristo interno ................................... búdico.

5. Los sonidos de los Dioses ...... Las palabras creadoras .......... átmico.

6. La palabra o sonido ................ EL AUM ............................. monádico.

7. El aliento ................................................................................ logoico.

En estas diferenciaciones se expresa simbólicamente, el problema de la audición correcta en los diversos planos y en los varios estados de conciencia. Únicamente el verdadero místico y aspirante comprenderá la naturaleza de estas diferenciaciones.

Así como todas las sustancias de nuestro sistema solar manifestado son diferenciaciones del akasha, primera diferenciación de la sustancia primordial, así todas estas diferenciaciones del sonido son diferenciaciones del sonido uno; todos son divinos en tiempo y espacio. Pero se han de oír correctamente, y oportunamente todas formarán el AUM, la Palabra de Gloria, el Verbo Macrocósmico y conducirán a él.

Sin embargo, al estudiante de Raja Yoga le conciernen temporariamente tres voces o sonidos principales:


1.El lenguaje de la Tierra, a fin de utilizarlo correctamente.


2.La Voz del Silencio, a fin de oírla. Esta es la voz de su propio Dios interno, el Cristo.


3.AUM, la Palabra del Padre, expresada por el Hijo, que una vez oída lo pondrá en contacto con la Palabra de Dios, encarnado en toda la naturaleza.


Cuando el lenguaje sea correctamente empleado, y cuando puedan acallarse los sonidos de la Tierra, entonces se oirá la Voz de Silencio. Podrá observarse, que la clariaudiencia es la percepción de la voz de la gran ilusión y proporciona al hombre el poder para oír en el plano astral. Esto, en su debido lugar, cuando esté controlado desde arriba por medio del conocimiento, abre el oído a ciertos aspectos de la expresión divina, en los tres mundos Este aforismo no se refiere a oír divinamente. En su comentario Charles Johnston abarca bellamente este terreno, de la manera siguiente:

“La transmisión de una palabra, telepáticamente, es la simple y primitiva forma de “oír divinamente”, del hombre espiritual; a medida que desarrolla el poder y, por medio de la meditación perfectamente concentrada, el hombre espiritual llega a dominarlo en forma más completa, adquiere la capacidad de oír y distinguir claramente el lenguaje de los grandes Seres, que lo aconsejan y confortan en su camino. Quizás le hablen en pensamientos sin palabras o en palabras y frases perfectamente definidas“.

42. La meditación concentrada en la relación existente entre el cuerpo y el akasha, otorga la ascensión fuera de la materia (de los tres mundos) y el poder de viajar en el espacio.

El akasha está en todas partes, en él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Todo es una sola sustancia, y en el cuerpo humano se encuentran las analogías de las diversas diferenciaciones.

Cuando el hombre se conoce a sí mismo y es consciente de la relación que existe entre las energías, que actúan a través de los siete centros, y los siete estados de la materia y de la conciencia, queda liberado y libre y puede hacer contacto a voluntad, sin limitación de tiempo, con todos esos estados. Existe una relación entre cada uno de los siete estados de materia y cualquiera de los centros; cada centro es la puerta para determinado plano de las esferas planetarias. Cuando el discípulo ha desarrollado en su vida, con correcta comprensión, los distintos métodos de yoga, tratados en los libros anteriores, pueden confiársele ciertas claves y conocimientos, palabras y fórmulas, que, por la meditación concentrada, le darán la libertad que otorgan los cielos y el derecho de trasponer ciertos portales del reino de Dios.

43. Cuando aquello que vela la luz desaparece, se alcanza ese estado de ser, llamado desencarnado (o incorpóreo), liberado de las modificaciones del principio pensante. Éste es el estado de iluminación.

Más que literal esta es traducción libre, en la cual se conserva el verdadero sentido de los términos arcaicos, en vez de la exactitud académica. La razón de ello se observará si transcribimos algunas traducciones muy conocidas, que aunque exactas, ponen de manifiesto la inevitable ambigüedad, cuando los términos sánscritos se traducen literalmente:

"Una fluctuación externa desajustada constituye el gran Desencarnado; como resultado de esto se produce la sutileza del velo de la luminosidad”. Woods.

“La modificación externa (del órgano interno) … irreflexiva es (llamado) el gran incorpóreo (modificación); a ello se debe (resultado) la destrucción de la oscuración de la iluminación (del intelecto)”. Tatya.

Vivekananda expresa este aforismo en los siguientes términos:
"Aplicando sanyama a las modificaciones reales de la mente que son externas, denominadas la gran incorporeidad, desaparece lo que cubre la luz".

Esto pone de manifiesto las grandes dificultades bajo las cuales trabajan los traductores; por eso hemos dado una franca paráfrasis de este pasaje.

En este aforismo se trata de expresar dos ideas. Una se refiere al velo o manto que impide la iluminación de la mente, la otra estado de comprensión que se alcanza cuando el hombre se ha liberado de este velo. Lo que oculta la luz (la "medida" a que se refería Cristo en el Nuevo Testamento) son las envolturas cuerpos cambiantes o fluctuantes. Una vez que se han trasmutado y trascendido, la luz de Dios (el segundo aspecto divino) puede inundar al hombre inferior, y éste se conoce a sí mismo tal con es. La iluminación penetra y el hombre se conoce como algo diferente de las formas mediante las cuales actúa. Ya no está centrado ni polarizado en sus formas, sino que se encuentra en condición incorpórea. Su conciencia es la del hombre fuera encarnación, del hombre verdadero en su propio plano, del verdadero pensador desencarnado. San Pablo, como lo han señalado varios pensadores, tuvo una vislumbre de este estado del ser. Se refirió a él con estas palabras:

"Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no puedo decir si en el cuerpo o fuera de él, Dios lo sabe) fue arrebatado al tercer cielo. Y conocí a tal hombre... que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables, que no le es dado al hombre expresar". (I, Co. 12).

Este "tercer cielo" se puede entender de dos maneras: primero, como representación del plano mental, donde está el verdadero hogar del hombre espiritual, el pensador; luego el estado más específico, como el tercero y más elevado de los tres niveles abstractos del plano mental.


44. La meditación concentrada en las cinco formas que adopta cada elemento, otorga el dominio sobre todos los elementos. Estas cinco formas son: la naturaleza grosera, la forma elemental, la cualidad, la penetrabilidad y el propósito básico.

Debería recordarse que aquí caben dos referencias, una al macrocosmos y otra al microcosmos. Pueden referirse a los cinco planos de evolución monádica o a las cinco formas que todo elemento asume en cada uno y en todos los planos; debe tenerse presente que esto es así respecto a la captación de la mente y a las modificaciones del principio pensante, porque la mente es el quinto principio y el hombre es la estrella de cinco puntas; por lo tanto puede (como hombre) alcanzar únicamente una quíntuple iluminación. Sin embargo, existen dos formas superiores, y otras dos formas de percepción: la comprensión intuitiva y la espiritual. Pero este aforismo no se refiere a ellas. El centro coronario en sí es dual, y se compone del centro entre las cejas y el chakra superior, el loto de mil pétalos.

El estudio y la comprensión de este aforismo, traerá como resultado la total preparación del ocultista blanco para efectuar todo tipo de trabajo mágico. Los estudiantes deben recordar que esto no se refiere a los elementos tal como los conocemos, sino a la sustancia elemental, de la cual todas las formas groseras están hechas. De acuerdo a la Sabiduría Eterna existen cinco grados de sustancia, que poseen ciertas cualidades. Estos cinco grados de sustancia forman los cinco planos de la evolución monádica; componen las cinco esferas vibratorias, en las que residen el hombre y el superhombre. Estos cinco planos tienen cada uno una cualidad destacada, de las cuales los cinco sentidos físicos son su analogía:

Plano Naturaleza Sentido Centro

Tierra Física Olfato Base de la columna vertebral

Astral Emocional Gusto Plexo solar

Manásico Mental Vista Coronario

Búdico Intuitiva Tacto Cardíaco

Átmico Espiritual Sonido Laríngeo


Como ya se ha dicho en Tratado sobre Fuego Cósmico, estos sentidos y sus analogías dependen del grado de evolución del hombre, como H. P. Blavastky lo afirmó al enumerar los principios.

Este aforismo, por consiguiente, es aplicable tanto al dominio de cada plano, como al de los elementos que lo componen. Se refiere al dominio y utilización de todas las envolturas sutiles, por medio de las cuales el hombre se pone en contacto con un plano o un grado peculiar de vibración.

Ganganatha Jha, en su inteligente comentario, dice: "Las cualidades específicas, el sonido y las restantes, pertenecientes a la tierra, conjuntamente con las propiedades de la forma y todo lo demás, se denominan “groseras”; ésta es la primera forma de los elementos. La segunda forma es su respectiva característica genérica: para la tierra es figura, para el agua viscosidad, para el fuego calor, para el aire velocidad y para el akasha omnipresencia. Las formas específicas de estas características genéricas son el sonido y todo lo demás". Su traducción es análoga a las otras, excepto la de Johnston, que es la siguiente:

"Dominio sobre los elementos desde el sanyama, en lo que respecta a lo grosero, al carácter, la sutileza, la concomitancia y la utilidad".

1. Rudeza, naturaleza densa.

El sonido y los otros sentidos, tal como se manifiestan en el plano físico. Debemos tener en cuenta que este plano es el burdo resumen de todos los demás. Espíritu, es materia en su punto más bajo.

2. Carácter, forma elemental.

La naturaleza de las características específicas de los elementos

3. Sutileza o cualidad.

La sustancia atómica básica de todo elemento. Lo que produce su efecto fenoménico. Es aquello que está detrás de toda percepción sensoria y de los cinco sentidos. Otra palabra para esta forma "sutil" es tanmatra.

4. Concomitancia o compenetrabilidad.

Es la naturaleza omnipenetrante de todo elemento, lo inherente. La suma total de los tres gunas: tamas, raja y sattva. Todo elemento, de acuerdo al lugar que ocupa en el esquema manifestado, se caracteriza por la inercia, actividad o ritmo. Es inherente a la sustancia. Sólo difiere el grado de vibración. Hay una analogía para cada elemento en cada plano.

5. Utilidad o propósito básico.

Es el correcto empleo de cada elemento, en la gran obra de la evolución. Literalmente, constituye el poder oculto en cada átomo de sustancia, que lo impulsa adelante (mediante todos los reinos de la naturaleza) hacia la autoexpresión; le permite realizar su tarea en tiempo y espacio y alcanzar la fructificación eventual.

Cuando, mediante la meditación concentrada en las cinco formas distintas de todos los elementos, el conocedor ha llegado a conocer todas las cualidades, características y naturaleza de los mismos, puede colaborar inteligentemente en el plan y llegar a ser un mago blanco. A la mayoría sólo le es posible llegar a tres de las formas; a esto se refiere "Luz en el Sendero" con las palabras: "Interroga a la tierra, al aire y al agua, acerca de los secretos que contienen para ti. El desenvolvimiento del sentido interno le permitirá hacerlo".


45. Mediante este dominio se obtiene la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos.

Al final de cada uno de estos tres libros sobre Raja Yoga, tenemos un aforismo que compendia los resultados y da la visión de lo que el aspirante fiel e inteligente puede alcanzar, los cuales son:

"Así su comprensión se extiende desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande, y su conocimiento se perfecciona; desde annu (el átomo o partícula) hasta atma (o espíritu)". (Libro I, Af. 40).

"Como resultado de estos métodos se obtiene la total subyugación de los órganos sensorios". (Libro II, Af. 55).

"Mediante este dominio se alcanza la máxima pequeñez y los otros siddhis (o poderes), así como la perfección corporal y la liberación de todos los entorpecimientos". (Libro III, Af. 45).

Por lo que antecede se verá que tenemos primeramente la obtención de la visión y la comprensión interna de Dios; luego la completa subyugación de la naturaleza inferior y el control de los sentidos y sus órganos, de manera que el conocimiento se convierte realmente en experiencia en el plano físico, y después viene la manifestación de dicho control por el despliegue de ciertos poderes.

El Libro Cuarto está dedicado totalmente a la gran consumación, resultante de los tres anteriores, produciendo:

1.  Cesación del dolor y del trabajo. (Af. 30).
2.  Obtención del conocimiento infinito. (Af. 31).
3.  Entrada en la eternidad. (Af. 33).
4.  Retorno de la conciencia a su centro. (Af. 34).

En conexión con el aforismo en consideración, a los ocho siddhis o poderes síquicos se los denomina frecuentemente las ocho perfecciones, y con los otros dos completan los diez estados de perfección, en lo que concierne al hombre inferior. Estos poderes son:

1. Máxima pequeñez... anima. Es el poder que posee el yogui de hacerse pequeño como el átomo, identificarse con la parte más pequeña del universo, sabiendo que el yo de ese átomo es uno con él. Esto se debe a que el ánima mundi, o alma del mundo, se difunde universalmente en todos los aspectos de la vida divina.

2. Magnitud... mahima. Es el poder de expandir la propia conciencia y penetrar así en el todo mayor y también en la parte menor.

3. Gravedad... garima. Esto concierne al peso y a la masa, y se refiere a la Ley de Gravedad, un aspecto de la Ley de Atracción.

4. Liviandad... Iaghima. Es el poder subyacente en el fenómeno de levitación. La capacidad del adepto para contrarrestar la fuerza de atracción del planeta y abandonar la tierra. Es lo opuesto del tercer "siddhi" o poder.

5. Logro del objetivo... prapti. Es la capacidad del yogui para alcanzar su meta, extender su conocimiento a cualquier localidad, llegar a todo o a cualquier lugar que desee. Se observará que esto tiene aplicación en todos los planos, en los tres mundos, como la tienen, en realidad, todos los siddhis.

6. Voluntad irresistible... prakampa. Es algo que se define como soberanía, y la fuerza impulsora irresistible que posee todo adepto para hacer fructificar sus planes, realizar sus deseos y completar sus impulsos. Esta cualidad es la característica distintiva del mago negro y del blanco. Necesariamente se manifiesta con mayor fuerza en ese plano de los tres mundos que refleja el aspecto voluntad de la divinidad, el plano mental. Todos los elementos obedecen a esta fuerza de la voluntad, tal como la emplea el yogui.

7. Poder creador. .. isatva. Concierne al poder del adepto para manipular los elementos en sus cinco formas, producir con ellos realidades objetivas y así crear en el plano físico.

8. El poder de mando... vasitva. El mago, al controlar las fuerzas elementales de la naturaleza utiliza este poder, base del mantra yoga, la yoga del sonido o del verbo creador. El poder creador, el séptimo siddhi, concierne a los elementos y a su vitalización, a fin de convertirse en "causa efectiva"; este octavo siddhi concierne al poder de la Palabra para impulsar a las fuerzas constructoras de la naturaleza a la iniciación de una actividad coherente, a fin de producir formas.

Cuando estos ocho poderes están activos, traen como resultado el noveno, la perfección corporal, porque el adepto puede construir un vehículo adaptado a sus necesidades; puede hacer con él lo que quiere y por su intermedio lograr su objetivo. Finalmente, el décimo poder se verá en plena manifestación, pues ninguna forma entorpece ni obstaculiza la fructificación de la voluntad del yogui, quedando liberado de la forma y sus cualidades.








