TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO

ALGUNOS EXTRACTOS DE LAS 1.000 PÁGINAS QUE COMPONEN EL TRATADO

ALICE ANN BAILEY

MAESTRO TIBETANO (DJWHAL KHUL)

 

 

 

Detalle del óleo titulado Espacio Vacío de la escritora

y pintora mística chilena

M. Eliana Aguilera Hormazábal

 

 

POSTULADOS DE INTRODUCCIÓN



La enseñanza que se imparte en este libro titulado Tratado sobre Fuego Cósmico, podría formularse en los términos que se dan a continuación. Sus postulados son, sencillamente, una ampliación de los tres fundamentos contenidos en el Proemio del Tomo I, de La Doctrina Secreta de H. P. Blavatsky.(D.S.I, 79-81) Se recomienda estudiarlos detenidamente a fin de comprender con mayor facilidad este tratado.

I Existe un solo Principio Inmutable e Ilimitado; una sola Realidad Absoluta precediendo a todo Ser manifestado y condicionado. Está más allá del conocimiento y alcance de todo pensamiento y expresión humanos.

El Universo manifestado se halla contenido en esta Realidad Absoluta y es el símbolo que la condiciona. La totalidad de este Universo manifestado comprende tres aspectos:

1. El Primer Logos Cósmico, impersonal e inmanifestado, el precursor de lo Manifestado.
2. El Segundo Logos Cósmico, Espíritu-Materia, Vida, el Espíritu del Universo.
3. El Tercer Logos Cósmico, Ideación Cósmica, el Alma Universal del Mundo.


De estos principios creadores fundamentales surgen correlativamente, en sucesivas graduaciones, innumerables universos que encierran incontables estrellas y sistemas solares en manifestación.

Cada sistema solar es la manifestación de la energía y de la vida de una gran Existencia cósmica a quien denominamos, a falta de mejor término, Logos solar.
Este Logos solar encarna, o viene a la manifestación, a través de un sistema solar.
Este sistema solar constituye el cuerpo o la forma de esa Vida cósmica, y es en sí triple.
Este triple sistema solar puede describirse en términos de tres aspectos, o (según lo denomina la teología cristiana) de tres personas.

FUEGO ELÉCTRICO O ESPÍRITU

1ra. Persona

Padre

Vida

Voluntad

Propósito

Energía positiva.


FUEGO SOLAR O ALMA

2da Persona

Hijo

Conciencia

Amor-sabiduría

Energía equilibrada.


FUEGO POR FRICCIÓN O CUERPO O MATERIA

3ra. Persona

Espíritu Santo

Forma

Inteligencia activa

Energía negativa



Cada uno de estos tres se manifiestan también en forma triple, totalizando

a. las nueve Potestades o Emanaciones,

b. los nueve Sephiroth,

c. las nueve causas de la Iniciación.


Estos, conjuntamente con toda la manifestación, el Todo, producen el diez (10) de la manifestación perfecta, o sea el HOMBRE perfecto.

Estos tres aspectos del Todo se hallan presentes en todas las formas.

  1. El sistema solar es triple; se manifiesta a través de los tres aspectos ya mencionados.
  2. Un ser humano es también triple, manifestándose como Espíritu, Alma y Cuerpo, o Mónada, Ego y Personalidad.
  3. El átomo del científico es análogamente triple, compuesto de un núcleo positivo, electrones negativos y toda la manifestación externa, resultado de la relación existente entre los dos primeros.

Los tres aspectos de cada forma se interrelacionan; son susceptibles de interacción porque

a. la energía se halla en movimiento y circula;

b. todas las formas del sistema solar forman parte del Todo, y no son unidades aisladas, y

c. ésta es la base de la fraternidad, de la comunión de los santos y de la astrología.

Los tres aspectos de Dios, el Logos solar y la Energía o Fuerza central (términos sinónimos en sentido oculto) se manifiestan por medio de los siete centros de fuerza -tres centros mayores y cuatro menores. Estos siete centros de Fuerza logoica están constituidos de tal manera que forman Entidades colectivas, conocidas como:

a. Los siete Logos planetarios.

b. Los siete Espíritus ante el Trono.

c. Los siete Rayos.

d. Los siete Hombres celestiales.

Los siete Logos incorporan siete tipos de fuerza diferenciada y en este tratado se les considerará como los Señores de Rayo. Los nombres de los Rayos son:

1er. Rayo

Rayo de Voluntad o Poder

1er. Aspecto

2do. Rayo

Rayo de Amor-Sabiduría

2do. Aspecto

3er. Rayo

Rayo de Inteligencia Activa

3er. Aspecto


Éstos son los Rayos mayores
4to. Rayo        Rayo de Armonía, Belleza y Arte.
5to. Rayo        Rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia.
6to. Rayo        Rayo de Devoción o Idealismo Abstracto.
7mo. Rayo      Rayo de Magia Ceremonial u Orden.

II Existe una ley básica denominada Ley de Periodicidad.

1. Esta ley rige toda la manifestación, ya sea la de un Logos solar, por intermedio de un sistema solar, o la de un ser humano por medio de una forma humana. Esta ley controla similarmente a todos los reinos de la naturaleza.

2. Existen otras leyes en el sistema que están vinculadas con ésta; algunas de ellas son las siguientes:

a.  La Ley de Economía .. rige a la materia, el tercer aspecto.

b.  La Ley de Atracción ...rige al alma, el segundo aspecto.

c.  La Ley de Síntesis.......rige al espíritu, el primer aspecto.

3. Estas tres son leyes cósmicas. Hay siete leyes que rigen la manifestación de nuestro Logos solar.

a.  La Ley de Vibración.

b.  La Ley de Cohesión.

c.  La Ley de Desintegración.

d.  La Ley del Control Magnético.

e.  La Ley de Fijación.

f.    La Ley del Amor.

g.  La Ley del Sacrificio y de la Muerte.

4.Cada una de estas Leyes se manifiesta particularmente en cualquiera de los siete planos del sistema solar.

5. Cada ley entra en vigencia periódicamente y cada plano tiene su período de manifestación y de oscuración.

6. Cada vida manifestada tiene tres grandes ciclos:

Nacimiento

vida

muerte

Apariencia

crecimiento

desaparición

Involución

evolución

oscuración.

Movimiento inerte

actividad

movimiento rítmico

Vida tamásica

vida rajásica

vida sáttvica

7. Conocer los ciclos significa tener conocimiento del número, del sonido y del color.

8. El pleno conocimiento del misterio de los ciclos lo posee únicamente el adepto perfecto.

III Todas las almas son iguales a la Super-Alma.

  1. El Logos del sistema solar es el Macrocosmos. El hombre es el microcosmos.
  2. El alma es un aspecto de todas las formas de vida desde un Logos hasta un átomo.
  3. La relación que existe entre todas las almas con la Super-Alma es la base científica de la creencia en la Fraternidad. Fraternidad es una realidad de la naturaleza, no un ideal.
  4. La Ley de Correspondencia explica los detalles de esta relación. Esta Ley de Correspondencia o de Analogía interpreta el sistema y explica al hombre la existencia de Dios.
  5. Así como Dios es el Macrocosmos para todos los reinos de la naturaleza, así también el hombre es el macrocosmos para todos los reinos subhumanos.
  6. La meta para la evolución del átomo es la autoconciencia, tal como se demuestra en el reino humano. La meta para la evolución del hombre es la conciencia grupal, así como lo manifiesta un Logos planetario. La meta para el Logos planetario es la conciencia de Dios, tal como lo expresa el Logos solar.
  7. El Logos solar es la suma total de todos los estados de conciencia dentro del sistema solar.

Estanzas de Dzyan.

PRIMERA PARTE.

Consideraciones Preliminares.

I. FUEGO EN EL MACROCOSMOS.

II. FUEGO EN EL MICROCOSMOS.

III. FUEGO EN LA MANIFESTACIÓN.

SECCIÓN A. Los Fuegos Internos de las Envolturas-

I. Los tres canales.

II Los elementales del fuego y los devas.

Fuego por Fricción

Fuego por fricción o fuego interno vitalizador. Este fuego anima y vitaliza el sistema solar objetivo. Es la suma total del kundalini logoico, cuando está totalmente activo en el sistema.

SECCIÓN B. El Rayo de la Personalidad y su relación con el Primer Fuego.

I El trabajo de los tres rayos.

II El rayo de la personalidad y los átomos permanentes.

III El rayo de la personalidad y la ley del karma.

Cada cuerpo o forma en que el Espíritu funciona, tiene, como punto focal en cada plano, un átomo compuesto de materia del subplano atómico de cada plano. Este átomo sirve de núcleo para distribuir fuerza, conservar las facultades, asimilar la experiencia y preservar la memoria.

SECCIÓN C. El Cuerpo Etérico y el Prana.

I. La naturaleza del cuerpo etérico.

1. Su propósito y descripción.

2. Ocho enunciados.

El cuerpo etérico es el molde del cuerpo físico.

El cuerpo etérico es el arquetipo, de acuerdo al cual se construye la forma física densa; ya se trate de la forma de un sistema solar o de un cuerpo humano en cualquier encarnación.

El cuerpo etérico es una trama o red de finos canales entrelazados, formados de materia de los cuatro éteres y construido en forma específica.

     
     
     
     
   
     
     
     
   
     

PRIMERA PARTE

SECCIÓN C

EL CUERPO ETÉRICO Y EL PRANA( )


I. La naturaleza del cuerpo etérico.
1. Su propósito y descripción.
2. Ocho enunciados.

II. La naturaleza del prana.
1. Prana solar.
2. Prana planetario.
3. Prana de las formas.

III. La función del cuerpo etérico.
1. Receptor de prana.
2. Asimilador de prana.
3. Transmisor de prana.
4. Desórdenes del cuerpo etérico.

IV. Éteres macrocósmicos y microcósmicos.
1. El Logos planetario y los éteres.
2. Éteres del cosmos y del sistema.
3. Propósito protector del cuerpo etérico.

V. La muerte y el cuerpo etérico.
1. La muerte microcósmica.
2. El pralaya macrocósmico.

I. LA NATURALEZA DEL CUERPO ETERICO

Al estudiar los fuegos internos del sistema hallaremos cosas de gran interés para la venidera generación de pensadores, que podrían enumerarse de la manera siguiente:

1. Su Propósito y Descripción

Primero. Si los científicos y médicos estudiaran el cuerpo etérico, hallarían y llegarían a comprender más plenamente las leyes de la materia y de la salud. La palabra salud se ha empleado hasta ahora en forma demasiado limitada, y su significado ha sido aplicado a la sanidad del cuerpo físico, a la acción colaboradora de los átomos del cuerpo físico del hombre y a la plena expresión de los poderes del elemental físico. En el futuro, nos daremos cuenta de que la salud del hombre depende de la salud de las otras evoluciones afines, de la acción colaboradora y de la plena expresión de la materia del planeta y del elemental planetario, el cual constituye en sí mismo, la manifestación conjunta de todos los elementales físicos de la naturaleza manifestada.

Segundo. El estudio del cuerpo etérico y del prana revelará los efectos de ciertos rayos del sol, a los cuales, por falta de una expresión más adecuada, denominaremos “emanaciones pránicas solares”. Estas emanaciones son efecto del calor central del sol, cuando se acerca a otros cuerpos del sistema solar por uno de los tres canales principales de contacto, produciendo, en los cuerpos sobre los que ha hecho contacto, ciertos efectos diferentes a los producidos por otras emanaciones. Dichos efectos podrían considerarse estimulantes y constructivos y, por su cualidad esencial, producen condiciones que activan el crecimiento de la materia celular; su adaptación concierne a las condiciones ambientales y, similarmente, a la salud interna (que se manifiesta como calor en el átomo y su consiguiente actividad) y a la evolución uniforme de la forma, de la cual ese átomo particular de materia es parte constitutiva. Las emanaciones de prana ayudan poco en la construcción de formas porque eso no le corresponde, pero conservan la forma preservando la salud de sus partes componentes. Otros rayos del sol actúan de manera distinta sobre las formas y su sustancia. Algunos de esos rayos actúan como Destructores de la forma, otros realizan el trabajo de cohesión y atracción. La tarea del Destructor y del Preservador se efectúa bajo la Ley de Atracción y Repulsión. Algunos rayos del sol aceleran el movimiento, otros lo retardan. Los rayos que ahora tratamos, “las emanaciones pránicas solares”, actúan dentro de los cuatro éteres: esa materia que, aunque física, no es aún visible objetivamente para el ojo humano. Dichas emanaciones constituyen la base de toda vida en el plano físico, considerada únicamente en relación con la vida de los átomos de materia del plano físico, su calor inherente y su movimiento giratorio. Estas emanaciones son la base del “fuego por fricción” que se manifiesta en la actividad de la materia.

Finalmente, por el estudio del cuerpo etérico y del prana llegaremos a comprender el método de la manifestación logoica, lo cual será de gran interés para los metafísicos y los pensadores abstractos. El cuerpo etérico del hombre oculta el secreto de su objetividad. Tiene su analogía en el plano arquetípico, denominado el plano de manifestación divina, el primer plano de nuestro sistema solar o Adi. La materia de este plano tan elevado, a menudo se la denomina “mar de fuego” y es la raíz del akasha, término aplicado a la sustancia del segundo plano de manifestación. Delinearemos esta analogía más detalladamente, pues su exacta captación traerá gran iluminación a la vez que muchas cosas que servirán para dilucidar problemas - macro y microcósmicos. Comenzaremos con el hombre y su cuerpo etérico.

Se ha descrito el cuerpo etérico como una red impregnada de fuego, o una trama animada por una luz dorada. En la Biblia se lo denominan “cuenco dorado”. Está compuesto de esa materia del plano físico que llamamos etérica y adquiere esa apariencia porque las finas hebras de esta materia se entrelazan y los Constructores menores las convierten en la forma o molde, de acuerdo al cual se moldeará el cuerpo físico denso. Bajo la Ley de Atracción la materia densa del plano físico se adhiere a esta forma vitalizada, y gradualmente se va conformando a su alrededor y dentro de sí misma, hasta que la interpenetración es tan completa que ambas constituyen una sola unidad; las emanaciones pránicas del cuerpo etérico actúan sobre el físico denso, de la misma manera que las emanaciones pránicas solares actúan sobre el cuerpo etérico. Existe un vasto sistema de transmisión y de interdependencia dentro del sistema. Todos reciben para dar y ayudar a lo inferior o poco evolucionado. Este proceso puede observarse en todos los planos.

De esta manera el cuerpo etérico constituye el plano arquetípico, en relación con el cuerpo físico denso. El Pensador en su propio plano, se encuentra, con respecto al físico, en la misma relación en que el Logos se encuentra respecto a Su sistema. En forma sintética puede expresarse así: “El Pensador en el plano astral, el plano del deseo y de la necesidad, se encuentra respecto al cuerpo físico en la misma relación que el Logos del plano astral cósmico se encuentra en relación con Su sistema.”

A medida que avancemos en nuestro estudio, iremos observando las analogías en el cosmos, en el sistema y en los tres mundos, pues debemos tener presente que la analogía ha de ser perfecta.

1. El Hombre, el Microcosmos, la Mónada en manifestación, el Uno.

2. El Hombre celestial, el Logos planetario, el grupo manifestado.

3. El gran Hombre de los Cielos, el Macrocosmos, el Logos solar, la manifestación de todos los grupos y evoluciones dentro de Su cuerpo, el sistema solar.

Todos estos cuerpos -hombre, Logos planetario y Logos solar- son producto del deseo originado en los respectivos planos de la mente abstracta, ya sea la mente cósmica, del sistema o de los tres mundos, o deseo-mente cósmica, deseo-mente humana, y todos sus cuerpos son “Hijos de la necesidad”, como tan adecuadamente lo expresa H. P. B. ( )

 

 

 

 

 

 

2. Ocho Enunciados.

Nos ocuparemos del cuerpo etérico de todas las cosas, de su vivificación por el prana (cósmico, solar, planetario y humano), de los órganos de recepción y de la fuente de las emanaciones. Para mayor claridad podrían formularse ciertos enunciados sobre el cuerpo etérico, enumerados de la manera siguiente:

Primero: El cuerpo etérico es el molde del cuerpo físico. D. S. I, 100.

Segundo: El cuerpo etérico es el arquetipo, de acuerdo al cual se construye la forma física densa; ya se trate de la forma de un sistema solar o de un cuerpo humano en cualquier encarnación.

Tercero: El cuerpo etérico es una trama o red de finos canales entrelazados, formados de materia de los cuatro éteres y construido en forma específica. Constituye el punto focal para ciertas emanaciones que irradian y vivifican, estimulan y producen la acción giratoria de la materia.

Cuarto: Estas emanaciones pránicas una vez enfocadas y recibidas reaccionan sobre la materia densa, construida sobre el armazón y la estructura etéricos.

Quinto: Esta trama etérica constituye, durante la encarnación, una barrera entre el plano físico y el astral; barrera que sólo puede trascenderse cuando la conciencia está suficientemente desarrollada como para poder evadirse. Esto se observa en el micro y en el macrocosmos. Una vez que el hombre, por medio de la concentración y la meditación, expande su conciencia hasta cierto grado, puede abarcar los planos más sutiles e ir más allá de los límites de la trama divisoria.

 

 

 

 

SUBPLANOS FÍSICOS PLANOS DEL SISTEMA SOLAR

1. Primer éter. Plano atómico Adi. Divino. Mar de fuego. Primer éter cósmico.
2. Segundo éter. Subatómico Anupadaka. Plano monádico. Akasha. Segundo éter cósmico.
3. Tercer éter. Superetérico Átmico. Plano espiritual. Éter. Tercer éter cósmico.
4. Cuarto éter. Supergaseoso Búdico. Plano intuicional. Aire. Cuarto éter cósmico.

 

 

 

 

 

FÍSICO DENSO PLANOS DE LA HUMANIDAD

5. Gaseoso. Subetérico Mental. Fuego. Cósmico gaseoso.
6. Líquido. Astral. Plano emocional. Agua. Cósmico líquido.
7. Terrenal. Denso Físico. Tierra. Cósmico denso.

Una vez que el Logos expande Su conciencia en los niveles cósmicos puede trascender la trama etérica logoica e ir más allá del “círculo no se pasa” de Su manifestación objetiva. Al reflexionar sobre esta analogía debemos tener muy en cuenta que los siete planos mayores de nuestro sistema solar son los siete subplanos del físico cósmico o el plano cósmico más inferior.

Podemos observar aquí la exactitud de la analogía respecto a la materia e igualmente la exactitud de la analogía respecto a la irradiación.

Sexto: En cada uno de los tres cuerpos: humano, planetario y del sistema o logoico, se encuentra un gran órgano dentro del organismo que actúa como receptor de prana. Dicho órgano tiene su manifestación etérica y su analogía en el físico denso.

En el sistema, el órgano del prana cósmico, fuerza que vitaliza la materia, es el Sol central, receptor directo y distribuidor de la radiación cósmica. Ésta es una de las triples divisiones del Rayo Primordial de inteligencia activa. Cada uno de los Rayos cósmicos es triple en esencia, hecho que a menudo se pasa por alto, aunque lógicamente se evidencia; cada Rayo es el vehículo de un Ente cósmico y toda existencia es necesariamente triple en manifestación. El Sol central contiene dentro de su periferia un centro de recepción y una superficie irradiante.

En el planeta, también hay un órgano receptor similar en su cuerpo etérico, cuya ubicación no se puede revelar exotéricamente. Se relaciona con la ubicación de los dos polos, norte y sur; siendo el centro alrededor del cual gira el globo terráqueo y el origen de la leyenda de que existe dentro de la esfera de influencia polar una fértil tierra central. La tierra mítica de extraordinaria fertilidad, de abundante vegetación y de exuberante crecimiento vegetal, animal y humano, lógicamente se halla en el lugar donde se recibe el prana. Constituye el esotérico Jardín del Edén, la tierra de perfección física. La radiación de la superficie, una vez distribuida, se manifiesta como prana planetario.

En el hombre, el órgano de recepción es el bazo, mediante su contraparte etérica. Después de distribuirse por todo el cuerpo, por mediación de la red etérica, se irradia sobre la superficie como aura de salud.

Séptimo: De esta manera se observará claramente la semejanza en los tres cuerpos y puede comprobarse fácilmente su perfecta analogía:

PRANA DEL SISTEMA SOLAR

EL SISTEMA SOLAR

Entidad manifestante El Logos solar.
Cuerpo de manifestación El sistema solar.
Centro receptor El polo del Sol central.
Irradiación o emanación en la superficie El prana solar.
Movimiento producido La rotación del sistema.
Efecto distribuyente La irradiación etérica solar (sentida cósmicamente).


EL PLANETA

Entidad manifestante Un Logos Planetario
Cuerpo de manifestación Un planeta
Centro receptor El polo planetario
Irradiación o emanación en la superficie La prana planetario
Movimiento producido La rotación planetaria
Efecto distribuyente La irradiación etérica planetaria (sentida dentro del sistema)

 

 

 

 

 

 

EL SER HUMANO

Entidad manifestante El Pensador, un Dhyan Choan
Cuerpo de manifestación El cuerpo físico
Centro receptor El bazo
Irradiación o emanación en la superficie El aura de salud
Movimiento producido La rotación atómica
Efecto distribuyente La irradiación etérica humana (sentida en el medio ambiente)

 

 

EL ATOMO DE MATERIA

Entidad manifestante Una vida elemental
Cuerpo de manifestación La esfera atómica
Centro receptor El polo de átomo
Irradiación o emanación en la superficie La contribución del átomo a la unidad del aura de salud del cuerpo
Movimiento producido La rotación atómica
Efecto distribuyente La irradiación etérica atómica (sentida dentro de la forma física)

Octavo: Cuando desaparece la “voluntad de vivir”, entonces los “Hijos de la necesidad” dejan de manifestarse objetivamente. Como es natural ello es inevitable, y puede observarse en todos los casos en que existe un ente objetivado. Cuando el Pensador en su propio plano aparta su atención del pequeño sistema, en los tres mundos, y repliega dentro de sí todas sus fuerzas, su existencia en el plano físico termina, y todo vuelve a la conciencia causal; esto constituye tanto una abstracción del Pensador en los tres mundos, como del Absoluto en el triple sistema solar del Logos. Ello se manifiesta en el plano físico cuando se retira por la parte superior de la cabeza el radiante cuerpo etérico, teniendo lugar la consiguiente desintegración del físico. La estructura desaparece y la forma física densa se desintegra, la vida pránica es extraída totalmente de la envoltura densa, dejando de estimular los fuegos de la materia. Permanece el fuego latente en el átomo, al que es inherente, pero la forma se construye por la acción de los dos fuegos de la materia -uno activo y latente, otro irradiante e innato-, ayudado. por el fuego del segundo Logos; cuando se separan, la forma se desintegra. Esta es una representación en miniatura de la dualidad esencial que existe en todas las cosas sobre las cuales actúa Fohat.

Existe una íntima relación, en conexión con el cuerpo etérico, entre el bazo y la parte superior de la cabeza. El órgano del bazo tiene una interesante analogía con el cordón umbilical, que une al niño con la madre a fin de ser nutrido, el cual se corta al nacer. Cuando un hombre comienza a vivir conscientemente su propia vida de deseo, y nace en ese nuevo mundo donde se vive en forma más sutil, el cordón entrelazado de materia etérica (que lo ha unido a su cuerpo físico) se corta; el “cordón plateado se desata” y el hombre rompe su vínculo con el cuerpo físico denso, retirándose por el centro superior del cuerpo en vez de hacerlo por el inferior; pasa así a vivir en un mundo superior y en otra dimensión. Así ocurre con los cuerpos y envolturas del microcosmos, pues la analogía existe en todos los planos de la manifestación. Cuando se alcance un conocimiento más científico se verá que el mismo procedimiento, en mayor escala, tiene lugar en la manifestación planetaria. Un planeta sólo es el cuerpo de un Logos planetario, siendo etérico este cuerpo, y el Logos se expresa a través de él y construye sobre la estructura etérica un vehículo de manifestación. La LUNA fue en un tiempo el cuerpo de expresión de un Logos; la Tierra lo es ahora, pues los ciclos cambian constantemente. El centro por donde se retira el cuerpo etérico se encuentra análogamente en un planeta físico, y el cordón plateado planetario se corta en el momento señalado; pero el momento y los ciclos, su comienzo y terminación se hallan ocultos en los misterios de la Iniciación y no nos conciernen.

En el sistema solar ocurrirá lo mismo al término de un Mahamanvantara. El Logos se recogerá en Sí Mismo, abstrayendo Sus tres principios mayores.( ) Su cuerpo de manifestación -el Sol y los siete Planetas sagrados que existen en materia etérica- se retirarán de la objetividad y quedará oscurecido. Desde el punto de vista físico podemos decir que la luz se apagará en el sistema. A esto le seguirá una gradual inhalación hasta que el Logos haya recogido todo en Sí Mismo; el etérico cesará de existir y la trama habrá desaparecido. Se logrará plena conciencia, y en el momento de la realización cesará la existencia o la manifestación de la entidad. Todo será reabsorbido en el Absoluto; entonces llegará el pralaya, ( ) o el cielo cósmico de descanso, y ya no se oirá la Voz del Silencio. La reverberación de la PALABRA se apagará y el “Silencio de las Alturas” reinará supremo.

 

 

 

II. LA NATURALEZA DEL PRANA

Cuando nos ocupamos del cuerpo etérico y sus funciones, como asimilador y distribuidor de prana, lo hemos hecho desde el punto de vista del lugar que ocupa en el esquema de las cosas. Consideramos el tema desde el punto de vista de las analogías, indicando dónde se hallan en el sistema, en el planeta y en el hombre.

Hemos visto que constituye el fundamento de la forma física y que es, en sí mismo, el vínculo más importante entre:

a. El hombre físico y el plano emocional o astral.
b. El Hombre planetario y la cualidad emocional, esencial.
c. El Logos, el gran Hombre celestial, y el plano astral cósmico.

Podemos ahora limitar el tema a la consideración del cuerpo etérico del ser humano, sin tocar las analogías del sistema o cósmicas; aunque quizás sería conveniente recordar que el estudiante inteligente obtiene la sabiduría por la línea interpretativa; quien se conoce a sí mismo (como manifestación objetiva, cualidad esencial y desarrollo comprensivo), conoce también al Señor de su Rayo y al Logos de su sistema. Por lo tanto sólo es cuestión de aplicación, expansión consciente e interpretación inteligente; además debe abstenerse sensatamente de hacer afirmaciones dogmáticas, y ha de reconocer que la analogía se encuentra en la cualidad y en el método empleado más que en ajustarse estrictamente a una acción específica en un determinado momento de la evolución.

El material de estudio que es posible dar aquí, si se reflexiona detenidamente, puede inducir a llevar una vida práctica más inteligente, empleando el término “vivir” en su sentido esotérico. Estudiando dicho material en forma científica, filosófica y religiosa puede conducir también a desarrollar los objetivos del proceso evolutivo en el ciclo menor inmediato. Por eso nuestro objetivo consiste en hacer más real el cuerpo secundario del hombre y en exponer algunas de sus funciones y la forma en que podrá ser puesto oportuna y conscientemente al alcance de la comprensión mental.

La ciencia, como bien sabemos, está llegando rápidamente a la etapa en que se verá obligada a admitir la realidad del cuerpo etérico, pues las dificultades que surgirán al negarlo serán tan insuperables como admitir su existencia. Los científicos aceptan ya la existencia de la materia etérica; el éxito obtenido en la fotografía ha demostrado la realidad de lo que hasta ahora fue considerado irreal, porque es intangible desde el punto de vista físico. Continuamente ocurren fenómenos considerados sobrenaturales que pueden ser explicados por medio. de la materia etérica, y los científicos, en su empeño por demostrar que los espiritistas están equivocados, han ayudado a la causa del espiritismo verdadero y superior, apoyándose en la realidad y en la existencia del cuerpo etérico, aunque lo consideren (pues se interesan en los efectos sin haber descubierto la causa) un cuerpo que emana irradiación. La ciencia médica empieza a estudiar (aunque a ciegas) la cuestión de la vitalidad, el efecto de los rayos solares sobre el organismo físico y las leyes subyacentes en el calor inherente e irradiante. Atribuye al bazo funciones no reconocidas anteriormente y estudia los efectos de la acción de las glándulas y su relación con la asimilación de las esencias vitales a través de la estructura corporal. Se halla en el verdadero camino; no pasaré mucho tiempo (quizás en el curso de este siglo) sin que la REALIDAD del cuerpo etérico y sus funciones básicas sea afirmada más allá de toda controversia y el objetivo de la medicina, preventiva y curativa, pase, entonces, a un nivel superior. Todo lo que podemos hacer aquí es dar simplemente, y en forma condensada, algunos datos que podrán acelerar el día de su reconocimiento, lo cual despertará mayor interés en el verdadero investigador. Permítaseme, por lo tanto, enunciar brevemente lo que se tratará en los tres puntos que resta considerar:

Las funciones del cuerpo etérico.
Su relación con el físico durante la vida.
Los males y las enfermedades del cuerpo etérico (teniendo en cuenta el significado original de la palabra “enfermedad”).
Su condición después de la muerte.

Lo indicado abarcará aquello que es de utilidad práctica en la actualidad. Luego adquiriremos más conocimiento si lo transmitido al público es aplicado cuidadosamente, y si los investigadores estudian inteligente, sensata y ampliamente tan importante tema.

A medida que la naturaleza del cuerpo etérico y su función ocupen en el pensamiento del mundo el lugar que les corresponde, y la gente se dé cuenta de que el etérico es el más importante de los dos cuerpos físicos, el hombre hará contacto consciente e íntimo con otras evoluciones que existen en materia etérica, así como lo hace en el cuerpo físico denso. Existen ciertos grandes grupos de devas denominados “devas de las sombras” o devas violeta, que están íntimamente vinculados con el desarrollo evolutivo del cuerpo etérico humano, y le transmiten irradiaciones solares y planetarias. El cuerpo etérico humano recibe prana de diferentes maneras y de diversas clases, que lo ponen en contacto con distintas entidades.

1. Prana Solar.

Fluido vital y magnético que irradia del sol, y se trasmite al cuerpo etérico del hombre por mediación de ciertas entidades dévicas de orden muy elevado y de matiz dorado. Pasa a través de los cuerpos de dichas entidades, que lo emiten en potentes irradiaciones, aplicadas directamente a ciertos plexos situados en la parte superior del cuerpo etérico, en la región de la cabeza y de los hombros, desde donde descienden a la analogía etérica del órgano físico, el bazo, y de allí se transmiten enérgicamente al mismo. Estas entidades pránicas, de matiz dorado, se encuentran en el aire sobre nosotros, y están especialmente activas en algunas partes del mundo, como California y en las regiones tropicales, donde el aire es puro y seco y los rayos del sol son considerados esencialmente benéficos. Las relaciones que existen entre el hombre y este grupo de devas son muy íntimas, pero aún muy peligrosas para el hombre. Los devas tienen mucho poder y, en su propia línea, están más evolucionados que el hombre. El ser humano que no sabe protegerse está a merced de éstos, y debido a ello y a la incomprensión de las leyes de resistencia magnética o de repulsión solar, está propenso a la insolación. Cuando el cuerpo etérico y sus procesos asimilativos sean comprendidos científicamente, el hombre se inmunizará de los peligros de la irradiación solar. Se protegerá por la aplicación de las leyes que rigen la repulsión y la atracción magnéticas y no meramente mediante el vestido y el techo. Por lo general es cuestión de polarización. Podría sugerirse que cuando los hombres comprendan la evolución dévica más correctamente, sepan cómo trabajar en ciertas líneas relacionadas con el Sol y se den cuenta de que tal evolución representa el polo femenino, así como el hombre representa el masculino (la cuarta Jerarquía creadora es masculina) comprenderán ( ) su interrelación y regirán esa relación de acuerdo a la ley.

Estos devas solares reciben los irradiantes rayos del sol, los cuales salen desde el centro y llegan hasta la periferia por uno de los tres canales de acercamiento, los pasan por su organismo y los enfocan ahí. Actúan casi como un vidrio de aumento que concentra los rayos solares. Luego son reflejados o transmitidos al cuerpo etérico humano, que los capta y asimila. Cuando el cuerpo etérico es sano y funciona correctamente, absorbe bastante prana para mantener la forma organizada, este es el objetivo de la función del cuerpo etérico, cosa que nunca se hará resaltar suficientemente. El prana sobrante se emite como irradiación animal o magnetismo físico; ambos términos expresan la misma idea. Por lo tanto, el hombre repite, en escala menor, la tarea de los grandes devas solares y a su vez agrega su cuota de emanaciones, repolarizada o remagnetizada, a la suma total del aura planetaria.

2. Prana Planetario.

Fluido vital que emana de cualquier planeta y constituye su coloración o cualidad fundamental, debido a que se repite dentro del planeta el mismo proceso que tiene lugar respecto al hombre y al prana solar. El planeta (ya sea la tierra o cualquier otro) absorbe el prana solar, lo asimila en la cantidad requerida e irradia el que no necesita para su bienestar, en forma de irradiación planetaria. El prana planetario es, por lo tanto, prana solar que ha pasado a través del planeta, ha circulado por el cuerpo etérico planetario, ha sido transmitido al cuerpo físico denso del planeta y emitido por éste como irradiación, con la misma característica esencial que la del prana solar, además de la cualidad individual y distintiva del planeta implicado. La repetición del proceso tiene lugar en el cuerpo humano. Las irradiaciones físicas de los hombres difieren de acuerdo a la calidad de sus cuerpos físicos. Lo mismo ocurre con un planeta.

El prana que emana del planeta (como en el caso del prana solar) es recibido y transmitido por medio de un grupo determinado de devas denominados “devas de las sombras”, devas etéricos de matiz ligeramente violado. Los cuerpos de estos devas están compuestos de materia de alguno de los cuatro éteres, y enfocan y concentran las emanaciones del planeta y de todas las formas que existen en el mismo. Debido a la esencial similitud de su sustancia corpórea con la sustancia etérica humana se hallan muy íntimamente vinculados con los seres humanos, transmitiéndole el magnetismo de la ‘Madre Tierra”. Como vemos, dos grupos de devas trabajan en conexión con el hombre:

a. Los devas solares le trasmiten el fluido vital que circula por el cuerpo etérico.

b. Los devas planetarios de color violeta, vinculados al cuerpo etérico del hombre, le transmiten el prana de la tierra o del planeta en el cual actúe el hombre durante una encarnación física.

