NUEVA NARRATIVA

 

Isabel Navarro Reynés

Salvador Navarro Zamorano

Quintín García Muñoz

 

 

 

 

 

   

 

ILUSTRACIONES Y PORTADA: ISABEL NAVARRO REYNÉS.

Reg. Propiedad Intelect. Z-456-08

 

 


ÍNDICE



1 Una cita con su destino..........................Isabel Navarro Reynés
2 La jaula dorada.....................................Salvador Navarro
3 El hombre que vino de Sirio.. .................Quintín/Salvador
4 Yo nunca te escribí un poema de amor.....Isabel Navarro Reynés
5 Cuatro Estaciones para un poeta libre......Salvador Navarro
6 El vuelo del Águila................................Quintín /Salvador
7 Última estación....................................Isabel Navarro Reynés
8 Absurdos.............................................Salvador Navarro
9 La hija de la Luna.................................Quintín /Salvador
10 Escenario para una historia de amor......Salvador Navarro
11 El constructor de cuerpos.....................Quintín/Salvador
12 La Teoría del Caos..............................Salvador Navarro
13 El abrazo de las almas.........................Quintín
14 Milagros de hoy y de siempre................Salvador Navarro


 

 

 

 

11

EL CONSTRUCTOR DE CUERPOS

 

 

         Me habría gustado saber más detalles sobre la historia que me contó alguien que se hacía llamar Andrós, pero parece ser que tenía sus razones para no ser más explícito. No es fácil narrar un acontecimiento refiriéndonos a alguien desconocido y es por ello que me animo de nuevo a contarlo, si bien nada tienen que ver conmigo las aseveraciones de este compañero de viaje con quien coincidí en un avión rumbo a Santiago de Chile.

 

         A lo largo de doce horas de vuelo, si se tiene suerte, pueden relatarse muchas anécdotas y ésta es una de las que más me impactó. Contaré la historia que escuché de sus labios.

        

         “Hace muchos años leí que uno de mis escritores favoritos, Herman Hesse, escuchaba música clásica y a la vez visualizaba una bailarina trazando dibujos en un hermoso escenario.

 

         Como era joven, pues apenas tenía dieciocho años recién cumplidos, aquellas frases quedaron grabadas en mi mente, pero no fue, hasta muchos años después, cuando comencé a extraer frutos prácticos de aquella lectura.

 

         Hacía ya un tiempo que me había cansado de utilizar el cerebro como si fuese un ordenador que trabajase con razonamientos lógicos. Éstos me agotaban, y comencé a utilizarlo como una herramienta de visualización de imágenes.

 

         Deseaba aprovechar el tiempo que perdía en los desplazamientos en coche de un punto a otro de España. Así es que, mientras escuchaba música en la radio del vehículo, aprendí a modificar imágenes al compás de la música. Aquí hay que advertir que mi facultad de visualizar ya estaba desarrollada, pues para quien no posee tal don, como era mi caso, requería un continuo y denodado esfuerzo hasta dominar el arte de trazar figuras geométricas. Dibujos que en realidad están compuestos de luz.

 

         Y así, al escuchar la música y sentirme pleno y vibrante,  lanzaba un rayo de luz a la figura visualizada.

 

         No sé en qué momento comencé a utilizar las manos para dar forma a las imágenes. No es que moviese mis manos, sino que visualizaba que unas manos imaginarias tocaban las figuras mentales. Tampoco es así, porque yo no veía las manos, sino que lo que intento decir es que era capaz de tocar las imágenes que visualizaba con mi cerebro.

 

         Era más sencillo trabajar de esta forma que visualizar completamente todos los movimientos.    

        

         Y por fin, sin darme cuenta, enlacé todos los conceptos. Creación mental y música cuya vibración focalizaba en las manos que hacían vibrar formando, a su vez, las figuras mentales.

 

         Pero todavía hubo algo más. Juraría que las figuras me respondían de alguna forma. Es difícil explicar. Pero si a la figura creada con la mente, le transmitía luz activada con música, la forma me devolvía, después de unos minutos,  una especie de brisa.        

Aquello me dejó atónito durante varios días. Es como si hubiese descubierto el poder de crear algo vivo. Al mismo tiempo, sentí una enorme responsabilidad por lo que estaba aprendiendo y me pregunté acerca del propósito de mis poderes creativos, llegando a la conclusión de que podía destinarlos a la formación del hombre perfecto. El hombre cuenta con grandes posibilidades en el plano psíquico, pero no sabe aprovechar  su pensamiento. No se da cuenta de que su mente  se conecta con el mundo invisible  para recibir luz y saber cómo actuar.

 

Hora tras hora, mes tras mes, año tras año, continué construyendo una figura humana de color dorado a veces, o de color blanco en otras ocasiones, pero su característica permanente era su extraordinaria luminosidad.

 

Con mis manos imaginarias di forma a aquella imagen.

 

Pensé que, probablemente, cuando yo muriese podría utilizar aquel vehículo para permanecer en los espacios de otra dimensión paralela a la nuestra. Los seres que dan especial relieve a la vida interna, al pensamiento, a la voluntad, al espíritu, superan a todos los demás en poder, en plenitud. La ciencia hubiera debido ocuparse de esta cuestión desde hace tiempo, porque todo lo que sucede en el hombre es muy importante para ser descuidado. Se trata de una laguna inmensa. Algún día se le reprochará el haber dejado de lado esta labor.