46. Simetría de forma, belleza de color, dureza y densidad del diamante, constituyen la perfección corporal.

Aunque muchos comentadores dan a este aforismo una interpretación puramente física, encierra un concepto mucho más amplio. Nos expone, en términos cuidadosamente escogidos (de los cuales el lenguaje moderno no es más que una paráfrasis, carente de la expresión que imparte plenamente la idea), la condición del tercer aspecto o forma, a través del cual se manifiesta el segundo aspecto o crístico. Este tercer aspecto es en sí triple, sin embargo forma un todo coherente, de allí que se emplean cuatro términos para expresar este yo personal inferior. El ocultista nunca se ocupa del vehículo físico denso. Considera al cuerpo etérico como la verdadera forma; el denso es simplemente el material para llenar esa forma. El cuerpo etérico es la verdadera forma sustancial, la estructura, el armazón, al cual se amolda necesariamente el cuerpo físico. La forma debe ser simétrica y construida exactamente de acuerdo al número y diseño; su diferencia básica será la exactitud geométrica de sus muchas unidades. El cuerpo emocional o astral, como se sabe, se caracteriza por su colorido, y de acuerdo a la etapa de desenvolvimiento, así será el color, bello, claro y traslúcido, o feo, oscuro y opaco. El cuerpo astral de un adepto es de belleza radiante, carente de los colores de baja vibración. El aspecto más elevado del yo personal, el cuerpo mental, vibrará en armonía con el aspecto más elevado del espíritu, que es voluntad, poder o fortaleza -cualesquiera de estas palabras son apropiadas. Fortaleza, belleza y forma, reflejos de poder, amor y actividad, son las características del cuerpo de manifestación de todo hijo de Dios que haya entrado en su reino. Luego, la cuarta expresión imparte la idea de unidad, la coherencia de los tres, de manera que actúa como un todo y no en forma independiente y separada. Por lo tanto, el hombre es el Tres en Uno y el Uno en Tres, como su Padre en los Cielos; pues "está hecho a imagen de Dios".

Dos palabras emplean los traductores para expresar esta idea de fuerza compacta coherente, por ejemplo, diamante y rayo. El ser humano que ha recibido la más elevada de nuestras iniciaciones planetarias, es denominado "alma diamantina“ -el hombre que puede trasmitir perfectamente la luz blanca pura, y reflejar los colores del arco iris, los siete colores de la escala cromática. Su personalidad es conocida por el mismo término, porque se ha convertido en transmisora de la luz o radiación interna.

El término "rayo" es igualmente expresivo, porque da la idea de fuerza eléctrica. Todo lo que podemos conocer de Dios o del hombre, es la cualidad de su energía, según la manifieste como fuerza y actividad, de allí que en La Doctrina Secreta, al aspecto más elevado de la divinidad se lo llama fuego eléctrico.


47. El dominio sobre los sentidos se obtiene por la meditación concentrada en su naturaleza, atributos peculiares, egotismo, penetrabilidad y propósito útil.

El Af. 44 trata muy extensamente de la objetividad y naturaleza de las cinco formas, que todo elemento asume. El que ahora tratamos se ocupa de lo subjetivo y del mecanismo sutil, por medio del cual se establece contacto con las formas, utilizándolas con propósitos específicos. Aquí nos referimos a los indriyas o sentido, que los filósofos indúes dividen en diez, en vez de cinco. Clasifican los cinco sentidos en dos grupos; en uno incluyen lo que llamamos órganos de los sentidos; como ser, el ojo, la nariz, etc; en el otro las facultades que hacen posible al ojo ver y a la nariz oler.

Por lo tanto, cuando el estudiante analiza los sentidos, los considera en quíntuple vinculación, y también en relación con sus contrapartes en los planos astral y mental. Las cinco divisiones son:

1. Su naturaleza. Estudia cada sentido en su doble condición, la de instrumento externo y su capacidad interna para responder a ciertos impactos vibratorios. Sabe por ejemplo, por qué el órgano del sentido llamado ojo, vibra a los impactos que producen la vista, pero no responde a los impactos que producen el olfato. Por lo tanto discrimina entre los sentidos, aprendiendo a seguir el impulso vibratorio hasta su fuente de origen, por una de las cinco líneas posibles de acercamiento, haciéndolo inteligentemente y no a ciegas.

2. Sus atributos peculiares. Estudia la cualidad de los sentidos, haciendo hincapié, no tanto sobre el sentido particular implicado (del que ya nos ocupamos), sino sobre el atributo peculiar del sentido y de aquello para lo cual da la clave en el macrocosmos.

3. Egotismo. Se refiere a la facultad de expresar el "yo", que caracteriza tan preeminentemente al ser humano, apareciendo el sexto sentido, la mente, como intérprete y sintetizador de los otros cinco. Esta capacidad del ser humano le permite decir: "yo veo, yo huelo", cosa que no puede hacer el animal.

4. Compenetrabilidad. Todos los sentidos tienen la capacidad de expandirse infinitamente, y cuando cada sentido es seguido y utilizado conscientemente, puede guiar al hombre en tres principales direcciones:


a.Al centro de todas las cosas, regreso al corazón de Dios.
b.A la íntima comunicación con su semejante, poniéndolo en armonía con él, cuando así lo desea.
c.A hacer contacto con todas las formas.


Para el hombre común no existe más que lo que puede oír, tocar, ver, probar y oler, siendo los únicos cinco modos por los cuales puede conocer. Para él solo existen cinco respuestas posibles al hacer contacto con cualquier tipo de vibración; en nuestro sistema solar no existe más que energía vibratoria, Dios en movimiento activo. Estos cinco métodos lo ponen en armonía con los cinco elementos, pero cuando el aspirante se da cuenta de ello, tiene ante sí infinitas posibilidades. Posteriormente, al hombre avanzado, se le presenta otra y más elevada escala de vibraciones, cuando puede utilizar la mente, no sólo como unificadora de los cinco sentidos sino como sexto sentido. Este es el objetivo de todas las prácticas de Raja Yoga. Por medio de la mente se llega a conocer el reino del alma; así como por medio de los sentidos se establece contacto con el mundo objetivo.     

5. Propósito útil. Cuando se comprende la relación de los cinco sentidos con los cinco elementos y se estudia y domina la Ley de Vibración, el adepto puede dedicar todos los poderes de su naturaleza a propósitos útiles. No sólo entra en comunicación con todas las partes de su propia naturaleza, afines o análogas a la naturaleza de Dios, según Se manifiesta en el macrocosmos.


48. Como resultado de esta perfección se obtiene rapidez de acción, como la de la mente, la percepción interdependiente de los órganos y el dominio sobre la sustancia raíz.

Hemos considerado los diversos resultados del proceso de la meditación cuando se perfecciona y llega al punto culminante. El vidente ha llegado a la consumación del proceso de alineamiento. Su triple yo personal ha sido purificado, reajustado y controlado. Cada uno de los tres cuerpos vibra a tono con la nota del ego o yo superior, que a su vez está en proceso de sincronizarse con la mónada o yo divino, el espíritu en su propio plano. El gran "Hijo de la Mente", el pensador en los niveles superiores del plano mental, es ahora el factor dominante; el resultado de este dominio es triple, y cada efecto se manifiesta en todos los planos, pero principalmente en uno. Tales resultados son:

1. Rapidez de acción como la de la mente. Empleamos frecuentemente la frase “rápido como el pensamiento” cuando queremos dar idea de la máxima rapidez. La actividad del yogui en el plano físico, sincronizada con sus procesos mentales, sus decisiones instantáneas y sus fines rápidamente alcanzados, hacen que su vida en el plano físico se caracterice por una actividad muy sorprendente y por sus asombrosos resultados. De él puede decirse lo mismo que decimos del Creador: "Dios meditó, visualizó, habló, y los mundos fueron hechos".

2. Percepción independiente de los órganos. El adepto no depende de los órganos de los sentidos ni del sexto sentido, la mente, para adquirir conocimiento.

La intuición se ha desarrollado en él, hasta convertirse en instrumento utilizable; la directa captación de todo conocimiento, independiente de la facultad de conocimiento o mente razonadora, es su privilegio y derecho. Ya no necesita emplear la mente para comprender la realidad, ni los sentidos como medio de contacto: empleará los seis, pero de manera diferente. Utilizará la mente para trasmitir al cerebro los deseos, planes y propósitos del Maestro, el Cristo interno; los cinco sentidos trasmitirán distintos tipos de energía a los objetivos elegidos. Se abre aquí un vasto campo de estudio para el investigador interesado. El ojo es uno de los transmisores más potentes de energía, y este conocimiento dio pábulo, en la antigüedad, a la creencia acerca del mal de ojo. Mucho debe descubrirse respecto a la vista, porque incluye no sólo la visión física, sino el desarrollo del tercer ojo, la clarividencia, la visión espiritual perfecta, y así sucesivamente hasta el inconcebible misterio que encierran los términos: "el Ojo que todo lo ve" y "el Ojo de Shiva".

Las manos son factores potentes en todo trabajo mágico de curación, y la utilización del sentido del tacto es una ciencia esotérica. La sublimación del sentido del oído y su empleo para oír la Voz del Silencio o la música de las esferas, es un sector de la enseñanza oculta del tipo más profundo, y esos adeptos que se han especializado en las ciencias de la vista y del sonido son algunos de los más eruditos y avanzados de la Jerarquía.

Los otros sentidos son también susceptibles de profundo desenvolvimiento, pero están peculiarmente ocultos en los misterios de la iniciación y nada más puede decirse acerca de ellos. Los tres sentidos, oído, tacto y vista, son las tres características de las tres razas humanas y de los tres planos de nuestros tres mundos.

1. Oído ............. Lemuria ........ Plano físico ....... Oreja .... Respuesta al sonido.

2. Tacto ............ Atlante .......... Plano astral ........ Piel ...... Respuesta al tacto o vibración.

3. Vista ............. Aria ............... Cuerpo mental ... Ojo ....... Respuesta a la visión.


El tercer sentido afecta principalmente a nuestra raza, de allí las palabras del profeta: "Donde no hay visión los pueblos perecen". El desarrollo de la vista y el logro de la percepción espiritual constituyen el gran objetivo de nuestra raza y de todo el Raja Yoga. El místico llamará a esto "iluminación", el ocultista "visión pura", siendo una y la misma cosa. Los otros dos sentidos están todavía velados; su verdadero significado aparecerá en el transcurso de la sexta y séptima razas, que seguirán a la nuestra, y su verdadera relación es con el plano búdico o intuitivo y el átmico o espiritual respectivamente.

3. Dominio sobre la sustancia raíz. Esta sustancia raíz es el pradhana; a veces se la denomina la raíz de todo, sustancia primordial, materia raíz. Rama Prasad, en su traducción y comentario, dice lo siguiente: "Dominio sobre pradhana significa el poder de controlar todas las modificaciones de prakriti. Estas tres realizaciones... se obtienen venciendo la apariencia sustantiva de los cinco instrumentos independientes de sensación".

Es interesante observar que estas tres realizaciones demuestran:


a.La incapacidad de la materia y de la forma para esclavizar al yogui.
b.La imposibilidad de la sustancia para impedir que el yogui conozca cualquier aspecto de la manifestación.
c.La incapacidad de la materia para resistir la voluntad del yogui.


Estos tres factores explican por qué el adepto puede crear a voluntad. La liberación de las limitaciones de la materia es la base de la magia blanca.

Para finalizar, podría observarse que esta capacidad es en sí relativa, porque el adepto está liberado de las limitaciones en los tres mundos del esfuerzo humano. El Maestro tiene perfecta libertad de acción en los tres mundos y también en el plano búdico, mientras que Cristo y quienes han alcanzado una iniciación similar, tienen esta libertad en los cinco mundos de la evolución humana.






49. El hombre que puede discriminar entre alma y espíritu, alcanza la supremacía sobre todas las condiciones y llega ser omnisciente.

El comentario de Charles Johnston, sobre este aforismo, describe muy bien al hombre que puede lograr esto, y la belleza de su pensamiento se descubrirá al analizar sus palabras:

"El hombre espiritual está envuelto en la red de sus emociones, deseos, temores, ambiciones, pasiones y obstaculizado por formas mentales de separatividad y de materialismo. Cuando estas redes se rompen y se superan totalmente dichos obstáculos, entonces el hombre espiritual surge fuerte, poderoso y sabio de su propio y amplio mundo. Utiliza sus poderes divinos con alcance y energías divinas, actuando conjuntamente con los seres divinos, diciéndosele: “Eres ahora un discípulo capaz de permanecer, oír, ver y hablar. Has vencido el deseo y logrado el autoconocimiento, has visto a tu alma en su florecimiento y la has reconocido, y has oído la Voz del Silencio".

La maravillosa síntesis de la enseñanza, en ninguna parte es más evidente que en este aforismo, porque el punto alcanzado es de un orden más elevado que el mencionado en el Libro II, Af. 45, es una condición intermediaria entre la mencionada en este último y la del Libro IV, Afs. 30 al 34.

En el Libro I, Af. 4, vimos que el verdadero hombre está atrapado en las redes de la naturaleza síquica, y la luz que hay en él está velada y oculta. Al aprender a discriminar entre el verdadero yo y el yo personal inferior, se desenreda y ve la luz en él, quedando liberado. Lograda la liberación, desarrollados los poderes del alma y alcanzada la maestría, se abren ante él experiencias y conocimientos más vastos y amplios. Empieza a expandir su conciencia de lo planetario a lo solar, y la conciencia grupal puede desarrollarse en conciencia divina. El primer paso para ello está indicado en el aforismo que estamos considerando; el mismo paso es señalado y tratado más extensamente en el Libro Cuarto. No se dan las reglas para esta expansión porque conciernen al desarrollo del Maestro y al desenvolvimiento del Cristo, hasta alcanzar ese estado superior del ser que Le es posible obtener; pero el Libro Cuarto se ocupa de las etapas preparatorias e insinúa otras posibilidades. En el que ahora tratamos, se mencionan requisitos básicos: la discriminación entre alma o el Cristo interno, y el aspecto Espíritu o Padre. La actividad inteligente ha sido demostrada, basada en el desenvolvimiento de la naturaleza amor. Entonces podrá desarrollar sin peligro el espíritu o aspecto voluntad y entregar el poder en manos de Cristo.

Tres palabras servirán para proyectar luz sobre este proceso de desenvolvimiento.

El primer gran conocimiento que el aspirante debe obtener es la omnipresencia, comprender su unidad con todo y la unicidad de su alma con las demás almas; descubrir a Dios en su propio corazón y en cada forma de vida. Luego, como iniciado, alcanzar la omnisciencia, es decir, el omniconocimiento, y las Aulas del Aprendizaje y de la Sabiduría le entregan sus secretos. Deviene un Cristo, un conocedor de todas las cosas, que sabe lo que hay en el corazón del Padre y en el corazón de los hombres. Finalmente, con el tiempo, alcanza la omnipotencia u omnipoder, entonces cuando las llaves del Cielo se entregan al Hijo del Hombre, todo poder será suyo.

50. La desapasionada actitud hacia esta realización y todos los poderes del alma, hace que quien está libre de las semillas de la esclavitud, alcance el estado de unidad aislada.