Aquí podrían formularse varios interrogantes y, aunque no expliquemos plenamente el misterio, hacerse algunas sugerencias. ¿Cuál es la causa de la aparente falta de vida en la Luna? ¿Existe allí vida dévica? El prana solar ¿produce algún efecto allí? ¿ En qué difiere la Luna, aparentemente muerta, de un planeta vivo tal como la Tierra?( )

Aquí nos enfrentamos con un misterio, cuya solución -para quienes investigan- quedará revelada en el hecho de que no existen seres humanos ni ciertos grupos de devas en la Luna. El hombre no ha dejado de existir en la Luna porque esté muerta y, por consiguiente, no pueda sustentarlo, sino que la Luna está muerta porque el hombre y los devas se han retirado de su superficie y de su esfera de influencia.( ) El hombre y los devas actúan en cada planeta como intermediarios o agentes transmisores. Donde ellos no habitan resulta imposible realizar ciertas actividades, sobreviniendo la desintegración. La razón de ese retiro se halla en la Ley cósmica de Causa y Efecto o karma cósmico, y en la historia conjunta, aunque individual, de uno de los Hombres celestiales cuyo cuerpo fue, en un momento determinado, la Luna o cualquier otro planeta.

3. Prana de las Formas.

Ante todo se ha de advertir que las formas son de dos clases, cada una de las cuales ocupa un lugar diferente en el esquema:

Formas resultantes del trabajo realizado por el tercero y el segundo Logos y las vidas conjuntas de Estos. Dichas formas constituyen las unidades de los reinos vegetal, animal y mineral.

Formas resultantes de la acción unida de los tres Logos, comprendiendo estrictamente la formas dévicas y humanas.

Existe también una forma más simple incorporada a la sustancia con la cual están hechas todas las formas, siendo estrictamente de materia atómica y molecular, animada por la vida o energía del tercer Logos.

Con respecto al primer grupo de formas se ha de observar que las emanaciones pránicas, emitidas por las unidades de los reinos animal y vegetal (después que han absorbido el prana solar y planetario), son lógicamente la combinación de ambos, siendo transmitidas por medio de irradiaciones superficiales, como el prana solar y el planetario, a ciertos grupos de devas menores de orden no muy elevado, que tienen una curiosa e intrincada relación con el alma grupal del animal o del vegetal que las irradia. De ello no podemos ocuparnos aquí. Estos devas tienen también un matiz violado, pero tan pálido que es casi gris; están en estado de transición y se mezclan en forma confusa con grupos de entidades que se encuentran en el arco involutivo ( ) ( ) ( )

Respecto al segundo grupo, la forma humana transmite las irradiaciones emanantes a un grupo de devas de grado mucho más elevado. Estos devas tienen un matiz más pronunciado, los cuales después de asimilar debidamente la irradiación humana, la trasmiten principalmente al reino animal, demostrándose así la íntima relación existente entre estos dos reinos. Si la explicación que antecede sobre la complicada interacción entre el Sol y los planetas, entre éstos y las formas que evolucionan en ellos y entre dicha, formas y aquellas inferiores, sirve para demostrar aunque sólo sea la exquisita interdependencia de todo lo existente, mucho se habrá logrado.

Otro hecho que debe hacerse resaltar es la íntima relación existente entre todas las evoluciones de la naturaleza, desde el Sol celestial a la violeta más humilde, por mediación de la evolución dévica, que actúa como fuerza transmisora y transmutadora en todo el sistema.

Por último, todos trabajan con fuego. Fuego interno, inherente y latente, irradiante y emanante; generado, asimilado e irradiado; vivificador, estimulador y destructor; fuego transmitido, reflejado y absorbido, base de toda vida; esencia de todo lo que existe y agente que desarrolla e impulsa lo que se halla detrás de todo proceso evolutivo; fuego edificador, preservador y constructor; fuego originador, el proceso y la meta; fuego purificador y consumidor. El Dios del Fuego y el fuego de Dios interactúan hasta que todos los fuegos se fusionen y ardan y todo lo que existe haya pasado por el fuego -desde un sistema solar hasta una hormiga-, surgiendo como triple perfección. Entonces el fuego emergerá como esencia perfecta del “círculo no se pasa”, ya sea la del “círculo no se pasa” humano, planetario o solar. La rueda del fuego gira; todo lo que se halla dentro de ella es sometido a una triple llama, y con el tiempo todo llega a la perfección.


III. LA FUNCIÓN DEL CUERPO ETERICO

Continuaremos nuestro estudio respecto al cuerpo etérico a fin de analizar sus funciones y su relación con el cuerpo físico.

Será conveniente considerarlos conjuntamente, porque se interrelacionan tan íntimamente, que no es posible estudiarlos por separado. Las principales funciones del cuerpo etérico son tres:

1. Receptor de prana.

2. Asimilador de prana.

3. Transmisor de prana.

1. Receptor de Prana

El cuerpo etérico puede clasificarse como negativo o receptivo respecto a los rayos del sol, y como positivo o expulsor respecto al cuerpo físico denso. Su segunda función, la asimilativa, está estrictamente equilibrada y es interna. Como se explicó anteriormente, el cuerpo etérico absorbe las emanaciones pránicas del sol por medio de ciertos centros situados principalmente en la parte superior del cuerpo, desde los cuales descienden al centro denominado bazo etérico, su contraparte en materia etérica. El centro principal receptor de prana, en la actualidad, está situado entre los dos omóplatos. Hay otro centro situado un poco más arriba del plexo solar que ha quedado, debido a los abusos de la llamada civilización, parcialmente aletargado. La próxima raza raíz, y cada vez más la presente, valorará la necesidad de exponer dichos centros a los rayos del sol, lo cual aumentará la vitalidad física y la adaptabilidad. Los centros situados

1. entre los omóplatos,

2. arriba del diafragma y

3. en el bazo,

forman, si pudiéramos verlo, un triángulo etérico radiante donde se origina el impulso para la ulterior circulación pránica que recorrerá todo el sistema. El cuerpo etérico está realmente formado por una red de finos canales, que forman un sutil cordón trenzado -el cual es parte del eslabón magnético que une los cuerpos físico y astral, cortándose al retirarse el cuerpo etérico del cuerpo físico denso en el momento de la muerte. Como lo expresa la Biblia ,( ) el cordón plateado se corta. Esto fundamenta la leyenda de la “hermana fatal que corta el hilo de la vida con las temidas tijeras”.

La trama etérica está compuesta por el complicado tejido de este cordón vitalizado, y separados de los siete centros de la trama (Centros sagrados, de los cuales el bazo se considera frecuentemente uno de ellos) se hallan los dos ya mencionados, que forman con el bazo, un triángulo activo. La trama etérica del sistema solar es análoga, e igualmente posee tres centros receptores de prana cósmico. La misteriosa franja del firmamento denominada Vía Láctea ( ) está íntimamente relacionada con el prana cósmico, vitalidad cósmica o alimento que vitaliza al sistema etérico solar.

2. Asimilador de Prana

El proceso de asimilación se lleva a cabo en el triángulo mencionado; el prana, al penetrar por cualquiera de esos centros, circula tres veces por todo el triángulo, antes de ser transmitido al vehículo etérico y de éste al cuerpo físico denso. El órgano principal de asimilación es el bazo -el centro etérico y el órgano físico denso. La esencia vital procedente del sol penetra en el bazo etérico; en éste es sometida a un proceso de intensificación o desvitalización, lo cual depende del estado de salud de dicho órgano. Si el hombre está sano la emanación recibida será intensificada por la vibración individual, y el grado de vibración será acelerado antes que el prana pase al bazo físico. Si el estado de salud no es bueno, el grado de vibración disminuye y se hace más lento el proceso.

Estos tres centros, parecidos a platillos, tienen la misma forma que los demás y se asemejan a pequeños remolinos que atraen a su esfera de influencia las corrientes que se ponen a su alcance.

Los centros pueden describirse como vórtices giratorios, unidos entre si por el triple canal compactamente entretejido, que casi forma un sistema circulatorio separado. Este sistema tiene su punto de salida en el lado del bazo, opuesto a aquel por el cual penetra el prana. El fluido vital circula tres veces por estos tres centros y entre ellos antes de pasar a la periferia de su pequeño sistema. Después de circular el prana por los finos canales entrelazados pasa por todo el cuerpo, impregnándolo totalmente con sus emanaciones si así puede expresarse. Dichas emanaciones salen finalmente del sistema etérico, irradiándose por la superficie. La esencia pránica sale de la circunferencia de su “circulo no se pasa” temporario como emanante prana humano, que es el mismo prana recibido anteriormente pero cargado, durante su transitoria circulación, con la cualidad peculiar que el individuo le transmite. La esencia sale, llevando la cualidad individual.

En esto tenemos una nueva analogía de cómo se evaden todas las esencias de cualquier “círculo no se pasa”, una vez terminado su ciclo.

El tema del cuerpo etérico es de gran interés práctico. Cuando el hombre se de cuenta de su importancia, prestará mayor atención a la distribución de prana en el cuerpo, y procurará que su vitalización, a través de los tres centros, no sea entorpecida.

Aunque necesariamente el tema se ha de tratar en forma superficial, y sólo pueden darse esbozos y sugerencias espaciadas, se hallará sin embargo, que si se lo estudia detalladamente, impartirá un conocimiento de las verdades cuyo contenido y calidad resultará valioso y algo que hasta ahora no había sido enseñado. El lugar que ocupa la envoltura etérica, como separadora o “círculo no se pasa”, y su función como receptora y distribuidora de prana, se dilucidan aquí en forma mucho más extensa que antes; posiblemente más adelante el tema será ampliado.

Del conjunto de datos tan superficialmente tratados se desprenden dos verdades fundamentales:

Primero. El cuarto subplano etérico del plano físico es la preocupación inmediata de

a. el hombre, el microcosmos,

b. el Hombre celestial, el Logos planetario,

c. el gran Hombre de los Cielos, el Logos solar.

Segundo. En la cuarta cadena y cuarta ronda se comienza a estudiar el cuarto éter que -visto como trama separadora- permite la salida ocasional de las vibraciones correspondientes.

3. Transmisor de Prana.

Hasta ahora muy poco nos hemos referido al tema del fuego, pues el propósito del cuerpo etérico es llevarlo y distribuirlo por todo su sistema; sólo hemos tratado los hechos que podrán despertar el interés y acentuar la utilidad del vehículo pránico. Debemos considerar y recalcar ciertos hechos, a medida que estudiamos este círculo estático y sus fuegos circulantes. Para mayor claridad vamos a recapitular brevemente lo ya expuesto:

El Sistema recibe prana de fuentes cósmicas, por medio de tres centros, y lo redistribuye a todas las partes de su dilatada influencia, hasta los límites de la trama etérica solar. Este prana cósmico está coloreado por la cualidad solar y llega a los más apartados confines del sistema. Podría decirse que su misión consiste en vitalizar el vehículo, la expresión material física del Logos solar.

El Planeta recibe prana del centro solar y lo redistribuye, por medio de tres centros receptores, a todas las partes de su esfera de influencia. Este prana solar está coloreado por la cualidad planetaria y es absorbido por todo lo que evoluciona dentro del “círculo no se pasa” planetario. Podría decirse que su misión consiste en vitalizar el vehículo de expresión material física de cualquiera de los siete Hombres celestiales.

El Microcosmos recibe prana proveniente del Sol, después dé haber compenetrado el vehículo etérico planetario, de modo que además de ser prana solar, posee la cualidad planetaria. Cada planeta es la personificación de un aspecto de Rayo, y su cualidad se destaca predominantemente durante toda su evolución.

Por lo tanto, prana es calor irradiante, su vibración y cualidad varían de acuerdo a la Entidad receptora. Al pasar el prana por el cuerpo etérico del hombre, es coloreado por su propia cualidad peculiar transmitiéndolo a esas vidas menores que componen su propio sistema. Así se produce una gran interacción; todas las partes se mezclan y fusionan, dependiendo una de otra, y todas reciben, coloran, cualifican y transmiten. Tiene lugar así una interminable circulación sin principio concebible ni posible fin, desde el punto de vista del hombre finito, porque su origen y fin se hallan ocultos en la ignota fuente cósmica. Si existieran en todas partes perfectas condiciones, esta circulación continuaría sin interrupción y sería casi interminable, pero el fin y la limitación son producidos por la imperfección, que gradualmente es reemplazada por la perfección. Cada ciclo se origina en otro ciclo aún no finalizado, cediendo su lugar a otra espiral más elevada; así se suceden periodos de aparente y relativa perfección, que conducen a periodos de mayor perfección.

El objetivo de este ciclo mayor consiste, como sabemos, en fusionar los dos fuegos de la materia, latentes y activos, sumergiéndolos con los fuegos de la mente y del espíritu, hasta que desaparezcan en la llama general; los fuegos de la mente y del espíritu consumen la materia y con ello liberan la vida de los vehículos que la confinan. EI altar terreno es el lugar donde nace el espíritu, quien lo libera de la madre (materia), y es también la entrada a reinos superiores.

Cuando el vehículo pránico funcione correctamente en los tres grupos humano, planetario y solar, se logrará la unión con el fuego latente. Por esta razón se recalca la necesidad de construir vehículos físicos puros y refinados. Cuanto más refinada y sutil sea la forma, será mejor receptora de prana y ofrecerá menos resistencia a la acción del kundalini en el momento asignado. La materia tosca y los cuerpos burdos e inmaduros son una amenaza para el ocultista; ningún verdadero vidente tendrá un cuerpo burdo. El peligro de ser desintegrado es muy grande y la amenaza de ser destruido por el fuego es terrible. Ya una vez en la historia (en la época lemuriana)( ) la raza y los continentes fueron destruidos por medio del fuego. Los Guías de la raza, en esa época, aprovecharon tal acontecimiento para eliminar la forma inadecuada. El fuego latente en la materia (por ejemplo, en las erupciones volcánicas) y el fuego irradiante del sistema se combinaron. El kundalini planetario y la emanación solar entraron en conjunción y tuvo lugar el trabajo de destrucción. Lo mismo podría volver a ocurrir, pero sólo en la materia del segundo éter, y sus efectos no serían tan graves debido a la sutilidad de dicho éter y al refinamiento comparativamente mayor de los vehículos.

Observaremos aquí un hecho interesante, aunque sea un misterio insoluble para la mayoría; las destrucciones producidas por el fuego son parte de las pruebas de fuego de una iniciación de ese Hombre celestial cuyo karma está ligado al de nuestra tierra.

La destrucción de una parte de la trama hace más fácil la salida; en realidad (visto desde los planos superiores) es un paso adelante y una expansión. Su repetición se efectúa en el sistema, en ciclos determinados.

4. Desórdenes del Cuerpo Etérico.

Estudiaremos ahora el cuerpo etérico, sus dolencias y también su condición “post-mortem”. Me ocuparé de ello muy brevemente. Todo lo que puedo hacer es indicar, en líneas generales, las dolencias fundamentales a las cuales el cuerpo etérico puede estar sujeto, y la orientación que la medicina podrá seguir más adelante, cuando se comprendan mejor las leyes ocultas. Haré resaltar un hecho significativo que ha sido poco comprendido y ni siquiera captado: las dolencias que padece el vehículo etérico del microcosmos las padece también el del Macrocosmos. Lo antedicho encierra la explicación de los aparentes sufrimientos de la naturaleza. Algunos de los grandes males del mundo tienen su origen en las dolencias etéricas; extendiendo la idea, lo mismo puede decirse respecto a las condiciones planetarias e incluso las solares. Al tratar las causas de las dolencias etéricas en el hombre, quizás percibamos las analogías y reacciones de orden planetario y solar. Se deberá tener muy en cuenta, al estudiar esto, que las enfermedades del cuerpo etérico derivan de su triple propósito y podrían ser:

a. funcionales, afectando por consiguiente la absorción de prana;

b. orgánicas, afectando de esta manera la distribución del prana;

c. estáticas, afectando la trama considerada estrictamente como el “círculo no se pasa” físico, y como elemento separador entre el físico y el astral.

Las tres funciones o propósitos antedichos son de primordial interés, producen resultados totalmente diferentes y reaccionan externa e internamente de distintas maneras.

Consideradas desde el punto de vista planetario sé podrán percibir las mismas condiciones, y el cuerpo etérico planetario (que es fundamentalmente el cuerpo de los planetas sagrados, de los cuales la Tierra no es uno de ellos) también tendrá sus desórdenes funcionales que afectarán la absorción de prana, y sufrirá trastornos orgánicos que alterarán su distribución produciendo dificultades en la trama etérica, el “círculo no se pasa” del Espíritu planetario involucrado. Quisiera advertirles que en los Espíritus planetarios que se hallan en el arco evolutivo divino, los Hombres celestiales, cuyos cuerpos son planetas, la trama etérica no constituye una barrera, sino que (al igual que los Señores kármicos, pero en un plano superior) pueden actuar libremente fuera de los limites de la trama planetaria, dentro de la circunferencia del circulo no se pasa solar. ( )

Desde el punto de vista del sistema, puede observarse que los mismos efectos están vinculados funcionalmente con el centro cósmico orgánicamente, con la totalidad de los sistemas planetarios y estáticamente, con el “círculo no se pasa” solar o logoico.

Podemos ahora, para mayor claridad, considerar estos tres grupos en forma separada, e indicar brevemente (lo único que puedo hacer) los métodos curativos y rectificadores.

a. Desordenes funcionales en el microcosmos. En el hombre, se relacionan con la absorción de los fluidos pránicos por medio de sus correspondientes centros. Debemos tener siempre en cuenta y saber distinguir con claridad que las emanaciones de prana tienen relación con el fuego latente en la materia; cuando son recibidas y actúan correctamente a través del cuerpo etérico, colaboran con el calor natural latente del cuerpo y al mezclarse lo vitalizan, imponiendo a su materia cierto grado de acción vibratoria, que lleva al vehículo físico a la necesaria actividad y al correcto funcionamiento de sus órganos. Por lo tanto, es evidente que el a b c de la salud física se halla sujeto a la correcta recepción del prana, y que uno de los cambios fundamentales en la vida del animal humano (el aspecto que estamos considerando) deberá efectuarse en las condiciones comunes del vivir diario.

Se ha de procurar que los tres centros principales, utilizados para la recepción de prana, funcionen con más libertad y menos restricción. Debido al actual sistema erróneo de vida seguido durante siglos y a los errores fundamentales originados en la época lemuriana, los tres centros pránicos del hombre no funcionan correctamente en la actualidad. El centro entre los omóplatos es el que está en mejores condiciones receptivas, aunque, debido a una deficiente condición de la columna vertebral (que en muchas personas está desviada), su ubicación en la espalda quizá no es exacta. El centro del bazo, situado cerca del diafragma, es de tamaño menor que lo normal y su vibración no es correcta. En el caso de los aborígenes de las islas del Pacífico sur, sus condiciones etéricas son mejores y su vida es más normal (desde el punto de vista animal) que en cualquier otra parte del mundo.

La raza en general carece de ciertas capacidades, situación que puede ser descrita de la manera siguiente:

Primero. Incapacidad para extraer de las corrientes pránicas, debido a la vida malsana que lleva la mayoría. Esto interrumpe el aprovisionamiento proveniente de la fuente de origen y causa la consiguiente atrofia y reducción de los centros receptores. Ello se observa, con exageración, en los niños de las zonas muy pobladas de las grandes ciudades y en los moradores anémicos y viciosos de los bajos fondos. La cura es evidente: mejores condiciones de vida, uso de ropas más adecuadas y adopción de métodos de vida más independientes y saludables. Una vez que los rayos pránicos tengan libre acceso a los hombros y al diafragma, la condición subnormal del bazo se ajustará automáticamente.

Segundo. Excesiva capacidad de extracción de las corrientes pránicas. El primer tipo de desorden funcional mencionado es común y muy difundido. Su opuesto se encuentra donde las condiciones de vida son de tal naturaleza que los centros (por estar expuestos y sometidos directa y prolongadamente a las emanaciones solares) se desarrollan excesivamente, vibran muy rápidamente y reciben demasiado prana. Esto es poco frecuente, pero sucede en algunos países tropicales, siendo en gran parte la causa de la molesta debilidad que ataca a sus moradores. El cuerpo etérico recibe el prana o los rayos solares con demasiada rapidez y permite que entre y salga del sistema con excesiva fuerza, dejando a la víctima presa de la inercia y la desvitalización. En otras palabras, el cuerpo etérico se hace perezoso; es como una tela inconsistente (empleando un ejemplo muy familiar), semejante al tejido de una raqueta de tenis que se ha aflojado y ha perdido elasticidad. El triángulo interno transmite las emanaciones de prana con demasiada rapidez, no permitiendo la subsidiaria absorción, y lógicamente sufre todo el sistema; más adelante se descubrirá que la mayoría de las dolencias sufridas por los europeos en la India tienen su origen en esto, y algunas de las dificultades se eliminarán cuidando el bazo y regulando inteligentemente las condiciones de vida.

Al analizar las condiciones similares que imperan en el planeta, se perciben las mismas dificultades. Nada más puedo decir, pero al estudiar inteligentemente la acción de la radiación solar sobre la superficie del planeta, en relación con su movimiento giratorio, se comprenderán y aplicarán algunas reglas grupales sanitarias. El espíritu del planeta (o entidad planetaria) tiene análogamente sus ciclos: el secreto de la fertilidad y de la vegetación se halla en la adecuada absorción y distribución del prana planetario. Gran parte de esto se oculta en la fabulosa leyenda que se refiere a la lucha entre el fuego y el agua, basada en la reacción del fuego latente en la materia, oponiéndose al fuego que viene de lo externo de sí misma y actúa sobre ella. En el intervalo que transcurre mientras ambas están en proceso de fusionarse, se suceden esos períodos, durante los cuales, debido a la herencia kármica, la absorción es irregular y la distribución desigual. Cuando se haya alcanzado el punto de equilibrio racial, se logrará también el equilibrio planetario y con ello se obtendrá un equilibrio recíproco entre los planetas solares. Una vez que hayan obtenido mutuo equilibrio e interacción, entonces el sistema se estabilizará y se llegará a la perfección. La distribución equitativa de prana irá paralela al equilibrio obtenido por el hombre, la raza, el planeta y el sistema. Ésta es otra manera de decir, que se logrará una vibración uniforme.

b. Desórdenes orgánicos microcósmicos. Éstos, fundamentalmente son dos:

Malestares producidos por congestión.

Destrucción de los tejidos, a causa de la excesiva absorción de prana o su fusión demasiado rápida con el fuego físico latente.

Un ejemplo de ambos lo tenemos en la insolación y en la sofocación o acaloramiento. Aunque los médicos creen conocerlos, sin embargo constituyen desórdenes etéricos. Cuando se comprenda mejor la naturaleza del cuerpo etérico y se lo cuide inteligentemente, se podrán prevenir ambas clases de dolencias. Son ocasionadas por la emanación solar pránica. En ciertos casos su efecto es la muerte o una enfermedad grave, a causa de la congestión de un canal etérico; mientras que en otros, el mismo efecto se produce por la destrucción de la materia etérica.

El ejemplo dado tiene un propósito definido; pero debe observarse que la congestión etérica puede traer otras dolencias además de incapacidad mental. La congestión etérica hace que la trama adquiera un espesor anormal que puede impedir, por ejemplo, establecer contacto con el Yo superior o principios, y traer como resultado la idiotez y el desequilibrio mental. También podría ocasionar un crecimiento carnoso anormal y engrosamiento de algún órgano interno, produciendo la consiguiente y excesiva presión; la parte congestionada del cuerpo etérico puede alterar totalmente la condición física y dar lugar a diversas dolencias.

La destrucción de los tejidos puede ocasionar varios tipos de demencia, especialmente las incurables. Por otra parte, al quemarse la trama permitirá la entrada de corrientes astrales extrañas, contra las cuales el hombre no tiene defensa; los tejidos cerebrales podrían destruirse a causa de esta presión y surgir serias dificultades debido a la destrucción de alguna parte del “círculo no se pasa” etérico.

Algo por el estilo puede ocurrir respecto al planeta. Más adelante se dará información que hasta ahora no ha sido suministrada y pondrá de manifiesto en qué forma han sido influenciadas razas enteras y perturbados ciertos reinos de la naturaleza, por la congestión etérica planetaria o la destrucción de tejidos etéricos planetarios.

Hemos tratado las dolencias funcionales y orgánicas del etérico, dando ciertas indicaciones para luego extender el concepto a otras esferas, además de la estrictamente humana. En el reino humano se halla la llave que abrirá la puerta a una más amplia interpretación, puesto que permite la entrada a los misterios de la naturaleza. Aunque la llave debe hacerse girar siete veces, sin embargo, una sola vuelta revela inconcebibles avenidas de eventual Comprensión. ( ) ( )

Hemos considerado la recepción y distribución de las emanaciones pránicas en el hombre, en el planeta y en el sistema y observado las causas que producen desórdenes momentáneos y la desvitalización o la vitalización excesiva de la forma orgánica. Ahora estudiaremos el tema desde un tercer ángulo:

c. Desórdenes estáticos microcósmicos, o el cuerpo etérico considerado en su función de proveer un “circulo no se pasa” entre lo estrictamente físico y lo astral. Según ya se ha dicho aquí y en los libros de H. P. B, el “círculo no se pasa”( ) es la barrera que actúa corno separadora o línea divisoria entre un sistema y lo que se halla fuera del mismo. Como se comprenderá tiene interesantes correlaciones, si consideramos el tema (como corresponde) desde el punto de vista del ser humano, de un planeta y de un sistema, recordando siempre que al estudiar el cuerpo etérico tratamos con materia física, lo cual no debe olvidarse nunca. Por lo tanto, en todo grupo y conglomerado se hallará un factor dominante, debido al hecho de que el “círculo no se pasa” actúa como un obstáculo para aquello que es de poca importancia en la evolución, pero no constituye una barrera para lo que es de importancia en la misma. Todo depende de dos cosas: del karma, ya sea el del hombre, del Logos planetario o del Logos solar, y del dominio que ejerce la entidad espiritual interna sobre su vehículo.

 

 

     
     
   
     
     

 

SECCIÓN E. El movimiento en los Planos Físico y Astral

I. Consideraciones preliminares.

II. Efectos del movimiento de rotación.

III. Cualidades del movimiento de rotación.

IV. El movimiento de rotación y el simbolismo.

V. El movimiento y los centros.

1. La naturaleza de los centros.

2. Los centros y los rayos.

3. Los centros y el kundalini.

4. Los centros y los sentidos.

5. Los centros y la iniciación.

Debemos desechar de nuestra mente la idea de que tales centros son cosas físicas. Constituyen remolinos de fuerza que hacen girar la materia...................

SECCIÓN F. La ley de economía.

I. Sus efectos sobre la materia.

II. Sus leyes subsidiarias.

1. La ley de vibración.

2. La ley de adaptación.

3. La ley de repulsión.

4. La ley de fricción.

Esta ley fundamenta lo que erróneamente ha sido denominado por los escritores religiosos "La Caída", pero en realidad define el proceso involutivo cósmicamente considerado.....................

 

 

 

SEGUNDA PARTE.

Preguntas de Introducción

I. ¿Qué relación existe entre el Hijo y el Sol?.

II. ¿Qué es la evolución y cómo se desenvuelve?.

III. ¿ Por qué el sistema solar evoluciona como dualidad?.

IV. ¿ Qué es la conciencia? ¿Qué lugar ocupa en el actual esquema?.

V. ¿ Existe una analogía directa entre un sistema, un planeta, un hombre y un átomo?.

VI. ¿ Qué es el aspecto mente?. ¿Quiénes son los Manasaputras o Hijos de la Mente?.

VII. ¿ Por qué la evolución se desenvuelve cíclicamente?.

VIII. ¿Por qué el conocimiento es a la vez exotérico y esotérico?.

IX. ¿Qué relación existe entre:

a. Los 10 sistemas planetarios; b. Los siete planetas sagrados; c. Las 7 cadenas de un esquema; d. Los 7 globos de una cadena; e. Las 7 rondas de un globo. F. Las 7 razas raíces y sus 7 subrazas?.

El cuerpo causal constituye la forma más inferior por la cual se manifiesta un Hombre celestial, así como el cuerpo físico es la forma más inferior a través de la cual se manifiesta el ser humano, y ello en su significado etérico.

El Fuego de la Mente - Fuego Solar

Fuego solar o fuego mental cósmico. Es esa parte del plano mental cósmico que anima el cuerpo mental del Logos. Puede ser considerado como la suma total de las chispas mentales, los fuegos de los cuerpos mentales y el principio que anima a los entes o unidades evolucionantes de la raza humana en los tres mundos.

 

     
   
     

 

SECCIÓN A. La Naturaleza de Manas o Mente

I. Tres manifestaciones de manas.

II. Algunas definiciones de manas o mente.

1. Manas es el quinto principio.

2. Manas es electricidad.

3. Manas es aquello que produce cohesión.

4. Manas es la llave del quinto reino de la naturaleza.

5. Manas es la vibración sintética de cinco rayos.

6. Manas es la voluntad inteligente o el propósito de una existencia.

Manas ha sido definido como mente, o la facultad de deducir y razonar en forma lógica, y la actividad racional que distingue al hombre del animal. Sin embargo es mucho más que eso, porque subyace en toda la manifestación; la forma misma de una ameba o la facultad discriminadora del átomo o célula mas inferior se produce por un determinado tipo de mente.

SECCIÓN B. Manas como factor cósmico, humano y del sistema

I El origen de manas o mente.

I. EL ORIGEN DE MANAS O MENTE

Ahora nos ocuparemos (tomando los tres factores mencionados anteriormente) del fuego de la mente en conexión con un Logos solar. Se ha dicho que el Hombre celestial había desarrollado la mente: por consiguiente, se puede decir respecto al Logos solar, que Su principal característica es la mente cósmica o quinto Principio, perfeccionado por Este en un sistema anterior. Por lo tanto entraremos a considerar la primera subdivisión:

1. Manas Cósmico.

¿De dónde proviene dicho fuego? ¿Dónde se origina este calor vital o actividad vibratoria, característica que predomina en todos los Seres concebibles? ¿Hasta dónde podemos retroceder en el pasado? ¿Podremos concebir su origen? ¿Qué es este afluyente fuego, que anima la oscuridad de la materia?

a. El proceso de la Individualización. Quizás sea una ayuda considerar la INDIVIDUALIZACIÓN o el proceso de autorrealización inteligente
que, en forma tan notable, diferencia al hombre del animal. En el momento de la individualización los dos polos se aproximan, y al encontrarse fluye la luz, irradiando en la caverna de la materia e iluminando el camino que el Peregrino ha de seguir cuando retorna a su fuente de origen. En lo que respecta al hombre, dicha irradiación produce:

Autorrealización.
Propósito.
Separación de los demás yoes individualizados o esferas.
Conciencia, ante todo.
Capacidad para evolucionar.
Capacidad para “brillar cada vez más hasta que el día sea perfecto”.

Lo que antecede también es verdad para el Logos solar y para el Hombre celestial.

La individualización es, literalmente, la unión (en la oscuridad de la abstracción) de los dos factores, Espíritu y materia, por medio

   

[e297] de un tercer factor, la voluntad inteligente, el propósito o acción de una Entidad. Gracias a la aproximación de esos dos polos se produce la luz, surge una llama y se percibe una esfera de gloria radiante, cuya intensidad de Luz, calor e irradiación aumentan gradualmente hasta llegar a su máxima capacidad o a aquello que llamamos perfección. Se ha de observar que luz, calor e irradiación, caracterizan a todos los entes individualizados, desde los dioses hasta los hombres.

El Hombre comienza parcialmente a descifrar el enigma de este fenómeno gracias a su capacidad de producir, mediante el conocimiento científico, lo que se llama luz eléctrica, utilizada para iluminar, calentar y curar. A medida que los investigadores del plano físico hagan más descubrimientos sobre esta materia, se irá esclareciendo la cuestión de la existencia y de la actividad creadora.

Referente al origen del fuego de la mente algo [i346] más puede aprenderse estudiando los diversos métodos de individualización En relación con el hombre, por lo que sabemos, dichos métodos son tres, aunque probablemente haya otros inconcebibles para la comprensión finita del hombre. Estos son:

Primero. El método aplicado durante la cadena lunar (manifestación planetaria anterior a la nuestra), cuando, por medio de la fuerza y la energía innatas, se produjo la conjunción de los tres fuegos, entonces el fuego de la materia estableció contacto con el del Espíritu gracias a la presencia latente de la chispa ígnea de la mente. Esta chispa de la mente, actuando por el instinto, impulsó a la forma material o sustancia, a tal actividad que pudo elevarse hasta hacer contacto con su polo opuesto. Entonces el hombre animal llegó a sentir aspiración; el Espíritu respondió; la vibración del germen de la mentalidad, como levadura, había compenetrado la sustancia. Así se despertó la conciencia. Tal fue el método empleado por los Hombres celestiales en el sistema solar anterior, y estos avanzados Seres cósmicos adquirieron conciencia y dominaron los tres planos inferiores del físico cósmico -los mismos planos que el hombre está tratando de dominar ahora. Se individualizaron como resultado del trabajo efectuado durante inconcebibles eones de esfuerzo.El sistema solar actual será de menor duración que el anterior, pues en él se generó la fuerza de la materia por la progresión de las épocas, periodo en que se produjo la vitalización de las espirillas del átomo físico permanente del Logos.

En este método de individualización se recalca el hecho de [e298] que el principio manas forma parte del carácter logoico y de Su naturaleza. Por lo tanto, se origina en su Ser o Yo; forma parte del contenido del Cuerpo causal logoico, en consecuencia, compenetra toda manifestación que se origina en Él. He aquí la veracidad de la afirmación de que el manas cósmico tiene su origen en el plano mental cósmico y es parte del fuego que anima a ese plano.

Segundo. En el segundo sistema solar y en conexión con el método empleado, otro punto merece nuestra atención. El fuego de la mente se origina en una constelación que hasta hace poco la ciencia exotérica no le adjudicaba una íntima relación con nuestro sistema solar, debido a su enorme distancia. El sol “Sirio” es la fuente de origen del manas logoico, así como las Pléyades están vinculadas a la evolución de manas de los siete Hombres celestiales y Venus fue responsable de que se implantara la mente en la cadena terrestre. Cada uno constituyó el primario del otro o el agente que produjo el primer destello de conciencia en los determinados grupos implicados. En todos los casos el lento crecimiento evolutivo fue el método empleado, hasta que repentinamente resplandeció la conciencia en virtud de la interposición de la fuerza proveniente de una fuente extraña:

1. Logos Sistema solar Sirio.
2. Siete Hombres celestiales Esquema planetario Pléyades
3. Hombre celestial Cadena terrestre Venus.


Por lo tanto, el segundo método se lleva a cabo acelerando el proceso evolutivo por medio de influencias externas que tienden a despertar la conciencia y a unir los polos. El primer método, ya mencionado, fue empleado en el sistema solar anterior. El método que consideramos ahora caracteriza a este sistema solar y persistirá hasta que finalice el Mahamanvantara.

