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Capítulo 25 |
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Si has llegado hasta aquí estimado lector, cosa que realmente casi me parece imposible, indica que a pesar de la escritura un tanto zafia e incorrecta te ha interesado, y no por lo que tienen las letras, sino porque en el fondo de tí mismo hay un punto de identificación con lo narrado.
Esta afirmación puede parecer trivial, pero indica que hay una pequeña lucecita , o llama en tu interior, que puede significar que todavía estas vivo, y si lo estás, significa que eres un tanto infantil ante el mundo. Pero no en sentido peyorativo ni mucho menos, sino que todavía tienes la mente abierta hacia hechos mágicos e incomprensibles.
No sería justo que te quedases sin averiguar el secreto de la historia. Ahora bien, aunque te parezca mentira, hay varios elementos dentro de la misma que en cierto modo son reveladores.
Por una causa realmente ajena a mi mismo no te puedo decir claramente lo que, por casualidad averigüé. Pero te puedo asegurar que existe un libro donde hay una referencia a un hecho relacionado con todo lo narrado. Es una pequeña acotación. Colección Realismo Fantástico. Pero suficiente.
No obstante lo más importante no es confirmar un secreto, sino lo que cada persona lleva en su interior. Y porque supongo que está dentro de ti, estimado lector, es por lo que he hecho esta pequeña disertación. Ahora continuemos:
Cuál era el siguiente paso a dar una vez que Miguel Angel ya no estaba....
Escuchar música, pasear en bicicleta, leer, y sobre todo escribir, lo cual era algo que , de alguna forma aliviaba el dolor, pues recordando lo que había dicho, parecía que no se había ido.
Fue por aquel tiempo que Pedro descubrió a P.D. OUSPENSKY (Un nuevo modelo de Universo), que si no se equivoca, este le llevó al primer tomo de La Doctrina Secreta de H.P. BLAVATSKY:
Aquella tienda de libros de ocasión en un callejón del casco antiguo de la ciudad era depositaria de tesoros que por aquel entonces no poseían las librerías más famosas. |
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H.P. BLAVATSKY La Doctrina Secreta (volumen 1 Cosmogénesis)
El Eterno Padre, envuelto en sus Siempre Invisibles Vestiduras, había dormitado una vez más por Siete Eternidades.
El Tiempo no existía, pues yacía dormido en el Seno Infinito de la Duración. La Mente Universal no existía, pues no había Ah-hi para contenerla. Las Siete Sendas de la Felicidad no existían. Las Grandes Causas de la Desdicha no existían, porque no había nadie que las produjese y fuese aprehendido por ellas.
Solo tinieblas llenaban el Todo sin Límites; pues Padre, Madre e Hijo, eran una vez más Uno, y el Hijo no había despertado para la nueva Rueda y su Peregrinación en ella. Mas Información m33.htm |
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Cada cierto tiempo, una vuelta por aquél curioso sitio y de nuevo más y más libros: Estudio sobre La Conciencia de Annie Besant:
"Todo suceso está presente en la universal conciencia del Logos; todo cuanto ocurre en Su universo, lo pasado, lo presente y lo futuro está siempre en Su omnicomprehensiva conciencia, en su eterno AHORA. Desde el principio hasta el fin del universo, desde su aurora hasta su ocaso, todo está allí siempre presente, siempre existente. En este océano de ideas todo ES.
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Ouspensky (Fragmentos de una Enseñanza Desconocida)
"Todos los grandes acontecimientos en la vida de las masas humanas son causados por influencias planetarias. Son el resultado de su absorción. La sociedad humana es una masa muy sensible a la recepción de influencias planetarias. Y cualquier pequeña tensión accidental en las esferas planetarias puede repercutir con animación creciente en una u otra esfera de la actividad humana durante años. En el espacio planetario se produce un accidente temporal: inmediatamente es sentido por las masas humanas, y la gente comienza a odiarse y a matarse unos a otros, justificando sus acciones con alguna teoría de fraternidad, igualdad, amor o justicia."(comentarios de Gurdjieff) Para más información M37.htm |
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El Buddhismo Esotérico de A.P. Sinnet
"Durante la ocupación de cualquier planeta por la oleada de vida humana, cada mónada individual se encarna muchas veces inevitablemente"
"La región propia de la cuarta raza, predecesora de la nuestra, era aquel continente del cual algún recuerdo ha sido conservado hasta en la literatura exotérica-la desaparecida Atlántida-, siendo en realidad la gran isla de cuya destrucción habla Platón, el último resto de aquel continente." |
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