La unidad aislada, que aquí se refiere, es la total separación de todos los aspectos de la forma y la obtención de la unicidad espiritual. Significa apartarse de la conciencia material y vivir en la conciencia espiritual. Es armonía con el espíritu y desarmonía con la materia. Implica identificación con el Padre en los Cielos, y la verdadera comprensión de las palabras del Maestro de Maestros: "Yo y Mi Padre somos Uno".

Un adecuado sentido de valores ha sido establecido y los poderes desarrollados y las percepciones alcanzadas contienen "las semillas de la esclavitud", por lo tanto, el verdadero yogui no se ocupa de ellas. Prestando servicio a voluntad, percibirá lo que necesita y también empleará a voluntad los poderes ocultos, permaneciendo desapegado y libre de toda limitación kármica.


51. Debe haber rechazo absoluto de las tentaciones de todas las formas, incluso la celestial, pues aún es posible la repetición de contactos malignos.

La traducción de Rama Prasad es iluminadora y digna de mención. Dice: "Cuando las deidades que presiden, invitan, no debe haber apego ni una sonrisa de satisfacción, pues el contacto con lo indeseable es nuevamente posible".

La interpretación de Dvivedi nos da otro punto de vista: "Debería establecerse la diferencia entre el placer o el orgullo, ante el llamado de las potestades de distintos lugares, pues existe la posibilidad de que se repita el mal".

El yogui o discípulo ha alcanzado su objetivo. Se ha desligado (por medio del desapasionamiento y de la discriminación) de las redes de la forma, y está libre y emancipado. Pero debe mantenerse en guardia, porque "quien cree que está firmemente de pie debe tener cuidado de no caer". La vida de la forma siempre atrae, y las seducciones de la gran ilusión están siempre presentes. El alma emancipada debe apartar sus ojos del llamado de las "deidades que presiden" (esas vidas que en los tres mundos forman la totalidad de la vida del plano) y fijarlos en esos aspectos más espirituales que constituyen la vida de Dios mismo.

Hasta el reino del alma, y la "Voz de los Dioses", como se la denomina, contiene latente las simientes del apego; por lo tanto, apartándose de todo lo adquirido y abandonando todo pensamiento de las perfecciones alcanzadas y poderes desarrollados, el Hijo de Dios, el Cristo en manifestación, nuevamente avanza hacia una meta más elevada. En cada etapa del sendero se enuncia el precepto: "Olvidando las cosas que quedan detrás, sigue adelante". (Fil. 3:13). Cada nueva iniciación marca simplemente el comienzo de un nuevo ciclo de esfuerzo.

Los comentadores de este aforismo señalan que hay cuatro clases de chelas o discípulos, y son: 

1. Aquellos cuya luz recién comienza a iluminar, denominados "cumplidores de las prácticas" porque recién han entrado en el sendero, siendo los probacionistas y aspirantes.


2. quellos cuya intuición va despertando y manifiestan el correspondiente desarrollo del poder psíquico. Esta etapa es muy peligrosa, porque los discípulos son susceptibles de ser seducidos por las posibilidades de adquirir el poder que brinda la facultad síquica. Tienden a alucinarse y a creer que el poder psíquico indica crecimiento y desenvolvimiento espiritual, y no es así.


3. Los discípulos que han vencido las atracciones de los sentidos y no pueden ser engañados por el aspecto forma en los tres mundos. Han vencido los sentidos y han conquistado la naturaleza forma.


4. Aquellos que han trascendido todo lo anterior y se mantienen firmes en la verdadera conciencia espiritual. Éstos son los iluminados que han progresado a través de las siete etapas de iluminación. (Véase Libro II, Af. 27).

Si el estudiante relee el Af. 26 de este Libro Tercero y su comentario, obtendrá alguna idea del carácter de los mundos, de la forma y de las deidades que los presiden, cuyas voces tratan de desviar al aspirante del camino y llevarlo al reino de la ilusión. Además hallará interesante establecer el contraste y comparar los cuatro primeros tipos de espíritus, enumerados en ese aforismo, con los cuatro tipos de discípulos. Lo que existe en los tres mundos es un reflejo de lo que existe en las regiones celestiales, y mucha comprensión se obtendrá del gran aforismo hermético "como es arriba, así es abajo". Ese reflejo es lo que constituye el mal; ese aspecto inverso de la realidad constituye la gran ilusión, de lo cual no se ocupan los hijos de Dios. Constituyen el mal en lo que a ellos concierne, pero no en otro sentido. Las formas de vida en estos mundos y las vidas que animan a estas formas son buenas y correctas en sí, y siguen su propio sendero evolutivo; pero su objetivo inmediato y estado de conciencia no están sincronizados con los del discípulo en evolución, por lo tanto no debe haber intercambio con ellos.


52. El conocimiento intuitivo se desarrolla por el empleo de la facultad discriminadora, cuando hay concentración enfocada en los instantes y su continua sucesión.

Se ha dicho que la total comprensión de la Ley de los Ciclos llevaría al hombre a un elevado grado de iniciación. Esta Ley de Periodicidad subyace en todos los procesos de la naturaleza; su estudio sacará al hombre del mundo de los efectos objetivos y lo llevará al de las causas subjetivas. Se ha dicho también que el tiempo es simplemente una sucesión de estados de conciencia, y esto es verdad respecto a un átomo, un hombre o un Dios. Esta verdad subyace en los grandes sistemas de la ciencia mental y de la Christian Science de Occidente, y en muchas filosofías de Oriente. Este aforismo da la clave de la relación que existe entre materia y mente o entre sustancia y el alma que la anima, lo cual se comprenderá si consideramos las palabras de un comentador indú, que dice:

"Así como el átomo es una sustancia en la cual lo diminuto alcanza su límite, así un instante es una fracción de tiempo en que lo diminuto alcanza igualmente su límite, o un instante es el tiempo que tarda un átomo en abandonar la posición que ocupa en el espacio y llegar al punto siguiente. La sucesión de instantes es la no cesación de su resplandor".

Cuando nos damos cuenta de que un átomo y un instante son una y la misma cosa, y que detrás de ellos está el conocedor de ambos, tenemos el indicio de todos los estados de conciencia y de la naturaleza de la energía. También habremos alcanzado la verdadera comprensión del Eterno Ahora y la exacta apreciación del significado del pasado, presente y futuro. Se dice que todo ello puede obtenerse por la meditación concentrada en el tiempo y sus unidades.

Será oportuno indicar que las distintas clases de concentración a que se refiere este Libro Tercero, no son aplicables o apropiadas a todos los tipos de aspirantes. Los hombres pertenecen a siete tipos principales, cuya característica y naturaleza distintivas y cualidades precisas, los predisponen a ciertos y definidos aspectos del sendero de retorno. Algunos se inclinan por las matemáticas y tienen tendencia a la geometría divina y a los conceptos de espacio y tiempo, los cuales sabiamente seguirán el método de desarrollar el conocimiento intuitivo de que trata este aforismo. Otros lo hallarán muy difícil y harían bien en ocuparse de otros tipos de meditación concentrada.


53. De este conocimiento intuitivo nace la capacidad de distinguir (entre todos los seres) y de conocer su especie, sus cualidades y el lugar que ocupan en el espacio.

Las dificultades de este aforismo serán obviadas si damos una paráfrasis libre.

"Mediante el desarrollo de la intuición, surgirá el conocimiento exacto de las fuentes de la vida manifestada, de las características o cualidades, y del lugar que ocupa dentro del todo".

Del principio al fin, Los Aforismos de la Yoga ponen de manifiesto que las triplicidades divinas se hallan en todas partes, y que cada forma que anima una vida (nada más hay en manifestación) debe ser conocida como:


1.Vida. La vida de Dios emana de su fuente por medio de siete corrientes, emanaciones o “alientos"; cada forma en el mundo objetivo es la expresión de una vida de una de estas corrientes. El desarrollo de la intuición permite al vidente conocer la naturaleza del átomo de la vida. Esto se deduce de la palabra "género". El ocultista moderno preferiría la palabra "rayo" y el cristiano neuma o espíritu, pero la idea es la misma.


2.Conciencia o alma. Todas estas formas vivientes de vida divina son conscientes, aunque todos los estados de conciencia no son los mismos, sino que varían desde la vida del átomo de sustancia, según está limitado y circunscripto, hasta la vida de un Logos solar. El estado de respuesta consciente de todas las formas a su medio ambiente, exotérico e invisible, produce las diversas características además de las diferencias, debidas al


a.rayo,
b.plano de manifestación,
c.grado de vibración,
d.etapa de desarrollo,

y estas características forman la cualidad a que hace referencia este aforismo. Éste es el aspecto subjetivo, en contraposición a lo objetivo y a lo esencial.


3.Forma o cuerpo. Es el aspecto exotérico que surge del subjetivo, como resultado del anhelo espiritual. El lugar que ocupa en el espacio es esa parte, en el cuerpo del Hombre celestial, donde un átomo o forma está ubicado. Aquí debe recordarse que para el estudiante ocultista "el espacio es una entidad"2 y esta entidad es la misma que el Cristo cósmico, el "cuerpo de Cristo", mencionado por San Pablo en I, Co. 12:27.


Por lo tanto este aforismo aclara que el yogui liberado, que ha desarrollado la intuición, puede conocer todo acerca de las formas de la vida, lo cual implica el conocimiento de:

1. Género 2. Cualidad 3. Lugar en el Espacio.

Rayo Carácter Lugar en el cuerpo del Hombre celestial

Espíritu Alma Cuerpo.

Aspecto vida Conciencia Forma.

Esencia Naturaleza subjetiva Forma objetiva.

A este conocedor podemos aplicarle las palabras del Instructor, cuyas obras se encuentran en el archivo de la Logia:

“ÉI, que permanece ante la Chispa, ve tanto la llama como el humo”.
“Para él, la sombra vela el reflejo y, sin embargo ve la luz".
“Para él, lo tangible demuestra meramente lo intangible, y ambos revelan el espíritu, mientras que la forma, el color y el número pronuncian en voz alta la palabra Dios".

Notas:
2. La Doctrina Secreta, T. II,


54. Este conocimiento intuitivo, el gran liberador, es omnipresente y omnisciente y abarca el pasado, el presente y el futuro, en el Eterno Ahora.

La única parte de este aforismo que no está clara, es el significado de las palabras Eterno Ahora. No es posible comprenderlas hasta haber desarrollado la conciencia del alma. Decir que el tiempo es una sucesión de estados de conciencia y que el presente se pierde instantáneamente en el pasado y se fusiona en el futuro, a medida que se experimenta, es de poca utilidad para el estudiante común. Decir que llega un momento en que la vista se pierde en la visión (cuando la suma total de las esperanzas de la vida se cumplen) en el momento de la realización, y que esto persiste siempre, e indica un estado de conciencia en el que no hay sucesión de acontecimientos ni realizaciones, es hablar en lenguaje misterioso. No obstante así es y será. Cuando el aspirante llega a su meta, conoce el verdadero significado de su inmortalidad y la verdadera naturaleza de su liberación. Espacio y tiempo son para él términos sin sentido. La única Realidad verdadera es la gran vida central de fuerza, permaneciendo inmutable e inamovible en el centro de las formas temporarias, cambiantes y evanescentes.

"Yo soy", dice la unidad humana, y se considera como el yo y se identifica con la forma cambiante. Tiempo y espacio son para él verdaderas realidades. "Yo soy Ese", dice el aspirante, y trata de conocerse como realmente es, una palabra viviente, parte de una frase cósmica. Para él el espacio ya no existe, se conoce como omnipresente. "Yo soy Ése Yo soy", dice el alma liberada, el hombre libre, el Cristo. Ni tiempo ni espacio existen para él, y omnisciencia y omnipresencia son cualidades características.

Charles Johnston al comentar este aforismo cita a Santa Colomba y dice:

"Existen aquellos, aunque muy pocos, a quienes la gracia divina les ha otorgado ver con toda claridad y nitidez en un mismo momento, como bajo un rayo de sol, toda la esfera del mundo, incluyendo el océano y el firmamento que los rodea, y la parte más interna de su mente se expande maravillosamente."

Sería de valor citar el breve comentario de Dvivedi, pues está bien expresado y compendia concisamente el estado de conciencia alcanzado:

"En el Af. 33 de este Libro Tercero, se ha descrito la naturaleza del Taroka-Jnana, el conocimiento que libera de las ataduras del mundo. El conocimiento discriminador descrito, da por resultado Taraka, el conocimiento que es el fin y objetivo de la yoga. Se relaciona con todos los objetos, desde pradhana (espíritu-materia, A.A.B.) hasta los bhutas (elementos, formas, A.A.B.), y también con todas las condiciones de esos objetos. Además trae conocimiento de todas las cosas simultáneamente y es completamente independiente de las reglas comunes del conocimiento. Por lo tanto es el conocimiento más elevado que puede desear el yogui, y un índice seguro de Kaivalya (estado de absoluta unicidad, A.A.B.) cuyo resultado se describirá en el siguiente aforismo.


55. Cuando las formas objetivas y el alma han logrado igual pureza, se alcanza la unificación, que trae como resultado la liberación.

Lo que oculta la luz del alma se ha purificado; así surge la luz de Dios. Lo que era un impedimento y un obstáculo para la plena expresión de la divinidad en manifestación, ha sido tratado en tal forma que ahora sirve como medio de expresión y de servicio adecuados. El alma puede ya actuar libre e inteligentemente en los tres mundos, porque se ha llegado a la completa unidad entre el hombre inferior y el superior.

El alma y sus vehículos forman una unidad y están unificados. Se ha alcanzado el completo alineamiento de los cuerpos, y el Hijo de Dios puede actuar libremente en la Tierra. Así ha obtenido el gran objetivo, y aplicando los ocho métodos de la yoga, el alma, por medio del triple hombre inferior, puede manifestarse y a su vez constituir un medio de expresión para el espíritu. Se ha llevado la materia a un estado en que su vibración puede sincronizarse con la del alma; el resultado es que, por primera vez, el espíritu puede hacer sentir su presencia, porque "la materia es el vehículo para la manifestación del alma en este plano de existencia, y el alma es el vehículo para la manifestación del espíritu en una vuelta más alta de la espiral. Estos tres son una trinidad sintetizada por la vida que los compenetra a todos". Para el hombre que ha realizado esto, ya no hay renacimiento. Está libre y emancipado y puede decir con esa plena comprensión consciente del significado de las palabras:

"Mi vida (la vida física inferior) se oculta en Cristo (la vida del alma) en Dios (el espíritu)". (Col. 3:3).

LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI

LIBRO CUARTO


LA ILUMINACIÓN


1. Los siddhis (o poderes) superiores e inferiores, se obtienen durante la encarnación; o por las drogas, las palabras de poder, el deseo intenso o la meditación.

2. La trasferencia de la conciencia, de un vehículo inferior a otro superior, es parte del gran proceso creador y evolutivo.

3. Las prácticas y métodos no son la verdadera causa de la trasferencia de la conciencia, sólo sirven para eliminar obstáculos, de manera similar a como el agricultor prepara la tierra para la siembra.
4. La conciencia del "yo soy" es responsable de la creación de los órganos mediante los cuales se disfruta del sentido de individualidad.
5. La conciencia es una, no obstante, produce las variadas formas de los muchos.
6. Entre las formas que la conciencia asume, sólo las que resultan de la meditación están libres de karma latente.
7. Las actividades del alma liberada están libres de los pares de opuestos. Las de otras personas son de tres tipos.
8. De estos tres tipos de karma emergen las formas necesarias para la fructificación de los efectos.
9. Existe idéntica relación entre la memoria y la causa productora de efectos, aún cuando estén separadas por la especie, el tiempo y el lugar.
10. Por ser eterno el deseo de vivir, las formas creadas por la mente carecen de principio conocido. 