El solo hecho de que el primer método se llevara a cabo en la cadena lunar evidencia la inmutabilidad de la Ley de Repetición, de acuerdo con la cual todo ciclo mayor incluye, en sus primeras etapas, a todos los menores, repitiendo los procesos anteriores. Por ejemplo, éste es un hecho conocido en la formación del cuerpo físico del hombre, pues en el feto se reproducen todas las etapas y formas anteriores hasta alcanzar la humana. Similarmente, como ya se sabe, la cuarta ronda reproduce brevemente las otras tres, pero posee su propia cualidad característica.

b. Método para la Iniciación. En este segundo método se utilizan los “Cetros de Iniciación”, para producir ciertos resultados. Estos Cetros son cuatro:


El Cósmico, utilizado por un Logos solar en las [e299] iniciaciones de un Logos solar y de los tres Logos planetarios mayores.
El del Sistema. Utilizado por el Logos solar en las iniciaciones de un Logos planetario.
El Planetario. Utilizado por el Logos planetario para propósitos iniciáticos e iniciaciones mayores, la tercera, cuarta y quinta, conjuntamente con las dos superiores.
El Jerárquico. Utilizado por la Jerarquía oculta para iniciaciones menores y por el Bodhisattva para las dos primeras iniciaciones de manas.

La individualización del hombre en la época lemuriana (hace aproximadamente diez y ocho millones de años) fue producida por la aplicación del Cetro de Iniciación al Logos de nuestra cadena terrestre que puso en actividad ciertos centros de Su cuerpo con sus correspondientes grupos. La aplicación del Cetro, que despierta la conciencia en algún plano, puede decirse literalmente que despierta las vidas implicadas para que participen inteligentemente en el trabajo del plano mental. El hombre animal era consciente en los planos físico y astral. Debido al estimulo recibido por el Cetro eléctrico, este hombre animal despertó su conciencia en el plano mental. Así se coordinaron los tres cuerpos y el Pensador pudo actuar en ellos.

[i349] Todos los Cetros de Iniciación producen ciertos efectos:


Estimulan los fuegos latentes hasta convertirlos en llama.
Sintetizan los fuegos, mediante una actividad oculta, poniendo a cada uno dentro del radio del otro.
Activan la vibración radiante de algún centro, ya sea en un hombre, en un Hombre celestial o en un Logos solar.
Expanden todos los cuerpos, principalmente el causal -también a los tres tipos de Entidades.

Estos resultados se observaron cuando el Hombre celestial de nuestro esquema recibió la iniciación hace diez y ocho millones de años. Dicha iniciación resultó, como ya se dijo, en virtud de una yuxtaposición peculiar de cadenas, globos y esquemas, la cual estimuló de tal manera a todas las unidades manásicas de Su cuerpo que posibilitó el descenso de manas puro, a través del antakarana planetario, procedente del átomo manásico permanente planetario -este canal existe en lo que respecta al Logos planetario, y tendrá que construirse como en el caso del hombre. Conjuntamente con la yuxtaposición mencionada, se produjo un alineamiento similar con una de las Pléyades, permitiendo la influencia manásica desde esa fuente.

Tercero. El tercer método de individualización se adoptará en el próximo sistema solar, aunque se iniciará tenuemente en el actual. No se funda en la actividad latente como en el primer caso, ni en la polaridad eléctrica como en el segundo, sino en un proceso peculiar de “abstracción oculta” (dando a la palabra “abstracción” el significado de “extraer” de la esencia). Esta abstracción oculta se produce por un esfuerzo de la voluntad, incomprensible actualmente. El primer método de individualizacióncorresponde al tercer aspecto o actividad latente, y sigue la línea de menor resistencia bajo la Ley de Economía; el segundo método es puramente eléctrico y actúa bajo la Ley de Atracción; el tercer método, se halla oculto en la voluntad dinámica y es todavía algo imposible e incomprensible.

1. Manas cósmico.

a. El proceso de la individualización.

b. El método para la iniciación.

2. Manas planetario.

a. Conciencia y existencia.

b. Voluntad y propósito ordenado.

3. Manas humano

a. El hombre y el Logos planetario.

b. El Logos del esquema terrestre.

c. Venus y la cadena terrestre.

4. Manas y la cadena terrestre.

a. La cadena terrestre y las mónadas encarnantes.

b. El cuarto reino y la Jerarquía planetaria.

c. Una profecía.

d. Resumen.

II. La posición de manas.

1. Manas y el karma.

2. Manas y el propósito kármico.

III. La actual etapa de desarrollo manásico.

1. En los planetas.

2. En el sistema.

3. En la Tierra.

IV. El futuro de manas.

1. Las características de manas.

a. Discriminación

b. Actividad ordenada.

c. Adaptabilidad.

2. Desarrollo de la mente humana.

a. Efectos de los rayos.

b. Los animales, los hombres y los rayos.

c. Tipos de karma.

3. Manas en las rondas finales.

a. El proceso trasmutador.

b. Síntesis.

................................Esta transferencia parecerá misteriosamente imposible, salvo que el estudiante procure darse cuenta que se trata de la trasferencia de las vidas individualizadas y no de la trasferencia de las formas que ellas ocupan. Toda la cuestión es síquica, y se funda en la unidad del Ánima Mundi.

Es evidente que toda manifestación constituye por lo tanto la incorporación en la forma de un concepto cósmico y su desarrollo en forma concreta; manas o inteligencia es el factor fundamental.............................

 

     
   

 

 

   

 


SEGUNDA PARTE

SECCIÓN C

EL RAYO DEL EGO Y EL FUEGO SOLAR


I. LA NATURALEZA DEL CUERPO EGOIC0 o CUERPO CAUSAL
1. Producido por el contacto de dos fuegos, el del Espíritu y de la materia.
2. Producido durante la individualización.

II. LA NATURALEZA DE LOS ÁTOMOS PERMANENTES
1. Su propósito.
a. Distribuir fuerza.
b. Conservar las facultades.
c. Asimilar y trasmutar.
d. Ser vehículos de la memoria.
2. Su lugar en el Cuerpo Egoico.
a. El átomo permanente.
b. El triangulo atómico.
3. Las Espirillas y el Rayo del Ego.
a. La composición de los átomos permanentes.
b. Los planos y la energía ígnea.
c. Los tres fuegos.
4. Resumen

III. EL LOTO EGOICO
1. Ruedas o centros de energía.
a. Centros de fuerza.
b. El cuerpo causal, centro cardíaco monádico.
2. El Loto de doce pétalos.
a. Los tres pétalos de conocimiento.
b. Los tres pétalos de amor.
c. Los tres pétalos de sacrificio.
3. Resumen.


1. LA NATURALEZA DEL CUERPO EGOICO O CUERPO CAUSAL

El tema del Rayo egoico y su relación con el segundo fuego tiene vital importancia para tres tipos de personas: las que se interesan por la verdadera sicología o la evolución de la siquis; las que se hallan en el Sendero o se acercan al mismo y por lo tanto establecen con mayor frecuencia contacto con su propio Ego, las cuales trabajan con las almas de los hombres, los servidores de la raza.

Lo antedicho tiene importancia cuando se logra comprender debidamente la función que le corresponde al Ego en el cuerpo causal, entonces se adquiere la capacidad de trabajar en forma científica para resolver el problema de la propia evolución, realizándose un trabajo encomiable a fin de ayudar a evolucionar a nuestros semejantes

1. La Manifestación Egoica se Produce por el Contacto de Dos Fuegos.

Entraremos ahora a considerar brevemente el tema del Rayo egoico y el cuerpo causal desde el punto de vista del microcosmos, dejando al estudiante que establezca por sí mismo las analogías concernientes al Logos, recomendándole que debe tener muy en cuenta que el ente humano sólo puede comprender la manifestación del Logos solar en el cuerpo físico.

Como bien sabemos, en toda manifestación existe la dualidad que produce la triplicidad. El Espíritu establece contacto con la materia; el resultado de ese contacto es el nacimiento del Hijo o Ego, el aspecto conciencia. Por lo tanto, la manifestación egoica constituye el aspecto intermedio, el lugar de unificación y (después de los necesarios ciclos evolutivos) el lugar de equilibrio. Debe observarse que no es exacta la analogía entre el Logos y el hombre porque éste ha de pasar por todo el proceso dentro de la periferia solar, mientras que el Logos (dentro de esa periferia) atraviesa una etapa análoga a la del hombre cuando su envoltura astral se reviste al encarnar, de materia etérica; a esto nos referimos al dilucidar el tema “Fuego por Fricción”. Por lo tanto, es evidente que al considerar la manifestación del Ego, tratamos el punto central y esencial de la triple manifestación del hombre. Nos abocaremos a estudiar esa parte de su naturaleza que concierne al proceso de convertirlo en la perfecta estrella de seis puntas durante las etapas preliminares (la triple personalidad y la triple tríada se fusionaron y mezclaron produciendo en forma perfecta el cuerpo causal a través del punto intermedio) y cuando abandona el cuerpo físico lo transforma en la estrella de cinco puntos, el manasaputra perfecto.

Expondré lo antedicho en términos de fuego: El cuerpo causal se produce por medio de la vida positiva o fuego del Espíritu (fuego eléctrico) al encarnarse con el fuego negativo de la materia o “fuego por fricción”, lo cual hace surgir el fuego solar. Este fuego central consume, inevitablemente y a su debido tiempo, al tercer fuego, o absorbe su esencia y oportunamente se fusiona a sí mismo con el fuego del Espíritu, quedando fuera de toda demostración objetiva.

Ahora dilucidaré el tema del cuerpo causal de dos maneras distintas, una de acuerdo a antiguas enseñanzas, la otra, estrictamente de acuerdo a los fenómenos eléctricos ocultos.

2. La Manifestación del Ego se Produce Durante la Individualización.

El cuerpo causal es esa envoltura de sustancia mental producida en el momento de la individualización cuando los dos fuegos hacen contacto. La fuerza o energía que desciende de los planos superiores (el aliento de la Mónada si así quieren denominarlo) produce un vacío, o algo similar a una burbuja en suspenso, formándose la envoltura del cuerpo causal, “círculo no se pasa” de la Vida central. Dentro de esta envoltura se hallan tres átomos denominados: unidad mental, átomo astral permanente y átomo físico permanente; individualmente corresponden al séptimo principio de cada una de las tres personas de la triada microcósmica, reflejo (en los tres mundos del microcosmos) de las tres Personas de la Tríada logoica. En relación con el Logos, H. P. B. lo sugiere cuando dice que el sol visible es el séptimo principio del aspecto Brahma, átomo físico permanente del Logos.


II. LA NATURALEZA DE LOS ATOMOS PERMANENTES

1. Propósito de los Átomos Permanentes.

Los tres átomos permanentes constituyen en sí mismos centros de fuerza o esos aspectos de la personalidad que mantienen ocultos los fuegos de la sustancia o de la objetividad; cabe aquí hacer la enfática observación cuando al considerar al triple hombre en los tres mundos, nos referimos a la sustancia (en relación con la manifestación cósmica) considerada como el físico denso. La envoltura causal circunda a estos tres átomos y su finalidad es la siguiente: ( ) ( )

Separar una unidad de conciencia egoica de otra aunque, sin embargo, constituye cada una por si misma una parte del cuerpo gaseoso (quinto subplano físico cósmico) en el cuerpo físico del Logos planetario, vida central de un determinado grupo de Mónadas. Muy poco se ha apreciado este hecho, y merece ser estudiado cuidadosamente. En la capacidad inherente de responder a la vibración superior se hallan ocultas potencialidades espirituales: desde el momento de la individualización, hasta ser desechada durante la iniciación, la vida interna desarrolla constantemente dichas potencialidades y logra ciertos resultados definidos utilizando los tres átomos permanentes. Los vivifica y despierta gradualmente hasta que, en los tres planos, la vida central ha establecido un punto adecuado de contacto, capaz de originar la vibración necesaria en la materia de ese plano.

Los átomos permanentes de cada plano tienen una cuádruple finalidad respecto a la vida central o egoica:

Distribuir cierto tipo de fuerza.

Conservar la facultad o capacidad de responder a una vibración dada.

Asimilar experiencia y transmutarla en cualidad. Resultado directo del trabajo del Rayo del Ego al actuar sobre el átomo.

Ocultar la memoria de la unidad de conciencia. Cuando vibran en toda su plenitud constituyen la razón de ser de la continuidad de conciencia del hombre que actúa en el cuerpo causal. Se ha de establecer cuidadosamente esta diferencia.

Cuando se estudian temas tan difíciles debe recordarse siempre que nos ocupamos del cuerpo físico denso logoico, y que

la unidad mental se halla en la materia gaseosa logoica,
el átomo astral permanente en la materia líquida logoica,
el átomo físico permanente en la sustancia física densa,
por lo tanto tienen su lugar en la materia de los tres subplanos inferiores del cuerpo físico del Logos. Por consiguiente, durante el proceso evolutivo y a través de la iniciación cuando el hombre alcanza la conciencia de la Tríada espiritual y transfiere su centralización a los tres átomos permanentes de la tríada, puede, con toda facilidad, actuar conscientemente en el cuerpo etérico de su particular Logos planetario. Establezcan la analogía en el desarrollo microcósmico al observar que el hombre, a fin de actuar conscientemente en su cuerpo etérico individual, tiene que abrirse paso quemando lo que llamamos la trama etérica, y estudien cómo los fuegos de la iniciación hacen algo parecido en el cuerpo etérico planetario y oportunamente en el etérico cósmico. A medida que cada unidad de conciencia, por medio del esfuerzo autoinducido, llega a la meta y atraviesa “el suelo ardiente”, sólo una porción microscópica de la trama etérica del cuerpo etérico planetario es consumida por el fuego; esto redunda en un definido beneficio para esa gran Entidad, el Logos planetario, debido a la liberación, sin importancia aparentemente, de la fuerza de una de las células de Su cuerpo. Cuando todas las unidades o células de Su cuerpo hayan logrado la realización, también El se liberará de la manifestación densa y muere físicamente. A esta etapa de existencia etérica le sigue otra comparativamente más breve (que abarca el periodo de oscuración planetaria), entonces ya no encarna mas.

Si observamos este proceso desde el punto de vista del Logos, el aspecto Brahma desaparece o la vida se retira del átomo físico permanente, abandonando también otras etapas posteriores en niveles cósmicos, de los cuales no nos ocuparemos. Dichas etapas abarcan el retiro de la vida logoica de los otros dos aspectos. En un sistema solar la encarnación física del Logos, el aspecto Brahma es aparentemente el más importante, pues constituye su medio de expresión; sin embargo, tiene mayor importancia el aspecto subjetivo o la vida de deseos del Logos; concierne a lo que Él realiza en esos niveles superiores y planos cósmicos, más allá del conocimiento del Chohan más elevado.

Podría ser de valor indicarles que el Rayo ( ) egoico del ente humano que nos preocupa, se manifiesta, respecto a cada uno de los rayos, en forma similar a la manifestación logoica. Cada uno de los siete Rayos, observados en conexión con el cuerpo causal del hombre se manifiesta como unidad en el primer subplano, como triplicidad en el segundo y como septuplicidad en el tercero, formando así los cuarenta y nueve grupos que más atañen al hombre en evolución. Según el punto de vista esta enumeración de los grupos puede aumentar o disminuir, pero para estudiar los aspectos de la mente es suficiente la enumeración anterior. Durante el transcurso de sus innumerables vidas septenarias y a medida que los cíclicos siete pasan sobre él, el hombre queda bajo la influencia de los siete subrayes de su propio Rayo. Luego comienza a sintetizar y a fusionar los siete en los tres subrayos mayores, volviendo así a la unidad de su propio Rayo egoico.

Primero. La etapa septenaria rige el lapso que transcurre entre la individualización y su entrada en el sendero.

Segundo. La etapa ternaria rige el lapso que transcurre hasta la tercera Iniciación.

Tercero. Logra la unidad de su Rayo en la quinta Iniciación, luego conscientemente forma parte del cuerpo del Hombre celestial.

La misma idea puede aplicarse en conexión con el despertar de las fuerzas vitales dentro de los átomos permanentes, considerando cada átomo como el séptimo principio de cada uno de los tres aspectos de la personalidad.

2. El Lugar que Ocupan Los Átomos Permanentes en el Cuerpo Egoico.

a. La importancia que tiene el átomo astral permanente. Existe un hecho que se debe captar y recalcar en relación con el lugar que ocupa el átomo permanente dentro de la periferia causal y su evolución: el átomo astral permanente constituye en este sistema solar el receptor de cierta influencia de fuerza o energía, siendo estimulado y energetizado en mayor grado que los otros átomos, lo cual se debe a las razones siguientes:

Primero. El centro de polarización del cuarto reino o humano, se halla en la conciencia astral, considerando a este reino como una unidad expresada. Inevitablemente, la mayoría de los hombres dirigen y controlan el vehículo físico desde el astral y a través de su naturaleza de deseos. El cuerpo astral se halla en línea directa con la fuerza que proviene de los niveles monádicos 2-4-6 a través del búdico.

Segundo. La meta de la humanidad consiste en llegar a ser Maestro de Sabiduría, o entes conscientes dentro del Cuerpo del Dragón de Sabiduría o de Amor. El hombre lo logra cuando puede actuar conscientemente en el vehículo búdico o cuando el átomo astral permanente es reemplazado por el átomo búdico permanente.

Tercero. El segundo aspecto del Logos (el amor o manifestación de la naturaleza amor del Logos por intermedio del Hijo) se manifiesta en este sistema, el cual

a. es un Hijo de la necesidad o del deseo.
b. vibra a la técnica del Rayo cósmico de Amor,
c. constituye la forma a través de la cual este rayo de Amor cósmico (observado en la interrelación del Yo y el no-yo en la dualidad) se expresa.
d. está regido por la Ley cósmica de Atracción. Las mónadas de amor constituyen la cualidad predominante. (He elegido especialmente la palabra “cualidad”.)

Cuarto. El centro cardiaco se halla en el cuerpo cósmico de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, y nuestro Logos solar personifica Su fuerza. Aquí reside una de las claves del misterio de la electricidad. Los planetas sagrados y ciertas esferas etéricas similares que se hallan dentro del “círculo no se pasa” forman parte del centro cardíaco y constituyen los “pétalos del Loto” o del centro cardíaco de esa gran Existencia ignota que constituye para el Logos solar lo que Ella a su vez constituye para los Hombres celestiales y especialmente para Su particular Hombre Celestial, quien personifica la fuerza del centro cardiaco logoico. Por lo tanto, el estudiante serio observará que toda fuerza, energía y cualidad de su vida constituirá lo que denominamos (me veo obligado a emplear una palabra inapropiada y capciosa) AMOR. Esto explicará el hecho de que la fuerza que actúa a través de ese centro cardíaco cósmico llegará a ser la fuerza predominante de la manifestación de un Logos solar y de un Hombre celestial; similarmente producirá su analogía microcósmica y sus reacciones reflejas; de allí la importancia relativa del átomo astral permanente dentro de la periferia causal, el cual está en línea directa con la fuerza activa que emana de la existencia cósmica, penetrando cada vez en menor grado por intermedio del Logos solar de Su sistema de amor y del Logos planetario dentro de un esquema, el Dragón de Amor-Sabiduría.

Cuando esta fuerza está bien controlada y correctamente dirigida constituye un gran agente transmutador que oportunamente convertirá al ente humano en un Maestro de Sabiduría, un Señor de Amor, un Dragón de Sabiduría de grado inferior.

Finalmente, este sistema solar, manifestación física objetiva del Logos, es compenetrado por Su cuerpo astral tal como sucede en la manifestación humana. A medida que el Logos se polariza en Su envoltura astral cósmica y cuando aún no ha logrado la polarización mental cósmica, Su fuerza o naturaleza de deseo constituye el principal incentivo de Su vida, o las vidas subjetivas que subyacen en la forma.

Si el estudiante reflexiona cuidadosamente sobre estos cinco hechos, obtendrá la clave del problema de la existencia tal como la comprendemos, la clave de las causas que producen el calor en el sistema solar, del método de la Ley cósmica de Atracción y Repulsión que rige todas las formas atómicas y de la cuestión del SEXO que se evidencia en todos los reinos de la naturaleza. También le darán la clave de la constitución del divino Hermafrodita.

Por lo tanto, no se ha de olvidar la importancia relativa que tiene el átomo permanente del segundo aspecto de la personalidad dentro de la periferia causal; también debe recordarse que la fuerza que afluye a través de ese átomo, fuerza animadora del cuerpo astral, sigue la línea de menor resistencia y puede considerarse que ejerce una influencia dos veces más fuerte sobre la manifestación física que la que le llega a través de las otras dos. El Logos ahora se expresa a Sí Mismo a través del Rayo divino, Su segundo aspecto, y este Rayo es la suma total de la radiación de los Señores de Sabiduría, los Hombres celestiales, los Dragones, la Unidad y el Amor. Dicha fuerza fluye a través de Ellos, que a su vez se revisten con la forma, como lo expresa H. P. B., “El Rayo primordial se convierte en el “vahan” para el Rayo divino”: ( ) Sus vidas animan a los átomos de la sustancia cuando la forma es construida con ellos, constituyendo la suma total del magnetismo logoico, o la gran naturaleza de deseo del Logos que va en busca del no-yo, produciendo así el Matrimonio cósmico; es la manifestación cósmica de la atracción sexual, la búsqueda de Su polo opuesto y su Unión mística.

Este proceso es repetido por el microcosmos siguiendo la línea de su ser, y análogamente lo lleva a la encarnación o a la unión mística con la forma.

b. El triángulo atómico. Para el vidente la envoltura causal es una esfera de sustancia vibrante y viviente; dentro de ella pueden verse tres puntos ígneos. En el corazón de la esfera hay una llamarada de luz central que emite rayos; estos son siete y actúan sobre dichos puntos o círculos (análogos a los electrones de los átomos de la ciencia) produciendo en esta etapa un gran efecto sobre el átomo astral permanente. El átomo físico permanente está situado relativamente cerca del centro positivo; a través de él actúa la fuerza que pasa al átomo astral permanente, formando cinco rayos de luz semicoloreada que al mezclarse con el tono intenso y vívido del átomo astral permanente aumenta su intensidad, hasta que la llamarada es tan fuerte que los dos puntos o electrones parecen fusionarse, produciendo tal intensidad de luz que aparentan disolverse. La unidad mental, que ocupa dentro del cuerpo causal un lugar análogo al del planeta más apartado del sol, comienza a vibrar en forma similar, y los otros dos puntos (considerados ahora uno) inician una interacción con la unidad mental, en la que se origina y continúa aplicando un proceso similar hasta que los dos puntos -circulando alrededor de su centro positivo- también se acercan, mezclan, fusionan y disuelven. El centro positivo de vida reúne o sintetiza los tres puntos, así los tres fuegos de la personalidad repiten en pequeña escala el procedimiento microcósmico observado en la síntesis del fuego eléctrico, del fuego solar y del fuego por fricción, quedando únicamente una unidad flamígera, la cual, por medio del calor combinado de su ser, consume el cuerpo causal y se escapa y regresa a los planos de la abstracción. De esta manera el hombre es el Sendero mismo y el peregrino en el Sendero, así se quema, constituyendo también el suelo ardiente.

Esta analogía es aplicable al caso del microcosmos, observado desde niveles monádicos cuando se manifiesta como Mónada, Ego y personalidad; el mismo proceso se lleva a cabo en lo que atañe al Hombre celestial y también a un Logos solar. Si el cerebro pudiera captar el concepto, percibiría que es el mismo proceso utilizado en los niveles cósmicos respecto a existencias tan elevadas como los siete Rishis de la Osa Mayor y ese Ser aún más elevado, AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE.

3. Las Espirillas y el Rayo del Ego.

Ahora nos abocaremos al tema de las espirillas, que se hallan dentro del átomo permanente, y observaremos en qué forma son afectadas por el rayo egoico, recordando siempre que las consideramos como:

Primero. La economía interna del germen de la vida en los tres planos concernientes al hombre en los tres mundos; segundo, los siete principios de cada una de las tres envolturas: tercero, el núcleo positivo de la fuerza que mantiene unida la materia de las tres envolturas.

Por lo tanto, estudiaremos dos cosas:

La composición del átomo permanente.

La diferencia que existe entre la unidad mental y los átomos permanentes astral y físico.

A fin de esclarecer esto y de extraer algún concepto definido de esas oscuras regiones de la abstracción, hagamos la siguiente clasificación:

a. La composición del átomo permanente. El átomo permanente de los planos astral y físico es una esfera de sustancia astral o física, compuesta de materia atómica y caracterizada por las cualidades siguientes:

Respuesta. Es el inherente poder de responder a la vibración de cualquiera de los Hombres celestiales y se transmite por intermedio del aspecto Brahma o dévico de Su triple naturaleza. El átomo permanente encuentra su lugar dentro de la esfera de influencia de uno de los grandes devas, los Señores Rajas de un plano.

El poder de construir formas. Estos devas pronuncian dos letras de la palabra microcósmica, y cada una constituye (en su propio plano) el agente coherente que reúne la sustancia. produce la forma y atrae materia con el propósito de objetivarla. El sonido astral produce al microcósmico “Hijo de la necesidad”, y cuando reverbera en el plano físico produce la encarnación y la repentina aparición de los siete centros en los niveles etéricos. La construcción del físico denso es el resultado de la consiguiente acción automática de la esencia dévica, pues no debe olvidarse que el hombre es esencialmente (respecto al plano físico) un ser etérico y que su cuerpo físico denso es considerado esotéricamente como que se halla “debajo del umbral” y no constituye un principio.

Permanencia relativa En el séptimo principio de todas las entidades que se manifiestan se van acumulando y desarrollando las facultades los dones y la memoria atómica, en otras palabras, la herencia del Pensador, desde el punto de vista físico y emocional. Las envolturas no son permanentes; están construidas en formas provisorias y son desintegradas cuando el Pensador ha agotado todas sus posibilidades pero el séptimo principio de cada una de las envolturas recoge para sí las cualidades adquiridas y las acopia (bajo la Ley del Karma) para ser desarrolladas nuevamente, expresándolas como impulso del plano en cada nuevo ciclo de manifestación. Dicha permanencia es también relativa, pues cuando el fuego Interno del átomo arde con mayor fuerza y los fuegos externos del ego o fuego solar, hacen impacto sobre el átomo con acrecentada intensidad, entonces el átomo a su debido tiempo es consumido. y la llamarada interna llega a ser tan poderosa que destruye el muro que la encierra.

Calor. Aquí se encuentra la diferencia que existe entre los átomos de todos los planos y la materia atómica de la cual forman parte. No es fácil dilucidar esta diferencia, ni tampoco es conveniente hacerlo en esta época: los hechos reales constituyen uno de los secretos de la iniciación pero la diferencia que existe entre el átomo permanente y la materia atómica podría más o menos llegar a comprenderse si decimos que:

El átomo permanente es aquel del cual se ha apropiado una se las vidas que forman los centros del cuerpo de un Señor solar, mientras que la materia atómica en sí se emplea para formar otras partes de Su gran cuerpo de luz.

El átomo permanente es aquel que ha quedado bajo el poder atractivo del segundo aspecto, en cambio la materia atómica misma es vitalizada por la vida del tercer aspecto.

El átomo permanente sigue la línea de fuerza de menor resistencia y va quedando fuera del control del Señor de los Devas y entra bajo el control de la vida positiva. Esto concierne a la evolución de la conciencia de la sustancia.

El átomo permanente queda bajo el control directo de los tres grupos inferiores de los Señores Lipikas y constituye el agente a través del cual Ellos imponen el karma correspondiente a un ente determinado que pudiera estar empleándolo. Trabajan directamente con los átomos permanentes de los hombres y logran resultados mediante la forma, hasta agotar la capacidad vibratoria de un átomo determinado: cuando esto ocurre el átomo entra en una etapa de oscuración, como lo hace el séptimo principio de cualquier envoltura. Queda así bajo la influencia del primer aspecto que se manifiesta como el Destructor.

Recuerden que al hacer estas afirmaciones nos referimos al microcosmos y a los átomos permanentes relacionados con el mismo respecto al Logos solar manifestado en el sistema, nos ocupamos de uno de los átomos permanentes. siendo Su átomo físico permanente. Resultará evidente que en el átomo físico permanente del Logos solar se halla oculta la facultad de responder conscientemente a las vibraciones de todos los planos, el secreto del propósito kármico de Su encarnación y también el misterio de Su actividad funcional: pero no podemos desentrañar todavía el secreto de Sus tres átomos permanentes inferiores al funcionar como una unidad dentro de Su vehículo causal. Hasta que no logremos esto es inútil hacer conjeturas respecto a su Ser fundamental.

La diferencia que existe entre ellos. La unidad mental tiene, respecto al hombre, una posición peculiar y única, la de Pensador en el cuerpo causal. Esto lo estudiaremos luego, por ahora sólo diré que el misterio de la unidad mental se halla oculto en la naturaleza de los Hombres celestiales. La siguiente analogía contiene la clave de este misterio, pero sólo puede insinuarse, dejando que el estudiante descubra la verdad por si mismo. En los tres planos de la manifestación logoica -los tres superiores- se manifiestan los tres aspectos: en el plano búdico, el cuarto éter cósmico, se manifiestan los centros logoicos etéricos, o sea esos vórtices de fuerza que animan a los tres planos inferiores de la manifestación físico densa. En conexión con los Hombres celestiales tenemos también una manifestación secundaria, y en el plano búdico se halla Su tercer aspecto, dejando el plano cósmico gaseoso o manásico para la expresión principal de Su fuerza: Ellos constituyen esencialmente los Pensadores divinos, los Manasaputras. Por lo tanto, en conexión con el microcosmos, considerado como parte de un centro del cuerpo de un Hombre celestial, hay un descenso menor dentro de la manifestación gaseosa o ígnea de un Señor solar. Esto atañe a los tres subplanos superiores, que podrían considerarse como la manifestación de los tres aspectos superiores del Hombre en materia mental, mientras que en el cuarto subplano tenemos los centros mentales del hombre dentro de la periferia de su cuerpo mental del cual la unidad mental constituye el factor unificador. Como ya se ha dicho anteriormente, éste es un profundo misterio y no puede dilucidarse más extensamente.

b. Los planos y la energía ígnea. Seria bueno considerar aquí las analogías de cada plano,( ) con sus siete subplanos, recordando al estudiante que estamos hablando de los planos no sólo como el campo para el desarrollo del hombre, sino como el campo de evolución de un Logos solar. En el sistema solar tenemos:

Primero, los tres planos superiores, correctamente denominados los planos de los tres aspectos; segundo, el séptimo principio logoico que se halla en el primer plano y puede considerarse como el impulso de la materia física que produjo Su cuerpo objetivo.

En el segundo plano se hallan los siete Hombres celestiales que constituyen Sus centros principales de fuerza. Existen otros pero de Ellos no nos ocuparemos, porque han logrado ya una meta determinada, y personifican los centros que ahora se hallan en estado pasivo o fuera de manifestación, pues el kundalini logoico ha dirigido su atención hacia otra parte. Según otra clasificación constituirían los diez que corresponden a la vida esotérica, pudiendo también clasificarse como doce, formando así el Loto de doce pétalos o centro cardíaco del Cuerpo de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE.

En el cuarto éter cósmico, el plano búdico, se encuentran los centros etéricos del Logos. Allí están también los planetas esotéricos y el Sol, considerados como el centro de los principios búdicos; desde allí el Logos anima a Su manifestación física densa.

Finalmente, en los tres planos inferiores tenemos Sus cuerpos o envolturas gaseosa, líquida y densa, que peculiarmente forman en conjunto una unidad; constituyen un todo coherente, así como los tres planos superiores forman análogamente la triple expresión unificada de las tres personas de la Trinidad.

Existe una analogía similar en los subplanos de cada plano del sistema, y ésta se hará más evidente a medida que el hombre vaya adquiriendo una visión más clara y pueda conscientemente comprobar por si mismo la verdad respecto a la vida subjetiva. Nos ocuparemos brevemente de estos planos y estudiaremos la vida o manifestación de fuerza en cada uno, dándole más importancia a los cuatro inferiores por ser los planos que conciernen más de cerca al hombre.

El Plano Logoico. Los subplanos primero, segundo y tercero del primer éter cósmico responden específicamente a la vibración de uno de los tres aspectos o a esas Entidades cósmicas cuya influencia llega desde más allá del sistema hasta la materia de los planos. En el cuarto subplano se obtiene una mezcla elemental de las tres Vidas ígneas que produce, en forma arquetípica, esa manifestación de fuerza de la electricidad que oportunamente hace surgir, en el plano siguiente, a los Hijos de la Luz. En esta connotación eléctrica tenemos los tres planos superiores personificando siempre al triple aspecto Espíritu; los tres inferiores personificando al triple aspecto sustancia, el plano de unificación donde se logra un acercamiento que, en el Sendero de Retorno, señala el momento de la realización y del triunfo. A esto le sigue un período de oscuración. De allí que en todos los pIanos del sistema solar exista un cuarto plano donde se lucha por obtener la iluminación perfecta, lográndose en consecuencia la liberación, el campo de batalla, el Kurukshetra. Aunque para el hombre, el cuarto plano o búdico, es el lugar de triunfo y la meta de sus esfuerzos, para el Hombre celestial constituye el campo de batalla y para el Logos solar el suelo ardiente.

La diferenciación de los subplanos de los planos del sistema en tres superiores, tres inferiores y un plano central de armonía, ocurre únicamente desde el punto de vista del fenómeno eléctrico y no del Espíritu puro, o sustancia pura, considerado separadamente. Esto concierne al misterio de la electricidad y a la producción de la luz. Los tres planos superiores tienen que ver con las Fuerzas o Vidas centrales, los tres inferiores conciernen a las Fuerzas o Vidas inferiores. Esto debemos tenerlo muy presente, recordando que, para el ocultista, no existe tal cosa como sustancia, sino únicamente Fuerza en distintos grados, Energía de cualidad diferenciada, Vidas que emanan de diferentes fuentes, cada una distinta y separada, y Conciencia que produce un efecto inteligente por intermedio del espacio.

Les indicaré que en el subplano atómico de cada plano el Señor Agni manifiesta Su ardiente vida; se demuestra como fuego solar en el segundo, tercero y cuarto, y como “fuego por fricción” en el quinto, sexto y séptimo. Desde el punto de vista del microcosmos, la Chispa en la Llama, el hombre, se manifiesta como fuego eléctrico en el segundo plano o segundo éter cósmico; como fuego solar en los planos tercero y cuarto y en los tres subplanos superiores del quinto; como fuego por fricción en los subplanos inferiores del quinto, sexto y séptimo.

e. Los planos y Los tres fuegos. Hablando en forma relativa, en cada plano tenemos:

a. Fuego eléctrico manifestándose como el estado primitivo de los tres superiores.

b. Fuego por fricción como el factor más significativo de los tres inferiores.

c. Fuego solar que surge como llamarada producida por la unión en el plano central.