 

Muy pronto sabré si he tenido éxito en la construcción del cuerpo de luz.

 

Este cuerpo está dotado, además de luz, de las cualidades de voluntad, fuerza y tesón. La verdadera fuerza está dentro, en el interior de este ser interno. En el espíritu debe el hombre buscar la fuerza. Lo que está fuera de nosotros no nos pertenece; nos ha sido prestado por poco tiempo y ahí no está la fuerza real, sino en el Yo superior cuando se manifiesta. Lo esencial es la vida, el espíritu. El hombre ha de buscar su esencia, darle todas las posibilidades para que alcance la plenitud, de manifestar todo lo que contiene, las riquezas acumuladas desde el principio de los tiempos. De amor por la sabiduría y amor por los demás seres humanos que residen  en su dorado y noble corazón.

 

         Por supuesto que por aquel entonces no conté nada a nadie, pues me habrían tomado por un loco de remate. Ahora es distinto. Se lo cuento a usted, pero como estamos pasando el rato y desgranando  historias fantásticas, no sabrá diferenciar entre lo que es verdad y lo que es mentira. Y ello me salvaguardará de todo lo que pueda opinar”.

 

Justo en aquel instante aterrizamos en el Aeropuerto de Santiago y ya no volví a ver a Andrós.

         Amigo lector. ¡Qué te puedo decir acerca de la gran cantidad de dudas que me planteó aquella narración!

         En el aeropuerto sucedió algo extraño. Pocos minutos después de desaparecer de mi vista aquel hombre, me pareció percibir su rostro sonriéndome, a la vez que sentí una cálida brisa que rodeó todo mi cuerpo. Miré alrededor, pero me había quedado solo dentro del ascensor y la puerta del mismo estaba cerrada.

 

         Vemos la luz de la verdad cuando las escamas caen de nuestros ojos. Creer es experiencia viva, visión directa. Las cosas vividas participan de la esencia de la vida. Aquello en lo que creo, existe por lo menos tanto como yo; es una forma de mi vida, de la actividad que el espíritu ejerce a través de mi mente creativa. La idea de Dios es una idea Divina revelándose humanamente.

 

         El universo es un sistema de vibraciones sensibles que se conjugan en un todo armónico y en una aspiración al estado consciente. Crear y adorar en nuestro destino verdadero.

 

         ¿Qué es ciencia? Conocimiento de la materia; misticismo es conocimiento del espíritu. Ciencia y Espiritualidad se desarrollan como dos paralelas que se tocan en el Infinito.

 

         Al principio el hombre poseía este poder y toda la naturaleza le obedecía. Luego se dejó arrastrar por el peso de la materia y sobrevino la caída, perdió su fuerza, dejándose engullir por una materia más densa y con ello perdió la libertad, apoderándose de él la enfermedad y la muerte. Necesita ahora reintegrarse, retornar al principio.

 

         Actualmente estamos situados entre el espíritu y la materia y debemos dar primacía a la actividad del espíritu, para ser libres y luminosos.

 

         Hemos de penetrar cada vez más en nuestro interior, hasta llegar al principio eterno que hay en nosotros. Y un día ese manantial comenzará a brotar y seremos sustentados por una fuerza inagotable.

 

 

                                              

FIN

 

 

 

 

I N T E R E S A N T E

Si estás interesado en leer alguno de los libros, Circulares atrasadas o cualquiera de mis escritos, puedes hacerlo contactando con  las páginas web de Internet, siguientes:

OBRAS PUBLICADAS

SALVADOR NAVARRO ZAMORANO

Entre el silencio y los sueños (poemas)
Cuando aún es la noche (poemas)
Isla sonora (poemas)
Sexo. La energía básica  (ensayo)
El sermón de la montaña (espiritualismo)
Integración y evolución (didáctico)
33 meditaciones en Cristo  (mística)
Rumbo a la Eternidad  (esotérico)
La búsqueda del Ser (esotérico)
El cuerpo de Luz  (esotérico)
Los arcanos menores del Tarot  (cartomancia)
Eva. Desnudo de un mito (ensayo)
Tres estudios de mujer (psicológico)
Misterios revelados de la Kábala  (mística)
Los 32 Caminos del Árbol de la Vida (mística)
Reflexiones. La vida y los sueños   (ensayo)
Enseñanzas de un Maestro ignorado (ensayo)
Proceso a la espiritualidad (ensayo)
Manual del discípulo  (didáctico)
Seducción y otros ensayos (ensayos)
Experiencias de amor (místico)
Las estaciones del amor (filosófico)
Sobre la vida y la muerte (filosófico)
Prosas últimas   (pensamientos en prosa)
Aforismos místicos y literarios (aforismos)
Lecciones de una Escuela de Misterios (didáctico)
Monólogo de un hombre-dios (ensayo)
Cuentos de almas y amor (Cuentos) Isabel Navarro /Quintín
Desechos Humanos (Narración) Ruben Ávila/Isabel Navarro
Nueva Narrativa (Narraciones y poesía)Isabel Navarro/Q
Ensayo para una sola voz (Ensayo)
En el principio fue la Magia   (ensayo)
La puerta de los dioses   (ensayo)
La Memoria del tiempo Cuentos,Poesía Toni Coll/Isabel Nav.
El camino del Mago Ensayo Salvador&Quintín
Crónicas Ensayo Salvador&Quintín