11. Estas formas las crea y las mantiene unidas el deseo, la causa básica; la personalidad, el resultado efectivo, la vitalidad mental o voluntad de vivir, y el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado; cuando éstos cesan de atraer, entonces las formas dejan igualmente de existir.
12. El pasado y el presente existen en realidad. La forma asumida dentro del concepto de tiempo presente, es el resultado de características desarrolladas, conteniendo latentes las simientes de la cualidad futura.
13. Las características estén latentes o en potencia, participan de la naturaleza de los tres gunas (o cualidades de la materia).
14. La manifestación de la forma objetiva se debe a la centralización de la causa que produce efectos (la unificación de las modificaciones de la sustancia mental o chitta).
15. Ambas, conciencia y forma, son distintas y están separadas; aunque las formas sean similares, la conciencia puede funcionar en diferentes niveles del ser.
16. Las numerosas modificaciones de la mente una, producen las diversas formas que, para subsistir, dependen de esos numerosos impulsos mentales.
17. Estas formas son conocidas o no, de acuerdo a las cualidades latentes en la conciencia perceptora.
18. El Señor de la mente, el perceptor, es siempre consciente de la constante actividad de la sustancia mental, causa productora de efectos.
19.Debido a que la mente puede ser vista o conocida, resulta evidente que no es la fuente de iluminación.
20.Tampoco la mente puede conocer dos objetos simultáneamente, ella y lo que está fuera de ella. 

21. Si el conocimiento de la mente (chitta) es postulado por otra mente lejana, se inferirá que, existe un número infinito de conocedores, y las consecutivas reacciones de la memoria tenderán a confundir grandemente.
22. Cuando la inteligencia espiritual, que permanece sola y libre de los objetos, se refleja en la sustancia mental, entonces se obtiene la percepción del yo.
23. Así la sustancia mental, reflejando al conocedor y lo conocible, deviene omnisciente.
24. La sustancia mental, reflejando como lo hace, una infinidad de impresiones de la mente, se convierte en instrumento del yo y actúa como agente unificador.
25. El estado de unidad aislada (absorbido en la verdadera naturaleza del yo) es la recompensa del hombre capaz de discriminar entre la sustancia mental y el yo, u hombre espiritual.
26. Entonces la mente tiende a la discriminación y al acrecentamiento de la iluminación, respecto a la verdadera naturaleza del yo uno.
27. Sin embargo, por la fuerza del hábito, la mente reflejará otras impresiones mentales y percibirá los objetos de percepción sensoria.
28. Estos reflejos tienen el carácter de obstáculos, y el método para vencerlos es el mismo.
29. El hombre que cultiva el desapego, hasta en su aspiración por iluminación y unidad aislada, oportunamente llega a ser consciente, mediante la práctica de la discriminación, de la influyente nube de conocimiento espiritual.
30. Cuando se alcanza esta etapa, se superan los obstáculos y el karma.
31. Cuando se han eliminado los obstáculos y purificado las envolturas, se dispone de todo el conocimiento, entonces nada le queda al hombre por hacer.
32.Las modificaciones de la sustancia mental (o cualidades de la materia), mediante la naturaleza inherente a los tres gunas, llegan a su fin, pues han cumplido ya su propósito.
33. El tiempo, secuencia de las modificaciones de la mente, también llega a su término, cediendo su lugar al Eterno Ahora.
34. El estado de "unidad aislada" es posible cuando las tres cualidades de la materia (los tres gunas o potencias de la naturaleza, A.A.B.) ya no aferran al yo. La conciencia espiritual pura se retrotrae en el Uno.


LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI

LIBRO CUARTO


LA ILUMINACIÓN

a. Conciencia y forma

b. Unión o Unificación

Tema: unidad aislada

1. Los siddhis (o poderes) superiores e inferiores, se obtienen durante la encarnación; o por las drogas, las palabras de poder, el deseo intenso o la meditación.

Llegamos al Libro Cuarto, en el cual los poderes y los resultados obtenidos por la práctica del Raja Yoga llevan a la comprensión grupal y producen conciencia universal y no meramente autoconciencia. Cabe aquí hacer una advertencia sobre el empleo de la frase "conciencia cósmica" por falsa y engañosa, pues hasta el adepto más elevado (obsérvese cuidadosamente este término) sólo está dotado de conciencia solar y no entra en contacto con lo que está fuera de nuestro sistema solar. Los Logos planetarios (los siete Espíritus ante el Trono) y los Señores del Karma (las "cuatro ruedas" de Ezequiel), poseen una conciencia que abarca más allá de nuestro sistema solar. Las existencias menores podrán percibirla como una posibilidad, pero todavía no constituye parte de su experiencia.

Los poderes adquiridos son principalmente dos:


1. Poderes síquicos inferiores, o los siddhis inferiores.
2. Poderes espirituales, o los siddhis superiores.


Los poderes inferiores son el resultado de la armonía establecida entre la conciencia del alma animal en el hombre y el "ánima mundi" o alma del mundo, aspecto subjetivo de todas las formas en los tres mundos, de todos los cuerpos en los cuatro reinos de la naturaleza. Los poderes superiores son el resultado del desarrollo de la conciencia grupal, segundo aspecto de la divinidad.

No sólo incluyen los poderes inferiores, sino que ponen al hombre en armonía con las existencias y formas de vida en los reinos espirituales o, como diría el ocultista, en esos dos planos que están más allá de los tres mundos, y que abarcan toda la escala de la evolución del hombre, humana y superhumana.

La meta de todo verdadero aspirante es el desarrollo de estos poderes superiores, los cuales podemos describir con los términos: conocimiento directo, percepción intuitiva, percepción espiritual, visión pura, el logro de la sabiduría. Son diferentes de los poderes inferiores porque los anulan, los cuales están correctamente descritos en el Libro III, Af. 37, que dice:

"Estos poderes constituyen obstáculos para la comprensión espiritual superior, pero sirven como poderes mágicos en los mundos objetivos".

Los poderes superiores son incluyentes y se caracterizan por su exactitud e infalibilidad cuando se aplican debidamente. Su acción es tan instantánea como un destello de luz. Los poderes inferiores son falibles y están limitados en su acción porque el elemento tiempo está presente en su secuencia; forman parte de la gran ilusión y constituyen una limitación para el verdadero aspirante.

En el aforismo que estamos considerando se indican cinco métodos por los cuales se desarrollan los poderes síquicos, y es interesante observar que en esta descripción tenemos un ejemplo de que Los Aforismos de la Yoga aún pueden servir como manual de estudio y enseñanza para aspirantes tan avanzados como los Maestros de Sabiduría. Estos cinco métodos son susceptibles de aplicación en los cinco planos de la evolución humana, e incluyen los dos superiores en que actúan los iniciados en los Misterios.

1. Encarnación .......... Método del plano físico.

2. Drogas ................... Liberación de la conciencia astral.

3. Palabras de poder .... Creación por medio de la palabra, o método del plano mental.

4. Intenso deseo .......... Sublimación de la aspiración o método del plano búdico, la esfera de amor espiritual.

5. Meditación .............. Método del plano átmico, la esfera de la voluntad espiritual.

En esta enumeración se observará que, así como el deseo intenso de tipo espiritual es una sublimación del deseo astral o emocional, así también la meditación, tal como la practican los iniciados, es la sublimación de todos los procesos mentales. Por lo tanto, los dos últimos métodos, como resultado del desarrollo de los siddhis o poderes, son los únicos que practican los iniciados, siendo la síntesis y sublimación del conocimiento logrado en los planos astral y mental.

Se observará que (para el buscador de la verdad) la encarnación, el deseo intenso y la meditación, son los tres métodos permitidos y los únicos que deben practicarse; las drogas y las palabras de poder o encantamiento mántrico, son herramientas de la magia negra y conciernen a los poderes inferiores.

Podría formularse aquí la siguiente pregunta: ¿no es acaso verdad que las palabras de poder y el uso del incienso forman parte de las ceremonias de iniciación y, por lo tanto, son utilizados por los iniciados y los aspirantes? Ciertamente es así, pero no en el sentido que se da aquí, es decir, con el propósito de desarrollar poderes síquicos. Los Maestros y Sus discípulos emplean palabras de poder a fin de ponerse en contacto con existencias no humanas, para invocar la ayuda de los ángeles y manipular las fuerzas constructivas de la naturaleza; emplean hierbas e incienso con fines de purificación, para eliminar entidades indeseables y permitir a las que están en un peldaño superior de la escala de la evolución, a hacer sentir su presencia, lo cual es muy distinto a emplearlos para llegar a ser un síquico.

Es interesante notar aquí, que la primera causa productora del desenvolvimiento de los poderes del alma, superiores e inferiores, es la gran rueda del renacimiento. Esto debe tenerse siempre en cuenta. No todos estamos en la etapa en que es posible el desenvolvimiento de los poderes del alma. El aspecto alma está todavía dormido para muchos, porque aún no han llegado a la plena experiencia y desarrollo de la naturaleza inferior. Los cuarenta años de deambular en el desierto con el Tabernáculo y la conquista de Canaán, precedieron al régimen de los reyes y a la construcción del Templo de Salomón. Deben transcurrir vidas antes que el cuerpo o aspecto Madre esté tan perfeccionado que el Cristo-Niño pueda formarse dentro del receptáculo ya preparado. También debe recordarse que la posesión de poderes síquicos inferiores es, en muchos casos, síntoma de un grado evolutivo muy inferior y de la íntima asociación de su poseedor con la naturaleza animal. Esto debe trascenderse, antes que los poderes superiores puedan florecer.

Es innecesario indicar que el empleo del alcohol o drogas, y también la práctica de la magia sexual, pueden liberar y liberan la conciencia astral, pero esto es simplemente astralismo puro, con el cual el verdadero estudiante de Raja Yoga no tiene nada que hacer, pues es parte del desenvolvimiento del sendero de la izquierda. La obtención de los poderes del alma, por medio del intenso deseo (o ferviente aspiración) y por la meditación, fue tratada en los libros anteriores y no es necesario ampliarlo aquí.

2. La trasferencia de la conciencia, de un vehículo inferior a otro superior, es parte del gran proceso creador y evolutivo.

Ésta es una traducción muy libre, pero es una clara interpretación de la verdad que se debe captar. La evolución de la conciencia y el efecto de tal evolución sobre los vehículos, en los cuales la entidad consciente actúa, es la suma total de los procesos de la naturaleza, y desde el punto de vista de la unidad humana inteligente, tres palabras abarcan el proceso y el resultado. Estas palabras son: transferencia, transmutación y transformación.

Una de las leyes básicas del desarrollo ocultista y del desenvolvimiento espiritual, está contenida en las palabras: "Así como el hombre piensa, así es él". Podría agregarse como explicación, la verdad oriental de que "la energía sigue al pensamiento". A medida que el hombre cambia sus deseos, se cambia a sí mismo; a medida que traslada su conciencia de un objetivo a otro, se transforma a sí mismo; esto también es verdad en todos los reinos y en todos los estados, superiores o inferiores.

El efecto de la transferencia de nuestro modo de pensar consciente, de un objetivo inferior a uno superior, produce una afluencia de energía de una cualidad vibratoria equivalente a la del objetivo superior, trayendo una mutación en las vestiduras de la entidad pensante, que se transmutan y llevan a una condición donde se las adecua al pensamiento o deseo del hombre. Llevadas a su culminación, se produce una transformación, entonces resultan claras las palabras de San Pablo: "Sed trasformados por la renovación de vuestra mente"

Cambiando la línea de pensamiento cambiará mucho la naturaleza. Deseando lo que es puro y santo, verdadero y correcto, más el conocimiento de estas cosas, hará del antiguo vehículo uno nuevo, o un hombre nuevo, un "instrumento adecuado para ser utilizado".

Esta trasferencia, transmutación y eventual transformación, se logra por cualquiera de los dos métodos siguientes:


a.El método lento de vidas, experiencias y encarnaciones físicas se repite hasta que con el tiempo la fuerza impulsora del proceso evolutivo lleva al hombre, etapa tras etapa, hacia arriba en la escala de la evolución.


b.Un proceso más rápido, donde, mediante el sistema delineado por Patanjali y enseñado por todos los custodios de los misterios de la religión, el hombre por sí mismo, y de acuerdo a las reglas y leyes establecidas, llega por su propio esfuerzo a un estado de desenvolvimiento espiritual. Se observará que estos procesos llevan al hombre a la iniciación denominada Transfiguración.


3. Las prácticas y Métodos no son la verdadera causa de la transferencia de la conciencia, sólo sirven para eliminar obstáculos, de manera similar a como el agricultor prepara la tierra para la siembra.

Éste es uno de los aforismos más sencillos y claros, de manera que requiere poco comentario.

Las prácticas se refieren principalmente a:


1.Los métodos para eliminar obstáculos (Véase Libro I, Af. 29 al 39). Esto según se dijo anteriormente se efectúa por:


a.La constante dedicación a un principio.
b.La simpatía hacia todos los seres.
c.La regulación del prana o aliento de vida.
d.La estabilidad de la mente.
e.La meditación sobre la luz.
f.La purificación de la naturaleza inferior.
g.La comprensión del estado de sueño.
h.El camino de la devoción.


2.La manera de eliminar los obstáculos (Véase Libro II, Af. 2 al 33). Estas obstrucciones se eliminan por:


a.Una actitud mental opuesta.
b.La meditación.
c.El cultivo del correcto pensar.

Conciernen más específicamente a la preparación, durante la vida, para el verdadero entrenamiento en la práctica de la yoga, y cuando se la practica lleva la naturaleza inferior a tal condición que los métodos más drásticos pueden producir efectos rápidos.

Los métodos se refieren á los ocho sistemas de yoga o unión, enumerados de la manera siguiente:

Mandamientos, reglas, postura o actitud, correcto control de la fuerza vital, abstracción, atención, meditación y contemplación (Véase Libro II, Af. 29 al 54 Y Libro III, Af. 1 al 12).

Por lo tanto, como se verá, podemos relacionar las prácticas más específicamente, con esta etapa de la vida del aspirante que se encuentra en el sendero de probación, el sendero de purificación, mientras que los métodos se relacionan con las etapas finales de ese sendero y con el sendero del discipulado. Cuando se siguen las prácticas y los métodos, producen ciertos cambios en la forma que ocupa el hombre real o espiritual, pero no son la principal causa de la transferencia de su conciencia al aspecto alma, que la aleja del aspecto cuerpo. Este gran cambio es la resultante de ciertas causas extrañas a la naturaleza del cuerpo, tales como: o egoica está latente en esas formas y el impulso del proceso evolutivo que lleva la vida de Dios existente en todas las formas a una expresión más plena. Debe recordarse que así como la Vida una, en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, pasa a una realización superior, así las células y átomos de Su cuerpo están análogamente influidos, estimulados y desarrollados.