Esto puede observarse en el sistema solar en conexión con un Hombre celestial en el plano búdico, donde dichos Fuegos surgen como llamaradas a través de Sus centros etéricos. Relacionada con el hombre en el plano mental, existe una condición similar: los tres subplanos superiores conciernen al aspecto Espíritu del cuerpo causal y los tres inferiores conciernen principalmente a la envoltura mental o fuego por fricción; en el cuarto subplano se hallan los centros de fuerza del cuerpo mental. Lo mismo sucede en el plano físico respecto al hombre -sus centros etéricos se hallan ubicados en la materia del cuarto éter.

Cada una de las tres Personas de la Trinidad se manifiesta igual que el hombre, Espíritu, Alma o Ego y Sustancia. Relacionándolo con Brahma tenemos el aspecto Espíritu o primer aspecto, animando a los tres subplanos superiores de cada plano. Su aspecto alma se halla en el cuarto subplano de cada plano donde están situados los centros etéricos de todos los entes manifestados. En los tres subplanos inferiores es donde primeramente hace contacto con Su aspecto sustancia. De allí que existan cuarenta y nueve fuegos de materia o lo siete fuegos de cada plano; la unión de los tres superiores y los tres inferiores producen esa llamarada que denominamos ruedas de fuego o centros, en el cuarto subplano de cada plano.

Vinculada al segundo aspecto existe una condición similar. En el segundo plano el fuego solar surge en su aspecto eléctrico, haciéndolo también en el tercero y cuarto planos, pero su manifestación central se efectúa en los niveles manásicos brillando a través del vehículo causal de los grupos egoicos. Sólo quedan dos planos y medio donde puede manifestarse el aspecto fuego por fricción, dieciocho subplanos en total que conciernen al tercer aspecto de la segunda Persona de la Trinidad logoica.

Para el hombre, el microcosmos, es posible establecer una diferenciación similar; su Mónada y su aspecto egoico pueden estudiarse en sus triples esencias y en sus propios planos; el aspecto Brahma del Ego se halla dentro de los átomos permanentes. Por lo tanto debería estudiarse con cuidado lo siguiente:

1. Los Planos. Manifestación de Brahma, aspecto sustancia o tercer aspecto, debería aplicarse a esta Entidad la misma constitución triple que se evidencia en las otras dos. Deben estudiarse detenidamente los planos del fuego eléctrico, los de su naturaleza inferior y el punto donde surge como llamarada o, para él, conflagración (los centros etéricos). Brahma es la vida positiva de la materia, la revelación de la sustancia y la llamarada que puede percibirse.

2. La Vibración. Manifestación del segundo aspecto. Las vibraciones de la conciencia constituyen los tres mundos mayores, suma total de la vida egoica, los tres menores que rigen el tercer aspecto del Ego y el acorde de unificación que emite su sonido actualmente.

Los tres aspectos del Espíritu, tal como pueden ser percibidos, sólo es posible expresarlos en nuestro sistema solar, en términos de los otros dos, y en lo que respecta a su naturaleza, foránea al sistema, nada puede decirse que resulte de valor en esta etapa del conocimiento.

Las ideas anteriores respecto a los planos y a las nueve naturalezas de todo lo que existe, nos conduce a regiones que todavía se hallan muy lejos de la comprensión del hombre; sin embargo, el científico se aproximará a la verdad y comprenderá la naturaleza de los fenómenos eléctricos, sólo cuando estudie la triple naturaleza del aspecto sustancia; únicamente entonces la electricidad será dominada y utilizada por el hombre como unidad, no sólo en uno de sus aspectos como lo ha hecho hasta ahora; lo único que se ha logrado extraer hasta hoy, para fines comerciales, es la electricidad negativa del planeta. Debe recordarse que aquí se emplea el término negativo en relación con la electricidad solar. Cuando el hombre haya descubierto la forma de extraer y utilizar la electricidad positiva combinada con la electricidad planetaria negativa, se producirá una situación muy peligrosa, constituyendo uno de los factores que oportunamente provocará la destrucción, mediante el fuego, de la quinta raza raíz. En ese grandioso cataclismo “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos”, ( ) como dice la Biblia. Esto sucederá, aún en mayor grado, en la próxima ronda, y mediante el fuego serán destruidas las formas de aquellos hombres que han fracasado, lo cual liberará en gran escala las vidas, quedando así la Tierra “purificada” momentáneamente de elementos que tiendan a obstaculizar el proceso evolutivo. A medida que pasan los ciclos se logrará gradualmente el equilibrio de estas corrientes ígneas, produciéndose una condición planetaria armónica y una cualidad esotérica que proporcionará un ambiente ideal para el hombre armonioso.

Solo cuando los sicólogos estudien la triple naturaleza esencial del aspecto forma se revelará el misterio de la conciencia, y la naturaleza de los tres grupos magnéticos, sus distintas subdivisiones y la consiguiente radiación efectiva se convertirán en un factor de la vida diaria. Esto tiene que ver con el desarrollo definitivo de la siquis de acuerdo a la ley la expansión científica de la conciencia, produciendo oportunamente esas condiciones en que el trabajo preliminar a la primera iniciación, no formará parte de un proceso esotérico sino que será estrictamente exotérico. A su debido tiempo se hallará que los esfuerzos autoinducidos por los cuales el hombre prepara conscientemente sus centros para que le sea aplicado el Cetro de la Iniciación, en la primera Iniciación, serán tratados en los libros y conferencias y formarán parte del pensamiento común de las masas. También esto conducirá a que se separen los dos grupos a mediados de la quinta ronda. Debe recordarse que dicha separación formará parte de un proceso natural y no será una drástica medida impuesta contra la voluntad de los pueblos. Los CONOCEDORES y los estudiantes del Conocimiento -impulsados por la conciencia de grupo y actuando conscientemente- reunidos en grupos, se apartarán de aquellos que no poseen conocimiento ni se preocupan por poseerlo. Dicha separación será autoinducida y constituirá un desarrollo lógico de la vida grupal; tendrá en sí mismo un carácter temporario, porque el objetivo fundamental consistirá en lograr oportunamente una fusión más estrecha: se establecerá primordialmente la línea de demarcación entre los cuatro Rayos inferiores y los tres superiores. Este misterio también se halla oculto en la relación existente entre los cuatro Kumaras exotéricos y los tres esotéricos, y desde el punto de vista del hombre, separa a quienes están desarrollando la conciencia de la Tríada de aquellos que aún viven la vida del Cuaternario.

Involucra a los que responden a los Señores solares, distinguiéndolos de los que todavía sólo reconocen el control de los Señores lunares. Lo expondré en términos de Fuego: a quienes calienta el fuego por fricción y no responden al fuego solar permanecen dentro de la caverna y viven en la oscuridad, mientras que aquellos sobre cuyo ser irradia el Sol de la Sabiduría y se exponen a los rayos del calor solar, viven en la luz, gozan de una libertad cada vez mayor y llevan una existencia vital.

El verdadero significado de los tres aspectos del Espíritu recién comienza a percibirlo el iniciado de alto grado, no pudiendo ser expresado en palabras ni captado por el hombre hasta no haber pasado del reino humano al espiritual. Por lo tanto, es innecesario detenernos para elucidarlo más extensamente.

Podríamos resumir esta cuestión, que tan frecuentemente citaba H. P. B. ( ) en los términos del Antiguo Comentario:

“Los Benditos Seres ocultan Su triple naturaleza, pero revelan Su triple esencia por medio de los tres grandes grupos de átomos. Tres son los átomos, triple su radiación. El interno núcleo de fuego se oculta a sí mismo y sólo es conocido a través de lo que irradia y por aquello que irradia. El fuego puede conocerse sólo cuando desaparece la llama y ya no se siente el calor.”

Ahora podemos reasumir nuestro estudio del misterio de la unidad mental y observar en qué difiere de los demás átomos permanentes; entonces podríamos condensar brevemente el cúmulo de información esotérica respecto a los átomos permanentes, lo cual será suficiente durante muchos años como base de investigación para los estudiantes de ocultismo. Los átomos permanentes y su economía interna continuarán siendo un misterio durante mucho tiempo, sólo podrán darse aquí unas pocas indicaciones generales.

La diferencia fundamental existente entre la unidad mental y los otros dos átomos permanentes consiste en que aquélla sólo contiene cuatro espirillas en lugar de siete. Esto ocurre debido al hecho mismo de la evolución, pues la unidad mental es el primer aspecto de la triada, de la personalidad o del hombre, al actuar en el reino humano en los tres planos inferiores. Cuando el hombre pasa al reino espiritual, estos tres aspectos -los cuerpos mental, astral y físico- se sintetizan en el superior mediante un proceso dual:

1. Cambia su polarización, pasando de los tres átomos inferiores a los de la Tríada.

2. La fuerza que estos átomos generan y personifican se mezcla y fusiona en los puntos superiores de fuerza.

Átomo permanente es el núcleo positivo o sustancia germen de la envoltura donde éste se encuentra. Es aquello que constituye la base para la construcción de formas y, textualmente, es un punto vibrante de fuerza que emana del segundo aspecto de la Mónada y acumula en sí el aspecto negativo o tercero, con el cual construye la forma. Debe recordarse que este segundo aspecto es dual y que al considerar los átomos permanentes tratamos del aspecto femenino de la segunda Persona. En consecuencia, las espirillas no son más que corrientes de fuerza, o el segundo aspecto vital que circula geométricamente dentro del muro que circunda a la sustancia, compuesto de la fuerza o sustancia del tercer aspecto. Lo que se ha dicho de la objetividad o del átomo cósmico también puede decirse del átomo permanente del hombre, el microcosmos:

“El rayo primordial es el vehículo del Rayo divino.” ( ) La fuerza negativa constituye un receptáculo para la fuerza positiva. Los átomos son centros de fuerza, y los centros, tal como los conocemos, el conjunto de puntos de fuerza que han alcanzado un grado específico en la evolución y responden, en cierta medida al primer gran aspecto o fuego eléctrico.

Debe reflexionarse detenidamente sobre este concepto pues oculta mucha información para el estudiante, y cuando sea captado debidamente, se vertirá, sobre el problema de la manifestación, la luz del conocimiento El lugar que ocupan y la parte que desempeñan los diferentes reinos de la naturaleza dentro del cuerpo logoico, concierne al secreto de la posición, pues todo depende del tipo de fuerza animadora, de la interacción de esa fuerza en la sustancia, del aspecto dual, triple o unificado de la fuerza, y de la manifestación septenaria en la construcción de formas.

Cada átomo es un punto focal de fuerza, fuerza de la sustancia misma, vida o vitalidad del tercer aspecto, la vida de esa Entidad cósmica que constituye para el Logos el aspecto negativo de la electricidad.

Cada forma ( ) y conglomerado de átomos son simplemente centros generados por la acción de la fuerza positiva y su interacción con la energía negativa. La vitalidad del segundo aspecto, actuando conjuntamente con el tercero, produce -en tiempo y espacio- esa ilusión o maya que surge momentáneamente y atrae la atención, creando la impresión de que la materia es algo concreto. En realidad no existe nada concreto; sólo existen distintas clases de fuerza y el efecto producido en la conciencia mediante su interacción.

Detrás de toda forma y sustancia (poco conocidas y comprendidas aún) se encuentra un tercer tipo de fuerza, que utiliza los otros dos factores para producir armonía eventual, y en su propio plano constituye la suma total del segundo. Podría llamársele:

a. Vida sintetizadora.
b. Fuego eléctrico.
c. Punto de equilibrio.
d. Unidad o armonía.
e. Espíritu puro.
f. Voluntad dinámica.
g. Existencia.

Fuerza que actúa por medio de la doble manifestación de la fuerza diferenciada, mediante la energía de la materia y la coherencia de las formas, por intermedio de los centros y los puntos de fuerza, siendo la triple manifestación de FOHAT, del cual la última o tercera manifestación es aún desconocida o inconcebible.

Esto me lleva a considerar el hecho citado anteriormente de que la unidad mental sólo posee cuatro de las corrientes de fuerza. Cada corriente de fuerza de los átomos permanentes vibra de acuerdo a la nota de un determinado subplano, y sirve como medio para vitalizar la materia del subplano, con la cual se construye cualquier cuerpo alrededor de un átomo permanente. Constituye la fuerza del Hombre celestial cuando anima las células de Su forma y las mantiene en coherencia como una unidad. Se ha de recordar, desde el punto de vista del microcosmos, que el aspecto del Espíritu puro o Fuego eléctrico permanece en este sistema solar como una abstracción. Un hombre puede lograr conciencia grupal: vibrar de acuerdo a la nota del Hombre celestial de cuyo cuerpo es una célula; manifestar con relativa perfección el fuego por fricción y el fuego solar, pero corresponde a un mahamanvántara posterior la revelación de la verdadera naturaleza del Espíritu. Por lo tanto, en lo que respecta al hombre que actúa en la familia humana, es evidente este hecho y su analogía. Hasta que no se retira de los tres mundos y se convierte en un Maestro de Sabiduría, la verdad sobre estos tres aspectos se halla oculta para él. El mental no es un átomo permanente septenario, sino que responde a cuatro tipos de fuerza y no a toda la gama de vibraciones. Aquí tenemos la razón de la tolerancia. Hasta que el hombre no comience conscientemente a ser controlado por el Ego y empiece a percibir la vibración del átomo manásico permanente, es inútil esperar que responda a ciertos ideales o capte ciertos aspectos de la verdad.

La unidad mental cubre sus necesidades y no existe un puente entre ésta y el átomo manásico permanente.

Dos planos y medio del cuarto reino se dedican a la evolución de cada hombre, quien sólo comienza a trascenderlos cuando se acerca y recorre el Sendero. Desde el ángulo del hombre común en encarnación física, la conciencia egoica, dentro de la periferia causal, es tan abstracta como lo es el Logos cuando lo vemos como el Morador dentro del sistema. Estos dos planos y medio son de especial interés para el Logos porque personifican:

Aquello que para Él se halla debajo del umbral de la conciencia.
Aquellos centros desde los cuales el kundalini logoico retorna.
Aquello que no es considerado un principio.
Aquello que gradualmente entra en la oscuración.

No es posible explayarse más sobre este misterio.

4. Resumen.

Antes de continuar, sería conveniente resumir algunos de los hechos respecto a las espirillas y al átomo, y luego encarar el tema del cuerpo causal y del hombre, el individuo.

1. Las cuatro espirillas inferiores están definidamente influenciadas por el Rayo de la personalidad.

2. Las espirillas quinta y sexta están más específicamente influenciadas por el Rayo del ego, cualquiera sea ese Rayo.

3. La quinta espirilla tiene un valor peculiar porque sintetiza las cuatro inferiores. Constituye la tercera cuando enumeramos las corrientes de fuerza espiral desde el ángulo del polo atómico. Vibra de acuerdo a cinco tipos de fuerza.

4. Textualmente, las espirillas son diez, tres mayores y siete menores, pero desde el punto de vista de la unidad, constituyen las cuatro y las tres mayores; las tres restantes se cuentan como una, conjuntamente con sus mayores, pues constituyen reflejos directos.

5. Los átomos permanentes no tienen forma de corazón, según los ilustran ciertos libros. Una cantidad de átomos son de ese tipo, pero no constituyen átomos permanentes, los cuales son más definidamente esferoidales, ligeramente aplanados en la parte superior, y análogamente aplanados en la parte inferior, encontrándose en ello la analogía de la depresión polar.

6. El orden de las espirillas, dentro de los átomos permanentes, varía en cada plano, y las que con más frecuencia se mencionan son las espirillas del plano físico. El orden de estos minúsculos vórtices de fuerza y su economía interna en cada plano constituye uno de los secretos de la iniciación y no puede ser revelado. Sólo es posible hacer una sugerencia para guiar al estudiante: El átomo astral permanente posee corrientes internas de fuerza, ordenadas de tal modo que las espinillas se asemejan a la figura del corazón, pero sin terminar en punta. El átomo búdico permanente contiene espirillas ordenadas que forman aproximadamente el número ocho, con una corriente central que secciona la doble espiral.

7. Cuanto más se acercan a la realidad, más sencillo se hallará el ordenamiento de las espinillas. Estas corrientes de fuerza evidencian un ordenamiento septenario en los tres átomos permanentes inferiores del hombre, mientras que los tres superiores contienen sólo tres espirillas -las tres mayores.

8. Debe observarse que existen únicamente seis átomos permanentes vinculado, a la evolución humana, mientras que el Hombre celestial posee cinco, y uno de ellos se halla en el sistema solar. (Aún no ha sido revelado el misterio de un planeta y su vida central, que está vinculado a otra manifestación de la cual nada sabemos.)

9. Se ha de recordar que estamos tratando de la encarnación física de estas grandes Entidades y que Sus átomos permanentes, excepto el físico, están fuera del sistema.

10. El cuerpo causal del Hombre celestial se halla en el tercer subplano del plano cósmico mental, mientras que el del Logos solar y el de las tres Personas de la Trinidad logoica están en el primer subplano.

11. Los átomos permanentes de los hombres se hallan en el subplano atómico de cada plano, excepto en el mental; los de los animales en el segundo subplano; los de los vegetales en el tercer subplano, y los de los minerales en el cuarto subplano. Existe, por lo tanto, una estrecha analogía entre estos puntos focales de fuerza del grupo sea o no humano -de una cadena, un globo, una ronda- debidamente aplicado llega el esclarecimiento. La suma total de los átomos permanentes de cualquier reino determinado forman las corrientes de fuerza o espirillas de los grandes átomos que pertenecen a las entidades solares o lunares, mientras que la suma total de los átomos permanentes del hombre en el reine espiritual (los tres átomos de la tríada, atma-budi-manas) forman las corrientes espirales de fuerza dentro de ciertos centros.

12. A medida que los átomos permanentes llegan a ser radiactivos, durante la evolución, producen dentro del centro un notable acrecentamiento de la vibración.

13. Los átomos permanentes tienen que con los entes solares cuando se hallan en, o por encima dei a superior. Conciernen a los entes lunares del mental inferior, en los planos astral y físico.

14. Se ha de observar que en el sistema solar los entes enumerados a continuación se manifiestan a través de:

I. Un átomo permanente el físico.
1. Un Logos solar.
2. Los tres Rayos mayores o Señores de Aspecto.
3. Los siete Hombres celestiales.
4. Los cuarenta y nueve Regentes de las cadenas planetarias.

II. Dos átomos permanentes el físico y el astral.
1. Los siete Señores que pertenecen a los globos de cada cadena.
2. Los cuarenta y nueve Manu-Raíces.
3. Los setenta y siete formadores de las formas -grupos de Señores solares que se dedican a construir formas, trabajando principalmente en el primer Rayo.
4. Algunos Avatares, elegidos por el Logos a fin de contener cierto tipo de fuerza en determinados intervalos y así acrecentar la evolución de la siquis.

III. Tres átomos permanentes físico, astral y mental.
1. Los Señores del tercer reino, el reino animal. Son siete Entidades cuyos cuerpos están formados por almas animales; así como los Hombres celestiales personifican para el hombre el principio búdico, análogamente esos Señores personifican para el reino animal el principio manásico que constituye para dicho reino la meta del proceso evolutivo.
2. Ciertas grandes Entidades que personifican toda una serie de existencias en cinco planetas, de los cuales la Tierra no forma parte, pero con el tiempo se comprobará que ejercen un poderoso efecto sobre el hombre en la Tierra, mediante los tres Budas de Actividad. Un indicio sobre esta influencia esotérica le llega al hombre debido al estrecho vínculo que existe entre la Tierra y Mercurio. No es posible extenderme más por ahora.
3. Las entidades que son la suma total de esas almas grupales que contienen tríadas permanentes definidas. Nueve tríadas constituyen el cuerpo de una de estas entidades.

IV. Por intermedio de cuatro átomos permanentes físico, astral, mental y búdico.
1. Ocho grupos de Entidades solares que constituyen la vida subjetiva de los siete centros en el cuerpo de Brahma, considerado como una Entidad cósmica separada, disociado de Sus dos hermanos. Son los siete Hijos de Fohat, incluyendo el octavo Hijo, y la diferenciación final de los cuarenta y nueve fuegos, anteriores a Su unión con el fuego de Eros. Así lo expresa H. P. B. ( )
2. Esa Entidad que actúa por intermedio de la FORMA de una Jerarquía planetaria oculta, empleándola como Su cuerpo de manifestación y considerándola como el centro por intermedio del cual Su fuerza puede fluir. Debe recordarse que dichos grupos constituyen, en cada planeta, un vehículo mediante el cual se expresa la vida de un gran Individuo, quien da a esa Jerarquía su coloración característica y su nota clave particular.
3. Un número de Deidades solares que irradian el magnetismo solar y constituyen la vida de la forma.
4. Un grupo peculiar de Seres conectados con cierta constelación y el Dragón menor; quienes tienen su morada en Neptuno y trabajan con el sexto principio del sistema solar. Toman forma física, están animados por el deseo puro y controlados por la mente, e imparten amor-sabiduría en ciertas “Aulas de Sabiduría” en los diversos planetas. Las palabras “Aulas de Sabiduría” en su significado esotérico no describen un lugar sino una etapa de conciencia.

V. Por intermedio de cinco átomos permanentes ... físico, astral, mental, búdico y átmico.
1. Los Señores de ciertos subplanos que trabajan dirigidos por el Señor Raja de un plano y constituyen en si vibración y actividad.
2. Los Hombres celestiales menores en el nivel búdico, que reflejan a Sus prototipos superiores en el segundo piano del sistema.
3. Las entidades que constituyen la suma total de la conciencia grupal en niveles egoicos; se ha de recordar que estos grupos están diferenciados, compuestos y agrupados en siete, hasta formar cuarenta y nueve grupos de siete vehículos egoicos, formando a su vez un grupo que constituye el cuerpos de esta Deidad solar menor. Existe una multiplicidad de estos grupos de cuarenta y nueve unidades. Esto ya fue mencionado anteriormente cuando se anunció que un Maestro y Su conjunto particular de discípulos e iniciados forman un grupo o centro de fuerza. Estos grupos tienen sus átomos permanentes como lo tienen todas las vidas que intentan expresarse objetivamente
4. Las entidades que constituyen la suma total del reino vegetales en sus diversas manifestaciones en los diferentes globos, cadenas y esquemas.

VI. Por intermedio de seis átomos permanentes ... físico, astral, dos mentales, búdico y átmico.

 

 

 

El HOMBRE.

Todo lo que aquí se enuncia es una ampliación de los informes dados sobre “La Hueste de la Voz” ( ) en un esfuerzo por demostrar que muchas vidas distintas (personificando todas las vidas menores, o que se hallan personificadas en vidas mayores) se encuentran dentro de los diferentes esquemas. Sólo nos ocupamos de esas vidas superhumanas o humanas, las cuales han sido o son HOMBRES.

No hemos tratado las vidas subhumanas, los señores lunares o pitris menores, pues su día no ha llegado aún, progresando inconsciente y no autoncientemente a medida que avanza el progreso evolutivo. Ya han sido consideradas estas entidades y sus átomos permanentes en relación a su manifestación en un sistema solar; no nos hemos extendido más allá del “círculo no se pasa” solar.

Todos los átomos permanentes se relacionan. con la materia física y la manifestación. El átomo permanente superior del hombre, el átmico, después de todo es un átomo del tercer éter cósmico, y esto debe ser estudiado y meditado. También fueron comentadas las distintas personalidades (la palabra “personalidad” se aplica deliberadamente, pues ¿qué son Ellas, sino personalidades o Seres en encarnación física?), en primer lugar desde Su punto de fuerza inferior. Hemos considerado al átomo permanente como el punto donde se establece contacto con la fuerza de un plano, de un planeta, de una cadena, de un esquema o de un sistema. Esto debe tenerse siempre presente.

Se ha de tener en cuenta que gran parte de lo antedicho podrá parecer incomprensible, pero lo que aquí se expone se esclarecerá cuando los científicos lleguen a comprender y a regular la fuerza, entonces se verá que hemos tratado con la fuerza positiva de todas as formas negativas que se hallan por encima del reino humano e incluyendo a éste.

 

 

EL LOTO EGOICO. ( )

Ahora encararemos el tema del cuerpo causal en su propio plano desde el punto de vista del FUEGO. Lo hemos estudiado brevemente desde el ángulo más común y en sentido materialista, considerándolo como un vehículo de sustancia sutilizada que contiene en sí mismo el séptimo principio de cada una de las dos envolturas inferiores del microcosmos y de la unidad mental. Esta última personifica el primer aspecto en manifestación y es análoga al primer aspecto logoico -el cual, en el sistema solar, no llega a expresarse plenamente.

Quisiera señalar que al estudiar el sistema solar, como la manifestación física de un Logos solar, estamos investigando:

a. El átomo permanente físico de un Logos solar, contenido dentro del cuerpo causal logoico en su propio plano.

b. Los siete tipos de fuerza, o las siete espirillas logoicas dentro de ese átomo permanente. Si esto llega a ser comprendido se obtendrá una nueva perspectiva respecto al tema de la vibración del plano.

c. La estrecha analogía que existe entre los planos y las siete espirillas en el átomo permanente de un Logos solar.

Han sido consideradas muy brevemente estas espirillas y su función, ahora encararemos el tema del Rayo del Ego y del fuego de la mente desde el punto de vista subjetivo, o en términos de fuego.

1. Centros o Ruedas de Energía.

a. Centros de fuerza. Se alcanzará la claridad de visión deseable si estudiamos el tema del desarrollo monádico desde el punto de vista del ente humano. Se ha dicho en muchos libros de texto ocultistas que el hombre tiene siete centros de fuerzas (o diez, según algunos cálculos); que tres de éstos son los principales y, eventualmente, sintetizan los otros cuatro o absorben su fuerza o energía. Esto produce su eventual oscuración o desaparición de la manifestación “muriendo” en sentido oculto. Esto tiene su paralelo en los centros logoicos, los esquemas planetarios, que a su debido tiempo también entran en la oscuración y transmiten su energía a los tres esquemas mayores. Los tres centros principales del microcosmos son el coronario, el cardíaco y el laríngeo.

1. El centro coronario Mónada Voluntad Espíritu.
2. El centro cardíaco Ego Amor Conciencia.
3. El centro laríngeo Personalidad Actividad Materia.

Por lo tanto es evidente que así como en el hombre estos centros se relacionan con el triple hombre espiritual en su total desarrollo, de la misma manera los tres tipos de centros -micro y macrocósmicos- gradualmente son vitalizados por el poder de uno de les tres aspectos del Logos. Dichos centros son reconocidos también como puntos focales de fuerza activa y aparecer ante la visión del clarividente como ruedas ígneas o pétalos llameantes de un loto.

b. El cuerpo causal. centro cardiaco monádico. Al estudiar el cuerpo egoico debe recordarse que el cuerpo causal es la analogía en la manifestación monádica del centro cardiaco. Es una rueda llameante de fuego dentro del huevo aúrico monádico, que abarca los cinco planos de manifestación monádica; se lo ve también como el loto de doce pétalos. De estos doce pétalos, los tres internos aún no se han revelado o están en embrión, de allí que al cuerpo causal se lo considere frecuentemente como un Loto de nueve pétalos o una rueda de fuego con sólo nueve rayos o verticilos. Esto es verdad en lo que se refiere al proceso evolutivo, pero cuando un hombre ha conseguido despertar o desarrollar los nueve pétalos, o excitar el fuego de los nueve rayos o verticilos (quienes llegan a su consumación prácticamente en las tres Iniciaciones mayores), los tres internos son revelados. Responden, a la vibración monádica, al aspecto del Espíritu puro; el estímulo o la revelación de estos pétalos internos por el Iniciador Uno en la tercera y cuarta Iniciaciones produce la conflagración final y la ignición del cuerpo causal, con la consiguiente liberación de la Vida o Fuego positivo central.

2. El Loto Egoico de Doce Pétalos.

El Fuego solar es dual, siendo la fusión del fuego de la materia o sustancia y del fuego de la mente. Esto convierte al hombre en la Estrella de Luz de seis puntas, pues cada uno de estos fuegos es triple. El fuego de la mente es también dual en esencia, dando lugar a otra triplicidad que forma así los nueve. Cuando un hombre haya despertado los nueve fuegos, desarrollado los nueve pétalos y recibido el estímulo que se imparte en la iniciación -lo cual se lleva a cabo mediante el contacto consciente con la chispa eléctrica de su propio Hombre celestial particular-, todo ello se mezcla y fusiona. Los tres internos que completan los doce y conciernen a las etapas finales, esencialmente espirituales de su evolución, están más íntimamente relacionados con la evolución del Hombre celestial y vinculados con el estímulo que el recibe al entrar en contacto con la chispa eléctrica logoica, o el aspecto Espíritu puro del Logos.

Debe observarse que este nónuple desarrollo se insinúa en La Doctrina Secreta en las distintas partes donde H. P. B. trata de los Kumaras, o los Hombres celestiales, de los cuales el microcosmos es un reflejo. Les denomina los Señores de Conocimiento, los Señores de Amor y los Señores de Sacrificio. Cada uno de Ellos es un Loto de nueve pétalos en el cuerpo logoico. Constituyen las Ruedas llameantes, y en los diversos nombres con que se los denomina en La Doctrina Secreta puede descubrirse la clave de este misterio. Comprendamos esto con toda claridad respecto al microcosmos y después extendamos la idea hasta los Hombres celestiales, imaginémonos al loto egoico de nueve pétalos, el centro cardíaco en la conciencia monádica, desarrollando en triples grupos, cada uno de sus pétalos en los tres planos del mental superior. Su desenvolvimiento se lleva a cabo por medio del proceso evolutivo, en los tres planos de los tres mundos o en las Aulas de la Ignorancia, del Aprendizaje y de la Sabiduría.

a. Primer Grupo de Pétalos: Pétalos de Conocimiento:

1. El Pétalo de Conocimiento en el plano físico. El sufrimiento es el precio que se paga por la ignorancia al quebrantar la Ley, adquiriéndose así conocimiento. Este desarrollo se lleva a cabo mediante la experiencia en el plano físico.

2. El Pétalo de Amor en el plano físico. Se abre por medio de las relaciones físicas y el desarrollo gradual del amor, desde el amor al yo hasta el amor a los demás.

3. El Pétalo de Sacrificio en el plano físico. Este desarrollo se realiza mediante la fuerza impulsora de las circunstancias y no por el libre albedrío. Es la ofrenda del cuerpo físico en el altar del deseo -al principio es deseo inferior pero al final, aunque sigue siendo deseo, se convierte en aspiración. En las primeras etapas de su evolución el hombre se polariza en lo físico, por lo general lo hace inconscientemente y sin comprender lo que se está consumando, pero su resultado se ve como un doble acrecentamiento del calor o de la actividad en el cuerpo causal:

El átomo físico permanente se hace radiactivo o se convierte en un punto radiante de fuego.

Los tres pétalos inferiores vibran y comienzan a abrirse hasta desarrollarse completamente

b. Segundo Grupo de Pétalos: Pétalos de Amor:

1. El Pétalo de Conocimiento en el plano astral. Su desarrollo se realiza por el equilibrio consciente de los pares de opuestos y el empleo gradual de la Ley de Atracción y Repulsión. El hombre deja el Aula de la Ignorancia donde, desde el punto de vista egoico, trabaja ciegamente, comienza a apreciar los efectos de su vida en el plano físico, y por la comprensión de su dualidad esencial empieza a darse cuenta de las causas.

2. El Pétalo de Amor en el plano astral. Se abre por el proceso de transmutar gradualmente el amor a la naturaleza subjetiva o Yo interno. Esto tiene un efecto dual y se desarrolla en el plano físico durante muchas vidas de dificultades, esfuerzos y fracasos, a medida que el hombre lucha por enfocar su atención en el amor a lo Real.

3. El Pétalo de Sacrificio en el plano astral. Se abre por la actitud del hombre cuando se esfuerza conscientemente por abandonar sus propios deseos en bien de su grupo. Su móvil es aún confuso y está coloreado por el deseo de recuperar lo que él da y el amor de aquellos que trata de servir, pero es de orden mucho más elevado que el sacrificio ciego al cual se halla impulsado el hombre por las circunstancias, como en el caso del desarrollo anterior. A medida que prosigue esta triple iluminación o desenvolvimiento, observa nuevamente un resultado dual:

El átomo astral permanente entra en plena actividad y brillantez, es decir cinco de sus espirillas y los dos átomos, el del plano físico y el del astral, vibran en forma análoga.

Los tres pétalos del círculo central del loto egoico llegan también a su pleno desarrollo, y el centro cardíaco de la Mónada es percibido como una rueda de fuego, con seis de sus rayos en pleno despliegue de energía y rotando rápidamente.

c. Tercer Grupo de Pétalos: Pétalos de Sacrificio:

1. El Pétalo de Conocimiento en el plano mental. Su desenvolvimiento marca el período en que el hombre emplea conscientemente todo lo que ha adquirido o está adquiriendo bajo la ley, para bien de la humanidad.

Cada uno de los grupos de pétalos se caracteriza por un colorido predominante; el de Conocimiento en el plano físico se caracteriza por el colorido de los otros dos subsidiarios, el de Amor, en el plano astral, por la luz del sacrificio, de un tono más apagado que el de los otros dos, presentándose con igual brillo. En el plano mental, la luz del sacrificio se despliega plenamente y todo lo que se percibe está coloreado por esa luz.

2. El Pétalo de Amor en el plano mental se desenvuelve por la constante aplicación consciente de todos los poderes del alma al servicio de la humanidad, sin esperar ni desear recompensa por el inmenso sacrificio implicado.

3. El Pétalo de Sacrificio en el plano mental se demuestra como inclinación predominante del alma, observada en la serie de muchas vidas por las que ha pasado el iniciado antes de su emancipación final. Éste se convierte, en su propia esfera en el “Gran Sacrificio”.

Cuando el clarividente puede ver esta etapa en forma objetiva observa que produce dos efectos:

a. La unidad mental se convierte en un punto radiante de luz; sus cuatro espirillas transmiten fuerza con gran velocidad.

b. Los tres pétalos superiores se abren y el loto de nueve pétalos se ve perfecto.

Luego el cuerpo causal (expresado en términos de fuego) se transforma en un centro de calor llameante, irradiando a su grupo calor y vitalidad. Dentro de la periferia de la rueda egoica pueden verse los nueve rayos rotando con gran velocidad y -después de la tercera Iniciación- se hacen cuadridimensionales, o las ruedas “giran sobre sí mismas”. ( ) En el medio, formando cierto triángulo geométrico (el cual difiere de acuerdo al rayo de la Mónada), pueden verse tres puntos de fuego o los átomos permanentes, y la unidad mental en toda su gloria: en el centro puede verse una gloriosa llama central aumentando su intensidad a medida que los tres pétalos internos responden al estímulo. Cuando el fuego de la materia o “fuego por fricción” es suficientemente intenso; cuando el fuego de la mente o fuego solar (que vitaliza los nueve pétalos) llega a ser igualmente intenso y cuando brilla y puede verse la chispa eléctrica en el centro más recóndito, todo el cuerpo causal se hace radiactivo. Entonces los fuegos de la sustancia (la vitalidad de los átomos permanentes) escapan de las esferas atómicas, sumando su cuota a la gran esfera que los contiene; el fuego de la mente se fusiona con su fuente emanente y la vida central se escapa. Esto constituye la gran liberación. El hombre, en términos de esfuerzo humano, ha realizado su objetivo. Ha pasado por las tres Aulas y lo adquirido en ellas lo ha transferido al contenido de su conciencia; en orden correlativo ha desarrollado y abierto los pétalos del loto -haciéndolo primero con los tres inferiores, lo cual implica un proceso que abarca un vasto período de tiempo. Entonces los pétalos de la segunda serie se abren durante el lapso que abarca su participación inteligente en los asuntos mundiales, hasta penetrar en el reino espiritual en la primera Iniciación y en el período final y más breve en que los tres pétalos superiores, o círculo interno, se desarrollan y abren.

Antes de terminar la elucidación de este tema del Rayo del Ego y del fuego de la mente, les pediría a los estudiantes que recuerden lo siguiente:

Primero. Que el orden de desarrollo de los pétalos y el estímulo de los fuegos depende del Rayo de la Mónada y del subrayo en el cual se encuentra el cuerpo causal. Este concepto podría ampliarse y ser fuente fructífera de estudio para el investigador ocultista.

Segundo. Que este desarrollo se realiza lentamente en las primeras etapas, y únicamente se acelera a medida que el hombre se dedica a él conscientemente.

El Ego no se interesa activamente en este desarrollo hasta que el segundo pétalo de la segunda serie comienza a abrirse. Antes de eso el trabajo se efectúa de acuerdo a la ley de su ser y por medio de la vida inherente del segundo Logos, la vida de los pétalos del Loto. La vida del primer Logos que actúa por intermedio del yo (quien mora en una forma construida por la vida o energía del segundo Logos, empleando la fuerza-sustancia animada por la vida dei tercer Logos) sólo responde a la oportunidad cuando la etapa mencionada ha sido alcanzada.

Por último: La ceremonia de la iniciación sólo se realiza cuando el cuerpo causal está en condiciones de responder al aspecto Voluntad del Hombre celestial (el primer aspecto), haciéndolo por intermedio de la gozosa colaboración del yo plenamente consciente.

Por ahora nada más puedo decir sobre esto, pero lo impartido es bastante como para abrir diversas líneas de investigación que, si se las sigue, conducirán al estudiante a adquirir mucho conocimiento que será de valor y de aplicación prácticos.

3. Resumen.

Nuestro próximo tema se refiere a los elementales del plano mental, a las formas mentales que ellos animan, considerándolos como centros de fuerza capaces de producir resultados -constructivos si se los dirige correctamente, destructivos si se los deja seguir ciegamente su propio curso. Sin embargo, antes de entrar en materia, quisiera reunir ciertos hilos de pensamiento, en relación con el tema que acabamos de tratar. Si se han seguido cuidadosamente los datos proporcionados acerca de la manifestación egoica en su propio plano y los fuegos del cuerpo causal, se habrá observado la estrecha semejanza entre el cuerpo egoico, considerado como un centro de fuerza, y ciertos aspectos de la manifestación logoica.

Hemos visto que el cuerpo causal es una rueda de fuego conteniendo dentro de su periferia tres puntos focales de energía, los átomos permanentes siendo análogos, como se ha señalado con anterioridad, al séptimo principio de cada uno de los tres aspectos -voluntad o poder, amor-sabiduría e inteligencia activa. Cada uno de estos puntos focales posee su propia economía interna, tal como se ve en la espirillas, las cuales son esencialmente corrientes de fuerza, que responden al estímulo y a la vibración producidos dentro y fuera de su “circulo no se pasa” limitador. La vida del tercer aspecto es la vida interna del átomo permanente y lo que anima y produce su actividad, y la vida del segundo aspecto es la fuerza que actúa sobre y a través de él. A medida que prosigue la evolución la intensidad de las fuerzas vitales procedentes de lo interno y aquellas que lo afectan desde lo externo se intensifican cada vez más; la luz de los átomos permanentes aumenta, los pétalos del loto se abren y los rayos del fuego radiante entran en actividad. Tengan presente aquí que los átomos permanentes conciernen al aspecto sustancia de la Existencia o Devenir, mientras que los pétalos del loto, o los rayos ígneos de la rueda, tienen que ver específicamente con el aspecto síquico o el desarrollo de la conciencia: el núcleo central, o los tres pétalos internos, personifica el aspecto del Espíritu puro.

Las tres líneas de la evolución proceden simultáneamente y tienen una acción refleja entre sí; esto es lo que produce la consiguiente perfección del desenvolvimiento. No es posible ni deseable estudiar por separado cada línea de esta triple evolución ni considerarlas como disociadas entre sí. La interacción es demasiado exacta y el estímulo mutuo muy importante para ser ignorado por el que estudia la evolución egoica.

Como ya se ha dicho en otra parte, es por intermedio de los átomos permanentes que el Ego entra en relación con su mundo objetivo: actúa exitosa o ciegamente sobre y a través de su medio ambiente, en la medida que puede energetizar sus átomos permanentes y llevar a las espirillas del estado latente al potencial. Esto se hace posible únicamente cuando el hombre comienza a abrir los pétalos del loto. Debe recordarse que los tres pétalos inferiores, cuando están plenamente abiertos, afectan por medio de su vitalidad a las tres espirillas mayores del átomo físico permanente. A medida que se abre gradualmente la segunda hilera de pétalos, el átomo astral permanente pasa por un proceso similar que despierta totalmente las espirillas dentro de la unidad mental.

Haré notar aquí que existe una ligera diferencia en el casa de la unidad mental, pues sus cuatro espirillas entran en plena actividad cuando se abre el pétalo de conocimiento de los tres últimos. La apertura de los dos restantes revela a la resplandeciente triple flor, que se encuentra en el centro de la manifestación egoica.

Sería conveniente hacer una advertencia respecto a esta cuestión del desarrollo egoico. Lo expuesto, sólo es la formulación del plan general del desarrollo egoico, interpretado en términos de conciencia o fuego. Estudiando el tema con la debida aplicación personal, el estudiante debería tener presente los siguientes hechos:

Primero, que los pétalos se abrirán de acuerdo al Rayo de la Mónada. Por ejemplo, si el Rayo de la Mónada es el segundo, el pétalo de conocimiento se abrirá primero, pero el segundo pétalo de amor tendrá un desarrollo casi paralelo, siendo la línea de más fácil desarrollo para este tipo particular de Ego, para quien la dificultad residirá en la apertura del pétalo de conocimiento.

Segundo, que los efectos de la apertura de una hilera de pétalos se harán sentir dentro de la hilera siguiente en una etapa anterior y causarán una respuesta vibratoria; a eso se debe la gran rapidez con que se suceden las etapas posteriores de desarrollo comparándolas con la primera.

Tercero, que existen muchos casos de desarrollo desigual. Con suma frecuencia existen personas que han desarrollado dos pétalos en el primer círculo y otro está latente, mientras que un pétalo de la hilera central o la segunda, puede estar totalmente desarrollado. Esto explica frecuentemente por qué algunos poseen poder para servir en ciertas líneas y se hallan en una etapa inferior de desarrollo o de conciencia -hablando en sentido egoico. Esto se debe a diversas causas, como ser al karma de la Mónada en su plano superior y a la fuerza del aferramiento monádico sobre el Ego, a muchas vidas dedicadas a desarrollar cierta línea de actividad particular, dando por resultado el establecimiento de una fuerte vibración, tan fuerte que dificulta el desarrollo de la respuesta a las vibraciones subsidiarias; a ciertas condiciones peculiares ocultas en la evolución de un determinado Señor de Rayo y el efecto producido por esa condición sobre un grupo particular de células; al karma grupal de un conjunto o conglomerado de cuerpos causales y su interacción mutua. Cada unidad egoica o centro monádico de fuerza tiene un efecto definido sobre el grupo o comunidad de Egos al cual pertenece y, a medida que continúa la interacción, a veces se producen resultados de carácter temporario e inesperado.

El que estudia la evolución egoica debe tener muy en cuenta esto. Todo el tema es interesante porque constituye el próximo paso que ha de dar el estudiante de sicología esotérica. Oportunamente se constatarán muchas cosas que arrojarán nueva luz respecto a la posibilidad que tiene el hombre para trabajar en el plano físico. El secreto del éxito en cualquier esfuerzo o empresa se basa principalmente en dos cosas:

Primero, la capacidad del Ego para trabajar por intermedio de la personalidad, empleándola simplemente como un medio de expresión.

Segundo, el karma del grupo egoico al evidenciarse en el plano físico. Hasta ahora mucho se ha dicho y enseñado sobre el karma individual. En el futuro, el karma grupal ocupará lentamente su correcto lugar en el pensamiento de los estudiantes, conduciéndolos a una colaboración más inteligente, a una comprensión más armónica respecto a las responsabilidades grupales y a una solución más adecuada de los problemas grupales.

El estudio de la sicología esotérica implica una verdadera concepción de la naturaleza del Ego, o su despertar a la plena actividad durante la manifestación y necesitará la sólida formulación de las leyes del desarrollo egoico, de los métodos por los cuales cada pétalo del loto puede ser llevado a la perfección y a la triple naturaleza de su evolución; traerá una oportuna captación del verdadero significado de la fuerza y de la energía en su aspecto dual -vibración interna y radiación externa; hará que los estudiantes avanzados enfoquen su atención sobre los centros -no los centros físicos en niveles etéricos, sino los centros síquicos, tales como el Ego en el cuerpo causal y los grupos egoicos. Más adelante, esto traerá una mejor comprensión respecto al efecto que produce una conciencia sobre otra en el plano físico, y este conocimiento será científicamente empleado para producir resultados específicos en la evolución grupal, solucionándose así algunos de los problemas mundiales. Por último se estudiarán las leyes del fuego; se investigará esotéricamente la naturaleza del calor, de la irradiación y de la llama y se comprenderá cómo actúa un fuego sobre otro y el resultado de la irradiación desde una esfera de conciencia a otra; gradualmente será revelado el método de despertar la conciencia en los diferentes planos, actuando y estimulando los fuegos del cuerpo causal.

Toda la cuestión comienza a predominar lenta, muy lentamente, en el pensamiento humano (aunque ello sea poco comprendido) mediante el estudio de la educación vocacional, la eficiencia comercial y el lugar que ocupa el ente humano en cualquier negocio o empresa. Se habla de los hombres y se los considera como factores potenciales de fuerza, y este es un paso dado en la correcta dirección.

Encarando la misma cuestión desde el punto de vista de la personalidad y no del ego, se acerca rápidamente el momento en que la educación se ocupará, en forma destacada, de enseñar a la juventud el mejor modo de establecer contacto con su propio ego o energía superior, el mejor método que la conduzca a extraer el conocimiento y a adquirir la capacitación de su Yo superior para ser empleado en el plano físico; la mejor manera de asegurar su formación grupal a fin de trabajar conjuntamente con su grupo y al unísono con toda la energía de ese grupo; la mejor forma de lograr que su triple yo inferior -físico, astral y mental- entre en alineamiento directo con su centro superior de fuerza, haciendo descender así un continuo suministro de energía para fortalecer los tres vehículos y su inteligente manipulación; el mejor sistema de despertar las distintas espirillas y de liberar la energía de sus células a fin de que entren en actividad. Todo esto evolucionará gradualmente; como en la formulación de sus posibilidades reside su eventual comprensión, he delineado aquí la tendencia del estudio futuro. Tal proceso debe necesariamente ser lento. Los poderes del ego son enormes, y si se liberan ahora por intermedio de una personalidad aún no preparada, conducirán a un terrible desastre. Pero el momento llegará; mientras tanto, la debida comprensión de la capacidad inherente será beneficiosa para todos aquellos que intuitivamente pueden reconocer la meta.

 

     
   
     

 

 

SECCIÓN D. Los elementales de la mente y los elementales del fuego

I. Formas mentales.

1. Su función

a. Responder a la vibración.

b. Proporcionar vehículos para las ideas.

c. Llevar a cabo un propósito específico.

2. Las leyes del pensamiento

a. Tres leyes cósmicas.

b. Siete leyes del sistema.

II. Los devas y los elementales de la mente.

1. El regidor del fuego, Agni.

a. Agni y el Logos solar.

b. Agni y el plano mental.

c. Agni y los tres Fuegos.

Agni es es Señor del plano mental. Agni es la vida que anima al sistema solar, y esa vida es la vida de Dios, la energía del Logos y la manifestación de la radiación que vela al Sol central…….

2. Los devas del fuego.....los Grandes Constructores.

a. Observaciones de Introducción.

b. Las funciones de los devas.

d. Los devas y los planos.

Los devas constructores son los Ah-hi o Mente Universal. Contienen en su conciencia al plan logoico y poseen el poder inherente para desarrollarlo en tiempo y espacio, constituyendo las fuerzas conscientes de la evolución.

Como lo señaló H. P. B., el plano mental es el mas vasto de todos los planos que nos conciernen, siendo el plano clave del sistema solar, el pivote sobre el cual gira la gran Rueda, el lugar de encuentro de las tres líneas de evolución……..

Todos los Logos de los distintos esquemas se expresan en este plano. Existen ciertos esquemas en el sistema que tienen su manifestación inferior en este plano y no poseen cuerpo físico como la Tierra y los demás planetas densos.

A los devas, la suma total de energía de la sustancia misma, no les interesa el tipo de forma que construyen. Responden irresponsablemente a las corrientes de energía, y no se ocupan de su procedencia. Por lo tanto, el lugar que le corresponde al hombre en el plan cósmico se hace más vital y evidente cuando se comprenda que una de sus principales responsabilidades es dirigir las corrientes de energía desde el plano mental y crear lo que se desea en niveles superiores.

 

 

 

3. LOS ANGELES SOLARES - LOS AGNISHVATTAS.

 

Observaciones de Introducción.

Iniciamos aquí el estudio de los Agnishvattas o devas del Fuego en el plano mental, introduciéndonos así en el maravilloso tema relacionado con nuestra evolución planetaria; contiene uno de los significados más esotéricos para el hombre, pues dichos Angeles ( ) solares conciernen a la propia naturaleza esencial del sol y constituyen el poder creador mediante el cual trabaja. Esto es de máximo interés e importancia para todo propósito práctico y para elucidar la evolución espiritual del hombre, y merecería ser una de las partes del tratado más ampliamente estudiada. El hombre siempre se interesa profundamente en sí mismo y, antes de llegar a desarrollarse debidamente, debe comprender científicamente las leyes de su propia naturaleza y la constitución de su propia “manera de expresarse”. También ha de comprender algo de la interrelación de los tres fuegos a fin de poder “resplandecer” en el futuro.

 

 

La cuestión de estos Dhyanes del Fuego y su relación con el hombre es un misterio muy profundo, y todo el tema está tan entretejido de leyendas intrincadas que desespera a los estudiantes lograr la deseada y necesaria claridad mental. No será posible todavía disipar completamente las nubes que velan el misterio central, pero quizás por medio de la apropiada clasificación y síntesis y una precavida amplificación de los datos impartidos, las ideas del estudiante consciente puedan ser menos confusas.

Hay dos enunciaciones en La Doctrina Secreta que el lector ocasional pasa por alto, pero si se medita debidamente sobre ellas, encierran mucha información Observemos las dos enunciaciones:

1. Se requieren dos principios vinculadores. Para ello es necesario el fuego espiritual viviente del principio medio proveniente de los estados quinto y tercero del Pleroma. Dicho fuego es propiedad de los Triángulos.

2. Estos Seres son Nirvanas de un Mahamanvantara anterior.

Hemos considerado algo respecto a los devas de tendencia evolutiva burdamente agrupados y también sobre los Pitris lunares. ( ) Éstos se dividen en cuatro grupos y se ocupan de la construcción del cuerpo físico dual del hombre, de sus cuerpos astral y mental inferior, energetizados por la fuerza de los Pitris a través de los átomos permanentes. Pero para los propósitos de la naturaleza subjetiva del hombre, deben ser estudiados los tres grupos -etérico, astral y mental inferior. El trabajo de los Agnishvattas (los principios autoconscientes, los Constructores o erectores del cuerpo egoico en los niveles mentales superiores) consiste en unificar los tres principios superiores -atma, budi, manas- y los tres inferiores, y así llegar a ser en realidad el principio medio del hombre. Ellos mismos tienen su origen en el principio medio logoico. ( ) De esta manera se completa el Siete esotérico. Como sabemos el cuerpo físico en su más densa manifestación, considerado esotéricamente, no es un principio.

Los devas de los niveles mentales inferiores, en lo que respecta al hombre, trabajan por intermedio de la unidad mental y, generalizando, están divididos en cuatro grupos, siendo, en efecto, la primera condensación del triple cuerpo inferior del hombre. Forman parte de su cuerpo lunar. Se hallan directamente vinculados con las esencias espirituales más elevadas y representan la manifestación de fuerza más inferior que emana del plano mental cósmico, vinculándose con la Jerarquía humana por medio de las unidades mentales. Constituyen los devas gaseosos del cuerpo físico Logoico. No nos ocuparemos de ellos muy detalladamente aquí, pues a medida que estudiemos el tema del quinto principio se irán aclarando ciertos puntos; se obtendrán más datos del trabajo que realizan, en conexión con el hombre, a medida que proseguimos. Mayor información sólo traería complicaciones.

Comprendamos con toda claridad qué es lo que estamos tratando: Vamos a considerar:

1. Ese quinto estado de conciencia llamado plano mental.

2. La sustancia de ese plano tal como existe en su aspecto dual, rupa y arupa. ( )

3. Las vidas que animan a la materia, especialmente en su relación con el hombre.

4. Los Egos o entes autoconscientes que constituyen el punto medio en la manifestación.

5. La construcción del cuerpo causal, la apertura del Loto egoico y la construcción de esos grupos que llamamos egoicos.

6. La individualidad de esas Existencias denominadas

a. Agnishvattas,
b. Manasadevas.
c. Dhyanes del Fuego,
d. Ángeles solares o Pitris solares,
e. Asuras, y muchos otros nombres con que se las menciona en los libros ocultistas.

Existe gran confusión en la mente de los estudiante respecto a la diferencia existente entre los Agnishvattas que encarnaron en el hombre, y aquellos que simplemente fueron responsables de la implantación de la chispa manásica o mental en el hombre animal. Esto nos introduce en el tema de la individualización y de la encarnación de ciertas existencias espirituales, a quienes -cuando poseen cuerpo- se los denomina Avatares, Budas de Actividad o manifestaciones directas del Logos. Todo el misterio se halla oculto en la relación que existe entre las Mónadas individuales que forman los diversos centros en el cuerpo de un Logos planetario y la Entidad autoconsciente de ese Logos planetario. El estudiante debe recordar el hecho de que el plano mental es el primer aspecto del cuerpo físico denso del Logos planetario, siendo el plano búdico un plano etérico cósmico y donde se encuentran los centros etéricos de un Hombre celestial.

Desde el plano búdico (en sentido planetario o solar) provienen la vitalidad y el impulso que energetizan al vehículo físico denso a fin de realizar una actividad coherente e intencionada; por consiguiente, en el plano mental es donde primero se siente este impulso y se establece el contacto entre ambos. Aquí hay un indicio que servirá a un propósito si se medita sobre él. El estudiante debería estudiar el lugar y el propósito del plano mental y su relación con el Logos planetario y el Logos solar. A medida que investiga más estrechamente la naturaleza de su propio cuerpo etérico, debe ampliar ese conocimiento hasta los niveles superiores esforzándose por comprender la constitución de la esfera mayor de la cual es una parte. Cuando la naturaleza de sus centros y la acción efectiva sobre su propio cuerpo físico denso sean mejor captadas, llegará a comprender más plenamente el correspondiente efecto producido en el cuerpo del Logos.

En el plano mental (reflejo en los tres mundos de los estados tercero y quinto del Pleroma) se siente toda la fuerza de la vitalidad etérica. Un indicio respecto a su significado se podría hallar en el hecho de que el cuerpo etérico del hombre recibe prana y lo trasmite directamente al cuerpo físico; la vitalidad de la estructura física se ha de medir en gran parte por la condición y acción del corazón. El corazón hace circular la vitalidad hacia las miríadas de células que constituyen el cuerpo físico denso; se observa algo análogo en el hecho de que estos devas del fuego son “el Corazón del cuerpo Dhyan chohánico”, ( ) porque su energía procede del sol espiritual así como la energía de los devas pránicos del cuerpo etérico viene del sol físico. Esta energía de los Agnishvattas se manifiesta en el plano mental, el subplano gaseoso del físico cósmico, así como la energía de los centros etéricos del cuarto subplano etérico se manifiesta primero y potentemente en la materia gaseosa del cuerpo físico. A esto se debe que los Hijos de la Sabiduría, que personifican el principio búdico, la fuerza de la vida o el aspecto amor, sean conocidos en el quinto plano como principios autoconscientes; budi emplea a manas como vehículo; los escritores esotéricos frecuentemente hablan en términos de vehículo. El Ego o la Entidad autoconsciente es en esencia y en verdad Amor-Sabiduría, pero se manifiesta principalmente como conciencia inteligente.

Debemos estudiar cuidadosamente la afirmación concerniente a kama-manas que trata de las condiciones que producen la individualización, permitiendo venir al Ser autoconscientemente a esas Mónadas que procuran expresarse plenamente. La afirmación es la siguiente:

Sólo cuando el centro cardiaco de un Hombre celestial (cada uno en su correspondiente ciclo y cada uno cíclicamente diferente) se vitaliza y alcanza cierta capacidad vibratoria es posible que las Mónadas, de acuerdo a la ley, se individualicen.

Repito, sólo cuando el triple cuerpo físico denso de un Logos planetario (tal como lo expresan nuestros tres mundos, los planos mental, astral y físico denso) ha alcanzado la vibración correspondiente y repetido el desarrollo cíclico del mahamanvantara anterior, se produce ese contacto vibratorio que hace que los grupos egoicos en el plano mental resplandezcan. Ello da lugar a la manifestación de los impulsos del corazón del Hombre celestial, y de esta manera impele a la objetividad a esas Mónadas (energetizadas por la vida del Corazón) que forman diversos centros. En El Antiguo Comentario se dice:

“Cuando el Corazón del Cuerpo palpita con energía espiritual y cuando su contenido séptuple vibra por el impulso espiritual, la corriente se extiende y circula, y la divina manifestación se convierte en Realidad; el Hombre divino encarna.”

En el plano físico la analogía la constituye el estímulo de la vida que se siente entre el tercero y cuarto mes del período prenatal, cuando el corazón del niño vibra con vida y la existencia individual se convierte en posibilidad.

Esta vibración de vida emana del alma de la madre (analogía del Pleroma o alma universal) y coincide con el despertar de la tercera espirilla del átomo físico permanente del niño. Debe tenerse presente que así como en cada ronda todas las etapas precedentes son rápidamente recapituladas, y en el período prenatal, durante el proceso formativo, el feto recapitula la historia de los reinos precedentes, del mismo modo puede verse un procedimiento similar en el sistema solar. Cuando cierto punto ha sido alcanzado y los tres planos inferiores vibran o son energetizados, la encarnación cósmica se convierte en una posibilidad; el “Corazón” despierta ocultamente y nace el “Hijo de Dios”, la expresión del deseo y del amor del Logos. ( ) ( ) La encarnación cósmica de ciertos excelsos Seres llega a la consumación, y uno de sus indicios es la aparición de grupos egoicos en niveles mentales y la individualización resultante. El método y el tiempo pueden variar de acuerdo a la naturaleza de cualquier Logos planetario particular, pero para todos y cada uno el “Corazón del Cuerpo” ha de vibrar con la vida que despierta, antes que la respuesta venga desde lo inferior. Los Pitris lunares también han de llevar a cabo su trabajo en nuestro esquema y sistema antes que los ángeles solares, vibrando ante la expectativa, tomen posesión de las formas preparadas por su esfuerzo y las estimulen para adquirir vida autoconsciente y existencia separada. Así los cuatro grandes esquemas en el sistema solar, los vehículos para cuatro de los Logos planetarios (que constituyen el Cuaternario logoico), han de alcanzar cierta etapa de capacidad vibratoria y de conciencia antes de que un acontecimiento similar pueda ocurrir en toda su magnitud en el sistema solar, sintetizándose los cuatro inferiores y los tres superiores. El corazón logoico vibra y la respuesta llega de todos los esquemas, debido a que tres espirillas vibran en cada uno de ellos, pero el Hijo de Dios no es todavía plena y cósmicamente autoconsciente. Cuando llega la respuesta, los centros despiertan. Un centro logoico responde plenamente al estímulo del corazón, y es Venus, quien está pasando por la última ronda.

El estudiante comete un error si disocia nuestro sistema solar del anterior y considera que el pralaya, al finalizar este mahamanvantara, será la última y total consumación de todas las cosas. En el sistema precedente, el plano físico cósmico alcanzó cierta capacidad vibratoria, y los devas de las hogueras internas llegaron (relativamente hablando) a obtener un alto grado de evolución; entonces resplandecieron los “fuegos de la materia”. Ciertas Existencias alcanzaron la autoconciencia en el sistema anterior, son los “nirvanas” de los cuales habla H. P. B. ( ) Como es de esperar, están caracterizados por la inteligencia activa, realizada y desarrollada por medio de la evolución materialista durante un mahamanvantara anterior. Son los Manasadevas y, en su totalidad, los vehículos de la Mente divina, las fuerzas dhyan-chohánicas, el conjunto de los Ah-hi. Ciertas eventualidades son posibles debido a que en el actual sistema solar está predominando la vibración del plano astral cósmico, la cual llega por medio del cuarto éter cósmico (donde se hallan, como anteriormente se ha indicado, los centros etéricos de los Logos planetarios) y de nuestro plano astral del sistema. Los “Hijos del deseo”, logoicos o humanos, pueden aprender ciertas lecciones, pasar ciertas experiencias y agregar la facultad de amor-sabiduría a la inteligencia previamente adquirida.

Nuestro Logos solar y los Hombres celestiales están polarizados en el plano astral cósmico, y el efecto que produce Su energía vital al afluir a través del “Corazón” del sistema, puede observarse en la actividad que despliega el plano astral y en la parte que el sexo y la pasión desempeñan en la evolución del hombre. Al finalizar este mahamanvantara habrá nirvanas preparados para manifestarse en el tercer sistema venidero, y constituirán, en esencia, “amor inteligente activo”, debiendo esperar hasta que los cinco planos inferiores del sistema hayan alcanzado la etapa vibratoria que les permitirá entrar en dicho sistema, así como los nirvanas del actual sistema debieron esperar que los tres planos inferiores fueran capaces de vibrar en respuesta. Estamos hablando aquí en términos de Hombres celestiales. En el esquema terrestre su analogía se halla oculta en el advenimiento de los Egos en la tercera ronda, en la tercera raza raíz y en la tercera cadena. La individualización, tal como la entendemos, no fue posible hasta lograr el “tercer estado del Pleroma”, ya sea universalmente en lo que se refiere al Hombre celestial o en conexión con la unidad humana.

Si se considera este tema de abajo hacia arriba el animal del tercer reino es el que debiera individualizarse. Viéndolo de arriba hacia abajo es el quinto reino, el espiritual, que anima al tercero y produce el cuarto o el reino humano autoconsciente. Esta enumeración debería ser estudiada porque encierra un misterio y aunque el verdadero significado oculto no será revelado hasta la tercera Iniciación mayor, ni totalmente comprendido hasta la quinta, sin embargo, siempre puede afluir la luz sobre tema tan difícil. Del mismo modo, en el próximo sistema solar, la individualización (término inadecuado para ser aplicado a un estado de conciencia inconcebible aún para un iniciado de tercera Iniciación) no será posible hasta la segunda o la sexta etapa del Pleroma. Entonces, la conciencia resplandecerá en el plano monádico, que constituirá el plano de la individualización. Todos los estados de conciencia inferiores a ese nivel elevado serán para el Logos lo que es para Él ahora la conciencia de los tres mundos Así como el cuerpo físico del hombre no es un principio en la actualidad, todos los planos inferiores al cuarto éter cósmico tampoco son considerados un principio por el Logos.

Nuestros Angeles solares o devas del fuego actuales, ocuparán entonces una posición análoga a la de los Pitris lunares en la actualidad, pues todos formarán parte de la conciencia divina y, sin embargo, serán esotéricamente considerados como que se hallan “por debajo del umbral” de la conciencia. El hombre tiene que aprender a controlar, guiar y utilizar las sustancias dévicas de las cuales están compuestos sus cuerpos inferiores; esta meta implica el desarrollo de la plena autoconciencia, lograda por intermedio de los ángeles solares o constructores y vitalizadores del cuerpo egoico; mediante éstos la autoconciencia se convierte en una realidad. En el próximo sistema solar, tampoco representarán el tipo de conciencia a que aspira el hombre, pues tendrá que aspirar a más grandes realizaciones y, nuevamente en sentido oculto, “apoyando sus pies sobre ellas” las logrará aún mayores. En el actual sistema solar, debe ascender apoyando sus pies sobre la serpiente de la materia. Dominando la materia se eleva y se convierte en una serpiente de sabiduría. En el próximo sistema solar, ascenderá por medio de la “serpiente de sabiduría”, y dominando y controlando a los Agnishvattas logrará algo que ni aún la mente iluminada del más elevado Dhyan Chohan puede concebir.

a. El Quinto Principio.

Los Angeles solares son los Pitris, los Agnishvattas, los grandes devas de la Mente, los constructores del cuerpo del Ego y productores de la individualización o logro de la conciencia.

Algunas afirmaciones amplias y generales fueron expuestas a fin de abocarnos a esta materia estupenda y práctica, en un esfuerzo por vincular con el pasado y el futuro al actual sistema solar en su aspecto manásico fundamental.

La parte que ahora abordaremos concierne al desarrollo de los divinos Manasaputras, considerados como un todo colectivo conteniendo a la Mente divina y también a la Mónada individual que responde a Su vida y forma parte del cuerpo de estos Dhyan Budas.

a. Considerados cósmicamente. Aquí tiene cabida una frase oculta. Encierra la clave del misterio de los quíntuples Dhyanes:

“Los Tres superiores cíclicamente al unísono trataron de conocer y ser conocidos. Los Tres inferiores (sin contar al octavo) nada sabían ni veían, sólo oyeron y tocaron. El cuarto no tenía lugar. El Quinto (que es también el cuarto) formó en el punto medio una TAU cósmica, que fue reflejada sobre el Séptimo cósmico.”

H. P. B. afirma ( ) ( ) que cuando la Mónada se individualiza tiene más conciencia espiritual que la misma en su propio plano, el segundo. Debe recordarse aquí que los Logos planetarios encarnan sólo físicamente en nuestro sistema; sus cuerpos de individualización se hallan en el planos mental cósmico, por consiguiente, les resulta imposible expresarse plenamente durante la manifestación. Por lo tanto, durante la manifestación, el hombre es apenas capaz de expresarse a sí mismo plenamente cuando adquiere la “conciencia de los lugares elevados”. Antes de estudiar este quinto principio debemos señalar que los Manasaputras divinos, en su propio plano, deben ser considerados desde el punto de vista de la encarnación física, mientras que el hombre puede ser considerado desde lo que para él constituye un aspecto espiritual. ( )

La individualización humana o la aparición de los entes autoconscientes en el plano mental, involucra un desarrollo mayor, porque se sincroniza con la apropiación, por el Logos planetario, de un cuerpo físico denso; este cuerpo está compuesto de materia de nuestros tres planos inferiores. Cuando los centros etéricos de los Manasaputras en el cuarto plano etérico cósmico se vitalizan, producen una acrecentada actividad en el plano mental del sistema, el gaseoso cósmico, y la conciencia del Hombre celestial y Su energía vital empiezan a hacerse sentir. Simultáneamente, de acuerdo a la Ley, la fuerza mental o energía manásica afluye desde el quinto plano cósmico, el mental cósmico. Esta energía dual, al entrar en contacto con aquello que es inherente al cuerpo físico denso del Logos, produce analogías en los centros de ese plano y aparecen los grupos egoicos. Contienen fusionados en potencia los tres tipos de electricidad, constituyendo ellos mismos fenómenos eléctricos. Están compuestos de esos átomos o tipos de vidas que forman parte de la cuarta Jerarquía creadora, el conjunto de Mónadas puramente humanas. Similarmente, esta triple fuerza, producida por la apropiación consciente del Hombre celestial, anima a la sustancia dévica, y el cuerpo físico denso del Logos planetario se manifiesta objetivamente. Esto es lo que se quiere significar en la enunciación de que los devas se encuentran únicamente en los tres mundos. Afirmación análoga a aquella donde se expresa que la humanidad se halla sólo en los tres mundos, sin embargo, las mónadas humanas, en sus siete tipos, se encuentran en el plano del espíritu -el plano de la dualidad- así como también las mónadas dévicas.

Los estudiantes deberían recordar que estos temas esotéricos pueden expresarse de doble manera:

En términos de los tres mundos, o desde el punto de vista del cuerpo físico denso logoico.

En términos de fuerza o energía, o desde el punto de vista del cuerpo logoico pránico o de vitalidad, los cuatro éteres cósmicos.

Lo que comprendemos por quinto principio sólo es la expresión en el plano causal de esa fuerza o energía que emana del cuerpo causal logoico en el quinto plano cósmico, por intermedio de la analogía logoica de la unidad mental. (Dichas analogías implican un concepto mucho más avanzado que el que puede tener un iniciado en la actualidad.) En la quinta ronda, el significado interno será más evidente para el discípulo. A medida que la voluntad logoica se transmuta gradualmente en deseo, produciéndose así la encarnación física, tiene lugar un enorme descenso de fuerza vitalizadora desde el quinto plano cósmico hasta llegar a nuestro quinto plano, el mental. Esta fuerza es la que, en el exacto momento cíclico, en tiempo y espacio y en los tres mundos, produce ciertos acontecimientos, Su cuerpo físico denso. El primero es la apropiación, por el Logos, de ese vehículo físico denso y el surgimiento a la manifestación del Sol físico y de los planetas físicos. Aunque desde nuestro ángulo esto abarca un período de tiempo inconcebiblemente vasto, para el Logos es sólo el breve período de gestación que sufren todos los cuerpos. Otro acontecimiento importante lo constituye la apropiación, por los distintos Prajapatis ( ) u Hombres celestiales, de sus cuerpos físicos -también en distintas épocas de acuerdo a su etapa evolutiva. Esto por lo general sucede primero a los tres, luego a los siete. Una idea del significado de esta diferencia se podrá vislumbrar cuando se estudie el proceso de la encarnación del ego.