4. La conciencia del "yo soy" es responsable de la creación de los órganos mediante los cuales se disfruta del sentido de individualidad

Aquí tenemos la clave de la manifestación misma, la razón de todas las apariencias. Mientras la conciencia de cualquier entidad (solar, planetaria o humana) se dirija externamente hacia los objetos del deseo, hacia la existencia sensoria, la experiencia individual, la vida de percepción y el goce de los sentidos, se crearán vehículos u órganos, mediante los cuales el deseo pueda satisfacerse, la existencia materializada disfrutarse y los objetos percibirse. Ésta es la gran ilusión, que mantiene alucinada a la conciencia, y mientras el espejismo ejerza algún poder, la ley de renacimiento hará que la conciencia se manifieste en el plano de la materia. La voluntad de ser y el deseo de existir, es lo que lleva externamente hacia la luz al Cristo cósmico, que actúa en el plano material por medio del sistema solar, y al Cristo individual, que actúa por intermedio de la forma humana.

En las primeras etapas, la conciencia de "yo soy" crea formas inadecuadas de materia para la plena expresión de los poderes divinos. A medida que la evolución avanza, estas formas son cada vez más adecuadas, hasta que los "órganos" creados permiten al hombre espiritual disfrutar del sentido de individualidad. Una vez alcanzada esta etapa, llega la gran comprensión de la ilusión La conciencia despierta al hecho de que en la forma, en la percepción sensoria y en la tendencia a exteriorizarse, no hay gozo ni placer reales; entonces inicia un nuevo esfuerzo caracterizado por el retraimiento gradual de esa tendencia y la abstracción del espíritu de la forma.

5. La conciencia es una, no obstante, produce las variadas formas de los muchos.

Aquí Patanjali presenta la fórmula básica que sirve para explicar no sólo el propósito y la razón de la manifestación misma, sino que abarca, en una breve frase, el estado de ser de Dios, del hombre y del átomo. Tras todas las formas se halla la Vida una; dentro de cada átomo (solar, planetario, humano y elemental) se encuentra una existencia sensible; tras la naturaleza objetiva, suma total de todas las formas, en todos los reinos de la naturaleza, tenemos la realidad subjetiva, que esencialmente es un todo unificado o unidad, que produce los muchos diversificados.

Lo homogéneo es la causa de lo heterogéneo, la unidad produce diversidad, el Uno es responsable de los muchos. Esto lo podrá apreciar más inteligentemente el estudiante, si sigue la regla de oro que revela el misterio de la creación y si se estudia a sí mismo. El microcosmos revela la naturaleza del macrocosmos.

Descubrirá que el hombre real o espiritual, el pensador o la Vida una, en su diminuto sistema, es responsable de la creación de sus cuerpos, mental, emocional y físico, sus tres aspectos inferiores, la "sombra" de la Trinidad, así como su espíritu, alma y cuerpo, son reflejos de los tres aspectos divinos, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se dará cuenta que es responsable de la formación de todos los órganos de su cuerpo y de todas las células, de las cuales ellos están compuestos; a medida que profundice cada vez más su problema, llegará a percibir que su conciencia y vida se compenetran, siendo él por lo tanto responsable de incontables miríadas de diminutas vidas infinitesimales, y la causa de su agrupamiento en órganos y formas, y también la razón por la cual tales formas se mantienen en existencia. Gradualmente, surge de él una verdadera comprensión del significado de las palabras: "Hecho a imagen de Dios". Su "conciencia es una y, sin embargo, ha producido las variadas formas de los muchos", dentro de su pequeño cosmos; lo que es verdad respecto a él lo es también de su gran prototipo el Hombre celestial, el Logos planetario, e igualmente del prototipo de Su prototipo, el gran Hombre de los Cielos, el Logos solar, Dios manifestado por medio del sistema solar.

6. Entre las formas que la conciencia asume, sólo las que resultan de la meditación están libres de karma latente.

Las formas son el resultado del deseo. La correcta meditación es un proceso puramente mental, donde no tiene cabida el deseo. Las formas son el resultado de un impulso o tendencia hacia afuera. La meditación es el resultado de la tendencia introspectiva, de la capacidad de abstraer la conciencia de la forma y de la sustancia, y centrarla en sí misma.

La forma es el efecto producido por la naturaleza, amor o deseo, del ente consciente; la meditación es productora de efectos y tiene relación con la voluntad o aspecto vida del hombre espiritual.

El deseo produce efectos, y los órganos de la conciencia sensoria quedan inevitablemente regidos por la ley de causa y efecto, o de karma, que rige la relación de la conciencia-forma. Cuando el proceso de la meditación se extiende y practica correctamente, requiere que la conciencia del hombre espiritual se aparte de todas las formas en los tres mundos, y que él se separe de todas las percepciones y tendencias sensorias. Así en el momento de meditación pura, está libre de ese aspecto del karma que se refiere a la producción de efectos. Temporariamente, está tan abstraído, que su pensamiento, perfectamente concentrado, sin relación alguna con los tres mundos, no exterioriza vibraciones ni se relaciona con forma alguna y tampoco afecta a la sustancia. Cuando esta meditación concentrada se convierte en hábito y en actitud diaria normal de su vida, el hombre se libera de la ley de karma. Entonces se da cuenta de los efectos que todavía se han de eliminar, aprende a no crear nuevos ni iniciar acción alguna que pueda "crear órganos" en los tres mundos. Mora en el plano de la mente, persiste en la meditación, crea por un acto de la voluntad y no por su impotencia ante el deseo; es un "alma libre", un amo, un hombre liberado.

7. Las actividades del alma liberada están libres de los pares de opuestos. Las de otras personas son de tres tipos.

Este aforismo presenta la enseñanza en conexión con la ley del karma, en forma tan estrictamente oriental, que confunde considerablemente al estudiante occidental. Un análisis del significado de estas palabras, y el estudio del comentario del gran instructor Vyasa, podrán servir para dilucidar el significado. También debe tenerse en cuenta que en este Libro Cuarto son tratadas las excelsas etapas de conciencia alcanzadas por quienes han practicado los ocho métodos de Yoga y experimentado los efectos de la meditación, detallados en el Libro Tercero. El yogui es ahora un hombre liberado, emancipado de las condiciones de la forma y enfocado en su conciencia, fuera de los límites de los tres mundos del esfuerzo humano. Ha alcanzado la región del pensamiento puro y puede mantener su conciencia desligada y libre de deseo. En consecuencia, aunque formula ideas y puede practicar poderosas meditaciones y dirigir y controlar las "modificaciones del principio pensante", no crea condiciones que lo puedan retrotraer al vórtice de la existencia del plano inferior. Está libre del karma, nada origina, ni efecto alguno puede atarlo a la rueda del renacimiento. Vyasa, en su comentario, indica que el karma (o acción) es de cuatro tipos:
1.La actividad de tipo maligno, pernicioso y depravado. Se denomina negra. Esta acción es producto de la ignorancia más profunda, el materialismo más denso o la deliberada elección. Si es resultado de la ignorancia, el desarrollo del conocimiento trae, gradualmente, un estado de conciencia en el cual ya no se conocerá este tipo de karma. Cuando el materialismo denso produce lo que llamamos acción errónea, el desenvolvimiento gradual de la conciencia espiritual cambiará la oscuridad en luz, siendo el karma nuevamente anulado. Sin embargo, cuando es resultado de deliberada elección o que se ha preferido la acción errónea, a pesar del conocimiento, y desafiando la voz de la naturaleza espiritual, este tipo de karma lleva a lo que el ocultista oriental llama "avitchi", o la octava esfera, sinónimo de la frase "alma perdida" del cristianismo. Sin embargo, dichos casos son excesivamente raros y se relacionan con el sendero de la izquierda y la práctica de la magia negra. Aunque esta condición implica separación del principio más elevado (el espíritu puro, de sus dos expresiones, el alma y el cuerpo, o de los seis principios inferiores), no obstante, la vida misma permanece y, después de la destrucción del alma en "avitchi", se le ofrecerá un nuevo ciclo de devenir.


2.Esa actividad que no es totalmente buena ni mala, descrita como blanca-negra. Concierne a la actividad kármica del hombre común, regido por los pares de opuestos, y cuya experiencia de la vida se caracteriza por su oscilación entre lo bondadoso, inofensivo y resultado del amor, y lo malo, dañino y resultado del odio. Vyasa dice:
Lo blanco-negro es producido por medios externos, pues en ellos el vehículo de las acciones se desarrolla causando dolor a otros o actuando bondadosamente.

Por lo tanto, evidentemente, el progreso de la unidad humana y sus acciones, dependen de la actitud hacia los demás y del efecto producido en ellos. De esta manera también se produce el retorno a la conciencia grupal, y así se contrarresta o se genera el karma. También la oscilación del péndulo entre estos pares de opuestos se ajusta gradualmente hasta alcanzar el punto de equilibrio, y el hombre actúa correctamente, porque la ley del amor o del alma lo dirige desde arriba, y no porque el deseo bueno o malo lo atraiga en cualquier sentido.


3.El tipo de actividad denominado blanco. Es el tipo de pensamiento viviente y del trabajo practicado por el aspirante y el discípulo. Caracteriza la etapa del sendero que precede a la liberación. Vyasa la explica de la manera siguiente:

"Lo blanco es de quienes emplean los métodos de superación, estudio y meditación. Esto depende sólo de la mente y no de medios externos; por lo tanto, su práctica no daña a otros".

Se comprenderá, en consecuencia, que estos tres tipos de karma se relacionan directamente con:

a. El plano del materialismo ..................................... el plano físico.

b. El plano de los pares de opuestos ......................... el plano astral.

c. El plano del pensamiento enfocado ...................... el plano mental.

4. Aquellos cuyo karma es blanco, son los que por haber progresado en el equilibrio de los pares de opuestos, están. ahora dedicados al proceso de su propia emancipación inteligente y consciente: de los tres mundos, haciéndolo por medio de:


a.El estudio o desarrollo mental, comprendiendo la ley de la evolución v la naturaleza de la conciencia y su relación, por un lado con la materia y por otro con el espíritu.


b.La meditación o control de la mente, creando así el mecanismo por el cual el alma controla los vehículos inferiores, haciendo posible la revelación del reino del alma.


c.La inofensividad. Ninguna palabra, pensamiento y acción causan daño a esas formas a través de las cuales se expresa la vida de Dios.


5.El último tipo de karma se describe como ni blanco ni negro. No se genera ningún karma, ni se producen efectos causados por el yogui, que podrían servir para retenerlo en el aspecto forma de la manifestación. Actuando, como lo hace, desde el punto de vista del desapego, sin desear nada para sí, su karma es nulo y sus actos no producen efectos sobre él.

8. De estos tres tipos de karma emergen las formas necesarias para la fructificación de los efectos.

Cada vida que viene a la manifestación física, tiene latentes esos gérmenes o simientes que deben fructificar y son la causa eficiente de la aparición de la forma. Estas simientes fueron sembradas y deben fructificar. Son las causas o skandas que producen los cuerpos en que se han de manifestar los efectos. Son los deseos, impulsos y obligaciones que retienen al hombre en la gran rueda, que siempre gira y lo lleva a la existencia del plano físico, para que, de acuerdo a la ley, fructifiquen todas esas simientes que podrá manipular en determinada vida. Son los gérmenes subjetivos que producen la forma donde fructifican, maduran y alcanzan su culminación. Si las simientes kármicas son negras, el hombre será extremadamente egoísta, materialista e inclinado al sendero de la izquierda; si blanco-negras, proporcionarán una forma adecuada para el cumplimiento de sus obligaciones, deudas, deberes e intereses y la satisfacción de sus deseos. Cuando son blancas tienden a construir el último cuerpo que se destruye, el causal, el Templo de Salomón, el Karana Sarira del ocultista. Este cuerpo, en la liberación final, se destruye también, y nada separa entonces al hombre de su Padre en los Cielos ni lo retiene vinculado al plano material inferior.


9. Existe idéntica relación entre la memoria y la causa productora de efectos, aún cuando estén separadas por la especie, el tiempo y el lugar.

Una paráfrasis de este aforismo servirá para elucidarlo, y puede expresarse de la manera siguiente: No importan la raza, el continente pretérito o presente, donde haya pasado la vida, lo que dista esa vida ni cuántos miles de años hayan transcurrido, la memoria permanece en el alma o ego. A su debido tiempo, bajo adecuados ajustes, toda causa entonces iniciada, tiene inevitablemente que manifestarse en efectos, y estos efectos aparecerán en alguna vida. Nada puede impedirlo ni detenerlo. Charles Johnston lo expresa en su comentario, con las siguientes palabras:

"En forma análoga, el mismo poder selectivo que todo lo rige, un rayo del yo superior, reúne en diferentes nacimientos, épocas y lugares, las imágenes mentales concordantes que pueden ser agrupadas en la estructura de una sola vida o acontecimiento Mediante este agrupamiento se producen condiciones corporales visibles o circunstancias externas, mediante las cuales el alma aprende y se estrena.

Así como las imágenes mentales dinámicas del deseo maduran en las condiciones y circunstancias corporales, también los poderes más dinámicos de la aspiración, donde el alma llega hasta el Eterno, fructifican en un mundo más sutil, construyendo la vestidura del hombre espiritual".

10. Por ser eterno el deseo de vivir, las formas creadas por la mente carecen de principio conocido.

Otra frase que podemos emplear respecto a las palabras "deseo de vivir" es "voluntad de adquirir experiencia''. Inherente a las vidas animadoras autoconscientes de nuestro sistema (las existencias humanas y superhumanas) existe este deseo de ser, este anhelo de devenir, este impulso a ponerse en contacto con lo desconocido y distante. Por ser este anhelo cósmico y por depender del punto de vista evolutivo de esa gran Vida en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, y en cuyo cuerpo cada forma sólo es una célula o átomo, resulta imposible comprender su explicación. Lo único que el hombre puede hacer es construir el mecanismo, mediante el cual será posible tal comprensión, y desarrollar los poderes que le permitirán establecer contacto y estar en armonía con lo que reside fuera y dentro de él. Cuando es posible esto, llega a comprender que esos deseos que lo impelen y empujan a la acción, esos anhelos que lo obligan a iniciar variadas actividades, no sólo son algo personal y real, sino parte de la actividad del Todo, del cual él es una diminuta parte. Descubre que la corriente de imágenes mentales, impelidas por el deseo, que ocupan su atención y constituyen el poder motivador de su vida, son formuladas por él mismo, pero también forman parte de la corriente de imágenes mentales cósmicas que surgen de la Mente Universal, resultante de la actividad de ese Pensador cósmico que funciona como la Vida de nuestro sistema solar.

Así, la verdad y la enseñanza, formuladas en los tres libros anteriores, sobrepasan la esfera de lo personal y de lo individual y se amplían, extienden y generalizan. Para el ente humano, las imágenes mentales resultantes del deseo y de la actividad del pensamiento, no tienen comienzo conocido. Lo circundan por todos lados; la corriente de su actividad continuamente hace impacto sobre él, extrayendo la respuesta que atestigua la existencia del deseo que alberga en sí.

En consecuencia, debe iniciar dos nuevas actividades. Primero, transmutar y trascender los deseos y anhelos de percepción sensoria que posee y, segundo, emprender la tarea de aislarse y protegerse de la atracción e influencia de las grandes corrientes de imágenes mentales que existen eternamente. Sólo así podrá lograr 'la condición de unidad aislada", según se describe en el Libro III, Af. 50.