Por lo tanto, ¿ qué encontramos? Ante todo, el impulso o la voluntad de ser que emana del plano mental; luego, deseo que emana del plano astral, produciendo la manifestación en el físico denso.

Esta idea debe extenderse a los tres Logos o Aspectos logoicos, entonces tenemos la clave del misterio de los nueve Sephiroth, la triple Trimurti.

Puede además observarse el otro acontecimiento -la apropiación, por las Mónadas individuales de sus cuerpos de manifestación, en un período aún posterior en tiempo y espacio.

La afluencia de esta fuerza de energía, que emana del quinto Principio logoico, da lugar a dos cosas:

La apropiación, por el séptuple Logos, de Su cuerpo físico denso. La aparición de los cuerpos causales de las Mónadas humanas, en el quinto plano del sistema.

La encarnación para la Vida mayor.

La individualización para las vidas menores. Debe reflexionarse sobre esto.

Será evidente para todos los pensadores por qué el quinto principio hizo vibrar el tercer aspecto para que entrara en actividad autoconsciente.

b. Considerados hilozoísticamente. ( ) Continuando nuestra consideración del quinto Principio logoico, lo analizaremos en su aspecto hilozoísta. Hemos visto que puede ser, considerado como la fuerza, la energía o la cualidad que emana de la unidad mental logoica en el plano mental cósmico; necesariamente esto tiene un efecto definido en el quinto plano del sistema y en el quinto subplano del plano físico, el gaseoso. Antes de tratar en detalle el tema de los Agnishvattas, tres puntos deben tenerse en cuenta.

Primero, se ha de recordar que todos los planos de nuestro sistema, considerados como sustancia dévica, forman las espirillas en el átomo físico permanente del Logos solar. Esto ha sido ya señalado antes, pero es necesario que volvamos a insistir sobre este punto. Toda conciencia, toda memoria y toda facultad están depositadas en los átomos permanentes. Aquí estamos tratando de esa conciencia; sin embargo, el estudiante debe tener en cuenta que en los subplanos atómicos se centraliza la conciencia logoica (por muy alejada que esté de la Realidad). Este átomo permanente del sistema solar, que tiene la misma relación con el cuerpo físico logoico que el átomo permanente humano con el del hombre, es un receptor de fuerza y, por lo tanto, recibe emanaciones de fuerza de otra fuente foránea al sistema. Una idea de la naturaleza ilusoria de la manifestación, tanto humana como logoica, puede extraerse de la relación que existe entre los átomos permanentes y el resto de la estructura. El cuerpo físico humano no puede existir separado del átomo permanente.

Igualmente las formas y los reinos difieren de acuerdo a la naturaleza de la fuerza que fluye a través de ellos. En el reino animal lo que corresponde al átomo permanente, responde a la fuerza de carácter involutivo que emana de un grupo determinado. El átomo permanente humano responde a la fuerza que emana de un grupo en el arco evolutivo y del Rayo de un Logos planetario particular, en Cuyo cuerpo la Mónada humana tiene un lugar definido.

Segundo, por lo que antecede, será evidente que en este período de afluencia y desarrollo manásicos nos concierne la adquisición de la plena vitalidad y la entrada en actividad de la quinta espirilla logoica; esta vitalización se manifiesta en la intensa actividad del plano mental y en la triple naturaleza de los fenómenos eléctricos que en él se observa.

a. El subplano atómico ................ átomos manásicos ............. Positivo permanentes.
b. El cuarto subplano .....................unidades mentales ............. Negativo.
c. Los grupos egoicos ................... cuerpos causales ............... Neutro o equilibrio.

Esto se halla en proceso de manifestación durante el transcurso de la evolución. Tratamos aquí del aspecto sustancia y consideramos a la energía en sus diversas manifestaciones. La respuesta de la sustancia dévica a la afluencia de fuerza en el plano mental tiene un triple efecto en conexión con el Logos o el Septenario:

1. Produce una actividad muy acrecentada, en los centros logoicos, en el cuarto éter cósmico, debido a la acción refleja que se siente arriba o abajo del plano de actividad.

2. Estimula los esfuerzos de las especies más desarrolladas del tercer reino, produciéndose en ello un efecto dual, pues aparece el cuarto reino de la naturaleza en el plano físico y las Tríadas se reflejan en los cuerpos causales que se encuentran en el plano mental.

3. Como ya se ha dicho, el físico denso está ligado y coordinado con los cuerpos etéricos de los Logos solar y planetario. En consecuencia los tres planos inferiores se sintetizan con los cuatro superiores, y los devas de un mahamanvantara anterior o ciclo solar, entran en conjunción con aquellos que pertenecen a un nuevo orden y esperaban las condiciones adecuadas. La encarnación física del Logos se completa. Los tres reinos inferiores, que son negativos a la fuerza superior, la atracción mutua de ambos y su interacción, traen a la existencia al cuarto reino o humano. Los tres fuegos: de la mente, del Espíritu y de la materia se unen, iniciándose el trabajo de la plena autoconciencia.

Por último, el estudiante debería reflexionar muy cuidadosamente sobre el significado de los números tres, cuatro y cinco en la evolución de la conciencia. Hasta ahora, la numerología ha sido estudiada principal y correctamente desde el aspecto sustancia, pero no desde el punto de vista de la energía consciente. Los estudiantes, por ejemplo, consideran generalmente a la Tríada como el triángulo formado por los átomos permanentes manásico, búdico y átmico; el cubo representa al hombre material inferior y la estrella de cinco puntas frecuentemente se interpreta en forma materialista. Todos estos puntos de vista son necesarios y deben preceder al estudio del aspecto subjetivo, pero el énfasis se pone más bien sobre lo material; sin embargo, el tema debe ser estudiado sicológicamente. Los números citados en este sistema solar, son los más importantes desde el punto de vista de la evolución de la conciencia. En el sistema anterior, los números seis y siete encerraban el misterio. Eh el próximo sistema, serán el dos y el uno. Esto se refiere al desarrollo síquico. Permítaseme ilustrar: La estrella de cinco puntas en el plano mental significa (entre otras cosas) la evolución, por medio de los cinco sentidos, en los tres mundos -factibles también de una quíntuple diferenciación- del quinto principio, la adquisición de la autoconciencia y el desarrollo de la quinta espirilla.

En el plano búdico, cuando este número resplandece en la iniciación, significa el pleno desarrollo del quinto principio o cualidad -el ciclo completo del Ego en los cinco Rayos regidos por el Mahachohan- la asimilación de todo lo que ha de aprenderse respecto a ellos y la obtención no sólo de la plena autoconciencia, sino también de la conciencia del grupo al cual pertenece el individuo. Implica también el pleno desenvolvimiento de cinco pétalos egoicos, quedando dos, los cuales se abrirán antes de la iniciación final.

Durante las iniciaciones que se llevan a cabo en el plano mental la estrella de cinco puntas aparece resplandeciente sobre la cabeza del iniciado. Significa que las tres primeras iniciaciones se reciben por intermedio del vehículo causal. Se ha dicho que las dos primeras se llevan a cabo en el plano astral, lo cual es correcto, pero ha dado lugar a una mala interpretación. Se sienten grandemente en los cuerpos físico, astral y mental inferior, controlándolos. Debido a que se siente el efecto principal en esos cuerpos, el iniciado puede interpretarlo como que ha tenido lugar en los planos correspondientes, pues el efecto es muy vivido y estimula ampliamente al cuerpo astral. Debe recordarse siempre que las iniciaciones principales se reciben en el cuerpo causal o -cuando están desvinculadas de ese cuerpo- en el plano búdico. En las dos iniciaciones finales, que liberan al hombre de los tres mundos y lo capacitan para actuar en el cuerpo vital logoico y a manejar la fuerza que anima a ese vehículo, el iniciado se convierte en la estrella de cinco puntas, que desciende sobre él, se fusiona con él y se lo ve en el centro de la misma. Este descenso lo produce la actividad del Iniciador, que maneja el Cetro de Poder, poniendo al hombre en contacto con ese centro en el Cuerpo del Logos planetario del cual es una parte, ello se efectúa conscientemente. Las dos iniciaciones llamadas sexta y séptima tienen lugar en el plano átmico; la estrella de cinco puntas “resplandece desde dentro de sí misma” según una expresión esotérica, y se convierte en la estrella de siete puntas, la cual desciende sobre el hombre, entonces él penetra en la Llama.

La iniciación y el misterio de los números conciernen principalmente a la conciencia, pero no fundamentalmente a la “capacidad de actuar en un plano” ni tampoco a la energía de la materia, como podría deducirse de lo que expresan tantos libros ocultistas. Se ocupan de la vida subjetiva, la vida como parte de la conciencia y autorrealización de un Logos planetario o Señor de un Rayo, y no de la vida en la materia tal como la comprendemos El Hombre celestial funciona en Su vehículo pránico, encontrándose allí Su conciencia en lo que a nosotros atañe en este sistema; trabaja conscientemente por intermedio de Sus centros.

Resumiendo: Hay una etapa en la evolución de la conciencia en que el tres, el cuatro y el cinco se mezclan y fusionan perfectamente. De esto surge una confusión debido a dos causas, siendo ambas el punto de realización individual del estudiante. Interpretamos y matizamos las afirmaciones de acuerdo al estado de nuestra conciencia interna. H. P. B. menciona esto ( ) cuando trata de los principios; también la interpretación de estos números varía de acuerdo a la clave empleada. Se entra en el reino espiritual o quinto, cuando las unidades del cuarto reino han conseguido vitalizar la quinta espirilla en todos los átomos del triple hombre inferior; cuando han desarrollado tres de los pétalos egoicos y están en proceso de desarrollar el cuarto y el quinto y cuando van adquiriendo conciencia de la fuerza pránica del Hombre celestial.

c. Los Ángeles solares y el quinto principio. Podemos estudiar ahora a las Entidades relacionadas con ese quinto principio y el efecto que produce sobre la evolución de la conciencia.

En lo que al hombre se refiere, los Ángeles solares o Agniswhattas, producen la unión de la Tríada espiritual o Yo divino, con el Cuaternario o yo inferior. En lo que se refiere al Logos solar o planetario, producen condiciones por las que el etérico y el físico denso se convierten en una unidad.

Representan un tipo peculiar de fuerza eléctrica; su trabajo consiste en mezclar y fusionar y, sobre todo, son los “fuegos transmutadores” del sistema y esos agentes a través de cuyos cuerpos flamígeros pasa la vida de Dios cuando desciende de lo superior a lo inferior y cuando asciende de lo inferior a lo superior. Los grupos más avanzados están relacionados con esa parte del centro logoico coronario que corresponde al corazón, y aquí reside la clave del misterio de kama-manas. Los ángeles kármicos son vitalizados desde el centro “cardíaco” y los ángeles manásicos desde el centro logoico coronario, por intermedio del punto, dentro de ese centro, conectado con el corazón. Estos dos grupos predominantes son la suma total de kama-manas en todas sus manifestaciones. Los ángeles solares forman tres grupos que se relacionan con el aspecto autoconciencia y están energetizados y relacionados con la quinta espirilla del átomo permanente logoico, funcionando como una unidad.

Un grupo, el más elevado, está vinculado con el centro logoico coronario ya sea solar o planetario. Actúa con los átomos permanentes manásicos y representa la voluntad de ser en la encarnación física densa. Su poder se siente en el subplano atómico, y en el segundo subplano constituye la vida y sustancia de dichos planos. Otro grupo está definidamente relacionado con los cuerpos causales de todos los egos y es de principal importancia en este sistema solar. Viene desde el centro del corazón y expresa esa fuerza. El tercer grupo, que corresponde al centro laríngeo, demuestra su poder en el cuarto subplano por intermedio de las unidades mentales. Es la suma total del poder del Ego para ver, oír y hablar (o emitir sonido) en sentido estrictamente esotérico.

Aquí se dará una indicación para aquellos que tienen el poder de ver. Estas constelaciones se relacionan con el quinto principio logoico en su triple manifestación: Sirio, dos de las Pléyades y una pequeña constelación que debe ser reconocida por la intuición del estudiante. Las tres rigen la apropiación por el Logos, de Su cuerpo denso. Cuando el último pralaya finalizó y el cuerpo etérico se hubo coordinado, se formó en los cielos, de acuerdo a la ley, un triángulo que permitió la afluencia de fuerza produciendo vibración en el quinto plano del sistema. Ese triángulo persiste aún y es la causa de la continua afluencia de fuerza manásica; está vinculado con las espirillas de la unidad mental logoica, y mientras persista Su voluntad de ser, la energía continuará afluyendo. En la quinta ronda se hará sentir su máxima potencialidad.

Considerando a las Entidades ( ) que dieron el principio manásico al hombre, debemos recordar que son los seres que en manvantaras anteriores lograron la realización y -en esta ronda- esperaron el momento exacto para entrar, a fin de continuar su trabajo. Un caso similar puede verse en la entrada -durante la época atlante- de Egos provenientes de la cadena lunar. La similitud no es exacta, ya que una condición particular prevalecía en la luna, y un propósito kármico particular los trajo a todos en esa época.

Se ha de recordar aquí que en la Luna, el quinto principio de manas incubó normalmente y se desarrolló gradualmente el instinto hasta fusionarse imperceptiblemente con manas, que es de naturaleza similar; en la ronda actual debido a una condición peculiar fue necesario un estímulo foráneo al planeta y este grupo especial de Pitris efectuó una transición de lo inferior a lo superior mediante un descenso de energía, por conducto del Primario de la Tierra, proveniente de un centro fuera del sistema.

Las tres rondas centrales, tanto en los planos como en los principios, son las más importantes para la evolución de los entes autoconscientes de este sistema, y este afán por lograr la perfección del tres, del cuatro y del cinco señala, tanto para el Logos planetario como para el hombre, el ciclo de madurez. Los ciclos anterior y posterior indican el progreso hacia la madurez y la cosecha de los frutos de anteriores experiencias. Las tres Aulas podrían ser consideradas desde este ángulo y ubicar el periodo central en el Aula del Aprendizaje.

En todos los planetas dichos manasadevas trabajan siempre en tres grupos, pero variando los métodos empleados de acuerdo a la etapa de evolución del planeta en cuestión y el karma de su Señor planetario. Su método de trabajo en la Tierra puede ser estudiado en La Doctrina Secreta y tiene un interés muy significativo para los hombres en la actualidad. ( ) Los tres grupos deben ser cuidadosamente considerados desde el punto de vista de su trabajo oculto, y son insinuados en las frases siguientes:

a. Aquellos que rehusaron encarnar.
b. Aquellos que implantaron la chispa de manas.
c. Aquellos que tomaron cuerpo y modelaron el tipo.

El segundo grupo, el intermedio, puede subdividirse en dos grupos menores:

a. Aquellos que implantan la chispa de manas,
b. Aquellos que avivan y nutren la llama latente en los mejores tipos del hombre animal,

formando así nuevamente cinco. Estas afirmaciones han sido aceptadas en su valor intrínseco, pero se presta poca atención a su verdadero significado. Mucho se aprovecharía si el lector estudiara el tema desde el punto de vista de la energía y de la interacción magnética. Quienes rehusaron encarnar o energetizar con su vida las formas ya preparadas, actuaban de acuerdo a la Ley y su oposición a encarnar en estas formas se fundaba en la repulsión magnética. No podían energetizar las formas proporcionadas porque implicaba oponerse a aquello que esotéricamente es similar. La vida menor no era negativa a la Vida mayor. Allí donde fue implantada la Chispa tenemos la receptividad del aspecto negativo a la fuerza positiva y por lo tanto el progreso del trabajo. En todos los casos, tenemos sustancia dévica de una polaridad energetizada por otra polaridad con el objeto de producir -por mutua interacción- un equilibrio de fuerzas y obtener un tercer tipo de fenómeno eléctrico.

El tema de la llegada de los Señores de la Llama será dilucidado de ahora en adelante con el título de “Individualización”. Aquí tratamos únicamente del trabajo que realizan estas fuerzas chohánicas desde el ángulo del sistema y del cosmos. Estas entidades solares, siendo Esencias inteligentes liberadas, estuvieron en un pralaya de naturaleza secundaria cuando llegó su momento de reaparecer en la manifestación. Cuando se emitió la PALABRA que produjo en la Tríada el deseo por autoexpresarse y cuando el sonido de la manifestación inferior se hubo mezclado con ella y elevado a los Cielos, como lo expresan los libros esotéricos, se produjo un efecto que evocó una respuesta de ciertas constelaciones afines; éstas liberaron energía que se introdujo en el sistema solar, trayendo consigo aquellos ángeles solares que “descansaban en el Corazón de Dios hasta que el momento fuera llegado”. Su aparición en el plano mental causó la unión del Espíritu con la materia y de esta unión nació una Entidad autoconsciente, el Ego. En niveles cósmicos, tiene lugar un proceso análogo en relación con estas maravillosas Entidades, como ser el Logos solar y la Vidas septenarias.

Cuando la energía de un ser humano que trata de encarnar desciende desde el plano de intenso propósito, el plano mental, al vehículo físico en el quinto subplano o gaseoso, un estímulo algo análogo tiene lugar en el cuerpo logoico. Un proceso parecido también se efectúa en relación con esta energía del cuerpo humano al estimular la vida de una célula individual: ello provoca la relativa colaboración inteligente en el trabajo grupal y la capacidad de ocupar su lugar en el cuerpo colectivo. Lo mismo pasa con las mónadas humanas, las células del cuerpo logoico. Cuando la ciencia reconozca este hecho (lo cual demorará todavía algún tiempo) pondrá su atención sobre las esencias volátiles del cuerpo, principalmente en el centro cardíaco y su relación con estos elementos gaseosos. Se hallará que el corazón no sólo es la máquina que hace circular los fluidos de la vida, sino que también genera cierto tipo de esencia inteligente, factor positivo en la vida de la célula.

De esto puede obtenerse alguna idea respecto al proceso microcósmico, porque la individualización de los entes se realiza por un acontecimiento macrocósmico que produce efectos en el microcosmos.

Es necesario insistir aquí sobre un último punto. Esotéricamente comprendido, los cinco Kumaras o cinco Hijos de Brahma, nacidos de la Mente, son los que personifican esta fuerza manásica en nuestro planeta; pero sólo reflejan (en la Jerarquía de nuestro planeta) la función de los cinco Kumaras o Rishis, Señores de los cinco Rayos que se manifiestan por intermedio de los cuatro planetas menores y el planeta sintetizador.

Estos cinco Kumaras constituyen los canales para esta fuerza, y uno de Ellos, el Señor del planeta Venus, personifica en Sí Mismo la función de la quinta Jerarquía. Esto explica la actividad de Venus en el momento de la individualización en esta ronda. En la próxima ronda, esta quinta Jerarquía utilizará del mismo modo a nuestro esquema terrestre, entonces veremos a manas, en plena fructificación, actuando sobre la familia humana. Esta quinta Jerarquía de Agnishvattas, en sus muchos grados, personifica el “principio Yo”, produce la autoconciencia y construye el cuerpo de realización del hombre. En tiempo y espacio y, en el plano mental, constituye el Hombre en su fundamental esencia, capacitándolo para construir su propio cuerpo de causas, desarrollar su propio loto egoico y liberarse gradualmente de las limitaciones de la forma que ha construido, y así entrar -a su debido tiempo- en la línea búdica de energía. En otras palabras, por medio de su trabajo el hombre puede llegar a ser consciente sin necesidad de utilizar el vehículo manásico, pues manas sólo es la forma por la cual se da a conocer un principio superior. La vida de Dios es influenciada cíclicamente por diferentes Jerarquías o fuerzas, las cuales construyen temporalmente su vehículo, la pasan a través de su sustancia, le dan de esta manera cierta cualidad o coloración y, por este medio, acrecientan su capacidad vibratoria hasta que, oportunamente, la vida se libera de las limitaciones jerárquicas. Entonces regresa nuevamente a su fuente eterna con lo que ha adquirido durante sus experiencias, más la energía acrecentada, resultado de sus diversas transiciones.

Tengamos cuidadosamente presente que los Rayos son el aspecto positivo en manifestación y descienden a la materia negativa, la sustancia dévica o jerárquica, causando así ciertos indicios de actividad. Las Jerarquías constituyen el aspecto negativo respecto a los Rayos y responden al impulso de los mismos. Pero, dentro de cada Rayo y de cada Jerarquía, en el actual sistema, existe también una fuerza dual. Los Hijos de Dios son bisexuales. La sustancia dévica, por ejemplo, también es dual, pues los devas evolutivos son la energía positiva del átomo, de la célula o de la forma subhumana, mientras que los electrones o vidas menores dentro de la forma son negativos.

En esto y en la función de la quinta Jerarquía se halla oculto el enigma de los Manasaputras: nada más puede revelarse acerca de ello. El secreto de budi, el sexto principio o crístico, que concierne a estos Hijos de Dios, y el secreto de la Quinta Jerarquía, vehículo receptor de budi, no pueden ser mencionados fuera de los círculos iniciáticos. Uno oculta la posibilidad del desarrollo del Ego y el otro el karma de los Hombres celestiales, los cinco Kumaras.

El quinto principio de manas está personificado en los cinco Kumaras y, si el estudiante analiza el significado de los primeros cinco pétalos que se abren en el loto egoico, puede considerarse al borde del misterio. El quinto Rayo, el Rayo del quinto Kumara, responde poderosamente a la energía que fluye a través de la quinta Jerarquía. Como el estudiante de ocultismo ya sabe, el Señor del quinto Rayo mantiene ese lugar en la enumeración septenaria, pero de acuerdo a la quíntuple clasificación ocupa el tercer lugar o el del medio.

1. El Señor cósmico de Voluntad o Poder
2. El Señor cósmico de Amor-Sabiduría
3. El Señor cósmico de Inteligencia Activa 1
4. El Señor cósmico de Armonía 2
5. El Señor cósmico de Conocimiento Concreto 3
6. El Señor cósmico de Idealismo Abstracto 4
7. El Señor cósmico de Magia Ceremonial 5

Debe meditarse sobre esto y tener presente Su estrecha vinculación como transmisor de fuerza dentro de la cadena lunar, la tercera cadena, en relación con el tercer reino o reino animal, y la tercera ronda. Uno de los símbolos que puede encontrarse en los registros arcaicos en lugar de Su nombre o descripción es una estrella de cinco puntas invertida, con el Triángulo luminoso en el centro. Se observará que los puntos involucrados en este símbolo suman ocho -representan ese estado peculiar de conciencia que se produce cuando la mente es el matador de lo Real. Aquí se oculta el secreto del avitchi ( ) planetario, así como el tercer esquema principal puede ser considerado como el avitchi del sistema; en un tiempo la Luna mantenía una posición análoga en relación con nuestro esquema. Esto debe ser interpretado en términos de conciencia y no de lugar.

Ciertas cosas sucederán en el punto medio de la quinta ronda. La quinta Jerarquía ascenderá a su pleno poder. Esto precederá al Día del Juicio y marcará una etapa de tremenda lucha, pues el vehículo manásico “manas” (que ellos personifican) luchará contra el traslado de la vida interna (budi). Por lo tanto, se desarrollará en una escala racial, involucrando a millones de seres simultáneamente, repetición de la misma lucha librada por el hombre que trata de trascender la mente y vivir la vida del Espíritu. Éste será el Armagedón final, el Kurukshetra planetario, seguido por el Día del Juicio en el que serán expulsados los Hijos de Manas y regirán los Dragones de Sabiduría. Esto sólo significa que aquellos que posean un principio manásico ya sea superpoderoso o subdesarrollado, se los considerará fracasados y tendrán que esperar un período más conveniente para evolucionar, mientras que a quienes vivan la vida búdica, la cual acrecienta su fuerza -hombres espirituales, aspirantes, discípulos de diversos grados, iniciados y adeptos- se les permitirá seguir el curso natural de la evolución en el esquema actual.

El misterio de Capricornio se halla oculto en estos cinco y en las palabras bíblicas “los corderos y las cabras”. ( ) El cristiano se refiere a ello cuando dice que el Cristo reinará en la tierra mil años, durante los cuales será aprisionada la serpiente. El principio crístico triunfará por el resto del manvantara y la naturaleza material inferior y la mente entrarán en la pasividad hasta la próxima ronda en que se presentará una nueva oportunidad para algunos de los grupos descartados, aunque la mayoría será mantenida en suspenso hasta otro sistema. Algo similar volverá a tener lugar en la quinta cadena pero, como esto se relaciona con un centro del Logos planetario del que sabemos muy poco, no es necesario extendernos sobre él.

Las cadenas planetarias personifican a los centros y, a medida que éstos se van despertando y son estimulados, permiten venir a la encarnación física a ciertos tipos de manasaputras. El tipo regido por la energía de la quinta cadena es poco conocido, pues está todavía evolucionando en el quinto esquema, de manera que considerarlo sería perder tiempo. Se relaciona con el desarrollo del quinto pétalo egoico de un Logos planetario en Su propio plano y, por consiguiente, con la actividad de la quinta espirilla. Cuando llegue la hora, estas unidades de energía, provenientes de otro esquema, “entrarán” en una corriente de energía cósmica que pasará a través de un triángulo particular del sistema, en la misma forma que los egos entraron en esta ronda.

Debería observarse aquí que los ángeles solares, relacionados con la quinta Jerarquía, son naturalmente un factor potente en la evolución del quinto reino o espiritual; posibilitan esto porque no sólo tienden un puente sobre la separación que existe entre el cuarto y el tercer reinos, sino que lo hacen también entre el cuarto y el quinto.

Es necesario que sigamos considerando esta cuestión del quinto principio por dos razones:

Primero, porque para nuestro propósito, el tema ha sido bastante dilucidado anteriormente en una de las partes de este tratado; segundo, porque no puedo en este momento revelar totalmente al manas cósmico y a las entidades que llegan con esa influencia. Lo que ha sido dado en La Doctrina Secreta y los detalles suplementarios suministrados aquí, bastarán para la investigación de los estudiantes de la próxima generación Cada generación deberá producir a quienes son capaces de comprobar por sí mismos algún hecho subjetivo; emplearán lo exotérico y conocido como peldaños en el sendero del conocimiento perfecto. Adquirirán y divulgarán el conocimiento y, cincuenta años después de realizar su trabajo, los muchos reconocerán la verdad revelada por los pocos. Esto se puso en evidencia en el caso de H. P. B. En la actual corriente de esfuerzo será vindicada La Doctrina Secreta, quedando justificado su trabajo.

b. La Individualización.

a. El trabajo de los Ángeles solares. Consideraremos brevemente la construcción general del cuerpo del Ego enumerando sus partes componentes y teniendo presente que la forma está debidamente preparada antes de ser ocupada. Por el estudio de este cuerpo podemos obtener alguna idea y cierta iluminación respecto a la Individualización macrocósmica.

El cuerpo causal, llamado a veces (inadecuadamente) “karana sarira”, está localizado en el tercer subplano del plano mental, el plano abstracto inferior, donde el Rayo del tercer Logos proporciona la necesaria “luz para la construcción”. (Ello se debe a que cada subplano está especialmente influenciado por su Número, Nombre o Señor). Cuando llega el momento de coordinar los vehículos de budi, ciertos grandes Seres, los Señores de la Llama o Manasadevas, por medio de una fuerza externa impulsora, entran en conjunción con la materia de ese subplano y lo vitalizan con Su propia energía. Constituyen un impulso nuevo y positivo que coordina la materia del plano, produciendo un temporario equilibrio de fuerzas. He aquí el significado de la condición “blanca” o trasparente, del nuevo cuerpo causal. Permanece con el ego recién nacido, primeramente para romper el equilibrio y luego para recuperarlo al final del proceso, produciendo una radiante forma de colores primarios.

Cuando llegan los Manasadevas para producir la autoconciencia y llevar a cabo la encarnación de los Egos divinos, cuatro cosas tienen lugar en ese plano. Si a éstas el estudiante agrega lo que ya he citado en diversos libros ocultistas referente al efecto de la individualización en el hombre animal y la aparición como identidad autoconsciente en el plano físico, le proporcionará una hipótesis activa mediante la cual el hombre puede emprender científicamente su propio desarrollo. A continuación se mencionarán de acuerdo a su aparición en tiempo y espacio:

Primero. Se inician en el tercer subplano del plano mental ciertos impulsos vibratorios –nuevo en total- que corresponden a la quíntuple vibración de estos Manasadevas en conjunción con la cuádruple vibración iniciada desde abajo, inherente a la materia de este subplano, el quinto desde el punto de vista inferior. Esto produce “el loto egoico nónuple”, que en esta etapa está muy cerrado, con los nueve pétalos plegados uno sobre otro, siendo “luz” vibrante y centelleante pero no de brillo excesivo. Estos “capullos de loto” se agrupan de acuerdo a la influencia particular de los quíntuples Dhyanes, los que actúan sobre ellos, construyéndolos con Su propia sustancia y coloreándolos débilmente con el “fuego de manas”.

Segundo. Aparece un triángulo en el plano mental producido por la actividad manásica; este triángulo de fuego comienza a circular lentamente entre el átomo manásico permanente y un punto en el centro del loto egoico y desde allí a la unidad mental que ha aparecido en el cuarto subplano por medio del instinto innato, la cual se asemeja a la mentalidad. Este triángulo de fuego, formado por fuerza manásica, puramente eléctrica acrecienta su brillo para lograr una respuesta vibratoria tanto de lo inferior como de lo superior. Este triángulo es el núcleo del antakarana. El trabajo del hombre altamente desarrollado consiste en reducir este triángulo a una unidad y, por medio de su aspiración elevada (que es simplemente deseo transmutado, el cual afecta a la materia mental), lo dirige al Sendero, reproduciendo así, en forma sintética y más elevada, el “sendero” anterior por el cual descendió el Espíritu para tomar Posesión de su vehículo, el cuerpo causal, llegando desde allí al Yo personal inferior.

Tercero. En cierta etapa de actividad vibratoria, el trabajo realizado por los Señores de la Llama, al producir un cuerpo o forma y una vibración que exige respuesta prácticamente da lugar a un acontecimiento simultáneo.

En la línea del triángulo manásico tiene lugar una afluencia que desciende desde budi hasta alcanzar un punto en el centro mismo del loto. Allí, por el poder de su propia vibración, se origina un cambio en la apariencia del loto. En el corazón mismo del loto y aparecen tres pétalos más que se cierran sobre la llama central, cubriéndola totalmente y permaneciendo encerrada hasta llegado el momento de revelar la “Joya en el Loto”. Como vemos, el loto egoico está compuesto de doce pétalos, nueve de los cuales aparecen en esta etapa en forma de capullo, estando tres totalmente ocultos y secretos.

Al mismo tiempo los tres átomos permanentes están encerrados dentro del loto y el clarividente los ve como tres puntos de luz en la parte inferior del capullo, debajo de la parte central. En esta etapa forman un triángulo que arde tenuemente. El cuerpo causal, aunque en estado embrionario, pero completo en su triple naturaleza, está preparado para entrar en plena actividad a medida que transcurren los eones. El aspecto materia, que concierne a la forma material del hombre en los tres mundos, o a su Yo personal inteligente activo, puede ser desarrollado y controlado por intermedio de la unidad mental del átomo astral permanente y del átomo físico permanente. El aspecto Espíritu se halla oculto en el corazón del loto, para ser revelado a su debido tiempo cuando los manasadevas hayan realizado su trabajo. La voluntad perdurable está allí eternamente. El aspecto conciencia que personifica el amor sabiduría del Ego divino, al revelarse por intermedio de la mente, se encuentra predominantemente allí, y en los nueve pétalos y en su capacidad vibratoria residen ocultas toda oportunidad, capacidad innata para progresar y habilidad para funcionar como una unidad autoconsciente, esa entidad denominada Hombre. ( ) Mahadeva reside en el corazón, Surya o Vishnu lo revela en Su esencia como la Sabiduría del Amor y el Amor de la Sabiduría, y Brahma, el Logos Creador, hace posible esta revelación. El Padre en los Cielos será revelado por el Cristo, el Hijo, mediante el método de la encarnación, siendo posible por el trabajo del Espíritu Santo. Todo esto se lleva a cabo por el sacrificio y la meditación de ciertas entidades cósmicas que “Se ofrendan Ellas Mismas” a fin de que el Hombre pueda ser. Dan de su misma esencia aquello que se necesita para producir el principio individualizador y lo que llamamos “autoconciencia”, a fin de que el Espíritu divino adquiera una vida más plena dentro de las limitaciones que proporciona la forma, mediante las lecciones aprendidas durante el largo peregrinaje y la “asimilación lograda en múltiples existencias”.

Cuarto. Cuando han ocurrido estos tres acontecimientos la luz y el fuego que circulan alrededor del triángulo manásico se retiran al centro del loto, y este “prototipo” del futuro antakarana, si puede expresarse así, desaparece. La triple energía de los pétalos, los átomos y la “joya” se han centralizado, porque ha de generarse el impulso que hace descender energía desde el nuevo vehículo causal hasta los tres mundos del esfuerzo humano.

Hemos tratado el método de la individualización mediante la introducción de los Señores de la Llama, pues es el método más importante en este sistema solar; cualquier método que se siga en los diversos esquemas y cadenas la individualización -durante la etapa intermedia- constituye la ley universal. Debido a que las condiciones kármicas tienen que ver con un Logos planetario, podrán efectuarse modificaciones y ponerse en acción a manasadevas cuya actividad puede no ser exactamente igual, pero los resultados son siempre similares, pues los Egos divinos en sus cuerpos causales poseen instrumentos análogos para trabajar.

El último punto de gran significado es que los Agnishvattas construyen los pétalos empleando Su propia sustancia –sustancia energetizada por el principio del “Yo ismo” o ahamkara. Éstos energetizan a los átomos permanentes con Su propia fuerza positiva, para llevar, oportunamente, a su máxima actividad y utilidad a la quinta espirilla. Toda posibilidad y esperanza, todo optimismo y todo éxito futuro se hallan ocultos en esto.