11. Estas formas las crea y las mantiene unidas el deseo, la causa básica; la personalidad, el resultado efectivo; la vitalidad mental o voluntad de vivir, y el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado; cuando éstos cesan de atraer, entonces las formas dejan igualmente de existir.

Este aforismo expresa una ley de la naturaleza, y es tan claro que sólo necesita una ligera explicación. No obstante, será conveniente analizar someramente la enseñanza que contiene.

Aprendemos que cuatro factores contribuyen a la existencia de las imágenes mentales o formas que vienen a la existencia como consecuencia de la naturaleza de deseos:

1. La causa básica .......................................................................... el deseo.

2. El efecto o resultado .................................................................. la personalidad.

3. La voluntad de vivir ................................................................... la vitalidad mental.

4. La vida exteriorizada .................................................................. el objetivo.

Cuando la causa, el deseo, ha producido su efecto, la personalidad o aspecto forma del hombre, la forma persistirá mientras exista la voluntad de vivir. Esta forma se mantiene en manifestación debido a la vitalidad mental. Esto ha sido demostrado repetidas veces en los anales de la medicina, porque se ha comprobado que mientras persiste la determinación de vivir, así será la probable duración de la vida en el plano físico, pero desde el momento en que desaparece tal voluntad, o el interés del morador del cuerpo ya no está centrado en la manifestación de la personalidad, se produce la muerte y tiene lugar la desintegración de la imagen mental, el cuerpo.

Resulta interesante observar el significado oculto de las palabras: "el apoyo de la vida u objetivo exteriorizado", porque corrobora la enseñanza ocultista de que la corriente de la vida desciende de la causa originante y descubre su objetivo o manifestación final en el cuerpo vital o etérico, verdadera sustancia de todas las formas, constituyendo el apoyo o estructura del vehículo físico denso.

Estos cuatro factores pueden muy bien ser divididos en dos grupos o pares de opuestos, la causa y el efecto, la voluntad de ser y la verdadera forma u objeto.

Durante un prolongado período en el proceso evolutivo, la apariencia o existencia de la forma es lo único que interesa al morador interno, y la vida exteriorizada se convierte en el único centro de atracción.

Pero a medida que la rueda gira y se pasa de una experiencia a otra, se sacia y satisface la naturaleza de deseos, y paulatinamente llega a su fin la creación de imágenes mentales y sus efectos. En consecuencia, la forma deja de existir, y ya no se busca la manifestación objetiva, quedando el hombre liberado de maya o ilusión.

12. El pasado y el presente existen en realidad La forma asumida dentro del concepto de tiempo presente, es el resultado de características desarrolladas, conteniendo latentes las simientes de la cualidad futura.

Este aforismo presenta los tres aspectos del Eterno Ahora, y observamos que lo que somos hoy es producto del pasado y lo que seremos en el futuro depende de las simientes latentes u ocultas, o sembradas en la actual vida. Lo sembrado en el pasado existe, y nada puede impedir o detener que esas semillas fructifiquen. Tienen que dar fruto en la vida presente, o mantenerse ocultas hasta que un suelo más favorable y una condición más adecuada puedan hacerlas germinar, desarrollar, crecer y florecer a plena luz del día. No hay nada oculto o velado que no sea revelado, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Sembrar nuevas semillas e iniciar actividades que han de fructificar en fecha posterior es, no obstante, algo diferente, que está totalmente bajo el control del hombre. Practicando el desapasionamiento y el desapego y controlando rígidamente la naturaleza de deseos, el hombre puede reorientarse, de modo que su atención no será atraída externamente por la corriente de imágenes mentales, sino retraída y centralizada fijamente en la Realidad.

Esto se intenta, primeramente, por el control del vehículo mental, la mente, y por la conquista de las modificaciones del principio pensante; luego prosigue la utilización de ese mecanismo y su aplicación en la correcta dirección a fin de alcanzar el conocimiento del reino del alma, en vez del reino de la materia. Así también se alcanza la liberación.

13. Las características estén latentes o en potencia, participan de la naturaleza de los tres gunas (o cualidades de la materia).

Las características son, en realidad, las cualidades, capacidades y facultades que el hombre manifiesta o puede manifestar (dadas las condiciones adecuadas). Son, como hemos visto, el resultado o los efectos de su experiencia pasada, acumulada durante todo el ciclo de vidas hasta la fecha. Los efectos de los contactos, desenvolvimientos y desarrollos que lo han regido, desde los albores de su individualidad hasta el ciclo actual de vida, han producido lo que es y lo que tiene en la actualidad. Debe tenerse en cuenta que estos factores que se resumen en el término general de "características", conciernen a la forma y a su respuesta a la vida espiritual inmanente.

Se producen con la misma rapidez con que el Morador Interno espiritual puede plasmar su impronta sobre la sustancia de esas formas, obligarlas a cumplir su voluntad, controlarlas y someterlas. La forma tiene ciertas actividades vibratorias propias, inherentes a su naturaleza. Identificándose con la forma y utilizándola, el Morador Interno desarrolla dos series de características. Una serie se manifiesta en el yo inferior, y concierne a la adaptabilidad de la forma, a la influencia interna y al medio ambiente externo. La otra concierne a las tendencias, impulsos y deseos que tienden a afectar, permanentemente, al cuerpo del yo superior o causal. De allí que estas características tengan, en ambos casos, que ver con el ritmo o gunas de la materia.

Podría decirse que todo cuanto somos es producto del pasado y se manifiesta como característica de la forma de la personalidad. Lo que seremos en la próxima encarnación lo determina la capacidad del verdadero hombre para ejercer influencia sobre ese yo personal, obligarlo a cumplir fines elevados y elevar su grado de vibración. Una cosa es el hombre cuando viene a la encarnación y otra cuando sale de ella, porque entonces es el producto del pasado, además de lo realizado en la vida presente; lo adquirido bajo el gran impulso evolutivo lo ha llevado inevitablemente a una condición sáttvica o rítmica armoniosa, y lo ha alejado de la condición tamásica de inercia, de inmovilidad. Esto se obtiene imponiendo las características de actividad, el guna intermedio, que predominantemente regula la actividad externa e impulsa al hombre hacia la experiencia sensoria.

14. La manifestación de la forma objetiva se debe a la centralización de la causa que produce efectos (la unificación de las modificaciones de la sustancia mental o chitta).

El impulso hacia la evolución, o apropiarse de una forma, es tan dominante y el resultado del pensamiento egoico está tan centralizado, que resulta inevitable la manifestación objetiva. La sustancia mental o chitta (en el gran proceso de apropiarse de una forma) está tan completamente unificada, y el deseo de experimentar por medio de contactos en el plano físico es tan dominante, que todas las modificaciones de la mente van dirigidas hacia el mismo objetivo.

Cuando la condición se invierte y el hombre en el plano físico efectúa su propia liberación, lo hace por el mismo método, o sea la centralización y unificación. Ciertas frases relacionadas con el simbolismo de la estrella de cinco puntas, en El Antiguo Comentario, aclaran esto:

"La sumersión es hacia abajo, hacia la materia. El punto desciende, precipítase a través de la esfera acuosa y penetra en lo inerte, inmóvil, oscuro, silencioso y remoto. El punto de fuego y de piedra se unen, alcanzándose la armonía y unión en el sendero descendente".

"El vuelo es hacia arriba, al espíritu. El punto asciende, elevando a los dos que están detrás, y los tres y los cuatro se extienden hasta aquello que está detrás del velo. El agua no consigue apagar el punto de fuego; de esta manera el fuego se une al fuego y se fusionan. Se logra armonía y unión en el arco ascendente. Así el Sol se desplazará hacia el norte".

15. Ambas, conciencia y forma, son distintas y están separadas; aunque las formas sean similares, la conciencia puede funcionar en diferentes niveles del ser.

Este aforismo no debe considerarse separado del posterior, el cual afirma que la Mente una o Vida una, es la potente causa de todas las mentes y vidas menores diferenciadas. Esto debe tenerse siempre en cuenta. En este aforismo van implícitas tres ideas principales.

Primero, que hay dos líneas principales de evolución; una concierne a la materia y la forma, la otra al alma, el aspecto conciencia, el pensador en manifestación. Cada uno de estos senderos de progreso difieren, cada uno sigue su curso. Como ya se ha observado, durante un prolongado periodo de tiempo, el alma se identifica con el aspecto forma y trata de seguir el "Sendero de la Muerte", porque en efecto, para el pensador ese es el sendero obscuro. Más tarde, por medio de un gran esfuerzo, cesa esta identificación; el alma se hace consciente de sí misma y de su propio sendero o dharma; entonces sigue el camino de la luz y de la vida. Sin embargo, debe tenerse siempre en cuenta entre ambos aspectos, que el propio sendero de cada uno es el de la derecha, y que los impulsos ocultos en el vehículo físico o en el cuerpo astral, no son en sí malos. Son malos, desde cierto ángulo, cuando se tergiversa su correcto empleo. La comprensión de esto condujo a exclamar al discípulo, según el Libro de Job: "He pervertido lo que era correcto". Las dos líneas de desenvolvimiento son separadas y distintas. Ésta es una de las cosas que el aspirante debe aprender.

Cuando el aspirante ha comprendido esto, trata de ayudar a la evolución de sus formas de dos maneras: primero, negándose a identificarse con ellas y, segundo, estimulándolas.

Aplicando la fuerza espiritual también se dará cuenta de la etapa de evolución en que se encuentran sus hermanos, y no criticará lo que para él constituirían acciones erróneas y para ellos es la actividad natural de la forma, durante el ciclo en que forma y alma están identificadas y se consideran una misma cosa.

La segunda línea principal de pensamiento, implicada en el aforismo 15, es más difícil de expresar. Proporciona color y veracidad a la controversia de muchos pensadores, de que las cosas existen y tienen forma y actividad sólo en la medida que la mente del pensador las formula. En otras palabras, mediante las modificaciones de nuestro principio pensante construimos nuestro propio mundo y creamos nuestro propio ambiente. La deducción, por lo tanto, es que (dada una sustancia básica espíritu-materia) la entretejemos en formas, por nuestros propios impulsos mentales. Otros perciben lo que nosotros vemos, porque algunas de las modificaciones de sus mentes son análogas a las nuestras y sus reacciones e impulsos, similares en cierto aspecto. Sin embargo, dos personas no ven un objeto exactamente de la misma manera. Las cosas o formas de materia existen realmente; han sido creadas o están en proceso de creación, y de ellas son responsables alguna mente o varias mentes. Entonces surge la cuestión de quién es responsable de las formas mentales que nos circundan. El comentario y la traducción de Dvivedi apoya más esta segunda línea de pensamiento que la paráfrasis de el Tibetano; sería de valor que la estudiáramos, porque cuando muchas mentes encaran un problema, permite apreciarlo en su magnitud, se evitan las superficialidades y vanas conclusiones y se hace posible el acercamiento a la verdad. El punto de vista sintético está más cerca de la verdad que el especializado. Dvivedi dice: "Aunque las cosas son similares, la causa de la mente y de las cosas es distinta debido a las diferencias de las mentes".

"Las consideraciones precedentes establecen, de manera indirecta, la existencia de cosas como objetos externos a la mente. Los Vijnanavadi Budas, al sostener que las cosas sólo son reflejos de nuestro principio pensante, pondrían objeciones a ese punto de vista. La objeción no resistiría al análisis, porque la existencia de cosas separadas del principio pensante es real. Aunque existe, ciertamente, la similitud completa entre objetos del mismo tipo, aún así, el modo en que los objetos afectan a la mente y en que es afectada por ellos, es enteramente distinta. En consecuencia, los objetos existen fuera del principio pensante. Aunque los objetos son similares, no se presentan a mentes diferentes bajo la misma luz, lo cual demuestra que están separados de la mente. También muchas veces oímos decir a algunas personas que han visto un mismo objeto como lo han visto otras. Esto probaría que a pesar de que el objeto es uno solo, los conocedores son muchos. Esta circunstancia demuestra la diferencia entre el objeto y la mente. Asimismo, el vidente y lo visto, o sea la mente y el objeto, o el instrumento de conocimiento y el objeto de conocimiento, no pueden ser uno y el mismo, porque entonces todo conocimiento característico sería una imposibilidad, lo cual es absurdo. La tentativa de solucionar esta dificultad, diciendo que el eterno Vasana de la forma de los objetos externos es la causa de nuestro conocimiento característico, es inútil, pues lo que se ha debilitado por sí mismo no puede convertirse en causa. Por lo tanto la existencia objetiva debe aceptarse como independientemente del sujeto. Tampoco cabe imaginar cómo una sola sustancia, prakriti, puede producir, en este caso, toda la multiplicidad de diferencias en nuestra experiencia, porque los tres gunas y sus diversas combinaciones, en diferentes grados, lo justifican suficientemente. En el caso de los yoguis adecuadamente iluminados, es natural que cuando el conocimiento ha producido en ellos el supremo Vairagya, no se preocupen de los gunas, los cuales también alcanzan un estado de equilibrio y no producen efecto".

La tercera línea de pensamiento se refiere más específicamente al aspecto comprensión, o a la percepción del pensador inmanente, por lo tanto tiene un valor práctico inmediato para el estudiante de Raje Yoga, la cual implica ciertas preguntas que se pueden formular de la manera siguiente:

1. ¿En qué nivel del ser o de comprensión (porque la idea es idéntica para el estudiante ocultista) actuó?

2. ¿Me identifico con la forma o con el alma?

3. ¿Qué sendero sigo, el superior del alma o el inferior de la materia?

4. ¿Me encuentro en un período de transición, donde mi comprensión se está transfiriendo de la conciencia inferior a la superior?

5. Aunque esté en el cuerpo, ¿es éste meramente un instrumento y estoy despierto en otro plano de percepción?

Éstas y otras preguntas similares son de profundo valor para el aspirante, si se las formula sinceramente y responde honestamente, como ante la presencia de Dios y del Maestro.


16. Las numerosas modificaciones de la mente una, producen las diversas formas que, para subsistir, dependen de esos numerosos impulsos mentales.

En estas palabras, todo el concepto pasa de la esfera particular al reino de lo universal. Nos pone frente a los impulsos cósmicos y solares y evidencia la insignificancia y pequeñez de nuestro problema individual. Toda forma en manifestación es el resultado del pensamiento de Dios; todo vehículo objetivo, por medio del cual fluyen los impulsos vitales del universo, es producido y mantenido en manifestación objetiva, por la constante afluencia de corrientes mentales que emanan de un solo y maravilloso pensador cósmico. Sus métodos misteriosos, su plan oculto y secreto, el gran propósito para el cual trabaja en este sistema solar, no son todavía evidentes para el hombre; sin embargo, cuando pueda pensar en términos más amplios, desarrollar el poder de visualizar el pasado como una totalidad y unificar su conocimiento acerca de la vida de Dios, expresándose en los reinos de la naturaleza, y cuando aumente su comprensión de la naturaleza de la conciencia, entonces le será evidente la voluntad de Dios basada en una actividad amorosa.

La clave del cómo y el por qué, reside en la comprensión del hombre de sus propias actividades mentales. La apreciación de la gran forma mental de Dios, el sistema solar y su mantenimiento, se desarrolla en el hombre a medida que comprende sus propias formas mentales y la manera de construir y crear su propio medio ambiente y colorar su propia vida. El hombre construye sus propios mundos por el poder de sus procesos mentales o por las modificaciones de ese fragmento del principio mental universal del cual se ha apropiado para uso particular.

Debe recordarse que el Logos solar, Dios, es la suma total de todos los estados de conciencia o percepción. El hombre (la humanidad en conjunto o la unidad individual) es parte de ese todo Las innumerables mentes, desde la del átomo (reconocido por la ciencia) hasta la mente de Dios mismo, pasando por todos los grados de pensadores y etapas de percepción, son responsables de todas las formas que se hallan en nuestro sistema. A medida que trabajamos, desde lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, desde el microcosmos al macrocosmos, se evidencia un estado de conciencia en gradual expansión y un constante crecimiento de la percepción. En esta escala de desarrollo, tenemos tres tipos predominantes de formas, resultados de la mente:

1. La forma del átomo, el verdadero microcosmos.

2. La forma del hombre, el macrocosmos para todos los reinos subhumanos.

3. La forma de Dios, un sistema solar, el macrocosmos para el hombre y para todas las etapas superhumanas.

Todas estas formas y las formas intermedias, dependen de alguna vida, dotada de capacidad de pensar y también del impulso mental para modificar e influir la sustancia sensoria y construir con ella las formas.

17. Estas formas son conocidas o no, de acuerdo a las cualidades latentes en la conciencia perceptora.

Este aforismo ha sido traducido por Charles Johnston con las siguientes palabras: "Un objeto es percibido o no, según que la mente esté o no matizada por el color del objeto".

Vemos lo que somos y nos damos cuenta de ello debido a otras formas que se desarrollan en nosotros mismos. No vemos aspectos de la vida, porque todavía no hemos hecho contacto con lo divino y lo desconocemos en nosotros. El aspecto forma y sus limitaciones se desarrollan en nosotros, ocultando al alma de modo que sólo nos damos cuenta de la forma de nuestro hermano y no vemos su alma. En cuanto hacemos contacto con nuestra propia alma y vivimos en su luz, vemos el alma de nuestro hermano, nos damos cuenta de su luz, con lo cual cambia completamente nuestro acercamiento a él.

Aquí tenemos el indicio de nuestras limitaciones, aquí reside la promesa de nuestro éxito. La facultad latente, una vez desarrollada, nos revelará un mundo nuevo; los poderes ocultos del alma una vez que hayan sido plenamente expresados, nos harán conscientes de un nuevo mundo y nos revelarán un plan de vida y un reino del ser que, hasta ahora, nos fue negado, porque no lo hemos visto. De ahí la necesidad de que todo investigador de los misterios de la existencia, aplique a su investigación todas las facultades; de ahí también la necesidad de que se lleve a cabo este proceso de desenvolvimiento del alma y se desarrollen las facultades potenciales si queremos comprender plenamente la verdad.

18. El Señor de la mente, el perceptor, es siempre consciente de la constante actividad de la sustancia mental, causa productora de efectos.

Tenemos en este aforismo una afirmación que constituye la clave para la práctica efectiva y sin peligro de la meditación. Quien medita es el alma, el ego, y su trabajo es actividad positiva, no un estado o condición negativos. Gran parte del trabajo que se realiza como meditación es peligroso o inútil, porque quien trata de controlar es el hombre en el plano físico, cuyo esfuerzo está concentrado en lograr la quietud del cerebro. Trata de aquietar las células cerebrales y hacerlas negativas, pasivas y receptivas. Sin embargo, la verdadera meditación concierne al alma y a la mente; la receptividad del cerebro es la reacción automática a la condición superior. Por consiguiente, en el Raja Yoga el contacto con el verdadero hombre, el ego, y el poder de "aquietar las modificaciones del principio pensante", deben preceder a toda actividad y respuesta del cerebro. El Señor de la Mente está siempre despierto, pues se. da cuenta de la tendencia de la mente a responder a las corrientes de fuerza, producidas por el pensamiento o el deseo. En consecuencia, vigila toda emanación de fuerza que surge de él, y controla todo pensamiento e impulso, de modo que únicamente se originen corrientes de energía e impulsos alineados constantemente con el propósito que tiene ante sí, y se pueda llevar a cabo el plan grupal. Nunca debe olvidarse que todos los egos trabajan en formación grupal, controlados directamente por esos pensadores que encarnan el divino pensamiento logoico. Por lo tanto, el trabajo que cada aspirante trata de realizar consiste en poner la conciencia del cerebro en línea con el pensamiento que le llega por conducto de su propia alma-conciencia, y en la consumación de esto el plan divino se va manifestando gradualmente en el plano físico.

A medida que cada hijo de Dios conduce esa sustancia mental activa, de la cual es responsable, a una condición capaz de responder al pensamiento divino, entonces el plan de las edades será llevado a su fin. Nadie debe desesperarse por su aparente incompetencia o pequeñez, porque a cada uno se nos ha confiado una parte del plan, y debemos desempeñarla; sin nuestra colaboración se produce demora y confusión. A veces, cuando una ínfima parte de un gran mecanismo no funciona correctamente, provoca grandes dificultades. Con frecuencia, son necesarios muchos ajustes antes de que toda la máquina pueda marchar y realizar su trabajo con buen resultado, y en el reino de la colaboración humana se pueden presentar situaciones análogas.

La sustancia mental constantemente activa puede responder a la vibración inferior que emana del triple hombre inferior, y a los más elevados impulsos que surgen del alma, como intermediaria entre espíritu y materia. El alma es siempre consciente de esta condición; el hombre en el plano físico está ciego a ella, o recién despierta a esta doble posibilidad. La tarea del que aspira a la unión consiste en transferir gradualmente y poner acrecentadamente la sustancia mental bajo los impulsos superiores, alejándola de la vibración inferior, hasta convertir en una condición estable la respuesta a lo superior y que la actividad vibratoria del hombre inferior se desvanezca y desaparezca.

19. Debido a que la mente puede ser vista o conocida, resulta evidente que no es la fuente de iluminación.

Este aforismo y los dos siguientes nos dan un acercamiento típicamente oriental a un problema muy difícil, y este método de razonar no es fácil de ser captado par las mentes occidentales. En las seis escuelas de la filosofía hindú, todo el problema, relacionado con el origen de la creación y la naturaleza de la mente, es desmenuzado y discutido y tratado en forma tan completa, que prácticamente todas nuestras escuelas modernas se pueden considerar retoños o consecuencia lógica de las diversas conclusiones hindúes. La clave de la diversidad de opiniones sobre estos dos puntos quizás la encontremos en los seis tipos en que todos los seres humanos se clasifican, porque el séptimo sólo es la síntesis de todos ellos, siendo influyente y no excluyente.

En los aforismos de la yoga, la mente queda relegada a la posición de instrumento, de intermediario, de placa sensible, que registra lo que afluye a ella desde arriba o lo que la afecta desde abajo. Carece de personalidad propia; no tiene vida o luz que le pertenezca, excepto la inherente a toda sustancia y, por lo tanto, existente en los átomos que constituyen la sustancia mental. Estos últimos, hallándose en la misma línea evolutiva que el resto de la naturaleza inferior, acrecienta la oleada de fuerzas materiales que tratan de mantener prisionera al alma y constituyen la gran ilusión.

La mente, en consecuencia, puede ser conocida en dos sentidos: Primero, conocida, reconocida y vista por el pensador, el alma en su propio plano. Segundo, vista y conocida como vehículo del hombre en el plano físico. Durante largo tiempo, el hombre se ha convertido en aquello con lo cual se identifica, excluyendo al verdadero hombre espiritual, con el que es posible establecer contacto y a quien también se lo puede conocer y obedecer, una vez que la mente queda relegada al lugar que le corresponde como instrumento de conocimiento.

Una analogía del plano físico puede ayudarnos a comprender esto. El ojo es uno de nuestros principales órganos, por medio del cual adquirimos conocimiento, el medio por el cual vemos. Sin embargo, no cometemos el error de considerar al ojo como fuente de luz ni aquello que trae revelación. Lo conocemos como instrumento que responde a ciertas vibraciones de la luz, mediante lo cual transmite a nuestro cerebro, esa gran placa receptora del plano físico, cierta información acerca de este plano.

Para el alma, la mente actúa también como el ojo, o como una ventana mediante la cual llega información, pero en sí misma no es la fuente de luz ni de iluminación.

Resulta interesante observar aquí que cuando el cerebro y la mente se coordinaron (como ocurrió por primera vez en los días de Lemuria), simultáneamente se desarrolló el sentido de la vista A medida que la evolución avanza, tiene lugar una coordinación superior, pues el alma y la mente llegan a unificarse. Entonces el órgano de la visión sutil (el tercer ojo) empieza a actuar, y en vez de mente, cerebro y dos ojos, aparece otra triplicidad: alma, mente y tercer ojo. En consecuencia, el cerebro no es la fuente de iluminación, sino que llega a percibir la luz del alma y lo que ésta revela en su reino. Simultáneamente se desarrolla el tercer ojo, que revela a su poseedor los secretos de los reinos más sutiles de los tres mundos, de manera que el cerebro recibe iluminación, información y conocimiento desde dos direcciones: del alma, por conducto de la mente, y de los planos más sutiles de los tres mundos, por conducto del tercer ojo. Se ha de recordar aquí que el tercer ojo revela, principalmente, la luz que se encuentra en el corazón de todas las formas de manifestación divina.

20. Tampoco la mente puede conocer dos objetos simultáneamente, ella y lo que está fuera de ella.

Ninguna de las envolturas, por medio de las cuales el alma actúa, posee conocimiento de sí misma; son únicamente canales, a través de los cuales se obtiene conocimiento, y pasan las experiencias de la vida. La mente no se conoce a sí misma, porque ello supondría ser consciente de sí misma; por lo tanto, careciendo de conciencia individual no puede decir: "Esto soy yo, yo misma, y esto es externo a mí; en consecuencia el no-yo". Es simplemente otro sentido, por medio del cual obtenemos información y se nos revela un nuevo campo de conocimiento. No es más que un instrumento, como se dijo antes, capaz de una doble función: registrar contactos de una de las dos direcciones y transmitir tal conocimiento al cerebro desde el alma, o al alma desde el hombre inferior. Esto merece una reflexión: la tendencia de nuestro esfuerzo es llevar ese instrumento a una condición donde puede ser utilizado con el mayor provecho posible. Los tres últimos métodos de yoga tratan de lograrlo. Como ya se ha considerado anteriormente, no es necesario que lo ampliemos.


21. Si el conocimiento de la mente (chitta) es postulado por otra mente lejana, se inferirá que existe un número infinito de conocedores, y las consecutivas reacciones de la memoria tenderán a confundir grandemente.

Una de las explicaciones dadas respecto a las funciones de la mente se refiere a su capacidad de apartarse de sí misma y considerarse como algo separado, convirtiéndose así en confusas partes separadas, distanciadas unas de otras, que (cuando la idea es llevada a una conclusión lógica) conduce a una situación caótica. Todo esto proviene de la negativa de los pensadores ortodoxos, filósofos y mentalistas, a admitir la posible existencia de una entidad alejada y separada de la mente, que trata sólo de utilizarla como medio para adquirir conocimiento. El problema ha surgido, en gran parte, del hecho de que el pensador no puede ser conocido hasta que la mente se haya desarrollado; puede ser presentido y sentido por el místico y el devoto, pero no es posible su conocimiento (en el significado corriente del término) antes de que se desarrolle el instrumento del conocimiento, la mente. Aquí es donde el conocimiento oriental se introduce y aclara el trabajo tan maravillosamente realizado por la ciencia mental y la ciencia cristiana, que han hecho hincapié en la mente individual y en la universal, y nuestra deuda hacia ellos es grande. La naturaleza de la mente, su propósito, control, problemas y procesos son hoy temas de discusión general, lo cual no ocurría hace cien años. Pero, con todo ello, existe mucha confusión debido a nuestra tendencia moderna a deificar la mente y a considerarla único factor importante. La ciencia oriental viene en nuestra ayuda, y nos dice que detrás de la mente, está el pensador, detrás de la percepción, el perceptor, y detrás del objeto observado, el observador. Este pensador, perceptor y observador es el yo inmortal e imperecedero, el alma en contemplación.

22. Cuando la inteligencia espiritual, que permanece sola y libre de los objetos, se refleja en la sustancia mental, entonces se obtiene la percepción del yo.

Conocemos a la inteligencia espiritual, el hombre real, el Hijo de Dios, eterno en los Cielos, por muchos y variados nombres, según la escuela de pensamiento. La lista de sinónimos dada a continuación es de utilidad para el estudiante, porque le da una visión más amplia y una comprensión incluyente, revelándole el hecho de que los Hijos de Dios, revelados o no, se encuentran en todas partes.

La inteligencia espiritual ............... El Regente Interno .......... El Verbo hecho carne.

El alma .......................................... El segundo aspecto ......... El AUM.

La entidad autoconsciente ............. La segunda Persona ........ El Pensador.

El Cristo ........................................ Dios encarnado ................ El Observador, el Perceptor.

El Yo ............................................. El hijo de la mente .......... El Constructor de formas.

El Yo superior ............................... El Manasaputra divino .... La fuerza.

El Hijo de Dios ............................. El Agnishvattva .............. El Morador del cuerpo.


Éstos y otros muchos términos están diseminados en todas las Escrituras y literaturas del mundo. Sin embargo, en ningún otro libro como en el Bhagavad Gita se representa tan maravillosamente la naturaleza del alma, tanto macrocósmica (el Cristo cósmico) como microcósmica (el Cristo individual). Los tres libros: El Bhagavad Gita, El Nuevo Testamento y Los Aforismos de la Yoga, contienen un cuadro completo del alma y su desenvolvimiento.

23. Así la sustancia mental, reflejando al conocedor y lo conocible, deviene omnisciente.

Este aforismo es una especie de resumen; hace resaltar el hecho de que la mente, estando aquietada y pasiva durante la práctica de la concentración y la meditación, se convierte en el reflector "de lo que está arriba y de lo que está abajo". Es el transmisor del conocimiento del yo al cerebro físico del hombre en encarnación, y además el transmisor de todo lo que el yo conoce y percibe. Ve y conoce el campo de conocimiento. El Conocedor es también percibido y la "percepción de todos los objetos" llega a ser posible. Por lo tanto, es literalmente verdad que para el yogui nada hay oculto o desconocido. Obtiene información sobre todos los temas, porque posee un instrumento que puede utilizar para cerciorarse de lo que el alma sabe respecto al reino de Dios, el reino de la verdad espiritual. Puede entrar en comunicación con el alma e impartirle lo que el hombre conoce en encarnación física, de manera que el conocedor, el campo del conocimiento y el conocimiento mismo, entran en conjunción, siendo la mente el medio para ello.

Ésta es una gran etapa en el sendero de retorno; aunque a su debido tiempo la intuición reemplazará a la mente y la percepción espiritual directa tomará el lugar de la percepción mental, no obstante, esta etapa es avanzada e importante y abre la puerta para que la luz entre directamente. Nada debe ahora entorpecer el descenso de la fuerza y la sabiduría espiritual al cerebro, porque el entero triple hombre inferior ha sido purificado y dominado; los cuerpos físico, emocional y mental forman simplemente un canal para la luz divina y constituyen el vehículo por el cual la vida y el amor de Dios pueden manifestarse.