Como hemos visto, el trabajo de los Agnishvattas en el plano mental dio por resultado un descenso de fuerza o energía desde la Mónada (o espíritu) y, en conjunción con la energía del cuaternario inferior, se produjo la aparición del cuerpo del Ego en el plano mental. En la luz eléctrica común tenemos una vaga ilustración del pensamiento que estoy tratando de expresar. La luz se crea por la aproximación de los dos polos. Mediante un tipo análogo de fenómeno eléctrico brilla la luz de la Mónada, pero tenemos que extender la idea a los planos más sutiles y tratar con siete tipos de fuerza o energía en conexión con un polo y con cuatro respecto al otro. Para el proceso de la individualización existe una fórmula científica que explica este contacto dual, con sus diferentes tipos de energía, mediante un solo símbolo y guarismo, pero no puede ser revelado aquí.

Los Manasadevas están energetizados por la fuerza proveniente del plano mental cósmico -fuerza que ha estado siempre en actividad desde que se individualizó el Logos solar en kalpas muy remotos. Personifican en Su naturaleza colectiva la voluntad o propósito del Logos, y son los “prototipos” cósmicos de nuestros Angeles solares. Los ángeles solares del plano mental del sistema personifican esa medida de voluntad y propósito que el Logos puede manifestar durante una sola encarnación y que Ellos, en grupos, pueden desarrollar. Por consiguiente, trabajan por intermedio de grupos egoicos y principalmente, después de la individualización, sobre las unidades mentales de los entes separados que componen los grupos. Éste es Su trabajo secundario, el cual puede ser descrito parcialmente de la manera siguiente:

Primero, realizan la unión del Ego divino con el Yo personal inferior. Esto ya lo hemos tratado.

Segundo, trabajan por intermedio de los entes mentales, plasmando sobre el átomo, por microscópica que sea, esa parte del propósito logoico que el individuo puede realizar en el plano físico. Al principio su influencia es asimilada inconscientemente y el hombre responde al plan ciega e ignorantemente. Luego, a medida que prosigue la evolución, su trabajo es reconocido por el hombre al colaborar conscientemente con el plan de la evolución. ( ) Después de la tercera iniciación predomina el aspecto voluntad o propósito.

Debe señalarse aquí que la fuerza positiva de los Manasadevas produce la iniciación. Su función está representada por el Hierofante. Éste, viendo ante Sí el vehículo de budi, pasa el voltaje desde los planos superiores a través de Su cuerpo y, por medio del Cetro (cargado con fuerza manásica positiva), transmite al iniciado esta energía manásica superior a fin de que pueda conocer conscientemente y reconocer el plan correspondiente al chakra o centro, que forma ese grupo por medio de un estímulo grandemente acrecentado. Esta fuerza, por conducto del antakarana, desciende desde el átomo manásico permanente y va dirigida a cualquier centro que el Hierofante -de acuerdo a la Ley- ve que ha de ser estimulado. Estabiliza la fuerza y regula su afluencia cuando circula a través del Loto egoico para que, al realizarse el trabajo de desenvolvimiento, pueda revelarse el sexto principio en el Corazón del Loto. Después de cada iniciación el Loto se abre algo más y la luz central comienza a resplandecer -luz o fuego que quema los tres pétalos del relicario, permitiendo que la plena gloria interna sea vista y se manifieste el fuego eléctrico del espíritu. Como esto se realiza en el segundo subplano del plano mental (sobre el que está ahora situado el loto egoico) tiene lugar un estímulo en la sustancia densa que forma los pétalos o ruedas de los niveles astral y etérico.

b. La individualización y las razas. Sí este tratado no sirve otro propósito que llamar la atención de los que estudian ciencia y filosofía para que estudien la fuerza o la energía en el hombre y en los grupos, e interpreten al hombre y a la familia humana en términos de fenómenos eléctricos, mucho bueno se habrá logrado. La polaridad de un hombre, de un grupo y de un conjunto de grupos; la polaridad de los planetas y su relación entre sí y con el Sol; la polaridad del sistema solar y su relación con otros sistemas; la polaridad que tiene un plano con otro y un principio con otro; la polaridad de los vehículos más sutiles y la aplicación científica de las leyes de la electricidad a todo lo existente en el plano físico, traerá una revolución en este planeta sólo comparable a la efectuada en el momento de la individualización Señalaría aquí cierto hecho significativo que los estudiantes deberían considerar cuidadosamente.

En la tercera raza raíz ( ) tuvo lugar la individualización. Acontecimiento que se hizo posible debido a ciertas condiciones y relaciones de polaridad y porque las leyes científicas fueron comprendidas y los Conocedores aprovecharon una condición eléctrica particular para apresurar la evolución de la raza. Fue un estupendo tipo de fenómeno eléctrico que produjo las “luces que siempre arden”, resultado del conocimiento de la ley natural y su adaptación a la oportunidad.

En la cuarta raza raíz la adaptación de la fuerza se inició de otra manera. Allí también se aprovechó el momento y la oportunidad para abrir la puerta al quinto reino, aplicando el método de iniciación forzada. Un tercer tipo de electricidad desempeñó su parte para producir este acontecimiento, y el efecto que produce este fenómeno eléctrico sobre los entes (siendo ellos mismos centros de energía) -científicamente considerados- indica que el hombre ya está preparado para la ceremonia de la iniciación y dispuesto para transmitir energía espiritual al mundo. Técnicamente cada iniciado es un transmisor de fuerza, por lo tanto su trabajo es triple y consiste en:

1. Proporcionar un triple vehículo capaz de ofrecer la necesaria resistencia a la fuerza, recibirla y también retenerla.

2. Transmitirla como energía al mundo al cual sirve.

3. Almacenar cierta cantidad de la misma para un doble propósito:
a. Proporcionar una reserva de fuerza para casos de emergencia y trabajo especial que puedan requerir los Grandes Seres.
b. Actuar como dínamos para ese grupo inmediato que toda alma avanzada, discípulo e iniciado, reúne a su alrededor en cualquiera de los planos en los tres mundos.

En la quinta raza raíz podrá esperarse otro trascendente acontecimiento, qué sucederá en un futuro inmediato, y se inició conjuntamente con la energía que culminó oportunamente en la guerra mundial. El primer efecto que se produce al aparecer un nuevo estímulo eléctrico, proveniente de centros que se hallan fuera del sistema, consiste en causar primeramente una destrucción que conduce a la revelación. Lo que está aprisionado debe ser liberado. Así acontecerá en la actual raza raíz, la quinta. Ciertas fuerzas cósmicas ya están actuando y aún no se evidencia el pleno efecto de su energía. La Jerarquía aprovechará esta fuerza entrante a fin de impulsar los planes planetarios. En todos los casos el efecto producido por el fenómeno se siente en cualquiera de los reinos además del humano. Durante el período de individualización es evidente que tuvo lugar un grandioso estímulo en el reino animal, estímulo que ha persistido y conducido a ese fenómeno denominado “animales domésticos” y su etapa de inteligencia relativamente elevada comparada con la de los animales salvajes. En los días atlantes, la apertura de la puerta que conduce al quinto reino, o etapa de conciencia búdica, produjo un profundo efecto en el reino vegetal. Dicho efecto puede observarse en los resultados obtenidos por Burbarh, siendo de la misma naturaleza que el proceso iniciático en el hombre e involucrando la rápida adquisición de una perfección relativa.

En el trascendental e inminente acontecimiento, la gran revelación que se aproxima, la Jerarquía aprovechará nuevamente el momento y la energía para producir ciertos acontecimientos que tendrán lugar principalmente en el reino humano, pero también se observará como regeneración de fuerza para el reino mineral Cuando la energía se sintió por primera vez en el reino humano, produjo esas condiciones causantes de la tremenda actividad que desembocó en la guerra y también de la actual tensión mundial; en el reino mineral afectó a algunos minerales y elementos, y aparecieron las sustancias radiactivas. Esta característica (o radiactividad) de la pechblenda y demás unidades involucradas, constituye comparativamente un nuevo desarrollo de acuerdo a la ley evolutiva y, aunque latente, sólo necesitó la extracción del tipo de energía que ya comienza a afluir en la tierra. Esta fuerza comenzó a afluir a fines del siglo dieciocho y no se siente aún su pleno efecto, pues pasarán centenares de años antes de que desaparezca. Por su intermedio será posible hacer ciertos descubrimientos, y durante su vigencia vendrá el nuevo orden. Los Grandes Seres que conocen el tiempo y el momento, harán que se produzca en nuestra raza raíz esos acontecimientos que se sucedieron en la tercera y cuarta razas.

 

b. La individualización

(a) El trabajo del Ángel solar.

(b) La individualización y las razas.

(c) Métodos de individualización.

(d) Avatares, Su naturaleza y trabajo.

(e) Individualización , una forma de iniciación.

c. La encarnación.

(a) Encarnación cósmica, planetaria y humana.

(b) La naturaleza de pralaya.

(c) Tipos de renacimiento humano.

(d) El futuro advenimiento del Avatar.

(e) Impulso y encarnación.

(f) Actividad de los Pitris.

(g) El trabajo de construir formas.

(h) Encarnación y karma.

d. La construcción del cuerpo causal

(a) Notas de introducción.

(b) La evolución de los pétalos.

(c) Nombres de los lotos egoicos.

(d) Los pétalos y los centros etéricos.

(e) La iniciación y los pétalos

 

 

4. Los elementales del fuego, los constructores menores.

a. Introducción.

b. Elementales del plano físico.

c. Elementales de los éteres.

d. Los elementales y el microcosmos

 

 

 

 

III. El hombre como creador que crea con materia mental.

1. Creación de formas mentales

......Durante el proceso creador el hombre maneja cierto tipo de fenómenos eléctricos y tiene que ver con aquello que vitalmente es afectado por cada pensamiento que emana de él y con esas vidas menores que (en conjunto) constituyen, desde cierto ángulo, una fuente de verdadero peligro para el mismo.

Concretaremos lo que debe decirse en ciertas afirmaciones.

a. Gran parte de la angustia que actualmente se observa en el mundo puede ser atribuida directamente a la incorrecta manipulación de la materia mental por el hombre, a los erróneos conceptos vertidos respecto a la naturaleza de la materia, y a las peligrosas condiciones producidas por el conjunto de tentativas creadoras que los seres humanos han realizado en el trascurso de los siglos.

Erróneas interpretaciones han surgido respeto a la finalidad de los fluidos vitales del universo; esto, como también ciertas distorsiones de la luz astral, ha aumentado la angustia, produciendo un espejismo subsidiario o secundario, luz reflejada que intensifica el maya ya creado.

Este reflejo secundario lo ha producido el hombre en su evolucionado intento de equilibrar los pares de opuestos, provocando una condición que tiene que ser superada antes de iniciar el verdadero equilibrio oculto.

Podría considerarse como la suma total de esa gran manifestación (creada sólo por el hombre) denominada "El Morador del Umbral".

Unos de los mayores obstáculos en el sendero de Retorno, del cual el hombre es definidamente responsable, dentro de los límites esotéricos, loo constituyen esas formas animadas que ha venido creando permanentemente desde mediados de la raza raíz atlante, cuando el factor mente comenzó con lentitud a asumir mayor importancia.

El egoísmo, los móviles sórdidos, la rápida respuesta a los impulsos del mal, que han caracterizado a la raza humana, acarrearon un estado de cosas que no tiene parangón en el sistema.

Se cierne sobre toda la familia humana una forma mental gigantesca, construida durante épocas por los hombres de todas partes, energetizada por los deseos insanos y las inclinaciones malignas de la peor naturaleza humana, vivificada por las inclinaciones de sus desos inferiores.

Esta forma mental debe ser desintegrada y disipada por el hombre al finalizar esta ronda, antes de que termine el ciclo, y su disipación constituirá una de las fuerzas que tenderán a producir el pralaya interplanetario.

Esta es la torpe creación, si puede denominarse así, que los Grandes Seres se ocupan de destruir.

De acuerdo a la Ley del Karma tiene que ser disipada por quienes la han creado; por lo tanto, los Maestros llevan a cabo Su trabajo en forma indirecta, tratando de iluminar gradualmente a los hijos de los hombres a fin de que pueda ver con claridad a este "Morador del Umbral" de la nueva vida y al antagonista que se encuentra entre el cuarto y el quinto reino de la naturaleza.

..........................Esta gigantesca forma mental, producto de la ignorancia y el egoísmo del hombre se mantiene viva y vitalizada de tres maneras:

Primero, mediante la acumulación de malos deseos, perversas intenciones y propósitos egoístas individuales. Todo mal pensamiento involucrado en la palabra y manifestado como acción en el plano físico, contribuye a expandir las proporciones de esta entidad maléfica.

Segundo, por la protección de los hermanos de la sombra y esos representantes de los que podría denominarse "mal cósmico", los que (debido al karma de la familia humana o cuarto reino, en esta cuarta ronda) asumiendo enormes responsabilidades, hacen posible la vitalización secundaria de la forma mental y producen condiciones tan horrendas que, de acuerdo a la ley, provocan la rápida cristalización, trayendo como consecuencia la destrucción final.

El estudiante haría bien en ampliar su concepto respecto al propósito del mal y al lugar que dichas fuerzas ocupan en el esquema general.

Tercero, mediante las energías existentes y la vibración que todavía se siente, fuerza de un sistema solar anterior que persiste, y la emanación de aquello que en este sistema solar no se considera ya como un principio..........

2. Construcción de formas mentales en los tres mundos.

IV. El hombre y los espíritus del fuego.

1. El aspecto voluntad y la creación.

a. Las condiciones del mago.

b. La construcción de formas mentales.

c. El significado oculto del habla.

2. La naturaleza de la magia

a. Magos blancos y magos negros.

b. El origen de la magia blanca.

c. Condiciones para la magia blanca.

3. Quince reglas para la magia.

a. Seis reglas para el plano mental.

b. Cinco reglas para el plano astral.

c. Cuatro reglas para el plano físico.

 

 

 

SECCIÓN E. El movimiento en el plano de la mente.

I. Enunciados de introducción.

II. La naturaleza de este movimiento.

III. Resultados de su actividad.

1. La ley de expansión.

2. La ley del retorno monádico.

3. La ley de la evolución solar.

4. La ley de irradiación.

Un Logos solar usa como centros de energía los esquemas planetarios, personificando cada uno un tipo peculiar de energía y vibrando, por consiguiente, de acuerdo a la clave del Angel solar logoico, del cual el Angel solar humano es un vago reflejo

La Ley de Atracción

...............

11. La Ley de las Escuelas.(Ley del Amor y de la Luz.) Término misterioso que sirve para ocultar la ley a medida que afecta las expansiones de conciencia que logra un iniciado, y su capacidad para atraer hacia sí el conocimiento de:


Su propio Yo superior, para producir alineamiento e iluminación.

Su Guru.

Aquello que trata de conocer.

Aquello que puede utilizar en su tarea de servicio.

Otras almas con quienes puede trabajar.


Será evidente, para el estudiante inteligente, que esta Ley de las Escuelas es principalmente aplicable a todas las unidades de vida divina que han llegado o trascendido la etapa de la autoconciencia. Tiene en consecuencia una conexión vital con el reino humano; existe un significado oculto en el hecho de que es la undécima Ley, la cual capacita al hombre para unir dos de sus aspectos (el yo personal y el Yo superior). Rige la transición del átomo humano a un reino superior. Permite al hombre (cuando la comprende y se adapta a ella) entrar en un nuevo ciclo. Es la ley del adepto, del Maestro y del hombre perfecto, razón por la cual será útil tratarla con un poco más de amplitud que las otras, puesto que la humanidad llegó a la etapa donde algunos de sus entes ya están preparados para ser influenciados específicamente [e918] por esta ley y ser transferidos al Aula del Aprendizaje, pasando por el Aula de la Sabiduría, al quinto reino o espiritual.

La Ley de las Escuelas no se aplica específicamente a la evolución dévica, se rige por otra, llamada "La Ley de la Resistencia Pasiva" que no nos concierne ni es conveniente considerarla aquí. Controla tres grupos principales de existencias:


Los seres humanos desde el momento en que recorren el Sendero de Probación.

Todas las unidades del quinto reino, en consecuencia, todos los miembros de la Jerarquía.

Los Logos planetarios de todo el sistema.


Será evidente, que esta ley tiene relación con el gran experimento que ha sido inaugurado en la tierra por nuestro Logos planetario en conexión con el proceso de iniciación, y sólo rige desde que se abrió el portal de la Iniciación en los días atlantes, por lo tanto no rige para todos los miembros de la familia humana, llegando algunos lentamente a la realización regidos por la básica Ley de la Evolución. No afecta de ninguna manera, por ejemplo, a los miembros de la familia humana que se han individualizado en la cadena terrestre, aventando la chispa de la mente -uno de los métodos empleados por los Señores de la Llama, como ya hemos visto.

Puede ser estudiada en dos aspectos principales, primeramente en relación con los entes humanos que pasan al Aula de la Sabiduría influenciados jerárquicamente y también en relación con los distintos esquemas planetarios. Cada esquema existe para enseñar un aspecto específico de conciencia, y cada escuela planetaria o jerárquica somete a sus discípulos a esta ley, variando sólo los métodos. Dichas escuelas planetarias están necesariamente regidas por ciertos factores, de los cuales los dos más importantes son el karma peculiar del respectivo Logos planetario y su Rayo particular.

En esta etapa no es posible transmitir a los estudiantes la información relativa a la naturaleza de cada escuela planetaria. Forman cinco grandes grupos:


Los planetas esotéricos no sagrados, llamados en léxico ocultista "la ronda externa" o el círculo externo de iniciados. Nuestra tierra es uno de ellos, pero al estar alineada de manera peculiar con ciertas esferas de la ronda interna, existe una doble oportunidad para el género humano, lo cual facilita, aunque complica el proceso evolutivo.


Los planetas sagrados, llamados a veces (cuando se considera la Ley de las Escuelas) los "siete grados de conocimiento síquico" o las "siete divisiones del campo del conocimiento".

La ronda interna, encierra en sí la gran oportunidad para quienes pueden superar sus problemas y resistir sus tentaciones. Esta ronda interna tiene un peculiar atractivo para los entes de ciertos Rayos, y también sus propios peligros. Es seguida por aquellos que han pasado la etapa humana y desarrollado conscientemente la facultad de vivir en forma etérica y pueden seguir los ciclos etéricos funcionando conscientemente en los tres planos etéricos superiores de todo el sistema. Debido a específicos y ocultos propósitos, han roto la conexión entre el tercer plano etérico y los cuatro subplanos inferiores del plano físico. En esta ronda se encuentra únicamente un porcentaje humano ya preparado, el cual está estrechamente asociado al grupo que se traslada con facilidad y se desarrolla en igual forma en los tres planetas que, con la Tierra, forman un triángulo, Marte, Mercurio y la Tierra. Éstos -en relación con dicha ronda interna- se considera que existen solamente en materia etérica y (en relación con uno de los Hombres celestiales) ocupan un lugar análogo al triángulo etérico que se encuentra en el cuerpo etérico humano. He explicado aquí más de lo que hasta ahora se había dicho exotéricamente respecto a la ronda interna, y mediante el estudio del triángulo etérico humano, su función y el tipo de fuerza que circula a su alrededor, mucho puede deducirse acerca de la ronda interna planetaria. Debemos recordar que así como el triángulo etérico humano sólo es la etapa preparatoria de una vasta circulación dentro de la esfera del cuerpo etérico, el triángulo planetario etérico -pasando desde la Tierra por Marte y Mercurio- no es más que el sistema circulatorio preliminar de una ronda más vasta incluida dentro de la esfera de influencia de un Señor planetario.

El circulo de los planetoides. Quienes estudian la Sabiduría Eterna frecuentemente olvidan que la Vida del Logos se manifiesta a través de esas esferas circulantes que (aunque no son suficientemente grandes para ser consideradas planetas) siguen sus senderos orbitales alrededor del centro solar, tienen sus propios problemas evolutivos y funcionan como parte del Cuerpo solar. Están formados -igualmente que los planetas- por una Entidad cósmica e influenciados por los impulsos de la Vida del Logos solar, así como lo están los cuerpos mayores. Las evoluciones que existen en ellos son análogas pero no idénticas a las de nuestro planeta y recorren sus ciclos, en los cielos, regidos por las mismas leyes, como lo están los planetas mayores.


Los Triángulos Absorbentes. Este término se aplica a las escuelas evolutivas que están localizadas en los tres planetas mayores de nuestro sistema -Urano, Neptuno y Saturno y a los que se encuentran en las tres cadenas mayores y tres globos mayores de un esquema planetario. Los Regentes de estos planetas, cadenas y globos son llamados los "divinos Examinadores" y Su tarea concierne específica y enteramente al reino humano. Son responsables de la tarea de:

Transferir a los hombres de una escuela a otra y de un grado a otro.

Expandir la conciencia humana de acuerdo a la ley.

Transmutar las formas del ente humano en los tres mundos y por consiguiente rechazar la forma.

Producir la radiactividad en el cuarto reino de la naturaleza.


Podemos considerar a las vidas que presiden estas escuelas departamentales como los custodios del Sendero, siendo responsables por lo tanto del divino Peregrino durante las etapas finales en el Sendero de Evolución. Comienzan a trabajar con el hombre desde el momento en que por primera vez asienta su pie en el Sendero de Probación, continuando Su tarea hasta que recibe la séptima Iniciación.

Por lo tanto, entre ellos se encuentran los Maestros que entrenan discípulos, en cambio no están incluidos los Maestros que no se ocupan de los individuos y su desarrollo.

No es posible definir los distintos tipos de escuela y enseñanza que existen y se imparten en los diferentes planetas. Todo lo que puede hacerse es dar una frase esotérica que proporcione al estudiante intuitivo la indicación necesaria.


Escuelas Planetarias

URANO Escuela de Magia del décimo orden. Se le dice a veces "el planeta de la fuerza [i1178] violeta", y sus egresados manejan el poder del prana etérico cósmico.

TIERRA Escuela de Respuesta magnética. Otro nombre dado a sus discípulos es "los egresados del penoso esfuerzo" o "los adjudicadores que se encuentran entre los polos opuestos".

Puede extraerse otro indicio de los dos nombres dados y es que sus egresados son examinados en el tercer subplano astral.

VULCANO Escuela para las Piedras Ígneas. Existe una curiosa relación entre los entes humanos que pasan por sus aulas y el reino mineral. El ente humano, en el esquema terrestre, es denominado en lenguaje místico "las piedras vivientes"; en Vulcano se lo denomina "piedra ígnea".

JUPITER Escuela de los Magos Benévolos. A este planeta se le dice a veces, en términos escolásticos, "El Colegio de las unidades de la Cuádruple Fuerza" porque sus miembros manejan cuatro tipos de fuerza cuando realizan el trabajo mágico constructivo. Otro nombre dado a sus aulas es "El Palacio de la Opulencia" porque sus graduados trabajan con la ley del Abastecimiento, y se los llama frecuentemente "Los Sembradores".

MERCURIO A los discípulos de esta escuela planetaria se los denomina "Los Hijos de la Aspiración" o "Los Puntos de Vida Amarilla". Tienen un estrecho vínculo con nuestro esquema terrestre y el Antiguo Comentario se refiere a ello en las palabras:

"Los puntos de llama dorada se fusionan y mezclan con la planta de cuatro hojas de tierno verdor; cambia su color en un tinte amarillo otoñal. La planta de cuatro hojas mediante un nuevo y fresco [i1179] influjo, se convierte en la planta de siete hojas y tres flores blancas."

VENUS Escuelas con cinco Grados estrictos. También es un esquema planetario íntimamente relacionado con el nuestro, pero su Logos planetario pertenece a un grupo de estudiantes más avanzados, en sentido cósmico, que nuestro Logos planetario. La mayoría de sus instructores jerárquicos vienen del quinto plano cósmico, siendo un grupo peculiar de Manasadevas de categoría muy elevada. Se los describe en los archivos de nuestra Jerarquía empuñando cada uno un tridente de fuego, coronado por cinco esmeraldas verdes.

MARTE Escuela de los Guerreros, o el estudio libre para los soldados. Cuatro de estas escuelas planetarias son las causantes de la energía que fluye a través de los máximos exponentes de las cuatro castas, no sólo de la India sino de todas partes del mundo. Se dice que sus instructores son los "graduados del Fuego rojizo", y frecuentemente se los representa vestidos con mantos rojos y llevando varas de ébano. Trabajan con el primer Aspecto logoico y entrenan a aquellos cuya tarea corresponde a la línea del destructor.

NEPTUNO Esta escuela se ocupa de desarrollar y fomentar el elemento deseo, y a sus egresados se los denomina "Los Hijos de Vishnu". Su símbolo es un manto, en el cual está representado un barco con las velas desplegadas sobre un corazón, cuyo significado será evidente para quienes tengan ojos para ver.

 

 

 

TERCERA PARTE.

El Fuego del Espíritu- Fuego Eléctrico

Fuego eléctrico o divina Llama logoica. Esta llama es el signo que distingue a nuestro Logos y lo diferencia de los demás Logos; constituye Su principal característica e indica el lugar que le corresponde en la evolución cósmica.

Ciertos enunciados básicos

 

 

 

 

 


B. LA NATURALEZA DE LOS SIETE SENDEROS CÓSMICOS

Debe tenerse muy en cuenta que el término SENDERO se emplea sólo para significar energía e indicar corrientes de energía -siete corrientes que se mezclan y fusionan para formar un Sendero. Además se ha de notar que el Adepto que practica la disciplina y pasa por los ritos iniciáticos, que le permitirán recorrer los siete Senderos, ha trascendido el color, ha pasado más allá del velo y ha expandido Su conciencia de manera que se ha unificado con la vida consciente de Su Logos planetario. Ha llegado a una etapa incomprensible para el hombre en la actualidad; está saliendo del ámbito de las formas sustanciales y entrando en el reino de la energía. Conoce los dos aspectos de la vida, el alma y el cuerpo, y se está retirando totalmente del reino de la percepción. Esto para el lector común parecerá un malabarismo de palabras y que se ha hecho un detalle minucioso, pero quien razona por medio de la Ley de Analogía y capta la relatividad básica esencial que existe entre los tres aspectos, llega al conocimiento de que detrás de toda forma existe una vida subjetiva conocida por su cualidad, color y atributos; ha expandido su conciencia hasta conocer gradualmente esos atributos y cualidades, procurando que formen parte de su propio equipo consciente. La palpitante vibración dinámica, causa productora tanto de la vida subjetiva como de su forma cualitativa, es todavía -para él- el misterio de los misterios y el secreto inefable. Se convierte en la meta de su esfuerzo a medida que asienta su pie en uno de los siete Senderos que lo enfrentan después de la quinta Iniciación. Si un Maestro de Sabiduría o quien ha unificado manas (intelecto) y sabiduría (budi) no conoce lo que le será revelado cuando recorra el Sendero cósmico elegido, lógicamente es innecesario que nosotros tratemos de comprender (en nuestra etapa relativamente inferior de evolución) cuál es el verdadero significado de la palabra "Espíritu". Reflexionar sobre estos temas es (para el hombre común) no sólo inútil sino peligroso. No posee todavía el mecanismo mental necesario para hacerlo sin peligro. Es como si se obligara a un niño de primer grado a comprender el cálculo diferencial y las leyes de trigonometría.

 

 

 

Estos siete Senderos preparan al hombre para recibir ciertas iniciaciones cósmicas, incluyendo las del Sol Sirio. Aquí sólo puede hacerse una insinuación. Cada uno de dichos Senderos conduce finalmente a una de las seis constelaciones que (con la nuestra) forman los siete centros del cuerpo de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE. Por lo tanto, esos adeptos, que permanecen en nuestro planeta durante un periodo prescrito, son una analogía de aquellos iniciados mayores que se quedan durante muchos kalpas en el sistema solar, reabriendo ciertas iniciaciones misteriosas relacionadas totalmente con la evolución solar. Su trabajo concierne l sistema como centro del cuerpo de esa Existencia que vitaliza al Logos de nuestro sistema.

Puede ser de valor enumerar aquí los siete Senderos cósmicos.( )

I. El Sendero del Servicio en la Tierra.
II. El Sendero del Trabajo Magnético.
III. El Sendero del Logos Planetario.
IV. El Sendero que conduce a Sirio.
V. El Sendero de Rayo.
VI. El Sendero del Logos Solar.
VII. El Sendero de la Absoluta Filiación.

Debe tenerse en cuenta, para que no haya confusión, que estos términos son los nombres genéricos dados, en el léxico místico de la Logia de Maestros, a los siete métodos de trabajo, de esfuerzo y de aspiración por los cuales los perfeccionados hijos de la humanidad terrestre pasan a Senderos cósmicos específicos o corrientes de energía, formando en su totalidad un gran CAMINO cósmico.

Los siete senderos, en cierta etapa que no puede definirse, se convierten en los cuatro senderos debido a que nuestro sistema solar es de cuarto orden. Esta fusión se efectúa de la manera siguiente:

Los iniciados del primer Sendero "abren su camino luchando" hacia el sexto Sendero.
Los iniciados del segundo Sendero "se alquimizan a sí mismos" para llegar al séptimo Sendero.
Los iniciados del tercer Sendero "rasgando el velo" se encuentran en el quinto Sendero.

Nos queda ahora el cuarto Sendero. Por éste pasan todos aquellos que, en devoción y actividad conjunta, alcanzan la meta, pero todavía no han desarrollado plenamente el principio manásico. Siendo éste el sistema solar de amor-sabiduría o de desarrollo búdico astral, el cuarto Sendero incluye al mayor número de los hijos de los hombres. En la jerarquía de nuestro planeta los "Señores de Compasión" son más numerosos que los "Maestros de Sabiduría". Por lo tanto los anteriores deben pasar todos al Sol Sirio para ser sometidos a un tremendo estímulo manásico, pues Sirio es la fuente de donde surge manas. Allí deben ir los místicos y convertirse en lo que se llama "una chispa de electricidad mahática".

 

 

 

Estos siete Senderos no se ocupan de la naturaleza ni del equilibrio de los pares de opuestos, sino únicamente de la unidad, aquello que utiliza los pares de opuestos como factores para producir LUZ. Tratan de esa cuantidad desconocida, responsable de los pares de opuestos; por lo tanto se ocupan principalmente de aquello que está fuera de las formas manifestadas, de la verdadera abstracción o el Absoluto. El Espíritu y la materia nunca están disociados durante la manifestación; constituyen la dualidad que se halla detrás de todo lo objetivo. Sin embargo, algún factor es responsable de ello -aquello que no es ni Espíritu ni materia, considerado como inexistente por todos, excepto por el iniciado. En la tercera iniciación, el iniciado percibe un destello de luz respecto a esta abstracción y cuando recibe la quinta Iniciación ha captado bastante como para permitirle dedicarse con ahínco a desentrañar su secreto.


I Sendero. El Sendero del Servicio en la Tierra.

La naturaleza de la fuerza espiritual que anima al grupo de nuestros peculiares iniciados planetarios podría evidenciarse si se estudian los métodos y propósitos de su trabajo desde el punto de vista de la energía subjetiva y no tan específicamente de la forma material. Este punto de vista puede adquirirse con más facilidad si es estudiado el impulso animador subyacente en todos los grupos mundiales que están particularmente consagrados a la elevación de la raza. Esto incluirá necesariamente a todas las organizaciones políticas, religiosas, científicas y metafísicas. Se hallará que todas y cada una están definidamente relacionadas y poseen cierto grado de unificación con alguno de los numerosos grupos ocultistas que (desconocidos generalmente por el grupo afiliado) son responsables de la vitalización de las unidades principales de cualquiera de las organizaciones que realiza este trabajo precursor.

El primer sendero mantiene al hombre vinculado a la Jerarquía, la cual se ha comprometido a servir en nuestro esquema planetario. Incluye a aquellos que trabajan a las órdenes del Señor del Mundo en los siete grupos en que se dividen nuestros Maestros de Sabiduría. No hay muchos Maestros que huellan este Sendero; sólo le es permitido hacerlo a un número determinado, a fin de llevar a cabo satisfactoriamente la evolución planetaria. Se conoce mucho más sobre este Sendero que sobre cualquiera de los otros y mucho más se descubrirá a medida que los miembros de nuestra humanidad se capaciten para hacer contacto con los Hermanos de la Jerarquía. Su campo de acción y Sus métodos de trabajo llegarán a ser finalmente exotéricos; cuando los siete grupos sean aceptados y conocidos, la consecuencia lógica será el establecimiento de escuelas de desarrollo para ocupar el lugar de estos grupos.

Los adeptos que siguen este Sendero se caracterizan por un doble atributo, el cual garantiza su realización en esta línea de esfuerzo espiritual. Están animados por la sabia compasión. Estas palabras deben ser estudiadas cuidadosamente porque contienen la clave de la naturaleza del primer Sendero. Los adeptos que eligen este Sendero son llamados esotéricamente los "dragones benéficos", y la energía con la cual trabajan y la corriente de fuerza vital a la cual pertenecen emanan de la constelación del Dragón, actuando por medio del signo zodiacal Libra. Esta energía espiritual especial produce, en esos grupos que están bajo su influencia directa, la gran facultad de identificación, la cual no concierne ni a la forma ni al alma, sino al punto espiritual de vida positiva que en el ente humano llamamos la "Joya en el Loto". Debe recordarse a este respecto que hay una joya en el corazón de cada átomo. Cada joya tiene siete facetas, que son las siete entradas a los siete Senderos.

Los "dragones benéficos" se distinguen por su "luminosidad", y esta cualidad básica subyace en el mandato que imparten todos los instructores espirituales a sus discípulos: "deja que brille tu luz".

Cuando el adepto atraviesa la "puerta luminosa" aparecen ante él cuatro IDENTIFICACIONES muy peculiares y esotéricas. Esta entrada tiene lugar después que ha recibido la quinta Iniciación y demostrado su capacidad para hacerlo durante un largo período de servicio en relación con nuestra evolución planetaria. Dichas identificaciones que se llevan a cabo en la conciencia monádica, después de trascender el vehículo átmico, provocan oportunamente dentro de la joya, que esencialmente constituye la verdadera unidad espiritual, un acontecimiento trascendental. Las cuatro identificaciones están vinculadas con el cuádruple loto del Logos solar o con Su centro cardíaco de doce pétalos. Este loto es denominado a veces el "corazón del Sol" refiriéndose al sol subjetivo. No es posible decir más a este respecto.

Estas cuatro Identificaciones se efectúan SOLO en este Sendero particular, y cada una es precedida por tres identificaciones menores, que hacen una totalidad de doce Identificaciones correspondientes al loto de doce pétalos. El estudiante meticuloso habrá observado que ya no empleamos la palabra "iniciación", que trata específicamente de la conciencia y por lo tanto de la dualidad, sino que utilizamos una palabra que significa síntesis, aunque en forma inadecuada.

La energía manipulada en el proceso de estas identificaciones es en gran parte la que fluye a través de la sexta Jerarquía, que está relacionada esotéricamente con el sexto Sendero, donde los iniciados del primer Sendero tienen finalmente que luchar para abrirse camino. El método que debe aplicar el adepto para demostrar el control que ejerce sobre la energía implicada no puede darse aquí. Sólo diré que se adquiere luminosidad en el campo de batalla, luchando contra el dragón. La síntesis dada a continuación puede ser sugestiva.

I SENDERO. SERVICIO EN LA TIERRA.

Atributos Sabia Compasión
Origen Constelación del Dragón, por conducto de Libra
Jerarquía Sexta
Método Doce Identificaciones Cósmicas
Símbolo El dragón verde surgiendo del centro de un sol flamígero. Detrás y sobresaliendo del Sol pueden verse dos pilares a ambos lados de una puerta cerrada.
Cualidad adquirida Luminosidad

 

 

 

 

 

 


II Sendero. El Sendero del Trabajo Magnético.

Los estudiantes deben tener presente que están considerando uno de los siete Senderos que expresa más plenamente los efectos de la Ley de Atracción. Quienes hayan leído cuidadosamente este tratado, recordarán que dicha ley es la expresión de la voluntad espiritual que produce la manifestación del Hijo (Sol). El magnetismo -físico, atractivo y dinámico- es la expresión de la ley concerniente al ente humano en los tres mundos. Se evidencia por lo tanto que el adepto, que sigue este Sendero, se enfrenta con esa realidad de la naturaleza, base de toda coherencia, y con esa esencia que, a través de la fuerza de su propia cualidad innata, produce la energía de atracción, uniendo los pares de opuestos; es la fuerza responsable de la interacción de los fenómenos eléctricos de todo tipo. El adepto que elige esta corriente de energía cósmica, a fin de realizar ciertos acercamientos cósmicos y una serie de desarrollos cósmicos, ha trabajado principalmente en el segundo sendero de rayo antes de la quinta Iniciación y, frecuentemente, ha estado también en el cuarto sendero de rayo. Los adeptos que han estado en el cuarto sendero de rayo y pasan de allí al segundo rayo, normalmente no eligen esta línea de esfuerzo cósmico.

Quienes trabajan en el manejo de fuerza o magnetismo eléctrico, para uso de los Grandes Seres en todos los planos, siguen este Sendero. Manejan la energía formativa elemental, manipulando materia de diferente densidad y vibración. Manipulan grandes oleadas de ideas y agitadas corrientes de opinión pública, tanto en los niveles astrales como en los superiores donde trabajan los Grandes Seres. Un sinnúmero de personas que, perteneciendo al quinto Rayo, tienen el Rayo de Conocimiento Concreto como rayo monádico, siguen esta línea de esfuerzo. La cualidad innata del tipo de Mónada establece la línea de actividad. El karma del quinto rayo es uno de los factores que lo produce. Dichas mónadas operan con fohat, y deben hacerlo hasta el fin del manvantara mayor. Tienen su posición eventual en el plano mental cósmico, pero como hasta ahora la capacidad de pensar en forma abstracta está tan poco desarrollada, no puede comprenderse el significado de esta expresión.

El adepto que huella el segundo Sendero domina perfectamente tres tipos de trabajo magnético. Ha dominado (en los tres mundos) el trabajo mágico de la construcción de formas mediante la manipulación de energía magnética y la utilización de energía atractiva fohática a los efectos de "ligar a los constructores". Esto lo hace por medio de su naturaleza inferior purificada que puede actuar como un transmisor perfecto.

Ha aprendido también el secreto de la coherencia grupal en los niveles superiores del plano mental, en relación con su propio Logos planetario y con esos dos Logos que forman, en el sistema, con su propio Logos, un triángulo dentro del sistema solar. También ha llegado a comprender las fuerzas que unen las diversas corrientes de energía viviente que emanan de Ellos al llevar adelante los planes de la evolución solar. Esto puede hacerlo cuando actúa en el vehículo monádico y es consciente de esa unidad de fuerza.

Esto ha sido expresado en El Antiguo Comentario con las siguientes palabras:

"Los siete Hermanos se aman mutuamente, sin embargo, durante muchos eones buscan el sendero del odio. Se odian y se matan hasta que encuentran aquello que no muere ni puede ser herido. Entonces se mantienen unidos y sirven, y por el servicio prestado los siete soles se queman."

Los siete soles se destruyen debido a que la síntesis y la unidad son alcanzadas y las fuerzas diferenciadas se convierten en una fuerza homogénea; el efecto atractivo o magnético de esta coherencia constituye una unidad manifestada en el plano físico, así como en el aspecto subjetivo de la naturaleza. Esto produce lógicamente la destrucción de las formas limitadoras, la fusión de los fuegos y el surgimiento, como llamarada objetiva, del cuerpo vital del Logos antes de la abstracción final y de la subsiguiente muerte u oscuración del sistema solar.

El aspecto voluntad o propósito, que es la vida espiritual detrás de todo fenómeno subjetivo y objetivo, se hace sentir y ver repentinamente. Ello es la producción del trabajo principal del adepto que pasa al segundo sendero desde su particular sendero de rayo.

Quienes recorren este segundo Sendero trabajan con energía magnética o atractiva, debido a que se han identificado con ella. Finalmente pasarán al séptimo Sendero, el Sendero de la Absoluta Filiación. Todo lo que aquí puede afirmarse con respecto a sus esfuerzos es que este Sendero los lleva (por intermedio del centro coronario logoico) al Corazón de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE. Son arrojados completamente de la evolución solar en una gran oleada de energía atractiva que emana de uno de los centros mayores de esa gran Existencia, fuente de la vida del Logos solar. Lógicamente este centro constituye una de las siete constelaciones. Como es la constelación más potente, en lo que respecta a nuestro sistema, debido a que éste expresa predominantemente amor o energía atractiva y nuestro Logos está aún polarizado en Su cuerpo astral cósmico, el nombre de la constelación ni siquiera puede ser insinuado. Si se conociera el nombre y si un determinado número de personas pudieran realizar el trabajo de meditación y visualización ocultista, acompañándolo con una vívida imaginación, se atraería hacia nuestro sistema la suficiente energía atractiva de la constelación implicada, lo que aceleraría indebidamente los procesos de evolución en nuestro planeta y perturbaría peligrosamente la economía del sistema. La gente no valora aún la potencia de la meditación, especialmente la meditación grupal.

El signo zodiacal correspondiente es Géminis, y la razón será evidente para todos los iniciados entrenados.

Aquí es necesario dar una explicación respecto a la expresión usada precedentemente, en relación con el traslado de adeptos de este segundo Sendero al Séptimo. Se ha afirmado que "se alquimizan" para llegar a él. Se obtendría alguna idea respecto al significado de esta frase, considerando la finalidad del calor cuando se separa de la humedad, y el método de emplear dicho calor. Los adeptos usan los "fuegos alquímicos secos" a fin de producir los resultados que desean para ayudar al proceso evolutivo. A medida que usan estos "fuegos secos" la reacción sobre ellos es tal que trasmutan la chispa eléctrica (o la Mónada dentro de la llama de la Vida planetaria) y la desintegran en tal forma que puede pasar a través de la trama etérica del sistema y dirigirse a esa corriente de energía cósmica que emana de la mencionada constelación.

Entonces se los conoce como "Chispas absolutas de amor paternal" o (expresándolo en el léxico exotérico de los iniciados) pasan al séptimo Sendero, el de la "Absoluta Filiación".

Los atributos que debe poseer el adepto en este sendero, antes de emprender el entrenamiento necesario para el séptimo método cósmico de acercamiento, es respuesta al calor y conocimiento del ritmo. Por supuesto que estas palabras nada significan para el no iniciado, pero a algunos les transmitirá mucho, y cuando se observa que conjuntamente con ambos atributos existe la habilidad para "ver la danza de las partículas de calor y las ondas de cálida vibración" (como se dice en un antiguo manual que emplean los que se entrenan para este sendero) Será evidente que tratamos aquí con los efectos del fuego y las leyes de la energía ígnea y de la vibración. Esos hijos de los hombres que en la actualidad buscan el "calor de la naturaleza amor" del ente humano y además tratan de cultivar una imaginación vívida y el intenso poder de visualizar, son los que preparan el terreno sobre el cual podrá erigirse este conocimiento posterior. Pero esto no es tan fácil como parece porque implica una identificación imposible de ser realizada hoy por la mayoría y la capacidad de comprender la naturaleza de aquello que se visualiza, lo cual niega la idea de dualidad -aquello que visualiza y lo que es visualizado.

El método empleado sólo puede expresarse como la "entrada en la tierra ardiente". El poder para realizarlo se obtiene atravesando tres tierras ardientes preliminares, como fácilmente puede verse:

1. La tierra ardiente que existe entre el Aula de la Ignorancia y el Aula del Aprendizaje. Este es el fuego destructivo creado por el hombre de acuerdo a la actuación de la Ley del Karma.

2. La tierra ardiente de la destruida personalidad ubicada entre el Aula del Aprendizaje y el Aula de la Sabiduría. Está situada en la orilla del río de la vida y se ha de atravesar antes de recibir la tercera Iniciación.

3. La tierra ardiente que el hombre descubre cuando está preparado para egresar del Aula de la Sabiduría como un adepto perfecto. Es una triple tierra ardiente localizada "en la cumbre de la montaña”, mantenida viva y llameante por los vientos de los cielos, siendo responsable de la destrucción del cuerpo egoico o causal.

La tercera produce una alquimización espiritual, mientras que las otras dos produjeron resultados en lo objetivo o aspecto forma, y en lo subjetivo o aspecto conciencia, de su triple naturaleza. Cuando se atraviesan estas tres tierras ardientes el adepto está preparado para otra y más terrible experiencia.

Las jerarquías relacionadas con este Sendero son principalmente la tercera y la cuarta. Sólo las unidades humanas pueden seguir estos dos senderos. Las jerarquías dévicas de tercer orden ya han pasado por esto, y el trabajo previo que han realizado permite al hombre hacerlo. Este es un gran misterio y nada más puede revelarse de ello. El grupo de los Observadores Silenciosos de todos los grados está estrechamente vinculado con este segundo sendero cósmico. Todos son Señores de Sacrificio, están animados exclusivamente por el amor, y han pasado, en consecuencia, por las ardientes tierras del sacrificio.

Sólo puede darse aquí el más elemental de los símbolos exotéricos. Tiene la forma de una pira funeraria ardiendo intensamente, con cuatro ardientes antorchas, una en cada esquina. Desde el centro de la pira se eleva una estrella de cinco puntas como un cohete, ascendiendo hacia un sol en llamas, de un matiz predominantemente rosado.

II SENDERO. EL SENDERO DEL TRABAJO MAGNETICO.

Atributos Respuesta al calor y conocimiento de Ritmo
Origen Una constelación desconocida, por conducto de Géminis.
Jerarquía La Tercera y la Cuarta
Método La entrada en la tierra ardiente
Símbolo Una pira funeraria, cuatro antorchas y una estrella de cinco puntas ascendiendo hacia el sol.
Cualidad adquirida Velocidad eléctrica

 

 

 

 


III Sendero. El Sendero de Entrenamiento para los Logos Planetarios.

Este sendero atrae hacia sí comparativamente sólo a unos pocos hijos de los hombres. Ello implica una forma de desarrollo peculiar y la facultad de la continuidad de percepción conjuntamente con la identificación espiritual, característica distinta de los siete senderos cósmicos.

El adepto que elige este sendero preserva de manera peculiar la facultad de percepción sensoria, además de la identificación con el aspecto espiritual. De ellos se habla constantemente en los archivos ocultos como de los "Señores cuyo mayavirupa se repite continuamente". A medida que trabajan con la siquis o alma de la manifestación y se ocupan principalmente del aspecto subjetivo de la vida, se vinculan con ese centro existente en el Cuerpo de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, origen de la sensación consciente. Por lo tanto son vitalizados desde el plexo solar de esa gran Existencia cuya omniabarcante vitalidad retiene a nuestro Logos, junto con otros Logos solares, dentro de la esfera de Su conciencia. Como es bien sabido, el plexo solar es el centro que sintetiza las reacciones y las virtudes esenciales de los tres centros inferiores. Este punto debe tenerse presente cuando se estudia dicho Sendero cósmico.

A estos adeptos también se los denomina los "Señores del Maya cósmico" porque trabajan con esa facultad que es responsable de la ilusión y con la relación que tiene el Conocedor con lo que va a ser conocido. Recuerden aquí que no estamos considerando los tres mundos del esfuerzo humano, excepto en la medida en que ellos forman parte de un todo.

Los atributos que predisponen a un hombre para el trabajo de entrenamiento en el sendero de un Logos planetario son tres, y pueden expresarse como:

1. Visión cósmica. Estos adeptos están vinculados con el tercer ojo logoico.
2. Oído dévico.
3. Correlación síquica.

Como sabemos, todos los sentidos se hallan vinculados con algún centro, y ellos a su vez lo están con los centros planetarios, siendo éstos energetizados desde una fuente cósmica análoga. El adepto del tercer Sendero tiene una conexión específica con la energía que emana desde esos centros cósmicos relacionados con la visión y el oído espirituales. El sentido del tacto tiene que ver principalmente con la objetividad de la forma física densa, y con ella no tiene nada que hacer este grupo particular de adeptos. La vista, el oído y el poder de correlacionar la relación entre el Yo y el no-yo es suyo, pero el no-yo cae específicamente bajo la guía y estímulo de un grupo totalmente distinto de trabajadores cósmicos. Es difícil dar un claro significado a este respecto, y el estudiante ha de recordar que tratamos del espíritu y de los otros dos tipos de energía cósmica.

Este sendero es hollado por aquellos que se harán cargo del trabajo de los siete Logos planetarios del próximo sistema solar y de los cuarenta y nueve Logos subplanetarios; Sus ayudantes y demás entidades que trabajan en ese sector particular. Existirán siete sistemas, aunque a nosotros sólo nos conciernen los tres mayores, de los cuales nuestro actual sistema solar es sólo el segundo.

Cada Chohan de Rayo toma cierto número de iniciados de la sexta Iniciación y los entrena especialmente para este trabajo. Una actitud especial para el color y el sonido predispone a la elección, y la capacidad para actuar con la "siquis", o con los Espíritus en evolución, señala al hombre que ha de ocupar este elevado puesto. Podemos decir que los Logos planetarios son los divinos sicólogos y, por lo tanto, la sicología constituye el tema básico en el entrenamiento para ocupar este puesto, una sicología inconcebible aún para nosotros.

Cada Logos planetario tiene, en Su planeta especial, escuelas para el desarrollo de los Logos subordinados, y allí son entrenados dándoles oportunidad para obtener una amplia experiencia. Los Mismos Logos también progresan y Sus puestos deben ser ocupados por otros.

Los estudiantes se sorprenderán al saber que en el sol Betelgeuse se origina la particular energía cósmica que afluye por este Sendero cósmico hacia nuestro sistema. El nombre Betelgeuse encierra, sin embargo, un secreto. En realidad existe una razón subjetiva detrás de ciertos hechos recientes que son preeminentemente de dominio público, vinculados con este sol. La ciencia del alma en sus diversos aspectos (mental, síquico y espiritual) está adquiriendo mucho ímpetu ahora en el mundo, y absorbe cada vez más la atención de los pensadores, siendo el resultado de ciertas oleadas de energía que inciden en nuestro sistema solar y encuentran eventualmente su camino hacia nuestro planeta. Betelgeuse, desde el punto de vista esotérico, es un sistema de segundo orden, así como nuestro sistema solar es de cuarto orden. Por lo tanto, existe una relación entre estos dos números en el sistema y en el cosmos. Dicha influencia llega a nuestro sistema por conducto del signo Sagitario.

La tarea principal que tienen que realizar los adeptos en este sendero es posibilitar la manifestación de la Mónada del Logos solar por intermedio del cuerpo de la conciencia, o a través de la forma que ocupa el alma. Repiten así en un nivel superior el trabajo de esos Constructores que crean y manifiestan el cuerpo por el cual el alma trata de expresarse. No se ocupan de la objetividad; se relacionan con esa quinta jerarquía que proporciona al hombre el cuerpo egoico.

Los adeptos de nuestro planeta Tierra, que buscan este sendero, lo hacen por medio del departamento del Mahachohan, que trabaja con la inteligencia o aspecto mental de la manifestación. Desde este tercer departamento pasan a ser entrenados directamente por uno de los Budas de Actividad, y en las etapas finales son instruidos personalmente por Sanat Kumara, actuando como un Logos planetario encarnado. Dicho entrenamiento se ocupa de tres temas principales:

1. Del color que vela al aspecto Espíritu, así como la forma densa oculta el alma.

2. Del sonido que emite el Espíritu para hacerse consciente y producir percepción psíquica. Dominan la ciencia del Mántram yoga, pero sólo en relación con los planos superiores y en lo concerniente a los planos cósmicos.

3. De la naturaleza de la dualidad, la cual es fundamentalmente la ciencia del alma.

Es difícil expresar en palabras el método empleado por un Maestro de la Sabiduría cuando entra en este Sendero cósmico, el cual se denomina el método de identificación prismática, porque se refiere a los velos de color que ocultan la energía espiritual. Podría expresarse la misma verdad de otro modo, diciendo que es el método para comprender el canto de la vida. Cuando las "estrellas cantan al unísono", cuando el "canto de los Dioses" resuena en el gran coro de los Cielos, se produce la correspondiente sinfonía del color. Este particular modo de identificación capacita al adepto para actuar como director de los coros y producir el necesario color de los efectos y acordes. Cuando puede realizarlo a la perfección está entonces en posición de asumir el cargo de Logos planetario. Nada más se permite decir, y lo antedicho sólo es una forma simbólica de expresar una verdad básica y difícil.

El símbolo de este Sendero (el único que es posible presentar en forma exotérica) es una radiante Cruz de coloreada luz; el brazo longitudinal está formado por los siete colores del espectro solar y el transversal está compuesto de doce graduaciones de colores aún desconocidos para el hombre. En el centro de la Cruz se ve una estrella de cinco puntas de un tinte índigo intenso, y detrás de ella un sol flameante de un cálido azul oscuro. Encima de todo hay ciertos caracteres sensar, escritos en oro, que comunican, al adepto iniciado, el nombre de alguna de las Escuelas planetarias en las cuales se lleva a cabo esta particular línea de estudio. Como ya se ha dicho existen siete escuelas de este tipo, y aquellos de nuestro esquema planetario que aspiran entrar en este Sendero son transferidos a la ronda interna y desde allí al esquema de Júpiter.

La cualidad adquirida es la visión etérica cósmica, estando la extensión de la visión desarrollada dentro de los siete sistemas que forman (junto con nuestro sistema solar) los siete centros de la Vida cósmica con que está aliado nuestro Logos solar. A veces se le llama clarividencia cósmica septenaria.

Otro factor de interés puede agregarse aquí. Este Sendero se llama a veces el "Sendero del Loto", ya que concierne a la construcción de los Lotos logoicos de los Logos solares. Las escuelas que preparan para este trabajo se denominan, en el lenguaje místico de los adeptos, los "campos de loto". El plan de estudio es llamado a veces el "sueño del Loto" porque implica una condición de completo rechazo del aspecto forma de la manifestación y una total abstracción, produciendo así un tipo de samadi solar. Mientras esto se lleva a cabo, el adepto funciona en una forma o vehículo, que es una analogía en el plano de atma del mayavirupa, en el plano de la mente.

III SENDERO. EL SENDERO DE ENTRENAMIENTO PARA LOS LOGOS PLANETARIOS.

Atributos Visión cósmica, oído dévico, y correlación síquica.
Origen Betelgeuse, por conducto del signo Sagitario.
Jerarquía La quinta.
Método Identificación prismática.
Símbolo Una Cruz coloreada, con una estrella en el centro respaldada por un sol llameante coronado con una palabra sensar.
Cualidad Visión etérica cósmica o clarividencia septenaria.

 

 

 

 

 

 


IV Sendero. El Sendero que conduce a Sirio.

De todos los senderos es el que se halla más velado por las brumas del misterio. Esta razón será evidente para el iniciado juramentado, pero se puede obtener una clave del secreto si se comprende que en sentido peculiar y esotérico el sol Sirio y las Pléyades mantienen una íntima vinculación, relación análoga a la que la mente inferior mantiene con la mente superior. Lo inferior es receptivo o está negativamente polarizado con lo superior. Sirio es el asiento de la mente superior y mahat (como se lo llama, o mente universal) entra en manifestación en nuestro sistema solar a través del canal de las Pléyades. Es como si formara un gran triángulo de energía mahática. Sirio trasmite energía a nuestro sistema solar por medio de la "...séptuple Madre protectora, la constelación argentada, cuya voz es una campana tintineante, y cuyo pie se asienta suavemente sobre el radiante sendero entre nuestros mundos y los suyos."

Dentro del sistema solar existe una interesante analogía con este intercambio cósmico, en la relación existente entre el esquema de Venus, nuestro esquema terrestre y la cadena venusiana en nuestro esquema.

En forma rara se hará la luz en esta abstrusa materia, mediante la comprensión del antakarana humano o el sendero, construido por el Pensador durante el proceso evolutivo, que vincula la mente superior e inferior. En relación con nuestro Logos planetario existe tal antakarana, y a medida que lo erige y construye, forma parte del cuarto Sendero y permite que la masa humana pase a este distante objetivo, libre de obstáculos. Una clave sobre la naturaleza de este Sendero y la razón por la cual tantas Mónadas humanas buscan esta particular corriente de energía reside en la correcta comprensión de la sugerencia antedicha.

Los iniciados que huellan este camino son principalmente de cuarto y sexto orden. Como ya se señaló, este Sendero es seguido con más frecuencia por los "Señores de compasión" y en la actualidad el Maestro Egipcio y el Maestro Jesús se están preparando para hollarlo. Los místicos de Occidente que han venido a la encarnación durante los últimos mil años, forman un grupo peculiar de Egos cuyo impulso tiende hacia este tipo de energía cósmica. En nuestro sistema han adquirido ciertos reconocimientos fundamentales y el "éxtasis" del místico occidental es el germen, latente en él, que un día florecerá en ese arrobamiento cósmico para el cual no existe un nombre aún.

Arrobamiento cósmico y bienaventuranza rítmica son los atributos del cuarto sendero. Esta es una forma de identificación desvinculada completamente de la conciencia. La razón por la cual la mayoría de los hijos de los hombres signen este Sendero radica en el hecho de su posición numérica. Dichas unidades del cuarto reino, la masa de la cuarta Jerarquía creadora en este cuarto globo del cuarto esquema y en un sistema solar de cuarto orden, son impelidas inherentemente a buscar este cuarto Camino a fin de perfeccionarse. Se los designa los "bienaventurados puntos danzarines de devoción fanática". Esta frase describe más aproximadamente que otra a dichas unidades. También han sido designados como las ruedas que giran sobre sí mismas, y encuentran la puerta abierta hacia la bienaventuranza

La energía del cuarto Sendero nos llega desde Sirio por conducto del Sol. Esto significa que es una pantalla que oculta a uno de los signos del zodíaco. Los números catorce y diecisiete encierran la incógnita de las jerarquías que se ocupan de este tipo específico de fuerza cósmica, impidiendo que el lector común conozca su identidad, pero proporcionará al chela juramentado el indicio necesario que le traerá la iluminación.

El método mediante el cual el adepto se capacita para entrar en este sendero se denomina método giratorio dual y la "danza rítmica sobre el cuadrado".

El primer símbolo, que se da al discípulo juramentado para estudiar, puede ser descrito como dos ruedas entrelazadas girando vertiginosamente en direcciones opuestas y produciendo un todo unificado. Dichas ruedas están representadas como arrojando llamas de color azul eléctrico, rotando y girando con gran rapidez alrededor de una Cruz de brazos iguales. La Cruz está representada por un fuego anaranjado y un círculo de color verde esmeralda oscuro, llameando en el punto del centro en donde se unen los cuatro brazo de la Cruz. El simbolismo de estos colores vincula este cuarto sendero con el sistema solar precedente. En ese sistema la influencia de Sirio era más potente que en el actual.

No es posible agregar nada más, excepto señalar que la cualidad obtenida por el adepto que recorre este sendero no puede ser revelada. Entra en la concentrada influencia de la energía que se identifica con el antakarana planetario. No es permitido, por lo tanto, decir cuál puede ser su cualidad específica, pues comunicaría demasiada información al lector inteligente sobre la naturaleza y objetivo de nuestro particular Logos planetario.

IV SENDERO. EL SENDERO DE SIRIO.

Atributos Arrobamiento cósmico y bienaventuranza rítmica.
Origen Sirio por conducto del Sol vela un signo zodiacal.
Jerarquía Velada por los números 14 y 17.
Método Movimiento giratorio dual y danza rítmica sobre el cuadrado.
Símbolo Dos ruedas de fuego eléctrico, girando alrededor de una Cruz anaranjada con una esmeralda en el centro.
Cualidad No revelada.


V Sendero. El Sendero de Rayo.

Constituye uno de los grandes senderos distribuidores del sistema, y es recorrido por el adepto que tiene una clara comprensión de las leyes de la vibración. Conduce con gran facilidad al próximo plano cósmico, denominado "la puerta externa de entrada". Como bien sabemos, los siete Rayos que se manifiestan en nuestro sistema solar, son sólo los siete subrayos de un gran rayo, el de Amor-Sabiduría. Este Sendero de rayo lo recorren la mayoría de los "Maestros de Sabiduría". De la misma manera entran al cuarto Sendero los "Señores de Compasión". Cinco octavas partes de los primeros pasan a este sendero, así como las cuatro quinta partes de los adeptos del sufrimiento pasan al cuarto Sendero. Al considerar estas cifras debe tenerse en cuenta que son de gran magnitud. Decir una quinta parte de los Señores de Compasión es un vasto número, mientras que tres octavas partes es un enorme número de mónadas. Debemos recordar a este respecto que solo nos referimos a los adeptos de la quinta Iniciación, y no estamos considerando a los iniciados de grados inferiores ni a los discípulos de innumerables categorías. Es inútil que el hombre común reflexione sobre estas cifras. Son demasiado difíciles de computar e implican cálculos muy abstrusos y complicados. Ello puede demostrarse al destacar que de esas cifras deben sustraerse esas dos quintas partes que (en la próxima ronda) pasarán ante el Trono del Juicio y serán rechazados. De las restantes tres quintas partes sólo un porcentaje, que no puede ser revelado, alcanza el adeptado final, aunque todos entran en el Sendero. Las cinco octavas partes ya mencionadas y las cuatro quintas partes se refieren sólo a los dos grandes grupos de iniciados "asekha"

Los adeptos que huellan el Sendero de Rayo deben poseer atributos que los hagan sumamente sensibles a la vibración. En su trabajo grupal (considerando a las unidades de este Sendero como formando un Todo unificado) los resultados alcanzados pueden compararse con la brújula de un barco. Responden primordialmente a una vibración básica, no a través de la sensación, sino por el efecto que produce aquello que es consecuencia de la sensación. Es una especie de comprensión, analogía cósmica de la reacción que se produce al tocar la piel. No significa conciencia, sino conocimiento a través de la vibración. Están identificados con cierta vibración y responden únicamente a ella, la cual es la analogía superior en los planos cósmicos. Son indiferentes a otras vibraciones.

Se les enseña como aislarse para que ninguna vibración, excepto la que procede de la fuente cósmica del rayo sintético, pueda llegar hasta ellos. Los estudiantes obtendrán una idea de su analogía inferior cuando estudien la brújula, su sensibilidad a cierta corriente magnética y la tendencia que manifiesta de señalar siempre hacia el norte. Dichos adeptos del quinto Sendero son el factor constituyente que mantiene esotéricamente a nuestro sistema solar constantemente equilibrado en una dirección específica. Su principal característica o atributo puede ser descrito como sentido de dirección cósmica.

La fuente de energía a la que responden puede considerarse que es la Estrella Polar. Esta estrella, sin embargo, sirve sólo para ocultar una constelación -la cual sólo existe en materia etérica. En consecuencia es ignorada por los astrónomos, aunque su influencia es sumamente poderosa dentro de nuestro sistema. También debe tenerse en cuenta que en otro planeta, dentro de nuestro "círculo no se pasa" solar, este quinto Sendero es el que huellan la mayoría de sus adeptos, quienes, por lo tanto, deberán pasar a este otro esquema planetario antes de encontrar su camino hacia el Sol, y desde allí a esferas cósmicas. Los Adeptos de otros esquemas no son transferidos a nuestro esquema terrestre como escuela de entrenamiento porque no es un planeta sagrado, en consecuencia carece de tal escuela específica.

La influencia que emana de la Estrella Polar, potente factor en nuestro sistema solar, llega a nuestro planeta por conducto del signo de Acuario. El estudiante comprenderá la razón de esto si tiene en cuenta el significado del agua como símbolo de las emociones, las cuales sólo son una manifestación inferior del amor-deseo. Acuario es un centro de fuerza del cual el adepto extrae el "agua de la vida" y la lleva a la multitud. La fuerza que proviene de la Estrella Polar, vía Acuario, tiene un poder especial en esta época, y el día de la oportunidad es por lo tanto grande. Constituye uno de los medios que hacen posible la llegada del Gran Señor. El se halla en el quinto Sendero, así como el Manu se encuentra en el tercero. A ello se debe el estrecho vínculo que existe entre los dos senderos, pues los que se hallan en el quinto sendero pueden pasar al tercero y viceversa. Primero y séptimo, segundo y cuarto, tercero y quinto son sólo las dos partes de un todo, o los dos aspectos de un Sendero. Estos tres senderos (con el cuarto) constituyen dos Senderos, y los dos Senderos uno solo. Nada más puede decirse sobre este gran misterio.

La primera y la segunda Jerarquías, desempeñan un gran papel en la introducción de la influencia polar. Esta verdad esotérica incidió notablemente sobre la naturaleza de las primeras dos razas del género humano y la región donde habitaban.

El método por el cual el adepto desarrolla los poderes necesarios para entrar en este Sendero ya ha sido indicado. Puede ser expresado como el proceso de aislación eléctrica y de reclusión del magnetismo polar. No es posible decir nada más.

El símbolo de este sendero es cinco bolas de fuego (fuego azul) confinadas dentro de una esfera. Esta esfera está formada por una serpiente que se muerde la cola, y todo el cuerpo de la serpiente está profusamente cubierto con caracteres sensar, que representan el mántram por el cual el adepto se aísla de la afluencia magnética de todas las corrientes, menos aquella de la cual es responsable.

La cualidad que el adepto desarrolla a medida que recorre este Sendero puede darse únicamente en las palabras del Antiguo Comentario:

"La depresión en el punto norte permite la entrada de lo estabilizable y actúa como factor de resistencia hacia aquello que procura disuadir o distraer."

Estabilidad cósmica y equilibrio magnético servirán quizás para transmitir mejor la correcta idea.

V SENDERO. EL SENDERO DE RAYO.

Atributos El sentido de dirección cósmica.
Origen La Estrella Polar por conducto de Acuario.
Jerarquías La primera y la segunda.
Método El proceso de aislación eléctrica y de reclusión del magnetismo polar.
Símbolo Cinco bolas de fuego encerradas en una esfera. La esfera está formada por una serpiente inscripta con el mántram aislador.
Cualidad Estabilidad cósmica y equilibrio magnético.

 

 

 

 

 

No existe forma para describir la enseñanza o dar información respecto a los Senderos sexto y séptimo. Todo lo que puede decirse es lo siguiente:

VI Sendero. El Sendero en que se halla el Logos Mismo.

Será evidente para todos los estudiantes que han analizado cuidadosamente los procesos mundiales, a la luz de la Ley de Analogías, que el Logos está desarrollando la visión cósmica interna en los planos cósmicos, así como el hombre, en menor grado, intenta obtener la misma visión en el sistema. Esto puede denominarse el desarrollo del tercer ojo cósmico. El secreto se halla oculto en la estructura física del ojo y de su estudio podrá obtenerse alguna revelación del misterio.

Cierta parte del ojo constituye el núcleo de la vista y también el mecanismo de la visión. El resto del ojo actúa como una cubierta protectora; ambas partes son necesarias, y una no puede existir sin la otra. Lo mismo ocurre en sentido cósmico, pero la analogía existe en niveles tan elevados que las palabras sólo oscurecen y empañan la verdad. Algunos hijos de los hombres, un núcleo que alcanzó una iniciación muy elevada en un sistema solar anterior, formó un grupo esotérico alrededor del Logos cuando decidió realizar un mayor progreso. En consecuencia, El formó este sistema solar impulsado por el deseo de manifestarse cósmicamente. Este grupo esotérico permanece con el Logos, en el aspecto subjetivo o interno, en el plano atómico o primer plano del sistema, y ello corresponde, en sentido oculto, a la pupila del ojo. El hogar verdadero de estas grandes Entidades se halla en el plano búdico cósmico.

Gradualmente y gracias a un duro esfuerzo ciertos Maestros se han capacitado o están capacitándose, para remplazar a los miembros originales de este grupo, permitiendo así Su retorno a un centro cósmico alrededor del cual giran nuestro sistema y el sistema mayor de Sirio.

Sólo contados adeptos reúnen las cualidades necesarias, puesto que el desarrollo implica cierto tipo de respuesta a la vibración cósmica. Ello significa una especialización de la visión interna y el desarrollo de una parte de visión cósmica. Este Sendero es seguido más por quienes pertenecen a la evolución dévica que por aquellos pertenecientes a la evolución humana. Los seres humanos pasan a él vía la evolución dévica, al cual se puede entrar transfiriendo el quinto Sendero o Sendero de Rayo. En este último se fusionan las dos evoluciones, y desde el quinto se puede entrar al sexto.


VII Sendero. El Sendero de la Absoluta Filiación.

Esta filiación es una analogía, en un plano más elevado, de ese grado del discipulado que llamamos "Hijo del Maestro". Tal es la filiación con un Ser superior a nuestro Logos y de Quien no podemos hablar. También es el gran Sendero controlador del Karma. Los Señores Lipika y todos los que están capacitados para esa línea de trabajo y allegados al Logos en forma íntima y personal pasan a este séptimo Sendero. Es el Sendero de los que están más especialmente allegados al Logos, encargándoseles la conducción del karma en el sistema solar. Conocen Sus deseos, Su voluntad y Sus propósitos confiándoseles la realización de Sus mandatos. Es un grupo especial asociado al Logos y vinculado a un Logos aún más elevado.
Estos dos senderos conducen a estados de conciencia cósmicos tan inconcebibles para el hombre, como la conciencia del Ego de un ser humano lo es para un átomo de sustancia. Por lo tanto, resulta innecesario e inconveniente extendernos más sobre estos excelsos estados.

 

 

 

   

 

 

 

Agradecimientos:

A Xavier

A Internet Arcano

 

 

Para estudiar más detenidamente

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desde los primeros números.

 

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