24. La sustancia mental, reflejando como lo hace, una infinidad de impresiones de la mente, se convierte en instrumento del yo y actúa como agente unificador.

Nada le queda por hacer al hombre espiritual en conexión con este yo inferior purificado, sino aprender a utilizar su instrumento, la mente, por medio de la cual los otros dos cuerpos son dirigidos, controlados y utilizados. Este instrumento ha sido descubierto, desarrollado y dominado, aplicando los ocho métodos de yoga, y ahora debe ser utilizado y aplicado en forma activa, de tres maneras:


1.Como vehículo para la vida del alma.
2.En servicio de la Jerarquía.
3.En colaboración con el plan de la evolución.


En el Libro I, Af. 41, hallamos estas palabras: "Aquel que ha controlado totalmente sus vrittis (modificaciones de la sustancia mental) llega a un estado de identificación y similitud con lo que ha conocido. El conocedor, el conocimiento y el campo del conocimiento se convierten en uno, así como el cristal toma los colores de lo que refleja." Esto nos da una idea de lo que ocurre al hombre que ha dominado su instrumento. Registra en su cerebro, por conducto de la mente, lo que es verdadero y real. Llega a darse cuenta de la naturaleza del ideal, y dedica todo su poder en concretar tal ideal objetivamente; percibe la visión del reino de Dios, tal como será en el futuro, y entrega todo cuanto tiene y es, a fin de que tal visión sea percibida por todos; conoce el plan, porque le ha sido revelado en el "lugar secreto en el Monte de Dios", y colabora inteligentemente con el plan en el plano físico. Oye la Voz del Silencio y obedece sus mandatos, trabajando constantemente en la tarea de vivir espiritualmente en un mundo consagrado a cosas materiales.

Todo es posible para el hombre que ha aquietado la versátil naturaleza síquica y ha dominado la soberana ciencia de Raja Yoga. En la literatura oculta de los adeptos, las siguientes estrofas compendian el estado del hombre que ha realizado; es amo no sirviente; conquistador, no esclavo:

"El quinto ha penetrado en la paz, sin embargo deambula por nuestra esfera. Lo que es denso y oscuro brilla ahora con luz clara y pura, y el resplandor fluye de los siete lotos sagrados. Ilumina al mundo e irradia en los lugares más profundos con fuego divino".
"Lo que hasta ahora ha permanecido desasosegado, indómito como el océano, agitado como mar tormentoso, yace quieto y tranquilo. Límpidas las aguas de la vida inferior, aptas para aplacar a los sedientos que a tientas claman por saciar su sed".
"Lo que ha matado y velado lo Real durante muchos y prolongados eones, es muerto y, con su muerte, termina la vida separada. Se ve al Uno. Se oye la Voz: Se conoce lo Real y se percibe la Visión. El fuego de Dios surge hacia arriba y se convierte en llama".
"El lugar más oscuro recibe luz. Amanece en la tierra. La fuente del día vierte desde las alturas sus brillantes rayos sobre el infierno mismo, y todo es luz y vida".

Entonces el yogui liberado, se halla ante una alternativa. Enfrenta un problema espiritual cuya naturaleza está descrita en el fragmento extraído de un antiguo catecismo esotérico:

"¿Qué ves ¡oh! liberado? Veo muchos que sufren, lloran y claman ayuda, Maestra".
"¿Qué harás, ¡oh! hombre de paz? Volveré al lugar de donde he venido".
"¿De dónde vienes tú, Peregrino divino? De lo más profundo de la oscuridad, de allí ascenderé a la luz".
"¿A dónde vas tú, ¡oh! Viajero en el camino ascendente? Vuelvo a las profundidades de la oscuridad, lejos de la luz del día".
"¿Para qué das este paso, ¡oh! Hijo de Dios? Para levantar a los que tropiezan en la oscuridad e iluminar sus pasos en el sendero".
"¿Cuándo termina el servicio, ¡oh! Salvador de hombres? Lo ignoro; sólo sé que mientras alguien sufra, me quedaré y serviré".


25. El estado de unidad aislada (absorbido en la verdadera naturaleza del yo) es la recompensa del hambre capaz de discriminar entre la sustancia mental y el yo, u hombre espiritual

El estado de unidad aislada no debe ser considerada como una reacción separatista, sino resultado de un estado mental particular.

Toda práctica de meditación, todo momento de reflexión, todo ejercicio de afirmación, toda hora de recogimiento de nuestra propia y verdadera naturaleza, son medios que empleamos para apartar la mente de las reacciones y tendencias inferiores y adquirir el hábito de reconocer constantemente la propia naturaleza divina. Una vez lograda esa comprensión, no son ya necesarios tales ejercicios y entramos en posesión de nuestra herencia. El aislamiento, a que se hace referencia, es la separación del yo del campo del conocimiento, e implica la negativa del yo a buscar experiencia sensoria externa, manteniéndose firme en el estado espiritual del ser.

El hombre llega a ser consciente de sí mismo como conocedor; ya no se interesa principalmente en el campo del conocimiento, como en las primeras etapas de su desenvolvimiento; tampoco se ocupa del conocimiento mismo, como lo hizo durante la etapa de desenvolvimiento mental, ya sea como hombre evolucionado o como discípulo. Puede discernir entre los tres; en adelante ya no se identifica ni con el campo del conocimiento -la vida de los tres mundos por medio de sus tres vehículos y los cinco sentidos, además de la mente-, ni con el conocimiento obtenido, ni con la experiencia sufrida. Conoce al yo. Se identifica con el verdadero conocedor; así ve las cosas tal cual son, disociándose totalmente del mundo de la percepción sensoria.

Sin embargo, hace esto mientras actúa en la tierra como ser humano. Participa de la experiencia terrena; se sumerge en las actividades humanas; camina entre los hombres; come, duerme, trabaja y vive. No obstante, todo el tiempo "está en el mundo, pero no es del mundo", de él se puede decir lo que se dijo del Cristo:

"Quien siendo a imagen de Dios, no consideró usurpación ser igual a Dios". _
"Pero no creó reputación para sí, sino que asumió la forma de sirviente y fue hecho a semejanza de los hombres".
"Y reducido a la condición de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, hasta morir en la cruz". (Fil. 2: 6, 7 y 8)

Se ha unificado con el alma de todos; pero separado y aislado de todo lo que concierne a la forma o naturaleza material. Los tres aforismos siguientes deben ser considerados como uno, pues proporcionan una imagen del crecimiento gradual de la naturaleza espiritual del hombre que ha alcanzado el estado de desapego discriminador y, por el total desapasionamiento, sabe lo que significa la "unidad aislada".

26. Entonces la mente tiende a la discriminación y al acrecentamiento de la iluminación, respecto a la verdadera naturaleza del Yo uno.

27. Sin embargo, por la fuerza del hábito, la mente reflejará otras impresiones mentales y percibirá los objetos de percepción sensoria.

28. Estos reflejos tienen el carácter de obstáculos, y el método para vencerlos es el mismo.

Una vez establecida la correcta tendencia y ritmo, sólo es cuestión de una constante perseverancia, sentido común y resistencia. A no ser que se ejerza la máxima vigilancia, los antiguos hábitos mentales se reafirmarán muy fácilmente, y por lo tanto hasta la última iniciación el aspirante debe "vigilar y orar".

Las reglas que rigen el triunfo, las prácticas que traen el éxito, son las mismas tanto para el luchador experto avanzado y el iniciado, como para el neófito más humilde. En el Libro Segundo se exponen detalladamente los métodos por los cuales se pueden vencer y neutralizar los inconvenientes y obstáculos. Estos métodos y modos de vida disciplinada deben aplicarse inflexiblemente desde el momento de entrar en el sendero de probación, hasta experimentar la última gran iniciación, y el hombre liberado surge a la plena luz del día. Esto implica paciencia, capacidad de continuar después del fracaso, de perseverar, aunque el éxito esté aún muy lejano. Esto lo sabía bien el gran iniciado Pablo, de allí su recomendación a los discípulos que trató de ayudar: "Manteneos firmes... y habiendo hecho todo, manteneos firmes". Santiago nos da la misma idea cuando dice: "Mirad, consideramos felices a quienes resisten".

Seguir adelante cuando se ha llegado al agotamiento; dar otro paso, cuando toda la fuerza parece haberse perdido; mantenerse firme, cuando parece no haber más que derrota por delante; la decisión de resistir lo que venga, cuando la resistencia parece haber llegado a su límite, es lo que caracteriza a los discípulos de todos los grados. Para ellos es la clarinada de San Pablo:

"Manteneos firmes; ceñid vuestros lomos con la verdad y vestíos con la coraza de la justicia".
“Y calzad vuestros pies con la preparación del evangelio de la paz".
"Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con el que podréis apagar todos los dardos de fuego de los malvados".
"Y tomad el yelmo de la salvación y la palabra del espíritu, que es la palabra de Dios". (Ef. 6: 14, 15, 16 y 17)

También resuena el igualmente claro mandato de Krishna a Arjuna:

“Habiendo considerado tu deber, no vaciles, porque nada hay mejor para un guerrero que pelear por una causa justa. Y tal batalla ha venido a ti por su propia cuenta; la misma puerta del cielo se abrirá; felices los guerreros... que encuentran lucha como ésta... Por consiguiente, levántate decidido a pelear. Siendo iguales para ti la buena y la mala fortuna, la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota, dispónte a combatir". (Gita, II: 31, 32, 37 y 38)

29. El hombre que cultiva el desapego, hasta en su aspiración por iluminación y unidad aislada, oportunamente llega a ser consciente, mediante la práctica de la discriminación, de la influyente nube de conocimiento espiritual.

Resulta difícil para el neófito ser impersonal, cuando se trata de su propio desenvolvimiento espiritual. Sin embargo, la misma ansiedad de su aspiración puede servir como obstáculo; una de las primeras cosas que debe aprender es seguir por el sendero, ajustándose a las reglas, haciendo las prácticas, empleando los medios y cumpliendo constantemente la ley, y al mismo tiempo ocuparse de la visión y del servicio y no de sí mismo. Es muy fácil ser víctima de elevados deseos y preocuparse tan intensamente de las reacciones y emociones, que las redes de la versátil naturaleza síquica vuelven rápidamente a atrapar al aspirante hombre inferior. Debe desprenderse de todo tipo de percepción sensoria superior e inferior.

La mayoría de las personas que pasan del sendero del sentimiento y del acercamiento devocional del corazón (línea mística) al del control intelectual -el acercamiento por medio de la cabeza, el método ocultista- se quejan de que ya en la meditación no experimentan los momentos de gozo y beatitud anteriores. El sistema les parece árido, frío y poco satisfactorio. Pero el gozo y la paz son impresiones de la naturaleza emocional y de ninguna manera afectan a la realidad. No tiene importancia, desde el punto de vista del alma, que su reflejo, el hombre encarnado, sea feliz o no, sienta beatitud o tristeza, esté contento o angustiado. Sólo una cosa es importante: establecer contacto con el alma. alcanzar la unión (consciente e inteligente) con el UNO. Esta unión puede efectuarse en la conciencia del plano físico Y manifestarse como sentimiento de paz y gozo. Pero debe manifestarse en creciente capacidad para servir a la raza y servirla más eficazmente. Los sentimientos del discípulo son de poca importancia, lo que vale es su comprensión y utilidad como canal para la fuerza espiritual; Se debe recordar que en el sendero no cuentan las virtudes ni los vicios (excepto en la medida que evadimos los pares de opuestos). Lo único que cuenta es lo que nos impele a seguir adelante en ese sendero que "brilla cada vez más hasta que el día sea con nosotros".

Cuando el hombre pueda apartar sus ojos de todo lo que concierne a lo físico, emocional y mental, y elevarlos y dirigirlos lejos de sí mismo, será consciente de "la influyente nube de conocimiento espiritual” o de la nube de cosas cognoscibles”, según ha sido traducido.

Esto, esotérica y simbólicamente, indica que ante el iniciado (avanzado como está) hay un progreso aún mayor y otro velo que penetrar. Ha llegado a la gran unificación, pues ha unificado alma y cuerpo. Se encuentra (con respecto a los tres mundos) en la etapa llamada "unidad aislada", pero es posible otra unión más, la del alma con el espíritu. El Maestro debe convertirse en Cristo; para ello debe alcanzar la nube de conocimiento espiritual, penetrarla y utilizarla. Resultará inútil tratar de considerar lo que está al otro lado del velo que oculta al Padre. Según El Nuevo Testamento, cuando el Padre se comunicó con Cristo, la voz procedió de una nube. (Véase Mt. 17).

30. Cuando se alcanza esta etapa, se superan los obstáculos y el karma.

Los dos versículos que acabamos de estudiar han llevado al aspirante de la etapa del adepto a la del Cristo.

Todo lo que ha entorpecido, ocultado o impedido la plena expresión de la Vida divina, ha sido superado, todas las barreras fueron derribadas y los obstáculos eliminados. La rueda de los renacimientos ha servido su finalidad, y la unidad espiritual, que entró en la forma, llevando consigo poderes potenciales y posibilidades latentes, los ha desarrollado en toda su plenitud, abriendo totalmente la flor del alma. La ley de causa y efecto, tal como actúa en los tres mundos, ya no rige al alma liberada; el karma individual se ha agotado; aunque puede estar aún sujeto al karma grupal (planetario o solar), nada tiene que agotar ni inicia nada que pueda servir para atarlo a los tres mundos con las cadenas del deseo. Su estado está resumido en el aforismo siguiente:

31. Cuando se han eliminado los obstáculos y purificado las envolturas, se dispone de todo el conocimiento, entonces nada le queda al hombre por hacer.

Se ha realizado el doble trabajo. Los obstáculos, resultantes de la ignorancia, de la ceguera, del medio ambiente y de la actividad, fueron eliminados. La tosquedad de las envolturas ha sido corregida y debido a ello, y mediante la aplicación de los métodos de yoga, todo conocimiento está disponible. El yogui se da cuenta ahora de su omnipresencia esencial y que su alma es una con todas las almas, por lo tanto forma parte de la unidad esencial, la vida omnipenetrante, del inmutable e ilimitado principio, la causa de toda manifestación. Es también omnisciente porque todo el conocimiento le pertenece y las avenidas del conocimiento están abiertas para él. Se ha liberado del campo del conocimiento, no obstante, puede actuar en él, utilizar los instrumentos del conocimiento y comprobar todo cuanto quiera conocer, pero él mismo está centrado en la conciencia del conocedor. Ni el espacio ni el tiempo lo pueden retener, ni la forma material puede aprisionarlo; llega para él la gran consumación, expresada por Patanjali en los tres aforismos finales.

32. Las modificaciones de la sustancia mental (o cualidades de la materia), mediante la naturaleza inherente a los tres gunas, llegan a su fin, pues han cumplido ya su propósito

33. El tiempo, secuencia de las modificaciones de la mente, también llega a su término, cediendo su lagar al Eterno Ahora.

34. El estado de "unidad aislada" es posible cuando las tres cualidades de la materia (los tres gunas o potencias de la naturaleza) ya no aferran al yo. La conciencia espiritual pura se retrotrae en el Uno.

 

 

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